Yusuke llego al hospital en tiempo record, antes de que pudiera entrar, alguien lo arrastro firmemente del brazo hasta llevarlo a la parte más cercana a la entrada. Hiei estaba vestido de negro de pies a cabeza, como siempre. Tenía su placa y el arma de reglamento. Por su aspecto no había llegado a casa después de salir de la estación, tenía un aspecto febril. Algo estaba terriblemente mal. Era como verse en un espejo luego de que Keiko desapareciera.
¿La diferencia? Hiei estaba entrenado para esta clase de situaciones, podía hacer algo más de lo que Yusuke pudo. Y si algo sabia de tanto ver series policiacas, era que las primeras horas eran cruciales en toda investigación.
_ Te he llamado aquí porque tenemos una posibilidad de averiguar qué demonios es lo que está pasando. El asunto es así: Kurama desapareció luego de salir de su turno. El camino desde este lugar a casa es de 30 minutos, en un callejón encontré un cadáver. No hay rastro de las pertenencias de Kurama y esto no es igual a los otros casos, si nos movemos rápido podemos encontrarlos y que nos guien a su base.
Yusuke no supo que decir, que Hiei pudiese permanecer tan centrado cuando su novio acababa de ser secuestrado hablaba de su fortaleza.
_ Cuenta conmigo- repuso, sin perder el tiempo.
_ Bien comencemos por…- el sonido de su celular interrumpió lo que Hiei iba a decir, los dos contemplaron la pantalla del aparato, era un usuario privado, de esos que no permitían que su número apareciera. Lo cual activo aun más los instintos policiacos de Hiei. Quien estuviera llamando tenía algo que ver con lo que estaba pasando, muy posiblemente tenía a Kurama y sabía que él era un policía. No quiso pensar en lo que podrían hacerle a su novio como represalia.
Tanto los traficantes como los mafiosos tenían asuntos pendientes con Hiei.
En esta situación es que salía a relucir lo malo de estar involucrado con él.
Solo rogaba que Kurama estuviese bien. En el mejor de los casos lo estaban llamando para negociar. Con tal de tener a Kurama de vuelta estaba dispuesto a hacer lo que sea, incluso… llamarla a ella.
Puso el teléfono en alta voz y tomo a Yusuke del brazo, alejándolo aun más del hospital, no quería que alguien escuchase la negociación y se hiciese ideas raras o llamase a la policía. Eso era lo último que necesitaban.
_ Detective- una voz muy conocida para Hiei se escucho apenas atendió el teléfono.
_ ¡Sensui!- siseo Hiei- ¡¿Dónde está el?!
_ No hay necesidad de alterarse, imagino que encontró el cadáver en el callejón cerca del hospital.- repuso el hombre.
_ Si- repuso Hiei. Ni él ni Yusuke necesitaban conformación sobre la identidad del asesino.
_ El está conmigo. Tiene un par de moretones y una herida algo desagradable. Quiero acabar con esto lo más pronto posible. No quiero nada que ver con la policía, haberte llamado ya es bastante. Creo que sobra decirte que tengas más cuidado con lo que valoras.
¡¿Qué cara tenia este tipo para decirle eso?! ¡Lo iba a matar!
_ ¿Dónde podemos reunirnos? ¿Cómo se que está a salvo? ¡Quiero hablar con él!
_ Creo que el hospital sería un buen lugar para esto. No se me ocurre que garantía pueda darte. Esta inconsciente y no puedo ponerle al teléfono. Depende cómo evolucione su condición volveré a llamar.- eso sonaba como que iba a cortar la comunicación.
_ ¡Espera! Deja que vaya a buscarlo, podría dar problemas una vez que despierte.- Yusuke le dio una mirada de extrañeza al pelinegro y el hombre al otro lado de la línea empezó a reír.
_ Sabes que no puedo hacer eso, eres un policía y eso es lo último que quiero en mi casa. Si algo tengo, es palabra. Al doctor no va a pasarle nada. Mañana estará sano y salvo a la hora que acordemos en el hospital. Y todo esto nunca habrá pasado. ¿De acuerdo?
Antes de que Hiei pudiese decir alguna palabra, del otro lado de la línea parecía haber una conversación tomando lugar. Que poco a poco fue escalando en tonos, aunque no podía llamársela propiamente una discusión. Ninguno de los dos levantaba la voz.
