Ya había pasado una hora desde que los nuevos empleados llegaron y estaban pronto a abrir las sucursales, le parecía extraño que el gerente no estuviera aquí, le quiso preguntar a Ruki pero en estos momentos ni quería hablar con él, quizás con que ridiculez le saldría, decidió seguir concentrándose en su trabajo.
Pero de pronto, notó como Ruki se levantaba y dejaba su puesto de trabajo para saludar a una persona, hasta que por fin llegaba su verdadero jefe, pero se quedó en shock cuando lo vio.
—aahh, así que tú serás el nuevo asistente—lo saludó Hiroto con cara de pocos amigos, si él sería el gerente, este trabajo no sería nada fácil después de todo .
—“mierda, mierda y más mierda”-solo podía maldecir al darse cuenta de la mala suerte que tenía al enterarse que ese enano rubio que al aparecer lo detestaba por como lo miraba con desprecio, sería su nuevo jefe
—Pues si sigue aquí perdiendo el tiempo mirándonos con esa cara de idiota,créeme que no durará mucho tiempo, Hiroto-san
—Lo mismo digo— le acompañó el pequeño rubio riendo, más encima se burlaban en sus propias narices?! Esto era el colmo, a la mierda con el protocolo, Uruha necesitaba salir a golpear alguna cosa pero ya! No le importó levantarse bruscamente de su puesto de trabajo y salir hacia el primer piso, sin embargo antes de que lo hiciera un grito fuerte de Takanori lo detuvo.
—¡oye espera! ¿qué pasa con tus modales? Deberías presentarte como mínimo
El mencionado detuvo su andar, tendría que tragarse su orgullo y saludar como se debía al mendigo enano, y todo porque era su puto jefe, respiró profundo y caminó hacia ambos enanos que lo miraban con burla y superioridad, no se podía sentir más humillado en estos momentos, pero debía aguantárselas, no podía decepcionar a Yuu, más encima para su curriculum nose vería nada bien que lo despidieran en su primer día.
—Me llamo Takashima Kouyou, desde hoy estoy a cargo del área de finanzas y administración, es un placer trabajar para usted—habló casi como un robot, haciendo una leve reverencia, se estaba aguantando las ganas de matarse ahí mismo por la gran vergüenza que sentía, pero fue remplazada por rabia cuando escuchó reírse a ese pequeño rubio siendo acompañado después por Matsumoto.
—hahahaha no puedo creerlo, Ruki-san este tipo es idiota hasta en su trabajo
¿Y ahora qué mierda pasaba? ¿de qué tanto se reían esos dos? no entendía nada de nada, encima Uruha observó como los demás compañeros del piso también comenzaba a reírse silenciosamente, ¿es que había dicho algún chiste o qué? ¿qué mierda les resultaba tan gracioso?
—Si vas a trabajar aquí como mínimo debes conocer el nombre de tus superiores—habló el nombrado Ruki—Ogata-san no trabaja con nosotros, es solo uno de nuestros importantes clientes, eso es todo
—¿en serio pensabas que era tu jefe? , sí que tienes una gran imaginación Takashima, no pensé que también tus locuras te acompañaran hasta en tu trabajo
—…—ahora sí que se quería meter en un pozo y no salir jamás de ahí, ocultó su mirada con vergüenza aguantándose las burlas, hasta que de pronto, notó como Hiroto se le acercaba ahora para mirarlo serio
—Aunque es mejor para mí que tus tonterías queden en tu trabajo y que no le metas ideas raras a mi hijo, no te quiero ver cerca de él ni una sola vez ¿me oíste? — le amenazó con rabia pero solo para que el pudiera escuchar, mientras después se marchaba con Ruki hacia la oficina aun desocupada del gerente
—ah! y ya que estás parado hazme el favor de traerme un café a Hiroto-san y a mí
—y ahora soy su puta secretaria—maldijo entre dientes, viendo como esos dos enanos cerraban la puerta, no se quedó para ver las miradas de incomodidad y preocupación de sus demás compañeros de trabajo, así que fue rápidamente hacia el primer piso, pero no para cumplir con la orden sino para encerrarse en el baño y gritar a todo pulmón maldiciones para esos malditos hobbits.
