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Fighting with the dark por Luna Kaze no Kizu

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Notas del capitulo:

Hola, a los que me leeis en esta categoria... si aun estais alli, he estado ocupada protestando e incluso fui detenida por salir a la calle a protestar por mis derechos.

Dejandod de lado eso, aqui les traje la continuacion... y como estoy de vacaciones y por ahora no pienso salir a protestar, la actualizacion vendra pronto.

Si tenes alguna sugerencia o quereis estar enterados de QUE dia voy a publicar. Me podeis conseguir en Facebook como Cyss Librae y en Twitter como @WinterLadibug13

Os dejo

Yusuke caminaba rumiando su malhumor al avanzar… la información que tanto le costo reunir no le fue de demasiada utilidad al policía. Le costo bastante reunir toda esa información, falto días a la escuela. Paso noches enteras sin dormir, golpeo a más de un matón de poca monta de la zona y amenazo a otros cuantos.

Su misión era aquel chico misterioso que vivía en el apartamento del último piso, del último de los tres edificios del callejón de las putas.

Estaba decidido a tomarle una foto al inquilino anti social (así le llamaban todos los demás habitantes del edificio)

El chico no saludaba a ninguno de sus vecinos, salía puntual a lo suyo.

Nadie sabía su nombre. No recibía cartas. Mucho menos paquetes.

Cuando Yusuke reviso el panel de intercomunicadores en la planta baja del edificio, no había ningún apellido escrito en el espacio correspondiente a su departamento, lo mismo en la recepción del edificio donde los demás habitantes del edificio iban a recoger su correo. Tenia bien claro que de los vecinos no podría sacar gran cosa.

Por lo que solo le quedaba convertirse en la sombra de aquel chico.

 

 

 

 

Un malhumorado Kurama estaba sentado en la sala, hacia rato que se hizo de desayunar e intentaba distraerse con un libro cuya lectura dejo en suspenso hacia unas semanas por el exceso de trabajo.

Se vio forzado a apagar el teléfono móvil y desconectar el teléfono de la casa porque las llamadas del hospital no dejaban de lloverle.

Era su deber ir cuando le necesitaran para salvar las vidas que pudiera. Pero Hiei le pidió que permaneciera en casa. Y eso es lo que haría a pesar de que la frustración y la culpabilidad lo estaban matando.

Se esforzó mucho para conseguir su puesto en el hospital y todo esto podía afectarlo seriamente.

Todo su esfuerzo podía irse por la borda y repentinamente se sintió muy molesto con Hiei… ¿Por qué justamente un secuestrador lo querría a el?

Escucho el sonido que hacían las llaves y luego la puerta se abrió con un ligero crujido.

No hizo ningún movimiento para darle la bienvenida a su novio, estaba demasiado enojado para eso. Trato de concentrarse mejor en su libro pero descubrió que llevaba en la misma línea desde hacia al menos unos 15 minutos.

 

 

 

 

Apenas cerro la puerta se percato de que Kurama estaba sentado en el sofá de la sala, aquello era mala señal que lo hubiese escuchado llegar y no se le acercara a saludarle o al menos diera muestra de reconocer su presencia.

Y al ver el reloj supo porque.

Por más que se esforzó en llegar a tiempo, no pudo llegar antes de la hora.

Kurama tuvo que faltar al trabajo, y al ver el teléfono de la casa desconectado supo que el pelirrojo estaba de un humor de los mil demonios.

No era para menos, Hiei sabia la culpa que embargaba a Kurama cuando ignoraba los llamados del hospital.

El chico no dejaba de pensar en sus pacientes ni siquiera cuando estaba en casa…

No sabia que hacer para disculparse. Nunca fue bueno en ese tema. Pero algo le decía que marcharse a la habitación o volver a irse de la casa no era la mejor manera de lidiar con todo aquello.

Maldiciendo mentalmente, se sentó en el sillón opuesto al sillón de dos plazas donde Kurama estaba instalado con un libro en su regazo, veía fijamente las páginas, pero parecía que su mente estaba muy lejos de aquel libro que sostenía.

No hizo ningún movimiento para captar su atención, después de todo no sabia ni que demonios iba a decirle.

Aquel silencio pesado entre ambos se prolongo lo que al pelinegro le pareció una eternidad pero no fueron más de 15 minutos.

_ ¿Cómo estas tan seguro que ese maldito secuestrador esta detrás de mi? – fue Kurama quien finalmente rompió el pesado silencio.

_ No tengo pruebas.- admitió Hiei.

_ ¿Todo esto es porque te comente que alguien me seguía?- pregunto el chico.

