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Vicios por EijiTonks

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Notas del capitulo:

Viva Gil/Oz!!!

Le mordió el lóbulo de la oreja mientras comenzaba una suave fricción entre sus cuerpos, Oz estaba sonrojado, sus manos estaban aferradas a la espalda de Gilbert, sus labios entreabiertos dejaban salir suaves gemidos y leves jadeos contra el oído del joven cuervo quien lo resentía y hacia más fuerte cada fricción, Gil deseaba ver el brillo del deseo en esos ojos verdes y que brillaban solo para él. Una mano se deslizo por el pecho del contratista, el cual jadeo brevemente al sentir la caricia, en ese momento el encanto se rompió, el rubio se había apartado bruscamente, sus ojos ya no destellaban de deseo sino de ira y celos, este sostenía de la muñeca al castaño que estaba detrás de Gil y había sido este el que acaricio el pecho de su amante, algo que el heredero no iba a consentir bajo ninguna circunstancia.

 

-No.

 

-Oz… cálmate –susurro Gil.

 

 Gil había olvidado por un momento que en ese momento el rubio era su sirviente, la mirada de su amo le preocupaba, el heredero soltó la muñeca del castaño evidentemente molesto, el moreno noto que su amo llevaba su mano al bolsillo del saco, precisamente al bolsillo donde el heredero guardaba el arma que le había dado, al percatarse de ello el joven cuervo abrazo al rubio, una mano se poso en su cadera y la otra busco la de Oz para entrelazar sus dedos, viéndose fijamente a los ojos en un intento de calmarlo.

 

-Vaya, el joven parece algo celoso, debería darle una lección más tarde –dijo uno de los nobles mientras abrazaba a su amante –es su deber el complacer a su amo y responsabilidad del amo educarlos.

 

-Lo tendré en cuenta –dijo Gil sin prestar mucha atención al comentario del hombre –no hagas una tontería.

 

 El joven de ojos dorados recargo su frente contra la del heredero y sus manos entrelazadas hicieron más fuerte su agarre, no esperando mas Oz se acerco a los labios del otro entre posesiva y apasionadamente, mientras clavaba su mirada en el castaño que se sostenía la muñeca.

 

-Todo listo, Gilbert-sama –dijo Ian recargándose en el respaldo del sillón.

 

-Vamos a la habitación –pidió Gil cuando el rubio lo dejo respirar.

 

 Oz se levanto de las piernas del cuervo aun sin soltar su mano, y siguieron al castaño fuera del salón; la canción de Nicole había terminado y solo los miro pasar delante de ella mientras un hombre se acercaba a ella y la tomaba por la cintura. Recorrieron los largos pasillos de la mansión, un camino que el de cabello azabache conocía de memoria y que había recorrido en el pasado en repetidas ocasiones, mientras caminaban beso el cabello dorado de Oz al verse embargado de culpa y remordimiento.

 

-Deberían quedarse a la cacería de mañana –comento Ian caminando adelante.

 

-No gracias.

 

-Jack tal vez podrías convencerlo, he visto un ciervo sumamente hermoso, digno trofeo para Gilbert-sama.

 

-Hay demasiados animales muertos en este lugar –comento Oz con seriedad, observando las numerosas cabezas y astas en las paredes.

 

 El castaño rio suavemente deteniéndose en la última puerta del largo pasillo, abrió la puerta y los dejo entrar, el dormitorio seguía tal como lo recordaba Gilbert, tan solo el edredón de la cama era diferente, una vez que pasaron el castaño cerró la puerta y se quito el antifaz, alborotándose el cabello para después servir tres vasos con agua y ofrecérselos a sus invitados.

 

-Lord Henry es un hombre predecible y rutinario, jugara un par de manos y fumara uno de sus puros antes de retirarse, tendrá cerca de una hora –informo Ian.

 

-Bien, ¿algún otro habito? –pregunto Gil dejando su antifaz sobre la mesa.

 

-Una de las chicas me dijo que tiende a quedarse dormido en cuanto termina –dijo Ian con una sonrisa burlona –que suerte tiene, no presenciara cuando maten a su amante.

 

-Eso espero, no debe haber testigos –dijo Gil dirigiéndose a la ventana.

 

-¿Matar? –pregunto Oz interviniendo en la conversación.

