Tres hombres se encontraban marginados en una esquina de la habitación del equipo nacional de Japón. Sentados en el largo banco, observaban fijamente al interesante suelo mientras un aura depresiva les rodeaba dramáticamente. Uno tenía el pelo azul de punta, otro más blanco que la nieve y el tercero más negro que la noche.
-y…-comenzó a hablar el moreno- ¿qué tal os ha ido?-
-Bueno…- empezó el albino.
-Mal- zanjo el de pelo azul.
El silencio volvió a llenar el vestuario y los tres amigos suspiraron. Al llegar la noche antes, todos se habían quedado con los jugadores supervivientes del equipo japonés y estos, les habían explicado lo que tenían que hacer. Se había acordado que Grimmjow y Ichigo fuesen centrocampistas, Kaien y Shirosaki laterales y los otros defensa. Eiji Kawashima sería el portero.
Después de un rato discutiendo tácticas y practicando, les habían dado un uniforme a cada uno y les habían mandado a sus habitaciones a dormir.
Y allí estaban. Tres de los jugadores que jugarían contra el asesino equipo español. Con unas ojeras más grandes que una montaña, con un humor de perros y preparados para lo peor.
-Shiro- llamo Kaien al albino.
-¿Qué?- respondió este mirando una pelusa de polvo revolotear por el suelo.
-Recuérdame que nunca, NUNCA te vuelva a pedir consejo- le soltó el moreno recostándose contra la puerta de la taquilla a su espalda.
-A mi también recuérdamelo- murmuro Grimmjow pasándose las manos por la cara intentando desesperadamente despejarse.
-Jajaja que graciosos- respondió Shiro sarcásticamente- pues bien que pareció gustarte la táctica, Grimmjow ,pedazo de salido- contraataco.
-Cállate- respondió dándole una colleja.
El silencio volvió a extenderse y los tres volvieron a suspirar. A continuación levantaron la vista a la vez y observaron a sus compañeros de equipo riéndose y debatiendo las ultimas tácticas. Instantáneamente a los tres se les empezó a caer la baba. Sus queridos y amados compañeros llevaban la típica equipación de futbol, con la camiseta azul y ajustada, de manga corta que resaltaba su musculatura, y los pantalones cortos blancos que dejaban ver sus largas piernas.
Un pitido les saco de su mundo feliz y les devolvió a la cruel realidad. Les tocaba comenzar el partido. Se levantaron y se lanzaron miradas de pánico entre ellos por salir a un estadio lleno de gente, con cámaras y flashes por todas partes.
El mas aterrorizado parecía Kon, ¿o tal vez Hisagi? No dejaban de retorcerse las manos y lanzaban furtivas miradas a todos lados. Tanto Ichigo como Kensei iban a su bola: como siempre, y los jugadores de la selección simplemente sonreían a sus nuevos compañeros intentando animarles.
Finalmente ambos equipos se colocaron uno en frente del otro. Los españoles de rojo fuego, con cara seria e intimidantes ( a excepción de un pequeñín llamado Iniesta que simplemente les sonreía). Y los japoneses de azul mar, mucho más bajos que ellos y con el pánico en sus caras.
Los capitanes se reunieron en el centro del campo para ver quien sacaba. Se había decidido que el capitán Japonés fuese Grimmjow, ya que parecía el más intimidante. Este le tendió la mano al otro, un tal Casillas que era el mejor portero del mundo o algo así, y se estrecharon las manos:
-Let’s have a good game ¿ok? - murmuro el moreno con un acento extraño y sonriendo tontamente. Grimmjow no tenía ni puta idea de Ingles y no había entendido ni jota. Así que simplemente sonrió y asintió con la cabeza, murmurando una de las pocas frases que se sabía en Ingles:
- Yes, we going to kill you to death- y amplió su sonrisa a lo psicótico. El tal casillas dejo de sonreír y frunciendo el ceño, le espachurro la mano cabreado con él. Finalmente tras una lucha de miradas se lanzo la moneda al aire. Gano Japón y antes de irse, Grimmjow, le soltó al moreno de las narices:
-JAJAJA todavía ni hemos empezado y ya vais perdiendo idiotas-
El moreno se le quedo mirando sin entender ni jota pero le respondió con el lenguaje universal: le hizo un corte de manga al más puro estilo español.