_ Lo dices como si no tuviera importancia. Por lo general que una persona te siga es motivo para que alguien razonable se alarme, Kurama.- Hiei estaba luchando por mantener la paciencia.

Lo que menos necesitaba en esos momentos era una pelea con Kurama.

_ No quiero perder lo que me ha costado tanto trabajo ganar. No quiero ignorar las llamadas del hospital. No estoy dispuesto a quedarme aquí encerrado para siempre. Si bien accedí a faltar ayer fue porque te note preocupado. Pero no voy a seguir así.- Kurama puso sus cartas sobre la mesa y Hiei le conocía esa mirada que tenia.

No iba a aceptar un no por respuesta.

_ Bien, tienes razón al estar enojado, no puedo prohibirte que vayas a trabajar y mantenerte encerrado en el departamento, por mucho que me gustaría hacerlo. Pero tampoco quiero comprometer tu seguridad. Te acompañare al trabajo todos los días, y pasare por ti para que regresemos juntos a casa. ¿Te parece?- Hiei no estaba dispuesto a ceder del todo.

Kurama suspiro, pero la frialdad de sus ojos esmeralda se disipo.

_ Supongo que es el mejor trato que puedo obtener.-comento cerrando el libro que hacia rato quedo olvidado.

Hiei no contesto en voz alta, su sonrisa de medio lado fue toda la respuesta que necesito Kurama.

El chico volvió a conectar el teléfono. Ni bien hubo terminado de hacerlo el aparato comenzó a sonar.

Y se apresuro a atenderlo.

_ ¡Kurama! ¿Dónde estabas? ¡Maldita sea! Hay una emergencia de las buenas y estamos necesitando a todo el maldito personal. Mueve tu trasero aquí ahora mismo- La jefa del departamento de emergencias se oía bastante cabreada.

_ Si, voy en camino.- el chico corto la comunicación, no se lo tomaría personal. Después de todo, la jefa de emergencias era una mujer bastante amable pero algunas situaciones sobrepasaban a todo el mundo.

Hiei se limito a acomodarse la chaqueta, era una suerte que no hubiese optado por cambiarse de ropa.

_ Hoy te acompañare. De paso aprovecho para recorrer el hospital.

Kurama se guardo un suspiro y fue en busca de su bolso. A veces Hiei realmente le sacaba de sus casillas.

Pero no quería discutir con el pelinegro, en esos momentos lo más importante era llegar al hospital para atender a sus pacientes y cumplir con su deber. Tal como Hiei amaba su trabajo como detective en la policía, Kurama amaba su trabajo en Emergencias. Y no estaba dispuesto a renunciar a lo que tanto le costo conseguir… por mas amor que sintiera por Hiei.

 

 

Era el segundo día de vigilancia en el departamento del misterioso personaje. Para frustración de Yusuke el movimiento era casi nulo, por no decir que inexistente. El chico no abandonaba el departamento para nada. No hacia ejercicios en la mañana. Sacaba la basura una vez al mes… lo mismo con las compras.

Ninguno de sus vecinos llamaba a su puerta.

Todo el día, Yusuke permanecía en ese pasillo sin hacer nada, bien oculto pero eso se le antojaba casi innecesario debido al nulo flujo de gente en la zona.

Era tanto su fastidio que ya se había aprendido cuantas manchas tenia la pared del edificio pintada de un gris plomo desvaído… sabia cuantas vigas tenia el techo…

A ese paso comenzaría a llevarse la tarea de la escuela para terminarla a sus largas horas sentado allí. Casi podía escuchar la voz incorpórea de Keiko en su mente reclamándole lo descuidado que estaba siendo con sus deberes y lo mucho que eso entristecía a su madre.

Suspiro, no estaba seguro si Atsuko notaba o no su presencia. Aunque siempre se aseguraba de dejarle alguna nota cuando salía. En un sitio bastante visible (la puerta del refrigerador) después de todo allí es que la mujer tenia su reserva de bebidas alcohólicas casi que inagotable.

La escuela podía llegar a quedarle por inasistencias pero prefería mil veces estar buscando a Keiko que pasar las horas viendo el tiempo transcurrir lentamente sentado en un salón de clases con un profesor hablándole de cosas que no le interesaban en lo mas mínimo.

 

La noche que ella no regreso a casa… nunca pensó que pudiera sentir o pensar tantas cosas a la vez, después de todo siempre considero a la chica una verdadera molestia. Era bastante odiosa y mandona.

Pero no supo en que momento llego a importarte tanto. Al punto que no concebía su vida sin ella. Tenia que encontrarla a como le diera lugar. Sin importar todo lo que tuviera que hacer para eso.

