Rui dejó a Maru sobre la cama para que caminara un poco y empezó a sacar sus cosas de la maleta grande para ir ordenándolas en los armarios. Cogí a la gatita en brazos pero no dejé de mirarle a él. Cada vez que se estiraba para coger algo su camiseta subía un par de centímetros y me dejaba ver su abdomen. Perfecto, con los músculos definidos y dejando ver sus boxers de marca por debajo de su ombligo.
¡Jo-der! ¿Este niñato estaba esculpido en mármol o qué?
-Nyaa...-Maru se revolvió entre mis brazos, y tuve que prestarle atención a ella en lugar de a su dueño
-Nyaa~-otro maullido se escuchó en la casa, era Lycaon que entraba a curiosear a los nuevos inquilinos, comenzó a arañar mi pierna, pidiendo atención
-Parece que alguien está celoso-me agaché hasta llegar a la altura de mi pequeño gatito-Mira, Lycaon, esta es Maru, y se quedará con nosotros a partir de ahora...Tienes que llevarte bien con ella-
Lycaon ronroneó contra mí sin ponerle el más mínimo interés a Maru. Creo que aún no está en edad...
Pero yo sí... Así que Rui, tú no te escapas de esta casa sin un buen polvo.
-Byou, ¿cierto?-me miró y me levanté, dejando a la gatita en el suelo-Creo que iré ordenando lo que me falta a medida que lo necesite, porque estoy agotado, ahora me gustaría dormir un poco-
-Oh, por supuesto, ya me voy, si necesitas algo solo dímelo-
Salí de la habitación y no supe nada más de él en el resto del día. A la única que vi fue a Maru-san investigando la casa. Pero ni rastro de Rui.
A la mañana siguiente, me desperté a eso de las doce del mediodía. Había vuelto a las seis de la mañana de mi turno de noche, por lo que había dormido poco, demasiado poco para mi gusto... Así que fui a la cocina con cara de zombie hambriento y pude ver a Rui desayunando tortitas tranquilamente.
-Un poco tarde para despertar, ¿no?-
-Déjame en paz, tú aún estás desayunando, y ayer estuviste todo el maldito día durmiendo-no soy borde, tengo sueño
-Llevaba dos días durmiendo en la calle, ¿cómo no iba a dormir todo el día? Y llevo despierto desde las nueve, pero me gusta desayunar tarde...-
Miré su plato y se me hizo la boca agua.
-También he hecho para ti-dijo, señalando la encimera
-Oh, que chico más majo, si hasta cocinas-tomé el plato y lo llevé a la mesa-Pensé que tendría que hacerlo todo yo como si fuera tu mamá-
-Sí...sobre eso... habrá que organizarse, un calendario o algo, para las tareas...no sé que horarios tienes-
-Trabajo por la noche, en una discoteca-
-¿Ah, sí? ¿En cual?-
-En la discoteca Tecno del centro-
-Oh, genial, ¿debería ir entonces algún día a visitarte?-
-Claro, te invito a una ronda-le guiñé el ojo y me senté frente a él, mientras empezaba a partir mis tortitas-Es un buen local para divertirse-
-¿Y qué tal es para...conocer gente, ya sabes?-
-Depende de qué tipo de gente-
-Chicas, chicas fáciles, Byou-
Me quedé un poco descolocado por esa respuesta, pero respondí rápidamente para no levantar sospechas.
-Oh, haberlo dicho antes, furcias everywhere, de eso siempre-
Mierda. Es hetero. Mierda. Mierda.
-Genial...y...algo que quería preguntarte... A ti.... ¿no te importa si traigo alguna chica a casa, verdad? Solo cosa de una noche-
-Mientras no hagáis demasiado ruido y me dejéis dormir, bien-sonreí de manera forzada, claro que me molestaba si traía chicas a casa, no quiero guarras andando en tanga por MI casa
-No puedo garantizarlo pero...lo intentaré-me devolvió la sonrisa
Fue un desayuno agradable...Rui era buen conversador para la corta edad que tenía. Me contó algunas cosas sobre él, que se había graduado con honores en un colegio privado, pero que no quería estudiar más, porque lo que él quería realmente era viajar por todo el mundo y trabajar en lo que fuera.
