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SANJI DECIDE MORIR por steve98

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Notas del capitulo:

Sinceramente llore al hacer este capitulo :p (?) Bueno no llore, se me hizo el nudo la verdad, y mientras escuchaba Hijo de la chingada... Digo! Hijo de la Luna XD de Mecano *----* (no se si se habran dado cuenta, pero soy algo ochentista... A veces). 

Agradecimientos a mi marimo por aprender rapido y chantajearme(?) asi que, aqui los dejo con el capitulo, esta algo deprimente e.e pero el final es extraño XD... Ojala y pueda tener mis 200 rws eh!!

Sanji decide morir.

Parte XXIX

Sanji Pov's.

A media noche, o alrededor de aquella hora, me levante. No podía conciliar el sueño, gracias a lo que había soñado esta tarde. O eso creo, espero y no fuese nada, pero igual me alteraba por ello. El corazón me latía a mil cada que lo recordaba.

Abrí la puerta, al parecer esta no la habían cerrado, hacia un par o tres horas que debieron cerrarla, pero no lo estaba, me preguntaba por que. Abrí un poco, y la luz de la luna se coló a la habitación. Mire mi buró y ahí estaban las pastillas que me entrego Kidd de parte de Law. Me acerque al mismo y tome el frasco para mirarlo, pero volví a dejarlo en su lugar, saliendo del lugar, recordando los datos que Zoro me mando con Ace para salir de aquí, si es que decidía aquello, pero yo sabia que me quedaría. Mis pies estaban descalzos y calaba el piso frío debajo mío, pero no por eso se sentía desagradable.

–Sanji... –habían susurrado mientras dormía. Por una razón, me había quedado dormido en un sofá cerca de la cocina, y aquella voz me hizo pegar un aliento en mi nuca, haciendo que se me erizasen los vellos de esta.

Yo no había respondido, pero sabia que, aquella voz sabia que yo había escuchado.

–Te falta poco tiempo, para nuestro trato –la voz llego a mis oídos y resonó en mi cabeza, haciendo que me estremeciese, mas mi cuerpo físico siguió igual a como estaba, solo que con la piel de gallina esta vez. La muerte me visitaba de nuevo en mi subconsciente y no me era muy grato el que me hablase. No me era agradable.

–Recuerda... Si me fallas, no solo tomare tu vida, tomare la de Zoro –aquello hizo que mis ojos se abriesen de golpe y sentí como el sudor bajaba por mi rostro. ¿Cuando había empezado a sudar? Quien sabe, pero parecía que no solo mi rostro estaba así, mi ropa estaba húmeda.

–Apurate... Sanji –se oyó una risa y después desapareció.

Aquel recuerdo seguía demasiado fresco en mi memoria, y era lo que menos quería, pero daba igual, tenia que distraerme con algo mas, o si no, no podría pegar ojo en toda la noche, aunque por esto, algo me decía que por mas que quisiese no lo haría, y que debería dejar de intentarlo.

Camine, cuidando de no pisar las lineas de los mosaicos, como hacia tal y como cuando era pequeño. No sabia por que lo hacia, simplemente era una especie de juego que suponía todos los niños hacían. El piso era blanco y los pasillos eran alumbrados por la grande luna que extrañamente se veía hermosa hoy. Me pregunte si podría la muerte verme en estos momentos... Seguramente si.

–Sabes que no te tengo miedo –murmure, aunque quizás muy en el interior, todos le temían a su propia muerte, sobretodo si tenias algo con ella. Aunque yo no me sentía con miedo. En esos momentos, estaba dispuesto a luchar, todo por Zoro. Si el quería llevarse mi vida, estaba bien, pero Roronoa Zoro, se quedaba.

Al parecer a ella le gustaban los juegos y quizás esta no era la primera vez que empleaba este método contra sus víctimas, pero no me atreví a preguntarle, sobretodo por la obviedad. Digo, ha de tener milenios de años, seguro que esto ya había pasado.

Me pregunto como se sentiría Zoro al ver que no iría con el. Saber que no dejaría este lugar, que yo me quedaría, pero, el es fuerte, se que no pasará nada, o al menos albergaba aquella esperanza de que el siguiese su camino tal y como parecía haber planeado antes de mi llegada. O eso pienso.

