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Traición por amor por Niji_Takagawa

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Notas del capitulo:

¡FINAL! Qué creen mis querid@s lector@s, ya les tengo el final de este fic~ saben me es increíble pensar que yo había planeado solamente un one-shot y esto haya terminado con un fic de veinticinco capítulos muy llenos de drama y emoción, pero como cualquier historia tiene un final, ésta ha llegado el suyo, el cual espero que disfruten mucho:

~5 años después~

Cinco años habían pasado desde el día en que se efectuó exitosamente el rescate del vocalista de L’Arc~en~Ciel, desde que aquel disparo entre Kyo y Gackt hiriera a uno de ellos y de que, por consecuencia, el parto de Hyde se adelantara debido al gran susto que había pasado, y a las condiciones llenas de miedo, ansiedad y nerviosismo que había estado pasando en los últimos días al lado de aquel hombre que tanto decía amarlo…con lo cual se les tuvo que llamar a dos ambulancias ese día…sin embargo, el médico que atendió a uno de los pacientes que llegaron juntos, salió de la sala de terapia intensiva con terribles noticias…noticias que desgarraron más de un corazón, a pesar de todo el daño causado…así que ahí se encontraba, el sobreviviente de aquel episodio provocado por un amor enfermizo, trastornado por la locura…con una clara melancolía en su rostro se inclinó dejando una pequeña flor blanca sobre la lápida del hombre que alguna vez fue su mejor amigo y que lo quiso tanto como a un hermano…

—Qué pena que las cosas hayan terminado así no crees Gackt…siempre te quise mucho, pero tú tenías que aferrarte a una obsesión enfermiza hacia mí…a veces me pregunto cómo hubiera sido si aquel disparo no hubiera ocurrido, o si por lo menos hubieras sobrevivido…después de todo cerca de ti había alguien que te guardaba un amor sincero como el que hubieras merecido…

~FLASHBACK~

Luego de que aquel revólver se disparara accidentalmente contra el cuerpo del más alto, cayó al suelo, al igual que el herido, quien se desplomó de lleno en el suelo al lado del arma que lo había herido…el rubio vocalista veía con los ojos muy abiertos, llenos de sorpresa el cuerpo que caía, se miró las manos llenas de sangre y comenzó a llorar muy alterado, para después arrinconarse contra una caja, abrazándose sus propias rodillas como un niño pequeño…sin embargo. su esposo no tardó en ponerse de pie para acercarse a él y tratar de calmarlo, tratar de hacerle ver que nada había sido su culpa…por otro lado, el lloroso bajista miró con temor al solista…se acercó a él tímidamente para arrodillarse a su lado, levantándole la cabeza para colocarla sobre su propio regazo.

—Gackt…

—Es el fin…verdad Tetsuya…—hablaba entrecortado debido a lo débil que se sentía, mirando fijamente los ojos naturalmente claros del castaño— estarán…felices…

—Felices… ¿te parece que yo estoy feliz? Gran baka…

—Lloras Tetsu…por qué lloras…

—Lloro por ti…me duele que esto haya pasado…me duele que te hayas dejado llevar por tu locura hasta este extremo, me duele que…que hayas estado tan cegado por lo que sentías por Hyde que nunca viste que yo…que yo…

—¿Q-que tú…?

—Que yo…te amaba…—agachando la cabeza, llevó una de sus manos a aferrarse a su pantalón, derramando algunas lágrimas sobre la frente del menor.

—Tetsu…—qué ciego había sido…qué mal había hecho como para llegar hasta aquel extremo…cuánta locura había nacido en su mente, cuánto odio y rencor habían nacido en su corazón…en qué momento el profundo y tierno amor que sentía hacia su mejor amigo se había corrompido de aquel modo, tanto como para orillarlo a cometer todos esos actos abominables…cuando pudo haber sido feliz con alguien que lo amaba de verdad…si no se hubiera aferrado a Hyde como lo hizo quizás hubiera sabido antes lo que sentía Tetsu, después de todo él era una excelente persona, noble, honesta, dulce y que, si hubiera intentado algo a su lado le hubiera hecho muy feliz…pero ya no podía hacer nada, más que mirarlo, en un breve momento de lucidez y con la mirada de su yo verdadero…la mirada que sin saberlo, había enamorado al bajista— perdóname…

Una sola palabra…con sólo eso Tetsu se quedó casi en shock mirando al rubio que se encontraba entre sus brazos, el cual esbozó una semi sonrisa, y tras mover los labios como si dijera algo, cerró los ojos, dejando que su cabeza se ladeara por completo al no poder sostenerla más…sin saberlo, esas habían sido sus últimas palabras, pero no habían sido escuchadas por nadie…ya que minutos después, luego de que pasaran horas tratando de remediar el mal que la bala había ocasionado, su corazón había dejado de latir, y sus labios sellados no se volvieron a abrir…

~FIN FLASHBACK~

—…l no sabe que lo sé, creo que tocar ese tema del modo que sea sería muy doloroso para él y no quiero eso…sin embargo a veces me pregunto cómo hubiera sido, y estoy seguro de que antes de morir igual te lo preguntaste verdad…—un leve suspiro salió de sus labios mientras una ligera brisa veraniega movía graciosamente sus cabellos, no podía evitar sentir nostalgia cada vez que visitaba la tumba de su ex mejor amigo, los recuerdos que lo invadían eran por demás tristes, evocando tiempos en que solía reír de pura felicidad al lado de su mejor amigo…—bueno Gackt, me quedaría un rato más, ya que tengo mucho más qué contarte pero en un rato tengo algo importante qué hacer…espero, que con la muerte hayas alcanzado la paz que tu alma necesitaba y que…si algún día nos volvemos a ver en la otra vida…seas el de antes…