_ ¿Hola?- alguien que no era Sensui estaba hablando, y sonaba como alguien joven.
_ Hola- repuso Hiei.
_ No lo conozco señor. Pero puedo darle mi palabra que el doctor Kurama estará a salvo en mi casa. No soy una persona violenta. Es obvio que él es una persona valiosa para usted. Puedo entender su reticencia a confiar su seguridad a un desconocido. Pero no estaría solicitándolo si no lo considerase necesario. Por favor trate de comprenderlo.
_ Lo que estamos pidiendo es razonable, solo pedíamos que nos devolvieran a Kurama, no es necesario que pase la noche con ustedes.- repuso Yusuke, hablando por primera vez antes de que Hiei pudiese decir algo.
_ El asunto es. No se es seguro aparecer ante ustedes. Todo el asunto de la policía y que no soy una persona precisamente buena en su lista. ¿Cómo se que no me va a arrestar si aparezco allá?- de nuevo era Sensui al teléfono.
_ Las reglas se aplican incluso a los policías Sensui, de momento nadie en el departamento sabe de la desaparición de Kurama, aun si supiesen de ello, no lo buscarían antes de transcurridas las 48 horas que se indican para reportar a una persona como oficialmente desaparecida- recito Hiei.- Nadie va a arrestarte.
_ ¿Qué hay de tu amigo? ¿Cómo se que no están planeando algo?- quiso saber Sensui.
_ Vamos viejo, estoy en la secundaria. ¿Qué posible amenaza podría ser para ti?- repuso Yusuke, con algo de impaciencia.
_ Bien- cedió la otra persona al teléfono antes de que Sensui pudiese hablar.- Los llamaremos en veinte minutos.
Y con eso la comunicación se corto, para frustración de Hiei.
Al menos sabían que Kurama se encontraba a salvo, en donde quiera que estuviese, ya que Sensui no estaba solo. Eso era suficiente para Yusuke, pero no para Hiei, el pelinegro no tuvo un momento de descanso mientras esperaban que se cumpliera el tiempo límite para volver a llamar.
No soltó el teléfono en un solo momento, ni siquiera cuando Yusuke lo convenció para ir a la cafetería del hospital, si tenían que esperar, mejor no hacerlo en el frio ¿verdad?
Les daban alguna que otra mirada extraña, más que todo por el prominente entrecejo de Hiei y lo que parecía ser su obsesión con su teléfono. Se quedaba mirando el aparato como si este tuviese la respuesta a todos los misterios del universo. De ser otra la situación, Yusuke lo encontrara gracioso en cierto modo. Ahora… solo lo encontraba un poco raro.
Cuando el teléfono sonó, Hiei salto del asiento para atenderlo, ganándose más miradas extrañadas tanto de médicos como pacientes, y de algunos familiares que estaban allí para una comida tardía. Pero obviamente eso no le importaba.
…
Luego de cortar la comunicación, en la residencia Sensui hubo un concurso de miradas. Shinobu no estaba feliz con su novio, e Itsuki le devolvía la mirada tranquilamente, haciéndose el desentendido con la molestia de su pareja.
Sin embargo los reproches quedaron en el olvido cuando Itsuki se acerco a Shinobu y lo rodeo con los brazos, dándole un beso en los labios.
_ He querido hacer esto por un largo tiempo, esto solo me da la oportunidad de ponerlo en práctica- repuso el hombre, separándose de su novio para ver a su inesperado invitado, que dormitaba en el sofá.
_ ¿A qué te refieres?- inquirió Sensui, aunque ya tenía una impresión sobre lo que quería hacer su novio.
_ Estoy cansado de que tengamos que escondernos y mudarnos de un lado al otro, pensé que no me importaría siempre que pudiese vivir contigo y seguir pintando, pero… no me di cuenta que el mayor de mis problemas seria temer por tu vida cada vez que sales de casa a cumplir con tus misiones. Ya sean las personas para las que trabajas o la policía, cualquiera de ellos puede matarte, y no podría vivir conmigo mismo si llegase a perderte sin haber hecho nada para salvarte.- repuso Itsuki, todo eso lo dijo mientras acariciaba el rostro de su novio, pasando por su cabello. Una de sus manos posada en su pecho.
