-¿Por qué lo hiciste?- pregunto Shiro nada más despertarse y encontrarse aun en los brazos de Kon, en un abrazo tan posesivo que asfixiaba.
El otro simplemente se levanto y se dirigió al baño a ducharse, dando un fuerte portazo con la puerta a modo de respuesta. Y Shiro ni se movió, continuo tumbado en la cama, conteniéndose para no llorar, mientras su cuerpo dolía lo indecible y más. Finalmente decidió levantarse, no servía de nada quedarse allí lamentándose.
Debían de ser las cuatro o cinco de la tarde, se vistió rápidamente, mientras intentaba evitar mirar las marcas rojas que el otro había dejado en su cuerpo. Al rato salió Kon y también comenzó a vestirse, en completo e incomodo silencio.
Shiro evitándole le espero en el salón, fingiendo ver la televisión, hasta que su móvil comenzó a cantar.
-¿Shiro?- Pregunto cierto peli azul al otro lado del aparato.
-Soy yo- su voz sonaba demasiado ronca para su gusto. Kon que había salido de la habitación ya vestido y con el pelo mojado se le quedo mirando con un deje de ¿orgullo?. Le ignoro- ¿Qué quieres?-
-Estamos yendo a casa de Kaien y por las llamadas que nos ha hecho creo que tu también deberías ir, por cierto ¿qué hacías? llevamos intentando llamarte toda la mañana- pregunto su amigo preocupado por el extraño timbre de su voz.
-He estado ocupado- Respondió como escusa evitando el tema a propósito, por cierto, ¿Kon acababa de sonreír o era imaginación suya?- Bueno estaré allí en un rato- y colgó.
Se levanto y se dirigió a la puerta todo lo rápido que pudo, sin embargo ,antes de que pudiese cerrarla se encontró a Kon siguiéndole.
-¿Qué haces?- pregunto enfadado con la actitud de “no ha pasado nada, seguimos siendo amigos” del otro.
-Voy contigo- murmuro el menor, indiferente al entrecejo fruncido del otro que solo anunciaba problemas.
-No, te lo prohíbo- aquello era lo que le faltaba, pensó Shiro.
-Lo siento, pero ya me he cansado de acatar tus estúpidas ordenes- murmuro el otro mirándole fijamente, con la mirada dominadora que tano le tocaba las narices y que le hacía recordar lo que habían estado haciendo aquella mañana. Se sonrojo.
-Haz lo que quieras- murmuro evitando su mirada, y sin más comenzó a andar con el otro siguiéndole de cerca.
Y es que Kon no le iba a dejar solo. No sabía porque, pero no soportaba que SU Shiro estuviese con otras personas y mucho menos solo, si fuese por él le encerraría en una jaula para que solo el pudiese contemplarle y no le pasase nada. Lo de la mañana en vez de hacerle olvidarse del albino y que se le pasase el capricho, había servido para lo contrario, ahora estaba todavía más obsesionado con él.
Al cabo de un rato y de un incomodo y largo silencio, la parejita consiguió llegar a casa del moreno maniático de la cocina. La casa no era una maravilla era mas bien vieja y deprimente, incrustada en uno de esos apartamentos de vecinos, con menos espacio que nada de lo que hubiesen visto, pero lo más preocupante fue que nada más entrar empezaron a escuchar gritos.
-¿Qué pasa aquí?- pregunto Kon a Ichigo que les había abierto la puerta.
-Pues…-pero los gritos le interrumpieron antes de que pudiese decir nada.
-Kaien cabrón habré la maldita puerta y devuélveme mi cuerpo- chillo Hisagi luego de que se escuchasen unos golpes
-Nunca, nunca, nunca- y más golpes y gritos.
Los dos recién llegados miraron a su querido hermano pidiendo una explicación.
