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¡Cállate! ¡Bésame y métela! por -Aoi Iwakami-

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Notas del capitulo:

Se me ocurrió (?) disfrutenlo

Y era que no había sido una buena mañana, sí, mañana su día apenas iba comenzando y ya tenía una que otra molestia, primero casi se hace mierda al pisar mal y caer de su cama, todo por culpa de que sepa dios como se abrió la cortina dándole de canto el sol en la cara. ¡Fue horrible! Segundo, cuando iba a desayunar no sin antes haber probado un poco, se dio cuenta de que la leche estaba caducada.

-          -¡LECHE DE MIERDA!

Corrió al baño a escupir, hico gárgaras para que la asquerosa sensación desapareciera y se sobó el estómago.

-          -Maldita sea, ¡llegaré tarde! –Exclamó con molestia al ver por el rabillo del ojo que faltaba apenas unos minutos para que la hora de entrada se aproximara.

 

Cuando ya estaba en su auto, como si de un rosario se tratara comenzó a maldecir en voz alta, y no era para menos; el taco era horrible. Se miró por el espejo y gruñó al notar que algo faltaba, pero el alma le volvió al cuerpo al recordar que siempre andaba trayendo una de repuesto.

-          -¿Dónde estás bandita~? –Canturreó divertido y vio hacia el asiento trasero, sonrió al dar con aquel pedacito de tela que tanto le identificaba. Se frustró al ver que el avance era el mínimo debido al enorme taco.

Pasado una media hora se vio llegando a Ps company, iba a entrar con cautela pero la suerte hoy no estaba de su lado, al entrar no pudo evitar tropezarse con una mesita de café que tenía encima un florero, y otros artículos pequeños que con el simple tropezón de nuestro torpe amigo se vinieron abajo provocando que todas las miradas se clavaran en el. 

Aoi lo miraba desde el sillón se llevó la mano a la frente

-          -Eres tan cauteloso, viejo.

-          -¡Siempre dije que quitaran esa porquería de ahí! –Reclamó este antes de comenzar a recoger todas las cosas que fueron víctimas de su entrada victoriosa. Pudo escuchar como el enano se reía de él, frunció el ceño y lo miró- ¿Y a ti que te pasa? ¿Nunca has tenido un mal día?

-          -Uy, ¿Andas con la regla? –Frunció los labios y se dejó de reír al recibir una asesina mirada por parte del mayor.

Luego de una latosa reunión de banda quedaron libres, Reita suspiró, por alguna extraña razón no podía dejar de mirar al enano. Le resultaba raro, y no era para más, si el enano se la pasaba provocándolo de maneras indirectas ya sea usando ropa ajustada que marcaba todo su jodido cuerpo y levantando de sobremanera el trasero al caminar, y hoy no era la excepción. Reita sonrió de lado.

-          -Oye iguana, ¿Me acompañarías al centro comercial? Necesito unos repuestos para el control remoto –Bingo, la oportunidad perfecta para el rubio mal teñido, ya tenía todo planeado.

-          -Ah, por supuesto… -Asintió antes de sonreír disimuladamente de lado.

 

Se dirigió hasta su auto con el menor, y condujo hasta el centro comercial, al bajarse tuvo que aguantarse las mil y una tienda que visitaría gracias al menor, pero cuando al fin, luego de una larga –literalmente- búsqueda, su plan se llevaría acabo. Para su suerte estaba de noche y comenzaba a llover.

-          -Maldición, está lloviendo… -Se quejó Takanori- ¿Me puedes dejar en la estación de metro?...

-          -Ni lo sueñes, ¿Con esta lluvia? Mejor te llevo a tu casa.

-          -¿De verdad harías eso? Hey, no es necesario… en serio

-          -Pero Taka, solo mira como está, en una de esas te puede pasar algo… Ya, sube al auto –Sonríe antes de abrirle la puerta al menor, quien dudó un momento en si entrar o no; pero para la –extraña- buena suerte del de la bandita en la nariz; accedió.

El camino no era tan largo, pero algo sacó a Reita de sus cabales cuando vio como Ruki sacaba de su bolsillo un dulce alargado, que lo hizo malpensar inmediatamente. Miraba al menor de reojo, ¿Sería otra de sus provocaciones?  Se preguntaba, por una parte pensaba que estaba mal lo que iba a hacer, más bien lo que seguía en su plan, así que hubo un cambio de planes.

-          -Ya llegamos… -Dijo este antes de detener el auto frente a la casa de mas bajo, este le miró y sonrió de una manera rematadamente sexy para el rubio, quien aun trataba de huir de sus impuros deseos.

-          -¡Maldita sea! ¿Me estás escuchando?

-          -¿Ah? ¿Qué? ¡Hola! –El muy idiota se había olvidado de que estaba con el menor, si, todo un genio.

-          -Te pregunté si querías pasar por una taza de café… -Frunció el ceño como era de esperarse; le molestaba de sobremanera que le ordenaran.

-          -Uhm… -Reita lo pensó, solo sería un café, no significaría terminar teniendo sexo con el enano, o al menos eso esperaba mentalmente, su mente de alcantarilla le jugaba malas pasadas de veces en cuando- Esta bien.

-          -Entonces mueve tu trasero y vamos. –Asintió antes de salir del auto y encaminarse hacia su casa, seguido por un idiotizado Reita.