Ante eso, el pelinegro no sabía que decir. Que su novio se sintiese de esa manera a lo largo de todos esos años en que vivieron juntos y no se lo hubiese dicho, no sabía cómo sentirse sobre ello, pero ahora que lo sabía… quizá esta solución que había planeado Itsuki, cualquiera que fuese, no sería tan mala. Todo para hacer feliz a la persona más importante en su vida.
_ Aun tenemos tiempo, explícame un poco sobre este plan tuyo- repuso el pelinegro, sentándose en el sofá y llevando a su novio consigo, situándolo en su regazo.
_ Sé que no has asesinado a nadie, solo te piden que busques o recuperes cosas. Pero la mayoría de las veces eso involucra robarlas. Pensé sobre ello y… la mejor idea que tengo es que te conviertas en informante de la policía. Bajo la condición de que no te lleven a prisión.
_ Con eso, harás que todo el bajo mundo me persiga, incluidos todos los malditos para los que he trabajado, y algunos de ellos son unos de los bastardos mas desalmados que hayan venido al mundo, no podría vivir conmigo mismo si algo llegase a pasarte.- repuso Sensui, jugando con algunos de los mechones claros del largo cabello de Itsuki.
_ Para eso está el programa de protección para testigos.- repuso su novio, con una leve sonrisa- Espero que no nos hagan mudarnos otra vez. Realmente me gusta este lugar.
_ Bueno, este camino que escogiste tiene sus propios riesgos, en el mejor de los escenarios ellos aceptaran este trato. Pero en el peor, su orgullo de cerdos incompetentes los cegara ante la posibilidad de atrapar a una de las figuras claves del bajo mundo que no está afiliado a algún grupo yakuza. Querrán hacer publicidad de ello y llevarme a la cárcel para crear un circo mediático.
_ Nadie tiene que saber que eres tu.- repuso Itsuki, y allí fue Sensui no pudo comprenderlo.
_ Piénsalo, ninguno de ellos ha visto tu cara- dijo Itsuki, incorporándose- Nadie sabe como luces, a excepción de un puñado de yakuzas que no tienen razón alguna para delatarte, si ellos no saben quién es el nuevo informante de la policía no podrán afectarnos. Los policías bien podrían pensar que eres otra persona. Y en este encuentro, no tienes porque mostrar tu rostro. Ninguno de los dos tiene que hacerlo hasta que consigamos lo que queremos.
_ Este detective ha estado persiguiéndome por un tiempo, y no está feliz. Nada nos garantiza que no tenga un arma y este esperando el momento en que nos encontremos para arrestarme, si no es que dispara primero apenas tenga a su novio a salvo.
_ Todas esas son cosas que no sabremos hasta que nos encontremos con ellos dos, uno es un estudiante así que no deberíamos preocuparnos demasiado, y como bien lo dijiste, no se arriesgara a que le disparemos hasta que el doctor este a salvo.
_ Bien- repuso el pelinegro, dando un beso en la comisura de los labios de su novio. – Vamos con este plan tuyo. Después de todo no tengo nada que perder. Pero te lo advierto, iré armado.
_ No esperaba que me dijeras otra cosa- repuso Itsuki con una media sonrisa.
_ Así me conociste después de todo- dijo el pelinegro, incorporándose.
Itsuki se quedo solo en la sala mientras Shinobu iba a la habitación, seguramente para prepararse para el encuentro que tendrían en breve. Vivian relativamente cerca del hospital, escondidos a plena vista. Por ello la parte critica del plan seria regresar a casa sin que los siguieran.
Su invitado estaba profundamente dormido, pero en medio de su sueño se retorcía. La experiencia que acababa de vivir era traumática y no podía esperarse menos, ese doctor tuvo suerte de que Shinobu estuviese pasando cerca de ese callejón en el momento en que lo hizo.
…
Cuando llego el momento, Hiei y Yusuke se apresuraron a llegar al parque a la hora indicada, esperando por que apareciera la persona a la que esperaban. Observaban atentamente a todo el que pasara por allí y saltaban ante cualquier ruido. Fue Yusuke quien los vio primero, cuando se le ocurrió mirar en dirección contraria a la entrada del parque, a la parte oscura. Dos personas venían caminando hacia ellos, uno más alto que el otro. El más alto llevaba en brazos a una figura inconfundible.
