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Universidad en Karakura por Cucuxumusu

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Ichigo miro el mapamundi con la línea en rojo que habían trazado como ruta, extendido enfrente de sus narices y luego miro su cartera. Volvió a mirar al mapa, y de nuevo su cartera vacía cual agujero negro. Totalmente imposible. Se levanto tranquilamente y se fue a dar golpes contra la pared de la cabaña.


-Ichigo no debería hacer eso, se va a quedar tonto- le avisó Ulquiorra sentado en una de las mesas, mirándole con aquella cara de muerto que tenia. Ichigo le fulmino con la mirada.


-No te preocupes, aun así seguiré siendo más inteligente que tú- respondió sarcástico e ignorándole siguió dándose golpes contra la pared de madera.


-Venga Ichigo no exageres, tampoco es para tanto- murmuro Grimmjow mirándole divertido sentado en frente del cadáver viviente.


-Si, alguna solución tiene que haber- Halibel se acerco a él y cariñosamente le separo de la pared.


Ichigo les miro, no lo comprendían, definitivamente NO lo comprendían. Habían llegado a Argentina y después de recuperarse unos días allí habían decidido recorrer Sudamérica e intentar volver a Japón. ¡Andando!. Una idea fácil y sencilla. Habían atravesado Argentina, Bolivia y la selva amazónica (donde Grimmjow se lo paso en grande trabando amistad con una pantera  a la que había nombrado Naruto) y finalmente habían llegado a México. Lo habían conseguido milagrosamente haciendo dedo en carreteras y con ayuda de la despampanante Halibel (sobre todo con su ayuda) que con enseñar un poco de pierna ya tenia a los hombres haciendo lo que ella quería. Aunque ahora que lo pensaba aquello daba bastante miedo.


Y allí estaban ahora, en la frontera con Estados Unidos. Sin dinero. Muriéndose de frio por la llegada del invierno y comiendo unos sabrosos tacos. Pensando en como narices colarse en el país más paranoico en cuanto a seguridad del mundo.


-Te digo que puedo seguir desnudándome y manipulando a los hombres aunque haga 20 grados bajo cero- siguió insistiendo Halibel.


Ichigo la miro mal. Y volvió a la carga.


-¿Qué parte de no, no entiendes? Esto es Estaos Unidos, no el Caribe, aquí la gente corriente puede llevar armas y si ellos pueden imagínate lo que llevara la policía, definitivamente no podemos entrar así por así-


-Y por eso te digo que si me despeloto no pasa nada, todos los hombres tienen un precio- murmuro cual líder del crimen organizado- es por un propósito mayor-


-¿Y si nos pilla un gay?- preguntó Ulquiorra en su mundo feliz jugando a las cartas con un muy concentrado Grimmjow que llevaba ganándole todas las partidas. Ichigo y Halibel le miraron. Y le ignoraron.


-Te digo que no va a funcionar por dios, son marines estadounidenses les entrenan para que sean insensibles a estas cosas- continuo Ichigo.


-Yo te digo que funciona-


-Tengo otra idea- murmuro Grimmjow serio de repente y tras haber derrotado de nuevo a Ulquiorra con una fulminante escalera real- ¿y si buscamos trabajo y nos ganamos un pasaje de avión honradamente?-


Ichigo le miro y cuando Grimmjow le devolvió la mirada bajo la cabeza avergonzado. Llevaba todo el tiempo evitándole desde lo de Argentina. Las únicas palabras que habían intercambiado habían sido meros saludos o palabras de cortesía, evitaba quedarse a solas con él o mirarle más de lo necesario. Cuando el otro le hablaba lo único que podía hacer era bajar la cabeza o enrojecer patéticamente. Odiaba verse así ¿Qué cojones había pasado con su maldita testosterona?


-¿Trabajo?- pregunto Halibel  disgustada.


-Por mi vale- contesto finalmente Ichigo al verle sentido a la sugerencia del otro.