Derramó una última lágrima dedicada a su amigo, y se retiró en seguida, saliendo del cementerio donde se encontraba enterrado…solía visitarlo por lo menos una vez al mes, y no olvidaba hacerlo en cada uno de los aniversarios de su muerte, en nombre del inmenso cariño que años atrás le hizo llamarle hermano…no obstante en un par de horas tenía una reunión importante, más importante que cualquier cuestión de trabajo que pudiera tener pendiente, era un asunto relacionado con su familia…

—¡Mami! —Corearon cuatro dulces y tiernas voces en cuanto Hyde cruzó el umbral de la puerta de su hogar, con lo que cuatro pequeños corrieron a abrazarse al mayor con alegría, saltando a su alrededor con mucho entusiasmo.

—¡Hola amores! —Exclamó el vocalista en medio de una ligera risa llena de felicidad, se agachó para poder abrazar y besar a sus hijos, recibiendo también algunos besos.

—Mamá ¿estuviste llorando? Tus ojitos se ven un poco rojos.

—No es nada mis angelitos, es que ya saben que en esta época del año me da alergia con sólo salir, así que se me irritaron un poco los ojos.

—Bueno conste, o si no le diremos a papá —habló con determinación la mayor de los cuatro, mirando a su madre con una expresión de seriedad.

—Uh no no, a su padre no le digan nada…les prometo que estoy bien.

—Mamá mamá ¿vienen mis primos hoy?

—Por supuesto que sí lotito, y claro, también vienen todos tus tíos para desearte feliz cumpleaños —con una sonrisa más amplia, besó la mejilla del pequeño cumpleañero dándole un abrazo más.

—Por qué es que mi esposo llega a casa y no me saluda siquiera —habló esta vez el otro vocalista, esta vez pelinegro, acercándose a su pelirrojo esposo.

—Aww lo siento mi amor, pero los pequeños se me echaron encima en cuanto llegué y no me dejaron hacer nada —luego de besar la frente de cada uno de los pequeños se puso de pie para acercarse a abrazar a su esposo, besando sus labios— cómo les fue en mi ausencia mi amor ¿te dijo Ren si dejó de tener sus pesadillas? —Susurró esto último para que el pequeño no escuchara.

—Sí amor, ya está más tranquilo, dijo que ahora sí durmió bien.

—Qué bueno… ¿ya se arreglaron todos?

—Sí ya nada más faltas tú, así que si quieres ve y yo me quedo con los niños.

—De acuerdo, no me tardo.

Tras darle otro beso en los labios a su esposo, corrió escaleras arriba…sólo algunos escalones ya que casi de inmediato la frase “¡no corras en las escaleras!” de parte de su esposo le hizo caminar despacio esta vez, en medio de una ligera risa…siempre lo cuidaba demasiado…al llegar a la habitación se despojó de la ropa negra que llevaba para cambiarla por unos pantalones de mezclilla café, una sencilla camiseta marrón y botas cafés más oscuras, de manera que en cuanto se recogió el cabello volvió a bajar hacia donde se encontraba su esposo y sus hijos…pero justo antes de abrazar a su amado, el timbre de la puerta sonó con bastante insistencia, provocando que dirigiera sus pasos esta vez a abrirla…y quién más podía ser el primero en llegar, más que el perfectamente puntual bajista líder de L’Arc.

—¡Tet-chan! Hola Aiki-chan —luego de saludar con un abrazo cariñoso a su amigo, le tomó la manita a la pequeña bebé de cabello y ojos claros y clara expresión de mucha somnolencia, dándole un pequeño beso en ella— aww tiene sueño… ¿aún no habla?

—Hola Doiha…ya se está durmiendo porque ha aplazado mucho su siesta del día de hoy, a ver si tu esposo sí lo logra, siempre le han gustado los brazos del tío Kyo —dijo con una ligera risa— aww no aún no, ayer su padre trató muy insistentemente en que lo hiciera pero nada, no quiere o no ha podido.

—Aww bueno no te apures, ya no ha de tardar, con lo despierta que es.

—No presiones a mi niña Hyde —intervino esta vez el alto solista, aún de cabello color avellana, acercándose a abrazar a su esposo por detrás…esposo desde hacía ya tres años luego de un dulce y feliz noviazgo…el solista se le había declarado al bajista seis meses luego del episodio de Gackt, alegando que no se había atrevido a decirle nada debido a que se había enterado del sentimiento que le guardaba al difunto solista…no le fue difícil ser aceptado, lo difícil fue ganarse su corazón, pero con algo de esfuerzo y verdadero amor, lo logró— está en buena edad aún.

—Yo no la presionaba Kiyoharu, sólo preguntaba —respondió el pelirrojo con un tono de voz ofendida.

—Sólo bromeaba pequeño, siempre te lo tomas todo demasiado en serio.

—Bueno si ya lo sabes para qué bromeas así…momento ¿y los gemelos? —Preguntó un tanto sorprendido al no ver cerca a los pequeños castaños que vivían pegados a su padre…no obstante sólo bastó aquella pregunta para que los aludidos asomaran sus cabezas tímidamente por detrás de las piernas de su padre, aferrados a ellas mientras saludaban al vocalista con la mano, sin pronunciar palabra alguna— ¡ah! Con que escondiéndose de su tío Hyde pequeños timiditos…aww tienen la personalidad igual a la de su madre.

