A light in the dark
Capítulo 2
Cinco días pasaron. Había estado de buen humor al principio y cantaba más seguido que antes; pero mi estado de ánimo comenzaba a decaer de nuevo. Moría de ganas de llamar a ChanYeol, pero no me animaba. ¿Y si no tenía ganas de hablar conmigo? No quería ser pesado. Lamentaba no haberle dado mi número.
***
Llegué al trabajo y me puse el uniforme, que era un simple delantal sobre mi ropa.
- Hola BaekHyun, ¿Cómo estás? ¿Contento porque es viernes?- me preguntó mi jefe sonriendo. Era un buen hombre.
- Bien. Sí, así puedo dormir- me reí con falsa alegría- ¿Y vos?- agregué desanimado.
- Muy bien, gracias. Baek... ¿Otra vez esa mirada?- lo miré indagante -Pensé que habías conocido una linda chica o algo. Estabas tan feliz últimamente...- agregó frunciendo el ceño.
- Yo... ¿Q-qué? No conocí a una chica...- ¿En serio tenía cara de haber conocido una chica? me pregunté. ¿Mi cara era la de un chico que conoció a alguien y se siente interesado? Sólo había conocido a ChanYeol, y me interesaba sí, como un buen amigo. Pero luego recordé su rostro concentrado cuando tocaba la guitarra, como parte del flequillo le caía sobre los ojos y la forma de sus labios, que se veían tan suaves. Me quedé quieto en mi lugar, sorprendido por mis pensamientos y se me cayó un tenedor que estaba secando. ¿Qué estoy pensando?
- Baek, ¿estás bien? Sólo decía lo de la chica, perdón si te incomodé.
- No, no es eso- le sonreí.
En ese momento entró un cliente y me acerqué para atenderlo. Iba vestido de traje y con anteojos de sol a pesar de ser de noche. Llevaba una gruesa agenda con él. Pidió un café negro y una porción de pastel, y enseguida se lo serví.
***
Mi turno casi terminaba. Ya no había gente, pero el hombre seguía ahí, como esperando algo. Lo miré extrañado.
- Baek, limpia los baños y te podés ir.
- Sí...- sonreí y volví a mirar al hombre, pero ya no estaba ahí.
Aproveché la soledad del baño y, mientras barría, empecé a cantar una de mis canciones favoritas.
Sentí un ruido extraño, como de un golpe, y miré al espejo para ver a mis espaldas. Ahí estaba el hombre de traje, mirándome desde adentro de un cubículo del baño. Pegué un salto y me di la vuelta, mirándolo con los ojos desorbitados. Estaba aterrado. Él se acercó a mí, metiendo su mano adentro del saco y temí lo peor. Cerré los ojos.
- Soy Lee Seung Hwan, parte de la SM Entertainment- abrí los ojos, sorprendido, y me entregó una tarjeta. Lo miré, todavía sin entender- ¿Querés convertirte en aprendiz? Tenés mucho potencial. Tu voz es poderosa. Apuesto a que podrías ser parte de una gran banda de música.
***
Llegué a mi casa en estado de shock. Mire el papel con los horarios que tendría: el lunes empezaba. No había podido negarme a ese persistente hombre y ahora era aprendiz en una empresa de música. Aprendería a bailar, perfeccionarían mi canto, tocaría instrumentos y me enseñarían chino. El hombre había rechazado mi excusa de que no tenía plata, objetando que no necesitaba pagar nada ya que estaba seguro que los llevaría al éxito. Tantas expectativas puestas de golpe en mi me hacían sentir muy nervioso.
Mientras comía miré mi celular, dudando si llamar a ChanYeol o no. Tratando de no pensar, marqué.
- ¿Hola?- me respondió la gruesa voz de ChanYeol, pero estaba muy ronca, por lo que supuse que estaría durmiendo. Corté sin dudarlo, bordó de la vergüenza. No había pensado que eran las cuatro de la mañana.
Terminé de comer, me acosté y me dormí inmediatamente.
***
El lunes había llegado. Eran las ocho de la mañana y yo estaba parado frente a un edificio enorme, muy asustado. No sabía qué hacer y me entraron ganas de alejarme de ese lugar corriendo. Me di la vuelta para escapar de vuelta a mi casa, pero antes de que pudiera dar siquiera un paso, sentí un agarre en mi brazo.