-Yo también, estoy harto de verle las tetas a Halibel- se unió Ulquiorra. El resto se le quedo mirando, Halibel con una vena surcando su frente que cada vez crecía más y más.


-Bueno pues esta decidido- anuncio Grimmjow rápidamente antes de que un alguien rubio acabase con otro alguien moreno- Ichigo te bienes conmigo-  dijo después de levantarse agarrando al peli naranja de la muñeca.


-¿Que? espera…- pero Grimmjow ya tiraba de él fuertemente.


-Estoy hasta los cojones de que me ignores enano- siseo casi imperceptiblemente una vez fuera de la cabaña requisada temporalmente junto a la playa que habían encontrado.  Sin pararse condujo al otro por el oscuro camino que llevaba al pueblo sin soltarle, forzándole a seguirle  - me vas a contar que pasa o te violo aquí mismo-


Ichigo trago saliva, no quería hablar de ello, intento soltarse entre insultos y puñetazos y finalmente, al ver que no podía hacer nada, se sonrojo y guardo silencio. Grimmjow le observaba divertido y preocupado a la vez ¿que narices le pasaba al otro últimamente?


-¿Qué ocurre?- pregunto con un tono peligroso y serio, alejándoles repentinamente del camino  para ocultarles tras un frondoso árbol al lado de un pequeño riachuelo que transcurría paralelo al camino. Sin darle tiempo estrechó al otro contra su cuerpo y el árbol impidiéndole huir.


Ichigo jadeo ante el contacto tan íntimo al que le estaban sometiendo, pero se dejo hacer y se recostó sobre el otro intentando ordenar sus ideas. Grimmjow solo sonrió complacido. Llevaba mas de dos semanas aguatándose las ganas de abalanzarse sobre el otro, soportando los silencios tensos y al otro esquivándole, había llegado a pensar que el otro le odiaba, lo que muchas veces le había puesto de mal humor y a la vez asustado terriblemente. Que ahora el otro le demostrase que seguía confiando en el, que le dejase tocarle y abrazarle realmente le quitaba un peso de encima.


-Grimmjow- le llamo el pequeño suavemente.


-¿Si?-pregunto el otro, pero Ichigo permaneció en silencio por lo que el mayor tuvo que volver a insistir- cuéntamelo- y no fue una sugerencia, sino una orden.


-Es…por…lo que dijiste en la playa de Argentina- confeso el otro ya dándole todo igual.


-Aah- recordó, entonces entendió por que le evitaba el otro, y porque le tenía tanto miedo. No le había respondido a la confesión y temía que le rechazase o le odiase, por eso estaba intentando alejarse. La sonrisa arrogante volvió a aparecer en su cara, sin embargo Ichigo malinterpreto mal su silencio y aquella sorisa y pensando que se iba a burlar de él de nuevo intento alejarse.


Grimmjow se lo impidió.


-Yo olvida lo que he dicho, olvida todo, simplemente déjame en paz-  empezó a decir el menor rápidamente cada vez mas asustado, no quería que se burlase, aquello dolería demasiado, solo quería estar solo y lamentarse de su sufrimiento y mierda de vida. Realmente pasaba algo raro con sus hormonas.


-Deja de ser tan cobarde- le pico Grimmjow viendo lo que intentaba y negándose a dejarlo pasar. “Cobarde” aquella palabra retumbo en la cabeza de Ichigo y  miro con odio al peli azul, totalmente dolido.  


Sin poder aguantar más  aquella humillación, sin poder contenerse más,  le lanzo un puñetazo que el otro esquivo fácilmente. Y comenzó la pelea. Ichigo daba golpes completamente cegado en un mar de dolor, sin fijarse en la fuerza que ponía, sin pensar a lo que estaba pegando y Grimmjow solo le dejaba desahogarse mientras esquivaba los inútiles golpes. Hasta que se canso y le inmovilizo fácilmente contra el suelo.


-Ichigo- empezó- deja de ser un cobarde y déjame responderte, por dios, deja de huir-


- Muérete, vete a la mierda, pitufo- chillaba mientras se tapaba la cara evitando que el otro viese lo destrozado que le había dejado y sin escuchar una palabra de lo que el otro le decía.


