Abrió sus ojos pero no pudo ver nada. Se recordó que no tendría vista por algún tiempo aunque esperaba que pronto pudiera volver a ver. Trato de analizar donde estaba. Lo primero, en una cama de suaves sabanas y mullido colchón. Lo segundo, alguien le estaba abrazando de la cintura.
Respiro profundo tratando de encontrar una explicación. El aroma que desprendía el cuerpo contrario le hizo identificarle como Naruto, dueño de una fragancia bastante varonil, aunque quizás mezclada con el fuerte olor del sudor.
Frunció el ceño, con toda la fuerza que tenia le aparto de su lado, aventándolo fuera de la cama. Lo próximo que escucho fue un alarido de dolor y un grito que combinaba lo asustado y sorprendido que estaba el rubio.
— ¿Por qué has hecho eso Sasuke? — decía Naruto mientras se ponía de pie y se masajeaba su brazo izquierdo que había recibido todo el peso de su cuerpo.
— ¿Por qué te has tomado la libertad de abrazarme con tanta confianza? — recrimino.
Naruto le contemplo, el Uchiha permanecía serio con sus ojos fijos en algún punto que no lograba reconocer. Se dijo que el menor tenía razón, no se conocían lo suficiente como para abrazarlo de esa forma tan ¿Personal? No encontraba como calificarlo pero sabía que había molestado al azabache.
— ¿Ya no lastiman tus ampollas? — pregunto Naruto, esperando poder cambiar de tema.
No lo había pensado y eso se debía a que en ese momento no sentía dolor ni incomodidad alguna. Pareciera como si no le hubiera pasado nada a excepción de su vista.
— No, ya no me molestan — Sasuke estaba completamente sentado sobre la cama.
Se llevo una de sus pálidas manos a la frente, frotándose las sienes. Hizo un rápido recuento de todo lo que había pasado en las últimas horas. Se sintió humillado al recordar cómo es que Naruto le había sacado de su hogar, también por la debilidad que mostro y la estúpida emoción que duro unos segundos al ver el imponente sol. Su orgullo estaba herido.
— ¿Dónde estamos? — por lo menos le gustaría saber qué lugar era ese, no podía verlo pero podía hacerse una idea.
— En mi habitación de la posada donde me estoy quedando — explico Naruto, tomando asiento en una de las orillas de la cama, lejos de Sasuke para no incomodarle.
El azabache asintió pensando que era algo obvio.
Sakura había terminado su turno en el pub. Su jefe se había molestado por su repentina salida horas antes, más aun cuando comenzaban a llegar los alcohólicos comensales que reclamaban sus bebidas.
Al día siguiente trabajaría el tiempo que se ausento pero en ese momento deseaba ir con su amigo y el misterioso muchacho. Aunque no estaba segura de que fuera prudente pues ya era de madrugada, pasaban de las dos.
Decidió por ir, si aun estaban dormidos se iría pero cavia la posibilidad de que permanecieran despiertos, debía de aprovechar para darle algo de medicamento y los más seguro es que tuvieran hambre.
Les había preparado hamburguesas, pues había notado que el rubio despreciaba de cierta forma la comida inglesa. No lo culpaba, a ella tampoco le agradaba mucho pero era lo que había. Además había cogido las dos últimas rebanadas de pastel de arándanos del pub. Y en un termo de considerable capacidad llevaba leche caliente.
Cuando llego, Ino la recibió de mal modo pues alego que aquellas no eran horas de visita. Sakura le puso el pretexto de que Naruto se encontraba enfermo y necesitaba llevarle unas medicinas. Ino aun no sabía sobre Sasuke.
Termino por dejarle pasar y ella sola se dirigió a la habitación de su amigo, tocando la puerta en espera de que le abriera.
Silencio incomodo. Ninguno de los dos sabía que decir, cada uno de ellos estaba pensando en que hacer o decir. Y Sasuke ya se estaba desesperando al verse probado de su visión.
Fue un gran alivio para ambos escuchar el leve golpeteo en la puerta aunque al instante Sasuke se pregunto quién seria.
Lo siguiente que escucho fue una voz aguda y alegre. Era la voz de una mujer según apreciaba. ¿Por qué había una mujer allí? ¿Sería una ayudante de la posada? ¿O seria la novia de Naruto? Cuando pensó esa idea se sintió molesto y juraba que de ser así golpearía tan fuerte al rubio hasta dejarlo inconsciente por varios días y sin explicación alguna.
— Sasuke, permíteme presentarte a Sakura — Naruto junto con su compañera se habían acercado a la cama — Ella es mi amiga y fue quien atendió tus heridas.
Amiga, esa palabra tampoco le agradaba demasiado pero era mejor. Ignoro por completo el hecho de que ella le había tratado pues ahora se preguntaba a sí mismo el porqué de su molestia al pensar que el rubio tonto tuviera una pareja.
— Al parecer está un poco distraído — comento Sakura, sentándose al borde de la cama —Pero al parecer estas bien, ¿Cierto, Sasuke?
— ¿Por qué no haría de estarlo? — con molestia, dejo caer su cabeza sobre la almohada, ladeo su cabeza al lado contrario de donde estaban los demás.
El comportamiento apático del azabache le pareció extraño a la de ojos jade pero pensó que quizás era común en él.
— Vamos toma las pastillas que están en la mesita de noche, mientras yo saco lo que traje — pidió la mujer, dejando los medicamentos en el lugar indicado.
— ¡Yo voy por agua! — grito Naruto, lanzándose a su escritorio en donde tenía una botella con agua nueva, sentía que sus dos compañeros le estaban haciendo a un lado.