- Ni lo creas, BaekHyun- giré sobre mí mismo y miré al hombre que me sujetaba.
- Seung Hwan...- No pude decir nada más porque me arrastró hasta entrar al edificio, dándome por vencido lo seguí. Caminamos hasta un ascensor.
- No tengas miedo- dijo mientras marcaba el número -vas a estar con más chicos. Sólo te perdiste dos meses.
- Está bien- respondí, no muy convencido.
***
Me condujo por un amplio pasillo y entramos a una sala donde habían al menos veinte personas. Tragué en seco.
- Quedate acá, el profesor ya viene- dicho esto, se retiró dejándome solo y con una sensación de pánico en el estómago.
Me quedé quieto en una esquina, intentando pasar desapercibido. Todos reían y bromeaban. Sentí un poco de emoción al pensar que tal vez podría hacer algún amigo.
- Buenos días- miré al frente y había un hombre de unos veintiséis años, que miraba para todos lados, en un intento por abarcar con la vista a todos los alumnos -Antes de empezar les voy a presentar a un alumno nuevo- miró un papel -Mmm ¿Byun Baek Hyun?- levanté una mano mientras sentía como me sonrojaba -¿Podrías pasar al frente, por favor?
Me acerqué a donde estaba él y lo observé, sintiendo todas las miradas puestas en mí. Yo no quitaba la mía del suelo -Chicos, él es Byun Baek Hyun, y va a ser su compañero desde hoy. Su especialidad es cantar. Por favor sean amables con él- miró a la clase, buscando algo -¿Chan Yeol?- miré al profesor sorprendido y luego hacia donde él miraba. Y lo vi. ChanYeol se acercaba sonriendo, con un pantalón de gimnasia negro, una musculosa blanca, unas zapatillas deportivas y una gorra con visera. Le sonreí con timidez.
- ¿Sí, profesor?- preguntó cuando llegó junto a nosotros.
- ¿Podrías hacerte cargo de que Baek Hyun se sienta a gusto, y que adelante en lo que se atrasó?
- Claro, lo deja en buenas manos- dicho esto pasó su brazo sobre mis hombros.
- Gracias. Ahora vayan para allá- se paró en el frente de todos y la clase comenzó.
Estaba tan perdido que sentía que nunca iba a lograr nada ahí. No me sabía la coreografía, aunque suponía que era parte de lo que ChanYeol me tendría que enseñar.
Apenas la clase terminó, me acosté en el suelo y me cubrí los ojos con el antebrazo.
- ¿Muy cansado?- me saqué el brazo de los ojos y lo vi a Chan Yeol parado frente a mí -Es normal- agregó, ofreciéndome una botella de agua.
- Gracias- agarré la botella y bebí la mitad de un trago mientras él se sentaba al lado mío -Esto es muy difícil, no soy bueno bailando- dije desanimado.
- No te preocupes Baek Hyun, ya vas a mejorar, vas a ver. Yo te voy a ayudar, y el profesor también- se acercó a mí como para decirme un secreto -Y cuando cantes, los vas a deslumbrar. Le sonreí y le agradecí. Me gustaba como me sentía estando con él. - Por cierto- dijo de golpe luego de un momento de silencio que aprovechamos para tomar agua. -Esperaba que me llamaras, pero no esperaba que lo hicieras a las cuatro de la mañana- me atraganté con el agua y lo miré secándome los labios con el dorso de la mano.
- ¿Cómo sabés que fui yo?- le pregunté sintiendo mi cara enrojecer. Él me miró de costado y rió.
- No me molesta, en serio esperaba tu llamada. Y no sé por qué... pero simplemente lo sé- dijo, mirando la botella como si de pronto fuera muy interesante.
- Perdón... no quería molestarte- imité su acción y miré mi botella.
- Tonto- me revolvió el pelo y se sacó la gorra, dejándome boquiabierto. Se había cortado el pelo. Ahora lo tenía más corto, con más movimiento y el flequillo al costado le llegaba hasta las cejas, abarcando gran parte de la frente. También se había teñido de un castaño más claro que resaltaba sus ojos. Estaba... atractivo. Él notó mi mirada puesta en su pelo y se rió de nuevo.
- Sí, está algo diferente. No me desagrada, pero me hubiera gustado no teñirme al menos. Ya te va a tocar a vos también, hyung.
