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Vicios por EijiTonks

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Notas del capitulo:

Viva el Gil/Oz!!!

 La luz del Sol le dio la bienvenida a un nuevo día, la pareja en la cama no se dio por enterada de esto, se encontraban exhaustos por lo vivido el día anterior, tanto emocional como físicamente; sobre todo cierto muchacho de cabello dorado, durante aquella noche sus pulmones habían amenazado con colapsar por la manera salvaje de respirar debido a toda la pasión que el joven cuervo había mostrado y el había correspondido. Por lo que ahora dormitaban, con el chico de mirada esmeralda recostado sobre el de cabello azabache, ajenos a cualquier evento que ocurriera a su alrededor.

 

-Buenos días, tardes lo que sean –saludo Break al salir a la terraza.

 

 Pasaba del medio día y a penas la señorita Reinsworth y compañía estaban de regreso a la mansión, lo cual agradecieron ya que tuvieron tiempo de alistarse y pretender que no había pasado nada, pues aunque no lo habían hablado no querían que los demás supieran de su relación, ya llegaría el momento para hablar, a pesar de que Break ya lo sabía Gil esperaba que por lo menos en esa ocasión actuara con discreción y no fuera pregonándolo a los cuatro vientos. Por el momento querían disfrutar de solo ellos sin que nadie se interpusiera.

 

-Hola Break, espero se hayan divertido en el festival –saludo Oz tomando un jugo.

 

-Bastante agradable –dijo Break sentándose a la mesa y tomando un pedazo de pastel.

 

-¿Nunca te empalagas? –pregunto Gil.

 

-Esa palabra no está en mi diccionario.

 

-Oz, ¿dónde rayos estabas? –pregunto Alice con premura –siempre debes reportarte a tu dueño.

 

-Ya, ya, Alice, no sabía que habías llegado –calmo Oz a la cadena –de lo contrario me habría reportado ante ti enseguida.

 

-Estúpido conejo –murmuro Gil con evidente enfado.

 

-El día esta hermoso, ideal para salir –comento Sharon.

 

-¿Quiere salir otra vez princesa? –pregunto Break saboreando su pedazo de pastel.

 

-Pero esta vez a los terrenos de la mansión, creo que un día de campo sería perfecto –dijo Sharon preparando su té –una cabalgata seria divertida.

 

 Oz se atraganto al escuchar a su anfitriona, el chico de ojos dorados le dio un par de palmadas en la espalda para que se recuperara. Había necesitado de la ayuda de Gil para alistarse, de lo adolorido que se encontraba su cuerpo, a penas si podía caminar por lo que la idea de montar a caballo era una tortura que no tenía intención alguna de llevar a cabo. El joven cuervo sabia a la perfección de la condición del joven heredero y trato de pensar en una excusa para rechazar la propuesta de la chica.

 

-Me siento un poco indispuesto –se disculpo Oz, lo cual era cierto pero no pensaba decir la razón –mejor otro día.

 

-¿Estás seguro?, un poco de aire fresco te haría bien –insistió Sharon.

 

-Salieron de cacería toda la tarde –intervino Break jugando distraídamente con una cereza en su plato –imagino que lo último que quiere es montar.

 

-¡Break! –exclamo Gil nervioso.

 

-¿Sucedió algo? –pregunto Sharon preocupada.

 

-Se cayó al bajarse del caballo –se invento Gil siguiendo la historia del otro.

 

-Aun estoy adolorido –continuo Oz tratando de no sonrojarse –muy adolorido.

 

-¿Y el cabeza de algas que no estaba cuidándote? –pregunto Alice.

 

-Alice estoy bien, Gil no tiene la culpa –dijo Oz tomando la mano de la chica.

 

-Cambiando de tema, no por uno más agradable pero algo es algo –interrumpió Break sacando de su abrigo unos sobres –se celebrara un baile en la mansión Nightray a finales de este mes.

 

 Gil se levanto sin siquiera dar una explicación y dejando a Break con la palabra en la boca y listo para una nueva discusión, le daba exactamente lo mismo si iban a esa fiesta o no, al entrar en su habitación azoto la puerta al cerrarla, sin poder contener la furia que sentía, abrió las ventanas de par en par y prendió presurosamente un cigarro que lo ayudara a calmar sus nervios, estaba dispuesto a tomar su pistola e ir a cazar a cierto conejo molesto.

