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No me olvides por LoveShonenai

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Notas del capitulo:

ANTE TODO...! XD espero que hayan pasado o estén pasando lindas fiestas navideñas :) espero que disfruten el capítulo n_n

No me olvides

Capítulo III: A tu lado

 

Se levantó con pesadez de su lugar, aún algo friolento, tiritando por la crueldad del clima. Eiri lo ayudó a reponerse pronto y a levantarse aun a pesar de su condición. Cojeaba un poco pero se ayudó del escritor para caminar. Tendría que regresar…y rendirles cuentas a las personas que amablemente le habían permitido conocer a su sensei. Se subió al auto sin decir nada, teniendo de ayuda al escritor en todo momento y el camino hacia la gran casa fue en total silencio. A Eiri esto se le hacía muy incómodo mas optó por no forzar la situación, así que se dedicó a atender solamente el volante.

Finalmente, después de algunos minutos, llegaron a la casona y con la inseguridad, el par de jóvenes entró a paso lento, siendo recibidos por una preocupada Mika, quien, al ver a Haruka, corrió y lo abrazó fuertemente. Tras ella estaban Tatsuha y un no muy contento Touma que, de reojo, miraba el emocionante instante de su llegada. Se sintió realmente mal por haber causado tanto ajetreo y no hacía otra cosa que disculparse repetidas veces con todo el mundo. Él no había cambiado en ese aspecto –pensaba Eiri-, aún seguía disculpándose con todo el mundo por los errores que cometía. Continuó observando un momento más hasta que la ronca voz de su padre lo sacó, abruptamente, de sus pensamientos.

El ambiente pareció tensarse y todos le dieron espacio al anciano para acercarse al par de muchachos. Haruka ya se esperaba lo peor,  pero nada más que un completo silencio se hizo presente en toda la atmósfera. Agachó la cabeza en señal de arrepentimiento.

- No vuelvas a irte sin decir nada, ¿está bien?

- Sí, señor –dijo de inmediato.

El hombre se dio media vuelta y tomó la misma ruta por la que vino. Tatsuha pareció normalizar su respiración mientras Mika se encargaba de ver que el pelirrosa regresara en óptimas condiciones.

- Estoy bien, Mika-sama, no se preocupe –dijo titubeando.

- Estás tiritando de frío, así que voy a cambiarte de ropa ¿está bien?

- No es necesario…-sentenció Eiri.- lo haré yo.

Haruka se sonrojó al instante por tal comentario.

- No tiene que hacer eso por mí, yo estoy bien…

Se mostró con tanta dureza que por un momento hizo a Eiri dudar un poco de sus ideas. Haruka parecía fastidiado, pero no por él,  él miraba  a Touma, quien, segundos después, salió de la escena. Tomó su pequeña mano y, aún en contra suya, lo guió hacia la salida, seguidos por Mika y Tatsuha. El más joven forcejeaba en vano ante la fortaleza de quien parecía querer arrastrarle. Eiri llegó hasta el auto y le hizo entrar y sentarse. Al cerrar la puerta, iba a tomar el control del volante, cuando la voz de su hermano menor lo hizo detenerse.

- Quédense…ayer no pasamos una buena navidad en familia. Nuestro padre debe querer eso –dijo Tatsuha.

- Que se vaya al diablo. Yo me voy a casa con mi baka.

- No puedes llevártelo así, Eiri. Ese niño puede resfriarse y no creo que desees eso. Cálmate y deja que al menos se cambie de ropa y se despida de nuestro padre antes de marcharse. Lo propicio es que vaya, en todo caso, con su madre, quien debe estar ansiosa de verle –pronunció Mika.

- ¿Y por qué ella, entre otros conocidos de Shuichi, no han venido a verle?

- Fue decisión de nuestro padre. Su madre lo habría confundido, recuerda que es muy sentimental. Todo fue por orden estricta de nuestro padre.

- Él tiene que saber que es Shuichi…

- Deja que él solo recuerde todo.

- Me creerá si se lo digo…

Mientras seguían con la discusión, el anciano de la casa salió con prisa al ver tanto ajetreo.

- ¿Adónde crees que vas con Haruka, Eiri?

