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Eien no Kage por RiSaNa_Ho

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Notas del capitulo:

aqui con otro capi n.n

III. Dudas incondicionadas

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By RiSaNa_Ho

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…oooO*Oooo…

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Intentaba mirar cualquier punto de la cueva que no fueran los ojos negros del cazador. Llevó una de sus manos sobre su vientre, al mismo lugar donde el moreno colocó la suya dentro de esa memoria difusa. Sentía unas amenazantes ganas de vomitar pero trató de evitarlo. Decidió concentrarse en tomarle sentido a dicha escena; ¿Por qué ellos dos? ¿Qué había dentro de él que le pertenecía al Hantā? ¿Su poder? ¿Su vida? ¿Algo más? No sabía las respuestas y eso le frustraba al doble. Quería borrar todo, dejar de tener esas visiones, esos sueños y esos recuerdos que sólo lo confundían. Necesitaba encontrar la solución para no volverse loco. En ese instante permanecía sentado frente a la fogata alejado lo más posible del azabache, quien se mantenía casi a la salida de la cueva.

Uchiha podría estar casi al límite de la caída de agua, pero sus orbes brunos no perdían detalle de la silueta del menor. Sasuke parecía escudriñarlo con la mirada, pero sus pensamientos no se concentraban en el Kemono. Igual que el blondo, las interminables dudas no apaciguaban su fuero interno, tantas cosas por descubrir y muy poco por dónde indagar. Y lo que más le carcomió las entrañas fue esa sensación delirante; al sentir el tacto de esos labios hambrientos, escuchándose a sí mismo proclamar como suyo el cuerpo de aquel demonio. Le resultaba confuso, pero al mismo tiempo excitante. Una mezcla de reacciones que su cuerpo no supo interpretar. Intentó concentrar su mente en cualquier cosa que no fuera aquel beso. Lo sintió tan real, como si en verdad sus labios se hubiesen unido en ese momento; la calidez, la suavidad y el sabor ligeramente dulce. Pareciendo todo, menos una simple imagen de su mente perturbada. Sin embargo, las dudas seguían creciendo a cada segundo. ¿Por qué lo había besado de manera tan demandante? Su parte racional no daba cabida a ese sentir ni a ese deseo. No, siendo un cazador.

Concentró su mirada en el semblante desconcertado del áureo. Detalló su figura, aceptando que pasaba por una persona normal, a excepción del color de sus cabellos y ojos (la mayoría los tenían oscuros). Un chico de su edad, uno o dos años menor, de cabellos dorados, piel morena y ojos tan azules que se tornaban extraños y exóticos. La ropa holgada y la capa que llevaba encima le hacían ver alguien delgado pero fuerte. No un mal individuo. Su rostro adornado por esas marcas en las mejillas le pareció interesante, no peligroso. Pero no podía confiarse de las fachadas.

No obstante, estaba convencido que existía algo que ambos compartían; su pasado.

Los minutos corrían siendo acompañados por el silencio, interrumpido únicamente por el sonido del agua y el leve tronido de las chispas al consumirse la leña. Ninguno de los dos sabía que decir, tan sumergidos en sus propias meditaciones.

—¿Cómo te llamas?

La voz grave que rompió el armónico silencio estremeció el cuerpo de Naruto. Podría parecer una cuestión tonta, tomando en cuenta que anteriormente ambos se llamaron por sus nombres, pero hasta ese momento ninguno de ellos se había presentado.

—Namikaze Naruto. ¿Y tú?

—Uchiha Sasuke.

Después de pronunciar su nombre el silencio volvió entretejerse entre los dos. No podían confiarse, eran enemigos, aunque sus nombres resonaran en sus memorias antes de encontrarse.

—¿Aún quieres mi vida-ttebayo?

Ante la repentina cuestión, Sasuke lo miró con un semblante sereno. No frío como la primera vez que lo vio.

—Quiero tu vida —respondió sin vacilar. No perdería la oportunidad de romper su maldición—. Pero antes quiero recuperar mis memorias, y parece que tú puedes ayudarme.

—No tienes recuerdos —susurró para sí, pero Sasuke lo escuchó.