Por lo menos mantener una alianza con la policía era algo que no hubiese ni considerado hacia unas semanas atrás, y allí estaba manteniendo contacto casi que semanal con ese policía llamado Hiei.

Era un buen tipo después de todo.

Si dejabas de lado que era un poli y Yusuke le tenía rabia a los polis casi desde que aprendió a caminar.

El problema con los policías es que solían menospreciar a la gente de los barrios bajos. Como deporte se paraban en cualquier esquina de los barrios y comenzaban a molestar a la gente.

Muchas veces Yusuke fue golpeado por uno de ellos, con sus inmensos cayados.

O si no, obligaban a los chicos de los barrios a comprarles el café o el periódico con sus mesadas.

Por eso, desde muy temprana edad, Yusuke se hizo de la fama del “chico malo” porque no estaba dispuesto a dejarse atropellar. Y tampoco dejaba que se lo hicieran a alguien más en su presencia.

A su madre no le importaba que Yusuke se metiera en problemas. Atsuko solo se preocupaba porque las cuentas se pagaran. Y de vez en cuando le dejaba algo de dinero… o cuando Yusuke se veía en necesidad tomaba algo de dinero del bolso de su madre cuando ella llegaba lo suficientemente borracha para quedarse dormida en la entrada.

No se sentía especialmente orgulloso de ello. Pero cuando se veía obligado a hacerlo. Lo hacia.

En especial cuando en la nevera había solamente alcohol y no comida.

Desde temprana edad tuvo que aprender lo que era hacerse cargo de su madre alcohólica y llevar una casa.

Y cuando Keiko se mudo con ellos, su ropa estaba en mejor estado, Yusuke comenzó a esperar con ansia la hora de las comidas…

Tenia alguien con quien hablar, una persona que en cierto modo compartía tiempo con el.

Después de todo… su madre llegaba a casa demasiado borracha para mantener una conversación coherente y más de una vez caía dormida en el recibidor.

Pero Keiko llegaba temprano a casa, siempre hacia comida para tres a pesar de que sabía que Yusuke tendía a llegar tarde y que Atsuko pasaba todo el día fuera de casa.

Le daba a Yusuke la ilusión de que le esperaba un hogar solido, y una cómoda caliente.

Una sensación de seguridad que nunca había sentido antes y a la que se estaba haciendo adicto.

Un repentino ruido lo saco de sus elucubraciones… y era la puerta que nunca se abría. Que en esos momentos se estaba abriendo. Y ¡Oh sorpresa! No era el inquilino del departamento, era otro hombre.

Su cara le sonaba de algún lado. Espero a que la puerta se cerrara de nuevo y saco la carpeta que Hiei le dejo en su ultima reunión… tuvo que contenerse de soltar una exclamación de sorpresa. El tipo que acababa de entrar al departamento no era otro sino Shinobu Sensui.

Acababa de descubrir una bomba.

Hiei necesitaba la ubicación de ese tipo porque estaba seguro que tenia que ver con esa ola de secuestros.

Y Yusuke tuvo que contenerse de no hacer una estupidez y abandonar el edificio.

Tenia que llamar a Hiei cuanto antes, el teléfono publico mas cercano estaba como a dos manzanas de distancia.

No podía esperar ni medio minuto más. Si Sensui decidía irse antes de que Hiei pudiese llegar a detenerlo, no se lo perdonaría.

Ese sujeto era la única pista que podía llevarlo hasta Keiko.

 

 

 

Kurama iba de un lado al otro en la sala de emergencias, su jefa no exagero con su llamada telefónica, un edifico se derrumbo a las afueras de una zona residencial dejando como resultado unos 50 heridos y unos 10 muertos.

Entre los heridos estaban muchos niños pequeños y eso hacia que a Kurama se le partiera el alma, si le preguntaban a el. Ningún niño merecía heridas físicas de ese calibre.

Muchos de esos pequeñitos fueron sacados de debajo de montones de trozos de escombro, algunos de ellos llevaban 2 horas sepultados bajo cemento y montones de escombro que los rescatistas por si solos no podían retirar.

Algunos de los niños presentaban heridas mas serias, seguramente por su ubicación al momento de que estallara todo aquello.

Kurama era el único pediatra del que disponían en emergencias y estaba saturado de trabajo, al menos la jefa de área le había dejado a unas 5 enfermeras bastante experimentadas que lo ayudaban en cualquier cosa que se le ofreciera.

El sabia que Hiei continuaba en el hospital solo que no podía verlo y en esos momentos no podía permitirse tener un pensamiento que no estuviese dirigido a sus pacientes.