—Yo no era tímido —aseguró el bajista siendo esta vez el ofendido.

—Te escondías hasta de tu maestra del preescolar señor valiente.

—Bueno ya, el punto es llevarme la contraria verdad… ¿ha llegado alguien más Hyde?

—Tetsu ya deberías saber que tú SIEMPRE eres el primero en llegar a cualquier lugar, con esa manía tuya de la puntualidad impecable.

—Bueno perdón por ser una persona responsable y puntual, tú deberías de aprender algo de eso Doiha…

—Así que de nuevo Tetsu dando cátedra sobre “la importancia de la puntualidad”, ya Tetsu, supéralo, ni siquiera hoy te puedes relajar.

—Y tú siempre tienes que estarme molestando verdad Yasunori.

—Esa es la razón de mi existencia, ya deberías saberlo.

—Sakura déjalo en paz, qué ejemplo le das a nuestros hijos.

—Les doy el mejor ejemplo de vida…molestar a los gruñones es la mejor diversión del mundo, verdad niños —agregó mirando a tres risueños pequeños que sólo reían al ver el gesto de su padre— lo ven.

—Ellos dirían que sí a todo lo que digas, por ser tú Sakura.

—Sí…quieren más a su padre que a mí…—interveno de nuevo el rubio que iba al lado del baterista…cantante de Rayflower y esposo del pelinegro por casi cinco años…se habían casado luego de un noviazgo secreto, siendo descubierto por el ligeramente abultado vientre del rubio que delataba sus tres meses de embarazo…hecho que le había acarreado mil interrogatorios de parte del resto de la banda preguntándole por el padre de la criatura y que provocó que el susodicho confesara todo y le propusiera que se casaran cuando su hijo naciera…aunque como las sorpresas eran infinitas, aquel embarazo resultó doble y tuvieron gemelos— en especial Hana y Zeru.

—Aww Taki claro que no, ellos te aman también a ti, sólo que les doy risa.

—Tú no das risa amor.

—Bueno pero tú sabes que los hijos siempre siguen a uno de sus padres más que al otro…pero no significa que no te amen.

—Es cierto Taki, si no le crees mira a Haru y Natsu, siempre pegados a Kiyo-chan y a mí ni me hacen caso —intervino el bajista haciendo un gran puchero…el cual volvió a ser reemplazado por una sonrisa al sentir a la bebé en sus brazos besar su mejilla…o mejor dicho, babear en un intento de besar— aww aunque mi princesa siempre está pegadita a mí.

—Bueno adelante todos, no vayan a creer que no quiero que entren, pasen —luego de dedicarles una sincera sonrisa a los presentes, se hizo a un lado para que entraran a la casa…sin embargo antes de poder seguirlos, un pequeño pero escandaloso grupo de personas más llegando captó su atención, y se quedó ahí para esperarlos.

—Por qué en ningún momento de tu vida puedes cerrar la maldita boca cuando se te ordena.

—Porque tú no tienes ningún derecho a callarme, soy mayor, y soy el líder así que ¡TÚ CÁLLATE!

—Y otra vez peleando ese par —habló el pequeño pelirrojo viendo discutir a ambos guitarristas…de nuevo.

—Ya sabes que siempre lo hacen Hyde, y también sabes que es inútil tratar de hacer que se calmen —respondió el pelinegro bajista con un pequeño niño de cabellos color negro muy similar a él de aproximadamente tres años, y una pequeña castaña tomada de su mano, de cinco años cumplidos un par de meses atrás…con la misma mirada y la misma sonrisa que el guitarrista principal de Dir en grey…de manera que con tan sólo verla se hacía completamente evidente quién era el padre de la pequeña.

—Cierto…pero bueno ya se cansarán…aww hola Kaori, hola Tomo-chan —saludó a ambos pequeños con una sonrisa amplia, recibiendo un “hola tío Hyde” de parte de los dos niños— aww son tan adorables…y bueno, saludaría también a Daichi pero él está dormidito como siempre.

—Es igual a su padre ya sabes —respondió el rubio baterista con una ligera risa, para después dedicarle una sonrisa al bebé castaño de dos años que plácidamente dormía en sus brazos…no podía apreciarse mucho debido a que tenía los ojos cerrados, pero a primera vista parecía tener algunos rasgos de sus dos padres.

—Es aún peor que Kyo lo sé…pero pasen pasen, Die y Kaoru ya entraron en lugar de saludarme…y justamente acaban de llegar Tetsu, Kiyoharu, Sakura y Takayuki.

—Y seguro Ken y Yuki llegarán muy tarde como siempre.

—Sí bueno es que Ken parece piedra cuando su cabeza toca una almohada, así que no hay poder humano que lo haga levantarse a tiempo.

—Y yo que creí tener problemas con Die.

—No Shinya, Die reacciona por ejemplo con un zape, en cambio ya ves lo que dice Hyde, Ken no despierta ni aunque lo tires de la cama.