Pase mi mano por mis cabellos una y otra vez, peinándolos al tiempo que caminaba hasta llegar al jardín, donde la puerta no estaba cerrada para entrar y salir. Era extraño... ¿Por que no estaba cerrado? Aunque bueno, si esa puerta hubiese estado cerrada, había otras entradas y salidas al jardín.

–Me pregunto si olvidarte estará bien... Marimo... –susurre mientras veía la luna. Salí, sintiendo la nieve en mis blancos pies. Me recorrió un escalofrío y saque el otro pie a la nieve, para abrazarme a mi mismo, mientras el aire me pegaba directo.

La muerte había dado opciones sobre como salvarme y salvar al contrario.

–Zoro... No quiero olvidarte –susurre mientras por un momento sentí mis piernas flaquear. Mi mente empezaba a nublarse y solo atine a mirar aquella luna resplandeciente sobre mi. Sin preocupaciones, sin nadie que amar, seria tan feliz, pero tan triste al mismo tiempo.

–Quizás apartarme de su camino este mejor para el... ¿Cierto luna? No hablarle mas para apartarme de su vida, reírme en vez de llorar... Pero... No es por que ya no le quiera –murmure mientras sentía mis ojos ponerse acuosos. Yo... No era que ya no le quería. Aquel hombre, había logrado en tan solo unas semanas, lo que ninguna de las mujeres con las que estuve logró en meses.

–No es que... Ya no le ame... Ni que dejase de importarme... Es solo que, se que su vida sin mi será la misma que tuvo desde antes de mi llegada. Se que el estará bien, y el simple hecho de ello... Me... Me hace muy feliz... –susurre mientras las lagrimas comenzaron a salir, y mi cuerpo caminaba entre la nieve. Me empezaron a temblar las piernas hasta que caí cerca de una fuente.

Llore. Llore como niño pequeño al que le habían quitado su juguete. Pero a mi no me quitaban mi juguete, me quitaban aquello que amaba, y dolía, al igual que dolía el hecho de que lo mas posible es que no me dijese "ven conmigo... Por favor, te necesito".

Si el decía eso... Me iría con el... Pero no lo diría,.. Jamas lo diría. Aquellas amargas lagrimas derramandose de mis ojos mientras veía a la luna como implorando un milagro.

–Si solo el mundo no girara y el tiempo no existiese, nuestro amor jamas moriría entonces. Pero yo no necesitare tiempo... Yo... T-te amare siempre, y no necesitare sol ni luna, ni aquellos astros para seguir amandote a ciegas, y saber que quizás escojas otro –susurre mientras recargaba mi rostro en aquella nieve. Se sentía bien. Si la muerte quería llevarme, podía hacerlo ahora mismo, pero parecía divertirse con ello, por que no me mato. De hecho, no paso nada.

–Si la vida fuese otra... Y mi muerte llegara ahora o en ese entonces, te amaría hoy, te ame ayer.... Te amaría siempre –murmure mientras con mis manos logre ponerme de rodillas y sentarme en mis piernas.

Ya he probado las prisas, el sexo express, y los amores precitados, amores verdes, morados, sangrientos, celosos, posesivos, de todos tamaños, olores y formas, en tan solo el chasqueo de dos dedos. Los te quiero pasajeros de primera vista, cuerpos fugaces, me enamore de desconocidas y las desquise contrarreloj.

–Ya no quiero eso... Quiero un amor a fuego lento... Lo necesito. Zoro... Se ese amor, se aquel que me haga sentir aquellas cosas –llore mientras veía la luna. ¿Por que me quedaba ahí, viéndola, admirándola? ¿Para que se riese de mi? ¿Para que me tuviese lastima? O quizás era el hecho de tener la simple oportunidad de darle mis confesiones a la hermosa dama nocturna.

Por que sin buscarle, le encontraba en todos lados, sobretodo al cerrar mis ojos, podía sentir sus caricias, aquellas manos recorriendome, y aquellos besos que me eran dados. ¿Por que tenia que terminar? ¿Por que tenia que dejarlo? ¿Por que nuestros orgullos eran mas grandes que este amor?

En este punto, estaba muriendo por dentro, me estaba auto destruyendo este amor, y por aquel simple hecho, me aferraba mas a el. Me revolqué en la nieve, patalee y grite tan fuerte que mi voz simplemente desapareció en un vaho.