Y Grimmjow perdió la paciencia y hizo lo que tenia que haber hecho desde el primer momento en que le vio estrellarle una pizza contra la cara. Le beso.


No fue un beso delicado como el de las películas, tampoco uno largo profundo y apasionado como en los libros, pero sin embargo a Ichigo le corto el aliento como si lo hubiese sido. Los labios del otro se sentían fuertes y seguros sobre los suyos, moviéndose con la experiencia de quien ha hecho esto varia veces y enseñándole a él lentamente como debía de responder. Lentamente fue cogiéndole el ritmo al beso, a aquella estúpida pelea por el poder de sus bocas, luchando por la rendición del otro pero disfrutando de cada pequeño lametazo que recorría su boca. Sin embargo, como primerizo, no pudo hacer nada cuando Grimmjow le mordió dominantemente el labio inferior haciendo que soltase un pequeño gemido de dolor, rompiendo entonces el beso en busca del anhelado aire.


Se quedaron mirando durante un momento. Ichigo sin comprender del todo lo que estaba pasando y Grimmjow mirándole con el hambre pintada en el rostro.


-Se acabo- murmuro el peli azul levantándose y quitándose la fina camisa que llevaba puesta a pesar de estar en pleno invierno- no puedo contenerme más te voy a violar aquí y ahora- y sin dejarle ni quejarse, le agarro del pelo empujando su cabeza hacia atrás y devorándole el cuello entre lametazos y mordiscos.


-¿Qué?- peguntó Ichigo más rojo que un tomate- no espera Grim- pero la boca de Grimmjow en su cuello hacia maravillas y sus defensas cada vez caían más- ah…espera no lo entiendo-


Grimmjow se separo lentamente y le miro serio.


-Realmente los golpes que te has dado antes te han dejado tonto- se burlo provocando que Ichigo frunciera el ceño- no tienes nada que entender, ahora eres mío te guste o no- y sin piedad volvió a devorarle la boca.


Ichigo le abrazo aun más fuerte y le pego contra su cuerpo. Sentía un agradable calor recorrerle el cuerpo y no era simplemente por la situación en la que estaba. Se sentía eufórico, el peli azul no le odiaba es más…Miro al otro sobre él, devorándole apasionadamente y trago saliva volviendo su mente al presente.


¡Dios! Grimmjow se había quitado la camisa y estaba en proceso de quitarle la suya mientras le devoraba el cuello. Su mente quedo en blanco al ver el pecho del otro, tan fuerte y firme, marcado por aquella salvaje cicatriz. Necesitaba sentirle contra él, piel con piel. Ahora. Impaciente levanto una mano y comenzó a acariciar aquel anhelado torso que llevaba meses queriendo probar, delineando cada musculo, cada cueva de aquel cuerpo.


Grimmjow por su parte se dejaba hacer, lamia el cuello del menor arrancándole gemidos que no hacían más que incitarle a seguir. Sus manos se habían colado por debajo de la ropa del menor y levantándole la camisa bajo hasta atrapar entre sus labios uno de aquellos rosados botones.


-Ah-  Ichigo gimió y las manos sobre el estomago del otro pararon atentas a lo que estaba haciendo. Sonriendo arrogantemente lamio aquella delicada zona y luego modio suavemente el pezón tirando perezosamente de él. Ichigo se arqueo y le agarro fuertemente de los brazos clavándole las uñas en un intento de contenerse.


-Grimmjow- murmuro el menor mirándole con los ojos inundados de placer- deja de hacer el tonto idiota- se quejo. Aquello era demasiado vergonzoso, odiaba verse sometido al otro, gimiendo cual fulana.


-¿Prefieres que vaya al plato fuerte entonces?-se burlo el otro provocándole mientras movía molestamente la rodilla contra su entrepierna, ya mas que contenta, haciéndole arquearse sobre el helado suelo aun más.