En medio de una divertida pero no muy fuerte risa, los tres músicos se dirigieron hacia adentro de la casa, hasta la sala, donde se encontraban todos los demás…durante un par de segundos hubo tranquilidad en aquella habitación…sin embargo, un repentino grito de parte de ambos guitarristas de Dir en grey provocó que la pequeña Aiki, la hija de Tetsu que comenzaba a dormirse en brazos de Kyo, luego de mucho esfuerzo, Daichi, a quien apenas llevaba dormido Shinya y el aparentemente nervioso bebé que llevaba Toshiya, Tomoshisa, empezaron a llorar irremediablemente, en especial la más pequeña de los tres…lo cual a su vez, hizo que el hombre que recién trataba de hacerla dormir, frunciera el ceño, su rostro estaba completamente rojo pero al mismo tiempo aparentaba tranquilidad mientras depositaba a la niña en los brazos de su madre de nuevo…Kaoru y Die temían por sus vidas en ese momento, sabían que cuando Kyo se ponía así de tranquilo, estaba más furioso que nunca, y por desgracia se pudieron dar cuenta de la razón que tenían cuando el pelinegro vocalista se acercó con una mirada iracunda, y tomándolo de las orejas se los llevó a otra habitación lejos, después de todo no provocaría que los pequeños volvieran a asustarse…

—Uy cómo agradezco ser yo en este momento —dijo el pelinegro vocalista en cuanto se fueron, tratando de relajar la tensión…lo cual por fortuna había funcionado y recibió de inmediato risas de todos.

En seguida, algunos gritos a tres voces se escucharon a lo lejos, algunos en forma de palabras con una voz furiosa y otros sólo como un sonido delator del dolor, y un par de minutos luego de aquello fue el cantante el primero en hacerse ver de vuelta…

—Ni aguantan nada, cada día que pasan son más débiles, en lugar de hacerse más fuertes…con lo grandes que son, serán niñas.

—Siendo el victimario se dice tan fácil, tú no eres quien recibe los golpes de un enano endemoniado.

—Ya pues, cállense par de nenitas lloronas y dejen que los niños convivan de una vez, que para eso vinieron…así que niños, al salón corran corran —los animó el pelirrojo vocalista con una sonrisa.

—Nos habla así a pesar de ser el tranquilo —habló el guitarrista de cabellos del mismo color, mirando al más bajo de forma incriminadora.

—Lo sé…me encanta cuando los trata mal —intervino de nuevo el pelinegro con una gran sonrisa de satisfacción.

Después de aquella invitación de parte de uno de los dueños de la casa, la multitud de niños se dirigió alegremente al lugar que se les indicó, guiados por los niños mayores, es decir, los gemelos Yoshi y Mitsu, con ocho años cumplidos hacía muy poco y Niji, de seis. La pareja que faltaba llegó aproximadamente media hora después de que los demás lo hicieran, Ken y Yuki, cuya familia constaba, por el momento, por ellos y sus trillizos, Rai, Rei y Rui: de cabello negro los tres, ojos un tanto más claros, y la sonrisa del baterista. Los adultos se quedaron conversando en la sala mientras sus retoños, al menos los mayores de tres años, jugaban alegremente en el salón de juegos, entre risas y gritos animados, incluían a sus padres en algunos de sus juegos, que aunque a algunos no les interesaba mucho participar, igual tomaron parte en ello.

Horas pasaron jugando para que fueran llamados por sus padres a comer…donde una guerra de comida se inició por un aparente accidente: el guitarrista de L’Arc~en~Ciel alzó su cuchara con algo de comida en un movimiento algo fuerte, provocando que los alimentos en ella se dispararan hacia el rostro de su compañero vocalista…y Hyde, que no sabe quedarse quieto ante ningún tipo de agresión, le devolvió el proyectil, esta vez con más volumen, y haciéndolo detenerse en su cabello…desde ese momento los demás decidieron intervenir en aquella guerra. No resultaron heridos pero sí acabaron algunos esclavizados por los cantantes, dueños de la casa, para limpiar el desastre…y en otras circunstancias se hubieran negado a semejante humillación, pero estaban conscientes de lo peligroso que era uno de los vocalistas en su modo akuma, ahora que, pensar en tener a ambos enojados al mismo tiempo les hacía reconsiderar con mucha seriedad el “favor a fuerzas” que les pedían, después de todo, ninguno quería morir aún…después de aquello, y de que comieran pastel con helado, el pequeño Ren abrió los regalos que sus tíos le entregaban gustosamente. Recibió un libro de cuentos ya que amaba leer, un par de películas, algunos bloques para construir, de los cuales ya tenía una caja, pero ya le faltaban muchos, además de unos patines y una cámara fotográfica para niños, siendo éste último, estrenado justo en ese momento.Pasó otro par de horas para que los niños jugaran…pero la noche cayó por completo sobre la ciudad y todos los invitados se vieron obligados a retirarse, de pareja en pareja con sus respectivos niños, siendo Tetsu y Kiyoharu los últimos que quedaron.

—Bueno chicos gracias por invitarnos, pero creo que ya es hora de que nos vayamos también, Aiki ya está dormida y los gemelos no tardan en hacer lo mismo.

—Tienes razón amor tuvieron muchas emociones el día de hoy y necesitan descansar.

—Bueno, creo que esta noche, todos dormirán muy bien —terció el pelirrojo vocalista al ver a sus hijos también bastante cansados…sin embargo, al notar que el bajista y el solista se levantaban, estos de pronto se acercaron a sus padres con, aparentemente, muchos ánimos.

—¡Tíos tíos ¿podemos ir esta noche con ustedes?!

—¿Eh? Pero Mitsumi-chan, no les han preguntado a sus padres si pueden —tras esas palabras de parte del bajista, los niños corrieron esta vez hacia sus padres, suplicando con un pronunciado puchero en sus labios después de un “por favor” con una “o” muy alargada.

—Mmm no lo sé niños, qué tal si Ren-chan tiene pesadillas de nuevo.

—¡Nosotros le ayudamos a calmarse para no molestar a nuestros tíos!

—Tú qué dices amor —dijo de nuevo el pelinegro volteando a ver a su esposo, quien sólo se le acercó, abrazándolo por detrás.

