El viernes me quede a esperarlo, pero él jamás llegó, estuve esperándolo cerca de una hora, incluso le hable a mi mama para que no fuera por mi. Después me canse y camine hasta donde la última vez Jong y yo tomamos el camión con olor desagradable, aunque solo fue una vez, yo recordaba todo a la perfección.
El semáforo se puso en rojo, y fue entonces que voltee a un lado viendo toda esa gente pasar, entre la multitud pude apreciar la figura de Jong, y junto a él iba un chica de cabello largo, ella era muy bonita, al ver como ella lo tomaba de la mano, algo dentro de mi se partió en dos, una sensación de furia y tristeza comenzó adueñarse de mí, sentía como si trajera algo atorado en la garganta y se negaba a pasar, quería llorar pero las lagrimas no se hicieron presentes en mis ojos. Yo no entendía que era lo que me sucedía, seguramente moriría y esa era la agonía.
Había leído muchas veces en libros lo que era la muerte y todos describían que en la agonía sentían frustración, dolor y todas las demás emociones que estaba experimentando en ese momento y que nunca en la vida había conocido.
Llegue a mi casa, cerré la puerta y corrí hacia mi habitación, así al menos moriría en mi cama. La lluvia comenzó a hacerse presente y salí al balcón, me senté en la silla y aprecie el bonito espectáculo que las gotas de agua me ofrecían, no llegue a mojarme pues el balcón estaba techado. Fue entonces que comencé a llorar y esa cosa en mi garganta apareció una vez más.
Regrese a mi cama y el insistente sonido del timbre comenzó a sonar, no tenia ganas de ir a abrir, pero aun así camine hasta le puerta y la abrí. A mi mamá se le habían olvidado las llaves en su estética.
-¿Qué ha sucedido? -preguntó para luego darme un abrazo.
-Mamá, me voy a morir- comencé a llorar de nuevo. Ella jamás había visto una lagrima salir de mis ojos, solo me había visto llorar cuando era un bebe o ella era lo que me decía.
-Tranquilízate… tranquilo -comenzó a balancearse de un lado al otro hasta que logro que dejara de llorar.
Una vez que me encontré tranquilo, comencé a explicarle las razones por las cuales yo creía iba a morir, le dije todos mis síntomas y con que frecuencia ocurrían. Al escuchar todo simplemente sonrió y dijo que yo no iba a morir y que no me preocupara, que eso le sucede muy a menudo a adolecentes de mi edad.
Al poco rato yo me fui dormir.
los días se me hicieron muy rápidos ya era 22 de septiembre y seguía lloviendo mucho allá afuera, solo esperaba que Jonghyun no se mojara y le agarrara alguna pulmonía, la chica se podía morir, realmente no me interesaba ni siquiera un poquito
***
Nunca en mi vida había dormido tanto, eran las once de la mañana y apenas estaba despertándome, me dolía horrible la cabeza, así que decidí tomarme un ketorolaco para el dolor, días antes había comprado una cajita, el mismo día que fui al medico, para ver que enfermedad era la que se apoderaba de mi cuerpo, él simplemente me indico esa medicina. Busque para que servía en internet y descubrí que no era más que un analgésico.
Me bañe y me arregle lo mejor que pude, puesto que ese día era especial, según mi mamá y otras personas, ya era sábado. Y el 23 de septiembre significaba, pastel y muchos abrazos.
Baje a la sala y desde las escaleras olía a dulce, seguro que mamá estaba horneando ya el pastel.
-Mamá, esta vez realmente huele delicioso -le hice saber al entrar en la cocina.
Junto a mi madre se encontraba Jonghyun, quien me miraba atentamente, yo aparte la vista rápidamente buscando a la de mi mamá, quien sonreía al verme. Deprisa corrió hacia mí y me abrazo muy fuerte. Me deseo feliz cumpleaños, me dio un sonoro beso en la mejilla aunque le costo un poco de trabajo y al final tuve que inclinarme.
