Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fighting with the dark por Luna Kaze no Kizu

[Reviews - 12]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola de nuevo, para esta historia no tenia planeada una continuacion... simplemente iba a ser un one shot, finalmente decidi continuarla dejando que la historia tomara su ritmo... quiere decir que practicamente se ha escrito sola en mi computadora xd.

he estado en temporada de examenes finales, ademas tambien en mi temporada de depresion.

no los molesto mas y los dejo leer

Yusuke se había librado de un problema mayor… aunque estaba seguro que cuando regresara a casa no la tendría tan sencillo, y tenia muchísima razón.

_ ¡YUSUKE!- una muy cabreada Keiko estaba justo en la puerta. Al parecer estaba esperándolo, y no se libraría de ella con una simple excusa. Por supuesto que no.

No dijo nada, sabía que solo aumentaría sus problemas.

_ ¡De nuevo te quedaste peleando en la calle! ¡Llegara el día que te maten! ¡¿Qué acaso no consideras a la pobre señora Atsuko?! ¡Eres un grandísimo irresponsable!- siguió diciendo ella incansable mientras caminaba tras el, no parecía dispuesta a marcharse pronto.- ¡Si sigues así acabaremos asistiendo a tu funeral en muy poco tiempo! ¡No terminaras la escuela con todas las inasistencias y malas notas que tienes! ¡Serás un vago fracasado que solo encontrara trabajo recogiendo la basura! ¡Eso no es justo con tu madre!...

Yusuke respiro profundamente… así seguirá a menos que hiciera algo para que se callara.

Pero al parecer permanecer indiferente mientras le hablaba tuvo un efecto que a la larga fue beneficioso, salvo por la enorme bofetada…

No se la vio venir y de haberlo hecho tampoco hubiera podido hacer demasiado, muy cierto era que la única persona que podía golpear a Yusuke Urameshi era Keiko.

Así había sido desde siempre y no se iba a comenzar a cuestionar desde ahora el porque de sus acciones y pensamientos con respecto a ella en particular… pero si sabia que lo que sentía por Keiko era diferente. Pese a ello no le dedicaba demasiadas reflexiones. Porque el nunca había sido del tipo de personas que reflexionaran.

 

 

 

 

Hiei estaba en esos momentos en su escritorio, terminando con los últimos detalles correspondientes con aquella detención.

Pero algo no lo dejaba en paz, un presentimiento.

Y sumado a eso estaba algo preocupado por la actitud de Kurama. Siempre sabia identificar sus reacciones, por más que Kurama siempre se esforzaba por controlarlas cuando se encontraba rodeado de personas, había notado la molestia del peli rosado, y eso no era nada agradable. No sabia que era lo que podría hacer Kurama cuando el llegara a casa. Pero no quería pelear con su novio, realmente no era nada feliz cuando tenía que pelear con Kurama. Porque era la única persona a la que amaba, la única persona a la que se había permitido amar… y teniendo en cuenta su personalidad. Aquello había sido toda una batalla.

Amaba a Kurama. Era algo que no podía reprimir o controlar en lo absoluto.

 

 

 

 

Una castaña estaba enojada. Pero después de haber dado tan monumental bofetada su malhumor había mermado al punto que le había dejado la comida preparada a aquel conflictivo muchacho al que tanto quería.

Yusuke lograba sacarla de quicio al completo, pero lo quería demasiado como para que simplemente dejara de importarle, Yusuke era Yusuke. Ella lo sabía, era alguien diferente por donde se le viera. Había muchas cosas con respecto a Yusuke que jamás seria capaz de entender del todo, y ahora sentía que esa barrera entre ambos había crecido más de lo que nunca lo había hecho, y eso la lastimaba.