—No tengo recuerdos —repitió—, por eso quiero saber el porqué de tu marca de maldición.

Naruto bajó la mirada hasta concentrarla en sus manos. No era raro que su poder fuera compatible a Sasuke. Con la gran cantidad de energía de Kyuubi, él podía hacer un contrato limitado con cualquier persona, no tenía restricciones como los demás Kemono que sólo podían realizar el contrato con una sola persona. Las pocas veces que utilizó el poder de su marca, su cuerpo resentía las consecuencias. De una extraña manera el símbolo desaparecía poco después, debía pasar una semana para volver a notarse, y ésta sangraba cada vez que tenía un sueño en específico.  Por esa razón, al mostrarle sus manos a Uchiha la estrella había desaparecido. Sin embargo ver que ambos poseían la misma marca lo confundió. Namikaze no recordaba haber hecho un Kyōtei con nadie, mucho menos con un cazador. ¿Qué secreto guardaba aquel contrato que ambos compartían? Le comenzaba a doler la cabeza por tanto pensar en las hipótesis existentes.

—Se que tú crees que yo puse esa maldición en tu cuerpo, pero no lo recuerdo-ttebayo.

—¿Por qué no recuerdas? —insistió.

—No lo sé, parece que ambos no tenemos recuerdos. Pero ustedes están equivocados. Nosotros no somos monstruos. Jamás haríamos un contrato con alguien que no quisiera-ttebayo.

Esas palabras de Naruto le sonaron sinceras, pero creerle ameritaba poca ética en su profesión. Los Kemono eran seres traicioneros. Y los cazadores dedicaban su vida a exterminarlos.

Las personas que no había sufrido algún ataque se esos demonios pensaban en la exageración de matar a individuos tan parecidos a los humanos. No obstante, para aquellos que habían experimentado un ataque no pensaba lo mismo. Existían ocasiones en donde los Kemono perdían el control, transformándose en bestias; peligrosas y sin alma. Devoraban todo ser vivo que se encontraba a su paso, tanto animales como personas. Parecían no tener conciencia. Los demonios a los que él se había enfrentado lucían diferentes a la transformación del rubio, éstos crecían de tamaño, con los ojos completamente blancos, de piel negra y mostraban una gran mandíbula con dietes afilados.

¿Por qué perdían el conocimiento y atacaban como bestias salvajes? Esa pregunta ni ellos sabían responderla. Estaban seguros que debía ser la relación de los humanos y los contratos. Algunos aseguraban que era porque al morir el contratista, el demonio perdía la parte humana que éste le proporcionaba, pero sólo eran especulaciones. Otros decían que debía ser por poseer tanto poder en su cuerpo y no lo soportaban.

Por dicho misterio que rodeaba a esas criaturas, muchos de los cazadores decidieron investigarlos. Personas como Orochimaru, quien no se tentaba el corazón para atraparlos vivos y experimentar con ellos. La serpiente había desertado de los terrenos del clan Uchiha al desmantelar sus experimentos. Su padre descubrió el laboratorio clandestino en la bodega del viperino hombre. Los que vieron la habitación salieron blancos como el papel. Sasuke también había entrado para comprobar los daños; al cruzar la puerta un insoportable olor a putrefacción llegó a su olfato, caminó unos pasos antes de encontrarse con estantes llenos partes de animales. Una mesa al centro con vendajes teñidos de rojo e instrumentos quirúrgicos ensangrentados por todos lados. En un rincón permanecían varias jaulas con Kemono vivos y otros malheridos.

Tal vez a muchos cazadores no les molestaba la idea de descuartizar a los demonios, pero para su sorpresa también encontraron humanos; personas comunes y corriente. ¿Qué tramaba Orochimaru? Nunca pudieron descubrirlo, ya que la misma noche que desmantelaron su laboratorio, la serpiente huyó junto a su inseparable sirviente Kabuto.

Desde esa noche intentaron capturarlo, pero siempre lograba escapar. Hasta esa tarde que por fin lo mató. Sus experimentos seguirían en la ignorancia de los demás.

—Los Kemono atacan a las personas —respondió unos minutos después.

Naruto apretó los puños, levantándose para alejarse más de él.

