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Congelado en el tiempo por Natsu27

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Notas del capitulo:

Hola :D! En primer lugar muchas gracias por la cálida bienvenida ^//^ Es el primer fanfic que publico aquí después de tanto tiempo solo leer, asi que espero que les guste mi fic.

Realmente me encantaron los comentarios y tengo que agradecercelos inmensamente, aunque siendo honesta me sentí algo presionada no sabiendop si lo iba a hacer bien :S Buaa espero me haya salido bien el capitulo *snif snif* Lo dejo a su criterio, espero saber su opinión.

Ahora sobre las publicaciones, seran los miercoles y los sabados. ¿Esta bien?

Otra cosa, muchos dijeron algo sobre venganza buajajaja, bueno sí, obvio que la pondré, pero en lugar de que sea solo un capitulo, he decidido ponerla como flashbacks. Así de este modo cada vez que alguno de sus conocidos lo vea después de todo este tiempo. Recordara qué paso cuando se enteraron. En este capitulo solo es el despertar. Pero en el proximo comenzamos con los recuerdos! Ya sabran quien es el primero despues de esto :D!

 

CAPITULO 1

La Cueva: Despertar

::

-¡Naruhiko!- escuché el grito de mi madre desde la cocina. Dejé de leer el pergamino que tenía en mis manos. Realmente, suspiro, pese a que ya han pasado cinco años aún no puedo decir que estoy acostumbrado a esto.- ¡Ven para que laves los servicios!- menos a intentar aparentar ser una familia normal.

-Tch- ciertamente molesto. Veo entre mis manos el pergamino de jutsus que recibí de Iruka- san. Estaba llegando a la mejor parte. Lo dejo en el sillón con desgano y me levanto. Puedo sentir la sonrisa de mi padre pese a que no lo veo. Burlándose. Volteo a verlo con disgusto. Él sique entretenido en su periódico; sí, solo porque madre no le pide hacer nada. Es realmente injusto.

-¡Naruhiko! - gritó con mayor fuerza.

-¡Que ya voy! - que irritante. Si madre no tuviera esa fuerza monstruosa, quizá le hubiera respondido que ¨No¨, y que ¨estaba ocupado.¨ Veo a mi padre. Bueno, solo quizá. No, no es que le tema a mi padre cuando se molesta, solo que… El problema es que madre y él discuten cuando yo no hago algo, ya que ella intenta obligarlo a él a hacerlo. Y es un misterio la razón por la que cada vez que eso ocurre termino siendo yo el que sale perdiendo.

Ya en la cocina me pongo el par de guantes para comenzar a lavar. Lavar unos cuantos platos no va a matarme. Mi madre o él, quizá sí. Aún no entiendo por qué Iruka- san insiste en que siga con esto. Claro que los respeto, son realmente fuertes, pero…

::

Naruhiko, un chico de aproximadamente quince años, cabellos tan negros como el abano mismo, tez blanca igual a la de su padre. Cualquiera a primera vista podría decir que es la viva imagen de su padre. Pero esas orbes jade y la fuerza que heredó de su madre ponían en claro que era hijo de ambos. Y eso ni él mismo podía negarlo.

Estaba lavando uno de los platos que habían sido utilizados en el desayuno. El incómodo desayuno. Cuando el timbre sonó. Escuchó a su padre levantarse con molestia y abrir la puerta. Naruhiko, aún con el plato en manos se asomó por la puerta de la cocina, tenía la sensación de que sería una buena noticia, y tenía razón. Los pudo reconocer de inmediato.

-Buenas tardes. U-uchiha-san- escuchó tartamudear a su mejor amigo. Sonrió divertido, sabiendo que su amigo siempre le tuvo cierto miedo a su padre.

-¡Buenos días Uchiha-san! - el alegre saludo de su mejor amiga, y la única que consideraba amiga, le causó gracia porque sabía lo mucho que irritaba a su padre. - Venimos por Naruhiko- parecía emocionada.

-Hola. En estos momentos Naruhiko está ocupado- sonrió con sorna.

-”Maldito viejo” - pensó cogiendo con fuerza el plato entre sus manos.

-¡Hola Haruhi-chan, Makoto-kun! -saludó la mujer de ojos jade acercándose a la puerta.

