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Universidad en Karakura por Cucuxumusu

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Notas del capitulo:

Weno aqui os dejo otro cap con el primero de muchos lemons.

Disfrutarlo ¬¬ os lo ordeno.

 

 

En un lujoso salón de una lujosa casa en la famosa ciudad de Karakura un peli azul se encontraba acorralado contra una de las paredes huyendo de un niño pequeño.

-Ichigo por favor tranquilízate- pidió un muy asustado Grimmjow a un Ichigo en miniatura que se cernía sobre él con un cuchillo en mano.

-Devuélveme mi cuerpo Grimmjow salido- decía el enano con una sonrisa psicópata surcando su cara y acercándose cada vez más a Grimmjow atrapado literalmente entre el cuchillo y la pared.

-Jajaja- rio nervioso- venga Ichi  hay otras maneras de hacerlo, no tienes porque degollarme vivo- suplicaba.

-Ah ¿es que el señorito pervertido prefiere acostarse conmigo?- dijo bajando ligeramente el cuchillo del cuello de Grimmjow- Pues lo siento pero no pienso ser otro de tus putas- dijo con un deje dolido.

-¿Eh?- pregunto un perdido peli azul.

-Te crees que no lo sé- dijo el otro alzando ligeramente la voz- veo como miras a mi hermano, o en la fiesta después del partido contra España tonteando con todas las chicas, o cuando te castigan en la cafetería como te mira la gente o…- siguió enumerando Ichigo en un repentino ataque de celos.

Grimmjow se quedo a cuadros. ¿A que narices venia todo eso ahora? Lo de su hermano ya lo habían aclarado, o al menos eso creía, y lo de la fiesta no podía echárselo en cara ya que el también había estado tonteando con todo el mundo y lo de la cafetería pues…espera¿ Que?

-¿Estas celoso?- pregunto completamente sorprendido.

Ichigo entonces se dio cuenta de lo que había estado diciendo y de cómo se podía entender. Entonces su cara paso por varias tonalidades de rojo y como si se hubiese quemado se alejo de él varios pasos.

-¿Qué? Pero que cojones estás diciendo, eso es absolutamente imposible- grito.

Esta vez fue Grimmjow el que se levanto del suelo y acorralo al menor contra la pared, poniendo ambos brazos a los costados del menor evitando que escapase. El menor había perdido de repente todo el valor que hacia momentos antes había tenido al intentar matar al mayor.

-Dime la verdad- susurro Grimmjow a escasos centímetros de su infantil cara. Ichigo sin embargo se mantuvo en silencio evitando su mirada y completamente centrado en las baldosas del suelo.

-Ichigo- dijo con un tono ronco, autoritario y completamente dominante, que toco las narices ligeramente a Ichigo- Dime que ha significado lo de antes- susurro.

A la mierda. Ichigo alzo la cara fulminándolo con sus ojos del color del atardecer. Si se jodía todo que se jodiese, ya todo daba igual, ya no podía negar más las cosas. Abrió la boca para decir las malditas palabras, pero de su boca no salió sonido alguno. Es como si estuviesen atascadas dentro. Lo intento otra vez. Nada.

Pero ¿y si se burlaba de él?, ¿y sí le daba asco y no volvía a acercarse a él?, además no sabía si realmente le gustaba el peli azul, es decir se acababa de dar cuenta de que le atraía, pero de ahí a gustar y confesarse había muuuuucho camino.

Grimmjow vio las dudas en los ojos del enano y sonrió para sí mismo. Todo iba por buen camino, que hubiese comenzado a hacerse preguntas era bueno, pero todavía no era suficiente, no para él, le quería rendido a sus pies, solo y completamente suyo.

Se separo ligeramente de él y con una cara seria que no reflejaba absolutamente nada, cogió el cuchillo de cocina que Ichigo aun tenía en su mano.

-Sabes- comenzó intentando captar la atención del menor que seguía en los mundos del yupi- me importa una mierda el resto de la gente, cuando me enamoro de alguien me dedico completamente a él, y me importan una mierda el resto-dijo mientras ponía el cuchillo en su palma y cerrándola se hacia un profundo corte que empezó a sangrar de inmediato-Así que no te preocupes mi amor, que solo tengo ojos para ti- se burlo con aquella mirada arrogante que tanto le tocaba las narices a Ichigo.