Un bala perdida, genial, Byou...Eliges bien, ¿eh?
También me dijo que había dejado a su novia hace poco precisamente por sus ansias de irse a otro lugar, y que probablemente no se quedaría mucho tiempo aquí, solo hasta que pudiera ahorrar lo suficiente para irse a otro lugar, pero yo le dije que no me importaba, que podía quedarse el tiempo que fuera.
No necesitaba mucho tiempo para cumplir mi objetivo, de todas formas.
Esa tarde, fui a hacer unas compras y cuando volví me encontré tanto a Rui como a Manabu sentados en el sofá, jugando a los videojuegos que al parecer Rui había traído consigo porque yo nunca he sido muy... ¿Gamer? Lo que sea, el caso es que estaban d elo más felices aporreando los botones del mando.
-Oh, Kojima-san-Manabu se alteró un poco al verme-Espero que no le importe que viniera...etto...Rui me invitó-
-No te preocupes, Manabu, estás en tu casa-
-Mu...muchas gracias-sonrió tímidamente y volvió a mirar a la pantalla
Entonces me di cuenta de que Lycaon reposaba sobre el regazo de Manabu, al parecer muy cómodo, tanto como en el mío propio. Definitivamente este chico tenía vocación para los animales.
Rui ni me saludó, maldito niño malcriado... Llegué a la cocina y dejé la compra en la nevera. Finalmente habíamos acordado un calendario con las tareas de la casa y esa noche me tocaba cocinar a mí.
Vale, no tenía ni idea de qué le gustaba al niño para comer... Así que me vi obligado a ir al salón a preguntar.
-Esto... Rui, ¿qué quieres cenar?-
-Lo que sea, no tengo mucha hambre-no apartó los ojos de la pantalla
-Manabu, ¿te quedarás a cenar con nosotros?-
-Oh...no...no quiero ser una molestia-
-Para nada, llama a tu madre y quédate... Ah, Rui, yo hoy entro a las diez, volveré de madrugada-
-¡Oh, oh!-puso el juego en pausa-¡Llévanos!-
-¿Qué? Manabu aún es pequeño como para entrar a ese lugar-
-Oh, vamos, Byou, seguro que puedes hacer que lo dejen pasar...-
-Dios...vale-me llevé una mano al rostro-Ya no tengo edad para hacer esto-
-Oh, vamos, seguro que en tus tiempos te hubiera encantado conocer al barman de una discoteca guay-
-¿Cómo que ''en mis tiempos''?-lo miré mal, muy mal
-Bueno, cuando eras menor-
-Eso está mejor-
-¿Entonces nos llevas?-
-Si no montáis ningún escándalo, sí-
-¡Bien! ¡Party hard! Ne, Manabu, esta noche te voy a buscar una tía buena para que te desvirgue-
Alcé una ceja. ¿What? Pobre, inocente y dulce Manabu, Rui lo llevará por el mal camino.
-Rui, no...es necesario-
-Oh, sí que lo es-le pasó un brazo por los hombros-Verás cómo nos vamos a divertir-
Después de cenar tuve un miedo terrible a lo que pudiera pasar. ¡No quería hacer de niñera! ¡Tenía que trabajar! ¡Yo solo quería emborrachar a Rui y traerlo a casa para tirármelo salvajemente sobre la cama! Y en lugar de eso tendría que cuidar de que Manabu siguiera virgen y de que Rui no se follara a ninguna putilla de nueva generación en los baños.
Cómo cambian las cosas solo con la aparición de alguien nuevo en tu vida, ¿eh? Hace dos días todavía lloraba como un niño desconsolado...
Me gusta esto, me siento fuerte, y la noche promete, a pesar de todo.