- Miren nada más quién está aquí, San Potter, el niño-que-vivió-para-ser-un-idiota, me das una perfecta vista, tú en tu estado más miserable – dijo burlonamente una voz fácilmente reconocible.
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- Malfoy – dijo Harry sin ganas de discutir
- Dime, a quién tengo que felicitar por haberte dejado en ese estado
- … - A tu noviecito y su verdadero amor
- No me ignores, cara-rajada – dijo Draco molesto
- Malfoy, no tengo ganas de discutir contigo hoy – dijo Harry completamente abatido
Draco no podía entender las nuevas emociones que nacieron en él, lo único que quería era abrazar, consolar y hacer sonreír al chico frente suyo, quería hacer sentir bien a ese chico que era su rival y enemigo declarado.
- Mira Potter, me importa un reverendo pepino si tienes ganas o no. ¿Tus padres no te enseñaron a responder cuando alguien te habla?
- … -
- Se me había olvidado que no tienes padres – dijo Draco, viendo si Harry picaba y discutía con él
- … -
Draco cada vez se enojaba más porque Harry no parecía dispuesto a cooperar en la discusión – Potter, eres un completo mal educado, mejor voy a ver a Blaise, al menos sí existo para él.
Esa fue la gota que rebalsó el vaso de paciencia de Harry - ¡¿Sabes qué?! Ya esto harto. Harto de ti y de tú estúpido noviazgo de mentira. Estoy harto de lo que siento, de lo que me haces sentir y que no puedo controlar – Las lágrimas aparecieron nuevamente en los ojos del león del Gryffindor, Draco no sabía que hacer – Estoy harto de Zabini, me fastidia escuchar su sucio nombre salir de tus hermosos labios – Harry se acercó a Draco y delineó con sus dedos los labios sonrosados de la rubia serpiente.
- Potter, qué haces… Ya no te acerques – dijo Draco completamente nervioso
Harry haciendo caso omiso a la petición del rubio, acercó su cara a la de él – Y sabes lo que más me irrita – Vio como Draco negaba con la cabeza – Me irrita que Zabini te bese, me irrita que entregues tanto en el beso, un beso que yo quisiera darte – Harry acortó la distancia entre ellos en un suave roce de labios – Quiero que entiendas que los besos. Las caricias y las palabras bonitas que el tonto de Zabini te regala son mentiras, porque tu noviazgo es precisamente eso, una mentira – el moreno acercó su boca al oído del Slytherin – Nos vemos, mi Príncipe de Hielo – y se marchó
Draco quedó en shock - ¿Qué diantres fue todo eso? ¿Por qué Potter ha actuado de esa forma conmigo? ¿Por qué delineó mis labios con sus dedos? ¿Por qué rozó sus labios con los míos? ¿Por qué susurró en mi oído? Y lo peor hizo todo esto de la manera más sensual que el bastardo fue capaz de encontrar. ¡Agh! Maldito bastardo – dijo Draco revolviéndose el pelo, para después recuperar su apariencia inicial con un hechizo Glamour – Espero aclarar mi mente porq… un momento, acabo de recordar algo importante, un noviazgo de ¿mentira? Esto es cada vez más confuso. Siempre supe que Harry, digo Potter era raro, pero nunca pensé que fuera taaaan raro. En fin me voy a ver a Blaise.
La mañana transcurrió con un Harry preocupadísimo, ya que prácticamente se le declaró a Draco; y el rubio por su parte estaba muy distraído aun podía revivir la escena vivida con Potter.
- ¡¡Draco!! – dijo Snape
- ¿Sí, profesor?
- Con esta son cuatro veces que te llamo la atención. Si hasta te pareciera que estas sincronizado con Potter
- No me compare, Profesor – dijo Draco fríamente
- Entonces pon más atención a la clase
Después de veinte minutos, voló un borrador en dirección a la cabeza de Draco
- ¡Auch! >.< ¿Por qué hizo eso profesor?
- Te llevo hablando diez minutos Draco
- Lo siento, estaba distraído
- Así puedo ver, pero debo decirte que un “lo siento” no arregla nada. No quería hacer esto, me veré en la obligación de restarle quince puntos a Slytherin por tu distracción.