-¡Sakura-san! - saludó alegre la chiquilla. - Too-san y kaa-san le mandan saludos.

-Oh, ¿En serio? Bueno, les dices que gracias- sonrió.

-U-uchiha- san- saludó ligeramente el chiquillo con una venia.

-Oh Mako- chan, te he dicho que me llames Sakura- san- le sonrió- al parecer has heredado la timidez de tu madre- rió divertida.

-Cierto Sakura- san. Necesitamos a Naruhiko. ¡Tenemos una misión! - la chica estaba realmente emocionada y hasta se notaba el fuego en sus ojos.

-Ya veo- la peli rosa sonrió al ver a la jovencita. Mientras en la cocina el pelinegro agradecía mentalmente al vago del Hokage por haberles dado al fin una nueva misión.-¡Naruhiko! - lo llamó su madre. El nombrado se sacó con rapidez los guantes y corrió hasta sus amigos.

-¡Haru! ¡Mako! - gritó saludando- Bueno, nos vamos-empujó a sus amigos impaciente por irse de ahí, realmente estaba aliviado de poder ir en una misión.

-¡Adiós señores Uchiha! - gritó Haruhi siendo empujada por su amigo.

-Adiós- dijo Makoto dando una reverencia con su cabeza, también siendo empujado por el azabache desde atrás.

-¡Ya regreso, madre, viejo!- gritó con una muy mala disimulada sonrisa de felicidad en el rostro, esperando que la misión durara más de una semana esta vez.

-Tsk, ese mocoso.

-Jaja, Naruhiko está creciendo.

Ambos vieron a su hijo alejarse y aún así escucharon claramente el intercambio de palabras con su par de amigos. “Deberías ser más respetuosos con tus padres Naru” escucharon, “Sí, Naru. Debes estar en tu etapa de rebeldía jajaja”

El rostro de ambos se oscureció. Ella entró. Él cerró la puerta y la siguió. Sentían que su casa se convertía en una lúgubre y vacía. Se habían dado cuenta que nadie llamaba a su hijo ¨Naru¨ cuando ellos estaban presentes; hasta su hijo se había dado cuenta de eso, de lo extraños que se ponían.

-Quizá fue un error dejar que lo llamaran así- susurró para ella, pero fue escuchada.

-En ese momento no tuvimos voto. Ya está hecho Sakura, deberías olvidarlo- ella lo miró con sorpresa en esas orbes jade. Sorpresa e indignación.

-¡¿ Mira quién habla de olvidar?! ¡Ya pasaron quince años! ¡Y tú…- Silencio. Frotó su entrecejo intentando guardar la calma. Suspiró. Sin mirarlo entró a la cocina y se encerró.

Él subió sin mirar atrás, a su cuarto, cerró la puerta y se paró frente a una pintura con el símbolo Uchiha. Con un par de movimientos de manos deshizo el sello y apareció una puerta. Entró. La puerta desapareció instantáneamente. El lugar en el que estaba ahora, era un pequeño cuarto, con cama, una cómoda, un escritorio y un gran ropero. Su verdadera habitación. Caminó con pesadez hasta su cómoda y tomó entre sus manos una fotografía que había estado ahí por muchos años. La observó con melancolía. En la fotografía se podía ver a tres personas; un azabache con una media sonrisa mostrando una medalla, un castaño sosteniendo como podía a un rubio que trataba de quitarle dicha medalla al primero. El rubio con un puchero en los labios. Recordaba muy claramente ese día, el de orbes cielo gritaba que todo había sido arreglado por las chicas para que el teme ganara. No pudo evitar la pequeña alegría que le daba recordar esos momentos, aunque tampoco el punzante dolor en el pecho que hizo que borrara todo rastro de felicidad.

-Naruto- susurró pasando suavemente sus dedos por el vidrio- ya han pasado quince años.

::

-Tch- volvió a quejarse

-Moo Naru, deja de quejarte. ¡Al menos es una misión!

-¿Y hay que hacerla con nuestra llama de la juventud? - preguntó sarcástico

-¡Cállate! Sabes que he sido traumada con eso toda mi vida- fingía llorar y hacerse la lastimada.