 

 

 

 

 

Inmediatamente entro en modo policía cuando vio la emergencia que había en ese hospital, como no era medico y sus conocimientos eran prácticamente los de primeros auxilios, ayudo a movilizar pacientes de un lado al otro. No quería alejarse demasiado del área donde estaba Kurama pero fue inevitable.

Kurama tenia un deber con sus pacientes y el como policía tenia un deber con las personas, el de mantenerlas a salvo.

Por eso cuando su teléfono comenzó a sonar en su bolsillo no quiso prestarle demasiada atención, termino de mover la camilla y cuando se disponía a volver a trabajar, el aparato volvió a sonar de manera insistente, lo saco del bolsillo pensando que quizás era su jefa para pedirle que se reportara en la estación, pero se trataba de un numero desconocido.

_ ¡Al fin atiendes!- era Yusuke y sonaba muy agitado.

_ ¿Qué es lo que sucede?- le pregunta, haciéndose a un lado puesto que no quiere entorpecer la labor del personal del hospital.

_ He visto a Shinobu Sensui  entrando en el departamento de nuestro pintor- le contesto Yusuke.

_ ¿Hace mucho?- pregunto Hiei sintiendo su corazón acelerado, ese tipo era la única pista que tenia para encontrar a su hermana. No podía dejarlo escapar, aunque tampoco quería dejar solo a Kurama.

No tenía más opción.

_ Bien, iré para allá. ¿Hace cuanto que ha entrado?

_ Ya van unos 10 minutos.

_ Bien, necesito que permanezcas allá y me avises de cualquier cambio- pidió el pelinegro.

No tenía más opción que marcharse. Miro a su alrededor buscando a alguien que pudiera transmitir su mensaje y justamente se topa de frente con una de las enfermas que estaba trabajando con Kurama.

_ No te quitare mucho tiempo- le asegura a la chica- Necesito que le digas a Kurama que me espere aquí en el hospital cuando termine su trabajo. Y que si necesita algo me llame. Tengo que irme a trabajar, por favor no quiero que se te vaya a olvidar.

_ Descuide señor- tranquilizo la joven mientras cogía lo que necesitaba del armario de medicinas y rehacía su camino hacia la sede de emergencias.

Hiei abandono el hospital y llamo por refuerzos, se dirigía a la ubicación de Shinobu Sensui para detenerlo. A fin de cuentas el hombre estaba siendo requerido por muchos casos abiertos en su contra y Hiei estaba casi completamente seguro de que estaba implicado en la oleada de secuestros que se estaba suscitando. Después de todo era su caso, y el como uno de los detectives de nuevo ingreso mas eficientes contaba con un razonable grado de credibilidad de parte de la jefa de su departamento.

Una patrulla venia de camino a recogerlo. Porque se iban a la ubicación del sospechoso y como detective que entrego la información, tenia que ir con la división a detenerlo.

 

 

 

 

Permanecía completamente atento al movimiento en el departamento aunque no era como su pudiera tener una vista completa de aquel lugar.

Rogaba que Sensui no se fuera del lugar antes de que Hiei llegara con los demás policías. Ese tipo seguramente podría conducirlos hasta Keiko. No iba a pararse en consideraciones, haría lo que fuera necesario para encontrarla.

No escucho en ningún lado las sirenas de las patrullas de policía pero si podía ver al menos tres patrullas deteniéndose.

 

 

 

 

Se percato enseguida de la presencia de alguien mas en el pasillo, porque siempre estaba desierto, debía admitir que el chico era bastante bueno escondiéndose pero no por nada tenia la posición que ostentaba en el bajo mundo, no era conveniente que llamara la atención sobre su presencia en ese sitio. Solo le interesaba ver a Itsuki y saber si es que se encontraba bien y también le traía los materiales que el chico le había pedido para pintar su tan amada vista. Ya tenía las llaves de su nuevo departamento. Ese que estaba en el pasillo espiando seguro que era el mismo que estaba golpeando gente a diestra y siniestra en la zona baja. No temía porque pudieran hacerle algo a Itsuki, pero igual no deseaba que su chico estuviese expuesto a la policía.

Rumio su molestia pensando que disponían de poco tiempo, mandando algunos mensajes de texto para retrasar lo más posible a los policías, se abrió paso en el departamento… Itsuki estaba sentado en la única silla de la sala, leyendo un libro que el le compro hace poco, pero apenas se cerro la puerta el chico se levanto y lo beso con efusividad dándole la bienvenida.

_ Te he traído los materiales que me has pedido para pintar tu cuadro, pero me temo que no tenemos demasiado tiempo.

