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~SUEÑA CONMINGO~ por YakumoCamui

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Notas del fanfic:

Esto será un two-shot, en realidad es one-shot, pero me da ansias admitirlo porque es muy largo x__x

 

Uy! ya me regañaron hahaha

 

Este fic está dedicado a TsukiLov

Notas del capitulo:

Este fic... ¬¬ hahahaha

Lo escribí por el cumple de una amiga xd, por cierto si leen por mero morbo mejor cierren la ventana que esto es puro romance.

Puede que al inicio esté algo confuso, hahaha pero recuerden que este fic es sobre: sueños~

~SUEÑA COMINGO~


Sueña

Dime que ves a cada que cierras tus ojitos




Esta vez, era un astronauta. Viajaba en una misión directo a conquistar Plutón, había muchas naves en el camino, y un solo objetivo que parecía más allá del espacio. Yo manejaba la nave con más fuerza de la necesaria, al parecer el volante era más pesado debido a la gravedad… 

Cuando llegue a Plutón baje y una serie de personas desconocidas se acercaron diciéndome que la luz del sol era cada vez más distante, y que el frío se había vuelto en su peor enemigo. Mi misión era destruir al que dañaba a distancia, pero aquellos lograron conmover mi corazón…

Había pasado una semana, lo único que podía hacer era correr de un lado a otro intentando ahuyentar al frío. —“Quizás si corro más rápido logre hacer girar a Plutón, y conseguir acercarnos más al sol”. —. Pedí la ayuda de todos, así que, todos juntos corríamos marcando fuerte nuestras pisadas para poder hacer presión en el núcleo del planeta.

 

Giraría, se que lo lograríamos…



El cansancio se hacía de mí, usaba mi grueso abrigo a pesar de que el calor era ya presente, el mareo de correr y correr sin descanso era horrible. Corría desde que sentía la impotencia de la falta de luz, hasta cuando notaba que la oscuridad era totalmente ciega…



Correr y correr… sin descanso alguno

 

 

 



—No quiero!— el mayor suspiró al escuchar la dulce voz de su pequeño vecino.

—¿Por qué no quieres, Bummie?— el pequeño de siete años hacia pucheros desde el inicio de la historia, era tonto, siempre le pedía que compartiera sus sueños con él, para después arruinarlos con alguno de sus comentarios.

—Jonggie, no te vayas a Plutón— su voz suplicante, y esa tierna mirada, provocaron que el mayor no pudiera evitar atacarse de risa —No te rías,— inflo sus mejillas.

—Ay Bummie, eres tan lindo— le pellizco su mejilla haciendo molestar al pequeño.


Jonghyun era un soñador, pero esto era algo que solo su pequeño amigo sabía. Él cada noche soñaba con cosas imposibles, historias tan revueltas que ni el mismo entendía si tenían algún significado, o si simplemente, eran producto amorfo de su mente.


Estaban en el parque; el color rojizo del atardecer era ya muy notorio, por lo cual el mayor decidió era mejor irse, se sentó de cuclillas indicándole al menor que subiera a su espalda.

—Jonggie, ¿tu siempre me cuidarás?— el pequeño pasaba los brazos por el cuello del mayor.

Te cuidaré. Así que deja de temer al monstruo del armario; al monstruo que está debajo de tu cama; al que vive en la alacena de tu cocina; el que está en el espejo del baño, y sobre todo; no tienes porque temer que me vaya a Plutón— el mayor soltó una risilla burlona.

—Gracias— apretó más fuerte sus brazos y piernas al cuerpo ajeno, recargando su cabeza en el hueco del hombro del castaño; este detuvo su risa ante esa acción, una sonrisa amplia se dibujo en su rostro al notar que su pequeño Kibummie era aun muy inocente.

Kim Kibum era para el castaño más que su pequeño vecino al que se veía “forzado” a cuidar por las tardes, era algo más, así como… su hermano menor, esa era su forma de definir el siempre querer cuidar y protegerlo.


—Aparte, ¿Qué le diría a mi madre si te pasara algo malo?- el menor se levanto cambiando su expresión por una triste.

—Bájame— Kibum empezó a retorcerse, no le gusta esa respuesta en lo más mínimo.

—Oye! Espera, te caerás— el mayor caminaba con torpeza intentando detener al rubio, hasta que el último logro por fin bajarse de su espalda —Kibum— le gritó al ver como caminaba furioso —Kibum— lo jalo del brazo haciéndolo parar —¿Qué te pasa?

