Capítulo 9. En Casa.
~POV~ Choi Seung Hyun (PRESENTE)
Se fueron justo después de comer, a eso de las tres y media de la tarde. La princesa quería pasear por el parque de la mano de su padre. Tan solo con verla sabías que era una niña feliz, y te contagiaba la felicidad. Yo me tuve que quedar en casa, limpiando. No sabía yo que hacer la comida pudiera ocasionar tal desorden.Si sé cocinar, pero siempre limpiaban por mí. Pero cuando Ji dijo que no había nadie que limpiara la casa, y por eso la mayoría de habitaciones estaban cerradas, se me cayó el alma al suelo. Ahora era yo el encargado de limpiar todas aquellas habitaciones.
Lo único que podría hacer era contratar a alguien que lo hiciera por mi, pero mi adorado Ji no querrá, se negará en rotundo. Y me tocará convencerlo. No sé como saldrá la cosa. Ni siquiera sé si lo que estoy haciendo es lo correcto. ¿Esta bien irrumpir en la vida de otra persona, y ponersela patas arriba? Yo creo que no. Yo creo que debería de desistir. Sería lo mejor, así él podría ser feliz con Yoon Ji, y quien quiera que sea su padre. Es como me dijo Yang, no siempre conseguimos todo lo que queremos, y es mejor mantener una amistad que romper la misma por amor.
Yang tenía razón, lo que me había dicho era verdad, no podía interrumpir así en la vida de nadie, aunque él creyera que estaba bien, no era manera de entrar, después de tanto tiempo, en la vida de otra persona. Era imposible que Ji me dejara entrar a su vida ahora. Ha estado demasiado tiempo cerrado en sí mismo. No ha aceptado la ayuda de nadie, tan solo permite que estén a su lado pocas personas, e incluso me contó lo que pasó cuando volvió, como lo recibió su familia. Aunque con el paso de los años han vuelto a él. Pero no es lo mismo. Yang lo ha dicho, Ji ya no confía en las personas.
Pero si por lo menos dijera quien le hizo tanto daño. Aunque creo que Yang sospecha quien pudo haber sido, pero sé que no lo sabe a ciencia cierta. No podía ser más deprimente la situación. UN MOMENTO. ¿Cómo puedo ser tan negativo? Ni siquiera sé que es lo que piensa Ji sobre que esté en su vida, y ya estoy deprimiendome, y tirando la toalla. No, otra vez no, ya tiré la toalla una vez, y no la pienso tirar dos veces. Aunque me diga que no voy a permanecer en este lugar. A su lado, cuidando de él y de su pequeña princesa.
Ya he terminado de limpiar la cocina, para mi suerte se limpia rápidamente. Me gusta, los terminados en metálico y granito parecen fáciles de limpiar. Ahora voy a llamar a los de la mudanza para que terminen de traerme las cosas, me instalaré mientras ellos están fuera con Bae.
- Hola. Soy Choi Sung Hyun,... era para confirmar la dirección a donde tienen que enviar mis cosas... si claro espero un momento... Si, escuche, tiene que pasar el campo de golf de Hapan-ri, sigan por la 387, hasta llegar a la altura del otro campo de golf, y salirse por la derecha, en la zona residencial. Cuando lleguen a las primeras casas, me avisan para salir a la carrete y guiarlos hasta la casa.
Tras colgarles me dispuse a ver cual era el camino para llegar a la habitación que Yang me había enseñado el día anterior. No era que no me acordara el camino, pero en esta casa es fácil perderse, por lo menos para mí. Subí las escalera por donde había bajado a Ji, pero estaba 100% seguro que anoche no subí ninguna escalera, además de estar un tanto escondida, pero es grande... nunca entenderé esta casa. (n/a: http://www.estiloydeco.com/wp-content/uploads/2011/10/fengshui.jpg la escalera.)
Eran como las cinco de la tarde cuando mi móvil comenzó a sonar, eran los de la compañía de mudanzas, sin demorar más salí con las llaves de mi moto de gran cilindrada a la carretera para ir en busca de los que tenían todas mis pertenencias en estos momentos. Tenía tantas ganas de que llegaran mis cosas. Así una vez instalado Ji pondría más resistencia a mi marcha. Aunque conociéndole, no sería una buena suposición.
Con todas las cajas dentro de la casa, me dediqué a subirlas todas hasta la que sería mi habitación por el momento. había descubierto un desnivel en la casa, pareciera que fuera una planta, pero no son dos o tres, no estoy seguro, pero no se nota porque al final del pasillo ya estás en la segunda planta, pero si estás en la entrada de la casa y quieres subir tienes unas pequeñas escaleras. Es muy rara, no se como a conseguido este efecto, debe ser por la roca que hay debajo. O alguna ilusión optica o sensitiva, o ambas. Es una casa muy rara. Pero me gusta. Solo me quedán tres pequeñas cajas por subir, y luego haré la cena, o eso intentaré.
