A partir de ese momento, las cosas entre ambos fueron mejorando, Degel y Kardia se abrieron, descubrieron que cada uno de ellos tenía algo que había que él otro lo anhelara más, para Kardia descubrir que Degel no era la persona cerrada que aparentaba ser y que su corazón estaba lleno de nobleza, fue lo más hermoso que pudo descubrir, todos sus miedos, e inseguridades desaparecieron con solo saber que el peli verde lo quería, era la sensación mas extraordinaria que podía experimentar, desde que empezó los viajes a alta mar, siempre fue una persona exuberante, alegre, que vivía cada momento con una sonrisa en los bueno y los malos.
Los besos robados, las caricias, las bellas palabras, fueron que el corazón del peli azul se llenara de sueños y esperanzas, al fin encontró lo que siempre estaba buscando el amor y Degel se lo había ganado, en las ocasiones en donde ambos no tenían ninguna obligación o deber se escabullían entre los exuberantes jardines, mirando el azulado cielo, acostados en los frescos pastos entrelazando sus manos, o en algún árbol bajo su sombra, donde Degel lo abrazaba por la cintura y pegándolo a su cuerpo, deseando no separarse, además de que aprovechaba para besas sus azulados mechones o su cuello que se escondía bajo su Shemagh rojo.
Cuando hacia eso ultimo, siempre le sacaba un sonrojo y un cosquilleo en su cuerpo, pero muy en el fondo eso le gustaba, le encantaba ver como sus mechones se combinaban con los del peliverde, siempre que lo había tomaba unos cuantos suyos y otros de él y los entrelazaba ligeramente, uniéndolos, al señor de la casa le causaba gracia la inocencia que mostraba kardia y cuando haci eso, solo tomandolo del rostro robándole un beso fogos y deseabo para ambos, y separándose cuando el aire se le acababa de los pulmones y volverse a admirar nuevamente, esperando el momento preciso para demostrarse aunque sea en un beso el amor que se sentían.
Tan solo faltaba tres días para que se fuera, y eso lo entristecía, se habia encariñado con todos los habitantes de la mansión, siempre ayudada en lo que podía, pero por lo general siempre estaba en los jardines, o en compañía de Karol limpiando los pasillo y los cuartos de los dueños de la casa.
En esa mañana degel estaba solo en su estudio mirando a travez de la ventana que daba hacia los jardines , ahí estaba Kardia en compañía de los jardineros, estos recolectando los frutos de temporada y hay Kardia como si se tratara de un niño, se subia a estos hasta las puntas mas altas para bajarlas teniendo cuidado de no maltratarlas, el peliazul era muy hábil subiéndolos y bajándolos, pero le preocupaba al peli verde a que se hiciera daño, sin embargo al ver la alegre sonrisa y sus risas cuando este llegaba a las ramas más altas y ovacionándose por su logro, se contagiaba esa sonrisa desapareciendo todos los miedos que aguardaban su corazón, estaba muy concentrado viendo los infantiles juegos que no escucho la primera vez que uno de los sirvientes traia consigo una carta, hasta que logro salir de la hipnótica imagen de Kardia jugando entre los arboles, pudo escuchar con suma claridad la puerta, son toda la tranquilidad abrió la puerta viendo al joven mozo.
-disculpe la intromisión señor pero el padre sage, le envio esto- extendiendo el pergamino para hacer una reverencia y retirarse, algo extrañado por el mensaje, cierra la puerta para poder sentarse, abre la carta para llevarse una gran sorpresa, llamando con desesperación a cualquier sirviente para que buscara a sus primos y los reunieran en la sala principal
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Serafina y Unity estaban en los jardines viendo con gran interés los trabajos de los jardines y mas como Kardia subia los arboles hasta que varios sirvientes le dijeron sobre la orden de su primo, sin pensarlo, de dirigieron a la sala donde ya estaba degel esperándolos cada uno se sento en una silla a espera de que hablara el dueño de la casa
-Primos hoy me llego una carta del padre Sage informándome que tu prometido Serafina, va a venir a la mansión a conocerte- eso fue un balde de agua para la mujer
-pero no se suponía que lo conocería dentro de tres semanas, cuando ya estuviera en Francia Degel -
- si pero al parecer el ya está muy ansioso de conocerte y es por eso que ahora esta encamino-
-pero si esto es un desastre, no hemos preparado una fiesta digna para una presentación-
-tranquila Serafina, el padre Sage no lo tiene arreglado, ya organizo toda una misa de presentación y la fiesta la podemos organizar ahora mismo, además tu podrás organizarla como gustes-
-enserio primo-
-si Serafina-
-oh muchas gracias- abrazándolo fraternalmente- pues no se diga más- incorporándose de su lugar para salir feliz, seguido de su hermano, el peli verde con una sonrisa en sus labios miro hacia la ventana para ver como Kardia seguía con su labor y hablada de algo con los jardineros.
