Sungmin abrió los ojos y miro nuevamente la tumba, su padre ni siquiera había cumplido 40 años cuando murió, una vida bastante corta para algunos... el castaño lentamente se instalo en frente a la tumba y comenzó a observarla con detenimiento, como si de esa forma pudiese contactarse con él, hablarle, decirle que a pesar de que no estuviera vivo el nunca lo olvidaría, por qué la nieve se encargaba de recordarle que estaban unidos todos los días.
Sabía que la nieve tenía un poder especial, la nieve se llevaba y traía personas importantes para la vida de cada uno de los que vivían allí… esa nieve trajo a su padre coreano a Japón a instalarse en aquella pequeña colonia coreana-japonesa, esa nieve fue quien hizo que su madre y su padre se conocieran y por último, esa nieve fue quien se llevo a su padre para siempre.
Sungmin amaba a su padre a pesar de los 10 años en los cuales se han encontrado en mundos separados, y sabia que su madre también lo amaba… pero el tiempo hace que el corazón se cure y pueda volver a abrirse a otras personas, es así como la próxima semana ella llegaría de Corea con aquel que sería su nuevo padre, junto al hijo de éste… nadie podría reemplazar a su padre, aquel que murió hace 10 años, pero sabía que su corazón podría recibir a otro, volver a tener a alguien en quien apoyarse y poder salir adelante junto a su madre.
El castaño comenzó a alejarse de la tumba, del árbol y de la blanca colina, yendo en dirección a su hogar… desde que su madre le había dicho que estaba formando una relación con otro hombre Sungmin la felicito y apoyo desde el primer momento, sabía que su madre necesitaba a alguien en quien apoyarse. Ellos dos como familia nunca pasaron por necesidad, eran dueños de un pequeño balneario de aguas termales, en la cual vivían junto a su tía y su primo, pero eso no quitaba que algunas noches su madre llorara amargamente por la muerte de su padre, aquello le quebraba el alma al castaño…pero todo había cambiado desde que comenzó a salir con aquel hombre, su madre sonreía con más frecuencia, estaba más cálida, le brillaban los ojos otra vez.
Se demoro poco en llegar a su hogar, una vez allí camino directo a su habitación y tomo el libro el cual había estado leyendo los últimos días “Coreano básico para principiantes” … a pesar de ser mitad coreano no sabía hablar el idioma, y no podía negar que su madre le había pegado aquel entusiasmo por la llegada de ella con su nuevo padre y hermano. Abrió con cuidado el libro y comenzó a practicar.
-A..Ap..Appa - Dijo no muy seguro de la pronunciación, luego con su dedo busco la siguiente palabra –Hy…ung, Hyung… me pregunto si lo estoy pronunciando bien – Sonrió el castaño mientras leía aquella palabra nuevamente – Kyuhyun Hyung
Se recostó en su cama, dejando el libro a uno de sus costados, el coreano le era bastante complicado pero no le desagradaba en absoluto. Cerró los ojos con una leve sonrisa en su rostro, en pocos días tendría que ir al aeropuerto a recibir a su madre y a los nuevos miembros de su familia, de alguna extraña forma lo emocionaba y esperaba con ansias a que llegara aquel momento.