—Pues lo que tú quieras está bien para mí mi amor…pero…—susurró esto último en su oído, de manera que no lo escuchara nadie más— ten en cuenta que si los niños se van nos quedaremos solos por una noche…una noche que, según lo que digas, puedo hacer que disfrutes mucho…—agregó con una voz coqueta, llena de sensualidad.

—¡De acuerdo niños! ¡Vamos por sus cosas!

Aparentemente en ese momento era el vocalista de Dir en grey quien parecía el más entusiasmado con la idea que sus hijos pasaran la noche fuera…y no era para menos, después de todo, las pesadillas del pequeño Ren y algunas otras eventualidades le habían acarreado tres semanas de abstinencia, por lo que ya estaba en su límite, si no desataba toda la pasión que llevaba acumulada, aguantar frente a sus hijos sería casi imposible. Así que lo más rápido que pudo preparó algunas cosas de los niños, entre ellas la pijama y un cambio de ropa para la mañana, cuando hubo tenido todo listo se dirigió escaleras debajo de nuevo, después de eso una cálida y amorosa despedida de parte de ambos vocalistas hacia sus hijos, un par de indicaciones, algunos besos, un te amo a cada uno, endulzado con un abrazo, y estuvieron listos para partir hacia casa de sus más queridos tíos. El pelinegro fue quien salió a despedir a sus amigos junto con sus hijos, y al verlos alejarse un poco de su vista se adentró de nuevo en su hogar para buscar a su esposo, ya que no se encontraba en el recibidor, ni en la sala donde lo había dejado…“la cocina” pensó, e igual de rápido se dirigió a aquella habitación para buscaro…sólo por un segundo, ya que ahí se encontraba él…se quedó un momento contemplándolo en silencio, le daba la espalda mientras terminaba de lavar algo, pero su mirada, por supuesto que no estaba precisamente en su espalda.

—¿Te vas a quedar ahí tan sólo mirándome? —El pelirrojo siempre se daba cuenta de su presencia, por más sigiloso que fuera…y aunque fuera algo aparentemente simple, eso era algo que amaba tremendamente, porque sentía que era como si el corazón de su esposo, pudiera escuchar los latidos del suyo y por eso lo notaba.

—Por supuesto que no…pero es que quién te manda estar tan bueno, me distraes.

Un ligero sonrojo y una leve risa nerviosa de parte del laruku le habían indicado que se sentía un tanto apenado…a esas alturas y seguía teniendo pena, eso también era algo que amaba de él, la inocencia que le demostraba a pesar de sus años de matrimonio, tal como si fueran un par de adolescentes que apenas comenzaron un noviazgo…pero a quién engañaba, él también se sentía así, porque cada vez que lo miraba era como si se volviera a enamorar de él, así de perdido de amor estaba por ese hombre, sólo por el, Hideto Takarai…

—Mi amor…—dijo de pronto rompiendo el momentáneo silencio que los pensamientos del pelinegro habían creado— ¿podrías esperarme un momento aquí? Tengo algo qué mostrarte pero debo prepararlo primero.

—¿Algo qué mostrarme? De acuerdo te esperaré bebé —no pudo negar que lo invadió un leve sentimiento de decepción, después de todo él quería aprovechar esa noche de otro modo más romántico y pasional…pero daba igual, pensó, tenían toda la noche…

Así que después de recibir un corto, pero inesperadamente sensual beso en los labios, miró a su hermoso pelirrojo salir de la cocina para dirigirse a subir las escaleras con algo de prisa…al principio se quedó con una enorme duda con respecto a lo que Hyde le quería mostrar, como para que fuera tan importante como para aplazar esa noche de sexo y amor que, ambos sabían y se habían dicho directamente, necesitaban casi con urgencia…no obstante lo entendió todo cuando aquella exquisita figura volvió a posarse frente a él…aquella figura del cuerpo de su esposo, la cual por supuesto, le pertenecía. A primera vista no se dio cuenta, pero después casi se golpeó a sí mismo por no haberlo notado, siendo algo tan notorio…su esposo estaba usando aquel traje rojo de colegiala que había usado hace algunos años para un evento de Halloween, organizado por él mismo…aquel traje que tantas fantasías le había fabricado en su mente, de las cuales muchas se cumplieron, pero al parecer estaba a punto de hacer realidad una más.

—¿De nuevo por aquí primor? ¿Tienes problemas de nuevo?

—Usted sabe que soy muy problemático Kyo-sensei…no lo puedo evitar.

—Entonces ¿será mi deber castigarte de nuevo?

—Justamente a eso me mandaron con usted.

—Sabes qué creo —una sonrisa ladina se dibujó irremediablemente en sus labios al momento de que su mirada recorría de nuevo aquel cuerpo por completo…la detuvo un momento en sus piernas y en seguida dirigió ambas manos a tomarlo por la cintura, acercándoselo por completo— que tú a propósito haces esas travesuras para que te castigue —le susurró al oído con una voz completamente sugestiva.

—Mmm podría ser…—respondió el pelirrojo con aquel mismo tono de voz, mordiendo un poco su labio inferior, llevando las manos a acariciar su pecho— me gusta que me castigue usted…sus castigos son deliciosos…—añadió con una sonrisa ladina.

—Y además de desobediente eres demasiado atrevido…sabes que esto te va a costar muy caro verdad.

—Estoy dispuesto a pagar el precio de mi mala conducta Kyo-sensei…ésta y todas las veces que sean necesarias.