-Idiota- le respondió el enano completamente confundido. No sabía si realmente se había confesado o simplemente se estaba riendo de él.

Ichigo cogió la mano chorreante de Grimmjow y mirándole fijamente le dio un largo lametazo. Inmediatamente el sabor a sangre inundo su boca, tan fuerte tan salvaje que se estremeció ligeramente.

Grimmjow por su parte se le quedo mirando como lamia su mano con ansias como si su vida dependiese de eso, como le miraba fijamente mientras lo hacía en una pose completamente provocativa. Dios cuando cállese a sus pies lo iba a violar hasta que no pudiese ni andar.

Lentamente el cuerpo de Ichigo comenzó a cambiar creciendo lentamente, mientras seguía lamiendo su mano posesivamente. Grimmjow veía en la mirada del otro la confusión que tenia dentro. Aquello era bueno, que estuviese confuso era la primera parte de su plan en cinco partes para que el otro fuera suyo. Dios, se dio una bofetada mental, se estaba empezando a parecer a Shiro.

Lentamente Ichigo dejo su mano y se alejo de él. Tenía toda la boca manchada con sangre, el pelo revuelto, la mirada confusa y la ropa rota. Grimmjow trato de contenerse, no podía forzar al menor, tenía que venir Ichigo hacia él o la cosa no saldría bien. Pero dios ¿Por qué tenía que ser tan provocativo? Se le iban a poner los huevos morados si seguía conteniéndose así.

- Tenemos que curarte la herida- dijo Ichigo rompiendo su hilo de pensamientos.

Grimmjow se le quedo mirando y entonces, sin aguantarlo más, se abalanzo sobre Ichigo y le lamio la boca salvajemente, en un gesto completamente posesivo y felino. Degusto los ansiados labios del otro, deleitándose con su sabor a sangre y marcándolos como suyos. Y entonces tan rápidamente como se había acercado a él se alejó.

-Tenías la boca manchada de sangre- murmuro Grimmjow en su defensa, antes de marcharse, huyendo del otro y del cuchillo que le había devuelto inconscientemente. Fingiendo ir en busca del botiquín.

Ichigo se quedo allí, a cuadros, con el sabor del otro en su boca, con su aroma rodeándole, completamente, exquisito y completamente hipnótico.

Miro el cuchillo en su mano ausente.

Iba a matar a Grimmito lenta y dolorosamente.

Sin embargo antes de que pudiese hacerlo, su móvil volvió a  vibrar y al ver el número de Kaien parpadeando en la pantalla no pudo más que extrañarse, no solía mantener mucha relación con el moreno, pero aun así lo cogió.

Un grito vibro contra su tímpano, luego se escucharon llantos, algún que otro jadeo y finalmente una sola y única palabra.

-Ayúdame- sonó débilmente, luego la comunicación se corto.

Ichigo se quedo mirando el móvil preguntándose qué había pasado. Grimmjow le llamo desde el baño diciendo algo de una cama. Tenía que matarle se recordó a sí mismo. Guardo el teléfono en el bolsillo. Ya lo resolvería mañana.

.

.

.

Los tímidos rayos del sol del amanecer se colaban por la ventana molestando sus ojos dorados. Intentando esquivarlos se dio la vuelta pero Shiro se dio cuenta de que no podía. Había algo muy pesado encima suyo que se lo impedía. Agobiado entonces, abrió un perezoso ojo para encontrarse con la escena más aterradora que viviría en su joven vida.

Un enorme león de pelo dorado estaba recostado perezosamente sobre él. Era tan grande que su cuerpo rebosaba de la cama en varias partes y tan intimidante que su presencia le aterrorizaba.

De repente el impresionante felino se revolvió y abriendo una gran boca rellena de afilados dientes bostezo. Luego se le quedo mirando, como sopesando si podía comérselo de un bocado y dejarle vivir.

-¿Kon?- probó a preguntar absolutamente aterrorizado. Un ligero ronroneo fue toda la respuesta por parte del león mientras restregaba su cabeza contra su abdomen.

-Kon Em. …podrías dejar de hacer eso- dijo sin saber que hacer- voy a empezar a hiperventilar si no paras- Kon se le quedo mirando sin comprender.- Vete a mirar en el espejo- le pidió señalando al impresionante espejo que dominaba la habitación desde una pared.