-Pues…veréis…parece ser que Kaien ha encerrado a Hisagi en un armario y luego a cerrado la puerta de la habitación para que nadie entre- empezó- creo que está intentando convencerle para que no cambie o algo así…Grimmjow está intentando echar la puerta abajo ¿Queréis ayudarnos?-
-¿A destruir cosas?- dijo Shiro- encantado- y feliz por deshacerse de Kon y desahogarse corrió a ayudar a Grimmjow.
-Bueno ¿y tú qué tal?- pregunto Ichigo a su gemelo, que seguía a Shiro con la mirada pendiente de cada movimiento que el albino hacia, y sin prestarle mucha atención.
-Bien, muy bien-
-Kon- le llamo serio, despertándole de sus ensoñaciones- no tengo nada en contra de lo que intentas hacer, pero como le hagas algo a mi hermano favorito te mato- murmuro agarrándolo del cuello y acercándoselo a la cara.
-Pensé que yo era tu hermano favorito- protesto con una fingida cara dolida.
-No, tu eres mi gemelo favorito- dijo soltándole y quitándole importancia al tema con un gesto de la mano.
-Tranquilo no le va a pasar nada va a estar muy bien- su tono era suave y controlado, pero su mirada tenía un brillo peligroso.
-Kon- le llamo- no se si lo sabes pero eres posesivo y agresivo a un nivel preocupante, tanto, que acabas haciéndole daño a lo que quieres ¿Te acuerdas de Ted?-
-¿Mi osito de peluche?-
-NUESTRO osito de peluche, pero cuando nos lo dieron te lo apropiaste, no me dejabas cogerlo y le encerrabas en el armario para que no lo encontrase- los golpes volvieron a retumbar en el armario de la habitación.
-Kaien, cuando salga vas a morir-
-En fin como estaba diciendo- continuo ignorando los golpes- no soltabas el peluche, le adorabas, te bañabas con él, comías con él, jugabas a boxeadores con el…-
-Ya, ya-
-Bueno ¿te acuerdas lo que paso con el al final?- Kon negó con la cabeza, su memoria dejaba bastante que desear- bueno digamos que al cabo de una semana Ted ya no estaba entre nosotros- sollozo Ichigo triste mientras recordaba los malos momentos- ¿entiendes lo que quiero decir?-
-Si…más o menos- contesto preocupado por la salud mental de su hermano.
-Pues eso, no te pases con Shiro, o acabaras en la basura como Ted-
-Vale…oye ¿tanto te gustaba el peluche?-
-Siiii.- lloriqueo Ichigo y Kon se apunto mentalmente un regalo para el próximo cumple de su gemelo. Qué pena que su memoria no lo recordase por poco más de diez segundos.
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Mientras tanto Grimmjow observaba con interés a Shiro, mientras intentaban derribar la puerta a golpes.
-Shiro ¿Qué es eso?-murmuro señalando una marca roja que el otro tenía en el cuello. El otro enrojeció al instante, aquello definitivamente era muuuy raro.
-Nada- dijo intentando tapárselo subiéndose el inexistente cuello de la camisa.
-Espera, espera- dijo Grimmjow muy, muy divertido de repente y acercándose más- ¿es eso un chupetón?- Shiro le fulmino con la mirada.
-No, no lo es- su tono no aceptaba replica.
-Sí, si lo es- dijo dándole un codazo cómplice- vaya asique lo hicisteis de la forma divertida eh?-
-Ca-lla-te, si no quieres morir- y estaba dispuesto a hacerlo
-Venga ¿por qué tan amargado? ¿No era lo que querías?- pregunto curioso, sin entender la actitud del otro.
-Si, pero no de esta manera- y Grimmjow se le quedo mirando serio, muy serio intentando descifrar lo que acababa de decir. Finalmente lo entendió.
-Espera- dijo tomándole del hombro y mirándolo fijamente- ¿fuiste el que recibía?- Shiro enrojeció al instante al recordarlo, confirmando, a la vez, las suposiciones de Grimmjow.
-Jajajajaja- estallo en carcajadas el del pelo azul- que pringado jajaja no me esperaba que te gustase recibir Shiro jajaja dios y tú que parecías un asesino en serie, resulta que eres un pacifico corderito- dijo dándole suaves palmadas en la espalda mientras intentaba contener las lagrimas de risa.