De nuevo una sonrisa ladina, pero esta vez más descarado, se dibujó en los labios de ambos, de manera que lo que le siguió a aquellas palabras fue un beso…un profundo y apasionado beso que sin duda alguna le demostró al otro la pasión acumulada que sentía cada uno, el deseo que se habían visto obligados a reprimir, con todas la fuerza que poseían, e incluso la que no sabían que tenían. Pronto algunas caricias se unieron al beso, encendiendo cada vez más la temperatura de aquellos dos cuerpos que se fundían en un estrecho abrazo en medio de la cocina, y que tan sólo unos momentos después retrocedieron igual de juntos hasta toparse con la barra, donde el más alto depositó a su esposo sentado sobre ésta para poder dedicar sus manos libremente a recorrer sus piernas en caricias suaves pero certeras, ya que el más alto sabía con precisión qué puntos debía tocar para darle mayor placer.

Fue cuestión de minutos para que la ropa que cubría al pelinegro fuera abandonando su cuerpo paulatinamente conforme aquellas manos ajenas, expertas y desesperadas, lo fueron despojando de ella, igual que un par de prendas del pelirrojo también fueron arrojadas al aire de forma descuidada, terminando en algún lugar desconocido de la cocina. La pasión fue creciendo cada vez más, con cada caricia, cada cálido beso que se repartía en la piel ya descubierta, que se volvió aún más desesperada, imposible de mantener controlada un solo minuto más…una sola mirada completamente suplicante de parte del mayor fue suficiente para que su esposo entendiera lo que tanto quería y necesitaba…lo cual él también necesitaba, por lo que sin decir más, hizo caso a esa súplica silenciosa, casi por inercia, como si no fuera dueño de sus propios actos…y a quién engañaba, desde hacía mucho que él ya no era dueño ni de sus pensamientos desde el día en que aquel ángel que reclamaba como suyo, cayó en sus brazos…

Durante un pequeño momento ambos se quedaron inmóviles, el único sonido presente en esa habitación fue el de los jadeos que las bocas de ambos dejaban escapar…en seguida, cuando había sido suficiente para que el más bajo se acostumbrara a aquella invasión, ambos cuerpos comenzaron un lento y rítmico vaivén, era casi armonioso, de modo que los movimientos de uno complementaban los del otro. En tan sólo algunos segundos más aquellos movimientos se hicieron cada vez más rápidos y profundos, provocando que la cocina se inundara de fuertes jadeos y gemidos, mezclados con el nombre del pelinegro de vez en cuando, pronunciado por el pelirrojo con un tono de voz muy sensual, cargado de deseo. Esa voz se adentraba en su cabeza gracias a su oído, haciéndole estremecer debido al cálido aliento que logró percibir sobre su piel, en ese momento tan susceptible al tacto, incitándole a llegar cada vez más lejos, como si esas pequeñas palabras encendieran de forma desatada el fuego de su pasión…a esas alturas no sabía qué efecto tenía sobre él cualquier cosa que tuviera que ver con Hyde…sus adorables pucheros le ayudaban a conseguir cualquier cosa que le pidiera, tan sólo con esa expresión, una sola mirada le ayudaba a relajarse en sus momentos de mayor enojo…y en aquellos momentos, su seductora voz fue suficiente para hacer que perdiera la cordura y el poco control que le quedaba, moviéndose con tanta fuerza y rapidez que el mueble sobre el que se encontraba sentado el más bajo empezara a tambalearse peligrosamente, por lo que el menor decidió cambiar de lugar…después de todo, el lugar era lo de menos mientras pudiera seguir amando de aquella forma al dulce ángel amaba tan devotamente y que complacería sin importar nada más…

Algunas horas después, y luego de haber recorrido toda la casa, amándose en todos los rincones posibles terminaron en su amplia cama de sábanas negras…agotados por completo, pero abrazados con una sonrisa más que amplia y satisfecha. Respiraban muy agitados, jadeando un poco incluso, en una desesperada búsqueda del oxígeno que necesitaban para recuperarse, mientras el pelirrojo miraba con bastante atención el rostro de su esposo, los efectos que el orgasmo dejaba en él siempre provocaban que se viera más hermoso, y siempre solía observarlo en ese estado durante algunos minutos, acariciando su cabello de forma que se lo dejaba peinado hacia atrás.

—Amor…siempre me he preguntado…en qué piensas cuando me miras así cuando acabamos de hacer el amor.

—En lo lindo que eres —respondió con simpleza, dedicándole una dulce sonrisa.

—Aww ¿seguro que es a mí a quien miras y no una distorsión de mi rostro? Porque yo no soy lindo.

—Tienes razón… ¡eres hermoso! El ser más hermoso y más perfecto del mundo…por eso me robaste el corazón tan fácilmente.

—¿Y en serio fue tan fácil?

—Claro…no lo pareció porque yo no me quería dar cuenta de lo que de verdad sentía por ti, pero la verdad es que te amé mucho antes de lo que te imaginas.

—Igual yo a ti…me enamoraste desde el momento en que caíste en mis brazos por accidente… ¿lo recuerdas?

—Claro que lo recuerdo bien…antes de eso, nuestros encuentros siempre habían sido un tanto hostiles, las fans decían que nos odiábamos terriblemente…pero cuando volví a ver tus ojos ese día, me parecieron diferentes…tan cálidos y dulces.

—Y yo me quedé cautivado con tu rostro angelical, sonrojado al estar encima de mí de aquel modo…fue cuando me di cuenta de que eres un ángel…MI ángel.

—Para mí tú eres el ángel amor —luego de recibir un pequeño beso en la punta de la nariz, lo devolvió sobre su fente, haciendo más estrecho aquel abrazo— sabes amor estaba recordando algo más.