-Carbón…ah…para…no hagas-Grimmjow volvió a moverse sobre la entrepierna del otro arrancándole un gruñido de placer. Lentamente paso una mano por debajo de Ichigo, alzándole y permitiéndole quitarle mejor los molestos pantalones.


Ichigo había perdido ya toda su fuerza para resistirse, sin embargo miro molesto al otro cuando consiguió quitárselos. Sentía las enormes manos del otro yendo y viniendo por su cuerpo como querían, haciéndole sacar aquellos vergonzosos gemidos ante el más mínimo toque. Totalmente degradante.


Grimmjow entonces se echo para atrás, recostándose contra uno de los arboles que le rodeaban y sentando al otro totalmente expuesto sobre su regazo. Ichigo le abrazo por el cuello al sentir el frio aire de la noche y se pegó más a él haciendo que su erección se frotase torturándole, contra los marcados abdominales del otro.


-Ah- gimió- Grimmjow idiota- murmuro restregándose contra el, mordiéndole el cuello y arañándole dolorosamente la espalda. Sentía un bulto duro bajo su trasero a tabes de los pantalones del otro, sabia lo que era aquello y trago saliva. Era toalmente imposible que aquello entrase dentro.


Grimmjow por su parte estaba encantado. Apenas había tocado un poco al otro y ya le tenia restregándose contra él. No era idiota, sabia que el otro era virgen y que tenia que ir lento pero el chaval le ponía a cien sin darse ni cuenta. Impaciente subió una mano por el muslo del peli naranja hasta la zona conflictiva. Ichigo se apretó contra el aun más, con su cara contra el hueco de su cuello, murmurando su nombre entre gemidos y lamiéndole el cuello.


Volvió a repetir la caricia mientras con la otra mano acariciaba su trasero localizando su entrada. Y entonces metió dos dedos de golpe, moviéndolos suavemente, casi con cariño, mientras sentía al chico tensarse contra él.


-Grimmjow joder- se quejo el otro- ni se te ocurra hacerlo- pero seguía restregando su cuerpo contra el suyo. Introdujo un tercer dedo, sintiendo la estrechez del otro contra ellos, provocando que el otro gimiese aun más fuerte y le mordiese la clavícula.


Sonrio.


Estuvo así un rato penetrándole suavemente, sin tocar más al otro que en aquel punto, haciendo que el otro cada vez se excitase más, que gimiese mas alto, pero sin dejarle desahogarse. Entonces empezó a bajar su propia bragueta sin contenerse más.


-Ichigo, voy a entrar ¿vale?- le aviso dándole un tierno beso en el pelo. Ichigo simplemente enrosco sus piernas en torno suyo y añadió:


-Ya era hora idiota-


Grimmjow sonrió, aquello le estaba excitando demasiado, tenia al otro por fin sometido contra él, había estado deseando hacer esto por meses. “Es su primera vez, tienes que ser delicado” se recordó a si mismo, pero después de esto le iba a coger todos los días, contra la mesa, en la ducha, de la manera mas salvaje y bestia que pudiese, hasta que el otro no pudiese ni andar. “Es su primera vez, es su primera vez”.


Agarrándole del trasero coloco su punta contra la entrada del otro delicadamente, sin forzarle, pero para sorpresa del de pelos azules Ichigo no aguantaba más toda aquella lentitud y delicadeza y simplemente completo el  recorrido hasta tenerle totalmente dentro.


-Idiota ¿Qué haces? Te vas a hacer daño- gritó preocupado el otro.


-Ah…dios-gimió de placer al sentirle totalmente dentro suyo. –No te preocupeeh…estoy biennh…- intentó tranquilizar al otro que le miraba con cara preocupada.


Grimmjow le beso como disculpa con otro de aquellos besos que le dejaban sin aliento y luego, bajando su mano, apresó la intimidad del otro totalmente necesitada y empezando a frotarla.