Y la paciencia de Shiro llego a su fin, cogiendo al otro del cuello, le levanto del suelo y después de darle una patada en las partes débiles de un hombre, haciendo que el otro dejase de reírse al instante, le reventó contra la puerta haciendo que por fin esta se abriera.
Kaien les miro desde la cama con cara de susto, había atrancado la puerta con una encimera y los otros dos los la habían reventado en varios cachitos.
-¿Qué narices hacéis destrozando mi casa de alquiler?- chillo amenazándoles y con cara de cabreo.
Por la puerta se asomaron los dos gemelos que habían sido atraídos por el ruido.
-¿Qué ha pasado aquí?- pregunto Ichigo al ver inconsciente a Grimmito en el suelo y la puerta destrozada y machacada.
-Nada- le ignoro Shiro y luego dirigiéndose a Kaien- ¿y como que destrozando tu casa? ¿cómo se te ocurre encerrar a alguien?-
-Yo no he encerrado a nadie- mintió vilmente el moreno, mientras miraba por la ventana y fingía ignorar los golpes que provenían del armario gritando socorro.
Ichigo y Shiro se acercaron entonces al armario para liberar a la morena, pero Kaien viendo lo que intentaban se puso en su camino con un aura homicida rodeándole y haciendo que los otros dos empezasen a preocuparse.
-Ni si os ocurra- dijo con acento de matón callejero.
Los dos hermanos se miraron fijamente sopesando si preferían morir a manos del moreno al intentar rescatar a su amigo, o si le dejaban allí y conservaban sus vidas. Los dos llegaron a la misma conclusión: Grimmjow. El tendría que morir por el bien del resto. Le cargarían a él el muerto para ellos hacer de héroes que rescatan a la damisela. Le recordarían con cariño.
-Grimmjow- murmuro Ichigo con la voz mas empalagosa que pudo poner, sin embargo, al darse la vuelta se encontró con un peli azul que seguía inconsciente gracias al golpe de Shiro.-Mierda-
-Si, no pensé que le había dado tan fuerte- murmuro el albino.
-Dejármelo a mi- dijo Kon atravesando la habitación y pisando a Grimmito en su recorrido hasta ellos –Yo le contendré- murmuro con su aura asesina aun mas negra y escalofriante que la de Kaien.
-¿Crees que puedes conmigo enano?- murmuro Kaien serio y arrogante.
Los dos hermanos se asustaron ante aquella actitud repentina de Kaien, parecía otra persona. Nunca le habían visto así de atemorizante, siempre estaba sonriente y despreocupado, no se esperaban aquello: ese chico con cara de asesino, y de mirada alarmante. Algo iba mal.
-Mierda ha salido Neiak- dijo Shiro acojonado.
-¿Quién?- pregunto Ichigo
-El lado oscuro de Kaien, es una especie de asesino en serie que sale cuando se enfada, pensé que ya le conocías - luego agarrando a su hermano de un brazo le aparto- dejémosles matarse entre ellos, nosotros rescataremos a Hisagi-
Y mientras a sus espaldas se desarrollaba una batalla de proporciones cósmicas entre las fuerzas del bien y el mal y mientras un peli azul era pisoteado repetidas veces por ambos adversarios, los dos hermanos intentaron desatrancar las puertas del dichoso armario.
-Mierda ¿esto esta pegado a la pared o que?- dijo un desesperado Ichigo.
-Déjamelo a mi he encontrado algo que puede ser útil- y Shiro, sacando una sierra de quien sabe donde comenzó a destruir el armario y al cabo de un rato, un pequeño Hisagi con dos impresionantes gemelas caía en sus brazos.
Inmediatamente al tenerla en brazos la mente de Ichigo comenzó a divagar sóbrelo que podía hacerle a su amigo y sus queridas gemelas. Mierda, ahora comprendía porque Kaien no quería que volviese a como era antes: aquello era un desperdicio.