Sin hacer un escándalo, Yusuke halo la manga de Hiei para hacerlo voltear, los dos se incorporaron de la banca. El extraño que llevaba en brazos a Kurama se quedo cubierto por la sombra y el otro se acerco a Yusuke y a Hiei.
_ Buenas noches.-saludo, tenía una voz suave. Era quien les había garantizado al teléfono que Kurama se encontraba bien.- Como prometí, aquí está el doctor.
Hiei estudiaba a su novio aun desde esa distancia, en busca de cualquier daño.
_ Esa no es su ropa- dijo el pelinegro, tensándose. Una de sus manos fue instintivamente hacia donde guardaba su arma, el otro extraño pareció tensarse ante la acción del pelinegro, tomando una postura agresiva aun con Kurama en brazos.
_ Pensé que no le haría bien despertar cubierto en sangre, además, tenía que tratar las heridas.- respondió el extraño, sin la menor preocupación.- Su bata quedo totalmente arruinada. Es una experiencia traumática la que paso, hacerlo despertar cubierto de sangre y mugre no sería muy buena idea. Además, usaron drogas muy fuertes con él.
_ ¡¿Qué clase de drogas?!- todo en Hiei hablaba de furia, incluso Yusuke dio un par de pasos para alejarse.
_ Una variante del cloroformo mezclada con alucinógenos de esos que venden en los antros- intervino la figura que llevaba en brazos a Kurama, quien se acerco sin que se dieran cuenta, adoptando una postura defensiva.
Una con la que Yusuke se identificaba, porque el mismo la adopto en más de una oportunidad para proteger a Keiko.
Por ello, lo entendió.
_ Hiei, ellos no le han hecho nada malo a Kurama, creo que más bien deberías agradecerles.- repuso el chico, relajando notablemente su postura.
_ ¿Qué quieres decir?- inquirió Hiei sin agresividad, sorprendido por el cambio de actitud de Yusuke.
_ Está claro que lo único que quieren es salir de esto.- repuso Yusuke.
Ese fue el momento en que la atención de todos se desvió a Kurama, quien comenzaba a despertar en brazos de quien lo cargaba. Y al recuperar la consciencia comenzó a luchar, Hiei fue quien reacciono más aprisa, se acerco y tomo una de sus manos, el efecto fue instantáneo.
_ ¿Hiei?- repuso el peli rosa, tratando de enfocar la mirada.
_ Todo está bien- repuso el pelinegro, para tranquilizar a su novio. Y al parecer las drogas aun estaban fuertes en su sistema, porque Kurama se lo creyó sin presionar por más detalles.
Silenciosamente, Hiei extendió los brazos y el hombre, tras unos momentos de vacilación… poso a Kurama en ellos con cuidado de no lastimar sus heridas.
_ Gracias- repuso Hiei, en su tono era evidente lo difícil que le resulto decir esas palabras, pero… también su inmensa gratitud. Tener a Kurama de regreso, era una bendición.
_ De nada- repuso el hombre, y fue su voz lo que hizo que Hiei levantase la mirada. En ese momento los dos hombres tuvieron un entendimiento.
Yusuke y el otro extraño los contemplaban desde lo que era la banca.
_ No podemos quedarnos aquí por mas rato, resultara sospechoso ¿saben?- repuso Yusuke.
Eso hizo que los otros tres reaccionaran, de hecho el chico tenía razón.
_ Bien- repuso el hombre más alto.- Es hora de irnos.
_ Espera un momento- repuso Hiei.
Las dos figuras se detuvieron para enfrentar nuevamente a Yusuke y Hiei.
_ No voy a preguntar cómo es que estas en posesión de un arma de fuego, dejare eso de lado porque gracias a ti es que Kurama está a salvo, pero realmente necesito atrapar a estos bastardos, es algo personal. Parece que sabes más de lo que aparentas.
_ Si esa suposición fuese cierta.- respondió el hombre.- ¿Qué harías?
_ ¡¿Eres tu el que secuestra a las personas?!- repuso Yusuke, su furia regresando en plena potencia ¡Si esta tipo había secuestrado a Keiko…!
_ No, si ese fuera el caso no nos hubiésemos tomado tantas molestias para regresarlo, no estuviésemos aquí en primer lugar.- repuso el otro hombre, su tono seguía siendo educado, pero se notaba que esto lo estaba irritando.