—Déjame, no te tiene que importar— exclamó sentido, sus pequeños ojos rasgados se notaban afligidos; el rubio mordió su labio inferior evitando escapar el llanto que le provocaba el comentario de Jonghyun.

—Pues fíjate, que si me importa— el mayor lo tomo por la barbilla obligándolo a verle a la cara —¿Por qué te pones así? — un puchero deformaba su rostro, la mirada directa del mayor hizo que su llanto se hiciera presente.

—A ti… no te gusta estar conmigo— el mayor abrió sus ojos sin entender bien el llanto de su casi hermano —Si mi mamá no te pagara, no estarías conmigo— su voz se quebraba, su cara estaba roja y las lagrimas le escurrían con mucha facilidad.

—¡Eres un niño mimado!— le grito, asustando al menor, pero es que con Kibum siempre era lo mismo, nunca dejaba de ser tan sensible que llegaba a aborrecerlo —Eres un mimado, solo sabes llorar y quejarte— el pequeño soltó un quejido ronco, iniciando a llorar más fuerte.

Jonghyun estaba molesto; Kibum era hijo de sus vecinos, su padre era un famoso arquitecto y su madre era toda una mujer de negocios, por desgracia hacia ya casi dos años que se habían separado, ahora era solo la mujer la que se hacía cargo del rubio, haciendo de este alguien sumamente sensible y consentido.

El castaño no tenía porque soportar a alguien como ese niño, si no fuera, porque su madre y la de Kibum eran muy buenas amigas; desde el inicio de su divorcio siempre la apoyaba y cuidaba del pequeño Kibum en su casa; fue así como conoció a Kibum, pero nunca lo trató hasta que su madre le negó dinero, lo cual fue solo una excusa según él, para convertirlo en el niñero oficial del mimado rubio.

Al inicio sin importarle, se negó. Pero teniendo ya 15 años, tenía “necesidades” las salidas con los amigos, regalos para aquella chica que lo traía loco y sobre todo ambicionaba comprarse un coche para su próximo cumpleaños.

“Solo hasta que tenga el dinero suficiente para mi coche”
Pensaba el castaño al inicio, pero habiendo pasado ya tanto tiempo cuidando del pequeño, lo sentía ya como parte de su familia.

Y sobre el sueño del coche…

—Ya Bummie, no llores— se inclino limpiando sus lagrimas con sus manos —Vayamos a la juguetería antes de regresar, ¿sí? — el llanto descendió dejando solo escuchar los hipidos del menor.

—¿Me comprarás un osito…?— pregunto tímidamente, con sus manos aun en su rostro.

—Sí, si es lo que quieres— le sonrío. 

—Sí, si, uno enorme— sus ojos empezaron a brillar haciendo al mayor suspirar aliviado —Y rosa— añadió. 

—Sí, sí, pero ¿no lloras?— el mayor acaricio su cabecita mientras el negaba. 

—No— con las yemas de sus dedos, el castaño limpio los últimos rastros de lágrimas, sus ojitos brillosos realmente lo hacían feliz.

—Ya, entonces vamos— se acercó y dejo un beso en la mejilla fría del rubio.

El pequeño sin entender bien el por qué siempre cuando el mayor hacía algo como eso su corazón latía rápido, y sus mejillas se sonrojaban, agradecía el haber estado llorando para poder ocultar en esta ocasión, eso que le avergonzaba. 

El niñero oficial se volvió a agachar permitiéndole subir de nueva cuenta a su espalda.

—Jonghyun, tú siempre sueñas muchas cosas— el mayor sonreía, eso era muy cierto. Su mente a pesar de tener quince años era aun algo infantil, solo su pequeño amigo sabía de esos sueños —Tu… ¿Crees qué los sueños se hagan realidad?

—Tal vez— le respondió meditabundo —Mis sueños son solo sueños sin sentido; pero el otro día leí que existen personas que ven el futuro en sus sueños.

—¿En serio?

—Sí, es como una especie de premonición. Ojala mis sueños fueran así de mágicos— se burlo de las propias alucinaciones de su cabeza —Pero no, son vergonzosos— hizo énfasis en esto —Así que ya sabes, ¡no debes contárselos a nadie!

—Solo yo— sonrió apretando más sus delicados brazos en el cuello de Jonghyun.

—Sí, solo tú— suspiro el castaño, riendo un poco de que su único confidente fuera aquel niño —Así que, nunca vayas andar contándolo… podría terminar con un loquero.

—No, Jonggie, si te llevan a un loquero, luego ¿quien me cuidará?— se asustaba ante la posibilidad. 