-Tan dramática- rodó los ojos

-¡Es que tú no entiendes! - le gritó para luego murmurar- Si yo tuviera un padre tan cool como el tuyo no me quejaría.

-Él no es cool- dijo serio y con molestia.

Los tres adolescentes saltaban de rama en rama con rapidez dejando atrás la aldea de Konoha. Su misión: llevar un pergamino a Suna.

Naruhiko Uchiha, el mayor de los tres, llevaba unos shorts blancos y un polo negro de mangas cortas con el símbolo Uchiha en la espalda, parecidos a los que usaba su padre de niño, según le dijeron. Llevaba unos goggles colgando en su cuello que según Iruka- san, quien fue quien se los dio, le ayudarían a mejorar su visión remota sin necesidad del Sharingan. Y aunque realmente no los necesitaba, por hacer feliz al castaño los llevaba con él, además por el hecho que hacerlo irritaba increíblemente a su padre, y ese era un gusto que no se dignaría a perder.

Haruhi Lee, una chica de catorce años, cabellos castaño y lacio, que le llegaban a los hombros, usando su banda como una bincha para sostener sus mechones. Para su felicidad idéntica a su madre, sus rasgos faciales y forma de ser, además que de ella también había heredado su destreza y fascinación por las armas. Aunque de niña no se despegaba de su padre y esa llama en sus ojos les dejaba en claro a todos de quién era hija. Orgullo de sus padres Rock Lee y Ten Ten. Usaba un traje chino gracias a su madre y sus costumbres, parecido al que la castaña usaba en su niñez.

Makoto Hyuga, el menor de los tres, seis meses menor que Haruhi. Ojos como la luna, herencia familiar. Cabello azulado como el de su madre, al igual que había heredado de ella –como todos le decían- su timidez. Pero con una habilidad y destreza innata gracias a su padre. El primogénito del par de hijos que tenían Hinata y Neji Hyuga. Llevaba puesto un traje de entrenamiento que le había dado su padre. Su madre le había dicho que era el mismo que su padre usaba de pequeño, algo que hacía que el pequeño Mako-chan, como le decía su madre, se sintiera orgulloso y lleno de felicidad, realmente admiraba a su padre.

::

-¿Pasa algo? - preguntó preocupada girando a vernos al darse cuenta que nos habíamos quedado atrás. Hace unos segundos estábamos corriendo en dirección a Suna, pero Naru se detuvo e hice lo mismo. Me quedé mirándolo.

-Naru, q- -no logré terminar ya que él avanzó, ignorándonos por completo, hacia algún lugar fuera del camino. Intercambié miradas con Haruhi. Ella pensaba lo mismo, teníamos que seguirlo.

Ambos aceleramos el paso al darnos cuenta que él corría increíblemente rápido hacia una dirección desconocida, quizá sintió a algún enemigo y lo seguía. Preocupado por eso, active el Byakugan, me concentré en dicha dirección… “¿Pero qué?” La concentración de chakra más maligna que he sentido jamás era lo único que había en dicha dirección. Una fuerza tan poderosa y maligna que cegaba mi visión y me hacía imposible permanecer en pie. Desactivé el Byakugan asustado, mi paso había disminuido. No, Naru… No podía dejar que fuera solo hacia ahí. Volví a acelerar alcanzando nuevamente a Haruhi, que me miró preocupada, negué con la cabeza haciéndole saber que no era nada. Ella solo regresó a mirar al frente. Ya lo habíamos perdido, pero sé muy bien a dónde se dirigía. Así que la guié.

Cuando llegamos lo primero que vimos fue una extraña cueva. Algo estaba fuera de lugar. Pero Naru estaba frente a ella decidiéndose si entrar o no. Era mi oportunidad de detenerlo.

-Naru- ¡Ah!

-¡Makoto! - corrió hacia mi

-¿Qué es esto? - algo impedía acercarme más, alce mi mano sintiendo una pared invisible, con lo que me había chocado y por lo cual estaba en el piso en esos momentos.