 

 Pero había un problema, Oz no lo dejaría y no perdonaría que le hiciese daño a Alice, por más que fuese un parasito que amenazaba con terminar con su vida, Oz la protegía. Azoto sus manos contra el marco de la ventana, sentía una ira tan inmensa que apenas podía controlar, los celos estaban haciendo presa de él.

 

-¿Gil?

 

 Escucho los pasos del joven a su espalda, dio una última calada a su cigarrillo y lo aventó por la ventana, para después darse vuelta y encarar al joven de mirada esmeralda que lo observaba con cierta curiosidad, se sentó en el sofá y le hizo una seña para que le hiciera compañía, tras exhalar el humo del cigarro así lo hizo y fue a tomar asiento al lado de su amo.

 

-¿Y? –pregunto Oz sonriente.

 

-¿Qué? –dijo Gil bruscamente.

 

-Eres tan lindo –dijo Oz sin poder ahogar una pequeña risa –pero no deberías estarlo.

 

-¿De qué hablas?

 

 Oz no respondió de inmediato, se subió en el sofá para quedar de rodillas, tomo el cuello de la camisa de su sirviente y lo atrajo hacia él para plantarle un beso, esta vez fue el rubio quien se aventuro a explorar la boca de Gil, la cual tenía un sabor a tabaco.

 

-Estas celoso –contesto Oz sencillamente –¿no sientes un deja vû?

 

-Oz yo… no pude controlarme, no puedo controlar lo que siento –confeso Gil escondiendo su rostro en el cuello del rubio –quiero que seas solo mío.

 

-Soy tuyo, pero Alice es especial para mí de una manera diferente, no quiero que te pongas celoso por un simple gesto de cariño –dijo Oz jugando con los cabellos negros entre sus dedos –porque solo es eso, no seas celoso por ver eso.

 

-No, no lo hare –acepto Gil sin separarse de su amo –con lo que imagino basta.

 

-Eres un tonto –concluyo Oz riendo.

 

 En lugar de protestar se dejo besar por Oz, la ira que sentía era reemplazada por una hermosa calidez, la sonrisa de su amado calmaba la tempestad de su corazón, volvía a sentir la euforia que le provocaba estar al lado de su amo, al separarse Oz se sentó en el sofá dispuesto a levantarse pero Gil lo abrazo por el cuello y lo atrajo hacia él para y depositar un cálido beso en su cabello.

 

-Te amo, no lo olvides –dijo Gil respirando la fragancia del cabello dorado.

 

-Jamás, tu no me dejaras olvidarlo –respondió Oz recargándose en el.

 

 Después de permanecer así por unos instantes Gil finalmente soltó a Oz y este se dispuso a levantarse, solo que al hacerlo no pudo evitar trastabillar un poco y hacer una pequeña mueca de dolor; el joven cuervo al percatarse de esto se levanto y se puso delante de su amo para después posar una de sus rodillas en el piso.

 

-Anda, te cargare –dijo Gil esperando a que su amo subiera a su espalda –es mi culpa que…

 

-¿Me duela el trasero? –completo Oz acomodándose sobre su sirviente –eso no te lo discuto.

 

-¿Por qué tienes que decir esas cosas? –cuestiono Gil sonrojado.

 

-Es divertido atormentarte.

 

 Salieron de la habitación y se dirigieron a encontrarse con los demás, pues el joven de mirada esmeralda había convencido a Sharon de solo tomar el té en los jardines en lugar de ir a montar. Una vez todos reunidos molestaron a Gil con la fiesta Nightray, porque era claro que Break no deseaba ir pero tampoco quería dejar pasar la oportunidad de molestar a Gilbert-kun, y por no dejar sus deseos en claro, irían a la mansión Nightray.