—Ves, solo por eso; esto queda entre nosotros— el menor asintió, él quería que Jonghyun cuidará de él por siempre. Que lo consintiera y mimara como lo hacia desde el primer día que lo conoció. 

Con algo de timidez acerco su rostro hasta lograr rosar con sus labios la mejilla del castaño. Apenado escondió su cabeza en la espalda del mayor, que solo sonrió ante el comportamiento del rubio.

Después de caminar un poco en silencio la curiosidad llego a Jonghyun.

—Bummie, y tú ¿qué clase de sueños tienes?— el nombrado se puso sumamente nervioso.

—Nada…— respondió bajito.

—¿Qué? ¿Te avergüenzas? No lo puedo creer. Acaso, ¿No me tienes confianza?— el mayor comenzó a regañarlo, pero por más que lo hiciera el rubio solo lo ignoraba.


Jonghyun pensaba que su imaginación era absurda, que soñaba con cosas que nunca podrían suceder, pero era divertido. No solo, por lo entretenidos que consideraba esos sueños; sino también, porque con ellos lograba sacarle una sonrisa a Kibum … 

Cuando lo conoció solía llorar cuando nadie lo miraba, recordaba a la perfección como lo iban a dejar a su casa, y apenas su madre se ocupaba, él corría al baño a llorar; nunca entendió como le podía tanto que ese chiquillo llorara; pero Jonghyun siempre lo intentaba hacer olvidar lo triste que era estar solo. Así fue como inicio a contarle esas historias. Al inicio solo era cada que su padre lo regresaba a su casa conviviendo con él solo unas horas después de meses enteros sin verlo; o cuando su madre se iba a trabajar y él se quedaba solo hasta la noche, pero en ultimas fechas contarle sus sueños se había vuelto una costumbre de a diario.


Sueños de fantasías y aventuras, solo eso encontró para hacer surgir una alegre sonrisa del pequeño rubio; pero lo que nunca imagino Jonghyun es que sus sueños no eran tan descabellados como los del pequeño que cargaba en su espalda.



~10 años después~




Parecía que ese día sería hermoso, eran apenas las 6:30 am y los primeros rayos del sol se comenzaban asomar débilmente por la enorme ventana.

La cama se encontraba ya hecha, la habitación estaba completamente arreglada hasta en el último detalle; todo pulcro y en orden.

A esa hora era extraño que alguien de su edad estuviera despierto, aún faltaba más de una hora para entrar a clases. 

Sus días solían iniciar de esa forma, recoger su habitación, preparar el desayuno, sin olvidar el día de hoy preparar… sus almuerzos, las dos pequeñas cajitas se encontraban ya perfectamente empacadas en la mesa del comedor, listas para cuando saliera.

Entro a su habitación vistiendo la ropa que había seleccionado especialmente para ese día, unos jeans ajustados como solía usarlos recientemente, una camiseta sin mangas con un saco largo que lo hiciera lucir más estético, la ropa era importante, pero también ponía mucho cuidado en su rostro y cabello, le encantaba delinear perfectamente sus ojos, recordaba siempre aquella primera vez que lo hizo; como él se le quedaba viendo sorprendido. Sonrió frente al espejo al recordar aquellas ocasiones que se volvieron a repetir un par de veces después, y que de seguro, hoy después de tanto, volvería a suceder.

Odiaba que lo consideraran un niño; había pasado ya esa etapa, aunque aun a la fecha y a pesar de ser tan independiente como lo era, extrañaba que Jonghyun le dijera que era un niño mimado…



Eran ya las 7:30, y su corazón latía con desespero, estaba frente a la puerta con su mochila ya en brazos, en las manos esas dos cajitas. Se asomaba por la cortina, pero no parecía haber ningún movimiento o ruido que le alertara de su llegada. 

—Kibum— estaba tan concentrado en su espionaje que aquella voz logro asustarlo.

—Mamá— pronunció aun sobresaltado.

—No deberías haberte ido ya a la escuela, se te hará tarde— su madre término de bajar las escaleras.

—No, es que… ayer… vi a Jonghyun, regreso por fin— expreso esto último con tanta alegría que logro contagiar a su madre su sonrisa 

—Así que Jonghyun— la señora suspiro —Tan rápido paso el tiempo.

—Me dijo que su nuevo empleo le quedaba de pasada por mi escuela…— el claxon de un auto se hizo escuchar interrumpiéndolo —Mamá, me tengo que ir— se acerco para dejar un beso en su mejilla 

—Kibum, no te vayas a hacer ilusiones, bien sabes que ese chico no te ve…

—Mamá— exclamó —Deje tu desayuno hecho, nos vemos— salió apresurado dejando a su madre algo ansiosa.