-Parece una barrera- me dijo ella también tocándola- Tch. ¿Qué piensa hacer? - la escuché decir viendo cómo Naru entraba a esa peligrosa cueva. A penas lo perdimos de vista sentimos una fuerza poderosa que nos arremetió contra el suelo. Haruhi cayó de rodillas a mi lado apoyándose con sus manos contra la tierra, yo ya estando en el suelo aún sentía una gran fuerza empujándome contra él, manteniéndome inmóvil. “Naruhiko, regresa…”

::

Aún en el camino, había sentido algo extraño, fue corto y realmente insignificante pero esa presencia lo llamó. Siguiendo sus instintos activó el sharingan en esa dirección y olvidando la misión y a sus amigos, corrió sin pensarlo, ahí había algo. Al llegar adonde sentía ese poder y encontrar una cueva la miró extrañado, él conocía a la perfección todos los alrededores de Konoha. Y esa cueva NO estaba antes.

Caminó con cautela revisando detalladamente su alrededor. La cueva estaba cubierta por una clase de musgo fosforescente. Si había musgo, habría humedad. Y de eso se dio cuenta al llegar al centro de dicha cueva. Sus ojos se abrieron de sorpresa, asombrado por la vista frente a él. ¿Cómo podía haber un lago en ese lugar?

Avanzó hacia el lago y contrajo su cuerpo al sentir repentinamente el clima gélido que rodeaba a este. Fue en ese momento donde pudo darse cuenta que todo estaba cristalizado, congelado. Tratando de ignorar eso, siguió caminando hasta la orilla. Sentía una concentración de chakra en el centro del lago. Se agacho para palpar el hielo comprobando si soportaría su peso. Concentrando su chakra en las plantas de sus pies avanzó. Al llegar al centro del lago entrecerró los ojos intentando ver a través de la gruesa capa de hielo con su sharingan activo. Volvió a concentrar su chakra, pero esta vez en su mano derecha. Chidori. Susurró, para después cortar con destreza el hielo que ahora tenía un gran agujero. Sonrió de lado sintiéndose orgulloso de su trabajo, impecable. Algo que no le duro mucho ya que al haber desviado la energía a su brazo olvidó la de sus plantas y resbaló.

Cayó, hundiéndose en el liquido bajo la gruesa capa congelada. Sentía cómo su cuerpo se entumecía. Así que lo movió con desesperación intentando no perder el movimiento en este, sino se quedaría ahí, congelado. Intentó nadar hasta la superficie. Pero se detuvo. Logró ver algo en el fondo. Subió, tomó aire, y volvió a hundirse impulsándose con sus pies contra el hielo aún sobre él. Nadó hasta toparse con una cabellera brillante. Parpadeó no creyendo lo que veía. Una persona. Se acercó a esta. Un muchacho en el fondo del lago. Era un chico mantenido en el fondo por unas cadenas que destruyó fácilmente con un golpe, seguro por la antigüedad que tenían. Al liberarlo vio cómo el cuerpo flotaba hacia la superficie, el hizo lo mismo. Al llegar, con la poca fuerza que le quedaba en su cuerpo entumecido, sacó al otro y él también salió. Respiró con pesadez. Escuchó un crack que llamó su atención. Y se dio cuenta, para su sorpresa, que el grueso hielo a su alrededor se estaba derritiendo y donde estaba apoyado estaba por romperse. Tanto el hielo que cubría el lago, como el de las paredes y suelo se derretían. Tch. Se levantó y cargó el cuerpo hasta la orilla antes de que volvieran a caer al gélido liquido. Ya en la orilla acostó el cuerpo boca arriba.

Observó al rubio frente a él. Sus facciones, su piel, sus labios… ¿azules? Se alarmó. Cómo pudo olvidarse de algo que había aprendido como reflejo después de salvar a una persona: revisar sus signos vitales. De inmediato, revisó su pulso, su respiración… Suspiró aliviado al encontrar pulso, lento pero ahí estaba; al igual que su leve pero significante respiración. Aunque pensándolo mejor, ¿cómo seguía viva una persona que ni-idea cuanto tiempo llevaba en las profundidades de un lago? Ese chakra…

::

-¡Estas loco! - gritó furiosa siendo retenida por un Makoto que no sabía si podría durar mucho- ¡Tenemos que llevarlo a la aldea!

