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El usurpador de mi cuarto por prisnad

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Notas del capitulo:

Confesiones varias... de amores compartidos.

Capitulo seis: Confesiones

 

Pisaba el acelerador con fuerza, la velocidad que le imponía al pobre automóvil era catastrófica. Mas catastrófico seria si mi hermano se enteraba de cómo estaba maltratando a su adorado auto, uno que habia tomado sin permiso, me aniquilaría…me borraría de la faz de la tierra, pero eso ahora no importaba, nada importaba. Lo único urgente para mí era encontrar a Kibum y confesarle lo que sentía. Por eso me dirigía a toda velocidad a hacia el hotel donde se hospedaba Lee Taemin, kibum se encontraba con él, me lo dijo mi madre cuando llegue a casa ya sin aliento por la terrible corrida

-el amigo de kibum llamo, dijo que él no se sentía muy bien por lo que se quedara un rato allí – habia dicho mi madre, demonios no podía correr hasta ese hotel, por lo que tome las llaves de mi hermano, sí, me mataría. Solo que en el momento que mi madre me dijo que estaba con ese niño… en la habitación de un hotel… uf, removí mi cabeza para sacar cualquier pensamiento molesto. Jinki me habia dicho que solo escuche una parte de esa charla que me habia torturado durante semanas, que Key le habia confesado a su amigo que se sentía atraído por mí, sin embargo no podía evitar sentir celos del rubiecito dulce.

Pasaba semáforos en rojo, señales de alto, solo rogaba que dios estuviera de mi lado, que se apiadara de mí y que ninguna multa llegara a casa. Tenía mis pensamientos arremolinados, sentimientos encontrados, celos, miedo, pánico… ¿y si era tarde? Lo habia ignorado durante semanas ¿y si no me perdonaba? Al fin y al cavo era el idiota que lo habia mal tratado y la peor de todas esa preguntas que me mortificaban era ¿si descubría que los brazos de Taemin que ahora lo consolaban, eran los más adecuados? demonios debería mantener la calma, nada ganaba haciendo miles de suposiciones preso del pavor.

Estacione el auto en la entrada de ese lujoso hotel, uno elegante, con estilo, uno a la altura del rubiecito tierno.

Intente recobrar el aliento, no deseaba que la seguridad me echara a patadas pensando que era un sicópata, maniaco o algo por el estilo, acomode mis ropas mi cabello e intente caminar elegante, era fácil si recordaba como lo hacía Kibum.

- buenas tardes ¿en qué habitación se hospeda Lee Taemin? – mire a la señorita que encontraba sentada detrás del escritorio, la vi mirarme detenidamente, por lo que amplié mi sonrisa. Key decía que con ella conseguía lo que quería, pongámoslo en práctica.

-buenas tardes…- ella me miro, se habia ruborizado, al parecer como siempre key tenía razón – como vera, necesito su nombre – titubeo, por lo que amplié mi sonrisa acariciando con mi pulgar la parte superior de mi labio

-claro mi amigo kim kibum ya llego, Taemin me matara por no recordarlo cuando me lo dio ciento de veces, soy Choi Minho- guiñe un ojo al terminar de hablar, estaba pasándome de la raya pero si me anunciaban ese jodido nene no me permitiría pasar de eso estaba seguro, la muchacha tomo el teléfono, volvió a mirarme y tras hacerme una sonrisa coqueta colgó

-tome aquí tiene, no queremos que su amigo se moleste por haberse olvidado el numero de habitación – me tendió el papel con el piso y habitación.

-gracias muy amable – sonreí cortes, ella se sonrojo, me aleje rápido estaba totalmente avergonzado de haberme comportado así, pero la situación lo ameritaba.

Camine hacia los  elevadores ninguno en planta baja y eso que eran cinco, estaban todos en pisos diferente… maldito alto y grande prestigioso hotel, gire mi cabeza ofuscado, allí saludándome amable estaba la escalera, mire el papel “piso 15” la volvía a mirar, otra vez el papel, a la tercera vez ya me encontraba corriendo a través de ella.

No recordaba haber corrido tanto en un solo día, ni las practicas me sacaban tanto el aliento como las veces que lo habia perdido hoy. Me sostuve de las rodillas para que mis pulsaciones se calmaran, aspire fuerte, me encontraba frente a la puerta de la habitación de Taemin.

Con el canto de mi puño golpee repetidas veces, diría exageradas veces. La puerta se abrió lentamente mostrando al muchacho rubio de mirada dulce que ahora lo hacía curioso.

-¿si? – a pesar de su confusión  sonrió de manera angelical, lo mire de lleno, era jodida mente bello, su carita redonda, la sonrisa amable, los ojos afables. Ese niño podía pasar como chica si no supieran su sexo, ese nene podía enamorar a cualquiera, inclusive a una persona tan única, tan especial como  key  -¿perdona te puedo ayudar en algo? – volvió a decir con su vocecita de angelito caído.