El león abandono la cama de inmediato y se acerco al cristal. Un rugido inundo al rato la habitación, haciendo que el albino sobre la cama se estremeciera. El león se paseo por delante del espejo varias veces, como admirándose desde varios ángulos, al cabo de un rato soltó un suave gruñido que sonó a una suave carcajada orgullosa.

-Bah- murmuro Shirosaki ya mucho más calmado al ver que Kon seguía siendo el estúpido de Kon. No sabía qué narices había pasado para que el adorable cachorro de ayer se transformase en la maquina asesina de hoy.

Su móvil en la mesilla parpadeaba molestamente y, aun pensando en que narices iba a hacer con su querido hermano transformado en un gigantesco león, lo encendió. Un mensaje de Kaien apareció en la pantalla y rápidamente lo leyó. Presa de otro ataque de pánico lo volvió a leer. Y otra vez. Y otra vez. Hasta que Kon le empujo en la pierna preocupado.

-Em- empezó Shiro- han encontrado la cura para vosotros- murmuro. El felino se sentó en el suelo listo para escucharle.

Shiro pensó en como decírselo delicadamente, pero tras dos minutos sin ninguna solución convincente decidió simplemente enseñarle el mensaje. Su mano temblaba, la puerta estaba enfrente de él pero el gato se interponía en su camino.

El gato rugió y el volvió a encogerse aterrorizado. Dios, no sabía porque pero se sentía como una presa a punto de ser devorada. Normalmente con Kon solía ser él quien llevase la voz cantante, pero en aquellos momentos se sentía completamente a merced del otro.

-Yo…iré a por un cuchillo- dijo intentando esquivar al felino y llegar a la puerta. Pero Kon no estaba de acuerdo con él. El felino se acerco a él y con un fuerte rugido le hizo retroceder hasta la cama.

-¿Kon?-

Pero el siguió gruñendo y el otro retrocediendo y hasta que no lo tubo acorralado entre el cabecero de la cama y sus mandíbulas no estuvo contento. Ahora era su oportunidad, pensó, se quitaría la estúpida obsesión que tenia con su hermano y le haría feliz, muy feliz.

Le lamió la cara. Shiro abrió los ojos espantado. Siempre podía decirle que lo había hecho para recuperar su cuerpo ¿no? Volvió a lamerle la cara, sintiendo la suave y débil piel del otro, entonces  fue bajando lentamente lamiendo su delicado cuello con repentina ansiedad.

-Para- ordeno el otro intentando apartarle al adivinar sus intenciones, pero ya se había cansado de acatar sus órdenes. Cerró sus mandíbulas plagadas de afilados dientes sobre su cuello en una clara advertencia de que se estuviese quieto.

-Kon, te he dicho que pares no tiene gracia- murmuro el otro con voz aguda completamente aterrorizado. Le encantaba verle así, asustado, tomando de su propia medicina. Lentamente soltó su agarre sobre su cuello pero no se separo. Se acerco a su cara y  soltó un leve rugido. Ahora tenía él el control e iba a hacer lo que le diese la gana.

Sacando las uñas desgarro el pantalón del pijama. Shirosaki dio un brinco pero no se movió, simplemente le miro con odio, parecía que había entendido por fin. Bajando lentamente empezó a repartir pequeñas y juguetonas lamidas por su pecho y clavícula mientras a su vez intentaba restregarse contra él. No tener manos era bastante complicado, pero la lengua lo resolvía todo.

Shirosaki por su parte estaba perdido. ¿No le había rechazado Kon? ¿No se habían pasado meses sin hablarse? No lo entendía, definitivamente no lo entendía. La áspera lengua del león rozo sin querer uno de sus pezones y el gimió sin poder evitarlo. Kon le estaba torturando deliciosamente, se restregaba contra el acariciándole con la suavidad de su pelo mientras su áspera lengua le recorría por todas partes. Incitándole a rendirse.

-Mnnh…-

Kon volvió a lamer aquel delicado punto y el volvió a gemir y a agarrarse al suave pelo del felino. Por dios se estaba excitando con un león, ¿Qué clase d depravado era?  Pero era Kon, su Kon.