—No somos animales salvajes —susurró con ira para sí mismo.

No quería seguir discutiendo con ese sujeto. Sentándose en el suelo recargó su espalda contra la pared de piedra. Cubrió su cuerpo del frio de la noche con su capa. Tenía sueño. No sabía si podría dormir, Sasuke no le daba confianza.

Resopló con disgusto antes de encogerse sobre su lugar.

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S&N

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Las llamas se extendían acabando con las pequeñas casas de madera y palos. Las pocas personas estaban aterradas, viendo su único patrimonio reducirse a cenizas frente a sus ojos. Algunos hombres miraban con impotencia mientras apretaban los puños y dientes, alternando sus miradas furiosas de las llamas a los hombres con las antorchas. Aquellos tipos habían sido los culpables de dicho desastre. Los sujetos reían ante la impotencia dibujada sobre los rostros de los aldeanos. Lágrimas caían de sus parpados, pero a nadie le importaban.

—¿Aún se niegan a hablar?

—¡Ya les hemos dicho que no sabemos nada!

El hombre castaño que parecía el líder sonrió con prepotencia, mirando a cada uno hasta ver una cabellera que llamó su atención.

—Mienten.

—¡Claro que no! —gritó con fuerza un aldeano—. Nosotros no sabemos nada de la persona que buscan.

Con un movimiento de cabeza el líder negó, mostrando una sonrisa que aterró a las pobres personas.

—No nos dejan otra opción.

Ante las miradas de miedo, los demás sujetos terminaron de quemar las casas que faltaban.

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S&N

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En el campamento improvisado, los hombres transitaban de un lugar a otro tratando de acondicionar lo que hacía falta. Un pequeño campamento en el centro del bosque que servía de base para sus movimientos. De entre todas las personas destacaba una en especial. Un hombre alto, imponente y con la mirada indescifrable. De cabellos y ojos negros, vestido con una gabardina larga, un pantalón de cuero y unas botas de cabetes.

Uchiha Itachi, quien sostenía entre sus manos un papel que leía con prisa.

Su lectura fue interrumpida al escuchar el gran barullo de sus hombres, advirtiendo que habían llegado de su misión. Salió a su encuentro, con una vaga expectativa.

—¿Encontraron algo?

—No, ellos no saben nada, pero no hemos venido con las manos vacías.

A Itachi le importaba poco lo que ellos hicieran, siempre y cuando cumplieran con sus órdenes. Por dicha razón no le sorprendía ver que algunas veces regresaban con hombres y algunas mujeres para servirles de esclavos.

—Hemos traído algo especial para usted, jefe.

Un sujeto más alto caminó entre sus compañeros, en las manos llevaba una soga que jaló con fuerza para sacar de la oscuridad el "regalo" de su comandante. Itachi no mostró una reacción de asombro, pero internamente pareció desconcertado. Atada del otro lado de la soga, permanecía una mujer de largos cabellos rubios, con las ropas y la cara sucias por la ceniza. No obstante, sus ojos fueron lo que atrajeron su atención, un par de orbes azules que lo veían de manera desafiante, casi apuñalándolo con ellos. Con las manos atadas adelante por gruesas cuerdas de hilo le hicieron caminar entre ellos, pero con la fuerza del tirón cayó de rodillas frente a Uchiha.

—¿Una mujer? —inquirió sereno el azabache.

Ellos sonrieron con satisfacción.

—La más hermosa de la aldea, no las dieron a cambio de la vida de los niños.

El moreno paspo su vista de arriba a abajo, detallando en su escaneo las pocas cuervas de la joven, quien le volvió a mandar una mirada asesina que él ignoró. Observando las cenizas en su ropa, recordó los malos resultados de su búsqueda y apretó los puños. Con un tono frío e indiferente les dio nuevas órdenes a sus subordinados. Al menos por la noche podría liberar toda esa tención.

—Llévenla a mi tienda —se dirigió al hombre que la sostenía, éste asintió. —. Y los demás preparen las cosas, mañana regresamos al amanecer.

La rubia fue arrastrada hasta la carpa más grande. Miró de reojo a Uchiha quien seguía dando órdenes. Cuando estuvo fuera de su vista, la damisela en peligro sonrío para sí misma.

