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El tesoro de Shion (El secreto de la amatista de plata) por sherry29

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Epílogo.

   Veinte años después de la muerte de Henry Vranjes, Earth se alzaba como el reino más esplendoroso del planeta. Bajo el mando de Milán Vilkas, quien había asumido el poder hasta el matrimonio de su hijo Dhamar, el pueblo earthiano había vivido bajo justicia y prosperidad. El pueblo amaba a Milán tanto como amó a Henry y tanto como amó a Divan. Ya para nadie era un secreto que el midiano era el verdadero padre de Dhamar, pero eso no parecía importarles mucho a los eartianos. Milán había conquistado Earth con su entrega desmedida y su nobleza innata; tanto la gente como el ejército lo recordaban como uno de los liberadores del reino y su historia de amor con el fallecido monarca era casi objeto de culto.

   —¿Es cierto que el antiguo rey era un hombre de belleza descomunal que enloquecía a los varones? —preguntó en ese momento un joven campesino a su papá. El muchacho vaciaba unos cubos de agua mientras dirigía su vista al castillo. La historia de Henry Vranjes, “El tesoro de Shion”, siempre le había fascinado.

   —Así es, hijo —respondió su papá recogiendo sus cabellos grisáceos, yendo a sentarse junto al pozo—. Henry Vranjes era un hombre de belleza excepcional. Yo tuve la oportunidad de conocerlo en persona y te lo puedo asegurar.

   —¿Tú lo conociste? —se asombró el jovencito.

   El hombre mayoir asintió.

   —¿Y es cierto que su hijo se parece a él?

   —Si, —El hombre se puso de pie dando un rodeo al poso, mirando hacia el castillo —. El príncipe Dhamar se parece mucho a su papá. Es un chico muy bello.

   —¿Y él príncipe Jamil? ¿A quién se parece él?

   —¿Jamil?

   —Si. Jamil, el príncipe midiano y duque jaeniano que coronarán hoy. ¿A quién se parece él?

   El doncel pareció pensárselo un poco. Algo en su mirada pareció llenarse de nostalgia, pero rápidamente se recompuso.

   —El príncipe Jamil se parece mucho a su papá, el príncipe Ariel.

   —¿El príncipe qué mataron durante la guerra?

   —Ese mismo. A Ariel Tylenus también lo conocí y también conocí a su hermano Xilon.

   —Su majestad Xilon… —El muchacho resopló cansado echándose al piso empolvado—.   Es una pena que él y su consorte no tuvieran hijos —apuntó y entonces aquel comentario pareció alertar a su papá.

  —Pues sí. Es una pena —respondió el bello hombre siendo salvado por la llegada de un varón fornido y curtido que traía a dos niños de la manos.

  —¡Papá! ¡Papá! ¡La coronación del príncipe Jamil será aquí, en Earth!— gritaban los pequeños niños emocionados rodeando al doncel—. Será al pie del cerro y dejarán pasar hasta ciertos límites del castillo para verla. Dicen que el príncipe Jamil vendrá a coronarse y a pedir la mano de su primo, su alteza Dhamar. ¡Ay, llévanos papito Dereck!  ¡Llévanos!

   Dereck se puso de pie mirando a su marido. Alan no decía nada y bien que no podía. No tenía lengua, literalmente. Sin embargo, ya sabían ambos que cuando ese par de mocosos se ponían pesados, difícil resultaba llevarles la contraria.

   Sonriendo entonces los dos adultos llevaron a sus hijos dentro a fin de arreglarse todos para esperar la llegada de los nobles. Aquel sería un evento sin precedentes en Earth pues aquel compromiso significaba la coalición definitiva de Earth, Midas y Jaen en un único reino, un imperio para ser más exactos.

   Fue por eso que la familia campesina se quedó boquiabierta viendo el paso de la comitiva real mientras ingresaba a palacio. Kuno y Xilon no habían cambiado mucho, pensó Dereck al verlos montados en sus corceles, luciendo sus coronas. Se habían mantenido unidos pese al paso de los años y las presiones de la corte que pedían al rey buscar otro esposo que sí le diera hijos.

