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¿Realmente sabes lo que és el Amor? por Hachisu

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Notas del capitulo:

I'm back (?)

LA PROPUESTA

¿Sería aquella puerta la solución a sus problemas? ¿El alivio para ese dolor insoportable que nacía en su pecho? Sin pensarlo demasiado tocó esperando una respuesta, minutos después alguien algo mayor, de cabello amarillento y cuerpo fornido salió por ella.

− ¡Tsuna!− lo llamó con alegría mientras lo apretujaba entre sus brazos.

−Hola padre− le respondió cabizbajo y desilusionado.

− ¿Qué ocurre hijo? ¿Problemas en la universidad?− le preguntó su padre con preocupación mientras lo invitaba a pasar

−Algo así…− dijo con indiferencia

−Ya veo… Justo ahora tengo visitas que me gustaría presentarte− su voz sonaba algo nerviosa.

−Mi madre ya me había comentado algo al respecto, creo, pero no había podido venir antes lo siento− se disculpó de manera sincera

−No te preocupes− le tranquilizó –Vienes en el momento indicado− mientras decía esto abrió la puerta que daba hacia el estudio y se percató de las dos personas que estaban presentes.

− ¡Oh! Así que este es el famoso Tsunayoshi− dijo uno de los invitados.

−Si Giotto este es mi hijo Sawada Tsunayoshi− y lo presentó.

−Mucho gusto Tsuna, yo soy Giotto y este que ves a mi lado es mi mano derecha G− se levantó de su cómodo asiento para presentarse, Tsuna quedo perplejo era casi como verse en el espejo unos ¿10 años después? Con la pequeña diferencia que su cabello era rubio como el sol y sus ojos igual, mientras que su acompañante era una especie de Gokudera con el cabello Rojo y un tatuaje muy extraño en su rostro.

−El gusto es mío− hizo una reverencia.

−Pues bien hecha ya las presentaciones− y dicho esto se volvió acomodar en su asiento –Me gustaría tratar unos temas contigo Tsuna.

−Lo siento pero no estoy al tanto de eso− respondió extrañado

−Aún no le he comentado nada Primo− se apresuró a decir el rubio mayor.

−No importa, de todas maneras no es tan complicado− sonrió de forma amable.

−Entonces… ¿Qué necesita usted de mí? – pregunto el castaño intrigado.

−Veras Tsuna, no sé si lo sabes pero soy el presidente de una enorme compañía que yo considero es mi familia y la verdad he pensado en retirarme pero necesito un sucesor digno de llevar tan pesada carga− confesó Giotto

−Disculpe mi ignorancia… ¿Cuál compañía es? – preguntó curioso.

−Vongola− y guardo un minuto de silencio

−…− los ojos del castaño quedaron abiertos como platos, la compañía Vongola, una de las transnacionales más grande y poderosa del mundo y ¿él estaba siendo elegido como sucesor? Tenía que ser una broma aunque en la cara de Giotto no se veía ni una pizca de duda −¿Por qué yo?− logró decir con un pequeño hilo de voz

−¿Por qué no? – y al preguntar el rubio una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro

−La verdad no tengo ni idea de cómo dirigir una compañía y mucho menos una tan grande y poderosa como lo es la de usted− respondió sincero.

−Eso es lo de menos− dijo Giotto restándole importancia al asunto –No es como si te fuera a encargar de una vez, esto será un proceso, pero primero necesito tu respuesta Tsuna ¿Quieres ser mi sucesor?− su voz sonaba seria y lo veía fijamente.

−¿Me daría tiempo para pensarlo mejor?− un montón de dudas se aglomeraban en su pequeña cabeza aún no se sentía seguro de dar un paso tan grande e importante como ese.

−Está bien− le sonrió –Pero la respuesta me la debes dar el domingo en la noche− se levantó de su asiento –Si tu respuesta es afirmativa te esperare hasta las 9 en el aeropuerto y tu padre te dará el resto de los detalles, por ahora me retiro, gracias por tu tiempo Tsuna, hasta luego Iemitsu− hizo una leve reverencia y salió del estudio seguido por su mano derecha.