—Qué cosa recordabas bebé.

—Pues…el día en que nació nuestro lotito.

—Mmm pero recordabas las cosas buenas que pasaron…o…

—Recordaba sólo el momento en que lo conocimos por fin.

—…se fue un momento hermoso…

~FLASHBACK~

Una no muy numerosa multitud, aparentemente muy nerviosa se encontraba en la sala de espera del hospital al que habían llevado al vocalista de L’Arc~en~Ciel y al prófugo solista…los habían llevado a urgencias en ambulancias separadas, ambos estaban en condiciones bastante delicadas…aunque uno de ellos más que el otro. Pasaron un par de horas en que la ola de angustia e incertidumbre fue creciendo entre aquellos que se encontraban esperando a que algún doctor saliera para darles alguna noticia…y claro que uno de ellos era el más preocupado, por la salud de su esposo únicamente…no obstante su espera se vio recompensada por la llegada del doctor que siempre atendía a su amado, en ese entonces pelinegro, lo cual le hizo casi correr hacia su encuentro, después de todo en esta ocasión se sentía más ansioso y nervioso que nunca, ya que en los dos partos de sus otros hijos sí había podido estar presente, tomar con fuerza la mano de su esposo, darle tranquilidad con palabras de apoyo y endulzar la espera con algunos besos y pequeñas caricias. En esta ocasión no había podido ingresar con él en la sala de operaciones debido a la situación delicada por la que pasaban aquellos dos seres que tanto amaba, de manera que, como sus nervios eran los peores y más fuertes en toda la historia, había pasado esas horas dando pequeñas vueltas por toda la sala de espera, contagiando a los demás presentes con esos sentimientos…pero ahora podría saber cómo estaban su esposo y el bebé por el que tanto esperaba…

—Doctor, por favor dígame que todo está bien con mi esposo y mi hijo.

—Tranquilo Kyo-san, ambos están perfectos…tuvimos un pequeño problema debido a que el bebé estaba muy inquieto, incluso su corazón estaba muy acelerado, pero los trajeron a tiempo, así que no pasó nada que debamos lamentar, por lo pronto puedes ir a ver a tu esposo, no dejaba de hacer pucheros pidiendo que fueras a verlo.

—Aww ¡por supuesto! Iré de inmediato yo también estoy muriendo por verlo y conocer a nuestro pequeño…en qué habitación están.

—En la ciento cincuenta y ocho, ya le llevaron al bebé.

—De acuerdo gracias, ya voy…chicos podrán verlos en un rato —después de aquellas palabras, no espero un solo segundo más para correr hacia dicha habitación…llegó en sólo un par de segundos, golpeando suavemente la puerta antes de entrar, mirando a su esposo con una gran sonrisa, quien al verlo entrar le devolvió la sonrisa desde la camilla, con un pequeño bultito azul entre los brazos— felicidades mami bella.

—Aww mi amor…felicidades también a papi hermoso…anda ven acá.

—Mi dulce ángel…—con una sonrisa aún más amplia terminó de acercarse hacia la camilla, sentándose al lado de su esposo, abrazándolo fuertemente por el costado al mismo tiempo que depositaba un corto pero dulce beso en sus labios— aww…nuestro hijo mi amor…—una mirada completamente dulce se posó sobre el pequeño bebé que reposaba en brazos de su madre, tranquilo y con sus ojos abiertos, mirando al recién llegado con atención y curiosidad— hola pequeñito…soy yo, tu papá.

—Eres tan dulce corazón, y el bebé se parece tanto a ti —una sonrisa tan enternecida que la del más alto se dibujó en sus labios al ver a su pequeño apretando un dedo de la mano de su padre— por cierto… ¡no le hemos puesto nombre mi amor!

—Claro que no, él es mucho más hermoso… ¡oh! Es cierto bebé…cómo se llamará, al final ningún nombre te pareció lo suficientemente perfecto.

—Pero ya lo tengo mi amor…al ver su carita por primera vez lo supe…

—Y cuál es el nombre que es perfecto para nuestro bebé.

—En el primer momento que lo vi me recordó a una bella flor…porque es tan delicado, tan dulce…y como es tan parecido a ti, pensé en tu flor favorita…así que su nombre será…Ren.

—Aww mi amor…ese nombre es perfecto…

—¿Entonces sí te gusta?

—Me encanta…tienes toda la razón, es ideal para nuestro bebé.

—Nuestro bebé que es igual a ti…y que con ese nombre crea un vínculo más especial contigo…

—…l y yo ya tenemos un vínculo muy especial…—con aquella misma sonrisa amplia y llena de ternura sin borrarse de sus labios, acercó los mismos hacia la pequeña manita de su recién nacido hijo para darle un dulce beso en ella, admirando aún su delicado y precioso rostro…

~FIN FLASHBACK~

—Me sorprendió un poco la razón por la que decidiste llamarlo así, pero me sentí muy bien porque lo habías hecho pensando en mí.

—Es que Ren se parece mucho a ti…conforme crezca más se harán idénticos.

—Uy entonces será muy acosado.

—Sí claro…igual que Niji porque es idéntica a mí.

—Oye no, que a mis niñas nadie osará acosarlas, o contrataré un grupo de matones que se encargen de ellos…

—Ay amor eres tan celoso…pero no te atormentes por eso, apenas están en primaria.

—Debo ser precavido ¿no crees?

—Al menos espera algunos años más…después de todo, creo que durante algunos meses tu atención estará centrada en algo más.

