Me estaba arreglando la corbata frente al espejo, toda la gente estaba totalmente arreglada como si fueran a una gran boda… bueno lo era, mi boda… Mi hermosa boda con Daniel Wolf, Naoko entró y voltee a verla, ella me sonrió mientras venía con algo en sus manos.
-Esto, es mi regalo de bodas, traído desde Japón- Extendió sus manos mostrándome un prendedor con forma de una rosa, lo puso en mi saco quedando en donde se suponía iría una rosa de verdad, le sonreí y le di un gran abrazo.
-¿Cómo sabías que lo quería?-
-No sabía que regalarte así que le pregunte a Daniel y él me dijo que tú lo querías-
-Enserio, muchas gracias- La volví a abrazar, seguí arreglándome y ella me peinó completamente hacia atrás.
Me tardé una hora arreglándome, me quería ver espectacular en mi boda, no muchos asistieron, no porque no hayan querido sino que nosotros queríamos algo íntimo, miré por la ventana y la gente se estaba sentando en las sillas adornadas que estaban en el jardín, faltaban unos veinte minutos para la boda, por lo que me apresuré y tomé los pequeños ramillete de rosas azules con blancas y me puse perfume (regalado por Frank, dijo que era con algo que excitaba a los hombres, no le puse atención cuando empezó a hacer movimientos sugerentes con la silla.
Baje las escaleras y Mariana hizo una señal a los músicos, comenzaron a sonar la típica canción de bodas con violines, violonchelos, un piano de cola y demás, mi corazón está latiendo rápidamente, todos se levantan para recibirme y cierro los ojos tratando de no salir corriendo por el pánico, Naoko me toma del brazo dándome seguridad y sonreímos, comienzo a caminar rumbo al altar mirando a todos, quienes me sonreían y algunos sorprendidos, y hasta enfrente, está el, vestido con un traje negro que lo hacía resaltar su cabello… ¡su cabello! ¡Lo tiene corto! Me detengo ante la sorpresa, el que me estaba sonriendo ahora pone su cara seria, me di cuenta que ahora todos me miran, y mejor sigo caminando hasta llegar hasta él y saludar al padre.
-Creí que te estabas arrepintiendo- Dijo Danny a quien le di el otro ramillete de rosas, voltee y le sonreí.
-Me impresionó tu corte de cabello- Dije poniéndome derecho, el padre comenzaba a buscar lo que iba a decir.
-¿Te gusta? Me lo hice hoy-
-Me encanta-
-Bien, hermanos y hermanas hoy estamos juntos para presenciar la unión de esta pareja en sagrado matrimonio…- El padre comenzó con la ceremonia y todos tomaron asiento. En toda la ceremonia nos mirábamos Danny y yo mientras que el padre seguía dando el sermón.
-Pueden decir sus votos-
-Yo, Daniel Wolf, acepto ser tu esposo, si bien no seré el mejor del mundo, quiero ser el mejor para ti, quiero estar a tu lado en los buenos momentos tanto en los malos, quiero cuidarte en la salud y hacerlo el doble en la enfermedad, quiero estar a tu lado pase lo que pase, así como lo he hecho toda mi vida, y quiero que siga siendo así. Te amo- Lo último lo dijo en un susurro que solo el padre y yo escuchamos, yo le sonreí.
-Yo, Jack T. Blackwell- Inventé ese nombre para poderme casar con Daniel debido a que somos hermanos-acepto ser tu esposo, si bien sé que no eres el mejor del mundo, en el mío si lo eres, eres el mejor para mí y yo quiero ser lo mejor en tu vida, acepto estar contigo el resto de mi vida en la salud y en la enfermedad, riqueza y pobreza, en las buenas y aun más en las malas, espero ser tu apoyo y tú seas el mío, quiero compartir mi vida contigo y espero tu desees eso. Yo te amo más- Ambos sonreímos y el padre siguió hablando, Daniel tomó mi mano y la acaricio entre las suyas.
.-Y ahora les declaro… Marido y….marido, pueden besarse- Terminó de decir el padre, Danny me tomó del rostro y me dio un beso pausado, uno pequeño pero muy significativo, el primer beso en el matrimonio. Todos aplaudieron y caminamos por el pasillo entre las sillas todos nos seguían sonriendo y festejando, al final, Danny y yo lanzamos los ramos a la gente y quienes los atraparon fue Elvira (Amiga de Danny y Alex) y Mariana quienes sonrieron y se fueron con sus novios. Todo ya comenzaba a agilizarse y nos tomábamos fotos con los amigos, fuimos a la carpa con mesas y sillas, todos comenzaron a tomar las copas y brindamos, el grupo musical se mudó cerca y tocó Canon en D mayor mientras que Daniel y yo bailábamos juntos mientras todos bebían vino y champagne, todo fue hermoso, jamás había sentido tanta felicidad.
Todo ya es felicidad.