-busco a kibum- dije volviendo a mis sentido, por más bello que fuera el niño yo estaba allí para recuperar lo mío.

-¿tu quien eres? – pregunto agradable, la cara de espanto le transformo el rostro cuando lo empuje para pasar, tal vez demasiado fuerte, con menos violencia lo hubiera corrido igual – ¿he qué haces? – lo oí tras de mí, ya me encontraba en la sala de estar, mirando a key quien se encontraba sentado sobre un gran sillón sostenía sus piernas con sus brazos, estaba llorando, lo hacía tan desesperadamente que no se percato de mi presencia.

-key – grite su nombre tan alto que este se asusto levantándose de un salto mirandome como si lo que estaba frente a sus ojos no fuera otra cosa que una visión – key…yo –

-¿Minho? – agrando sus ojos felinos para mirarme con asombro cayendo en la cuenta que no era una imaginación, que yo estaba allí.

-¿tu eres Minho? como te atreves a venir aquí – el nene me miro furioso, habia mutado su cara angelical por una endemoniada, habia fruncido el seño mirandome de manera desaprobatoria. Lo que me faltaba enfrentar a un nene celoso - ¿Cómo te atreves después de lo imbécil que has sido con él?

-Taemin – cortó key, no brusco sino más bien amable

-pero… el… el es un imbécil

-Taemin… basta por favor- otra vez le imploro, su voz se habia quebrado

-no, está bien tu amigo tiene razón soy un imbécil…kibum… yo – otra vez mi magistral cerebro me dejaba en jaque, haciendo que ni una maldita frase me viniera cuerda, lógica o con sentido, mientras sentía como el rubiecito me taladraba con la mirada – perdona, sé que no tengo derecho a pedirte esto pero necesito hablar a solas con el- mis ojos se lo imploraron tanto como mi voz. El chico no se inmuto, miro hacia kibum, este mordió su labio dudoso y luego asintió con la cabeza.

-ok cuida de el – musito antes de salir

-gracias –

-no lo hago por ti, si no por el- de reojo contesto seco

-lo se, por eso gracias – lo miraba agradecido, el rubiecito relajo las facciones mirandome cómplice

-cuida de el- solo dijo antes de salir. Cuando Taemin salió, me encontré en la fatídica situación de hablar, el silencio era incomodo, mas incomodo era ver el rostro de kibum cubierto en lagrimas.

-key…yo…-parece que mi brillante cerebro no podía crear otras palabra que solo “key” “yo”

Me habia vuelto en un perfecto idiota

-Minho, por favor vete – susurro ante otro eterno silencio

-key soy el idiota más grande del mundo- no sabía que decir, parecía que habia perdido la facultad del habla, mas si miraba a Kibum llorar, por lo que decidí hacer en vez de hablar, en dos grandes zancadas cubrí el trayecto que me separaba de el, lo abrase, lo estreche hacia mí, dejando que mi corazón pegado al suyo digiera lo que mi boca no podía decir, lo rodee con mis brazos, rodee esa delgada figura, el se habia quedado con la cabeza gacha sin mirarme, habia apoyado su rostro en mi hombro uno que bañaba con su llanto ya no contenido, sus frágiles brazos me rodearon por la cintura tomando con fuerza mi camisa que caía por la espalada aferrándola con desesperación.

-Minho no entiendo, no entiendo porque de golpe me tratas mal, porque de golpe parece que me odias- su voz entrecortada se ahogaba en mi pecho.

-es que soy un estúpido, un animal, soy un tonto key, uno que no sabe qué hacer cuando alguien le gusta, cuando siente que esa persona tan importante tambien lo es para otro… y que lo pierde y que no puede hacer nada para evitarlo- lo aleje un segundo para verlo a la cara, un rostro bello, el más lindo que habia visto en mi vida – tu me gustas, key me gustas-

-¿he? – sonrojado, sorprendido amplio su mirada

-me gustas…me gustas- lo estreche nuevamente hacia mí, bese la coronilla rubia de su cabeza, hundí mi nariz para aspirar su aroma embriagador.

-Minho – susurro suave, avergonzado, tome entre mis manos su rostro para besar su frente, besar sus ojos cerrados que calladamente esparcían las saladas lagrimas, bese el camino que una marcaba sobre su mejilla, seguí el trayecto de esa gota cristalina que moría en la comisura de sus labios, los míos tambien lo hicieron. Ahora mis cortos besos habían empezado a dibujar la línea del labio inferior para hacer lo mismo con el superior, me aleje un segundo para admirarlo.