-No. Algo me dice que no es lo mejor- dijo calmado mientras cubría el cuerpo que hace unos minutos rescató.

-¡¿Algo?! ¡¿Algo?! ¡Déjate de bromas! ¡¿Acaso no sentiste ese chakra horroroso?! ¡Puede ser este chico! ¡Tenemos que llevarlo para que lo investiguen!

-No

-Naru, Haru tiene razón. Sé que con el sharingan también lo viste. Es peligroso- dijo con una mirada seria que no había visto antes en su amigo.

-Lo sé. Pero no lo creo. Ya no parece peligroso

-¡Pero qué cabezotas! Escucha Uchiha, encontraste a este mocoso en el fondo de un lago, dentro de una extraña cueva, que segundos después que saliste de ella se derrumbó y desapareció ¡de la nada! ¡Puff se fue! - gritó desesperada haciendo gestos exagerados.

-Que bueno que no seguía ahí ¿no?

-¡Ahh! ¡Nada de ¨que bueno¨! ¡¿No vez lo raro y peligroso que es todo esto?! ¡Esa cosa es peligrosa! - gritó señalando al rubio.

-No es una cosa- dijo serio frunciendo el seño, algo que sorprendió a su amiga.

Ya fuera de la cueva, su par de amigos le gritaron lo preocupados y molestos que estaban. Hasta que vieron el cuerpo que llevaba en brazos. Al principio se preocuparon y ayudaron a quitarle la chaqueta y el polo mojado, buscando algo con que cubrirlo. Mientras él también se cambiaba de ropa y les contaba lo que había pasado. Ambos se quedaron de piedra y dejaron lo que hacían para nuevamente reprenderlo, o bueno ella lo reprendía y el otro lo miraba con preocupación.

-Entonces qué- preguntó ya más calmada sentada cruzada de piernas al lado de Makoto, ambos junto al cuerpo boca arriba del rubio que seguía inconsciente. Frente a ellos el azabache que veía con preocupación el cuerpo inmóvil- Si no quieres que lo llevemos a la aldea, porque de seguro que lo encierran y le hacen una serie de exámenes, ¿Qué sugieres? - aun seguía algo molesta.

-No lo sé.

-Naru, ¿estás seguro que no es peligroso? - preguntó preocupado el peli azul

-Puedes decírnoslo tú- dijo, aunque parecía una petición. Makoto lo sabía, sabía que con el Byakugan podría aclarar el asunto, pero… no quería sentir ni ver ese chakra nuevamente, era realmente tenebroso. Vio la mirada de sus amigos, Haruhi no iba a ceder hasta al menos tener su aprobación, y Naruhiko pedía por ella. Suspiró.

-Claro….- Tomo aire preparándose para lo que sea que fuese a ver- Byakugan-susurró. Abrió con sorpresa los ojos para preocupación de sus amigos que lo habían estado observando detenidamente.

-¿Qué vez Makoto? - preguntó ella

-Hn, es extraño- murmuró- es como un remolino. Una mezcla de dos chakras- lo dicho sorprendió al par que escuchaba expectante. ¿Dos chakras? ¿Era posible? -ambos son poderosos, pero uno más que el otro. El primero, es un charkra rojo, intenso, inmenso y maligno- su rostro mostraba terror- El otro, es un chakra azul, intenso, inmenso… puro. Un azul transparente, pacifico, alegre. Uno que da paz como cuando vez el cielo- un leve sonrojo cubrió sus mejillas. Algo que sus amigos notaron. No era raro, ni difícil hacer sonrojar al peli azul, pero aun así que esto pasara les incomodó.

-Entendimos- dijo apartándolo repentinamente- Aun así- cambió de tema- tiene entonces dos chakras uno bueno y otro malo. Sigue siendo peligroso.

-Pero no del todo. Además está inconsciente. No puede hacernos nada.

-Ahorita no. Pero ¿después? Además, ¿cómo?. Ya sé, hay que llevarlo a Suna con nosotros.

-Claro

-¡Nada de claro! ¡No era una sugerencia, estaba siendo sarcástica! ¡Sarcástica!

-Pues deberías practicar más

-¡Idiota engreído!

-Hijita de papá

-¡Cabeza de cacatúa!