 

 Desde aquella tarde ambos buscaban solo un pretexto para estar el mayor tiempo a solas, se había creado un vinculo especial que les hacia olvidar sus temores, la única persona capaz de hacerle recobrar la paz y que lo entendía ya estaba a su lado; cuando el de cabello dorado fue a su habitación esa noche en busca de su compañía, fue absolutamente feliz, Oz se las había arreglado para que Alice se quedara profundamente dormida y no los molestara, durante los días siguientes cualquiera de los dos se escabullía a la habitación del otro, a veces simplemente dormían abrazados, proporcionándose una paz que no podían hallar estando solos, otras Gil apreciaba la luz de las velas sobre el rostro dormido de Oz, otras más daban rienda suelta al deseo y pasión descubiertas.

 

 Los cascos de los caballos repicaban contra el suelo, en el coche elegantemente vestidos aguardaban hasta llegar a la mansión Nightray, el hombre del ojo carmesí desenvolvía un dulce en un intento por distraerse, aun no tenían del todo claro en qué momento Sharon había decidido acudir a la celebración, pues según ella Gil tenía que reforzar sus lazos familiares; los caballos detuvieron su andar y el coche paro, la puerta se abrió y Gil fue el primero en salir. La mansión se encontraba en todo su esplendor, las ventanas resplandecían por las luces en el interior, un par de criados habían abierto la puerta del carruaje y los recibían, la música de los violines se alcanzaba a escuchar.

 

-¡Gilbert-sama! –exclamo uno de los criados haciendo una reverencia.

 

 Gil bajo del carruaje e inclino la cabeza, a modo de saludo, Break y Oz fueron los siguientes en bajar, Break extendió su mano para ayudar a bajar a su princesa pero Alice impaciente hizo a un lado a Sharon y tomo la mano sin saber de quién era, la reacción no se hizo esperar Break sonreía amenazadoramente y Alice sintió su piel erizarse.

 

-Deberían aprender a comportarse –dijo Sharon desde el interior del coche.

 

-Le pides peras al olmo –comento Gil brindándole su mano a la señorita –al menos con la coneja.

 

-Gracias, Gilbert-san –dijo Sharon tomando la mano del joven para ayudarle a bajar.

 

-Gilbert-sama, señorita Reinsworth por favor síganme –pidió uno de los criados.

 

 Con Gil y Sharon a la cabeza la comitiva siguió al sirviente, tras subir las imponentes escaleras entraron al vestíbulo, donde otros criados recibieron sus capas y abrigos, para después ingresar en uno de los suntuosos salones de donde provenía la música. Al ingresar pareció que las conversaciones pararon, la pequeña orquesta termino su tonada y varios de los presentes volvieron su mirada a los recién llegados.

 

-El joven Gilbert Nightray y la señorita Sharon Reinsworth –anuncio uno de los criados.

 

 Como si se acabase de romper un hechizo, los murmullos de la gente se alzaron a su alrededor, uno de los camareros se acerco hasta ellos y les ofreció una copas, después de tomar una se retiro y ellos se adentraron entre la multitud mientras la música era reanudada, de inmediato Alice se acerco a las mesas donde estaban las bandejas llenas de comida y carne, Gil dejo su copa en una de las mesas, no quería beber.

 

-¿Gil estas bien? –pregunto Oz.

 

-No me gustan las aglomeraciones –respondió Gil secamente.

 

-Sigues siendo antisocial y taciturno –comento Oz sonriente tomando brevemente la mano del joven –en verdad no cambias.

 

-¡Nii-san!

 

 El aludido soltó la mano de Oz y volteo para encontrarse con Vincent, vestido de negro y con una coleta sujetándole el cabello, acompañado de Elliot y Leo, el primero tenía apenas una apreciable cara de fastidio, al parecer era de familia el detestar las fiestas.

 

-Gilbert –saludo Elliot cortésmente.

 

-Vince, Elliot, Leo, que gusto verlos –saludo Gil inclinando un poco la cabeza.

 

-Nadie lo diría por la cara que traes –comento Vincent tras tomar un sorbo de vino –siguen sin gustarte las multitudes, no cambias.

 

 Gil esbozo una pequeña sonrisa y rio suavemente, algo que desconcertó a los anfitriones, pues no parecían haberle encontrado gracia a las palabras de Vincent.

 

-¿Dije algo chistoso? –pregunto Vincent algo confundido.

 

-Nada en realidad, solo que Oz me dijo algo parecido poco antes –respondió Gil encogiendo los hombros.