Grimmjow entonces se coloco al lado de Ichigo preparado para pasarle la pelota. Ichigo le miro raro, pero a él le dio igual. Destilaba odio y rabia por cada poro de su piel. Le iba a meter tal gol al morenito, que no iba a poder moverse por el resto de su vida.
El partido comenzó, y la pelota se puso en movimiento, Ichigo y Grimmjow avanzaron pasándose el balón entre ellos, pero algo no iba del todo bien. Parecía que no acababan de coordinarse, como si a Ichigo le costase confiar en el peli azul y en sus pases.
Ellos mismos se dieron cuenta. Los españoles también. Un chico rubio llamado Torres que parecía más un modelo que un futbolista y que hacia cosas raras con el pelo a lo diva de la moda, se coló entre ambos y les robo el balón fácilmente.
El chaval comenzó a correr como no habían visto correr a nadie en su vida y atravesando el campo en segundos, se la paso al pequeñín de Iniesta que con una finta dejo atrás a Shiro. Este empezó a odiar al renacuajo con ganas, y más aun cuando se dirigió ante Kon que, del miedo que tenia de los españoles, simplemente le dejo pasar. Finalmente el canijo coló la pelota entre las piernas del portero levantando una ovación entre el público rojo.
En menos de cinco minutos 1-0. Los siete chico empezaron a sudar muertos de miedo mientras su director les saludaba desde las gradas con una cadena con pinchos entre las manos y una sonrisa en su rostro. Grimmjow se acerco a Ichigo:
-¿Qué narices te pasa?- le espeto Grimmjow alzando los brazos a unos pasos de él buscando una explicación.
-Nada- respondió evitando su mirada y con tono serio. Grimmjow enfadado se acerco a él y le tomo del cuello de la camisa haciendo que el peli naranja le mirase.
-Y una mierda ¿Qué cojones te pasa? ¿Por qué vacilas al coger los pases?- le grito en la cara claramente cabreado.
-No te importa- respondió soltándose del agarre y con el ceño fruncido a su vez.
-Ya claro, no me importa- respondió Grimmjow sarcástico y poniendo los ojos en blanco- solamente hay un psicópata con una cadena en las gradas esperando a que perdamos para reventarnos con ella y por supuesto, no me importa porque un compañero de equipo no juega como debería de jugar, aunque por ello pueda morir- concluyo mirando fijamente a Ichigo de brazos cruzados y esperando una respuesta convincente.
-…- Ichigo no contesto, simplemente se dedico a observar el suelo tocándole aun mas las narices a Grimmjow.
- ¿Sabes qué?- dijo Grimmjow ya cansado de la actitud del peli naranja- tienes razón no me importa, haz lo que te dé la gana, realmente me esperaba más de ti, pensaba que eras… diferente…pero supongo que solo eres un gilipollas como todos- respondió alejándose del chico. Luego, más para sí mismo que para el mundo, murmuro- realmente no sé como empezaste a gustarme-
No pensaba que nadie lo oyese pero Ichigo lo hizo y instintivamente levanto un bazo y avanzo unos pasos cogiendo la camiseta del peli azul. Este se paro y se dio la vuelta enfrentándole. Ichigo seguía mirando el suelo y preguntándose qué estaba haciendo, que quería decirle al peli azul , porque le había detenido, por que algo se había revuelto dentro suyo ante las palabras de este. Finalmente levanto la cabeza decidido.
-No me llames gilipollas otra vez, pitufo bastardo- le respondió con odio y diversión en la mirada.
Grimmjow suspiro aliviado, parecía que el chico había vuelto a ser el de siempre.” Espera ¿pitufo? ¿es por el pelo? Esta zanahoria… la voy a matar…espera tengo una idea”.
-Oye Zanahoria- Ichigo frunció el ceño.
-Dime engendro de la naturaleza-
-JEJE- “ Realmente te hare llorar”- hagamos una apuesta : el que marque más goles podrá tener al que pierda como esclavo por un día, y este hará todo lo que el vencedor quiera- sugirió sensualmente, arrastrando las palabra de forma provocadora.