Veía como Yusuke estaba tirando por la ventana su futuro… ¡El que podía llegar a tener tanto éxito! Y es que una de las mejores cualidades de Yusuke era esa luz interna que poseía, no había manera de describirlo. Una sola palabra simplemente palidecía y no alcanzaba para decirlo todo, Yusuke era… luminoso, como el sol, atraía a las personas, generaba fuertes emociones. Ya fuera positiva o negativa, además que era una fuerza imparable de la naturaleza. Yusuke tenía muchas facetas… y con los años que llevaba junto a él, ella estaba segura de que no podría conocerlo por completo… a cada día descubría algo nuevo…

_ Ya me voy- anuncio, seguramente Yusuke estaba encerrado en su habitación si no es que había decidido salir por la ventana.

 

 

 

De nuevo, contemplar como el tiempo pasaba, quizás pensando que todo mejoraría de una manera u otra, o que quizás empeoraría. O quizás todo seguiría igual por más tiempo… estaba esperando… lo cierto es que su vida había estado cargada de eso, de andar esperando… pero no podía hacer mas. A veces la mejor manera de ayudar a aquel a quien mas amas es simplemente dejándole su tiempo para que pudiera encontrarse a si mismo… esperaba con toda la añoranza que  nunca imagino tener, que el regresara a su lado.

Mientras se dedicaba a vivir sin pena ni gloria, cuidaba del apartamento, se encargaba de mantenerlo todo en orden… trataba de no moverle demasiado las cosas para que no le hiciera lio después.

Porque el era demasiado ordenado… mantenía todo libre de polvo. Lavaba su ropa y se aseguraba de que sus documentos permanecieran ordenados en los cajones…

Diez años atrás se hubiera burlado de su forma de vida ahora… simplemente esperando. Perdida y totalmente enamorado, de alguien que al parecer no estaba del todo sano. Pero el amor era de esa manera, nunca escogías a la persona a la cual le darías tu corazón… era imposible, llegaba y se quedaba…

Podías resistirte… puede que tuvieras éxito… pero después era posible que te arrepintieras. Y puede que no tuvieras éxito en resistirte y te dejaras arrastrar… pero en ese momento estabas aceptando el amor como venia, con sus momentos buenos y sus momentos malos… y era posible que hubiese más momentos malos que buenos…

Y si, esta era la vida de Itsuki ahora… y no se quejaba… solo se quedaba a la espera.

 

 

 

Kurama estaba saliendo en esos momentos del hospital.

Sabia que Hiei estaba aun en el trabajo, debía estar haciendo el papeleo esa noche. Después de los buenos golpes que tenia cuando había llegado al hospital no le cabía duda que tardaría en llegar a la casa, y no estaba seguro de verlo o no. No quería. Al menos de momento.

Cuando llego a casa, el silencio fue su única bienvenida. Se dirigió directamente a la habitación puesto que no tenia hambre… de hecho quería meditar a solas… analizarse a si mismo y saber que era lo que tanto le disgustaba…

¿Su molestia era con Hiei?

Si… en parte…

¿Por qué?

La razón no estaba lo suficientemente clara.

Cerró los ojos a la vez que se despojaba de la chaqueta y se tendía en la cama… cubriendo sus ojos con el brazo en medio de la penumbra…

 

 

 

Cuando llego a casa supo que Kurama había llegado al ver sus zapatos… pero solamente por eso, porque la casa estaba completamente a oscuras. Al parecer se había ido directamente a la habitación principal.

Se encamino allí, no quería reconocer que estaba nervioso, enfrentaba situaciones muchísimo peores que la que estaba enfrentando en esos momentos, pero ahí estaba, se encontraba nervioso, ante la perspectiva de ver a Kurama… de enfrentarse a aquellos impactantes ojos verdes que sabia lo verían con alguna especie de reproche.

Pero finalmente tomando una bocanada, de aire, reprochándose tanta cobardía, entro en la habitación, si Kurama estaba enojado era su maldito problema, el no era culpable de ser un policía y haber resultado lastimado en el ejercicio de sus funciones. Además eran unos golpes insignificantes.

