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El secreto de la Liebre por lolitasherry

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Notas del capitulo:

Espero les guste el capitulo, los personajes de Saint Seiya pertenecen a sus creadores.

Capitulo 53

 

 

 

--En el rancho de Pamela, el caballero de bronce y el general marino cumplen con sus tareas como todos los días, a lo lejos se divisa una camioneta muy conocida y detrás de ella un auto color claro que no logran reconocer, tal vez sea algún proveedor o algún cliente al que no le ha llegado su mercancía a tiempo, aunque de repente se dejan sentir de manera casi imperceptible tres poderosos cosmos que los ponen a la defensiva,

¿Quienes son esas personas y porque están en un lugar como este? A medida que se acercan Ikki va reconociendo a los dueños de esos cosmos, esta realmente impresionado y no da crédito a lo que siente, se siente obligado a corroborar con sus propios ojos que realmente son ellos, pero no puede dejar que lo descubran.

 

 

 

 

--¿Qué pasa Ikki?—pregunta preocupado Isaac pues el también a sentido dichos cosmos.

 

 

 

 

--Estamos en problemas, son tres caballeros dorados—le contesta el ave de fuego-- yo no puedo acercarme a la casona, me reconocerían de inmediato, pero tu si puedes pasar desapercibido, solo necesito que me confirmes quienes son—no hay problema, tu descríbemelos y yo iré a verificar si son ellos o no.

 

 

 

 

--En Grecia un muy frustrado dios se jala sus plateados cabellos, no ha conseguido ni una sola pista del posible paradero de la inmortal ave y su señor no piensa esperarle toda la vida del caballero de Andrómeda, necesita algo, un indicio que lo saque del bache en el que esta atorado, mientras ronda el santuario sin ser detectado por el patriarca y como si las morías se apiadaran de el  una pequeña conversación parece darle una pequeña luz para comenzar su búsqueda.

 

 

 

 

--Ansió regresar pronto a casa, no llevamos ni una semana y ya extraño a todos—comenta melancólico Ban a Jabu.

 

 

 

 

--No eres el único, yo también los extraño, en especial a Ante ¿Cómo estará mi chaparra?—de seguro que bien, oye pasando a otra cosa, no crees que Ikki se mostró muy interesado por saber donde y en que estábamos trabajando cuando estuvimos aquí por la boda de la señorita Saori.

 

 

 

 

--Ahora que lo mencionas fue algo un poco extraño, pero aunque así fuera el no se quedaría a trabajar en una granja, no me imagino a Ikki siguiendo una rutina el no es de los que se establezcan en un solo lugar—tienes razón, sin embargo creo que mostró demasiado interés por saber mas del rancho y ahora que hemos dejado nuestros trabajos por un año ¿No crees…—no le des mas vueltas al asunto, no creo que Ikki vaya a visitarnos algún día a Camargo y mucho menos quiera conseguir un empleo allí.

 

 

 

 

--Y allí estaba su pista, no era mucho pero algo era algo y se aferraría a ese pequeño indicio.

 

 

 

 

--En Londres las cosas no marchan de la mejor manera, Fleer a llorado toda la noche y Pamela esta obligada a visitar el orfanato que sostienen los fondos que le dejo Ramiro.

 

 

 

 

--Creo que no hay otra alternativa, tendrás que quedarte con Fleer mientras visito el orfanato—Pero—sin peros Daimond el señor Lowell me recogerá a la salida del hotel y me dejara en el mismo después de las seis de la tarde, no te preocupes no pasara nada malo, tienes la dirección y el numero de teléfono del orfanato.

 

 

 

 

--Eran la 10:00am cuando un apuesto  hombre de cabellos y ojos color obsidiana descendía de la elegante limusina que tan amablemente  Radamanthys había puesto a su disposición, estaba algo nervioso, hacia meses que el profesor que estaba traduciendo el libro avanzaba a paso muy lento debido a la enfermedad que le aquejaba, por tanto no debía exagerar con el trabajo, pero al llamarle el día anterior, este se mostró muy contento de que estuvieran tan al pendiente de su trabajo y lo había citado temprano en la mañana para mostrarle algo que, según él cambiaria el rumbo de su investigacion.

Conocía muy bien la red de pasillos y salones que llevaban al estudio del profesor en lenguas muertas y dialectos tribales, sumido en sus pensamientos llego sin darse cuenta a la puerta del estudio que estaba parcialmente cerrada, iba a tocar cuando del otro lado escucho que adentro se desarrollaba una discusión que iba en aumento.

