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¡Princesa por accidente! por Lacrima Eterna

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Notas del capitulo:

Y aquí les dejo ¡el segundo capítulo! Agradezco mucho todos los reviews que recibí, la verdad es que me dieron muchos ánimos y me hicieron sentir bastante emocionada, ¡son todos tan tiernos por aquí! >w< 

Espero que este capi sea bien recibido también, ahora verán la venganza del hermano mayor, ¡muajaja! 

¡A leer!

Los días siguientes pasaron con una extraña tranquilidad. Loki no le había jugado ninguna broma a su hermano casi en una semana entera, lo que podría significar dos cosas: o estaba preparando una nueva gran broma o había descubierto un nuevo libro de hechizos. Por esta vez, era la segunda opción.

Luego de haberse aprendido hasta el último de los hechizos del libro que había estado estudiando y de haberlos practicado en su hermano, el joven hechicero había estado husmeando por nuevos retos en la gran biblioteca. Tras haber estado varios minutos buscando algo interesante, logró dar con un viejo libro de hechizos que estaba seguro de no haber visto antes, a pesar de haber leído todos los libros de esa sección.

Con curiosidad, lo cogió y lo llevó hasta la mesa más cercana, en donde tras quitarle el polvo que prácticamente había formado un campo de fuerza alrededor del libro, comenzó a hojearlo con dedos delicados, no fuera que de tan antiguo que era el libro sus páginas se pudieran romper.

Al principio no le llamó demasiado la atención, puesto que eran página tras página de un texto escrito en un idioma desconocido, pero luego sus ojos brillaron con curiosidad ante lo que se le presentaba. Eran hechizos extraños, con cierto tinte de oscuridad que atrajo a Loki con fuerza. Había desde hechizos de resurrección hasta de cambio de cuerpo, algunos eran especiales para matar a alguien sin que nadie pudiera percatarse de quién había sido y otros brindaban una protección especial que volvía al hechicero invisible a cualquier visión. Ciertamente, era un libro muy interesante.

Y desde aquel momento, Loki no había salido de la biblioteca nada más que para ir a comer y dormir, por lo cual el palacio se había sumido en una poco usual calma. Pero paralelamente, era esta misma calma la que tenía a Thor en un estado de alerta perpetua.

El joven rubio pensaba que Loki podía estar ideando una nueva broma pesada, y desconfiado con respecto a su hermano, se pasó todo aquel tiempo pensando en cuál sería una broma espléndida que le diera su merecido a su hermanito. Por pensar en esto, ni siquiera se concentraba con totalidad en los entrenamientos, y más de una vez terminó con una buena paliza (más en su orgullo que físicamente) por parte de sus amigos, quienes no entendían el por qué de la poca concentración de Thor.

Hasta que una tarde, finalmente, a Thor se le ocurrió una grandiosa idea. Sabía que Loki prácticamente se había enclaustrado en la biblioteca, y se imaginaba que por supuesto debía de estar muy concentrado con lo que fuera que estaba haciendo. Así que era muy sencillo: le daría un susto a su hermano. Era fácil, simplemente tenía que sorprenderlo aunque para eso, debía de tener una muy buena estrategia, pues sorprender a Loki era toda una proeza, y mucho más para él, con lo “ruidoso y estruendoso” que era, según palabras del mismo Loki.

Ahora sólo le quedaba planear cómo lo haría para sorprender al pelinegro.

Aquella noche, prácticamente casi no durmió preparando su travesura. Lo primero que se le había ocurrido había sido ocultarse durante la noche en la biblioteca y esperar a que su hermano apareciera, pero luego recordó que primero había que desayunar, y si él no estaba presente despertaría sospechas tanto en su padre como en su hermano. Descartó de inmediato el plan.

Luego, pensó en colarse muy silenciosamente, tanto como pudiera, en la biblioteca esperando a que Loki no le oyera, pero eso sería casi imposible. ¿Qué hacer entonces? Tal vez… Tal vez podría colarse en la biblioteca después de desayunar, si corría lo suficientemente rápido y sin que nadie se percatara, podría llegar antes que Loki a la biblioteca y sorprenderlo, ¡ya está! Eso haría. Al final, pensó, sería más sencillo de lo que creía.

A la mañana siguiente, Thor por poco se queda dormido debido al desvelo de la noche anterior. Apenas llegó llegar a tiempo a desayunar, un poco desarreglado aunque ya era normal verlo así, con los rubios cabellos cayendo alborotados sobre sus hombros y sus ropas un tanto desacomodadas. Cuando se sentó a la mesa su madre le llamó la atención por su aspecto tan desarreglado, pero nadie comentó más y se dispusieron a comer en silencio.

Loki estaba sentado frente a Thor, y jugueteaba ligeramente con la comida. A Thor le llamó la atención que su hermano se veía más pálido de lo normal, ligeramente diferente, aunque se imaginó tal vez a que se debiera a todas sus horas de encierro en la biblioteca. Sus padres no comentaron nada, y cuando Odin se levantó al fin, tanto Loki como Thor se pusieron inmediatamente de pie.  

