Con dolor ejerció mas presión en la venda de su pie izquierdo, solo había sido el mero roce de la bala pero como siempre la sangre fue demasiado escandalosa y mas a un la carne lacerada, pero mas que todo era que ya se estaba haciendo viejo para esta clase de heridas. Como pudo busco una forma cómoda para relajarse en su cama, su mente sin poder evitarlo empezó a divagar en los recuerdos de aquella semana después de haber decidido cancelar su matrimonio, mandar su temor a la sociedad a la mierda y mas que todo darle su corazón a Sherlock.
Primero tuvo que tratar con Mary, la supuestamente cena para hablar de los arreglos de la ceremonia término en lágrimas, cachetada y un fino vino tirado en su cara. Watson no le molesto que se desahogara de tal forma después de todo el era el culpable
Todo este drama y sufrimiento es culpa mía
Dijo a la nada el buen doctor
“¿que ganas con estar su lado?, no tiene corazón es una maquina, tu mismo lo has dicho, al final sus casos son mas importantes que tu”
Esas palabras fueron su despedida, en ese instante parte de su razón entro en pánico por lo cierto de aquellas palabras, pero su corazón grito MENTIRA y él le creyó.
Estúpido
Esa palabra iba cargada de autorreproche y el dolor (que no era de su pierna) que comenzaba a abatirlo.
En el desordenado cuarto, sus manos pasaron por aquel cabello rebelde sus labios mordían pidiendo la entrada a su boca, lentamente Sherlock abrió su boca y Watson jugo con su lengua dándole cierto dominio al detective quien lo estrechaba mas contra su cuerpo, en movimientos rápidos su boca paso por el cuello dejando leves marcas y su lengua subió hasta el lobo de la oreja donde mordió suavemente, logrando un gemido lastimero y la dureza mas fuerte en sus pantalones.
Holmes se dejaba hacer y disfrutaba aun que sus manos estaban presurosas por adentrarse en su ropa y sentir más piel, entre toque y toque Sherlock ponía a Watson en serios aprietos para contenerse, le encantaba esa sumisión altanera.
Pero a pesar del entusiasmo de Sherlock no habían pasado a mayores, Watson quería las cosas más lentas.
— ¿es mi nula experiencia en dar placer?
John sonrió y abrazo a su detective dándole un pequeño beso en la frente
—tengo como experiencia que si la pasión predomina la relación desde su comienzo, el final suele ser mas abrupto
— ¿con cuantos te has acostado para llegar a tal revelación?
La sonrisa de Watson desapareció al ver el enfado de Sherlock había algo, no podía poner el dedo en la llaga pero había algo distinto.
—en mi internado fue mi primer encuentro sexual en cierta forma quería amarlo, el acepto y al final la culpa le destrozo y se alejo. Luego me uní al ejército dejando de lado esos amores y una señorita en el altar y solo tuve por regla el placer ya que disponía de más libertad
Sonaba algo déspota su vida amorosa pero a su favor solo podía decir que nunca había amado hasta que se mudo al 221B de Baker street.
—eso quiere decir que también estuviste con otros mientras vivías conmigo
Aquello no fue una pregunta, fue una acusación que sentía que no se había ganado
-¿estas celoso?
Inmediatamente Holmes se paro de la cama y comenzó alejarse
—bien solo al principio estuve con un joven cockney, nada formal vivía de andar con hombres, ¿dime que te pasa?
—nada, anda vístete tengo en mira un nuevo caso y dentro de diez minutos nos reuniremos con el.
El caso como siempre era una red de engaños y deseos de poder.
Comenzó como la historia de un millonario americano llamado Alexandre Hamilton Garrideb, que no tenía parientes vivos y sele ocurrió dejar su herencia a tres hombres con el mismo apellido y poco después murió, al poco tiempo apareció un tal John Garrideb quien publico varios avisos pero incluso en las bastas Américas no había nadie con ese peculiar apellido, y ya que la herencia especificaba claramente que; “solo seria dada cuando tres hombres con el apellido Garrideb se reunieran”.
El señor John estuvo buscando por todo el reino unido un hombre con tal apellido y sorprendentemente había encontrado al segundo, era un viejo historiador de ciencia natural del distrito oeste llamado Nathan Garrideb por lo tanto solo quedaba encontrar el tercero.
Watson al principio creyó increíble que Sherlock aceptara tal caso, ¿Qué había de interesante encontrar una persona?
El tal John Garrideb no le daba buena espina además odiaba la forma desmedida y fingida en que elogiaba a su detective, mientras hablaba de su absurdo plan de llevar a Holmes ante el señor Nathan para convencerlo de buscar el tercer Garrideb
—no estoy de acuerdo, te quiere utilizar como mero guía turístico
—cualquier trabajo que haga es mi propia decisión ¡deja de interferir!
Las palabras le dolieron pero más haya de sentirse herido, Watson se sorprendió del comportamiento iracundo e irracional de su pareja
— ¿¡que te pasa?! Por lo general me cuesta entender tu manera de pensar pero en esta ocasión hasta sobrepasa tu propio entendimiento ¿acaso ya te arrepentiste de lo nuestro?
Holmes no dijo nada su rostro no reflejaba emociones pero feroz mente junto sus labios, el beso era carnal, mordía se introducía
¿Qué Pasaba?
Watson se pregunto levemente, porque luego sintió a Sherlock arrodillado en aquella callejuela, en ese oscuro rincón desabrochando sus pantalones preparándose para un acto que Watson suponía nunca había intentado
—detente
— ¿desde cuando te importa detenerte en estas situaciones?