Cuando entro en la habitación, en busca de Kurama, al principio no se percato de su presencia, pero allí se encontraba. Estaba acostado en la cama, con un brazo sobre sus ojos, al parecer dormido, pero descarto esa idea… seguramente Kurama estaba pensando. Solía ponerse a pensar olvidándose de todo lo que le rodeaba.

Pero aquel brazo se aparto y esos ojos verdes se abrieron, para mirarlo directamente.

Impregnados de un sentimiento que no pudo identificar pero que le hizo sentir un escalofrió en la espalda.

No supo cuanto tiempo estuvieron mirándose a los ojos intensamente, aunque si supo que había sido un buen rato…

Ninguno de los dos dijo nada, aunque tampoco parecía que fuera necesario romper el silencio para entenderse mutuamente.

Sin embargo si le sorprendió la próxima acción de Kurama. Ese beso posesivo que le robo. Sin embargo Hiei se dejo sin ninguna especie de resistencia. Le gustaba que Kurama tomara la iniciativa.

El beso se torno poco a poco mucho más demandante… y Hiei se encontró arrodillado en la cama, con sus rodillas apoyadas en el colchón a cada lado del cuerpo de Kurama. Se separaron lentamente. Mirándose a los ojos, los de color rojo de Hiei… y los verdes y brillantes de Kurama.

_ Discúlpame- dijo Hiei.

Kurama lo miro intensamente, pero no dijo nada más…

 

 

 

 

Un pelinegro aprovechaba para salir por la ventana… quizás pudiera arreglar cuentas con los idiotas que lo habían molestado el otro día.

Había aprovechado que Keiko estaba fuera de casa… su madre como siempre se había ido de viaje en uno de sus interminables deseos de aventura… Keiko solo iba a casa en las mañanas, para buscarlo y llevarlo a la escuela. Aunque Yusuke no le ponía demasiados problemas con lo de irse a la escuela, siempre se salteaba las clases…

Estaba esperando que ella se cansara de estar persiguiéndole. Estaba cansado de que comenzara a regañarle. Y que feliz seria cuando ella dejara de darle esas bofetadas bestiales…

No llevaba demasiadas cuadras cuando…

_ ¡Urameshi! ¡Acabemos con esto!

_ De nuevo tu.- suspiro el pelinegro. Pero se dio la vuelta, poniéndose en guardia…

Otro problema en su mundo. Kazuma Kuwabara. Ese sujeto no se cansaba de que lo golpearan… y vaya que lo había golpeado bastante, había perdido la cuanta de las veces que habían peleado, desde la primera vez que peleo con el peli naranja… supo que no se libraría de el. Porque el chico siempre regresaba. Yusuke no iba a negar que el chico tuviera determinación, pero no le apetecía estar golpeándolo a cada nada, porque primero que podría dejarle una lesión que no se curaría del todo. Y segundo las peleas con el siempre eran largas porque sin importar en que estado se encontrase, Kuwabara siempre se levantaba para continuar.

Cuando finalmente no podía levantarse… Yusuke le llamaba alguna ambulancia, no quería ser responsable de asesinato por dejarlo allí aplastado en el suelo.

Y esa ocasión no fue la excepción… por supuesto que no.

 

 

Kurama gimió… ya no podía mas… lo sintió enterrándose en su cuerpo. Abriéndose pasó en su interior. Hasta que sus caderas chocaron contra su trasero.

Arqueo la espalda… la sensación de sentirse completamente lleno, solo mejoro con las estocadas. Sentado como estaba era mucho mas fácil para el, ser quien marcara el ritmo.

Y al dar una mirada a Hiei, supo que eso era exactamente lo que quería.

Y comenzó, lo montaba cada vez más rápidamente… y los gemidos y jadeos de ambos iban en aumento, Kurama subía y bajaba sobre aquella erección a la vez que sentía como Hiei recorría su cuerpo.