_ Son tantas mis ganas de pintarlo que voy a terminarlo muy rápido… Tenemos que irnos ¿verdad? No te preocupes tu empaca y yo estaré listo a tiempo.- le aseguro Itsuki con una leve sonrisa.

Sensui le dedico una leve sonrisa e hizo lo que le decían.

Disponían al menos de unos 20 minutos.

 

 

 

 

 

 Ya habían pasado al menos 3 horas desde la emergencia y las cosas estaban más calmadas pero Kurama no se permitía tener un solo descuido. Se preguntaba donde estaba Hiei pero no daba señales de aparecer.

Suspiro… su cabello estaba pintado de plata y alisado, por lo que tenia un aspecto diferente. Pero Hiei no quería que el regresara solo a casa.

Y el tampoco se sentía con mucha confianza como para intentarlo, cuando se cambio la ropa de emergencia por la de calle, saco su teléfono celular y marco a su novio esperando a que contestara.

 

 

 

 

 

La partida de policías subió con discreción las escaleras del edificio, Hiei estaba atento a cualquier lugar al que ingresaban esperando divisar a Yusuke.

Cuando llegaron al último piso, ante la puerta del departamento uno de los agentes llamo a la puerta.

Nadie contesto.

Ninguno quería anunciar que era la policía, porque sabían que el sospechoso detrás del que estaban era un hombre de alto perfil que seria capaz de lo que sea si sabia que eran los policías quienes llamaban a su puerta.

Hiei no quería estar en los zapatos del policía que se encontraba ante la puerta.

 

 

 

 

Desde el interior del departamento, Itsuki dio la última pincelada a su obra maestra justo cuando alguien llamaba a la puerta. Dio una mirada hacia el pasillo por el cual salía su novio, armado. Le miro esperando disuadirlo de lo que planeaba, sabia que Shinobu no era el tipo de hombre que reaccionaba bien ante las sorpresas.

_ ¡Abra la puerta o la derrumbo!-se escucho una voz del otro lado de la puerta- ¡Policía!

Itsuki le hizo una seña a su novio. Shinobu no muy convencido, acepta la silenciosa proposición de Itsuki.

Mientras el chico se dirige a la puerta y la entreabre.

_ ¿Cuál es el motivo de que se presenten en mi casa de esta manera?- dice inexpresivo, frio y severo. Muy diferente al rostro que le muestra a la única persona que le importa.

_ Tenemos fuertes motivos para sospechar que esconde a un prófugo en su casa señor- dijo el detective. Itsuki paseo su mirada dura por todos los hombres armados que rodeaban al detective.

_ Eso es ridículo- afirmo con todo el desprecio que su tono podía denotar y no tuvo que fingirlo demasiado después de todo desde que era muy joven odiaba a los policías.- ¿Tienen una orden de registro?

Hiei contuvo la maldición, los había atrapado, normalmente la gente se intimidaba cuando la policía se apersonaba al sitio y la orden de registro no estaba siquiera redactada.

_ Si no la tienen, no van a poner un pie en mi casa y les agradecería que dejaran de estar molestando, tengo cosas que hacer- dijo el chico.

_ Una ultima cosa antes de dejarle. ¿Ha visto a este hombre?- pregunto el agente, mostrándole al chico una foto de Shinobu Sensui…

El negó con la cabeza.

_ Me temo que volveremos a vernos. En la siguiente oportunidad con la orden policial- dijo el agente como despedida.

Todos los agentes abandonaron el edificio.

Hiei rumiando su rabia.

_ ¿Quién es tu fuente Hiei? ¿Vive en este edificio?- quiso saber el detective que estaba llevando el caso de los secuestros.

_ No puedo compartir detalles- dijo, inflexible.

_ Oh vamos no seas egoísta después de todo es mi caso- se quejo el tipo con cara de cierto fastidio.

_ No es egoísmo es una cuestión de respetar la confianza que se me ha otorgado y una de las condiciones que se me impuso fue no revelar la identidad de mi fuente ante nadie.- dijo Hiei.

La conversación murió allí, Hiei saco su teléfono móvil y fue cuando vio todas las llamadas perdidas de Kurama.

Mierda.

Saco las llaves de su motocicleta y bajo los escalones restantes a la carrera sin hacer caso del llamado que le hacían sus compañeros de escuadrón.

Salió a toda velocidad en dirección al hospital donde trabajaba Kurama.

Tenía un muy mal presentimiento.

 

Notas finales:

El siguiente capitulo sera un vistazo al pasado... 

Aunque no dire de quien.

Se les quiere

Cyss


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