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S&N

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Pasaba de la media noche. Naruto intentó no dormirse y mantener su guardia en alerta, pero el agotamiento de su cuerpo incrementó con el paso de las horas, él no había dormido como Sasuke lo hizo. Al estar cuidando su fiebre no pegó el ojo. Con los parpados calleándose de cansancio no tardó en caer rendido, volviendo a "soñar".

«En esa parte del bosque, los arboles más altos atraían por completo su atención. Le gustaba subirse hasta la rama más alta y sentarse en ella mientras sus piernas se mecían de un lado a otro. Le agradaba sentir el aire sobre su cara, alborotando sus rubios cabellos. Viendo el amplio panorama de todo su alrededor. Tal vez no lo esperaba, pero ese día parecía ansioso. Al principio pensó que sería por volver a ganarle a sus amigos, pero estando en lo alto de la rama y verlos a lo lejos la sensación no cambió.

No corría peligro, su aldea estaba protegida por una barrera que no permitía la entrada a los humanos. Desde pequeño, sus padres le advirtieron lo peligrosos que eran los humanos con ellos, considerándolos unos animales.

Su vista pasó por todo lo verde, hasta  distinguir en el perímetro del bosque Sacred un punto diferente. ¿Un incendio? No esperó la llegada de sus amigos, bajó del árbol y salió corriendo hasta el lugar, con su velocidad no le fue difícil. Necesitaba cerciorarse que el fuego no amenazara los arboles de su aldea. Al llegar frunció las cejas al ver el color de las llamas. El punto oscuro no era por el humo, sino del propio fuego. Sintió la imperiosa necesidad de tocarlas. Caminó hasta ellas, distinguiendo entre esas flamas negras, el cuerpo de una persona. Un joven casi de su edad, con los cabellos más negros que el fuego.

Intentó llamarlo, él giró para verlo. Y por primera vez, sus orbes añiles se cruzaron con aquellos irises ébano.

En medio de aquel incendio lo vio.

¿Qué buscaba en ese lugar?»

—Las llamas negras —susurró Naruto entre sueños. Al estar despierto, Sasuke escuchó a la perfección las palabras entrecortadas que salían de la boca del menor, podía despertarlo, pero le pareció más interesante seguir escuchando lo que soñaba—. El bosque Sacred se quema…

¿Llamas negras? ¿Bosque Sacred?

Esas dos simples oraciones le recordaron un hecho olvidado. Algo que vivió antes de tener esa marca de maldición. Él también estuvo en ese bosque tiempo atrás por una misión. No una misión cualquiera, sino de parte ese tipo. Rodeado de llamas negras.

¿Si regresaba con ese hombre tendría respuestas?

No lo sabía, pero algo en su interior le gritaba que tuviera cuidado con ese sujeto.

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S&N

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Una ligera ráfaga de aire fresco provocó en su cuerpo una agradable sensación de confort. Hinata caminó por el jardín, conocía esa parte de su casa como la palma de su mano. Cuando su madre aún vivía le ayudaba a recorrerlo; contando pasos o guiándola por los olores. Ese jardín lleno de flores le recordaba a su madre. Sonrió levemente antes de caminar unos cuantos pasos al lado derecho, levantó su mano al sentir que estaba cerca de su destino. Delineó con la punta de sus dedos el contorno de las rosas. Le agradaba permanecer ahí e inundar su sentido del olfato con el exquisito aroma de las rosas y gardenias.

—No debería estar sola en este lugar, señorita Hinata.

La muchacha dio un ligero brinco sobre su lugar, sin girar a encarar a la otra persona. No sabría esconder el sonrojo de sus mejillas. Tal vez era ciega, pero esa voz la reconocería en cualquier lugar. Ese inconfundible timbre de voz sólo le correspondía a Neji.

Hyuuga Neji, perteneciente a la familia secundaria, a las personas encargadas de la seguridad de los herederos; la familia principal. Él fue destinado a ser su protector desde que era muy pequeña, al ser la primogénita de la familia siempre estaba expuesta a los peligros. Nunca la dejaban sola.