-Kaien- susurro una voz de ultratumba. Ambos hermanos miraron a todas partes intentando buscar su origen, asustados y los que peleaban se quedaron quietos mirándoles fijamente. Había sido Hisagi.
-¿Qué pasa preciosidad?¿ necesitas algo?- pregunto el lado oscuro de Kaien mirándole con arrogancia y una sonrisa de medio lado a “lo soy el rey del mundo y todos caen rendidos a mis pies”.
-Si- dijo Hisagi levantándose y acercándose al otro lenta y peligrosamente- necesito tu sangre- y levantando la sierra, que hacia un momento había estado en manos de Shiro, se abalanzo sobre su compañero de piso con cara de maniático.
Y así empezó una pelea entre los dos amigos. Ichigo hizo palomitas y sentándose encima de un Grimmjow que hacía de banco, miraron la pelea, animando a uno y abucheando a otro
Finalmente Hisagi acorralo a Neiak contra una pared y la pelea se detuvo de inmediato mientras el silencio se extendía y todos miraban impacientes a ver qué pasaba.
-Ahora pagaras por todo lo que me has hecho- dijo Hisagi con la cara psicópata de Shiro y luego, levanto el hacha en un golpe final, sin embargo, el lado oscuro de Kaien no tenia la misma idea y haciendo una finta acorralo a Hisagi contra la pared invirtiendo las posiciones.
-¿Decías?- susurro con aquella voz ronca que ponía los pelos de punta.
-Mierda-
-Jajaja- y mirándole intensamente dijo- y ahora preciosidad vamos a divertirnos- y sin darle siquiera tiempo a responder le empezó lamer la boca obligándole a que la abriera.
-Uuuuuu- murmuraron Kon y Ichigo a coro.
-Creo que deberíamos irnos- murmuro Shiro mientras se levantaba y arrastraba a sus hermanos y a un Grimmjow que comenzaba a despertase fuera de la habitación.
Mientras tanto Neiak se había colado en la boca de un soqueado Hisagi que no sabia que hacer. El mayor se recreo en su boca durante un largo rato, lamiendo, chupando , succionando y explorando cada recoveco, mezclando sus salivas y tentándole levemente.
Entonces Neiak se separo…y volvió a empezar, sin darle ni tiempo para tomar aire, apretándole contra su fuerte pecho, volviendo el beso mucho más apremiante y necesitado, mientras su mano empezaba a colarse por debajo de la camisa de Hisagi.
-Mmnnh- intento protestar el menor aun con la lengua del otro en su boca, pero el lado oscuro de Kaien solo le apretó mas contra la pared evitando que hiciese nada, mientras su mano comenzaba a acariciar sus gigantescos pechos, apretándolos y estrujándolos con sus grandes manos.
Y Hisagi entonces se cabreo y a la vez recordó la sierra que tenia en su mano. Intento levantarla o girar la muñeca, pero…
-nnnnh- gruño el mayor apretando su agarre sobre sus pechos y haciendo que se deshiciese en sus brazos presa de una repentina ola de placer. Y entonces a Hisagi se le ocurrió una idea. Abriendo aun mas la boca permitió la entrada al otro en su boca, invitación que el mayor, pensando que por fin se había rendido, aprovechó y le metiendole la lengua hasta la garganta y entonces Hisagi…le mordió fuertemente.
Y pasaron dos cosas: la primera fue que al llegar la sangre a la boca del menor este volvió a recuperar su tan ansiado cuerpo y la segunda fue que Neiak desapareció para dejar paso a Kaien.
-¿Qué esta pasando?- pregunto un muy asustado Kaien que se encontró de repente acorralando a su amigo contra la pared con un mordisco aun doliéndole en su lengua, sus manos sobre el pecho del otro y la mirada de odio del otro sobre él.