La clase entera enmudeció, iba a temblar, no peor Voldemort iba a entrar a Hogwarts vestido de hada lanzando al aire pétalos de rosa. Las palabras “Snape” y “quitarle puntos a Slytherin”, no podían estar en la misma frase, a menos que entre ellas estuvieran las palabras “evitar a toda costa” y agreguémosle el hecho de que era por culpa de Draco, ahora no solo Voldemort entraría vestido de hada, también lo haría Grindelwald y todos los mortífagos y entre ellos realizarían el ballet “El Lago De Los Cisnes”. El mundo se había vuelto loco.
Harry estaba con la boca abierta de la impresión. Esto, esto no puede estar pasando. ¡Ya sé! Estoy en una dimensión paralela, eso debe ser.
- Y usted, Señor Potter porqué tanto asombro, quince puntos menos para Gryffindor y queda castigado.
Todos quedaron atónitos, Snape andaba muy irritable ese día, nadie se atrevía a dirigible la palabra, nadie excepto Draco Malfoy.
- Pero Padrino, me llamaste la atención a mí, porqué te desquitas con el inocente de Potter.
- Draco ¡No te metas! – Dijo Snape con la voz más amenazante que fue capaz de reproducir – En el aula soy tu profesor y debes tratarme como tal. No sé como Narcissa y Lucius tienen un hijo como tú que no respeta a la autoridad y…
- Draco no es irrespetuoso profesor – dijo Harry sorprendiendo a todos por su atrevimiento – y usted lo sabe muy bien.
- Por favor Señor Potter tenga la deferencia de abandonar el salón. No espere un poco – Snape se volvió a Draco – Draco
- ¿Sí profesor?
- Fuera del salón y quedas castigado, tú y el Señor Potter deben presentarse en mi despacho a las 20:00 hrs. Ahora pueden retirarse.
Al salir del salón Draco corrió en dirección Merlín sabe dónde. Harry por su parte no iba a dejar que el rubio estuviera solo así que salió corriendo tras él. Lo encontró a las orillas del Lago Negro viendo como se alimentaba el calamar gigante
- Si te sigues acercando al lago serás la cena del calamar gigante.
- Harry me asustaste – dijo Draco, volviendo la vista hacia el lago
Harry sorprendido de que lo llamara por su nombre se acercó a Draco y le pasó un brazo por los hombros
- Draco, no tienes que estar triste, tú eres un buen hijo.
- Potter, obviamente soy un buen hijo, soy un Malfoy – dijo Draco soltándose del pseudo abrazo para posteriormente dirigirse al Gran Comedor para almorzar
En el almuerzo, Harry no dejó de mirar a Draco y cada vez que se veía descubierto desviaba la mirada sonrojándose como una colegiala enamorada.
Después del almuerzo tenían dos horas libres así que Harry se disculpó con sus amigos y fue a dar una vuelta al campo de Quidditch. Mientras caminaba empezó a meditar sobre cómo había actuado El amor lo puede todo. Yo defender a Draco de Snape y frente a toda la clase, creo que es lo más Gryffindor que he hecho y mientras deambulaba de aquí para allá vio que detrás de los camarines de Slytherin se encontraban Zabini y Nott besándose apasionadamente. Decidido a no interrumpir, Harry dio media vuelta y para mala suerte de todos, vio a Draco. Oh oh, mala hora para que Draco diera un paseo. Harry corrió a su encuentro
- Hola Draco – dijo Harry con una radiante sonrisa en su rostro.
- … -
- ¿Cómo estuvo tu almuerzo? - preguntó Harry interesado.
- A ti que te importa Potter – comentó Malfoy molesto.
- Solo quiero que nos llevemos bien – dijo Harry en tono conciliador
- ¿Qué nos llevemos bien? – Draco levantando una ceja y cruzando los brazos a la altura de su pecho – te recuerdo que fuiste tú quién rechazó mi amistad en primer año
- Si lo sé – es una de las cosas que me arrepiento – pero nunca es tarde para empezar las cosas – dijo Harry tiernamente
- Bueno… lo pensaré. Ahora si me permites estoy buscando a Blaise
Harry no alcanzó a detener a Draco, cuando este paró súbitamente
- Harry – el mencionado se acercó a Draco - ¿Qué ves ahí? – dijo señalando el frente con mano temblorosa.