Sasuke frunció el ceño, no podía saber en qué parte estaban las pastillas. Volviéndose a sentar tanteo la mesita, intentando encontrarlas pero al hacerlo, tiro el despertador que allí se encontraba.
— ¡Sasuke! ¿Qué sucede? ¿Te encuentras bien? — al instante, Naruto ya estaba al lado del Uchiha, le extrañaba el comportamiento torpe de su reciente conocido.
La voz de Naruto había sonado tan preocupada que a los jóvenes ingleses les pareció una exageración.
— No me pasa nada —Sasuke nuevamente se dejo caer en la cama.
Pero Sakura había notado el comportamiento torpe y sabía que algo andaba mal.
— Sasuke, ¿Podrías mirar hacia la ventana? — pidió perspicazmente la mujer.
Y Sasuke entendió que Sakura había descubierto su reciente incapacidad para ver. Podía mirar para cualquier lado, esperando atinar hacia la ventana. También podía negarse pero eso solo le daría la razón a la chica y le haría ver como un terco.
— No sé donde este la ventana — respondió humillado.
— Pero esta allí, ¿Cómo no puedes saber donde esta? — Naruto no comprendía la aparente ineptitud de su amigo.
Sakura le dio un fuerte golpe a la cabeza del rubio, obligándole a permanecer callado.
— Si no puedes ver, deberíamos llevarte a un hospital para que te atiendan — sugirió Sakura, verdaderamente preocupada.
Sasuke pensó que ella no era una mala persona y agradeció su preocupación pues ella no tenía que demostrar ese interés por un desconocido y aun así lo hacia de buena manera. Además había escuchado el golpe que le había propinado al Uzumaki y también la queda replica que este había hecho. Había tenido que morderse los labios para evitar reírse.
— No es necesario, pronto volveré a ver, solo es cuestión de tiempo — explico serio como siempre.
— ¡¿Qué?! ¿Cómo que no puedes ver? ¿Qué significa eso? ¿Por qué no me lo has dicho? ¿Fue por lo de la ventana? — Y Naruto recibió un nuevo golpe por parte de la de bonito cabello rosado.
— En ese caso, tendremos que esperar. Mientras podrían comer lo que les he traído.
Y en silencio fue como comieron. Naruto se sentía mal al no haberse dado cuenta de la falta de visión de su amigo y también culpable pues si no hubiera sido por él, Sasuke estaría completamente a salvo. Sakura estaba llena de dudas, deseaba tanto saber cómo había perdido la vista temporalmente pero le parecía tan serio y misterioso que no se atrevía a preguntarle. Y Sasuke ya estaba desesperado de estar allí sin comprender del todo la situación pero como buen Uchiha, debía de mantener las apariencias y comportarse con toda la seriedad del mundo.
Al menos Naruto pudo conocer un poco más a su nuevo amigo con aquella comida improvisada. Aunque fuera estuvieran comiendo con las manos, como comúnmente se hacía con las hamburguesas y la mayoría de la comida rápida, Sasuke ingería sus alimentos con una tranquilidad y elegancia que nadie más hubiera podido conseguir.
Al final Sakura termino marchándose, tenía sueño y después pediría que aclararan sus dudas. Los dos hombres terminaron de comer en silencio y Naruto recogió los recipientes que habían utilizado, después los entregaría a Sakura.
— ¿Quieres darte un baño, Sasuke? — pregunto Naruto, recordando que había encontrado a su amigo en la regadera.
— Si, por favor — pidió Sasuke, ya que para esa hora del día ya debía de haberse bañado.
Naruto reviso en el baño, confirmando que había toallas limpias que Ino previamente había dispuesto.
— Te buscare ropa limpia — sugirió Naruto, caminando hacia su cómoda.
— No es necesario, puedo seguir usando esta, aun está limpia — explico el Uchiha.
Eso sonaba lógico. Naruto lo acepto así que se aproximo al azabache y le ayudo a ponerse de pie, despacio y con cuidado.
Sasuke se sintió mareado pero trato de mostrarse lo más tranquilo posible, logrando su cometido pues Naruto ni siquiera lo noto. Llevándolo por los hombros, el rubio condujo hasta la puerta del baño a Sasuke.
— Vamos, entra — pidió Naruto dándole un leve empujón para que cruzara la puerta.
Sasuke llevo sus manos hacia adelante, tanteando el marco de la puerta. Se adentro solo un paso, estiro una de sus manos hasta tocar la puerta y localizar la manija.
— Avanza un poco más para que pueda entrar — otro pedimento de Naruto.
Eso no le agrado a Sasuke. Naruto no iba a entrar con él, lo juraba por su apellido. Se adentro unos pasos mas pero antes de que Naruto entrara se giro para encararle. No tenía la menor idea de si verdaderamente estaban frente a frente pero pensó dejarlo a la suerte.
Y la suerte estaba de su lado pues apenas iba a dar el primer paso hacia el baño, Naruto se freno en seco al ver los profundos posos negros del menor. Incapaces de verle pero que fácilmente se podía adivinar la furia que sentía. Hasta cierto punto le atemorizaba.
— Olvídalo, tu no entras aquí — sentencio Sasuke.
Llevo sus manos hacia adelante, tocando el pecho de Naruto comprobando que verdaderamente estaba allí. Y una vez localizado su objetivo, aplico la fuerza necesaria para aventarle hacia atrás, haciendo que el rubio retrocediera varios pasos fuera del cuarto de baño.
Lo próximo que se escucho fue el fuerte golpe de la puerta al cerrarse y el leve sonido del pestillo al ser puesto.
Naruto se había quedado fuera.