 

-Se me encomendó ponerle fin al asunto, los crímenes deben parar y parece ser que su sello ya casi completa la vuelta, compartirá el mismo destino que la cadena –explico Gil revisando los alrededores desde la ventana.

 

-Debe comprender Oz-sama, que esto puede ser hasta un acto de compasión por ella, no quiero que termine el abismo.

 

-¿Por qué me llamas Oz?

 

-El sabe Oz, no te preocupes es de confianza es por eso que esta con nosotros, hubiera sido peligroso que Nicole nos acompañara –explico Gil mirando al heredero –ya vio que cuentas con mi favor, ella esperaba estar conmigo y vio que te preferí sobre ella, me supongo que después de estar con Lord Henry ira tras de mí, espero detenerla antes de que la cadena mate a Lord Henry, para eso necesito que este con la guardia baja.

 

-Y no hay mejor momento que después del sexo –dijo Oz sentándose frente al castaño.

 

-Saldré a revisar los alrededores, ustedes no salgan de aquí.

 

-No podemos, si saliéramos ahora no creerían que estuvimos con Gilbert-sama –comento Ian sirviéndose una bebida un poco mas fuerte –usted puede moverse por este lugar sin ser detectado, tendremos que quedarnos aquí al menos el tiempo suficiente para que crean que tuvimos sexo.

 

-Pues esto va para largo –murmuro Oz para sí mismo.

 

-Lo de siempre y un extra –dijo Gil sacando una fajilla de billetes.

 

-Es muy generoso, Gilbert-sama, pero no hace falta –contesto Ian algo serio.

 

-Si lo hace, esta noche tienes un trabajo de suma importancia –dijo Gil dejando el dinero en la mesa –la seguridad de Oz será tu responsabilidad, entiendes que cuentas con mi confianza para pedirte esto.

 

-Gil, no me pondrás una niñera –se negó Oz.

 

-Por favor, Oz, yo lo necesito, necesito saber que estás a salvo para poder hacer mi trabajo y no distraerme –pidió Gil arrodillado frente a su amo, acariciando su rostro –cabe la posibilidad de que puedas ser un objetivo, se que puedes cuidarte solo, pero concédeme esto.

 

-Ya son varias –dijo Oz por toda contestación.

 

-Y eres un amo bondadoso al acceder a las peticiones de tu sirviente.

 

 El heredero de la Casa Bezarius asintió con la cabeza y Gilbert beso con ternura la mejilla de su amo, Oz busco los labios del de cabello azabache, pero ya no de manera posesiva o para demostrarle algo al castaño, este beso era solo de los dos, para recordarse lo que sentían el uno por el otro.

 

-No quiero que vengas a mí llorando, ¿entiendes?, así que no seas precipitado.

 

-Lo que mi amo diga –contesto Gil dirigiéndose a la puerta.

 

-Solo tengo una pequeña duda –intervino Ian notando que el sobraba en la habitación –se a grandes rasgos quien es Oz-sama, solo quiero saber por qué luce como un adolescente cuando es mayor que Gilbert-sama, varias chicas de aquí matarían por saber el secreto.

 

-No creo que sea el momento es una historia algo larga –dijo Gil deteniéndose en la puerta.

 

-Fui arrojado al abismo, hice un contrato con una cadena, salí del abismo y habían pasado diez años –resumió Oz brevemente.

 

-Tal vez no tan larga –comento Gil abriendo la puerta y revisando afuera –gracias por esto Ian.

 

-Ya me han dado mi paga ahora debo hacer mi trabajo –contesto Ian sacando de una gaveta una escopeta y al ver la mirada del rubio añadió –esto es un club de caza después de todo.

 

 El joven cuervo salió rápidamente y se perdió en las sombras de la mansión, el castaño puso llave a la puerta una vez que el de mirada dorada abandonara la habitación y regreso con el arma en mano a revisar uno buro en busca de cartuchos para su escopeta, mientras que el heredero lo seguía con la mirada.

 

-Eres más astuto de lo que pareces, Ian, solo espero que esa astucia no haga que me subestimes al quererte pasar de listo.

 

-Si se refiere a lo que paso en el salón le pido disculpas por mi atrevimiento, debía involucrarme de alguna manera para no quedar en segundo plano –explico Ian cargando la escopeta.