Ichigo pensó en la oferta ¿Estaba intentando animarle para que metiese goles o era por otra cosa que por el tono podía ser…? . Se imagino a si mismo aprovechándose peli azul, atado a una pared, mientras le daba con un látigo, y el peli azul lloraba y gemía su nombre cuando… Se dio una bofetada mental.
-Está bien acepto, pero luego no te haches atrás-
-Eso dítelo a ti mismo-
Ambos volvieron a sus posiciones y el partido volvió a comenzar. Esta vez consiguieron llegar hasta la portería, pero un tío con el pelo largo y rizado (Ramos) se interpuso en su camino antes de que Grimmjow consiguiera meterle un pelotazo en la cara al maldito portero español.
Sin embargo, los españoles parecían también tener problemas. La cara intimidante de Shirosaki, que se había cabreado con el renacuajo y los codazos y patadas que recibían de Kaien, cuando alguien intentaba acercársele a Hisagi, realmente acojonaban.
Finalmente Ichigo finto al novio de Shakira (osease Pique) y coló la pelota entre las piernas de un distraído Casillas, que miraba mal a un Grimmjow que le insultaba en un idioma que no entendía.
La ovación de las gradas japonesas se pudo escuchar hasta en Marte. Y todo el equipo corrió a abrazarse. A excepción de Grimmjow que había comenzado una pelea verbal a tres idiomas con el portero español.
Finalmente el partido se reanudo y mientras Grimmjow y Ichigo peleaban contra los defensas españoles, Kensei y el resto de jugadores Japoneses centrocampistas, frenaban a los delanteros. De repente el rubio intento de modelo, hizo un finta y puso el pie donde no debía, Hisagi, que había ido a detener su avance, se interpuso en su caída y ambos cayeron aparatosamente.
Un grito se oyó en todo el campo y el partido se detuvo. Hisagi se agarraba fuertemente el tobillo y su cara mostraba una mueca de dolor. Kensei y Kaien se acercaron corriendo a ellos. Kensei empezó a discutir con el árbitro y el rubio de bote sobre una supuesta falta y Kaien se arrodillo al lado de Hisagi.
-Estas bien enano-murmuro con la preocupación pintada en su cara acariciándole levemente la cara.
-¿Tu qué crees?- respondió el otro retorciéndose de dolor- Llama a los médicos por favor- murmuro agarrándole de la camiseta a lo desesperado a Kaien y con cara de suplica. Kaien trago saliva, odiaba ver al moreno así de mal, le iba a partir la cara al rubio.
Los médicos entraron en el campo y ayudaron a Hisagi, Kaien no se separo de él en ningún momento y Hisagi estrujo su mano en todo el proceso de exanimación.
-Parece que solo es un esguince, pero dudo que puedas volver a jugar en una temporada- murmuro una medico con el pelo tranzado.
El entrenador del equipo pidió un cambio de plantilla y un chico de pelo rojo entro en remplazo de Hisagi inmediatamente. Kaien tomo a Hisagi de la cintura y con su brazo sobre los hombros le ayudo a llegar al banco. Cuando estuvo sentado y con la pierna en alto le pregunto:
-¿Necesitas algo más?-
-No estoy bien vete, tienes que jugar o el director nos matara-y aunque sus palabras seguían siendo amables el tono mostraba un poco de resentimiento. Kaien lo percibió y se levanto dolido entonces, dándole la espalda le murmuro un débil:
-Lo siento….por lo del bus…pero es que yo…- las palabras se atascaron en su garganta imposibles de pronunciar. Un agarre en su camiseta le hizo darse la vuelta instantáneamente: Hisagi le miraba sonriente y ¿sonrojado?
-No pasa nada…Em.…gracias por ayudarme a pesar de lo que te dije ayer pero no me gusto lo que dijiste y…-había ido bajando la vista y ahora miraba fijamente el suelo, sus frases se fueron perdiendo en escusas que realmente no servían de nada.
Kaien de repente feliz le revolvió el pelo y en un ataque de alegría le dio un beso en el húmedo cabello.
-Juro que ganaremos y le daré una paliza al mierda de rubio ese, lo prometo- su mano seguía revolviendo los suaves cabellos cada vez de manera más posesiva y su mirada había estado un rato sin apartarse de la de Hisagi.
-Em.…si no sales dudo que puedas hacer algo- le recordó Hisagi cada vez mas incomodo por la situación y por la penetrante mirada que le dedicaba el moreno.