Tsuna se desplomó en el asiento que antes estaba siendo ocupado por Gioto, ¿ser el sucesor de una empresa tan grade? Parecía un sueño, bueno ni si quiera eso porque ni en sus más locos sueños se imaginó siendo el presidente y director de la empresa Vongola incluso su universidad era parte de semejante compañía así que sus antecedentes deben tener cientos de años.

−¿Te encuentras bien hijo?− le preguntó su padre sacándolo de sus pensamientos.

−Si la verdad no esperaba nada de esto− aún estaba sorprendido

−Quería comentártelo pero no había tenido tiempo, y la verdad no pensé que Giotto te lo propondría tan pronto− le dijo su padre algo avergonzado por la situación

−No te preocupes padre, aunque aún no me lo creo− una risa sarcástico nació de lo más profundo de su garganta

−Tsuna tienes un enorme potencial solo que aún no te das cuenta de el− colocó su mano en el hombro del castaño quien por un momento sintió que valía más de lo que él creía.

−Gracias padre ¿Puedo quedarme esta noche aquí?− sus ojos se cerraban debido al enorme cansancio.

−Sí, tengo un cuarto disponible, llamare a tu madre para avisarle que te quedaras conmigo, buenas noches Tsuna− y su padre lo dejo solo con sus pensamientos.

Tsuna se levantó del asiento con pesadez y se dirigió a la habitación antes señalada, la cama estaba tendida por suerte así que se lanzó sobre ella y se dejó acunar por Morfeo había sido un día largo y realmente terrible, lo único que deseaba era un sueño reparador y esperaba con ansias tenerlo.

Un olor a quemado lo despertó de golpe, saltó de la cama y corriendo fue al lugar de donde provenía el humo y el olor, su mayor sorpresa fue encontrar a su padre en la cocina preparando ¿Huevos quemados con tocino achicharrado? La imagen le sacó una enorme carcajada que fue contagiosa para su padre. Luego de limpiar todo el desastre decidieron que la mejor opción de todas era volver a casa.

Mientras caminaban hacia su hogar surgió una conversación muy animada, Iemitsu le comentó cuales serían las condiciones del trato, Tsuna debía dejar Japón y viajar a Italia donde llevara una estricta educación y entrenamiento físico, tendría que hacer todo lo necesario para ser un digno sucesor.

−Y bien Tsuna ¿Qué piensas hacer con respecto a la proposición de Giotto?− le preguntó su padre

−La verdad, no lo sé, dejar Japón e ir a Italia…− al decir esto se volvió a hundir en sus pensamientos.

−Puedes rechazarlo si así lo deseas, no es una obligación es una opción− y sentenció el fin de la conversación, ya todo dependía de Tsuna, quedaría de su parte aceptar o no.

Minutos después llegaron a casa donde fueron recibidos con un enorme y delicioso desayuno, sus padres al reencontrarse no aguantaron las ganas y se dieron unos cuantos besos subidos de tono, cosa que asqueo un poco al castaño, luego de comer y ayudar a su madre a fregar los trastes subió a su habitación y se echó en la cama. Al rato mientras meditaba la respuesta que le daría a Giotto sonó su teléfono, era Yamamoto.

− ¡Oi Tsuna! ¿Quieres venir a jugar un poco de beisbol conmigo y los muchachos? – le propuso alegremente su amigo.

−Vale, en 15 minutos estoy en el estadio− y terminó la llamada.

Animado por saber de sus amigos se levantó de la cama, buscó en su armario la ropa deportiva que casi nunca usaba puesto a que era pésimo en los deportes y salió de su casa apresurado, necesitaba a sus amigos más que a nada. Como prácticamente iba corriendo llego en 10 minutos, el estadio no es que quedara muy lejos de su casa realmente, y al llegar allí vio a sus amigos Takeshi, Gokudera y Lambo practicando el beisbol, que por cierto era el deporte favorito de Takeshi.