_ De hecho, si, se muchas cosas sobre el bajo mundo. No puede ser de otra manera. Es por eso que prefiero que mi identidad se mantenga en secreto.- dijo el extraño alto- No quiero que la policía me atrape. Ya no estoy aceptando trabajos relacionados con el bajo mundo, pero por supuesto ese no es un mundo del que se pueda salir fácilmente.
_ Y hay que añadirle a ello tener a la policía detrás de ti.- añadió Hiei.
_ Por supuesto, solo queremos vivir en paz y tranquilidad.- repuso la otra figura.
_ Y se tomaron un riesgo al salvar a Kurama y traerlo hasta aquí, hubiese sido más fácil… dejar que las cosas siguieran su curso- repuso Yusuke, sin mirar a Hiei, aunque podía sentir la mirada del pelinegro fija sobre su persona.
_ Puesto de esa manera suena bastante cruel, pero así es- confirmo el hombre.- No quería que algo así pasara cerca de casa porque tendríamos a los policías respirándonos en la nuca por la ubicación, sería una molestia. Además…
_ Yo no lo dejaría vivir después de saber que dejo pasar algo como eso y no hizo nada para evitarlo- repuso el otro hombre, que estaba sentado en la banca junto a Yusuke.
_ Bien, ¿Alguna idea sobre quien está haciendo esto?- inquirió Hiei, sin intención de darse por vencido.
_ No, pero créeme. Me conviene que esta mierda se detenga. No están discriminando a quien secuestran, toda persona puede ser un blanco ahora. Y resulta que tengo fuertes motivaciones personales para detener a esos malditos- el tono del hombre era algo agresivo. A Yusuke no le sorprendió porque de cierta forma podía identificarse con su postura.
_ Si ese es el caso, creo que una colaboración está en orden.- repuso Hiei.- No soy el detective asignado al caso. Por eso no creo que pueda conseguir beneficios para algún testigo potencial.
_ Bien, eso es una pena. Por más que nuestros intereses convergen en que queremos exterminar a esos malditos, no tengo ganas de ir a prisión.- repuso el extraño emprendiendo la retirada.
_ ¡Espera un momento!- repuso Yusuke, ganándose la atención de todos- No tienes porque reunirte con Hiei, o llamarlo para ayudarnos en este caso.
_ ¿Entonces como voy a colaborar?- inquirió el hombre, antes de que pudiese hacerlo Hiei.
_ Bien, podrías darme la información a mí. Yo se la transmitiré a Hiei y actuare como el informante en tu lugar. Será tu información, solo que no podrán asociarla a ti.
_ ¿Has pensado que van a tenerte como sospechoso?- repuso Hiei, con exasperación.
_ Lo que sea por encontrar a Keiko- repuso Yusuke por toda respuesta.
_ Bien.- acordó el extraño que estaba sentado junto a Yusuke, antes de que cualquier otro pudiese hablar.- Solo haremos un ligero cambio, seré yo quien me reúna contigo.- ante eso parecía que el otro hombre iba a discutir.
_ De acuerdo. Pero antes de irnos quiero una forma de garantizar que todo esto no sea un engaño- recalco Hiei.
_ Puedes encontrarme en un estudio de arte a las afueras de la estación de Shibuya. Es bastante viejo y mucha gente le pasa de largo. Podrás reconocerlo porque es uno de los locales más antiguos- dijo el hombre a la vez que removía la capucha que lo cubría pese a la reticencia de su compañero, revelando a alguien difícil de olvidar. Un individuo con piel pálida y un cabello de un tono rubio peculiar con unos ojos expresivos, podía pasar por una mujer a lo lejos pero su silueta era indiscutidamente masculina.- Soy Itsuki.- añadió al final, para luego ver a Hiei- ¿Es esto suficiente para usted, oficial?
Hiei asintió pese a que aun se le notaba el recelo en la mirada.
_ Vámonos- intervino el otro hombre bruscamente, tomando la mano de Itsuki y llevándoselo del lugar antes de que Yusuke o Hiei pudiesen decir otra palabra.
Sin otra cosa que hacer ambos emprendieron el camino a la casa de Hiei y Kurama, tenían mucho que planificar.