Al abrir la puerta regulo su exaltación y camino tranquilo hasta el auto que se encontraba ya frente al jardín de su casa.

—Vamos, Kibum— el mayor se salió del coche solo para presionarlo. El nombrado solo hizo un gesto con sus labios y subió al auto sin responder a las presiones del mayor.


Habían pasado ya más de dos años desde la última vez que se habían visto, a excepción claro del día anterior; llegaba por la tarde a su casa cuando escucho aquella melodiosa risa, al inicio la creyó una alucinación de su mente pero en cuanto lo escucho nombrarlo “Bummie” sus piernas temblaron, y un desenfreno que creía tener controlado resurgió.

—Y…— el rubio trataba de romper el incomodo silencio existente. 

—¿Y..? — inquirió burlón el mayor.

—Ash— molestó se giro hacia la ventana, Jonghyun no volvió a decir nada, mientras Kibum moría por tenerlo tan cerca después de tanto tiempo. Iniciar una conversación después de lo que sucedido tiempo atrás era difícil —¿Sigues saliendo con ella…?— pregunto dudoso.

—¿Ella? Se Kyung, ese es su nombre— sin vergüenza, como podía ser tan cruel, pensó Kibum, mordió su lengua.

Había sido tonto, ahora que Jonghyun regresó lo mejor sería permanecer alejado sino quería sufrir. El silencio reino, Kibum no despego su mirada de la ventana, sin hacer más algún comentario.

El mayor lo volteaba a ver de reojo, lo inspecciono rápidamente dándose cuenta de cómo su pequeño niñito llorón había crecido, su vestir era demasiado alocado para su gusto, pero en aquel joven lucía muy bien.

—¡Minho!— grito el copiloto sacando al castaño de sus pensamientos —Jonghyun, para— fue hasta ese momento que reacciono, pero se quedo un rato más ido al ver por fin ese rostro de frente. 

Sus pómulos se habían definido de una forma que hacia lucir su rostro más fino, su mirada tan penetrante, y esos labios rosados... El rubio retorno su mirada rápidamente a la ventana, permitiendo al castaño respirar de nuevo.

—Jonghyun!— freno estacionándose a la orilla de la banqueta —Minho, espera!— apenas freno, la puerta del copiloto se abrió y sin darse cuenta ya solo podía apreciar la parte trasera del menor, siendo despistado por semejante imagen.

—Oye— lo tomó del brazo antes de que terminara de bajar, para volver a hacerlo sentarse

—Me lastimas— zafo su brazo del sorpresivo movimiento.—No es necesario me dejes en la entrada— le guiño el ojo desarmando al mayor que no pudo hacer más que verlo disponerse a irse. —Yo… espero que te guste— sonrojado dejo en el asiento una de las pequeñas cajas de almuerzo que traía en las manos.

El castaño se quedo viendo aquella cajita, para después regresar su mirada y ver como el rubio corría con una enorme sonrisa hasta llegar hasta donde se encontraba un chico alto y sonreírle, después de eso vio como ambos se marchaban abrazados por los hombros.

Con las palmas de las manos extendidas golpeo el volante, resoplo sin dejar de ver al rubio sonriente, hasta que desapareció de su vista. Se notaba como sonreía sin dificultad con aquel otro muchacho, ¿serían algo? Y si fuera así, debía ser mejor


Kim Jonghyun debería pensar que eso era lo mejor, antes de marcharse el que consideraba su pequeño hermanito le había confesado su amor, llorándole que por favor no lo dejara; nunca pensó que aquel niño guardará semejantes sentimientos para él, ya que, no podía aceptarlos. Desgraciadamente para él no podía pensar que estuviera bien que Kibum hubiera guiando esos sentimientos a alguien más…

Notas finales:

Wah!!

Se fija que tengo un agujero los lunes a estas horas, dije que subiría mis demás fics x__x Aprovecho este ratito libre.

 

Sobre la historia, como este fic es un regalo quería que tuviera lo que le gusta a la persona que se lo di x__x, eso incluía dejar de lado algunas cosas que a mí me gustan poner cofcof2MINcofcof 

Hice un borra y escribé por culpa de eso hahaha

Oh y la lección de este fic es... "si quieren que les regale uno, favor de avisar con 7 meses de anticipación" hahahaha este fic me dijeron desde enero y yo "si, si" llego julio el cumple de mi amiga y yo "ahh aun no término" hahaha

Así que 7 meses antes que cumplan años manden su petición :D


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