   Xilon no había aceptado aquellas amenazas y había cortado muchas cabezas con tal de seguir besando los labios de Kuno. Su esposo era la única persona que lo comprendía, la única con la que no sólo compartía el dolor y la soledad,  sino la terrible complicidad de la culpa. Al enterarse de que lo del rapto de Ariel fue planeado por Lyon con la ayuda de Xilon, Kuno suplicó a Xilon que no se inculpase frente a Vladimir, que no le contara nunca nada pues Vladimir lo mataría sin dudarlo y él no podría soportarlo. Xilon cedió a pesar de lo deshonroso que aquello le parecía, y ahora ambos vivían unidos por la culpa y la responsabilidad de custodiar por el resto de sus vidas a ese ser que había sido sepultado en vida en las más profundas catatumbas de Jaen. Un preso condenado a la oscuridad eterna, un hombre que no podía morir y cuyo castigo era justamente ese.

   Luego de los reyes Jaenianos pasaron Vladimir y Vincent. Ese par, a los ojos de Dereck, sí había cambiado muchísimo. Parecían dos soles que se alumbraban el uno al otro. Como una simbiosis hermosa donde ninguno dejaba al otro apagarse por completo.

   Cuatro años después de la muerte de Ariel, Vincent y Vladimir se casaron en secreto. Nadie se enteró de su unión sino después de varios meses cuando los príncipes regresaron a Midas con los anillos en los dedos. Todo había sucedido por culpa de Jamil, se habían excusado ambos para evadir los reclamos de la corte. Sin embargo, la cuestión iba más allá. Vincent y Vladimir se necesitaban mutuamente para sobrevivir al vacío dejado por Ariel y ambos lo supieron el día en que Vincent pensaba dejar palacio. El niño lo había tomado de la punta de su abrigo lloriqueando ante la partida del hombre que reconocía como su papá, y fue entonces cuando Vladimir lo supo: “No te vayas, Vincent. Jamil te necesita… y yo también” le había dicho aquel día en medio del llanto del niño. Vincent había sonreído por respuesta y después de eso no se separaron jamás.

   —¡Mira, papá! ¡Es Jamil! —gritó en ese instante el jovencito campesino viendo al joven príncipe, majestuoso en su corcel negro, cerrando el desfile.
La muchedumbre entro tras él con rumbo a la colina donde se celebraría la coronación.

   Jamil Girdenis era el príncipe más amado que hubiese existido en Earth. Tenía un corazón de oro y un brazo de hierro. Lucía casi como un dirgano, con su cabello rubio cenizo muy brillante y sus ojos magenta vivos y apasionados. Era una peligrosa y fabulosa mezcla entre el carácter violento e intempestivo de Ariel y la dulzura, valentía y nobleza de Vladimir. No había nadie más perfecto para convertirse en dueño de un imperio y sus padres estaban muy orgullosos de él.

   Y ahora estaba allí, sobre aquella colina siendo coronado por sus tíos y por su abuelo. Milán, Xilon y Ezequiel le entregaban el poder consolidándolo como emperador único mientras Benjamín le entregaba la mano de su amado nieto Dhamar, advirtiéndole allí, enfrente de todo el pueblo, que si lo hacía sufrir le sacaría los ojos. El comentario había distendido el ambiente produciendo las risas generales del pueblo. Sin embargo, al recibir la mano de Dhamar, Jamil sabía que Benjamín no jugaba. Aquel viejo doncel era la persona que más respetaba y admiraba y que, sumado a esto, había sido un papá para Dhamar.

   Tras la muerte de Henry, Benjamín se fue a vivir a Earth junto a su hijo Milán. Después de la guerra, después de tantos errores, sufrimientos y desamor sentía que ya no tenía nada que hacer en Midas. Las lenguas más osadas decían que Ezequiel le había suplicado perdón de rodillas pero nada había sido suficiente. Benjamín había obtenido su venganza a plenitud. Ezequiel había comprendido su valor demasiado tarde y ahora debía morir deseándolo hasta la muerte.

   Qué bellacas las diosas y que finas en su actuar, pensaba Benjamín algunas noches mientras miraba la amatista de plata que aún permanecía en su poder. Aquella joya había cumplido su deseo a plenitud y él sonreía a pesar de la culpa. Se sentía culpable pero por no estar arrepentido y por estar feliz de haber podido vengarse. Qué cruel era el alma humana; qué miserable, ruin y egoísta, pensaba… pensaba y pensaba… pensaba y sonreía.

   Al termino de la coronación y al caer la noche, Dereck volvió con sus hijos a su cabaña en el campo. Su hijo mayor le había dicho que envidiaba la vida de los nobles y él sólo había optado por acariciarle el cabello. Viendo la vida de todos aquellos hombres después de veinte años podía sonreír tranquilo sabiendo que no se había equivocado al alejar a su hijo de todo aquello.