 

-Te dije que no me subestimaras –dijo Oz con seriedad.

 

-No creo que le agrade mi respuesta.

 

-Fuiste tú el que dijo que nos llevaríamos bien, respóndeme.

 

-Yo quería… solo quería saber que aun puedo darle placer a Gilbert-sama.

 

-¡Seras…!

 

-Le dije que mi respuesta no sería de su agrado.

 

-Solo eres…

 

-Alguien que vende su cuerpo a los deseos mundanos y bajas pasiones de los nobles, un mal necesario de nuestra sociedad –contesto Ian volviendo a tomar su vaso.

 

-¿Quién eres? –pregunto Oz irritado.

 

-¿Quién soy?, soy hijo de la cocinera de la casa y de quien cuida los jardines, o al menos eso me gustaría decir –respondió Ian con una sonrisa melancólica –pero la verdad es que solo soy un muchacho hijo de una mujer como las de la mansión con un padre noble a quien no conozco.

 

-¿Fuiste criado aquí?, debes odiar este lugar.

 

-Este lugar es mi hogar, a nadie se le obliga estar aquí, si haces bien tu trabajo y ahorras puedes llevar una vida sin preocupaciones –dijo Ian sirviéndole más agua al rubio –puedo asegurarte que algunas damas de la mansión son aceptadas en los círculos más altos, ya una vez que se retiran a descansar y son partes de familias a quienes aman.

 

-¿Es tu caso? –pregunto Oz cada vez más curioso.

 

 El heredero no podía evitarlo, sentía que debía saber lo que pudiera de quien había sido amante de Gil, porque ante sus ojos seguía siendo indigno, era alguien que vendía sexo por una retribución, alguien a quien Gil solo recurría por solo sexo no por que sintiera algo por el muchacho.

 

-Mi madre era una de esas mujeres, administro bien sus bienes y se hizo con una pequeña fortuna propia, pero su cuerpo era débil y murió cuando tenía cuatro años –relato Ian derramando una silenciosa lagrima –y yo me quede aquí, la señora de la casa era buena amiga de mi madre y me recibió como a un hijo, ella es muy buena, usted lo sabe.

 

-¿Lo sé?, ¿acaso la conozco?

 

-Ángela-san es la señora y quien dirige la casa, ella te dio ese traje, ¿no es así?, no pensé que lo guardara después de tanto tiempo, vera ese traje es mío de cuando era más joven, así que creo que le cayó bien.

 

-Parece que aun con tus malos ratos aun sabes verle el lado bueno a las cosas –comento Oz sintiendo algo de pena por el muchacho.

 

-La vida es como es y no como queremos que sea –asevero Ian con resignación –después de todo yo seré quien dirija este lugar cuando Ángela-san se retire a descansar.

 

-¿Y sabes de Nicole?

 

-Su historia es diferente a la mía pero el final es similar, su padre perdió mucho en apuestas y negocios y debía pagar su deuda con los Nightray, la entrego a uno de los hermanos mayores de Gilbert-sama quien la trajo aquí, Ángela-san la recibió pero no la obligo a nada, le dijo que podía servir en la mansión como mucama hasta que los Nightray olvidaran esa deuda, después podría marcharse y pues somos como hermanos.

 

-No lo parecen, juraría que se detestan.

 

-En algún punto cambio, se volvió hostil conmigo y yo de manera inmadura solo alenté ese rencor cuando supo que… que contaba con el favor de un invitado.

 

-¿Gil?

 

-Por favor Oz-sama, esto no es bueno para usted y tampoco para mí, no tiene por que saberlo.

 

-Pero quiero saber, quiero conocer a Gil, quiero saber lo que paso en estos diez años aunque sea doloroso para mí porque debo saber de la persona a quien quiero –se explico Oz en un intento de que el castaño lo comprendiera –tú tienes la herencia de tu madre y dirigirás esta casa, ¿por qué haces esto si no lo necesitas?

 

-Gilbert-sama… lo hice, hago lo que hago por Gilbert-sama, yo era un ojeador en el club y uno de los mejores tiradores y lo conocí, en un principio fue solo curiosidad –confeso Ian sintiendo el estomago en la garganta –vera, en mi ambiente es fácil lidiar con los patanes pero no con gente como Gilbert-sama, el es gentil y lo que en un principio movió la curiosidad provoco que cometiera el error de enamorarme.