-Ahh…ah- Ichigo se arqueo contra el otro, aquello era demasiado, demasiadas sensaciones, demasiado calor y lo peor era que no sabia que narices hacer con todo aquello. Le encantaba sentir al otro contra él, volviéndole loco y llevándole a extremos que nunca había conocido.


-Ichigo por favor muévete- le pidió el otro amablemente- o sino se me van a quedar los huevos morados- y con la falta de delicadeza de siempre.


E Ichigo empezó a subir y a bajar sobre el otro, marcando el mismo ritmo que macaba la mano del otro contra su erección, gimiendo su nombre entre embestidas y apretando el dentro suyo sin dejarle irse, volviendo loco al peli azul que apretó aun mas su agarre sobre su miembro y que comenzó a pellizcarle placenteramente uno de sus ya duros pezones. Cada vez más rápido, mas profundo, haciendo que su cabeza se perdiese entre el  torbellino de emociones.


-Grim...- susurro ya sin poder aguantar más todo aquello- ¿Cómo me puedo…haber enamorado de un idiota como tu?...ah-


-Yo también te quiero zanahoria- y apretándole la cadena provocándole otro de aquellos placenteros escalofríos se vinieron juntos. Gritando del placer de aquella sensación mientras se besaban desesperados, sintiendo aquella oleada de calidez recorrerles por la espina dorsal, con la luz colándose por entre las ramas del bosque.


Uniéndose por fin.


.


.


-Kon idiota te he dicho derecha, derecha- chillaba Shiro mientras los temblores recorrían el submarino.


- Muajajajaja- reía desquiciado el otro- muere, muere, muere- gritaba el menor disparando misiles a diestro y siniestro con los mandos del submarino.


Urahara y su secuaz simplemente les miraban conmovidos. Les habían estado entrenando para que supiesen como tenían que disparar y qué hacer si pasaba algo raro durante el ataque. Habían localizado al submarino hacia una semana y habían diseñado el plan de ataque. Y ahora había llegado el momento decisivo.


-Crecen tan deprisa- lloriqueaba Tessai a su lado mirando con orgullo al psicópata de Kon mientras Shiro intentaba ahorcarle para que se estuviese quieto y dejase de disparar.


-Lo se- murmuro el rubio dándole unas palmaditas en el hombro consolandole.


En la ventana enfrente de ellos se podían distinguir lo que había quedado del destrozado barco, lo habían hundido de un tiro certero. A la primera. Sin dudar. Urahara contemplaba a los dos chicos serio, si se metiesen en la marina realmente tendrían un futuro prometedor. La sangre fría en momentos decisivos y el acatar órdenes al instante no era algo que todo el mundo pudiese hacer.


-Bueno, bueno chicos buen trabajo- sentencio dando unas palmaditas para atraer la atención de los dos hermanos.-Ahora que hemos acabado la misión reportaremos esto a las autoridades y les llevaremos de regreso a su país ¿De acuerdo?- los dos chicos asintieron.


-Bueno pues les dejamos solos, intenten no ser muy ruidosos-  murmuro con aquel tono divertido que ponía, y es que desde el primer momento, había sido muy evidente lo que pasaba entre los dos. Aun así ver las caras de ambos en aquel momento no tenia precio.


Kon le sonreía abiertamente con una mirada seria en su cara a lo “por supuesto señor” y Shiro simplemente estaba mas rojo que un tomate. Soltando una sonora carcajada subió al piso de arriba dejando a los dos hermanos solos.


Al volver a recuperar su intimidad Shiro rápidamente soltó a su hermano al que había seguido ahorcando por la garganta sin piedad. Sus manos temblaban peligrosamente. Aquello era malo, si el idiota del gorro a rallas les había descubierto significaba que lo suyo era demasiado evidente. No podían seguir así, tenia que cortar aquello de raíz.


Unos brazos se enroscaron en su cintura y un cálido aliento choco contra su oreja. Inmediatamente se tenso mientras su cuerpo empezaba a calentarse como reaccionando sin querer al ya conocido contacto.