- No... no te queda mal- sonreí.
- Gracias, hyung- volvió a sonreír. ¿Que nunca se le acaban las sonrisas? No es que quisiera que eso pasase pero...
- Baek Hyun- repliqué.
- ¿Qué?- me miró confundido.
- Decime Baek Hyun, o Baek- lo miré tímidamente.
- ¡Ah! Cierto. Perdoname, Baek Hyun- dijo riendo.
Justo en ese momento entró otro profesor. Esta vez el de canto, que me hizo mostrarle mi voz frente a todos. A pesar de la vergüenza pude cantar algo decentemente y quedó encantado. Me sentí más cómodo en esa clase donde me supe defender mejor. Al terminar, Chan Yeol se acercó a mí.
- ¿Viste que los ibas a dejar impresionados?- dijo contento.
- Algo así. Tengo que recuperar mucho... Antes era realmente muy bueno- dije pensativo.
- Ya vas a volver a serlo... Por cierto, Baek, ¿En dos semanas no es tu cumpleaños?- me preguntó de golpe.
- Si, ¿Cómo sabés?- respondí aturdido, no había nadie que se acordara de mi cumpleaños.
- Me lo dijiste el día en que nos conocimos. ¿Vas a hacer algo?- parecía entusiasmado.
- No, no creo -reí melancólicamente. No tenía amigos ni familiares con quien festejar.
- Entonces, ¿Por qué no salimos? Puedo llevar a unos amigos y vamos a bailar o algo.
- Mmm... Me parece bien. Sí, me gustaría- le sonreí, mientras nos dirigíamos a los vestidores para cambiarnos.
***
Los días pasaron rápido. Con la ayuda extra de Chan Yeol había podido tomarle el ritmo a esa nueva rutina, y ya empezaba a mejorar. También logré que mis horarios de trabajo sean menos nocturnos para poder estar más descansado en las mañanas con esas exigentes clases.
Me había vuelto inseparable de él, íbamos a comer después de clases, me acompañaba al trabajo e incluso me pasó a buscar después de este un par de veces.
***
Ya era el sábado de mi cumpleaños. Me bañé y me cambié: Me puse unos jeans claros un poco ajustados, una remera negra, unas zapatillas medio grandes y un buzo gris con capucha.
Agarré mi celular y las llaves, y me fui a la casa de ChanYeol a buscarlo.
Me abrió la puerta con una sonrisa y me hizo pasar.
- ¡Feliz cumpleaños!- exclamó, abrazándome y levantándome un poco del piso en un arrebato de emoción. Me empecé a reír muy fuerte y él me bajó.
- Gracias- le dije, sonriéndole también.
- Baek... vamos a juego- comentó divertido.
Lo miré sin entender y señaló mi ropa y luego la suya.
Él llevaba puesto un jean muy parecido al mío pero más oscuro, un buzo con capucha negro y se veía el borde de una remera blanca. Sus zapatillas eran un modelo muy parecido al de las mías.
- Eso significa que tenés muy buen gusto en la ropa, Chan Yeol- bromeé.
- O que los dos tenemos pésimo gusto...- lo miré con fingido resentimiento -Es broma, es broma- agregó, riéndose y dándome un corto abrazo -Esperame que ya vengo- no llegué a responderle nada porque ya se había ido por el pasillo.
Salí al balcón y miré las estrellas.
- Los extraño, hoy más que nunca- le dije al cielo y una lágrima resbaló por mi mejilla.
- Baek... ¿Estás bien?- preguntó ChanYeol, saliendo al balcón. Me sequé disimuladamente la mejilla y me giré para mirarlo con una sonrisa.
- Sí... ¿Por qué? -pero por algún motivo, no lo engañé como hacía con todos.
Se acercó con la preocupación reflejada en su rostro y me abrazó. Le devolví el abrazo y sentí un nudo en la garganta. Otra lágrima traicionera y delatora volvió a caer y él me abrazó más fuerte.
- Dejalo salir, Baek. Lo que sea que te haga tan mal, tenés que dejarlo salir.
Y estallé. Me aferré a él y lloré en sus brazos con fuerza, dejando que vea un lado de mí que nadie conocía. Su abrazo me reconfortaba, me calmaba, me sanaba. No tardé en tranquilizarme.
