Ya habían pasado casi dos semanas desde su declaración, se sentía extraño, era la primera vez que se sentía de esa forma, jamás había experimentado ese tipo de sentimiento. A veces pasaban la noche juntos cuando el peliblanco lograba colarse en su habitación, le gustaba ver dormir al menor, acariciar su suave piel y aquellos labios que le gritaban que los besara.
¿Kanda Sucede algo?-dijo el menor entre sus brazos
Eh? No, no es nada Moyashi-dijo besando suavemente al menor.
Ven vamos a tomar un baño juntos -dijo levantándolo de la cama.
¿Qué, Ju...juntos?-dijo con nerviosismo.
Vamos no te avergüences solo es un baño-El mayor tomó la mano del peliblanco y lo saco rápidamente de la habitación.
Yuu Buenos días! – saludaba alegremente cierto pelirrojo
Tsk, Por qué no aprecias tu vida y te largas estúpido conejo.-dijo el mayor dando media vuelta para ignorar su presencia.
Moyashi, anda dile a Yuu-Chan que no sea tan malo- dijo asiendo un puchero mientras se escudaba tras el menor.
¿Y yo por qué?-dijo el menor cruzándose de brazos
Bueno ya me voy antes de que me hagan pedacitos, ¡nos vemos Moyashi-Chan! –hablo el pelirrojo antes de acercarse y besar la mejilla del menor saliendo rápidamente del lugar.
Tsk, Moyashi idiota-masculló el mayor haciendo notar su enfado.
¿Qué sucede Kanda?- el mayor encerró entre sus brazos al peliblanco, ambos se miraron por un par de segundos antes de que el mayor lo tomara por la barbilla para besarlo apasionadamente, siendo rápidamente apartado por el menor.
De…detente Kanda! Alguien pondría vernos. Además aun no respondes mi pregunta- el pelinegro dio media vuelta para seguir su camino dejando atrás al menor quien solo lo miraba confundido.
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Vamos Kanda ¿qué es lo que te sucede?- el menor estaba con la frente apoyada en la puerta del pelinegro esperando alguna respuesta de este, ya llevaba casi dos días sin que este le hablara, más bien solo había estado evitándolo constantemente.
¿Qué quieres Moyashi?- el mayor abrió la puerta lentamente para dejar pasar al menor.
Quiero que me digas ¿por qué has estado evitándome?- respondió con nerviosismo ante las frías palabras del azabache.
Eso no te importa así que mejor métete en tus asuntos-
Si ya no quieres estar conmigo al menos podrías decirlo- se dirigió a la puerta pero fue detenido por el pelinegro.
No es eso! es…Es, ¡maldición Moyashi!…Yo… - acorralo al menor contra la pared juntando su cuerpos asiendo que el peliblanco se sobresaltara no solo por la cercanía sino también al notar el ‘problema’ del pelinegro- Esto es lo sucede cada vez que te veo –
Kanda…- el mayor lo beso apasionadamente, acariciando al menor por sobre la ropa, poco a poco el azabache comenzó a sentir como el chico reaccionaba ante sus caricias. Lo dirigió a su cama donde se posiciono sobre este separándose solo unos centímetros para volver a besarlo mientras hábilmente lo desprendía de sus ropas
Ahh! –gimió por lo bajo al sentir la lengua del mayor recorrer uno de sus pezones Luego introdujo un par de dedos a cada lado del Pantalón que portaba Allen, al hacer esto vio como el pequeño daba un respingo, por lo que lo miró y pudo ver como lo observaba con nerviosismo.
Moyashi… ¿acaso es tu primera vez?- habló haciendo que el menor apartara la vista visiblemente sonrojado asintiendo levemente ante la pregunta.
Descuida, prometo ser gentil-susurro al oído del menor, volviendo a besarlo mientras terminaba de desvestirlo dejándolo solo con su bóxer. El peliblanco comenzó a desabotonar la camisa de su acompañante lo cual sorprendió a éste por la iniciativa.
Yo no seré el único desnudo- dijo visiblemente sonrojado mientras sus manos temblaban, el azabache rápidamente noto esto, tomando las manos del menor para ayudarle a seguir con su tarea, sin soltarlo comenzó a recorrer su propio torso haciendo que este se sonrojara aún más, siguió bajando con las manos del menor hasta llegar a su entrepierna donde se detuvo un momento antes de quitar sus propios pantalones.
Ahora estamos igual-susurro al oído del menor, luego acercó tres dedos al rostro de éste quien no entendía el porqué de aquella acción.
Debes ensalivarlos –
Pero…-
Solo hazlo – volvió a acercar sus dedos al rostro del menor y este comenzó a lamerlos, cuando ya estuvieron bien lubricados bajó sus manos para desprender al menor de la única prenda que lo cubría, acariciando su entrada suavemente, el peliblanco dio un respingo cuando el primer dedo fue introducido de improviso sacándole unos cuantos gemidos los cuales fueron callados en la boca del contrario-ngh…Kanda- gemía entre besos, el mayor introdujo el segundo dedo provocándole más dolor que incomodidad espero un par de minutos para que se acostumbrara a la extraña intromisión, agregando un tercer dedo el exorcista menor sollozó y gritó aturdido, el azabache no se detuvo pero comenzó a masturbarlo para distraerlo del dolor que sentía, con un beso apasionado y tierno mezclado con el desenfrenado deseo carnal que se palpaba en su propio miembro. Luego de que la preparación se hubo completado el mayor liberó su ya muy notoria erección acercándola lentamente a la entrada del menor presionando levemente.
Relájate Moyashi- el menor solo asintió levemente pero... ‘¡cómo podía relajarse notando su enorme erección!, era imposible eso jamás entraría’.-se abrazó al cuello del pelinegro juntando sus labios en un tímido beso.
Aaaah!!- grito de dolor el menor haciendo que el azabache se replanteara lo que estaba haciendo-Duele…- susurro con los ojos llenos de lágrimas. El exorcista de cabellos oscuros lo miro a los ojos y susurro en su oído.
-Lo siento, prometí ser gentil- estaba a punto de salir de su interior cuando el menor movió suavemente su cadera para hacerle entender que prosiguiera lo cual el mayor hizo gustoso comenzando por lentas pero profundas estocadas logrando que el dolor fuera reemplazado por placer, poco a poco la habitación fue llenada de gemidos por parte de ambos
Maas….aaah….más fuerte….aaaaaah- pedía entre gemidos mientras el mayor lo besaba apasionadamente
¡Ngh…! aprietas delicioso Moyashi- sentía que perdía la conciencia de sus actos. El interior de Allen era muy angosto, y aprisionaba su miembro de una manera exquisita El Azabache tocó un punto en el interior del menor que lo hizo gritar de placer, rogando porque volviera a dar en ese lugar, cosa que hizo, dándole placer a su Amante. Allen quería hacer durar lo más posible ese momento, no quería que se acabase, pero el placer que sentía era enorme, y sabía que no duraría mucho de esa forma.
Ahh!...me vengo- sabiendo esto el mayor aumento la velocidad de las embestidas para así llegar juntos al clímax. Unas cuantas estocadas faltaron para que Allen se viniera entre ambos, haciendo que sus paredes se contrajeran, apretando aún más el miembro del pelinegro, quien se sintió tocar el cielo, y debido a la presión, se vino dentro del peliblanco.
Te amo, Kanda- susurro el menor abrazándose al pecho de Kanda.
Yo...También Moyashi.