Mes desconocido, año 1955
—es hueso duro de roer
—se podría decir, mantenme informado si quiere algo
— ¿a lo mejor se esta haciendo el valiente?
Fugaku no respondió nada a su contacto y se fue a dormir. Los ojos le ardían y el calor era del infierno, esperaba no haber cruzado el umbral de tener demasiado cansancio porque solo quería dormir no pensar en su trabajo, en su cabello rubio y ojos azules.
En su duro colchón dio vueltas y mas vueltas, el sudor le bañaba. Podía estar en el vuelo de camino a casa, al diablo si Control se enojaba. Pero tenia la vaga esperanza de lograr que el chico cambiara de opinión.
“maldito comunismo, consigue chicos lindos porque piensa que nos gusta follarlos”
Esas palabras las había escuchado de un colega hace unos meses, claro se podría pensar que era una mala broma pero no, en este trabajo se conocía mucha gente la cual estaba manchada de sangre por muy inocente que estuviera de la situación.
El chico…Minato se dirigía a su muerte por algo o por muchas cosas que había cometido, a simple vista cuando Fugaku entro y le vio, se sintió un por momento inseguro. Gente con la pinta el, era de los que caminaban en las calles ignorantes de los peligros del mundo y sonrientes con su novia…o esposa.
Sus ojos y cierto aire de insolencia le recordaron que era un espía entrenado para matar, para destruirlos a ellos, a pesar de que no dijo una sola palabra, Fugaku supo que estuvo pendiente a cada una de sus palabras, sus ojos azules miran cada gesto que el hacia. no era interés sobre aprender del enemigo o el interés de buscar la forma de salir de aquella situación.
Ese interés iba mucho mas haya.
Maldición lo tenia escrito en la cara, pero Fugaku se hizo el idiota y fue lo mas profesional posible, fracaso en su fachada, lo sabia. Ahora solo se disponía a esperar.
TOC TOC TOC
Tocaron a la puerta, Fugaku observo una vez más hacia la cama y abrió la puerta levemente
— ¿seguro?
Le pregunto su contacto entregándole una bolsa
—todavía estamos dentro del plazo, ahora cuida la zona no quiero interrupciones
—esto muestra debilidad y…
— ¡Maldición!—el Uchiha tomo una respiración— estas bajo mis órdenes pero fácil mente puedes telegrafiar a Raíz
Fugaku cerró la puerta y una sonrisa que acelero su corazón le recibió
—me has convencido
Por primera vez Fugaku oyó la voz de Minato y supo que no la olvidaría (rayos todo el hombre ya estaba grabado en su cabeza)
— ¿de que te ayude con tus heridas o de que te unas a nuestro bando?
—sigue hablando de tu bando, esa mierda de paz y tranquilidad. No me importa pero si me exaspera, ahora dijiste algo sobre aliviar un poco mis heridas ¿cierto?
—pero todavía no me has prometido portarte bien si te quito las esposas
Minato resoplo y puso su mejor cara de chico inocente
—si seré tolerante, además si en algo me paso de listo contigo pues me disculpare
El Uchiha procedió a quitar las esposas con una leve sonrisa de medio lado, sus muñecas estaban laceradas pero al suave toque de su piel Fugaku se encontró deseando más
— ¿me quitas la camisa?
—no estas desvalido además tengo mas cosas que hacer
Minato hizo un puchero y se quito la camisa bruscamente largando al instante un quejido de dolor por separar la tela de su carne. El Uchiha contuvo su risa mientras se concentraba en sacar las cosas de la bolsa; gasas, alcohol, whisky y una jeringa que hábilmente lleno de antibióticos
—no, no, no, aleja eso, eso de mi
Fugaku se quedo congelado al ver a Minato muerto de miedo por tal cosa, aun que en su fuero interno gozaba cada minuto
—por favor tienes el pecho lleno de heridas abiertas, el estomago casi en carne viva y esta cosita te da miedo
Minato volvió hacer otro adorable puchero y jugo con sus dedos
—todo tenemos fobias, Napoleón le tenia miedo a los gatos y yo un simple mortal a las agujas
—los americanos no tuvieron consideración con tu fobia
Minato cambio su semblante inmediatamente y con furia mal disimulada se encogió de hombros
—cuando toca pues toca, pero voluntariamente no lo hare tendrás que utilizar muchas…
El sabor de Minato mas haya de la sangre, era dulce por describirlo de alguna forma, el cigarrillo y las mentas iban de la mano ¿tal vez?. Fue un simple beso por parte de fugaku pero la naturaleza de Minato lo trasformo en una lucha de lenguas y gemidos roncos. En un pequeño respiro fugaku se aparto y volvió a coger la aguja
—anda bájate los pantalones
—sabes has mesclado mi peor miedo con mejor mi fantasía sexual, eres de respeto Uchiha
Minato fue dócil hasta donde pudo, lanzo algunas maldiciones y fugaku se divertía de lo lindo. Después de los antibióticos, vino la limpieza y la certeza de que Minato quería pegarle en las bolas por el ardor excesivo. Al final de la precaria curación la botella de whisky iba a medias y la caja de cigarrillos intacta y los dos hombres se encontraban en silencio
— ¿pensaste que trabajarías como espía?
Fugaku pregunto pasando sus manos por el suave cabello rubio
—esto no es trabajo yo lo veo mas como un juego…un juego de ajedrez donde soy el peón y me encanta comerme las fichas mas sobresalientes del juego y a la vez sin quererlo eso complace a mi rey pero a sus ojos no dejo de ser un peón que puede entregar en sacrifico.