—¿Eh? Y en qué más podría centrar mi atención…

—Bueno quizás no sea en qué…sino en quién…

—Bueno, en quién mi ángel.

—Te daré una pista y deberás adivinar —con una gran sonrisa y un ligero sonrojo en las mejillas, tomó una de las manos de su esposo que se encontraban en su espalda y la llevó con suavidad hacia su vientre, dejándola posada ahí— aquí.

—¡¿Eh?! Cómo que aquí… ¡OH! ¡Mi amor no me digas que…tú y yo…que tú y yo…de nuevo…! —Una gran sonrisa llena de pura felicidad y algunas lágrimas de emoción se asomaron por los ojos del pelinegro irremediablemente ante aquella noticia…un nuevo bebé venía en camino para la feliz pareja…un bebé que llegaría a traerles más alegría.

—Sí mi amor sí… ¡seremos padres de nuevo! —Respondió el pelirrojo con la misma expresión de felicidad en su rostro mientras se abrazaba fuertemente a su esposo en medio de algunas risas al recibir dulces besos de parte de su amado.

—¡Aww mi amor pero qué felicidad! ¡Otro bebé fruto de nuestro amor! ¿Cuánto tienes ya bebé?

—Pues tengo aproximadamente un mes y medio nada más mi amor, el doctor me dio la noticia hace unos cuantos días.

—¡Aww! Pues entonces te consentiré mucho y no habrá momento en que no te sientas querido y mimado, cumpliré todos tus antojos y tú no moverás ni un solo dedo.

—¿Como en mis otros embarazos? Me tratas como enfermo mi amor —dijo con una muy ligera risa.

—Claro, búrlate del esposo que te ama tanto y que por eso se desvive haciendo todo lo que quieres para que estés feliz y nuestro hijo nazca sano.

—Es lo menos que puedes hacer por poner ahí al bebé en primer lugar.

—Lo dices como si no disfrutaras…haciéndolo.

—Claro que lo disfruto…ay amor no seas dramático —de nuevo una pequeña risa se dejó escuchar por entre los labios del mayor al mismo tiempo que le repartía muchos pequeños besos por todo el rostro.

—No no, tendrás que hacer más que eso para que olvide eso tan ofensivo que dijiste de mí —habló con un tono de voz indignado, desviando la mirada para no verlo.

—¿Más de lo que hice esta noche para compensar todos esos días que pasamos tan distanciados el uno del otro?

—Obviamente… ¿en serio creíste que con sólo estas pocas horas será suficiente para compensar todos esos días que me tuviste en abstinencia? No señor, fue demasiado poco.

—¡Ah! No puedo creer que seas tan insasiable.

—Ya deberías saberlo amorcito…pero por el momento te dejaré descansar, el bebé lo necesita también, así que repon energía…y mañana seguimos —agregó con una voz bastante coqueta, guiñándole el ojo de manera seductora.

—Uy pero qué considerado eres, me dejarás descansar antes de seguir.

—Por supuesto…así que por ahora duerme mi amor, descansa mucho y sueña bonito.

—Tú también mi amor —dijo acurrucándose en su pecho— ten dulces sueños.

—Te amo demasiado mi dulce y bello ángel, te amo con todo mi ser, lo eres todo para mí, tú y nuestros cuatro…digo, cinco hermosos hijos.

—Yo también te amo, amor de mi vida, dueño de mi corazón y de todo mi ser.

Se dedicaron una última sonrisa completamente enamorada y cargada de todo el amor que sentían, en seguida compartieron un dulce beso en los labios, y tras abrazarse de nuevo, muy estrechamente para sentirse cerca el uno del otro, cerraron los ojos para empezar a dormir tranquilamente…después de todo, hacía cinco años que superaron los mayores obstáculos que podrían tener, revelaron los secretos que quizás hubieran podido separarlos, de manera que su amor fue creciendo con cada prueba superada, se fue fortaleciendo con las nuevas muestras de sinceridad y apoyo, y una vez más, como en la vida de cualquier persona, no sólo triunfó el amor de verdad en quienes lo sentían, sino que además cada quien recibió lo que merecía respecto a su persona, lo cual demuestra que, aunque a veces el destino nos haga tropezar, y tenga manera de actuar muy dolorosas, nos mostrará una valiosa lección y devolverá todo a su lugar correcto, como cuando dos personas nacen lejos la una de la otra, su relación inicia de un modo un tanto fuera de lo común y descubren que son almas gemelas, el destino hará todo por unirlas, si así debe ser…
Notas finales:

¡TA-RÁN! Espero les haya gustado mucho este fic, que lo hayan disfrutado tanto como yo lo hice al escribirlo, me divertí, sufrí, lloré por los personajes, y me emocioné con las escenas conmovedoras. Dedicaré este fic a Haitsu, Ale, que cuando leyó el primer capítulo me pidió que siguiera con él, y me hizo pensar que si se me ocurría una buena historia le seguía, y como sí la tuve aquí está, te quiero mucho onee-chan~ y a Kira, porque...sí -3- ok no, fue porque algunas de las cosas que están en este fic, los hice pensando en ella, corazona tú debes saber~ incluso en este capítulo algunas cosas me hacen pensar en ti,  gracias por mostrarme la luz cuando estaba atoradita, gracias por tu apoyo, te amo~ <3 no sé cuándo publique otro fic, ya veremos, pero sé que cuando lo haga estarán de nuevo siguiéndome, apoyándome, los quiero mucho, y pronto nos leeremos de nuevo, gracias por todo, besos a todos, dulces lunas, hasta luego...


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