Kon sentía a Shirosaki cada vez más perdido ante él. Sentía su esencia envolviéndole en el apretado abrazo al que le tenia sometido, sentía los dedos de Shiro aferrarse a su pelaje, mientras de su boca salían aquellos interesantes sonidos.

Su mente iba perdiendo el norte al verle retorcerse así, tan sumiso, tan suyo. Sentía su cuerpo calentándose bajo el, su sabor en su boca, su erección encerrada en los boxes, quería hacerle gritar, hacerle suyo que se enterase a quien pertenecía.

-Kon- empezó a susurrar Shiro-…ah..¿Por que estas…ahhciendo esto?- pregunto Shiro completamente perdido en las olas de placer que le recorrían cada vez que aquella traviesa lengua jugaba con su de repente hipersensible piel. Esta delineaba los músculos de su torso y abdomen con una delicadeza y necesidad agobiantes. Su mente se estaba empezando a perder con aquella deliciosa lengua.

Kon en contestación simplemente rozo con sus dientes la tira de sus bóxers sobre su ingle haciendo que Shiro se arqueara sobre su espalda, estremecido con el contacto.

-Kon… esperahh- suplico desesperado- no lo entiendo… por favor-

Pero Kon ya no escuchaba, la pálida piel bajo suyo era demasiado buena como para dejarla escapar, ni en sus mas tórridas fantasías se había imaginado algo como aquello, los sonidos que hacia el mayor le estremecían y le calentaban de tal manera que solo deseaba escucharlos mas y mas altos.

-Por favor- susurro Shiro mirándole con una cara más llena de necesidad que de sufrimiento.

Incapaz ya de contenerse y con un Shiro completamente rendido a sus caricias al fin, destrozo los bóxers de su presa. Shiro se estremeció, sentía la caliente respiración del otro sobre   su palpitante necesidad. Ya todo daba igual. Solo necesitaba apagar aquel calor que tenía, pero pasaban los minutos y Kon no hacía nada, su erección empezaba a doler.

-Kon- pidió incapaz de aguantar más.

Y una lengua caliente y áspera recorrió toda su longitud. Su espalda se arqueo sobre el colchón de nuevo y sus manos apretaron el suave pelo del león, mientras de su boca escapo un pequeño grito . Nunca se había sentido así, tan bien, tan caliente.

-Nnnh..Kon- volvió a suspirar agradecido y a la vez necesitando más.

El gato volvió a repartir lamidas y su cuerpo comenzó a vibrar inundado de placer, los gemidos escapan de boca incansable mientras el león se restregaba contra el, lamiendo, acariciando con la suave piel, dejándole sentir sus dientes y su fuerza. Tan grande tan poderoso tan exquisito.

Su piel estaba hipersensibilizada, sus sentidos enfocados en el felino y en las caricias y lamidas que le prodigaba. Intento volver a llamar a Kon, para que supiese que ya no podía mas, que aquel placer era demasiado para el, que si seguía así se vendría sobre el, pero su voz no respondía, estaba demasiado ocupada gritando y gimiendo bajo el otro.

-Nnh…aah…nngh-

Kon realizo una gran lamida, mucho más lenta que las demás, envolviendo su miembro cálidamente, tocando aquel punto débil, aferrándole y apretándole. Y ya no pudo más. Con un grito mezcla de placer y desesperación se vino suciamente sobre el otro.

El gato relamió su boca impregnada con la esencia del otro y lentamente cambio. Se volvió más pequeño, su pelo, dientes y garras desaparecieron para dar paso a la suave piel morena de Kon. El felino se convirtió en el joven que tan bien conocía. Pero algo no iba bien, el gato había desaparecido, pero la mirada de Kon seguía estando hambrienta y le miraba tan intensamente, como si fuese la cosa más maravillosa del mundo y él, a duras penas, intentaba recuperar la respiración.

-Kon- dijo serio, pero aun jadeando. Y Kon gruño aun con aquel deje felino.

Kon estaba extasiado con la visión de su hermano, allí, completamente desnudo sobre la cama, abierto para él, con la piel sudorosa y sensible todavía, con la cara roja, la respiración agitada y aquellos ojos llorosos por haber tenido que soportar tanto placer. ¿Cómo podía excitarle tanto aquello?

Haciendo caso omiso del débil llamado de su hermano, se abalanzo sobre su boca como el gato que hacia un rato había sido. Su erección rozo la suave y pálida piel de su abdomen y sintió a Shiro tensarse bajo él.