 

 Oz escuchaba con atención cada palabra del castaño, quien parecía haberse guardado todos esos sentimientos durante años, poco a poco el disgusto que sentía era reemplazado por lo que parecía ser pena, el escuchar que la historia no era como creía, solo había esperado escuchar que se acostaba con Gil por dinero nunca que el muchacho se hubiera enamorado del joven cuervo.

 

-Nos hicimos amantes, no entendí muy bien como fue, pero después me di cuenta que Gilbert-sama sufría por alguien y que buscaba consuelo, ¿sabe cómo me di cuenta de que Jack era Oz?

 

-Eso no me lo dijo Gil.

 

-Sus ojos, nuestros ojos son parecidos, siempre le gustaron mis ojos creo que le recordaba a usted, Gilbert-sama nunca hizo el amor conmigo sino con sus recuerdos era tan apasionado pero tan gentil, algo diferente de lo que es Gilbert-sama siempre frio y distante.

 

-Su modo Raven, y ya veo que forma parte de su ser ahora pero eso no quita que sea mi preciado Gil, aun es tímido, se sonroja con facilidad, con un miedo ridículo a los gatos y sigue siendo él, la persona más leal que pueda existir.

 

-¿Gilbert-sama le teme a los gatos? –pregunto Ian sorprendido.

 

-¿No lo sabías?, no puede ver un gato y es un llorón de primera.

 

-Eso no encaja con la imagen que tengo de Gilbert-sama… pero me supongo que es usted quien lo conoce de verdad, quien conoce al verdadero.

 

 Gilbert se encontraba oculto entre las sombras de los pasillos, había confirmado lo que el castaño le había dicho ya que tanto como Nicole como su acompañante aun estaban en el salón, y al parecer el hombre todavía tenía intenciones de jugar unas cuantas manos más, pero se encontraba muy ebrio, con esfuerzo y tambaleándose el hombre se levanto y con ayuda de la muchacha salieron del salón.

 

 Se acercaron a donde estaba oculto el joven cuervo quien por un breve instante pensó en la posibilidad de eliminar en ese momento a Nicole, saco su pistola y apunto los tenía a distancia de tiro pero por des fortuna el pobre Lord Henry se encontraba tan intoxicado que no dejaba de tambalearse, Gilbert bajo su arma un tanto frustrado ya que si disparaba corría el riesgo de herir al hombre en lugar de la chica, ya sabiendo la habitación a la que irían, tomo un camino diferente para que no descubrieran su presencia, evadió a los guardias que patrullaban los pasillos de la mansión, si todo se mantenía de acuerdo al plan él tendría su coartada que serian Oz e Ian, y terminaría con su trabajo de un solo disparo.

 

-Una vez que terminen la ronda, custodiaran cada uno de los pisos –dijo Ángela al grupo de guardias frente a ella –no quiero un solo problema, menos ahora que Gilbert esta aquí.

 

-Pero si esta noche ha sido el propio Raven-sama quien ha causado algunos problemas.

 

-Puede que tengas razón pero la diferencia radica en que respondemos ante él y debemos obediencia ante el ducado de su familia –reprendió Ángela gentilmente al hombre –será Gilbert o su hermano Vincent quien tome responsabilidad del “Arco” y en lo personal deseo dejar todo esto tranquilo.

 

-Aun falta mucho para eso Ángela-san.

 

-Pero llegara el día y quiero que Ian reciba esta casa con los menores escándalos posibles, la seguridad de nuestros invitados es muy importante esta noche.

 

 Después de escuchar aquella conversación y debido a las instrucciones dadas por Ángela, el joven cuervo tuvo que desviar su camino en un par de ocasiones, tardo un poco más de lo que previo en llegar a la habitación de Nicole ya que estuvo por ser descubierto por uno de los guardias, y tuvo que ocultarse, una vez que pudo salir de su escondite apresuro el paso y llego a la habitación de la chica justo cuando cerraban la puerta de esta, se acerco a la robusta puerta de madera y alcanzo a escuchar ruidos dentro de esta pero ninguna palabra que pudiera entender.

 

-Ahora a esperar –murmuro Gil afuera del dormitorio.