-¿No te acuerdas?- el otro negó con la cabeza confundido-bueno supongo que es mejor así, pero me gustaría decirte que no sé lo que intentas, pero yo ya tengo a otra persona que me gusta ,asique no vuelvas a intentar nada o no te vuelvo a dirigir la palabra-
Kaien le libero de repente serio, comprendiendo al instante, dolido por el rechazo, pero antes de que el otro se alejara mas de lo necesario pregunto aquella pregunta que tanto le quemaba la garganta:
-¿Es Kensei?-
El otro le daba la espalda, no veía su cara, sin embargo el ligero asentimiento que hizo le destrozo el corazón. Pero nunca se rendiría, conseguiría que el otro le eligiese a él, aunque tuviese que matar por ello.
-Entiendo- y pasando a su lado, intentando que no le viese la cara destrozada por el dolor que en aquellos momentos debía de tener, se dirigió a la otra habitación, donde Grimmjow intentaba ahorcar a Kon por haberle pisoteado.
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Las semanas habían pasado y las cosas habían vuelto a la normalidad, cada uno seguía con sus clases y habían conseguido por fin reconstruir el destrozado apartamento de Kaien, sin embargo, el ambiente en la universidad era cada vez mas tenso y preocupante. Los alumnos y profesores estaban de los nervios y los índices de criminalidad y ataques de ansiedad por estrés habían alcanzado records.
La razón de todo esto era la famosa semana sorpresa de la universidad de Karakura (otra de las extrañas ideas del director psicópata). La semana siguiente se realizaría un sorteo obligatorio entre los alumnos de la universidad en el cual se destinarían plazas para irse a distintos países a practicar orientación y competir con otras universidades.
El problema era el destino, te podía tocar desde el desierto del Sahara a las playas del Caribe, por eso la gente estaba tan nerviosa.
Por fin después de muchas noches sin dormir y desvelos llego el no tan ansiado día y el grupito de amigos se dirigió a las urnas a recoger el papelito con su destino.
-Empezare yo- se ofreció Grimmito con aires de grandeza.
-Adelante, sé el primero en morir- sentencio un ojeroso y pesimista Shirosaki. No había podido pegar ojo por los nervios del maldito sorteo y ahora parecía un muerto viviente.
-No entiendo el problema que tenéis, nos vamos de viaje gratis ¿no?- se miraron entre ellos los gemelos.
-Vosotros no estuvisteis el año pasado- Kensei se frotaba las sienes desesperado e igual de ojeroso que su pálido amigo.
-Si, nos toco irnos al Everest ¿Sabes lo que es eso? El no poder respirar, el frio glaciar…- lloriqueaba Kaien recordando la horripilante experiencia en la montaña de la muerte.
-Joder que morro- protesto Hisagi- yo también quiero escalar montañas- pero la mirada que le mandaron los mayores le hicieron guardarse sus comentarios.
-Lo hacemos a la vez ¿Vale?- sugirió Kon y todos asintieron conformes.
Grimmjow metió la mano en la caja y saco un papelito, luego le siguieron los gemelos y al cabo de un rato todos tenían el dichoso papel.
-Bien a la de tres- empezaron- una…dos…y tres- y todos a la vez dieron la vuelta al papelito. Inmediatamente todas las caras de los más jóvenes se pusieron del color del pelo de Grimmjow, mientras que los mayores suspiraron aliviados.
-Después de lo del año pasado no puede ser muy complicado- Dijo Kaien
-Nop- le secundo Shiro echándole el brazo por el cuello y sonriendo ya relajado.
-Entonces…¿nos vamos todos a Australia a bucear en la gran barrera de coral?- murmuro Hisagi aun sin creérselo
-Eso parece- murmuro Kensei revolviéndole el pelo cariñosamente.
-Dios mío- murmuro Ichigo que odiaba el mar debido a su trauma de la infancia..
-Vamos a morir- Kon asentía completamente convencido compartiendo el trauma de su gemelo- ahogados-
-Pero veremos Canguros -chillo contento Hisagi en su mundo feliz. Ingenuo y inocente a lo que les iba a pasar.