-me gustas – volví a decir, el abrió sus ojos mirandome con fervor, ya no pude contener ningún impulso, mi boca sin permiso alguno se poso sobre la suya para abrirla para degustarla a mi placer, recorriendo con mi lengua su húmeda cavidad, para que mi lengua se entrelace con la suya, violentando el movimiento a medida que pasaban los minutos. Lo tomaba de la nuca con una mano con el otro brazo lo asía de la cintura fuertemente hacia mí, el habia colocado sus manos alrededor de mi cuello entretejiendo sus dedos en mis cabellos. Así lo hubiera mantenido de manera eterna, su boca era deliciosa, adictiva. La falta de aire nos hiso volver a la realidad. Nos separamos mirándonos tontamente

-Minho creí que me odiabas, creí que todo el tiempo que estuviste junto a mi  habia sido una mentira, solo para contentar a tus padres-

-key tengo que confesarte algo, el día que te encontraste con Taemin, ese día fui en tu búsqueda, cuando llegue allí y vi como se miraban…después escuche lo peor que podía escuchar… que él te quería y tu a él… sufrí, sufría mucho… no supe hacer otra cosa más que alejarme de ti –

-¿Taemin? Pero el es como un hermano menor, un hijito, jamás se me cruzaría por la cabeza – dijo sorprendido

-Kibum yo no lo sabía, simplemente no lo sabía-

- es que si te hubiera visto, los hubiera presentado, ese día yo le confesaba a mi amigo lo que sentía por ti-

-yo solo me quede con lo que escuche, con lo que vi, ya te dije solo fui un idiota, uno que sufrió como un condenado porque pensé que te perdía- el lloraba por mi declaración y yo por lo estúpido que habia sido, sin embargo en mi fuero interno algo se vislumbro, si ese día no hubiera pasado, si esa horrible situación no hubiera emergido, jamás me hubiera dado cuenta lo que realmente sentía por el… porque era un perfecto idiota, uno que jamás penso que él se podía enamorar de mi.

-Minho, yo, yo te quiero –su voz se perdió en mi boca, porque lo besaba nuevamente, solo que esta vez la delicadeza no estuvo presente, lo besaba con pación tomándolo con desesperación, mi respiración se agitaba, mis pulsaciones se disparaban, mis pensamientos se nublaban. Pegue su cuerpo contra el mío, lo llevaba contra el gran sillón acorralándolo, sin soltarlo lo recosté disponiéndome sobre él, mis manos ahora tocaban la delicada piel de su abdomen. Quite su remera que me molestaba, bese su largo cuello, pasando mi lengua por su plano estomago, dejando rastro de saliva tras su paso. Mis manos recorrían su cuerpo con desesperación, con la misma desesperación con la que respiraba. Ahora me enfocaba sobre su pantalón, mis hábiles manos se situaban para despojarlo.

-Minho- hablo con urgencia, dándome cuenta que en sus manos impedían mi cometido – yo… nunca he estado con nadie – termino tímido. Bestia, era verdad el mismo me habia dicho que jamás habia estado con nadie, jamás habia sido besado, tocado, corrompido… yo era el primero en besar sus rosados labios, en tocar su increíble cuerpo.

-perdóname, perdóname key me deje llevar – me senté intentando recobrar la postura, key era la persona más especial en mi mundo personal. Eso significaba que su primera vez tambien lo fuera.

- Minho te deseo, de verdad te deseo- esta vez el tomo la iniciativa sentándose sobre mis caderas, besándome de la manera más deliciosa que podía ser besado mientras desabrochaba mi camisa, besaba mi cuello, lo tome de la cola, esa cola agraciada qué hora se refregaba contra mí. Yo quería que su primera vez fuera especial… pero él no me lo dejaba nada fácil.

Escuche la puerta abrirse, era un sonido lejano que se hiso notorio cuando key se tenso y salto lejos de mi.

-ho… perdón, perdón- Taemin se tapaba los ojos. Bueno tampoco era tanto, no estábamos desnudos de la cadera para bajo, tan solo key sentado sobre mí besándonos de manera animal, de manera irracional… bueno tal vez para el inocente chico si fuera mucho.

-Taemin perdona- key corría a abrazarlo mientras se colocaba la remera, yo lo miraba avergonzado abrochando nuevamente mi camisa

-discúlpanos – hable bajo

-tu amigo si que sabes cómo disculparte – la cara inocente del niño me miro con picardía- yo pensé que me encontraría con una escenita romaica, pero tu si que sabes hacer las cosas – ante las palabras del crio mis mejillas ardieron, todo mi rostro lo hiso, este nene de inocente tenía tan poco… era un diablito con cara de ángel.

-Taemin…- lo reto key, sin embargo fue solo un mimo, este se sonrió haciendo reír a kibum y yo uniéndome a la risa de los dos.

