Capitulo 5: Una nueva vida en camino y dos padres desesperados
-vamos Dobe, despierta- me zarandeaba el Teme
-5 minutos más- murmure con los ojos cerrados
-como quieras, pero si te dejo 5 minutos más iras a Suiza
-¿qué Suiza?- me levanté de golpe y si no hubiera sido por el Teme, me hubiera golpeado la cabeza, sin ser consciente de mi mismo, el Teme me arrastro por el tubo del avión al aeropuerto, tenía tanto sueño que ni siquiera me di cuenta de que ya no estaba en el aeropuerto si no en coche camino a “mi nueva casa”
-bueno, ¿qué haremos?- pregunte por fin
-¿a qué te refieres?- me devolvió la pregunta
-¿tú qué crees?, a lo que llevo dentro de mí y yo no lo hice solo- respondí frustrado ¿es que ya se había olvidado del tema?
-definitivamente es algo inesperado, tendríamos que pensarlo con tranquilidad- respondió
-¿qué es lo que habría que pensar? ya no hay marcha atrás, no pensaras en...
-claro que no, jamás pensaría algo así, ese bebé es mi hijo, no podría quitarle la vida, cómo pudiste siquiera pensarlo
-bueno, es que tu expresión relajada me confunde bastante, ¿qué haremos tú y yo con un bebé?
-educarlo, cuidarlo, criarlo
-eso ya lo sé, pero ni siquiera tenemos un matrimonio real-
-pues, tendrá que volverse realidad- después de decir esas palabras no volvió a hablar en todo el viaje, al llegar a la casa las luces estaban encendidas, la casa era bastante grande para los dos, era de dos pisos, tenía 3 habitaciones, 2 baños, una oficina con biblioteca y un comedor, al salir del coche unos fuertes brazos agarraron mi cintura, cuando me gire no vi a otro que mi padre, me miraba sonriente con mi madre detrás de el
-te extrañamos- dijo divertido
-yo también los extrañe- mentí, con el lío que tenía, no había tenido tiempo de pensar en nadie, ni siquiera en mi perro, el cual todavía no tenía, observe como Sasuke llevaba las maletas dentro de la casa, le seguí en silencio mientras mis padres me contaban las últimas novedades, al parecer mis padres se habían pasado toda la semana con los padres de Sasuke y se habían llevado bastante bien, entré a la casa y vi como Sasuke era abrazado por Mikoto que tenía una sonrisa de oreja a oreja, después me abrazo a mí, y entré todos los padres nos llevaron a rastras hacía el salón de la casa
-¿cómo les fue?- pregunto Mikoto aun sonriente
-bien- respondió Sasuke
-¿solo bien?
-genial, fantástico, estupendo- volvió a contestar sarcástico
-Ahí, contigo no se puede hablar, ¿cómo les fue Naruto?- pregunto mirándome, me puse nervioso al instante y mire a Sasuke
-fue bastante divertido- respondí- aunque no entendía la mitad de las cosas que me decían, los ingleses son un poco extraños- amplié mi respuesta al ver la cara de Mikoto
-dímelo a mí, un día fui a Inglaterra y.....
-ya cariño, no empecemos- cortó Fugaku
-¿qué hicieron?
-muchas cosas- respondió Sasuke
-podrías ser mas especifico, hijo- dijo Fugaku con una gota en la frente
-no- respondió Sasuke, entonces el padre me miro a mi con el ceño fruncido, sonreí y comencé a hablar
-pues, muchos deportes, visitamos varios restaurantes y las playas son hermosas
-verdad que si- empezó Mikoto- son tan cristalinas y la arena es tan suave
-sí, así exactamente, además el agua era tan transparente que se podían ver los peces nadando- seguí hablando mientras los mayores se dedicaban a escuchar atentamente, después de 3 horas de charla, mi padre se levantó de su asiento
-bueno, deberíamos dejarles descansar, tuvieron un viaje muy largo
-si tienes razón, ya tendremos tiempo después- le siguió Fugaku, todos se levantaron y después de dar un par de consejos se fueron, entonces me tire despatarrado en el sofá
-gracias a dios, ya no aguantaba más- el Teme sonrió de lado y se sentó a mi lado
-congeniaste bien con mi madre
-claro, si es que tú, no hacías más que decir: si, no y hum y de vez en cuando un Tsk
-bueno, nunca me han gustado los interrogatorios- respondió
-ya pero eso no significa que.....- me lleve una mano a la boca y me levanté rápidamente- ¿dónde está el baño?- pregunte aun con la mano en la boca, Sasuke se paró y me señalo el fondo del pasillo, entonces salí corriendo con el Teme detrás mío, vomite todo lo que había comido
-odio esto- dije tirando la cisterna
-solo serán los primeros meses- contesto abriendo el grifo donde me lavé la cara
-claro, dices eso porque tu no lo tienes que aguantar, y encima ahora tengo hambre- refunfuñe, el Teme soltó una carcajada y me empujo delicadamente hasta la cocina, allí me hizo una tortilla francesa que me comí con gusto, si esto era el primer mes, no quería saber que pasaría en el segundo.