Después de una larga noche de reflexión en mi querido antro, si se me permite el cumplido a tal putrefacto y a la vez glamuroso local... Decidí que no podía esperar por encontrar a un compañero de piso. Necesitaba dejar de estar solo. Así que me dispuse a redactar un anuncio:
Se busca compañero de piso para apartamento grande y luminoso en el centro. Alquiler negociable. Se admiten animales. Abstenerse personas aburridas, a las que no les guste salir, beber, fumar y follar. Soy un chico joven y guapo, quiero fiesta y todas las cosas anteriores, repetidas veces. Soy profundamente gay en este momento de mi vida, así que por favor, locas histéricas no.
Llamar al siguiente número:
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Mal, mal...parezco un viejo rockstar arruinado que sigue pensando que es el ombligo del mundo... Repetimos:
Se busca compañero de piso para apartamento grande y luminoso en el centro. Alquiler negociable. Se admiten animales. Busco una persona tranquila y amigable con la que pasar buenos momentos de mi vida. Se valorará una personalidad amigable y dulce. Amistad y lo que surja.
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Dios, aquí parece que estoy desesperado... Como en esas agencias de citas.
A la mierda, nada personal:
Se busca compañero de piso para apartamento grande y luminoso en el centro. Alquiler negociable. Se admiten animales. Llamar al siguiente número:
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Así se queda. Imprimí unos cuantos y los repartí por la ciudad. Cuando aún me quedaban unos cuantos, pasaba por la tienda de animales y pude ver a Manabu fuera, limpiando los cristales del escaparate.
-Pero que chico más bueno tenemos aquí-sonreí, y tuve el impulso de tocarle el culo, dado que estaba algo agachado, pero por suerte me contuve-¿Qué, haciendo las tareas?-
-Oh, Kojima-san-se giró a verme e hizo una pequeña reverencia, quitándome las perfectas vistas que tenía-¿Qué hace por aquí? ¿Cómo está Lycaon?-
-Lycaon está perfectamente, durmiendo en casa-sonreí-Estoy colgando carteles, busco compañero de piso, ¿te interesa?-bromeé
Tomó uno de mis anuncios y lo leyó.
-Creo que a mi madre no le gustaría que dejara mi casa pero...tengo un amigo al que podría interesarle-sonrió maravillosamente
-Si es como tú aceptaré encantado-
-Bueno pues yo le avisaré, mucha suerte-se inclinó una última vez y entró a la tienda
Un amigo suyo, ¿eh? ¿Cómo sería...? ¡Maldita sea, no me había dicho ni el nombre de ese chico! En una semana tres personas respondieron al anuncio:
La primera persona que vino fue una chica joven, universitaria tal vez. Bajo todas las capas de ropa que llevaba podía adivinar que tenía una bonita figura. Llevaba el pelo recogido con muchas orquillas y unas gafas de tamaño considerable cubrían su rostro. Parecía una pequeña ratita de biblioteca, realmente adorable.
-En...Encantada...Soy Miyuki-se inclinó y sonrió timidamente-¿Me...me recuerda...? Hablamos por teléfono-
Cierto, y había sido una conversación de lo más agradable, había quedado con ella ese día para enseñarle la casa.
-Por supuesto que te recuerdo-sonreí yo, quería que entrara en confianza-Es un placer conocerte en persona-le tomé la mano y le di un beso en ella
-Ah...ah...-pobre, no sabía qué hacer, se puso roja hasta las orejas-I...igualmente-
No me interesaba convivir con ella realmente, creo que saldría corriendo de casa a los dos días. Así que pensé en acelerar el proceso... No me vendría mal jugar un poco...
-Bueno, pues esta es la casa, y...-caminamos un poco y abrí una puerta-Esta sería tu habitación... Aunque parece que Lycaon te ha robado la cama-tomé al gatito entre mis brazos y lo acuné-Es que es muy cómoda-me recosté y puse a Lycaon a mi lado en la cama-Ven aquí con nosotros y pruébala-
-No, no es necesario...-
-Oh, vamos, no seas tímida, que no muerdo-la tomé de la muñeca para que viniera conmigo-Mira, a Lycaon le gustas-observé al gatito que ronroneaba junto a ella-Es todo un seductor como su dueño-
-E...eso está bien...-
-Sí, y dime, Miyuki, ¿qué estás estudiando?-le quité las gafas suavemente y las dejé en la mesilla, quería ver sus ojos
-Ah...ah...In...ingeniería informática-
-Oh, una chica lista...-sonreí-Y guapa, además-
-Gra...gracias... ¿Y tú a qué te dedicas?-
-Soy barman, ya sabes...-pasé un brazo por sus hombros y la apegué a mí-Sirvo copas y rompo corazones-
Me acerqué más a ella y cuando estaba a pocos milímetros de ella me separó.
-Creo que...no es el piso ideal para mí...se...seguiré buscando-salió de casa cogiendo sus gafas de la mesilla
-Vaya... Se ha asustado-cogí a Lycaon y lo puse sobre mi pecho-¿Tan feo soy, peque?-le hice un puchero y me lamió la nariz-Tú eres el único que me quiere-
Estaba jugando con él y haciéndole cariñitos cuando sonó mi teléfono:
-¿Dígame?-
-Hola, estaba interesado en el asunto del piso...-
Un chico joven, genial...
-Oh, claro, ¿querrías pasarte a verlo? ¿Cuando te viene bien?-
-Ahora mismo si es posible-
Me sorprendió.
-Mm, claro, te doy la dirección-
Después de indicarle me colgó, sin siquiera decirme su nombre. Parece ser que tendría visita después de todo.
Pasaron unos veinte minutos cuando sonó el timbre. Abrí la puerta y tuve una visión de lo más angelical. Un chico de unos veinte años, con las maletas en la mano. Tenía el pelo teñido de castaño claro, peinado con las puntas hacia fuera. Vestía una camisa punk con cadenas, calaveras y esas tonterías, además de unos pantalones tan pegados que podía ver marcada TODA su anatomía. Las botas militares finalizaban su atuendo. Era mono, realmente mono.
-Hola, soy Rui-dejó la maleta en el suelo y me extendió la mano
-Byou, encantado...-me relamí los labios
-Me gustaría instalarme ahora, si es posible-
-Pero si ni siquiera has visto la casa-
-Da igual, necesito un sitio urgentemente, te firmaré un talón-sacó la cartera
-Relájate, ya tendremos tiempo para eso, ¿no serás un fugitivo buscado por la justicia o algo así?-
-Por la justicia no, pero mis padres matarían por saber donde estoy-
-¿Eres menor?-
-Cumplí los veintiuno la semana pasada, por eso me he largado de casa, no les aguanto más. Manabu me dijo que buscabas compañero de piso y...aquí estoy-
-Oh, entonces tú eres su amigo-
-Sí, ¿te esperabas otra cosa? Somos vecinos, lo conozco desde que éramos pequeños-
-No, no...eres mucho mejor de lo que me esperaba-sonreí-Bueno, estás en tu casa, bienvenido, Rui-
-¿Entonces puedo quedarme?-
-Por supuesto, déjame enseñarte tu habitación-
Lo acompañé hasta allí y dejó una ''maleta'' más pequeña sobre la cama.
-Solo una cosa...-la abrió y pude apreciar una cabecita peluda, era un precioso gato atigrado-Esta es Maru-sonrió mientras la cogía en brazos
-Oh, es preciosa...Yo...yo tengo un gatito-
-A lo mejor podrían tener crías, cuando ella tenga el celo-
Sí, o a lo mejor podríamos tener crías él y yo, porque... ¡Joder, cómo estaba el niñato!