 

-Oz-kun, que gusto verte –saludo Vincent al heredero Bezarius.

 

-Hola Oz-kun, que bueno que vinieron –dijo Leo alegremente.

 

-Me da gusto verlos, parece una fiesta divertida –dijo Oz sonriente aunque un poco sonrojado.

 

-Anda saluda –pidió Leo a su amo dándole un codazo en las costillas.

 

-¡Deja!... un gusto verte Oz –saludo Elliot en voz baja –¿por qué no te anunciaron junto con los otros?

 

-Solo los miembros de Pandora saben de Oz –explico Gil sacando del saco su cigarrera de plata –por el momento no es conveniente que todos sepan de su regreso.

 

-Hay muchos rumores y muchos locos también, que podrían atentar a su persona, así que es por la seguridad de Oz-kun –concluyo Vincent sacando un encendedor –que bueno que te diste cuenta de nuestra intención y no se ofendieron.

 

-Era lógico, no hay porque ofenderse –acoto Gil inclinándose para encender su cigarrillo del fuego que le brindaba su hermano.

 

-Elliot es algo lento –comento Leo ajustándose los lentes.

 

-¿Del lado de quien se supone que estas? –cuestiono Elliot alterado.

 

-¡Hey, Oz! –llamo Alice a su contratista –se ve divertido lo que el payaso está haciendo con Sharon.

 

 Todos los varones presentes voltearon a la muchacha que señalaba a Break y Sharon en el centro del salón, junto con otras parejas, moviéndose al ritmo de las bellas notas de la música interpretada.

 

-¿Quieres bailar? –pregunto Oz.

 

-¡Anda vamos! –apremio Alice tomando al rubio de la muñeca.

 

-¡Espera Alice!, el baile anterior no ha terminado –protesto Oz mientras era arrastrado.

 

 No hubo peros que valieran pues la muchacha se llevo al rubio al centro del salón para unirse a la mitad del baile, el joven de cabello azabache miro con enfado a la molesta chica, apretó su puño tratando de controlar su enojo para que sus hermanos no lo notaran.

 

-¡La señorita Ada Bezarius!

 

 Un estremecimiento recorrió el cuerpo de Vincent al escuchar aquel nombre, volteo para ver si la chica que habían anunciado estaba cerca y si, la chica se encontraba buscando con la mirada al hermano menor de Gil, de inmediato Vincent recupero la compostura tras dar un buen trago de vino.

 

-¿Quién la invito? –pregunto Vincent con una sonrisa amenazante.

 

-Nuestro padre me pidió que lo hiciera –respondió Elliot sin saber porque del alboroto.

 

-Tan gentil como siempre –comento Vincent.

 

 Escucho a sus espaldas las risas de Oz y Alice mientras bailaban, aquellas risas solo provocaron irritación en Gil, que dio otra calada a su cigarrillo, la música termino y los aplausos se hicieron presentes, algunas parejas se dispersaron y otras estaban a la espera de la siguiente pieza, Oz y Alice se acercaron a una de las mesas para tomar unas bebidas para refrescarse. La hermana de Oz por fin dio con los hermanos Nightray y se sonrojo al encontrarse con ellos, Vincent puso la mejor de sus falsas sonrisas al saludarla y Elliot solo le dijo un seco hola.

 

-Ada que alegría verte –saludo Gil haciendo una pequeña reverencia.

 

-¡Gil!

 

 Ada le dio un breve beso en la mejilla al mayor de los hermanos, y tras volver la mirada a Vincent se sonrojo, este pretendió no darse cuenta de la reacción de la chica, sin comentar nada más.

 

-Qué bueno que has podido venir Ada –dijo Leo ofreciéndole una copa con agua.

 

-Aunque fue algo de último momento, convencí a tío Oscar de que me permitiera venir, todo es maravilloso –dijo Ada mirando al rubio –la música sobre todo.

 

-No te hagas una mala idea de la hospitalidad Nightray –pidió Leo de manera gentil –solo son algo tímidos.

 

-¿Disculpa? –pregunto Elliot confundido.

 

-Es obvio que Ada-san desea bailar –explico Leo de manera clara.