Pero Neji era especial para ella. El aura del castaño era diferente a la de Sasuke. Su aura le daba tranquilidad, le hacía sentir segura y reconfortada. Contrario a Sasuke, quien le daba miedo e inquietud. No estaba segura porque su presencia la alteraba tanto, al grado de temblar por dentro cada vez que lo tenía cerca. Suponía que debía ser la marca de maldición. Ella no lo trataba mucho. Ni siquiera de niños, sólo hasta que su padre anunció la unión, comenzó a frecuentar la casa Uchiha. La primera vez que conoció a Sasuke en persona, fue como si le hubiesen echado un balde de agua fría sobre el cuerpo.

Desde entonces sentía escalofríos al tenerlo cerca.

—Sólo salí a tomar un poco de aire —habló con voz baja para no tartamudear. La presencia del castaño hacía que luciera como una niña pequeña e indefensa.

Acercándose hasta los arbustos de flores, Neji quedó a su lado, recogiendo una de las flores que había caído por la fuerza del viento. Observó el blanco de la flor y después el rostro de la joven. Sonrió ligeramente antes de tomar una de las manos de Hinata, haciendo que una extraña sensación recorriera su cuerpo por la calidez de sus manos unidas. Con la otra mano colocó la flor en su palma.

—Todos se pondrían tristes si algo malo le pasara. Por favor, no salga sola.

Hinata asintió, percatándose que Neji no soltó su mano, guiándola al interior de la vivienda. Ese tipo de detalles le hacían pensar que tal vez no todo estaba perdido.

Lástima que su felicidad siempre terminaba al abandonar el jardín y cruzar la puerta de su casa.

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S&N

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El sol de la mañana entró a través del reflejo del agua cristalina. Sasuke se puso de pie, yendo hasta el límite del agua para tomar un poco y lavarse la cara. No pudo descansar durante toda la noche, contrario a Naruto que durmió sin despertar por los sueños.

Unos minutos más tarde, Naruto despertó estirándose sobre su lugar. Había vuelto a soñar pero olvidaba parte de las escenas. No le dio importancia. Buscó con la mirada al moreno, encontrándolo cerca del agua. Se levantó, volviéndose a estirar. Sasuke no perdió detalle de sus acciones, observando el pequeño cristal que sobresalió de la ropa del rubio.

—Tu collar.

—¿He?

—Tu collar, está roto.

Namikaze bajó la mirada hasta su pecho, donde el cristal azul brillaba. Lo tomó entre sus dedos, enseñándoselo a Uchiha.

—Sí, esto es lo que busco, la mitad de esta piedra. Comencé a tener un sueño raro y mi madre dijo que no se iría hasta que encontrara la otra mitad del collar.

—¿Sueño?

—No estoy seguro, parece un tipo de premonición, pero no la entiendo-ttebayo.

—¿Qué ves?

El Kemono pareció meditarlo por unos segundos. A nadie le había contado lo que veía. Pero algo en la mirada bruna de Sasuke le alentaba a continuar. Decidió contárselo, indagando en sus pensamientos para recordar por completo.

—Hay fuego, mucho fuego —cerró sus ojos—, veo a mi padre y a mí mismo corriendo para huir. No lo entiendo, porque yo no soy débil, y aún así prefiero salir corriendo. Después me encuentro con otra persona que no le veo el rostro, pero parecer estar llorando sangre… —por un momento Sasuke recordó la sangre que le escurrió por el ojo al sacar al Mangekyou sharingan, no interrumpió. Prefirió seguir escuchando, Namikaze continuó—. Lo más extraño es que no quiero enfrentarme a él.

Abrió los ojos esperando un sinfín de preguntas por parte del cazador, pero lo único que encontró fue la espalda del moreno.

—Es mejor salir de aquí.

La simple narración hizo que su boca degustara un sabor amargo. Prefirió cortar el tema.

—¿A dónde vamos? —preguntó el rubio con desconfianza. No podía seguirlo como si fueran compañeros, pero las palabras de Sasuke le desconcertaron.

—A buscar respuestas.