Una leve caricia en uno de sus pezones y una mano posada en su nalga. Acunándola… era el quien llevaba el control en esa ocasión. Y cada gemido que conseguía arrancarle a Hiei era un incentivo para ir más aprisa. Comenzaba a cansarse pero sacando fuerzas de donde no sabia que las tenia, pudo continuar.

Los dos se vinieron a la vez en un fuerte y devastador orgasmo que los dejo fuera de combate a ambos.

La mano que había estado posada en su trasero acaricio su espalda… muy lentamente, desde la baja espalda hasta la nuca… le había apartado el largo y denso cabello rosa de la espalda y la nuca. Estaba cubierto por una ligera capa de sudor.

Podía sentir su respiración que estaba un poco mas calmada en su cuello, haciéndole cosquillas.

_ Eres un tonto- murmuro Kurama, suavemente en la penumbra sin moverse de su posición en lo absoluto.

Hiei no dijo nada, simplemente paso a rodearlo con sus brazos…

 

 

 

Después de las clases nocturnas, Keiko iba camino a casa, puede que estuviese distraída, porque en ningún momento se percato de la interesada mirada que estaba posada en ella… una mirada que no parpadeaba.

El camino a casa de noche era algo que la ponía nerviosa, pero como siempre no podía contar con que Yusuke la acompañaría a las clases, porque el chico no quería saber nada de la escuela. Y cuando iba a la escuela en la mañana se saltaba las clases, por lo que… perdería el tiempo si le sugería ir a la escuela de noche para tomar parte de las clases particulares.

Aunque Keiko era una buena estudiante últimamente había necesitado esas clases de tutoría… porque sus notas habían estado decayendo este último año.

Cuando esos brazos se estrecharon contra su cintura se resistió con toda su fuerza, pero otro brazo le puso frente al rostro un paño, con un olor desagradable.

Y no supo nada mas del mundo… ni siquiera supo que era lo que pasaría a continuación, pero no había que ser un genio para saberlo.

Antes de quedar completamente inconsciente sintió como su cuerpo era cargado como si fuese un costal… las luces de la ciudad a sus ojos se veían como una fiesta de colores. Que le hizo doler la cabeza.

Pero al menos no duro demasiado tiempo la tortura porque quedo inconsciente.

 

 

Fue definitivamente un mal presentimiento…

Un nombre cruzo su cabeza.

Maldita sea…

Keiko.

Regreso a casa rápidamente, era el primer sitio donde buscar… aunque algo le decía que ella no estaba allí.

Pero no importaba. Iba a encontrarla así tuviera que ir a buscarla hasta el fin del mundo, porque simplemente no podía vivir sin ella.

 

 

 

 

 

A la mañana siguiente, un somnoliento pelinegro estaba en su escritorio, al parecer ese día no tendrían mucho que hacer. Y la falta de actividad sumada al cansancio que sentía no le estaba ayudando a mantenerse despierto. No quería que el jefe de escuadrón lo encontrase durmiendo.

Encima del escritorio estaba una carpeta… era el expediente de un caso en el que Hiei estaba personalmente muy interesado, se trataba de una serie de desapariciones. Más que todo jóvenes. Chicos y chicas eran secuestrados a partir de las 7:00 de la noche.

No había ninguna razón para suponer que estuviesen muertos.

Hiei había hecho todo lo posible para que le fuera asignado el caso. Tenía una muy buena razón: Una de las personas desaparecidas era su hermana menor. Yukina.

El y Yukina habían tenido una vida dura, puesto que su madre había muerto cuando eran muy jóvenes y ellos nunca habían llegado a conocer a su padre, crecieron bajo la tutela de servicios sociales.

Yukina fue rápidamente adoptada, sin embargo Hiei creció, siendo trasladado de una casa abrigo a otra.