Reita observaba cada uno de los elegantes y delicados movimientos del menor, tenía gracias para todo. Este sacudió un poco su cabeza para quitar las pequeñas gotitas de agua que habían adornado su cabello en el trayecto del auto a la casa, lo cual descolocó a Reita de una manera sorprendente, solo diré que; si uno fuera capaz de desnudar a alguien, Reita ya habría hecho de las suyas con la semi mojada ropa del enano.

Ruki no era idiota, hacía todo apropósito, le encantaba poner de “esa” manera al bajista, y era que sí, notaba todo, las miradas, los gestos, todo. Volvió a apoderarse de él dulce tan provocador, jugando con el entre sus labios. Reita se había sentado en el sofá, miraba de reojo al menor, y sentía una extraña presión entre sus piernas, mentiría si dijera que nunca antes la había sentido, porque vamos, no tenía diez años, más de una vez se había pasado algún pensamiento húmedo con el vocal como protagonista, solo pensar en eso en este momento le hacía que su cordura se fuera a la mierda, el pantalón de verdad le molestaba. Suspiró y puso una se sus piernas sobre la otra para poder tratar de disimular aunque sea un poquito de todo lo que pasaba. Ruki al notar el nerviosismo que sentía su compañero sonrió de lado y se fue a sentar a su lado en el sofá, aun con el dulce en mano.

-          -¿Qué ocurre Reita Reitoso?  -Sonrió de lado mientras le miraba fijamente jugando con el dulce entre sus labios, lo cual estaba apunto de llevar al colapso al mayor.

-          -¡Deja de hacer eso!

-          -¿Qué cosa? –Preguntó Ruki antes de engullirse sin miramientos el dulce cerrando los ojos y ahogando un pequeño ruido.

-          -No te vayas a ahogar, enano.

-          -No soy idiota –sonrió un poco y lo abrazó- No lo soporto…

-          -¿uhm? ¿Qué cosa?...

-          -Tú… No soporto esto… -Ruki lo miró ahora confundido- ¿Qué más tengo que hacer?

-          -¿Hacer para qué, Ruki?

-          -¿No es obvio?... Para llamar tu atención… -Este puso un sutil puchero- Eh intentado desde ropa apretada, caminar raro… todo sea para que me mires, y de seguro ni te soy lindo…

Dio en el clavo, Reita lo tomó por el mentón y lo miró a los ojos fijamente mientras se acercaba peligrosamente a sus labios.

-          -No eres lindo… eres hermoso

Y luego de decir eso, acortó la distancia para besar al menor con pasión y deseo, moviendo sus labios como si de una danza se tratara, Ruki abrazó el cuello de Reita y dio un pequeño impulso para quedar sobre este recostado en el sillón. Reita le tomó por la cintura acariciando esta al tiempo de que invadía la cavidad del menor con su lengua. Ruki comenzó a frotarse de manera maliciosa su cadera con la del mayor, haciendo un esquicito roce de sus miembros. Los cuales provocaban que ambos se excitaran aún más.

Reita se separó del menor y comenzó a desvestirlo con cuidado, el enano no se quedaba atrás, desvistió  a Reita con la misma o incluso con más rapidez, como si fuera una competencia.

-          -Siempre te he mirado con otros ojos…

-          -¿De verdad? –Preguntó Ruki disimulando un poco su sorpresa.

-          -Es imposible no hacerlo

Otro beso fue dado por parte del menor hacia Reita, todo estaba saliendo a la perfección.

Luego de un rato el menor se encontraba ya con las piernas abiertas completamente “expuesto” ante Reita, estaba sudando y Reita aun no había hecho lo que Ruki tanto quería, le esperaba con ansias he impaciencia, pero el idiota mal teñido solo lo observaba como baboso.

-          -¿Qué mierda esperas?

-          -Ruki no seas apurón

-          -¡Cállate! ¡Bésame y métela!

Dicho y hecho, Reita atacó los labios del menor como nunca antes lo había hecho y justo en ese momento lo penetró de una sola estocada, que hizo que Ruki chillara producto de lo doloroso que le había sido, pero el placer era mayor.

-          -Ahh ~ Muévete~… -Ordenó y Reita gustoso cumplió, moviéndose a un buen ritmo, dando estocadas certeras y firmes.

Reita aparte de intentar partir en dos al menor, lo masturbaba cosa que el placer que le estaba otorgando fuera completo. No tardó mucho para sentir que con cada estocada brusca, casi llegando a ser violenta, estaría cerca ya del fin, Ruki no se sentía diferente, sabía que iba a “explotar” en cualquier momento.

-          -Ahhh, Ya… ¡Ya me vengo! –Advirtió antes de liberar su esencia entre sus vientres y luego de eso estrecharse de una manera divina ante Reita, quien terminó en su interior.

La habitación que en un minuto estaba siendo invadida por los gemidos de ambos se quedó en completo silenció, Reita salió del interior del menor y ambos intentaron regular su respiración, se miraron antes de darse otro beso, este con mucho cariño.

-          -Yo te amo –Habló Reita y Ruki lo miró algo sorprendido, una cosa era tener sexo y otra completamente diferente era hacer el amor, se alegró de saber que la primera vez con Reita fue la segunda opción.

-          -Yo te amo mucho más, bestia –Sonrió divertido y dio un corto beso- Amor, vamos a dormir… estoy cansado.

Reita tomó en brazos al menor y caminó hasta su habitación, lo recostó y se recostó a su lado. A pesar de todo, ese había sido un día glorioso.

Notas finales:

Algún rvw? -3-


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