-Semilla de la llama de la ju-

-¡Uchiha!

-Ne Haruhi, no creo que eso sea un insulto- dijo nervioso Makoto que sudaba frio viendo la discusión de sus amigos.

-Para él sí- sonrió de lado

::

Es hora de que despiertes mocoso

“Noooo, hace mucho frio. Cinco minutos más Ku-chan” tic en la ceja del Kyuubi

¡¿KU CHAN?! ¡Despierta ya!

“¡Ow! ¡Kurama!¡¿Por qué me botas?!” gritó al ser tirado de golpe, sin misericordia alguna, de las acolchonaditas colas del zorro, donde había estado cálidamente dormido.

Ya es hora

“¿Hora?”

Sí, alguien te sacó de la cueva

“¿Alguien?”

Sí, y deja de repetir lo que digo. Es desesperante.

“Pero, no quiero despertar.” Dijo con un puchero en los labios.

¿Por qué?

El rubio cerró los ojos y con los labios comprimidos moviéndolos de un lado a otro intentaba recordar alguna razón. “No sé. Pero no quiero” dijo finalmente. El zorro suspiró.

Vamos, deja de ser tan infantil. No sé ni por qué estoy siendo tan permisivo contigo. ¿Qué me está pasando?

“Es que me quieres~” ronroneó sonriendo zorrunamente.

Mocoso. ¿Es que ni siquiera el ruido de afuera te despierta?­

“¿Ruido? No oigo nada” ladeo la cabeza alzando su oreja para ver si escuchaba algo. Gritos. Había gente discutiendo. “¿Quiénes son?” preguntó curioso, intentando reconocer alguna voz “No suenan conocidos”

Entonces abre los ojos para que veas quién son

El zorro sonreía divertido. Él sabía muy bien quienes eran. “Pero…”

::

-Chidori

-Jeje, sí ataca con todo

-¡Naruhiko! ¡Haruhi! ¡Ya basta! - gritó a todo pulmón, haciendo que sus amigos se detuvieran antes de chocar.

-Mmm que frio…- pero fue ese murmullo que hizo que ambos perdieran todas las ganas de seguir, y se dirigieran al cuerpo que había producido esos sonidos.

El rubio se retorcía haciéndose una bolita y enrollándose en la cobija que tenía encima. Por alguna razón sentía demasiado frio, y su cuerpo comenzó a temblar un poco. El trío lo miró sin perder de vista ningún movimiento o sonido que pudiera producir.

-Esta despertando…- murmuró la chica tragando saliva, si era peligroso o no, era algo que iban a averiguar muy pronto.

Si no fuera porque comenzaba a sentirse observado tan intensamente hubiera vuelto a dormir, pero era realmente incomodo. Y por mucho de que algo en su interior le gritaba que no era buena idea despertar, lentamente abrió los ojos.

El trío vio cómo la bolita abría los ojos y los veía fijamente, al principio medio adormilado, aunque poco a poco se iba espabilando. Makoto algo emocionado decidió hablar.

-Ho- - no logró terminar el saludo a la extraña bolita ya que volvió a cerrar los ojos.

-¡No te hagas el dormido! - gritó la chica desesperada, ya habían estado esperando que despertara desde hace más de diez minutos.

-¡Ow!¡¿Por qué hiciste eso?! - la extraña bolita gritó. Aunque ya no era una bolita, sino un rubio sentado con el dorso descubierto cogiendo su cabeza con ambas manos.

Fue recién donde el par de chicos pudo darse cuenta de algo que el pelinegro había notado desde el momento que lo rescató. Recién daban crédito a lo que estaba frente a sus ojos. Esos mechones brillantes, rubios como no habían visto antes, que reflejaban perfectamente los rayos del sol, que se veían tan suaves que llamaban a acariciarlos; esa piel ligeramente bronceada, algo extraño que se haya mantenido así pese a que estaba bajo un lago por quien sabe cuánto tiempo; unas curiosas marcas en las mejillas que le daban un aspecto de un conejito; no, gatuno; no, definitivamente zorruno. Y unos grandes ojos como el cielo que los miraban con confusión…

-…aso ¡Que me hagan caso tebayo! - gritó con molestia ya que el trío de chicos se habían quedado mudos, mirándolo, y ya comenzaba a sentirse realmente incomodo por esas miradas intensas recorrer su cuerpo, especialmente ahora que se daba cuenta que no tenía nada.