Luego le siguió Jong, también me deseo feliz cumpleaños y me abrazo fuertemente. Y ahí estaban los síntomas de mi “rareza”, el corazón estaba acelerado y el mismo hormigueo en mi estomago apareció de nuevo. Me tomó de la mano y comenzó a dirigirme a la sala, tomó una bolsa y la acerco a mí. Rápido comencé a abrirla, adentro había un muñeco de felpa, era un conejo con moño rosa y realmente estaba hermoso.
-¿Te gusta? -me pregunto Jong.
-Mucho…- me quede pensativo, no sabía como se llamaría, pero luego se me ocurrió de la nada- Honey será su nombre… -lo abrase con fuerza, era tan suave y peludito.
Jong sonrió al verme, durante todo el día no me despegue de Honey.
Eran las cinco de la tarde y ya habían llegado mis abuelos, el pastel ya estaba listo solo que las decoraciones le faltaban, pero de eso siempre se encargaba mi abuela. Partimos el pastel y luego entre los cinco lo comimos.
Llegaron las ocho de la noche y mis abuelos decidieron irse, puesto que vivían muy lejos y les costaba venir a la casa. Mamá se ofreció a llevarlos, después de todo ella tenía carro, y así fue. Finalmente mamá hablo para decir que no llegaría, puesto que la tormenta había causado estragos en gran parte de la carretera y se le haría complicado el regreso.
Jonghyun y yo nos encontrábamos en mi habitación, la señal de la televisión era inservible, y no prendí la computadora por que leí que si la dejas conectada o encendida cuando hay tormenta y además esta relampagueando puede llegar a descomponerse. Así que Jong y yo nos limitamos a jugar ajedrez, siempre era yo el vencedor, nunca me cansaba de jugar ajedrez.
-Ya me canse de que siempre me ganes. Ya no juego. -declaró Jong cruzando los brazos.
En ese momento un relámpago se hizo presente y dejo la habitación y el resto de la casa a oscuras, a tientas busque la mano de Jong y me ferre a ella, el hizo lo mismo. Esa sensación de estar completo se apodero de mí, no lograba entender que era lo que sentía, pero me agradaba mucho.
-La oscuridad no come -me dijo. Muchas de las cosas que Jong decía, yo no les encontraba sentido ni lógica, así que cada vez que el decía algo al día siguiente investigaba o le preguntaba a mamá a lo que se refería.
Aun seguía tomando a Honey de la mano y a Jong igual, no quería que ninguno de los dos me soltara, después de un rato regreso la luz, decidí irme a dormir y Jong también se quedo ahí, le aviso a sus padres que no regresaría y sus papas accedieron a que se quedara a hacerme compañía.
-Esa chica que mire contigo cuando regresaba a mi casa… ¿es tu novia? -le pregunte, pero evite mirarlo, por si la respuesta era positiva.
La palabra “novios” era una de las tantas que mi mamá había sabido explicarme, y no me quedaron dudas con ella.
-Es mi prima. -dijo llevándose los brazos detrás de la nuca.
Ambos estábamos tirados sobre el suelo, estaba frio, pero no me importaba.
-Y ¿te gusta? -pregunte de nuevo.
-No -aclaró
-Y, ¿Por qué andaba contigo? - ante tal cuestión, el se volteo, se levanto un poquito y sonrió para mí. En mis años de vida había aprendido lo que era sonreír, yo no lo practicaba muy seguido, pero me gustaba mirar los labios de Jonghyun curvándose.
- ¿Estas celoso? -Yo no supe que contestar, puesto que aun no sabía lo que significaba esa palabra. -ella me ayudo a buscar que peluche te gustaría más. -aclarado eso de pronto ya no odiaba tanto a esa mujer.
-Tengo frio -balbuce con tono apenas audible.
Jong se acercó a mí y me abrazo, su cuerpo desprendía mucho calor y tranquilidad, tanto que no ocupamos la cama y nos quedamos dormidos ahí.
***
EL día había amanecido nublado y yo un poco más confundido que el día anterior, no estaba en el lugar donde recordaba haberme dormido, ni con la persona que me abrazaba; estaba en mi cama y Jong no se encontraba.