  Supo eso a plenitud con cada rostro que observó: Kuno, Xilon, Vincent, Vladimir, Benjamín, Ezequiel; incluso los más jóvenes: Dhamar y Jamil. Lo supo al reconocer la desgracia en los rostros de todos, pero sin duda lo supo más al observar el rostro de Milán Vilkas.

   De aquel príncipe risueño y lleno de vida no quedaba nada. Parecía otro hombre, adusto, serio, aletargado. No le quedó duda de que estaba muerto en vida y que solo respiraba porque cada suspiro lo acercaba más a la muerte. No le quedó duda de ello al verlo entregar la corona a su sobrino, comprometer a su hijo y casi de inmediato ponerse en marcha al templo de Earth donde los sacerdotes de Shion le esperaban para su clausura de por vida.

   El día de la muerte de Henry, Milán había intentado quitarse la vida con la misma daga con que su amado se había matado. Pero gracias a la intervención oportuna de Kuno no lo había logrado. De esta forma fue puesto en manos de los facultativos quienes lograron sosegarlo por meses bajo fuertes pociones tranquilizantes hasta que su alma pareció caer en un adormecimiento pleno. Años después se consagró a Shion, colocando sobre su frente la cinta que Henry solía lucir como prueba de castidad y compromiso a la diosa. Y fue de esta forma como pasó a ser “El ultimo ungido”.

   Vivió entonces bajo los lineamientos de su promesa cumpliéndola al pie de la letra, con la misma disciplina y celo con que lo había hecho Henry la mayor parte de su vida. Se entregó por completo a Earth y a su hijo como si con ellos rindiera homenaje póstumo al amor de su vida. Y ahora, finalmente, se recluiría en el templo para terminar sus días en la más absoluta clausura.

   Pensando en el triste final que había marcado aquellas vidas, Dereck arropó a sus hijos. Tapó a Ishar con la sabana mientras miraba en su espalda la misma marca de nacimiento que había heredado de su padre y de su abuelo. Sonrió penando en que su muchacho debía haber sido el que fuera coronado aquella tarde y en cambio de eso sólo dormía en una cama vieja y empolvada. Era magnifico como un simple acontecimiento lo cambiaba todo, como un suspiro de mas o uno de menos podía alterar el universo entero.

   Apagó el candil meditando en ello, yendo a acostarse junto a su esposo.

  Qué hermosa y era la vida y qué extraños sus enigmas.


   Por la planicie verde de Earth, con la primavera en su esplendor, Milán cabalgaba por la explanada con rumbo definitivo al templo de Shion. Más allá de las estrellas, los ojos de una diosa observaban cada uno de sus pasos.

   Desde las aguas del tiempo, Shion lo miraba feliz, sabiéndolo completamente suyo pues gracias a aquella consagración su alma le pertenecería a ella y no a Johary por toda la eternidad. Ahora sabía que había sido para lograr tener el alma de Milán en su poder que había bajado a la tierra provocando tantos desastres.

   No importaba… pensaba. Para eso eran las diosas, para jugar con el destino.

   —Milán, mi querido Milan —sonrió entonces acariciando el agua que le mostraba la imagen de su amado surcando el campo inmenso de Earth—. Siempre… Siempre fuiste tú, amor mío… El verdadero tesoro de Shion.

FIN.



Julxen 2011.

Notas finales:

Bueno, amigos. Se acabó. Gracias por la compañia durante todos estos meses. Fue muy grata, de verdad. A los que leyeron la historia por segunda vez, un abrazo inmenso y espero que hayan quedado contentos con la edición y hayan aclarado algunas dudas. Para los que llegaron nuevos, espero que les haya gustado y hayan disfutado de la lectura. Yo, por mi parte, la pasé genial. 

A todos los que me dejaron mensajes y a los que no, pero que sé que estuvieron siempre allí, un beso enorme y mis afectos eternos. Aún no estoy muy segura pero se me ha metido el gusanillo de querer escribir un one- shot con Dhamar y Jamil. ¿Qué les parece? A ver si me sale alguito, aunque sería algo muy corto. De momento los dejo con un nuevo fic que encontraran esta misma noche en la web y espero subir pronto el final de otros dos fics que tengo en proceso. 

De nuevo reitero mi agradecimiento por su compañia. La mejor recompensa de los autores es que no nos dejen solos con nuestras ideas. Esta historia es muy, pero muy importante para mí, la quiero mucho y tengo el alma puesta en ella. Hubo muchas personas que estuvieron siempre atentas a ella, por eso no daré nombres para no faltar a ninguno. Ellos ya saben quiénes son. 

Besitos gigantes. 


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