-Kon espera…- dijo el albino intentando apartarle-…¿Por qué estas..?- pero no iba a permitirle preguntar, no cuando ni el mismo sabia la respuesta.

Además su boca sabia tan bien, se amoldaba tan jodidamente bien a la suya que parecía hecha para que él la poseyera. La había echado tanto de menos durante aquellos dos meses, atormentando sus sueños tan intensamente. Lamio su lengua demandante de más, mientras sus  salivas se mezclaban deliciosamente. Shiro intento volver a  apartarle y Kon le mordió el labio inferior en un acto completamente dominante. El era suyo y el otro tenia que entenderlo, tenia que aprender a acatar sus ordenes y sus deseos.

Su mano bajo de nuevo a la entrepierna del albino volviendo a masturbarle salvajemente. El mayor no trato de volver a apartarle y al rato volvía a estar gimiendo bajo suyo pidiendo mas. Necesitaba tocarle, necesitaba recorrer cada milímetro de aquella pálida piel, tan sensible que el más leve mordisco dejaba una marca roja, necesitaba hacerle suyo. Lo necesitaba tanto que casi dolía.

-Aah..Konnh- susurro cuando la boca del menor se cerró sobre su desgastado pezón por enésima vez

-Date la vuelta- rugió sin poder aguantar mas, al otro restregándose contra él y su necesidad, gimiendo su nombre incansable.

-No…pue..nnh..do- dijo el otro intentando hablar por encima de los gemido y jadeos que le provocaba el posesivo agarre del otro sobre su intimidad.

Kon no se podía contener mas, le dio la vuelta, sin dejar de darle placer y levantándole las caderas comenzó a acariciar su retaguardia. Shiro intento revelarse pero rápidamente volvió a someterle apretando su cara contra el colchón, dejándole en una posicion completamente sumisa. Su boca seguía repartiendo mordiscos por su espalda a los que el otro respondía con gemidos. Tan caliente.

Su propia intimidad ya completamente erguida y palpitante rozo la entrada del mayor, apretándose placenteramente entre sus nalgas. El otro se tenso.

-Konnh…espera…yo no he..nnh..Hecho nuncaah esto y …-

Kon mordió firmemente su hombro haciendo que apareciese una mancha morada al tiempo que aparto sus dientes de ella.

-Cállate- ordeno. Y sin aviso, sin delicadeza, entro dentro de Él, rugiendo al sentir las estrechez del otro contra él. Tan salvaje, tan único, tan cálido.

Shiro lanzo al aire un gemido mezcla de placer y dolor, pero al rato comenzó a moverse lentamente incitándole a que empezase, completamente sometido. Y así lo hizo, y al mismo tiempo apretó su agarre sobre la entrepierna del otro, aumentando lentamente el ritmo, llevándole a la locura con cada embestida cada vez más profunda, cabalgándole furiosamente y a la vez haciéndole suyo. Completamente suyo.

-Shiro- rugió salvajemente, apretando el agarre aun mas sobre el otro, haciendo que se viniese por segunda vez gracias a él  con un grito salvaje completamente presa de la locura y el placer. Haciendo que sus paredes se contrajesen exquisitamente, haciendo que él también se viniese dentro suyo.

-Mío- volvió a susurrar como en trance, mientras salía del mayor y le acunaba medio dormido contra su pecho. Completamente posesivo. Con la mente calmada. Con la sensación de que todo iba bien.

 

 

Notas finales:

Muajajaja adoro escribir estas cosas n3n

Adoro los planes maquiavelicos de Grimmito.

Os prometi lemon y aqui lo teneis, pero esto es solo el principio  muajajaja. Se que algunos queriais a un Kon uke pro prometo que sera uke, seme, suke, que hara trios, orgias y demas... solo dejen sus sugerencias XD

Lamento no haber metido a Kaien y a Hisagi pro queria centrarme en la pareja de Kon y Shiro en este cap, pro no os preocupeis, en el proximo saldran.

Weno preguntas preguntas. n.n

¿ Que le habra pasado a Kaien?

¿Como reaccionara Shiro a todo esto?

¿Consegira Ichigo cargarse finalmente a Grimmito?

To be continued...

 


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