Esa noche Taemin volvía a estados unidos donde estudiaba por lo que los tres nos quedamos en el hotel para cenar. Me ofrecía a llevarlo al aeropuerto, era lo mínimo que podía hacer por haber casi violado a su amigo sobre el sofá.

-umma  quiero leche sabor banana- Taemin suplico dulce, tan dulce que si key se negaba iría yo.

-te dije que no me llames así – Kibum me miro sonrojado y yo no pude hacer más que sonreírme de él.

-umma lo quiero… ¿si?- ese chiquito tenia la habilidad de con un puchero hacer con key lo que quería

-está bien – sonrió Kibum dispuesto a complacerlo. Tenía razón ese puchero era su arma secreta… tal vez debería intentar alguno.

-vi un almacén, tal vez allí vendan- mire hacia atrás tomando el brazo de key, para mi sorpresa el niñito me retuvo del brazo.

-si, kibum sabe ¿me compras?- miro a Kibum.

-si, ahora regreso- vi como se alejaba, lo observe caminar de esa manera tan felina, tan fantástica.

-si, él es hermoso, elegante, el es único – él lo miraba de la misma manera que yo lo hacia

-¿te gusta kibum? – pregunte serio

-¿y a quien en este planeta podría no gustarle? – me sonrió sincero

-te pregunte si a ti te gusta – lo miraba detenidamente, lo miraba fijamente

-aja…- sonrió como si fuera lo más normal del mundo, trague saliva, esto no era divertido- pero no te preocupes…-

-espero no tener que hacerlo-

-el me ve como un hermano menor, como un hijito dice el muy tonto, solo soy un par de años menor, yo lo quiero, pero me conformo con que esté a mi lado aunque sea de esa forma- me miro a los ojos, en esos ojos dulces habia una pisca de tristeza – el siempre me dejo en claro lo que sentía hacia mí, jamás tuve el valor de confesarle lo que sentía en realidad, porque yo era la única persona que el trataba de manea especial… cuando me dijo que estaba enamorado, no te voy a mentir… me sentí morir, porque pensé que solo era especial para mí- entendía muy bien las palabras de Taemin, key despertaba sentimientos egoístas, key despertaba que solo lo quisieras para ti- pero no podía hacer más que ser feliz por él, porque el habia encontrado su persona especial… tu Minho, la verdad viéndote y por lo poco que te conozco no lo culpo, eres bello, sincero y cálido… un bruto… que por serlo es adorable – expandió su sonrisa, la mía la imito incomoda – hubiera dado lo que no tengo por qué él me mirara una sola vez como te mira a ti, esa mirada que devora, de pertenencia, de entrega absoluta… a mí solo me da miradas dulces, de cariño, de amigo, de madre, esas miradas que a veces detesto pero me conforman, me llenan-

-Taemin…- me sentía incomodo, no sabía porque me confesaba lo que sentía por key, siendo que yo era el dueño de su amor, sus siguientes palabras disiparon mis dudas

- eres un chico afortunado, ¿eso lo sabes verdad?- mordió su labio inferior para mirarme tímido – por eso y por más que si key se entera me matara debo dejarte algo claro-

-dime-

-si llegas a hacerlo llorar una sola vez mas… si tu estúpida cabeza no entiende lo única, especial, e inigualable que es la persona que ahora tienes a tu lado, te pateare el trasero… te juro que lo hare – me miraba serio, su carita de ángel ahora era una que asustaba y creía que siempre seria así, si de defender a su “umma” se trataba, y por más que la amenaza del niño en otra ocasión la hubiera tomado pésima, lo abrase dejando al rubiecito estupefacto. Ese niño quería a key, lo quería de verdad y eso me hacia adóralo.

-prometo que si solo una vez, escucha bien Taemin, si solo una vez lo hago llorar tu serás el primero a que deje golpearme- sonreí, el asintió contento extendiendo su mano yo la estreche

-si lo haces llorar solo una vez vendré a patearte el trasero… y a quedarme con él – eso ya no me parecía tan simpático.

-aquí tienes – Kibum le pasaba el cartón de leche

-eres el mejor –sonrió pícaro, kibum miraba curioso, curioso de nuestra charla, una que guardaría para mí. Ya que el niño habia tenido la valentía de enfrentarme. Lo despedimos, key lo abrazo fuerte derramando unas lagrimas… el niñito partía.

En la vuelta a casa Kibum estuvo callado, estaba triste por la partida de su amigo/ hermano/hijo. De pronto una idea maravillosa  se plasmo en mi cabeza una que podía levantarle el animo a key, porque se lo habia prometido a Taemin yo cuidaría de él, porque me lo habia prometido a mi yo haría feliz a key.

 

      continuara...

Notas finales:

proximo capitulo final...


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