Podía cerrar los ojos, podía pensar en otras cosas y cerrarme ante aquello que no quería ver, pero no podía cerrar mi corazón ante aquello que no quería sentir.

–¡Te amo! ¡Te amo tanto! –lloriquee mientras sentía mi pecho subir y bajar. En estos momentos estaba enojado, triste, estaba celoso, y me sentía inútil, depresivo, quería suicidarme de nuevo y ya, morir, pero si lo hacia, Zoro moría conmigo, no lo permitiría. Aunque yo no pudiese salvarme, el estaría bien, sin el saberlo, yo le salvaría la vida, y estaría bien.

En esos momentos me sentía con ganas de un abrazo, de un consuelo, pero no, tenia que guardarlo. Mordí mis labios y entonces mire de nuevo aquella resplandeciente dama en el cielo que era la luna.

–¿Por que?... ¿Por que simplemente un día, no quieres saber nada de amor, nada de enamoramientos, y al siguiente tu corazón late mas fuerte por otra persona? –susurre mientras sentía mis mejillas húmedas ponerse frías como la nieve. Me dejé caer al suelo y quede boca arriba, sintiendo la nieve caer sobre mi, enterrandome poco a poco.

Dicen que el destino hace lo que hace, y por eso lo que es ahora, es. El... Me unió a Zoro, y ahora me separa de el, ¿que planeas? ¿Querías hacerme sufrir? ¿Es esto el karma? Es demasiado doloroso, prefería simplemente, nunca haber intentado el suicidio. Por momentos pensé eso, no haberlo hecho, pero no podía decirlo en voz alta. Por que el no haberlo hecho implicaba no haberle conocido, y eso... De eso jamas me arrepentiría.

Separarme de el... Seria lo mejor, a pesar de este amor tan profundo que decía sentirle, no debía dejar que mis sentimientos me guiaran a seguirle y que ambos muriésemos.

Solo se podría decir que al perderle yo a el, y el a mi, ambos perderemos. Yo por que perderé lo que mas amo, y el por que perderá a quien mas le ama. No me arrepiento de nada.

–Intente suicidarme a la edad de 23 años... Yo... Soy Kuroashi no Sanji, y he conocido el amor en un manicomio, y es... Simplemente irónico –reí un poco mientras mi hipo comenzaba a presentarse y hacia un esfuerzo por no llorar mas. Los ojos se me hincharían y quería por lo menos, verlo irse de aquí.

–Dicen que el amor hace al loco... Y por eso... Por eso es irónico –reí ligeramente mientras sentía mi ceño fruncirse al intentar mantenerse alegre, pero me era completamente imposible.

Será que uno de nosotros no sabe amar, y el otro sabe demasiado.

–Zoro... Te amo, y por eso, por el simple hecho de que quiero lo mejor para ti, olvidare quien eres, olvidare lo que alguna vez tuvimos, y olvidare el hecho, de que alguna vez quise un futuro a tu lado. Protegerte me dolerá, pero me importa mas tu libertad y tu vida, que mi esclavitud al dolor y esta muerte que pronto viene –susurre. Cerré ambos ojos y sentí aun aquellas gotas en mis mejillas hasta que se secaron. Tenia ganas de seguir llorando, seguir gritando y seguir diciendo cuanto le amaba, pero aquello no me ayudaría, no me salvaría, y mucho menos a el. Debía dejar de llorar por algo que parecía estaba decidido desde el momento en el que me tome las pastillas.

–Estas muy enterrado, ¿Que acaso quieres morir aquí? –escuche una voz, que reconocí como la de Kidd. Abrí los ojos y le mire, solo sonreí. Me preguntaba si había escuchado aquel patético cantar mío; solo le mire en silencio.

–Si escuche. Pero no creo que lo ames –dijo mientras se sentaba en la fuente y recogía sus pies de la nieve, frotando sus manos contra estos, dando calor a los mismos. Me sorprendió aquello y solo alce la ceja.

–Si en verdad le amaras... Irías a por el, ¿no? –pregunto mientras miraba el cielo estrellado, y los grillos se habían escuchado, o al menos empezaba yo a escucharlos y mi mente se daba cuenta de ellos.