-¿Quieres que lo hagamos?- susurro Kon con aquella voz grabe y jodidamente  sexy que conseguía revolucionarle el pulso.


-No- “cortarlo, de raíz, cortarlo de raíz” se repitió intentando contenerse. Se separo de Kon levemente y se dio la vuelta para encararle.- Kon, no podemos seguir así, tenemos que acabar con esto-


-¿Por qué? –inquirió el otro poniendo aquella mirada de cabreo que tanto le excitaba. Trago saliva.


-Esta mal y lo sabes- empezó apartando la vista de la del otro sin poder mirarle a los ojos mientras pronunciaba aquellas palabras- somos hombre y por si fuera poco hermanos, nadie va a aceptar esto, solo nos traerá complicaciones, lo mejor es que lo dejemos  y cada uno encontremos a otra persona con la que estar- recito como un mantra. Había pensado demasiado sobre aquel momento, había pensado en lo que iba a decir, en como debía comportarse, en como asimilar la perdida del otro, pero no estaba preparado para lo siguiente.


-No- rebatió Kon, la ultima frase del otro le había sacado de quicio, el simple echo de imaginárselo con otra persona hacia que una rabia fría le inundase el cuerpo- tu eres mío asique ni se te ocurra pensar en  otra persona mas que en mi- el fuerte agarre al que tenia sometido a Shiro se hizo más intenso- además me importa una mierda lo que opinen los demás, es mas que se atrevan a decir algo y ya verán lo poco que duran sus vidas-


Shiro trago saliva conmovido. Aquello iba a ser difícil, ambos lo sabían, pero si podía tener al otro a su lado que se fuese todo a la mierda. Bajo la cabeza conmovido y sin saber que decir. Realmente adoraba a aquel enano psicópata, siempre le había querido pero después de aquello…Dios quería llorar. Estúpido Kon.


-A si se me olvidaba- siguió Kon- ya estas dejando a tu amiga esa del sexo, eres mío y de nadie más ¿entiendes?- su cara paso a una peligrosa en un instante.


Shirosaki se le quedo mirando. ¿Amiga del sexo? Ahhh, recordó al rememorar como había empezado todo aquello en el vestuario tras ganar el partido. Mierdaaaaa como iba a explicarle que se lo había inventado.


-Veras Kon- la mirada fija de Kon podía atravesar paredes, lo juraba- em…ella no existe-


-¿Qué?- el tono de Kon resucitaba a los muertos del inframundo y de otras dimensiones.


-Bueno yo estaba nervioso y asustado…y tu me presionabas…y bueno…mentí- confeso por fin.


Kon le miro serio durante un tenso momento. Luego tomo aire y los soltó en su cara mientras bajaba la cabeza ocultando su rostro. Su agarre seguía aferrándole los hombros impasible y a Shirosaki le estaba dando una taquicardia. Dios odiaba cuando Kon se cabreaba, si, era jodidamente excitante, pero cuando salía su lado sádico las probabilidades de supervivencia eran mínimas y ahora mismo el era el objeto de todo ese cabreo.


-Así que…Me mentiste- dijo Kon con un preocupante tono neutro que le puso los pelos como escarpias. Shiro en su terror no pudo más que asentir. Kon levanto la mirada y le miro sonriendo tranquilamente.


Iba a morir, definitivamente estaba muerto. Adiós mundo cruel, que Grimmjow vengue mi muerte y que Kaien me haga un altar.


-Bien pues entonces prepárate para recibir tu castigo hermanito- su sonrisa desapareció para cambiar a la sádica que tanto miedo le provocaba- porque ahora mismo vas a hacer lo que yo te diga o te encierro en una jaula por el resto de u vida ¿Entendido?-


Shiro asintió aterrorizado y firmando su sentencia de muerte y Kon sonrió feliz y le dio un ligero beso en la boca antes de alejarse de él y comenzar a quitarse los guantes de protección seductoramente.


-Bien pues entonces desnúdate y quédate quieto allí- murmuro señalando un lugar concreto de la habitación.