-L-lo siento- se disculpó Makoto agachando la mirada totalmente avergonzado.

-Vaya, vaya- sonrió de lado la castaña.

-…- el azabache solo se limitó a mirarlo.

-Etto… ¿Quiénes son ustedes? - preguntó confundido , buscando con una de sus manos la cobija con la que estaba cubierto, por alguna razón se sentía atravesado por esos ojos jade. Unos que le resultaban remotamente familiares.

-Yo soy Haruhi- dijo alegremente sonriéndole- él es Makoto- señaló al peli azul- y él es Naruhiko. Somos shinobis de Konoha- dijo con orgullo y esas llamas reflejándose en su orbes negras.

-Hola- el peli azul solo lo miró unos segundos antes de apartar la mirada, por alguna razón que ni él comprendía se sentía muy avergonzado ante el rubio.

-Hola- les sonrió, después de todo eran ninjas de Konoha, así que eran aliados- ¡Yo soy Uzumaki Naruto! ¡También soy un ninja de Konoha! - expresó con felicidad llamando la atención de los tres.

-¿Konoha?

-Sí- contestó al muchacho que debía ser Naruhiko

-Que raro- dijo la castaña- no te recuerdo de ahí. Además cómo explicas el hecho de que estabas en una cueva… y el chakra maligno- recién recordaba el porqué temían a ese muchacho frente a ellos. Rayos, cómo se había dejado distraer con esa rubia cabellera.

-¿Chakra maligno? - ups, debe ser el Kyubi. Se quedó pensativo, aunque algo confundido, ¿no se suponía que todos en la aldea sabían sobre él y el Kyubi? Y ¿cueva? Es cierto, él estaba en una cueva. Aunque ahora que lo pensaba, ¿por qué? Y por qué dormía junto al Kyubi. “Ne Kurama, ¿puedes explicármelo?” Lo siento mocoso, esta es mi venganza por el estúpido apodo que me pusiste “¿apodo?” Nadie me dice ku-chan~.“¡Resentido! Vamos Kurama~”

-¿Y? ¿Puedes explicárnoslo? - Haruhi seguía interrogando al rubio, mientras este seguía intentando sacarle algo al Kyubi que no parecía querer cooperar- ¿Uzumaki Naruto? - comenzaba a molestarse

-Basta Haruhi. Quizá no lo sepa. Recuerda la situación cómo lo encontramos- el azabache se levantó y fue hasta la mochila de Makoto- prestame esto- el peli azul asintió viendo que cogía uno de sus polos- Es mejor si te cubres, no creo que puedas andar con esa cobija todo el camino- el rubio recién salió de su disputa mental mientras veía lo que le ofrecían.

-Gracias- sonrió como solo él sabe hacerlo, haciendo que los tres se alejaran un poco por tan brillante sonrisa- Por alguna razón hace muuucho frio. Cierto. ¿Estamos cerca de Konoha? - preguntó mirando a su alreddedor

-Sí, Pero estamos en camino a Suna

-¡Naruhiko!

-¿Suna? - el rubio lo pensó un poco “Ahí podré preguntarle a Gaara” se sintió feliz con la idea, y sin hacer caso a la chica que comenzaba a gritar nuevamente con el azabache. Se puso el polo que le habían ofrecido y se levantó- ¡Yosh! ¡Vayamos a Suna!

Notas finales:

Y eso es todo :D!

¿Qué les parecio? O.o

Soy de las que no les gusta los OC, así que me sorprendí a mi misma al verme creandolos! Pero no me queda de otra han pasado quince años después de todo :S Ahora tenemos a tres shinobis nuevos ;D. Con padres que se que todos conocen XD

¿Son parejas esperadas? Bueno, si alguno estaba feliz con ellas, pues... suban y lean el nombre de la pagina, sí. Bueno, no se acostumbren, quizá haya algunas sorpresas después. Total solo es el primer capitulo :P!

Si quieren que continue saben cómo decirmelo :P

Proxima parada SUNA! XD


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