–A veces, no se tiene otra opción, y si la tengo, creo que esta le hará bien, por eso elijo esta. Si el esta bien, yo lo estaré, y aun cuando elija a alguien mas antes que a mi... Estará bien –susurre mientras sonreía y una lagrima volvía a recorrer mi mejilla.

–Callar es de sabios, amar de humanos, llorar de valientes y perdonar de humildes. No callo por que no soy sabio y nací gritando, amo por que soy humano, no lloro por que aun no tengo esa valentía que tu tienes, y no se perdonar por que aun no aprendo la humildad. Sanji, eres fuerte, se que lograras salir de esto –dijo. Aquello... Kidd. Ese estúpido...

Apreté mi mandíbula, y esta vez no retuve aquellas lagrimas y llore, llore frente a el.

–Kidd... ¿Enserio lo crees? –susurre sonriendo una vez mas tranquilo. El bufo algo molesto y vi como se ruborizaba ligeramente. Aun era pequeño, pero por lo mismo sincero.

–Tienes dos opciones, ir a la guerra por quien amas, o simplemente olvídale –susurro.

–Seré su soldado, peleando cada segundo del día, el será aquel ultimo, aquel ultimo a quien ame. Hasta el día que me ame, podré protegerlo, hasta el día en el que diga que el me ama, tendré aquella fortaleza. Y aun cuando no... Estará bien... Aun cuando el no me ame... Creo que estará bien... Le protegeré aun así, podré ser rudo, podré ser autoritario, pero se que será por una simple razón, si no peleo por aquello que amo, no deberé llorar cuando lo pierda –dije mientras le mire de reojo. Sonreí un poco aliviado.

–Tienes mucho guardado –dijo mientras me miraba. Solo me alce de hombros, o creí haberlo hecho, pero no estaba seguro, mi cuerpo se comenzaba a dormir, y aunque no me agradaba, me daba igual.

–¿Y tu?... ¿Tienes algo guardado? –pregunté mientras le miraba. El solo sonrío burlón y negó. Por alguna razón, aquella burlona sonrisa no me la tomé a mal, quizás era el hecho de que ya le conocía, o era que estaba demasiado mal, que sus burlas hacían que me auto-compadeciese de mi y solo le restara importancia.

–Yo siempre fui escuchado por mi padre, ¿tu? –dijo sin mirarme esta vez. Mi mente vio a aquel viejo que llamaba padre, demacrado, cansado de preocuparse de mi, cansado de todo, pero a pesar de ello, sonreía siempre para mi, mas sin embargo siempre trabajaba, así que mis problemas siempre fueron guardados, era costumbre, o si no me los susurraba a mi mismo en forma de consuelo.

–Tengo frío, ¿no tienes frío debajo de aquella nieve? Morirás si te quedas ahí –dijo tranquilamente. Solo alce una mano, viendo caer nieve de la misma mientras parecía querer alcanzar algo inexistente. Querer y estar a punto de rozar ese algo, pero después, solo puse mi mano contra mi pecho.

–¿Lograste tomarlo? –pregunto el. Quizás es que podía leerme la mente aquel chico o algo, había entendido. El, había entendido.

–Lo deje ir –murmure.

–A veces se necesita un empujón... No puedes anteponer la vida de los demás y pensar que eso cuenta como amor... ¿Dejarías que me quedase con Zoro? –susurro. Aquello hizo que arrugase mi nariz y gruñese como animal salvaje para mi mismo, y afile mi mirada, hacia el.

–Si tu no luchas por el, quizás no sea yo, pero alguien te lo quitara, y tendrás que soportarlo, ¿no? –dijo mientras el alzaba su mano, con su indice parecía querer alcanzar algo, sus ojos llenos de determinación, hasta de repente cerrar su puño y ponerlo contra su pecho.

–¿Lo lograste? –pregunte mientras trataba de verlo desinteresadamente, pero me era imposible.

–Pues claro, no lo dejare ir tan fácil... Es mío –susurro mientras abrazaba aquello inexistente, compuesto de aire, pero en la imaginación algo muy valioso y que le mantenía aun, un poco mas cuerdo cada día.