Cerré de nuevo los ojos y los volví a abrir esperando que se tratara de un sueño, pero no era así. Una rato más tarde vi como Jonghyun salía del baño, con el cabello escurriéndole, hacia frio y me preocupe por que llegara a enfermarse, me levanté de prisa y saque del armario una toalla, le restregué el cabello para lograr secarlo.
Él detuvo mis manos sobre su rostro antes de que las apartara por completo, fijo su mirada en la mía y por primera vez logre sostenérsela.
-Me gustas - pronunció.
Mis oídos no se había acostumbrado aun a escuchar esa frase, era la segunda vez que una persona me la decía y por inercia baje el rostro. Jonghyun me tomo la barbilla, sus manos siempre estaban calientes. Yo tenia los ojos fuertemente cerrados por lo que no mire el rostro de Jong, y solo los abrí cuando Jonghyun junto sus labios con los míos. Jamás había sentido que era ser besado, nunca lo había hecho y creí que nunca lo haría. No me dio asco, tampoco me aparte, solo deje que Jong siguiera. Succionaba mis labios y pronto su lengua se abrió paso adentro de mi boca, era algo extraño, pero me gustaba, yo estaba pasmado sin saber que hacer. Se separo de mí, un calor intenso me recorrió completo y se situó en mis mejillas.
-Me gustas Key… me gustas mucho
-Entonces ¿significa que somos “novios”? -le pregunte, tratando de verlo a los ojos, pero se me imposibilito.
En las películas, siempre que decían eso, después los protagonistas se decían ser novios. Quizá eso también pasaba en la vida real.
-Si, somos novios. -Me beso la mejilla y luego de nuevo los labios.
En la escuela, cada que se presentaba la oportunidad, me pasaba un papelito con la leyenda “Te quiero”. Hasta que un día Jinki le arrebató el papelito justo cuando Jong se disponía a pasármelo. Lo desdobló y luego me miró, después a Jong, ambos escondimos el rostro evitando la vista de Jinki. Aunque este ultimo, solo volvió a doblar el papelito y lo puso sobre mi pupitre. Lo tomé tan rápido como pude, para que nadie lo agarrara, no es como si a mi me importara, pero imagine que a Jonghyun sí. Jinki no pronunció ni una palabra, solo no apartaba la vista de nosotros, era como si nos vigilara.
Por las tardes, los lunes, nos la pasábamos estudiando, los demás días él iba a su trabajo. Y cuando llegaba el viernes, era él día que más contento me sentía, por que a veces Jong me invitaba la “cine” o iba a mi casa y veíamos películas. En el cine o en mi casa, él siempre me abrazaba y ponía mi cabeza en su hombro. Cuando estaba a su lado de esa forma, quería permanecer así mucho tiempo, siempre me aferraba a su mano, evitando que se fuera. Odiaba que el reloj marcara las diez de la noche por que Jong debía irse a su casa y me dejaría solo. Me gustaba estar solo, nunca había dependido de la compañía de alguien, sin embargo con Jong realmente me sucedía algo extraño; sobretodo cuando me besaba o me tocaba debajo de la polera, aunque él siempre paraba ahí y luego me besaba, dejándome con la extraña sensación de querer ser tocado por las manos de Jong.
En las noches me abrazaba a Honey, pues era el único que no me miraba extrañado además de mi mamá y Jong. A veces miraba a Honey a los ojos aunque él no me regresara la mirada, los ojos de Honey parecían de perro más que de conejo y me recordaban a los de Jong, practicaba con Honey como decirle a Jong que yo también lo quería aunque aun no me quedara muy en claro el significado que aquella palabra tan compleja, pero sentía la necesidad de decírselo aunque solo fuera una vez.
Un sábado antes de que Jonghyun llegara a la casa, le platique a mi mamá como me sentía cuando Jong me hablaba cerca del oído o me abrazaba, ella dijo que estaba enamorado y que era normal. Apenas mencionó esa palabra y fui corriendo a la habitación, encendí la laptop y busque le significado de la palabra “enamorado”.
“que siente amor por otra persona” decía un diccionario electrónico, después busque la palabra “amor”, al saber lo que quería decir la palabra amor, comprendí perfectamente que era estar enamorado. Me había enamorado de Jong.