- Lo llevaré a nuestro hogar, como debe de ser. Así que si me disculpas…

El padre de Eiri no respondió de ningún modo a su declaración, solo se limitó a avanzar hacia el auto rojo del rubio. Abrió la puerta e invitó a Haruka a salir de ahí. El de ojos violetas obedeció y tomó su mano, acompañándole hasta el interior de la casa, ante la atenta y enfadada mirada del escritor. Fue invitado a sentarse y así lo hizo, seguido por Touma, quien lucía serio e indiferente a la situación, Mika, Tatsuha y el padre de los dos últimos. Eiri entró y solo se quedó de pie al costado del cantante. Haruka miraba hacia todos lados, discretamente, observando cómo, estrictamente, el señor de la casa, dirigía la mirada a sus hijos.

- Haruka, hay algo de lo que deberíamos hablar antes de que te marches…-dijo Mika.

El muchacho miró adelante atentamente.

-  Ehm, de acuerdo… ¿De qué se trata?

- Antes de decirlo… ¿Puedes decirnos si recuerdas algo de lo que te pasó antes de perder la memoria?

- ¿Recordar?

El rubio productor pareció tensarse un poco al ver la cara de confusión del pequeño. Eiri lo miró atentamente mientras él intentaba pensar en ello. Haruka pareció aturdido y temeroso, tanto que comenzó a temblar un poco debido a ello.

- No lo presionen con ese tipo de preguntas, quizás es muy pronto…-pidió duramente Eiri, a la vez preocupado.

- Recuerdo algo…pero es un poco borroso…

La tensión volvió al ambiente.

- Coméntanos qué es lo que recuerdas, Haruka…

- ¿Sirve de algo lo que yo diga?

- Buscamos ayudarte, Haruka-kun, por eso necesitamos saber qué es lo que recuerdas –le dijo una sonriente Mika.

La jovialidad de la castaña le hizo entrar en confianza nuevamente así que dispuso a colaborar con ello.  Miró a Touma por un mínimo instante, pero respiró fuerte después de ello y se dispuso a hablar.

- La verdad recuerdo muy poco, pero lo que puedo recordar es que tenía mucho dolor, como si me hubieran golpeado sin piedad, no podía moverme, me sentía desfallecido, lloraba mucho…

Se detuvo por un instante. Sentía un contacto cálido en su hombro…era la mano de Eiri. Sonrió con algo de nerviosismo.

- Habían personas a mi alrededor, escuchaba risas descaradas, y…luego, yo…

Volvió a detenerse, de su boca no salían más que hipidos continuos. El escritor lo abrazó con mucho cuidado ante la mirada expectante del padre de Eiri, los conmocionados presentes, entre ellos Touma, quien lucía horrorizado por lo que acababa de escuchar.

- Todo está bien, estando con todos nosotros no va a pasarte nada, siempre estarás seguro y no va a faltarte nada – le dijo Mika, tomando fuertemente su mano.

-M-Muchas gracias. Yo siento como si ustedes supieran mucho sobre mí…Es así ¿verdad?

Todos guardaron silencio un instante, sin saber qué decir o qué hacer.

-Te conocemos –dijo Tatsuha- pero creemos que es mejor que por ti mismo vayas recuperando tus recuerdos.

Una de las sirvientas se acercó al grupo, interrumpiendo la conversación.

- Disculpe, señor. El cambio de ropa está listo en la habitación de Eiri-sama.

 

- Muchas gracias –dijo el escritor- Si nos disculpan…

Haruka, aún con mucho que decir, fue nuevamente jalado por el rubio ante la mirada de todos. El escritor lo guió rápidamente hacia la habitación, cerrándola tras ellos.

-  Sensei, puedo vestirme solo…

- Lo sé. Solo entré a sacar las cosas que dejaba olvidadas para regresar a casa.

- Bien –dijo el más joven.

Se quedaron ambos en silencio por unos segundos, hasta que Eiri se dirigió  al pelirrosa.

- ¿Es que no piensas cambiarte?

- Eso pensaba hacer, pero…con sensei aquí es un poco…

- ¿Debe haber algún tipo de vergüenza entre dos hombres?