John poso sus manos en el rostro de su pareja y se arrodillo para estar a su altura
—Sherlock tenme confianza, no te pido sexo o palabras de amor solo te pido confianza
Un suave y casto beso depositó el doctor en el detective.
Por un leve momento Watson vio la inseguridad, miedo y soledad bailar en los ojos de Sherlock. Era extraño y doloroso verlo de tal forma pero así se veían los amantes en el momento de más amor y desesperación. Sherlock se volvió a alejar y lo siguiente que supo Watson de si mismo es que se encontraban delante del señor Nathan.
-si, solo escuche del señor John anteayer, soy un hombre de pocos intereses además de mis investigaciones, así que cuando me entere de esta historia me sorprendí mucho, sobra decir que estaba encantado, si heredara esa cantidad de dinero finalmente podría pagar todos los gastos de mis investigaciones. Aun que seria un poco molesto
Watson que se encontraba ensimismado entre su mundo y Sherlock, salió de tu estupor y vio aun hombre viejo que tomaba el té y nos muy lejos en una de las grandes ventanas estaba Holmes dándoles la espalda.
— ¿Por qué molesto?
—Tengo tendencia a recluirme—dijo el anciano mirando el basto espacio de su hogar—desde que me mude hace cinco años no he salido ni una sola vez de este lugar, ya soy un hombre viejo y tengo la intención de que este sea mi ultima residencia
—ya veo, por cierto ¿Dónde puedo encontrar al agente que le vendió esta propiedad?
Por general Sherlock no estaría tan quieto y calmado, por lo general Watson estaría tomando alguna nota o procesando alguna conjetura. Pero su mirada no se podía despegar de Sherlock.
Este caso era una barrera que el muy terco había puesto entre ambos, pero a pesar de su poco interés; sabia que había gato encerrado y el mayor sospechoso era el señor John
— ¡lo conseguí señor Nathan encontré al tercer señor Garrideb!
Grande fue la sorpresa de ver aquel hombre exaltado diciendo tal noticia, pero según el comunicado que traía, el tercer Garrideb era constructor, alquilaba vehículos agrícolas y herramientas.
Con esa extraña y macabra sonrisa falsa, Watson vio aquel sujeto contar lo feliz que estaba
— ¡señor Nathan! Con esto podríamos considerar a Howard Garrideb como nuestro socio
El anciano no estaba muy convencido de tal cosa y al ver la resistencia del señor Nathan, el otro hombre utilizo la presencia del detective
—si hubiera creído que tal descubrimiento era imposible no hubiera contractado a Sherlock Holmes
Sherlock se voltio con una sonrisa y hablo
— el señor John tiene toda la razón confié en el y pronto la herencia será de ustedes
Watson reprimió el impulso de enfrentar Sherlock cara a cara y gritarle que estaba loco
—señor Nathan tiene que ir mañana mismo a Birminghan
— ¡¿Qué?! ¿Por que tendría que ir yo a un lugar tan lejos?
Watson aplaudió la terquedad del anciano de salir de su casa
—piénselo soy americano aunque la colonia es libre ahora, todavía hay ingleses que tienen odio a los americanos
—la gente en la campiña es recelosa estoy de acuerdo ¿pero no seria mejor que fuera el famoso señor Holmes?
El señor John junto las manos con las del anciano y cual buen actor procedió a los halagos
—usted es un ingles famoso también
—oh bueno pero encuentro muy difícil salir…
— ¡tiene que ir! Definitivamente debe ir señor Nathan
— ¡Holmes!
Exclamo Watson, no podía creer que Sherlock motivara a tal cosa sabiendo ya el interés que movía al señor John
—es un viaje de necesidad
Ignorado, simplemente ignorado tanto como amante como compañero
—mañana hay un expreso de Brimanghan a las cuatro de la tarde, supongo que tendré que tomarlo ya que insisten buenos señores y no habré de negarle señor John la gloría de esperanza que ha traído a mi vida.
— ¡genial! Hablamos mañana, adiós a usted señor Holmes, quizás mañana señores nos encontremos con buenas noticias
Ya lejos de aquel lugar Watson por fin hablo
— ¿en que estabas pensando Holmes? ¿Acaso tú no lo veías como sospechoso? ¿Te gustan sus halagos?...ambos sabemos que engaña a ese viejo
— Watson, me adelantare hay un lugar al que deseo ir
John apretó su bastón con fuerza la ira le invadía, ya estaba arto
—te escogí a ti, me pediste tiempo pero si esto es lo que nos espera yo…
La mirada fría de Sherlock le paralizo
—deberías saber que soy un hombre cuyo único placer esta aplicar mi lógica deductiva y cuya única preocupación son resolver casos criminales, lo demás son cosas sin significado
Con dificultad trago el nudo en su garganta, palabra por palabra su ser fue despojado y asesinado, Sherlock lo intento pero en algún momento…solo era alguien sin significado.
Con un poco de vino Watson pasó aquel mal recuerdo, la herida seguía molestándole pero no quería ser noqueado por los medicamentos aun faltaba mucho.
Ciertamente Sherlock era una fuerza magnética que hacia que cualquiera que le conociera girara a su alrededor, pero solo girar, nunca se acercaban. Aquellas palabras si bien fueron crueles solo motivaron en él, la increíble motivación de acercarse mas a Sherlock, en cada beso así fuera poco John había visto algo del alma y corazón de su pareja; vio el amor y el anhelo pero estaban rodeados de demonios, Watson era un luchador además los años al lado de ese inteligente y recursivo hombre le habían enseñado muchas cosas.
No es el final