 

-En ese caso déjame resarcir nuestro error –se disculpo Gil extendiendo su mano a la menor de los Bezarius –¿me permites la siguiente pieza?

 

-P-por supuesto –acepto Ada sorprendida.

 

-Ve a refrescarte en un momento te alcanzo –dijo Gil inclinando la cabeza.

 

 Ada parpadeo un par de veces algo confundida y después se dirigió a la parte central del salón, los hermanos y el de anteojos volvieron a quedar solos, fue hasta que Ada estuvo lo suficientemente alejada que Vincent no pudo controlarse más.

 

-¡Nii-san, gracias! –exclamo Vincent abrazando efusivamente a su hermano –todavía me quieres.

 

-¡Vince déjame!

 

-¡Compórtense! –exigió Elliot pues estaban dejando el orgullo Nightray de lado.

 

-Es solo amor de hermanos, Elliot, no seas insensible –reprendió Leo.

 

-Tu deberías de dejar de leer esas novelas –murmuro Elliot.

 

 Tras zafarse de su hermano, Gil acomodo sus ropas y fue a encontrarse con Ada, quien estaba conversando con su hermano a la espera de que su pareja llegara, el joven cuervo se reunió con ellos justo cuando tomaban sus lugares para el siguiente baile; algunos murmullos se oyeron al ver al de cabellos azabache unirse a las filas, Ada se puso frente a Gil con las otras mujeres mientras este y Oz estaban juntos en la fila de los varones a poca distancia de ellos también se encontraba Break.

 

 Una delicada tonada del violín comenzó y tras hacer una reverencia dieron un paso con ligereza para cambiar de lugar, con otro más tomaron las manos de su acompañante y dieron una vuelta al suave ritmo de las notas para después separarse y volver a su lugar.

 

-¿Te diviertes? –pregunto Gil en voz baja al lado del chico de cabello dorado.

 

-Sí, ¿te molesta? –respondió Oz antes de volver con su pareja y tomarla de la mano.

 

 Gil tomo la mano de Ada mientras su mirada estaba fija en la figura frente a él, Oz le daba la espalda deslizándose acorde a los violines.

 

-Me encanta este baile –dijo Ada durante el breve momento que tomo la mano de joven –es muy lindo.

 

-Si es vigorizante –respondió Gil distraídamente.

 

 Volvieron a separarse tras dar un giro y cambiar de pareja, Gil y Alice quedaron de frente, el joven la miro con frialdad y siguiendo la música la rodeo sin siquiera tocarla para volver con su compañera.

 

-¿Qué es lo que pretendes? –pregunto Oz en voz baja al lado del cuervo –¿Ada?

 

-Aunque no lo creas hago esto por Vincent –respondió Gil volviendo a hacer un giro para encontrarse con la chica.

 

-Ahora bailas, y sostienes charlas al hacerlo –comento Oz cruzándose al paso de Gil.

 

-No si puedo evitarlo pero lo hace más agradable –respondió Gil al volverse a separar tras un giro.

 

-No cuando ignoras a tu acompañante –dijo Oz haciendo el giro también –como igual he hecho.

 

-Por ahora guardemos silencio –dijo Gil dando un paso para tomar las manos de Ada.

 

 El suave sonido de los violines acompañaban sus movimientos pareciendo que flotaban por los ligeros pasos y delicados movimientos, y sin embargo para dos de los jóvenes presentes sus pensamientos y atención no recaían en su compañera sino entre ellos, sus manos se rozaron entre uno de los giros lo cual les causo más emoción que todo el baile en si, tras volver a sus lugares iniciales y una reverencia los violines dieron sus últimas notas para dar paso a unos aplausos para agradecer la danza.

 

-Maravilloso, en verdad maravilloso, Gilbert.

 

 Los presentes guardaron silencio y voltearon en dirección a donde provenía el comentario, avanzando entre la multitud que se abría camino estaba un hombre de rostro severo, dando unos solitarios aplausos, varios de los presentes hicieron una reverencia ante la presencia del Duque Nightray.

Notas finales:

Ojala haya sido de su agrado, les dije que la historia continuaba asi que nos vemos en la siguiente actualizacion... y si dejan reviews gracias.


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