 

 

 

 

--Alex, muchacho, por favor deja ese libro— ¡No profesor, este libro podría catapultarnos a la fama! ¡y usted quiere dejarlo en el olvido! Si usted no tiene ambiciones yo sí.

 

 

 

 

--¡No entiendes, no sabes! Por favor baja el arma, no tienes idea de quienes son los dueños, no sabes de lo que podrían ser capaces por proteger los secretos que guarda ese libro— se palpaba la angustia en la voz del anciano,Al oír esto Shura se alarmo, si el profesor Norman resultaba herido o peor aun, moría, entonces todos sus esfuerzos se verían  tirados en la basura.

 

 

 

 

--¡No me importa, aun si no llego a publicar todo lo que hemos descubierto, con las puras pastas del libro tengo para vivir como rey el resto de mi vida! Shura no espero más cuando escucho el arma ser amartillada, el muchacho no iba a detenerse,  estaba dispuesto a matar a una persona solo por ambición, por su parte el anciano maestro ya daba su vida por terminada y le dolía el corazón, Alex era como el hijo que nunca tubo y este estaba a punto de matarlo.

BANG resonó por toda la habitación pero el impacto nunca llego al muy asustado maestro.

Poco a poco fue abriendo los ojos solo para ver frente de si la espalda de uno de los dueños del libro que su asistente pensaba robar, por su  parte el muchacho estaba atónito, frente a el un pelinegro de ojos color noche sin estrellas sostenía solo con su dedo índice y pulgar  la bala con la que había querido asesinar a su mentor y en la otra, el libro que hasta hacia solo unos instantes sostenía con su brazo libre.

En otro tiempo el español hubiese asesinado al joven sin miramiento alguno, pero decidió que seria mas útil en el santuario en la biblioteca personal del patriarca, a través del cosmos le pidió a Mu un gran favor que podría resultarles muy beneficioso tanto a el como al Lemuriano, cuando este se presento el profesor ya había escondido el libro y su ayudante se encontraba inmovilizado en medio del pequeño estudio, el primero en hablar fue el de aries.

 

 

 

 

--¿Cuál es ese trato tan beneficioso del que me hablabas Shura?—Uno que te agradara mucho, este joven aquí presente ha estado a punto de dar a conocer la existencia del santuario al mundo, pero como es una persona con una mente muy valiosa he de pedirte que le digas a Saga o a Kanon que empleen con el la técnica que tu ya sabes y lo instalen en la biblioteca, será una ayuda invaluable para ti, explico el de capricornio—Mu  se lo pensó un momento y concluyo que un par de manos extra le caerían de perlas, a parte que si no aceptaba al joven Shura tendría que sacrificarlo.

 

 

 

 

--No te preocupes a partir de ahora yo me hago cargo de él—Tomando del brazo aun desesperado muchacho con la mirada angustiada, preguntándose que seria de él a partir de ese momento, el profesor desvió la mirada y se mantuvo en silencio mientras que el caballero desaparecía con el que alguna vez llegara a considerar como su propio hijo.

 

 

 

 

--No lo volveré a ver ¿Verdad?—rompiendo el pesado silencio que se había formado entre los dos—así es pero tenga la plena seguridad de que esta vivo, en alguna parte del mundo pero vivo—aseguro el caballero para quitarle un gran peso de encima al hombre ya entrado en años.

 

 

 

 

--En el centro de Londres una apurada castaña baja casi corriendo al vestíbulo del hotel, se le ha hecho tarde pues no tiene corazón para dejar a su amiga en semejante estado, allí el señor Lowell la recibe para escoltarla a la limusina que los llevara a destino, mientras el le abre la puerta con su consabida caballerosidad inglesa ella se disculpa por enésima vez—En verdad lo siento, solo que mi amiga no se sintió bien ayer, pero como se que es muy importante para los miembros del consejo tuve que buscar a alguien que la cuidara en mi ausencia—diciendo todo esto mientras ingresaba al coche, no había notado la presencia de las otras dos personas  que ocupaban los asientos de enfrente hasta que una voz le congelo la sangre--¡TÚ!—fue todo lo que le vasto para mirarlo a los ojos ¿Qué mas podría pasar?

 

Notas finales:

Gracias por leer lo que escribo.


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