Desde la adopción de Yukina ambos habían perdido el contacto. Y cuando el entro a trabajar en el departamento de policía. No le costo demasiado encontrarla. Sabia donde estaba viviendo y que se encontraba estudiando literatura. Y que solía redactar una pequeña columna en el diario de la universidad donde estudiaba.

Hacia al menos unos tres meses que había comenzado esa ola de secuestros, Yukina había sido la segunda victima.

El juro hacer lo posible para encontrarla. Concentrando cada rato libre en ese caso, averiguando una y otra vez, revisando minuciosamente todos los pequeños detalles, buscando algo que pudiera habérsele pasado por alto para poder encontrarla. No iba a escatimar esfuerzos cuando se tratase de su hermana, su única familia.

Se había enterado que anoche habían recibido una llamada, reportando la desaparición de una chica mas… la foto de la linda chica de cabello marrón y rostro dulce lo miraba desde el escritorio, al igual que la foto de su hermana menor, y en total otras 23 fotos.

Ya estaba convirtiéndose en algo para preocuparse a nivel nacional. Estaban investigando todas las opciones. El particularmente creía que los secuestradores se estaban haciendo cada vez mas y mas descuidados, porque estaban aumentando demasiado los secuestros de un tiempo hasta ahora, el estaba decidido a atraparlos para salvar a su hermana.

Era algo personal, y por eso le imponía el doble esfuerzo.

Bebiendo un poco de café, se centro de nuevo en aquellas fotos, en los informes de las escenas, de la central de llamadas de emergencia, los informes de los forenses sobre las pocas evidencias que habían podido encontrar.

 

 

 

 

Un golpe seco se escucho, al igual que el sonido de huesos quebrándose. Era un callejón de una de las peores zonas de la ciudad, había al menos dos cuerpos mas tendidos en el suelo. Nada más verlos simplemente se sabía que habían sido golpeados con violencia, con una ferocidad desmedida.

_ ¡DIME DONDE ESTA!- un furioso pelinegro levantaba su puño manchado de sangre una vez mas. No estaba para tenerle contemplaciones. Iba a matarlo a golpes. Estaba seguro que tarde o temprano alguien tenia que conducirle a quien estaba buscando.

_ ¡Te digo que no lo se! ¡Por favor, ya no me golpees! ¡Te juro que no tuve nada que ver! ¡Nunca antes te había visto!

_ Dime un nombre, o te juro que te matare. No me creo que seas inocente. ¡Tienes que saber quien esta detrás de todo esto!- y al parecer la letal resolución en la mirada del joven y el puño ensangrentado que de una vez estaba volviendo a cernirse sobre su rostro, convencieron al magullado hombre.

 

_ ¡Busca a Sensui! ¡Shinobu Sensui! El lo sabe todo, no hay algo que ocurra sin que el no lo sepa- aseguro.

El pelinegro lo soltó dejándolo caer al suelo con ninguna delicadeza. Sus ojos color chocolate brillando de furia. Iba a encontrar a Keiko, así fuera lo último que hiciera en esta vida. E iba matar al maldito que la había secuestrado.

No estaba conforme con solo haber llamado a la policía, sabía que aquella era una ola de secuestros que ya se les había escapado de las manos porque hasta ahora el caso había estado congelado y convenientemente habían dejado de pasarlo en las noticias.

Eso solamente apuntaba a dos direcciones: los policías estaban cerca de capturarles y no querían dar ningún aviso que pudiera alertar a los secuestradores, o la investigación se había congelado y no querían admitir que la situación les había superado.

Se dispuso a comenzar a buscar a su nuevo blanco, Shinobu Sensui.

Notas finales:

bueno... ¿que les parece? como pueden ver comienzan a formarse los lazos entre los personajes, en algun momento todos se encontraran...

esperemos que sea para bien y no para mal...

¿Podra Yusuke encontrar a Keiko?

matta ne

atte: Cyssa


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).