 

 Esperar era todo lo que tenía que hacer, prendió un cigarro mientras esperaba, solo unos minutos mas y el asunto seria zanjado, podría irse junto con Oz para no volver a aquella mansión, para tratar de dejar atrás aquellos días en los que el también estaba sumergido en ese mundo de libertinaje y excesos, y así poder estar con su preciado amo en paz.

 

 Le hubiera gustado decir que las veces que había ido a buscar refugio en aquella mansión, habían sido por que Vincent lo hubiera forzado a acompañarlo, pero bien sabía que no era así; su hermano menor no tenía la necesidad de recurrir a los servicios que ofrecía el “Arco” ya que era bastante popular entre las damas, si bien el también se sabía que era del agrado de las mujeres, no creía tener la sangre fría para jugar con los sentimientos de una dama con tal de tener un poco de placer. La opción por la que optado era la que consideraba mejor, aun sabiendo que usaba a la gente de la mansión, y recordando también que había jugado con alguna mujer por orden del Ducado al que pertenecía.

 

 Que diferente era el Gilbert de ahora que el de hace diez años, era lo que pensaba el joven cuervo, por más que el heredero Bezarius le repitiera que no lo era, todavía recordaba que el Gilbert de antaño nunca hubiera disparado un arma o fumado, mucho menos usar a las personas por un beneficio personal, pero había aprendido a hacer todo eso, hacer a un lado sus propios sentimientos para lograr sus objetivos.

 

-Espero que Lord Henry haya pasado un buen rato –dijo Gil ya cansado de esperar –esto se termina ahora.

 

 Tomo el pomo de la puerta y lo giro lentamente procurando no hacer ruido, cuando logro entreabrir la puerta echó un vistazo rápido, logro escuchar unas respiraciones agitadas y algunos jadeos, sin hacer ruido ando por el dormitorio donde sobre el lecho con el dosel a medio cerrar se encontraban dos personas; saco su pistola y con el cañón de esta alzo un poco el dosel y así ver su objetivo, algo no estaba bien, vio una cabellera rubia y una morena, de inmediato retrocedió y bajo su pistola al percatarse que las personas en la cama no eran Nicole y Lord Henry, se trataba de la chica que había tenido acompañante desde el inicio de la velada, Carol en compañía de Lord Felton.

 

 El disparo de un arma, una escopeta, no le dejo pensar que hacían esas personas en la habitación, el disparo fue seguido por el grito de una mujer y nuevamente otro disparo, de inmediato volvió sobre sus pasos y salió presuroso del dormitorio sin siquiera percatarse que un hombre rubio expresaba un gran sobresalto en sus ojos grises, expresión que compartía con la muchacha de cabello negro.

 

-¡Oz!

 

 Sus pasos pronto se convirtieron en zancadas, corría lo más rápido que podía en dirección a la habitación de Ian, mientras pasaba veloz por los pasillos, varias de las puertas se abrían donde sus ocupantes salían curiosos y preocupados a causa de los disparos.

 

 Tan pronto llego a la habitación abrió la puerta de una patada y con su arma lista para disparar, su corazón pareció detenerse por un instante al ver solo el dormitorio, este lucia desordenado pues muchos libros del librero se encontraban tirados, se acerco al librero y le dio un vistazo rápido entonces recordó que detrás del librero se encontraba un pasadizo, alguna vez el lo había utilizado, salió una vez mas esta vez para ir al vestíbulo y luego al pasillo que daba a la cocina; bajo la imponente escalinata y desde el ultimo descanso salto a la planta baja, una pared se vino abajo apenas puso un pie en el suelo, escucho un par de disparos mas y luego entre la nube de polvo y escombros, estaban Oz e Ian, el segundo recargaba su escopeta con toda la rapidez que le era posible mientras cubría al rubio, ante ellos se encontraba Nicole, con el vestido rasgado donde se podía ver el sello de su contrato ilegal, el que casi completaba la vuelta, y detrás de ella un enorme ciervo de siniestros ojos azules, con grandes astas que destellaban se alzaban ante los muchachos.

Notas finales:

Despues de bastante tiempo aparezco y actualizo, solo restan dos capitulos mas de esta historia y tan, tan =) nos vemos en la proxima actualizacion.


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