- Perdón- pedí entrecortadamente, separándome de él -Qué vergüenza, no quería que vieras eso, pero en mi cumpleaños siempre estoy muy sensible.
- No seas tonto. No tenés que pedirme perdón por llorar. ¿Querés contarme lo que te pasa?- dijo preocupado.
- Extraño a mi familia, eso es todo. Pero ya estoy bien- le respondí sonriendo -¿Vamos?
- Sí...- no parecía muy convencido pero me siguió.
***
Llegamos al lugar y buscamos a sus amigos, que resultaron ser compañeros de la empresa.
- ¡Feliz cumpleaños!- gritó sobre la música uno que se llamaba Kai.
- ¡Gracias!- le respondí con una sonrisa.
- ¡Vamos a buscar algo para tomar!- gritó otro chico, al que le decían D.O- ellos dos y otro chico que se llamaba Sehun, se fueron hacia la barra.
- ¿Te gusta el lugar?- me preguntó ChanYeol.
- Sí. Y tus amigos son simpáticos.
- Hace días que quieren conocerte- dijo riendo -Kai y Sehun están en las clases avanzadas de baile y D.O en la de canto avanzado.
- ¡Volvimoos!- dijo un muy feliz D.O. Habían traído más alcohol del que había visto en mi vida. Me ofreció un vaso que miré con desconfianza.
- ¿Qué es?- pregunté mientras lo agarraba.
- Algo tranquilo para empezar, sólo es un daikiri- me encogí de hombros y, cuando cada uno tuvo un vaso en su mano, brindamos.
Bailamos, bromeamos y bebimos. Nunca me había divertido tanto. Y a pesar de que chicas se me insinuaban y yo intentaba corresponderles, no podía. Esperaba que fuera por el alcohol, que ya empezaba a hacer efecto en mí, pero lo veía a ChanYeol mucho más lindo e interesante que a cualquiera de ellas.
Paré de bailar y me acerqué tambaleante a la barra. ChanYeol me siguió, en un estado similar al mío. Pedimos algo y nos alejamos. Miré hacia donde estaban los chicos y vi como D.O y Kai bailaban muy juntos. Tenían sus cuerpos mucho más pegados de lo que era necesario para bailar entre amigos. Lo miré a Chan Yeol, que sólo se encogió de hombros riendo y tomó lo que le quedaba en el vaso. Lo imité y fuimos a bailar.
La noche había llegado a su fin. ChanYeol y yo íbamos por una calle vacía, abrazados para no caernos y cantando canciones inventadas.
- ¿Baekhyuunhyuung?- dijo en un momento, riéndose de su propia voz.
- ¿Sí, ChanYeollllo?- lo seguí con la risa.
- ¿Venís a casa? No quiero volver solo, y tampoco quiero dejarte solo en estas condiciones- respondió con mucho esfuerzo.
- Si Channie, voy con vooooos- canté esa última palabra, haciendo que riera muy fuerte.
***
Llegamos a la puerta del departamento y ChanYeol estaba fallando en su intento por introducir la llave en la cerradura. Se tentaba cada vez que lo intentaba.
Por sus manos torpes, debido al alcohol, se le cayeron al suelo. Quisimos bajar los dos a la vez para agarrarlas, chocando nuestras cabezas y cayendo en el piso sin parar de reír como tontos. Él había quedado de espaldas a la pared, y yo sobre él con una de mis piernas entre las suyas, mis manos en la pared y mi cara a la altura de su hombro. Miré su cuello y deposité un fugaz beso en él. Me quise mover de esa posición antes de que el alcohol siguiera haciéndome hacer cosas que no tenían sentido. Moví mi mano y la apoyé en otro lado para hacerme de soporte al intentar pararme.
- Mmh...- me quedé estático. ¿Eso fue un gemido? Lo interrogué con la mirada y él me la devolvió, rojo de la vergüenza -Baek... tu mano.
Miré mi mano y entendí todo. Cuando busqué soporte para pararme no lo había hecho en el piso. Sin querer, había sido en su entrepierna. Saqué la mano rápidamente. Maldita borrachera. Nos miramos con incomodidad unos segundos pero nos pudo el alcohol y estallamos en carcajadas.
Entramos entre risas y tambaleos, y nos desplomamos en su cama doble, quedándonos dormidos al instante.