–Entonces... –susurre antes de sentarme, y comencé a pararme, me tambalee y pensé caerme, mas me mantuve firme, y alce mi mano y mi brazo mientras me ponía de puntas con los pies, a pesar de que dolía. Entonces, solo entonces tome aquello y lo abrace con fuerza. Como si pudiese escaparse.

–¿Y bien? –preguntó. Solo asentí con la cabeza en silencio y el rió para levantarse y meterse, y después perdí su sombra entre los pasillos.

Cuando volví al cuarto, me sentía mas liberado, y mas cansado, habrían pasado alrededor de dos horas, si no es que mas. Debía dormir aunque fuera un poco. Abrí la puerta, pero no encontré al pelirrojo ahí; solo me alce de hombros y me metí a la cama. Seguramente estaría con Law, o lo buscaba.

Sonreí para mi mismo, Zoro estaría bien sin mi, ¿cierto? Tenia que auto-convencerme de ello.

Zoro Pov's.

Abrí uno de mis ojos, sabia que ya era de día, y aquello me asustaba un poco aunque no quisiese admitirlo. Pues la razón para mi susto no era ni mas ni menos que Sanji, me preguntaba que habría decidido. ¿Se quedaría o se iría conmigo? Le dije que lo esperaría temprano en la pared y eso, o lo había mandado a decir con Ace ayer por la tarde.

Suspire, tenia que levantarme quisiese o no, debía irme temprano, no podía esperar otro día. Así que hice a un lado las sabanas con mi mano y mis pies y toque el suelo con los mismos, para levantarme e ir al sanitario donde me duche sin mucho animo.

La verdad, es que estaba nervioso, y como ocultarlo, todo culpa de ese ingrato, pero igual, estaba casi seguro de que iría conmigo. La duda lo asalto cuando se lo pregunte de repente, pero quizás lo pensó bien y decidió venir conmigo. Si, eso quería, eso deseaba con todas mis fuerzas. Que lo hubiese pensado bien y se hubiese quedado con la segunda opción de irse de aquí.

Cuando salí del baño me seque con la misma toalla con la que salí y me puse ropa limpia. Saldría sin nada, pues había llegado con nada mas que ropas –que vayan ustedes a saber donde habría quedado– y saldría de la misma forma. No necesitaría mas medicamentos, así que no tome nada.

El lugar no estaba estratégicamente echo para que no escapásemos, así que había muchos lugares por donde fugarse, pero el mas seguro era el de una pared de un jardín, por medio de treparla con una soga. Las cosas para entonces ya estarían listas, Ace se encargo de ello, y le agradecía internamente el facilitarme y haberme insistido tanto en ayudarme.

Ni siquiera me digne a presentarme a desayunar, no había tiempo que perder, y la respuesta me tenia mas colado por esta que nada. Llegue al jardín, no vi a Sanji y trague algo de saliva, nervioso. Llegue a la pared donde ya estaba la soga. Los arbustos me taparían, pero igual tendría que ser rápido, ademas de que no era demasiado alto.

Comencé a trepar, y hasta que llegue a la cima me senté para mirar un poco alrededor. Ni rastro de Sanji, el no vendría... Aquello me dio como un aguijonazo en el corazón. Iba a saltar al otro lado, mas no sin antes despedirme visualmente de todo aquel lugar, y sus trabajadores, al igual de todos aquellos que había conocido.

–Sanji... –susurre mientras fruncí el ceño y después salte al otro lado, sin miedo, sin rencor, solo una profunda tristeza en mi corazón.

Notas finales:

Oh shit ya puedo senti la horda de zombies viniendo a por mi queriendo descuertizarme por que Sanji no se fue con marimo-kun

hola reita, alessa, joss, yuki, carolina, natsuki, err quien mas ewe? Ah maddy XD y otros que ahorita por dolor no recuerdo XD

Sobre todo el que me chantajeo... Hola elliot ._. nos volvemos a ver eh?... *modo misterio ewe* ay... Pues si te jodo todos los dias y no te dejo en paz cierto XD? Ñah te amo xDD 

igual aqui esta el capitulo,.. Os dejare el siguiente no se cuando! Pero ya esta en su fin este ff! Asi que espero que llegue a mis 200 rws! Entienden!? Tiene que llegar con este cap a los 190 ewé! O no le sigo y asi se queda ._. 

Chantaje! Puto chantaje XD


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