Mamá salió de la casa, como lo hacia todos lo sábados, todos los sábados ella iba a visitar a mis abuelos y no regresaba hasta muy tarde en la noche, ese día no regresaría, por que debían preparar todo para la fiesta de una de las nietas que esperaba un bebé.
A las tres de la tarde por fin llegó Jonghyun, al momento en que sonó el timbre corría a abrirle y decirle la noticia, la cual había descubierto esa mañana.
Apenas entró y lo abrase con fuerza, grite muy alto; era la primera vez que yo llegaba ser tan expresivo.
-¡¡Estoy enamorado!! -le dije a gritos, mientras daba saltitos. Realmente me sentía en extremo feliz. Por primera vez me atreví a darle un beso tomando yo la iniciativa, Jong me había enseñado a besar, así que trate de hacerlo lo mejor que pude, para demostrarle que era un buen alumno.
-Te amo Key -dijo tomando mis caderas.
-Yo estoy enamorado de ti -declare dejándolo pasmado. No sabía si ambas cosas eran sinónimos, pero él volvió a besarme así que intuí que era lo mismo.
Toda la tarde estuvo haciéndome mimos y caricias, me abrazaba cuando no lo esperaba, besaba mi nuca o mis mejillas. Mí enfermedad ya no se llamaba “rareza” ahora tenia un nuevo nombre el cual era “estar enamorado”. Jong también sufría mi misma enfermedad. Y eso me lo hizo saber.
En la noche Jong se quedó a hacerme compañía, a la hora de ir a la cama, él se metió a bañar y luego fue mi turno, tuve que prestarle mi ropa por que no tenia con que cambiarse. Le preste un pijama azul, que ya no me quedaba, pues había crecido, a él también le quedaba un poco corta, pero solo se puso los pantalones. A mi me gustaba ponerme todo el conjunto de mi pijama rosa por que así se miraba mas bonita.
Una vez que ambos estuvimos bañados, invite a Jong a que se metiera debajo de la sabana conmigo, después de todo éramos novios, y en las series de tv y películas los novios era lo que hacían. Él accedió.
Yo no tenía sueño, ni siquiera un poquito, y a Jonghyun le sucedía lo mismo. De nuevo nos estábamos besando, su mano comenzó a recorrer mi abdomen, se sentía cálido su rose, generalmente nunca llegaba a las costillas siempre se detenía antes, esa vez no. Solo fue un rose muy pequeño a mis pezones y yo ya había emitido un sonido muy parecido al de un gato maullando. Después le continuaron más roses y besos a mi cuello, sentía algo en mi vientre y algo extraño se agolpaba en mi aparato reproductor, algo que no sabia describir.
-Jong … -Dije, mientras él metía su cabeza debajo de mi chándal y jugaba con uno de mis pezones, de nuevo volvía emitir ese sonido gatural al sentir que lo succionaba. Después me bajo los pantalones y comenzó a frotar con su mano mi pene. Realmente se sentía genial, tanto que esos sonidos no paraban de salir de mi garganta y las lagrimas resbalaban por mis ojos, Jong me beso con fuerza. Yo imite el movimiento de sus manos, las metí debajo de su pantalón y comencé a estimularlo. Un choque de electricidad me recorrió completo, mi cuerpo tembló antes de sentir una debilidad total y mi vientre húmedo igual que las manos de Jong, él me beso de nuevo y fue mi turno de sentir una sustancia caliente resbalarse por entre mis dedos.
-Te amo Key -dijo en mi oído.
-Yo también -atiné a contestar. Después de lo ocurrido a ninguno nos importó limpiarnos, aunque yo me moría de ganas de hacerlo, pero el cansancio me lo impidió, dejándome dormido en el pecho de Jong.
Desperté antes que él, no me moví por miedo a despertarlo, tenía una bonita expresión en su rostro y no quería arruinarla. Le acaricie las mejillas y le bese suavemente lo labios.
-Jonghyun, hace mucho que me enamore de ti -le susurre al oído antes de quedarme dormido de nuevo.