Tardé menos de lo que me esperaba en subir las cajas, pero eso me da una hora de margen para ver que era lo que cenaríamos esa misma noche. No habían muchos alimentos, pero si los suficientes para hacer algo de arroz con pollo. Me dedique a hacer el arroz, sin prisa ninguna porque no tenía ninguna. Cuando estuvo listo comencé a trocear el pollo y echarlo a la sartén para freirlo.
A la media hora de comenzar a cocinar la puerta de la entrada se abrió, dejando paso a las risas de padre e hija, mientras que se despedían de Yang en la entrada. En un principio pensé que sería cansado ir y venir de su casa hasta aquí. Pero Yang me dijo que se había mudado a una casa a pocos kilómetros, en realidad él era el vecino más cercano que tenía Ji.
Me comencé a poner nervioso, pero no se exactamente por qué. Si no era nada del otro mundo, era una costumbre para mi cocinar para Ji. Era algo que siempre me había gustado hacer. Pero ahora estoy algo nervioso. Además que no solo tenía que convencer a Ji de que me tenía que quedar, si no que también tenía que convencer a su princesita.
Los vi llegar, Ji estaba radiante con esa sonrisa, como la había echado de menos. Era la luz que iluminaba mis días de juventud, aunque ahora también soy joven, pero cuando aun lo era más. Vi como Yoon acercaba a su padre a una de las banquetas para que se sentara junto a la cocina (n/a: si alguien no recuerda la distribución de la cocina que mire los anteriores capitulos... donde se describió).
- ¡Hola!
- Hola princesa, ¿qué tal os ha ido? ¿te ha caído bien el amigo de tu umma?
- Tu, babo, no me llames umma, solo se lo permito a ella.
- Claro, yeobo - ¿qué dirá ahora? si tuviera una cámara a mano para inmortalizar este momento. Eso a sido un flash. Adoro a esta niña, lleva una cámara en las manos. Y fotografía su umma mientras está haciendo pucheros. Yo también quiero esas fotos. - Luego me pasas las fotos.
- Nadie va a pasar fotos a nadie. Yoon Ji, dame esa cámara. ¿Dónde estás? No corras, YOON JI~
~POV~ Seung Ri (PRESENTE)
Me ha venido muy bien que se fueran fuera a comer, así no tendría que inventarme ninguna excusa para que se largaran de la casa, así tendría tiempo de prepararlo todo. Mi suegra vendrá a por Dak-ho para dormir, creo que me ha dicho que venía sobre las 7. Espero que venga antes, tengo unas ganas de estar a solas con mi esposo, y así poder encargar otro bebé. Pero primero tendría que hablarlo con él ¿no?
Será mejor que no, porque si no pasará lo de la última vez que saqué el tema, discutiremos y él se irá por una semana a su piso de soltero, ese que compartían Kwon y él. No me gusta que valla a ese sitio, siempre he sentido como me compara con él. Aunque él no se de cuenta, se que lo hace. Aunque me profese todo ese amor, se que Ji le dejo una huella que incluso a día de hoy se mantiene en su corazón.
No se que hacer para que solo me vea a mi, por un tiempo llegué a odiar a Kwon, pero como no hacerlo, aunque fuera yo el que se interpuso en su relación, pero se que mi Dae a veces le echa de menos, sobre todo en la cama. No debería de sentirme así, porque fue Dae el culpable de que se separaran, claro Dae y yo. Pero es frustrante luchar contra alguien que ni siquiera está presente en tu vida.
Me frustra, que muchas noches lo llame en sueños, me frustra que inconscientemente me compare con él. Oh, mierda, el pastelito. Debería de relajarme, si no, no quedará ninguno para después de la cena. Ya son las cuatro de la tarde, espero que lleguen pronto, ya he organizado todo, y está todo escondido. Solo espero que nada empañe nuestra felicidad.
Oigo como la puerta se abre, y veo a mi pequeño correr hacia mí. Se me tira encima, menos mal que estoy sentado en el sofá, sino me hubiera tirado al suelo. Veo de reojo como mi esposo va directamente a la cocina, y no me saluda. Esto es raro, siempre me saluda nada más entrar. Pero no puedo levantarme e ir con mi marido porque un principito requiere de mi atención.
- Umma, umma, hemos visto a un hombre y una niña, y la niña tenía los ojos de appa, y appa se ha quedado quieto mirando al hombre. Era muy guapo.
- ¿Qué?