–Iré a estudiar, con permiso madre, padre –susurró Loki, con voz cansada antes de girarse y marcharse hacia la biblioteca.

–Iré a entrenar, con permiso –dijo Thor antes de retirarse y salir corriendo por uno de los pasillos una vez estuvo fuera de vista. Había notado a su hermano bastante agotado y extraño, pero suponía que debía ser el cansancio. Mejor, así podría tomarlo desprevenido.

Corrió por varios pasillos, seguro de que Loki mantendría aquel paso cansado, y llegó rápidamente a la biblioteca, en la cual entró y se ocultó a la espera de que el pelinegro apareciera. Pasaron algunos minutos que para Thor fueron eternos, hasta que por fin la puerta se abrió y Loki entró en silencio. Cerró con cuidado y se dirigió hacia el fondo de la biblioteca, hasta la estantería en la cual estaba aquel viejo libro, y luego se sentó en una de las mesas del rincón más oscuro. Al rubio le llamó un poco la atención, notaba a su hermano extraño, percibía que no estaba con los mismos ánimos y energías de siempre. Parecía que estuviera caminando dormido.

Aún así, Thor no dejaría que su momento de gloriosa venganza se estropease, y se mantuvo oculto a la espera del momento adecuado. Loki no parecía haberse dado cuenta de su presencia y eso era un punto a su favor, así que tenía que aprovecharlo.

Pasaron así varios minutos, una, dos horas de paciente espera, hasta que Loki se puso repentinamente de pie. El pelinegro no despegaba la vista del libro, y en voz baja, empezó a susurrar lo que seguramente era un hechizo. Sin embargo, no pasó nada. El pelinegro suspiró frustrado, puesto que hasta ahora ninguno de los hechizos que en el libro salía le había dado resultado.

Ahora se encontraba frente a uno en apariencia sencillo y básico, el hechizo de cambio de cuerpo. No podía ser tan difícil, no para él. Le frustraba y molestaba notar que tal vez sus poderes no fueran suficientes, estaba cansado y agotado y por supuesto, con el autoestima baja por la falta de resultados. Intentaría ahora con éste, entonces.

Sobre la mesa, hizo aparecer una jaula con un pequeño roedor blanco dentro, el cual intentaría transformar en una serpiente. Mordiéndose ligeramente el labio inferior, volvió a releer el hechizo, buscando el máximo de concentración, enfocándose totalmente en la esencia oscura que aquel libro desprendía, bajando todas sus guardias para poder acumular todo su poder.

Cerró los ojos, y en voz baja, empezó a repetir palabra por palabra el hechizo, dejando fluir su poder, colocando ambas manos sobre la jaula aunque sin tocarla, concentrándose lo más posible por cambiar el cuerpo de aquel pequeño roedor. De sus manos pronto salió un leve destello verde, señal de que su poder se desplegaba. “Vamos Loki, puedes hacerlo”, se repitió mentalmente antes de pronunciar las últimas palabras.

En ese momento, en aquel preciso momento de máxima concentración, un grito y dos manos sobre sus hombros cayendo pesadamente, le hicieron dar un enorme brinco y por poco no sufre un infarto del susto, provocando que se llevara ambas manos al pecho de forma instintiva, como para evitar que su corazón escapara.

Un destello verde, demasiado fuerte como para ser soportado tanto por los ojos de Loki como de Thor, invadió la estancia provocando una especie de estallido. Ambos chicos terminaron en el suelo, tosiendo, aunque Thor ahora reía a carcajadas por la reacción de su hermano ante el susto.

– ¡Jajaja! ¡Loki, hermano, debiste ver tu cara! ¿Qué yo no podía jugarte una broma, eh? ¡Jajaja! –se burló Thor de forma infantil, riendo ante el grito de susto que Loki había soltado y ante su expresión de pánico.

Sin embargo, Loki no dijo nada y sólo siguió tosiendo y moviendo las manos. Una vez el humo se disipó, el pelinegro se puso de pie, notoriamente furioso, y se acercó a su hermano, tomándolo del cuello con fuerza mientras sus ojos brillaban de forma amenazadora.

Pero el rostro estupefacto de su hermano lo abstuvo de cualquier grito histérico así como de golpearlo con fuerza. La cara de Thor era un monumento. Loki, distrayéndose un poco de su ira, frunció el ceño preguntándose por qué le miraba de esa forma, y entonces, su mirada bajó a la mano que sostenía el cuello del rubio. Una mano frágil y pequeña, femenina. Loki lo soltó y se miró ambas manos con extrañeza, y cuando por fin su cerebro pudo procesarlo, corrió a mirarse en un espejo.

– ¡AAHHH! –El agudo chillido se escuchó por todo el palacio, o más bien, casi por todo el reino de Asgard.

Notas finales:

Espero que les haya gustado a todos, el próximo capítulo se viene con nuevas sorpresas y también misterios. Como saben, sus comentarios y críticas son bien recibidos, así como tomatazos, zapatazos, escudazos, un Loki amordazado, un Iron Man o un Capitán América también son bien recibidos *w* 

¡Nos leemos en el próximo capítulo!

Lacrima Eterna~


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