Shiro se golpeo mentalmente, adiós libertad, adiós trasero, sin embargo hizo lo que el otro le dijo y al rato estaba totalmente desnudo, con Kon relamiéndose a sus espaldas y mirándole de manera poco sana. Aquella situación por muy degradante que fuese le excitaba demasiado, un Kon dominante además era la guinda del pastel.


Unos bazos recorrieron su cintura desde atrás apretándole contra el cuerpo a sus espaldas, su aliento en su nuca y la erección del otro contra su trasero a trabes de la áspera ropa. Un escalofrió le recorrió entero, lo quería dentro tan desesperadamente que empezó a restregar su culo contra la erección del otro en una muy clara invitación. Kon soltó una carcajada.


-Tranquilo, todo a su tiempo- sus labios recorrieron su cuello lentamente- levanta los bazos- ordeno serio.


Y así lo hizo y entonces unas correas de cuero le presaron las muñecas y cuando quiso darse cuenta estaba atado a una de las cañerías que colgaban del techo con su propio cinturón. Trago saliva, aquello era nuevo.


-Kon…- quiso llamarle pero este ya había empezado a recorrer su cuerpo con sus manos expertas, acariciando los puntos precisos que le hacían soltar jadeos, su boca mordisqueando y lamiendo su cuello a placer, haciendo que su mente se fuese perdiendo levemente.


De repente sus manos acariciaron su miembro sorpresivamente.


-Ahh- no pudo evitar contenerse. El agarre se apretó aun más y comenzó a frotarle vergonzosamente, se sentía totalmente expuesto y a merced del otro, con aquella gigantesca ventana enfrente suyo impidiéndole cualquier intimidad. Y excitándole aun más. Su espalda se arqueo y su trasero presiono aun más contra la intimidad del otro.


-Vaya estas muy sensible hoy- se burlo Kon, aumentando la velocidad de sus mano y subiendo la otra para pellizcarle dolorosamente uno de los pezones haciéndole gemir aun mas fuerte. Si estaba demasiado sensible, no habían tenido muchos momentos de intimidad en aquel barco y no lo habían hecho por muchos días, su cuerpo parecía poder estallar en cualquier momento.


Kon apretó aun más el agarre sobre su miembro llegando a ser incluso doloroso y empezó a frotar su propio miembro contra su trasero simulando pequeñas envestidas. Aun con aquel pantalón de áspera tela verde entre ambos.


-Kon…ah-suspiro intentando concentrarse- si vas a hacer algo hazlo ya…voy ah- los espasmos recorrían su cuerpo anunciando el final, haciendo que su cabeza diese vueltas.


Y entonces Kon se aparto de Él. Dejándole totalmente necesitado y atado al techo. Shirosaki le miro sorprendido, y Kon simplemente amplio mas su sonrisa pasándose la lengua por los labios.


-Mmm…que buena vista- se burlo dando vueltas a su alrededor. Shirosaki le miro enfadado y protesto.


- Kon…ah…deja de hacer el tonto y sigue- su erección palpitaba dolorosamente necesitada totalmente de atención y no podía hacer nada para remediarlo. Se revolvió incomodo e intento soltarse, pero el cinturón estaba bien atado.


-Kon...-pidió necesitado.


-¿Si?- pregunto este parándose enfrente de él y levantándole la barbilla para que le mirase, en una pose totalmente tiránica.


Se le había ocurrido aquella idea de repente pero era la mejor que había tenido en mucho tiempo. Le encantaba ver al otro así, totalmente necesitado por su culpa, pidiéndole con la mirada que le hiciese suyo pero negándose por su maldito orgullo a pronunciar las palabras. Le encantaba torturarle de esa manera, someterle y rebajarle a sus más bajos instintos, todo por su culpa.


Estúpido sádico, pensaba mientras tanto Shiro. Sabia lo que quería el otro que dijese pero se negaba a decirlo. Si, estaba totalmente y absolutamente necesitado, pero nunca iba a pronunciar aquellas palabras, era demasiado degradante. Asique simplemente le miro fijamente sin ceder.


