Había pasado una semana desde aquel primer ''incidente'' y no podía sacarme a Ruki de la cabeza ni por un instante. Incluso antes de levantarme ya me encontraba pensando en él. De hecho, tenía sueños húmedos en los que aquella cabellera rubia volvía a pasearse entre mis piernas...
-Akira, despierta...-Byou ronroneaba en mi oreja, y yo desperté bruscamente por ello-¿Qué estabas soñando?-
-Na...nada...-
-¿Seguro?-paseó su mano por mi entrepierna-¿Y por qué Aki-chan está tan feliz entonces?-sonrió de manera zorruna
-Ah...Byou...tú sabes...estas cosas pasan...por la mañana...-cerré los ojos, disfrutando de la sensación de contacto
-¿Ah, sí?-sentí como repentinamente quedé desnudo de cintura para abajo-Déjame arreglarlo, entonces...-
-Byou...no...aah...Tengo que ir a trabajar...-intenté apartarlo
-Pero si hoy no entras hasta la madrugada...-sonrió mientras paseaba su lengua por toda mi extensión
-Por...por favor...estoy muy cansado...-
-No te preocupes, ya lo hago todo yo...-se metió mi erección por completo en la boca y no pude contener los gemidos
-Ah...Byou...ahh...no...-
Me rendí, y me dejé hacer. No podía imaginarme que era Ruki el que me daba sexo oral, porque entonces acabaría gimiendo su nombre y eso sí que sería un problema. Tuve uno de los orgasmos más sosos de toda mi vida. Mi cuerpo se corrió, pero mi mente no estaba satisfecha, ni mucho menos.
Por eso, esa misma noche, fui a ver a Ruki. Iba de incógnito, no quería que Byou me reconociera, algo estúpido, por otra parte, ya que me reconocería aunque fuera vestido de Drag Queen. Busqué con la mirada por la pista de baile, pero no lo encontré, así que fui al baño. Tampoco estaba allí...a simple vista.
Desde uno de los cubículos se escuchaban perfectamente los gemidos semiahogados de alguien, a pesar de la música tecno, que sonaba a volúmenes estrambóticos. Tenía la esperanza de que fuera él. ¡Joder! ¡Ya estaba de nuevo con otro! Clavé las uñas en el lavabo, inutilmente, claro, porque solo conseguí que resbalaran.
Tras un par de minutos, un hombre de constitución fuerte salió de allí, me miró con cara de asco y desapareció. Me acerqué al cubículo pero antes de que pudiera abrir la puerta...él apareció.
-Oh, Reita...-se limpió la boca con el dorso de la mano, lo cual me hizo pensar rematadamente mal-¿Querías algo?-se dirigió al lavabo y se enjuagó un par de veces-Mucho mejor-se sonrió a sí mismo en el espejo
-Yo...queríahablar contigo de lo...lo del otro día-
-Sí, sí, no te preocupes, ya vi que tienes un lindo idilio con el Barman-
-Sí...sobre eso...-
-No le voy a decir nada. Está bueno, tiene pinta de follar bien, tienes suerte-
-Gra...gracias-
-Vamos, di lo que tengas que decir...-puso los brazos en jarras-No puedo quedarme aquí todo el día-
Bien, haría de tripas corazón.
-Quiero acostarme contigo-
-Sí, como todos, ¿y?-
-Pues eso...-
-A ver, cariño...-respiró hondo, como si le estuviera molestando mi presencia allí-Yo normalmente cobro por este tipo de cosas, ¿sabes? y tengo un caché bastante alto, de hecho. Yo y solo yo decido a qué clientes acepto y a cuales no. Y tú estás muy bueno, pero teniendo en cuenta tu historial creo que no voy a perder mi valioso tiempo con un eyaculador precoz-
-En...entonces tú... ¿Tú eres...?-
-Sí, cariño, soy puto, y me va muy bien. Así que, con tu permiso, Reita...-escupió mi nombre e intentó salir de allí, pero no se lo iba a permitir, así que lo agarré del brazo-Suéltame, por favor-
-Espera, te pagaré...Quiero contratar tus servicios, por favor-
-Creía haberlo dejado claro...-
-Por favor, quiero redimirme por lo de la última vez, te dejaré satisfecho, lo prometo-
-Acepto la proposición, entonces...-sonrió de medio lado-Pero no me vale un polvo en el baño... Vamos a un hotel... Dile a tu ''cariñito'' que tienes algo importante que hacer-se relamió los labios-Dentro de tres días... Tú haces la reserva... Quedamos aquí...en la esquina del local al caer la noche-
Cuando desapareció tuve que apoyarme en la pared para no caer. Una noche... completa... Con él...
Me había vuelto a poner duro solo con pensarlo.
Un pensamiento egoísta cruzó mi mente: ¿Estaría Byou en la barra ahora? A lo mejor podía ''arreglármelo''
Que asco me daba a mí mismo.
Salí del baño con mi problema sin resolver entre los pantalones. Ruki estaba en la barra... ¡Mierda, Ruki estaba en la barra! Me acerqué rápidamente y grité para que se me oyera por encima de la música:
-¡Byou!-
Se giró a verme y me sonrió ampliamente:
-¡Akira!-se acercó a mí y me besó durante un par de segundos-¿Qué haces aquí?-
-¡He venido a verte!-miré de reojo a Ruki
Me devolvió la mirada y se nos acercó:
-¡Oh, Byou, no me digas que este chico tan guapo es tu novio!-
-Ah, sí... Akira, él es Ruki, un cliente habitual-
-Encantado-murmuré entre dientes
-Igualmente-me miró con...¿deseo?-Ne, Byou, me tengo que ir, un placer verte de nuevo, pero tengo trabajo, que os divirtáis-
Sentí un pellizco en el trasero de su parte justo antes de irse. ¿Qué demonios pretendía aquel tipo? En cuanto se fue Byou se acercó a mi oído:
-Tengo descanso en veinte minutos, espera por mí-
-Claro-
Tomaría el cuerpo de Byou, pero mi mente no estaría puesta en él. Por qué, por qué...
Aún me faltaban tres días... Tres agónicos días para desahogar toda mi frustración sexual. No pensé en las consecuencias, no pensé en nada. Toda mi razón se nubló. Solo pensaba en Ruki.
El ''día 0'', por así llamarlo, le dije a Byou que tenía que trabajar, pero que lo acompañaría hasta el local antes. Lo dejé en la puerta del mismo, lo besé, y en cuanto me di la vuelta, Ruki ya estaba allí.
-Oh, por un momento pensé que querrías un trío, A-ki-ra-
Él conocía mi nombre...pero yo el suyo no. Eso me molestaba. Akira era como Byou me llamaba, no, no podía llamarme él también así... Necesitaba colocarlos a ambos en lugares apartados de mi mente.
-Lo siento, Byou es...-
-¿Cuánto lleváis?-me interrumpió
-Algo más de un año-
-Wou, eso es mucho, ¿Vas a joderlo todo por mí?-
-No...no lo sé...-
-Bueno, a mí me es igual, yo cobro de todas formas, y Byou no es mi amigo, solo un tío sexy del local donde trabajo-
-Mm...-
-Bien, ¿a dónde vamos?-
-Ah, sí...hotel Central Takamasa-
-Ou, es caro, me esperaba algo de mala muerte como una habitación temática en ''la colina del amor''-
-No soy de ese tipo...-
-Ya lo veo, vamos...-
Estaba de lo más nervioso, temía no aguantar de nuevo... Pero esta vez sería diferente.
Unas pastillas azules en mi bolsillo me ayudarían...