Minato se acerco a fugaku y comenzó a quitarle ropa
— ¿te gusta?
—tu claro eres uufs sin palabras y si preguntas por mi “trabajo” bueno era ser esto o un maldito granjero y vaya que quería ser un maldito grajero
Ambos hombres rieron
— ¿y tu Uchiha?
—ni si quiera me dieron la opción de ser un granjero…es la primera vez que yo
Fugaku sintió otra vez el sabor mesclado de sangre y dulce de los labios del enemigo, el cual le besaba con un cariño inusitado que ya no encontraba en su propia cama, para fugaku era la primera vez que hacia tal cosa en su trabajo, en su vida.
Su autocontrol era los mas preciado para el, pero le estaba siendo despojado por Minato con tanta facilidad como la ropa que tenia hace poco. Su cuerpo se cubrió de un calor electrizante, Minato tocaba partes de su cuerpo que nunca fueron tocadas para fines eróticos.
Y las zonas erógenas de su cuerpo estaban siendo sobrecargadas, la fricción entre ambos lo llevaba al borde, sus labios lo hundían, sus caricias le arrastraban cada pensamiento dejándolo a su merced.
La succión de su miembro, la picadura de ardor en su entrada
—yo…necesitó respirar
Fugaku imploro, sus pulmones ardían ante la falta total de aire. Minato subió por su estomago y pecho dejando besos
—tócame
Minato puso una de sus manos en sus erecciones, Fugaku llevo un ritmo parejo donde pudo ver al otro retorcerse y gemir, su otra mano paso por el cabello, rostro y piel libre de heridas. Entre sus muslos su mano encontró una fuente de calor suave, su piel aun que algo morada seguía suave y le hacia gemir. Su agujero succionaba su dedo se podía sentir la presión de la carne, la delicia donde quería enterrase hasta las bolas.
—se lo que piensas y no, esta noche eres mío no te dejare escapar
Fugaku no supo si gimió en protesta o por placer, solo sabia que eran los dedos de Minato en su interior abriéndole. En pocos minutos se encontró de espaldas y en cuatro.
—poco a poco te iras empalando en mi polla—sus manos suaves iban y venían por su espalda—no te detengas hasta que sientas mis bolas, respira profundamente
Y como dijo Minato, fugaku fue introduciéndose el pene de Minato en su interior, tuvo su cuota de dolor pero al menos le distraía de los pensamientos y recriminaciones que venían de alguna parte de su cerebro. En la última y más larga respiración por fin sintió que se había empalado completamente.
Sentía detrás suyo la pesada respiración de Minato, quiera ver sus ojos pero a la vez agradecía estar de espaldas, su rostro lleno de deseo no era algo que debía ver el enemigo.
— ¿estas bien?
—mmm
Las duras embestidas se acompañaron de mordidas en su hombro, fugaku mordía el pesado de almohada y retorcía sus blancos nudillos. El placer era inmenso, oscuro y básico. En su corazón sentía que le estaba dando al hombre que le follaba una parte vital de su ser y que la marca que dejaría Minato seria eterna; las repercusiones a tales cosas vendrían después a golpearlo por ahora su cuerpo estaba en shock por el orgasmo y su cuerpo succionaba la esencia caliente de Minato.
—cinco minutos
Dijo el hombre mientras se dirigía hacer los últimos arreglos de viaje
—vamos no pongas esa cara, cuando llegues a casa dile a todos que hiciste tu mejor esfuerzo pero que lamentablemente yo era un terco hijo de perra comunista
Fugaku trago el nudo en su garganta y se repetía que ese hombre rubio delante de él no era nada, que dentro de poco seria un cadáver y que no le dolía el alma en pensar dejarlo.
—yo…
—tu eres sexy, bello y me calientas. hasta hace veinticuatro horas no pensaba que iba a morir con una erección
—y su pongo que así has soñado morir
Minato rio y se limpio el sudor con sus manos esposadas
—mete tus manos en bolsillo derecho
Fugaku miro la zona y viendo que la mayoría parecía ignorarlos se acerco a Minato y metió la mano a su bolsillo
—sabes bien que no moriré, sabrás de mi
Fugaku sintió un beso fantasma en su mejilla y en sus manos el paquete de cigarrillos intacto, el avión despego y Fugaku se quedo en aquel país unos días demás.
Los meses pasaron, había dejado de viajar y Mikoto estaba feliz y preciosa. Su trabajo seguía siendo exigente pero al menos ya no…ya no.
—ha surgido un nuevo alias
Fugaku dejo de mirar a la nada para ver a Control hablando y pasándole una carpeta a cada presente
—en pocos meses ha formado un nuevo bloque con los hombre mas fieles y dementes, sus golpes han sido esporádicos pero contundentes.
En la carpeta Fugaku vio informes y fotos de hombres torturados, asesinados muy profesionalmente aun que los últimos le dejaron helado.
—agentes americanos—susurro
—efectivamente, de alguna forma los mato en Estados Unidos y dejo el rastro de sangre a la vista para fundir el pánico y dejarnos claro que somos su próximo objetivo
La sala se quedo en silencio, Control tomo asiento y Fugaku le miro fijamente ambos sabían, uno mas que otro, pero sabían quien era el hombre.
—su alias es Yondaime