Kon sonrío aun más. Que el otro se resistiese solo haría aquello aun más divertido.


-Como quieras- y alejándose del otro se sentó en uno de los asientos y se le quedo mirando fijamente, con aquella sonrisa ladeada en su cara.


Shirosaki aguanto aquella tensión que le recorría sin decir nada, pero cada vez dolía más, sin que él pudiese hacer nada y que Kon simplemente le observase fijamente no le estaba ayudando para nada.


-Kon…por favor- suplicó.


-Dilo- ordenó.


-Nnnho- volvió a intentar soltarse infructuosamente. Kon se acerco a él, quedando su cuerpo a milímetros del suyo pero sin llegar a tocarle. Permitiéndole sentir su esencia, su calor y necesidad pero sin dejarle probar siquiera una parte de él.


-Dilo.- Volvió a ordenar el otro y Shiro no pudo más que ceder.


-Por favor, por favor…ah…hazlo- le miro suplicante- follame-  Kon empezó a desvestirse en aquel momento, quitándose el molesto pantalón pero sin apartar su cara de la desesperada de su hermano. Sin llegar aun a besarlo, alargando aun más la tortura.


-¿A quien le perteneces?-pregunto agarrando la hinchada necesidad del albino ya sin ninguna delicadeza y girándole para a la vez ponerle de espaldas contra él.


-Ahh- grito esta vez el otro al sentirle contra su entrada, estaba demasiado sensible con todo aquello- tú- murmuro ya sin coherencia ninguna.


Y el otro entró dentro de él soltando un fuerte gruñido, echándole la cabeza hacia atrás para atrapar sus labios en otro beso apasionado y moviéndose dentro de el a un ritmo frenético con su mano encerrando al otro simulando envestidas aun más fuertes.  Los gemidos rápidamente inundaron la habitación y el calor tomo sus cuerpos. Llevaban demasiado tiempo sin hacerlo, con aquella dulce necesidad por tocar al otro acumulándose en sus cuerpos. Por lo que no tardaron mucho en venirse ambos entre espasmos de placer gritando el nombre del otro y abrazándose posesivamente.


Luego Kon desato al mayor aun entre besos necesitados y cogiéndole en brazos se sentaron en una de las sillas  que daban a la inmensa ventana, mirando las oscuras sombras que recorrían el océano.


-Te quiero- soltó de repente Shirosaki acurrucado contra el otro. Kon simplemente le estrecho aun más contra él y le dio un suave beso en el pelo. Nunca había sido mas feliz en toda su vida, todo estaba donde tenia que estar.


-Yo también- confeso tranquilamente.


-Ichigo nos va a matar- se quejo el albino revolviéndose incomodo al acordarse del pelo zanahoria.


-Jajaja- rio el otro totalmente feliz- algo me dice que no-


Shiro le miro curioso pero finalmente sonrió  y acurrucándose de nuevo contra el otro no tardo demasiado en quedarse dormido.


 


 

Notas finales:

Si ya lo se, he tardado años en subir, pero Tite Kubo me a cortao el rollo y me falta inspiracion ( ¿Grimm donde estas? ) ademas no os podeis quejar, a sido el mas largo que e escrito nunca y tiene dos lemons ¬¬

Bueno pues que opinais? os gusta la personalidad sadica de Kon o lo preferis más suave? 

Lo siento tambien por poner a Ulquiorra como idiota pro weno...a quedado asi y asi se queda. Ademas con Halibel de por medio pco se podia hacer XD 

Se que el corte del lemon GimmIchi a al sadico de Kon con el "Muere muere" a sido mu brusco pro no sabia como meterlo U.U sorry.

Weno por eso aqui mis preguntas:

¿Saldran en el proximo Kaien y Hisagi?

¿Adoptara Urahara a los hermanos? 

¿Volveran algun dia a Japon?

Besososos wapos y no se olviden del coment motivante a la poco inspirada autora n.n


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