La luz del sol se reflejaba en su morena piel que brillaba intensamente a causa del sudor. Ahora que lo pensaba allí sentado se veía tan grande y poderoso. La camisa se le pegaba al cuerpo marcando los grandes músculos de su pecho que bajaban y subían al ritmo de su respiración agitada. Se quedo maravillado repentinamente ante el ser que tenía delante pero, para su desgracia, el ser se dio la vuelta para volver al partido abandonándole con su caótica conciencia, preguntándose qué narices estaba pensando.
Y el partido continuo. Pero ya no volvió a ser lo que era. Los japoneses se habían puesto repentinamente serios y, en venganza por la pérdida de un camarada, atacaron con todo lo que tenían. Los españoles ante tanta furia y pasión no pudieron más que encogerse y aceptarlo.
No había quien se enfrentase con Kaien, sus fintas y juegos de pies levantaban ovaciones entre el público y su mirada de asesino en serie alejaba a cualquier rival que se pusiese en su camino. Grimmjow y Ichigo no se quedaron atrás: Grimmjow consiguió marcar un gol al maldito portero moreno que, en respuesta, le insulto en su precioso idioma. Quedo a la par con Ichigo en su apuesta, pero no pudieron compararse con la repentina furia de Kaien, que consiguió colar dos en la portería contraria y dejar traumado al rubio de bote de por vida.
Finalmente llego el final y el partido acabó en un 4-1 ganando Japón. Los españoles se dirigieron resignados a su vestuario mientras que, el equipo japonés, les restregaba la victoria por la cara. Después se dirigieron al bar a emborracharse y celebrar la victoria.
Un peli naranja fue el único que no les acompaño ,( después de todo no había mujeres) se dirigió al vestuario a bañarse. En la ducha, el agua caliente relajo sus agotados músculos y elimino el sudor y la fatiga. Finalmente salió completamente relajado y con una toalla a la cintura. Entonces, con los ojos aun cerrados en la penumbra del vestuario, se dirigió a su sitio pero unos brazos se envolvieron en torno a su cintura.
-¿No vas a celebrarlo con el resto?- murmuro la grabe voz de su hermano contra su oído antes de que un lametazo le recorriese medio cuello. Notaba el pecho desnudo del albino contra su espalda, ardiendo, cubierto de sudor.
-¿Qué haces aquí?- murmuro con voz neutra pero con un deje de cabreo. De un empujón lo aparto de sí mismo y se dio la vuelta encarándole.
-He venido a verte- murmuro el albino con una sonrisa falsa en su rostro y rascándose la cabeza.
-Y ¿qué te hace pensar que yo quiero verte?. Psicópata de mierda, no vuelvas a dirigirme la palabra nunca más - dijo impregnando en sus palabras todo el odio que pudo, quería hacerle daño, que le dejase en paz.
La sonrisa en la cara de Shirosaki se borro en un instante y una cara de arrepentimiento y duda la sustituyo. Parecía capaz de desmoronarse allí mismo.
-Kon yo… lo siento- murmuro bajo, casi en un susurro. Algo dentro del peli naranja se revolvió.
-¿Que te acabo de decir? Que no me dirijas la palabra- chillo casi colérico. Verle así de desprotegido, sin la seguridad que aparentaba siempre, le hacía sentirse raro.
Shirosaki se sorprendió ante la reacción del menor pero luego la sorpresa fue sustituida por furia. Era cierto que la culpa la tenia él que le había besado y toqueteado un poco pero¿ era tan grave como para ponerse así?. Su pecho empezó a doler ante tanto rechazo y agarrando las muñecas de Kon le respondió enfadado.
-Oye enano tu a mi no me gritas- la furia y tensión se reflejaban en sus ojos antes arrepentidos. Y la fuerza bruta y salvaje se sentía en las muñecas atrapadas de Kon.
-QUE ME SUELTES BASTARDO, NO ME TOQUES- le grito apartándose tres pasos de él y poniendo distancia entre ellos. El agarre había sido demasiado intenso.
-¿Pero qué cojones te pasa? Por dios solo fue un beso, eres como un bebe-comenzó el otro también alzando la voz nervioso.- ¿Sabes qué? paso, me voy con el resto a celebrarlo- concluyo dirigiéndose a la salida. Tenía unas ganas terribles de salir de allí.