Los colores se le subieron al rostro casi de inmediato. Obviamente tenía vergüenza.  Tenía frente a sí al hombre más apuesto que hubiera podido imaginarse, el escritor era lo mismo que un sueño para él, un sueño que de repente se hizo realidad, sin siquiera imaginarlo. Ese sueño estaba ahora de pie, frente a él, mirándolo fijamente, como si se lo comiera con la mirada, como si lo desnudara poco a poco con un simple susurro de su sensual voz. Y luego de él estaba aquel cuento corto que leyó en una revista de casualidad, esa pequeña historia que en cada uno de sus párrafos parecía tener un motivo de ser, un dolor, una nostalgia que llegaba hasta su corazón, embriagándole de ternura, de dolor, de amor, de tristeza, mucha tristeza…Mientras quedaba inmerso en sus pensamientos, comenzó a desvestirse lentamente ante la sorprendida mirada del escritor, quien no dejaba de inspeccionar cada parte de la desnudez de Haruka. Tomó la toalla limpia y cubrió la espalda del menor, quien sufrió de un pequeño sobresalto. Sin mirarlo se cubrió y Eiri no pudo soportar tal vista frente a sus ojos, tal sonrojo tierno y sosegado en las mejillas de Haruka. Quería, deseaba tanto hacerlo suyo, pero pensaba en el odio que el pequeño podría desarrollar hacia él, que todo acto de amor, en ese momento, se le hacía totalmente imposible.

- ¿Sensei?

- Ve a darte una ducha, te dejaré libre la habitación para que no te sientas incómodo.

Haruka iba a decir algo, pero no se atrevió. Solo vio con tristeza como Eiri salía lentamente de su habitación, dejándolo solo. ¿Sería que se dio cuenta de la situación y salió de allí por respeto a su difunto amante?

Su difunto amante: Shuichi. La persona a la que él se parecía, según Seguchi-san.

Mientras él se arreglaba y pensaba tantas cosas, Eiri aguardaba por él en la sala, en compañía de Mika y Tatsuha. No miraba a nadie, tenía la cabeza gacha y la mirada un poco perdida y sus manos no dejaban de temblar.

- Debes ser paciente, Eiri. Él no va a recordarlo todo de golpe.

- No quiero obligarlo y hacerle daño, pero… ¿Por qué no decirle quién es? Si sabe que es Shuichi…

- No lo creerá –interrumpió Mika.

- ¿Cómo dices?

- Él no cree serlo, Eiri, aún cuando le planteé esa posibilidad, es por eso que estamos esperando a que él tenga algún recuerdo que le haga sospechar quién es, así será más fácil decírselo y que él nos crea.

Eiri no volvió a preguntar más nada.

- Amas mucho a mi cuñadín ¿verdad?

No respondió a ello, pero la mirada que él les ofreció a ambos, dijo absolutamente todo lo que esperaban escuchar. Tatsuha sonrió plenamente y se puso de pie, mirando a una persona que se unía a la escena de los tres hermanos.

- Ya estoy listo, sensei…

Eiri asintió y le pidió que le siguiera, mas Haruka se quedó en su lugar.

- ¿No vienes conmigo?

- ¿Dónde piensa usted llevarme?

La expresión de desconfianza de Haruka le dolió un poco, pero optó por no decir nada.

- Haruka-kun, vas a vivir con Eiri un tiempo mientras recuerdas quien eres, vas a estar bien, verás a un especialista y él te ayudará a que te recuperes.

- Pues a mí me parece que ustedes ya me conocen y me gustaría saber quién soy.

- Pero, Haruka-kun…

- Por favor, díganme quien soy…

Eiri se acercó a él y lo miró de frente.

- Es mejor que recuerdes por ti mismo…y sobre el hecho de que sabemos quién eres, es algo que también tendrás que recordar tú.

Esta respuesta no dejó satisfecho a Haruka, tenía muchas dudas en la cabeza, mas no conseguiría sacar ninguna información, así que solo tenía que recordar quién era…y él no lo veía tan fácil. Había vivido más de un año sin recordar nada, pensando que su verdadero nombre era Haruka, que tenía una vida…y de repente se topa con personas extrañas…quienes le hacían tener dudas sobre sí mismo.