Saliendo de la cueva el viento sopló fuerte. Ambos distinguieron el ligero olor de azufre en el aire. Miraron para todos lados, cada uno tomando con discreción el borde de sus armas, no pasó ni un minuto cuando ocho hombres saltaron desde los árboles y arbustos. Los rodearon por completo al punto de tener que pegar sus espaldas.

Los individuos vestían capuchas oscuras, de sus ropas sobresalían unas singulares marcas; en el brazo izquierdo una banda negra con una nube roja y en la derecha, tres tomoes idénticos a las aspas del sharingan. Sasuke no los reconocía, pero estaba seguro que ya había vivido algo parecido. Uchiha vio de reojo a su rubio acompañante, éste fruncía el ceño y mostraba los colmillos.

—Esto es peligroso, tenemos que huir de ellos-ttebayo.

Sasuke frunció el ceño.

—¿Los conoces?

Naruto negó.

—No, pero esos símbolos los he visto antes-ttebayo.

Uchiha pasó su vista por todo alrededor. No parecían muy fuertes.

—Yo voy a enfrentarlos. No soy un cobarde, gatito miedoso.

—¡No soy ningún gatito miedoso, bastardo! Pero no es tiempo para explicaciones. Salgamos primero de aquí.

Uchiha no confiaba en Naruto -al menos eso quería sentir-, pero las palabras de Namikaze sonaban inquietas. Si alguien tan fuerte como Naruto decidía retirarse antes de enfrentarlos, lo mejor era tomar en cuenta su advertencia.

—Lanzaré una bomba de humo, y en ese momento corre en dirección al bosque.

Terminado de susurrar el aviso, Naruto arrojó una pequeña esfera que detonó al instante cubriendo toda el área con una espesa cortina de humo. La cual aprovecharon para salir corriendo. Ambos eran fuertes, pero con su batalla anterior no se encontraban en las mejores condiciones. Otro punto en contra era el número de individuos.

Corrieron uno al lado del otro, perdiendo de vista a los otros sujetos.

—Explícate —exigió saber Sasuke, sin detener su paso.

A su lado, Naruto tampoco disminuyó la velocidad. Optó por responder la duda de su nuevo compañero de viaje.

—Esos tipos van tras… Kurama.

Y ante todo pronóstico, los pasos acelerados de Uchiha se detuvieron de golpe. Provocando que la mirada de Naruto buscara una explicación a la extraña acción. Ignorando por completo que el subconsciente del cazador repetía una y otra vez la misma palabra.

Kurama.

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Continuara…

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…oooO*Oooo…

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Notas finales:

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Hola!!! No es su imaginación ni nada de eso, en verdad me apure con el capítulo de esta historia XD, ya que con el anterior me demore meses quise recompensarlo con este n.n

Espero que les haya gustado y entretenido un poco, con eso me doy por bien servida, si les agrada la historia me dan ganas de continuarla :3, y bueno, que puedo decir? En este capítulo siguen sin saber que pasó, pero al menos Naruto sabe cuándo fue la primera vez que vio a Sasukín , además de que Sasuke recordó a cierta persona que tiene mucho que ver (y no sigo porque seria spolier ¬¬) , y esa" tregua" momentánea también sirve n.n

Bueno, como siempre déjenme agradecerles los comentarios, son la fuente para eliminar mi flojera y seguir escribiendo XD, así que muchas gracias a: LEGNAEL (muchas gracias Beta mía :3), Wolfyuu, Lunnat, Sasukita15 (sip, la ultima oración que dice Sasuke es un recuerdo n.n), patito, itachan, conan-chan, Shana18, liz, sue, kyuu (ha, no te preocupes, es que como cambie el resumen creo que por eso te confundiste, pero está bien que menciones si en verdad hay un plagio, porque creo que es muy deshonesto que alguien se lleve en crédito de un trabajo que no le pertenece u.u), kaia shirley, Ryoko Sakura, Natura Karma, Koguitsune, Cara Amaterasu (Bueno no puedo responderte a todas tus preguntas porque sino seria mucho spoiler XD, pero pronto las responderé como avance el fic n.n) y naochan.

Y ya saben, cualquier dedazo no duden en hacerme saber por favor n.n

Nos vemos y cuídense mucho!!!

Por último, un review? o.O?

Gracias x leer n.n


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