Algo dentro de Kon volvió a revelarse celoso. Cogió al mayor de la muñeca y le estampo contra una pared. Shirosaki se estremeció ante el contacto de la fría pared contra su espalda y del agarre brusco del pequeño. La tensión se palpaba en el ambiente.
-No, tú no te vas a ningún lado- murmuro Kon a centímetros de su cara y con el odio en su mirada- dime porque narices lo hiciste para que pueda romperte la cara de una vez.-
-Muérete- le respondió Shiro cada vez mas cabreado también. Kon en respuesta apretó aun más el agarre y Shiro soltó un gemido de dolor, realmente tenía fuerza.
-Dímelo- le ordeno Kon repentinamente ansioso por saber la respuesta. Y entonces Shiro por temor a que le rechazaran mintió.
-Porque me apetecía ¿vele? Mi amiga sexual se había ido de vacaciones una temporada y necesitaba desahogarme y como siempre estás diciendo que lo quieres hacer pensé que no te importaría- chillo deseando salir de allí para refugiarse bajo su manta para llorar por su mierda de vida.
Pero Kon le creyó. Y un vacio intenso lleno su mente mientras que una rabia fría inundaba su cuerpo.
-Asique solo porque te apetecía-
-Sí, solo por eso- Shiro estaba asustado, no podía ver la cara de su hermano , que había bajado la mirada, y eso le asustaba terriblemente.
-y dime ¿Te apetece ahora?- pregunto Kon levantando la mirada y mirándole fijamente.
-¿Qué?- fue lo único que pudo murmurar Shiro antes de que Kon se abalanzase sobre él.
Kon empezó a lamer sus labios lentamente y luego los mordió con furia. Shiro fue a protestar ante la agresión, pero Kon aprovecho el momento para colar su lengua en su boca y degustar su cavidad masajeando su lengua con irritación. Shiro no sabía qué hacer, algo iba mal y no sabía por qué.
Al cabo de un rato Kon rompió el beso pero sin dejarle un segundo para respirar dirigió su boca a su cuello empezando a lamerlo a gusto. Shiro se estremecía bajo él y aunque su mente le advertía de que no debería estar haciendo eso que algo iba terriblemente mal, su cuerpo no reaccionaba como debía. Kon le trataba con furia, como si estuviese enfadado, le mordía y clavaba sus uñas en la piel de su torso haciéndole daño.
-Kon- le llamo cada vez mas asustado.
El menor le estrujo mas contra la pared y gruño contra su oreja roncamente en respuesta. Volvió a sentir los mordiscos y arañazos al instante y, aunque la situación no dejaba de excitarle cada vez mas, aquello no podía ser bueno. Por fin su cuerpo pareció reaccionar y intento apartarle. Kon paro un momento y le dirigió una mirada de furia absoluta.
-¿Qué pasa?¿No soy tan bueno como la puta de tu amiga?- murmuro clavándole aun mas las uñas en la piel.
-Para por favor- su voz sonó débil y vacilante, nunca había sentido tanto miedo y asco de sí mismo. Un liquido caliente empezó a recorrer sus mejillas y sabiendo lo que era, aparto la cara y la oculto entre los brazos. A la mierda su supuesta fortaleza, se sentía como un niño pequeño y desprotegido que necesitaba desesperadamente un abrazo.
Kon se despego de él separándose unos pasos y se le quedo mirando sorprendido. Al rato alargo una mano intentando tocarle vacilante y Shirosaki se encogió aun más, Kon bajo la mano otra vez vacio.
-Tsk- finalmente decidió irse y cogiendo su ropa salió de la habitación frustrado y arrepentido como nunca por lo que acababa de hacer. La cara asustada y dolida del albino se había quedado grabada en su mente.
Por su parte Shirosaki se quedo en el vestuario hasta que se tranquilizó. El abrazo no había llegado y se sentía vacio. Sin embargo, haciendo un esfuerzo sobrehumano se levanto, se ducho y salió de allí. Tecleo un rápido mensaje en el móvil y recorrió las frías calles. Aquella noche dormiría en casa de Grimmjow, no quería volver a su habitación con Kon en ella.