Sin embargo, había una duda más…si ellos no le conocían en todo caso ¿por qué había tanto interés en ayudarle?

- Te irás conmigo ¿verdad?

- Sí, señor…pero antes me gustaría despedirme de su padre, si no es mucha molestia.

- Espera, lo llamaré –dijo Tatsuha, dirigiéndose a la recámara de su padre.

Se sentó un momento y miró los alrededores con algo de curiosidad. Eiri sonrió discretamente. En un momento, Tatsuha llegó con su padre al costado y Haruka se sentó correctamente, un poco temeroso aún. El anciano se sentó a su costado.

- Necesito estar a solas con Haruka, así que váyanse todos.

Aún a regañadientes, Eiri y todos salieron al jardín. Mika trataba de parar al impaciente escritor que caminaba de un lado a otro como si esperase fuera de una habitación de hospital. Él sabía perfectamente que Shuichi jamás fue del agrado de su padre y temía fuertemente que el “viejo” pudiera hacer algo en contra del pequeño.

- Eiri, me mareas con tanta caminata…quédate quieto.

- Se demoran mucho. El mocoso ya debería estar aquí.

- Han pasado apenas cinco minutos, déjate de exageraciones. No creo que papá vaya a hacerle algo malo al cuñadín. Si realmente lo odiara, entonces no habría hecho hasta lo imposible para dar con él ¿o no?

- Concuerdo con lo que dice Tatsuha, así que ya quédate tranquilo.

- Ya regresé, podemos irnos, sensei. Me gustaría que primero pasáramos por la casa de las buenas personas que cuidaron de mí, si no es molestia.

- No, para nada.

Haruka parecía algo apenado y aunque quería disimularlo, no lo hacía muy bien ante los ojos de los presentes. Se despidió de los hermanos de Eiri y subió al auto. Eiri iba a entrar cuando Mika le susurró algo al oído y él solo se limitó a asentir con algo de inseguridad. Entró al auto y arrancó con destino a su casa.

&&&

 

26 de diciembre del 2012 4:00 PM

Salieron del auto después de estacionarlo. Haruka se había despedido de las personas que habían cuidado de él y ahora estaba a punto de entrar a un lugar que sabía desconocía, pero que por alguna razón se le hacía tan familiar. Eiri le ayudó con el poco equipaje que tenía a la mano y ambos subieron por el ascensor hasta la vivienda del escritor.

- Me disculpo si está un poco desordenado el lugar, estuve mucho rato en casa de mi padre y dejé todo como estaba.

- No hay problema…

Una vez entró a aquel oscuro lugar ligeramente alumbrado por las luces de la entrada, su mente pareció divagar un poco. Avanzó un poco e inspeccionaba como si ya conociera todo lo que tenía a su alrededor…El televisor, los muebles, el reproductor de música, incluso una pequeña grieta en la pared al costado del macetero.

- ¿Esa grieta…?

Eiri sonrió con un poco de nostalgia.

- Es una larga historia…

No tienes que sentir miedo de estar con Eiri…

Muy aparte de su mal carácter y su  brusquedad, es una gran persona.

Oh, sí, no podría contarlo, si se trataba de Shuichi…

- Puedes acomodarte en la habitación del…-volteó y no vio rastros de Haruka.

Tuvo una pequeña corazonada y corrió hasta su habitación. Haruka estaba acostado en su cama…dormido, con una expresión de mucha comodidad. Sonrió con dulzura. Acarició su cabeza con mucho amor, añoraba tal contacto, extrañaba tanto el pasar sus dedos por sus sedosos cabellos, moría por quitarle el aliento a besos, moría por hacerlo suyo…una vez más.

Pero debía esperar…ahora era su turno.

Recuperaría sus recuerdos, sus pensamientos, su voz, su amor completo…y si para ello debía sacrificar algo, pues lo haría.

 

Continuará!

Notas finales:

Gracias por la espera, como ven, aún no acaba, porque tengo nuevas ideas para este fic. Espero contar aún con sus reviews n_n La actualización de “The Reason is you” demorará un poco, espero que puedan esperarme. “Si me tenías” estará listo para mañana, con todo y final.

Les agradezco a todos la espera y les deseo de corazón que hayan pasado o estén pasando una hermosa navidad!!


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