A partir de ahí, Serafina esta en plan de organizar la mejor fiesta , pero no solo eso sino que también tenía una sorpresa para Kardia sabiendo que él nunca había ido a esa clase de eventos entonces también
Fueron dos días muy agotadores para todos los habitantes de la mansión hasta que llego el día esperado, todo la mansión fue limpiada, pulida, arreglada, ordenada de arriba hacia abajo, todos el personal incluyendo al peli azul estaban agotados, nunca antes había trabajado, los sastres había confeccionado los mejores trajes para toda la familia, los jardineros había arreglado lo más bello que pudieron los jardines, los cocineros pasaron toda la noche parte del día cocinando los mejores manjares, todo el mundo estaba agotado pero aun así los preparativos no se habían terminado, Degel que se había quedado al margen de todo, pero para su desgracia el día anterior a la fiesta tuvo que pasar todo el tiempo en con el sastre para que le confeccionaran un nuevo traje para la presentación, pero gracias a algo pudo conseguir un presenta para el peli azul; pero algo le dolía por el simple hecho de no poder ver a Kardia, entre todos los habitantes de la mansión era él el mas entusiasmado, nunca antes había asistido a esa clase de eventos y por primera vez veía uno, era la mejor experiencia de su vida, el peliazul ayudaba en lo que podía podando los arboles, cargando cajas de condimentos, puliendo la plata fina , fregando platos y pisos, y aunque su semblante y su cuerpo ya daban señales de fatiga, nunca se rendía en ayudar a la mansión.
Hasta que llego el día toda la mansión estaba esplendida, la sala principal estaba en perfecta condiciones habían encendido las velas de gran candelabro de la sala, los sirvientes estaban en las mejores presentaciones mientras en los cuartos de los hermanos y Degel se estaba arreglando, vistiendo como se debía, Serafina que era la más ansiosa en ir, fue la primera en acabar y sin pensarlo dos veces fue al cuarto de Degel.
Al llegar a la puerta, la abrió con cuidado, para evitar cualquier momento bochornoso para el peli verde pero fue más grande su curiosidad que la abrió rápido para encontrarse con su primo completamente arreglado, portaba un traje a su medida perfecto para su figura, portaba una camisa blanca y arriba de esta un chaleco color café oscuro y a su vez una gabardina color negro con bordados en forma de flor de lis, botones y orillas doradas, y encaje en sus muñequeras pero gracias a que el saco era de langa larga cubrió a la perfección el largo de este dejando ver solo una pequeña orilla de este, portaba también unos capris que l llegaban hasta las rodillas y debajo de estas unas medias blancas que cubrían la pantorrilla usando unos zapatos color cafés con un broche dorado en medio de estos, su cabellos estaba amarrado por una coleta baja con un moño del mismo color vino, pero dejando algunos mechones sueltos dándole una apariencia soberbia y para finalizas llevaba una gargantilla sencilla, pero con pequeño boque que tenía el escudo de la familia adornado con una pequeño rubí
-oh! Primo te ves impresionante-
-gracias Serafina- ignorando el asombro de la menor – y a qué hora se supone que vendría tu prometido-
-según la carta que me envió el padre Sage el vendría a acompañarlo eso de las diez de la noche-
-gracias por la información- mirando como la menor solo hacia una reverencia y salía de la habitación,- luego nos vemos en el baile-
-si serafina- esperando a que la menor se retirara, fue directo hacia su closet donde saco una caja envuelta solo con un listón color purpura, teniendo cuidado a que nadie lo viera fue directamente hacia el cuarto de Kardia, tocando la puerta para saber si se encontraba ahí, solo escucho varias cosas moverse de un lado a otro hasta que escucho como el seguro de la puerta era retirado, dejando ver el semblante de Kardia, este se alegro al verlo y se lanzo a sus brazos para capturas sus labios en un beso rápido pero humilde.
Degel lo mira a los ojos y ve como algunas gotas de agua iban escurriendo por la larga cabellera azulada de Kardia, tomando con cuidado uno de sus mechones para capturas el aroma que en ese momento desprendían, guardando ese momento hasta que recordó el porqué estaba asi que le extendió una pequeña cajita, desconcertado al griego
-es para ti, Kardia- entregándole la caja para retirarse de ahí
Kardia algo desconcertado por lo que Kardia hizo, tomo la caja para entrar a su cuarto ahí, sentándose en la cama, abre su obsequio y encuentra una pequeña cajita de madera, bellamente tallada adornada con una tapa que tenia pintado una hermosa flor blanca mientras que alrededor de esta girabas espirales simulando las ramas y hojas de esta, conmovió al máximo el corazón del Kardia y cuando la abrió esta rápido empezó a tomar una hermosa melodía mientras dos figurillas de marfil en forma de dos amantes abrazados por la cintura y mirándose a los ojos giraban sobre su propio eje pero lo que mas lo emociono fue que la pista donde bailaban los amantes era la cubierta de un barco y que en sus costados y la tapa estaba varios cristales que tenían pintadas unas olas simulando el mar.
Kardia no pudo expresar al alegría y la emoción por aquel regalo por parte de Degel que solo pudo abrazar con cariño aquella cajita musical.