− ¡Tsuna! – Gritó Takeshi quien dejo el bate en la cancha y se dirigió a su encuentro

−Hola Yamamoto− lo saludó a él y a sus amigos e ingreso en la cancha

− ¿Quieres unirte? – le pregunto con una risita

−Por supuesto− respondió decisido

Acto seguido comenzó un amistoso juego entre Takeshi y Tsuna contra Lambo y Gokudera, el partido de no más de tres rondas termino con un empate, ya que Tsuna y Lambo eran igual de malos para el deporte, prácticamente fue Gokudera contra Takeshi, se tiraron en las gradas para ver el atardecer mientras sus jóvenes cuerpos descansaban luego de semejante cantidad de ejercicio físico.

−Chicos me voy a ir del país− dijo Tsuna, finalmente había tomado una decisión.

−¿Qué? – dijeron Lambo y Gokudera al mismo tiempo, Takeshi solo guardo silencio.

−Iré a estudiar en el extranjero, en Italia para ser más precisos− bajo la mirada

−Pe…−Lambo iba a dar su humilde opinión pero fue interrumpido por Takeshi

− ¡Que bien Tsuna! – gritó y se abalanzó contra él abrazándolo con fuerza cosa que molesto ligeramente al albino.

−¿De verdad? ¿No están molestos conmigo? Digo es algo repentino… de hecho me voy el domingo− apenas podía articular palabra puesto a que Takeshi lo estaba asfixiando

−Tsuna somos tus amigos y sin importar donde estés siempre lo seremos, si esa es tu decisión la apoyamos− dijo Gokudera y posó su mano en el hombro del castaño luego de que Takeshi finalmente lo liberara de aquel abrazo estrangulador.

−Gracias chicos− algunas lágrimas amenazaron con salir de sus ojos y se apresuró a limpiarlas para luego abrazar a sus amigos con fuerza y alegría, no podía pedir mejores amistades.

Fueron al restaurante de sushi del padre de Yamamoto para celebrar el logro de Tsuna, hicieron una gran fiesta, tenían comida, licor, karaoke, pista de baile improvisada, se divirtieron muchísimo, incluso Gokudera se había animado a cantar, Lambo en la pista de baile parecía un gusano que sufría de un ataque al corazón y Yamamoto cantaba y bailaba cosas que solo él podía entender, los efectos del alcohol son fascinantes. A eso de las 11 de la noche acabó la fiesta, Tsuna se sentía muy mareado, Lambo se había dormido sobre una mesa y Gokudera intentaba en vano levantarlo, Takeshi se durmió en una silla, la vista era sumamente gratificante el castaño estaba muerto de la risa aunque a duras penas se podía mantener de pie, el padre de Yamamoto se lo llevo y los invito a quedarse, Gokudera y Lambo se quedaron ya que vivían muy lejos pero Tsuna prefirió irse.

Al salir del restaurante el frio abrazo su cuerpo se sentía tan bien, estaba tan feliz aunque el dolor en su pecho crecía a cada momento, más que nada quería verlo, a él, a Reborn, abrazarlo, sentir sus labios recorrer su piel, sus besos cálidos, lo extrañaba pero pensar en su engaño, en su traición, como dolía pero ¿Qué podía hacer? Era tan feliz en la mentira creada por Reborn, hubiese deseado no descubrirlo nunca y entonces comenzó a llorar, llorar con amargura pero esta era la primera y última vez que se permitiría sufrir por amor, ahora tenía un motivo para salir adelante, para seguir avanzando.

−¿Entonces esta es tu respuesta Tsunayoshi? – la suave voz de Giotto inundaba su cabeza.

−Sí− dijo decidido

−Me parece bien− le sonrió de manera divertida

Notas finales:

Gracias por leer ~


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