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Ya después de hablar prácticamente por quince minutos solo y sin parar, reclamando y maldiciendo a esos dos enanos, además de andar golpeado las paredes de ese lugar (menos mal que nadie entró al baño a esa hora o estaba fijo que lo despedían por su violencia) finalmente se tranquilizó un poco.
Se miró al espejo y decidió lavarse la cara para despertar un rato, tantas horas pegadas frente a la pantalla le dolían un poco los ojos, sobretodo porque el trabajo mal hecho por la persona que ocupaba su puesto antes, era muy difícil de entender.
—vamos Uruha que aun te falta la mitad del día y ni siquiera te has presentado al gerente, que en todo caso es un irresponsable por no llegar todavía
Ya daban las diez de las mañana, de seguro el jefe ya estaría allí hace rato o sino era una mierda de irresponsable, cuando ya despabiló un poco se secó sus manos pero de pronto sintió un aire helado, el aire más helado que había sentido en su vida, era como si estuviera en una ventisca con nieve y todo, y estaban en pleno verano ¿cómo era eso posible?
Al principio le restó importancia hasta que se dio cuenta que empezaba a tiritar por el frio que hacía, ok, eso era demasiado, tenía que marcharse del lugar.Pero antes de que lo hiciera un agarre lo detuvo, se dio vuelta asustado esperando encontrarse con alguien lo cual era imposible, estaba solo en el baño en esos momentos y así lo comprobó, nadie lo tenía agarrado del brazo, absolutamente nadie.
Su respiración cada vez se hacíamás agitada y su frecuencia cardíaca aumentaba, al mismo tiempo que podía sentir la presión de una mano huesuda que lastimaba su brazo y que poco a poco se marcaba sobre su camisa.
No sabía qué explicación darse, no había nadie o no sería que…
—¿T- Tora? —pronunció apenas, convenciéndose de a poco que la única explicación sería esa, el pelinegro le estaba jugando una broma, después de todo, ¿era igual que los fantasmas no? —Tora…vamos hombre…estas ahí…deja de jugar—decía tratando de sonar tranquilo pero nadie le respondía, aun peor el agarre se hacía más fuerte y la temperatura descendía más—tsk! — ahora el agarre le estaba haciendo daño, sentía como unas uñas se le enterraban amenazando traspasar su camisa y su piel—¡¿quién mierda es?! —gritó desesperado al ver que no se trataba del pelinegro y cuando lo hizo el agarre se detuvo de inmediato, pero en vez de eso las puertas de los inodoros comenzaron a moverse y golpearse con fuerza, Uruha se sobresaltó de inmediato, girándose a ver con terror como éstas se movían solas, no podía creer lo que pasaba.
Ya no temblaba solo por el frío del ambiente sino que del terror que estaba siendo presa.A la mierda con todo, él tenía que salir de ahí, pero antes de que lo hiciera sintió como un ente lo empujaba con fuerza a uno de los lavamanos, gritó de terror al ver que alguien lo tenía agarrado del pelo y empujaba su cara contra el lavamanos vacío, la fuerza de ese ente era descomunal no se lo podía sacar de encima ni mucho menos podía enderezarse.
Gritó pidiendo ayuda con la esperanza que alguien lo socorriera del infierno que vivía, pero sus gritos eran acallados por el ruido de las puertas, no era capaz de explicarse cómo nadie podía escuchar todo ese alboroto, algo estaba impidiendo de que pudiera contactar con alguien de afuera. De repente escuchó como la llave se abría dejando escurrir el agua, aún no se podía librar del agarre, ¡esa fuerza quería ahogarlo! No sabía de donde apareció cabello negro del lavamanos haciendo una especie de tampón improvisado, al ver eso unas náuseas enormes lo invadieron pero no tenía mucho tiempo de preocuparse por eso, el lavamanos se seguía llenado y él seguía con la cara ahí metida. Tenía que salir de ahí rápido o se ahogaría. Llorando desesperado y tratando de aguantar la respiración el mayor tiempo posible, agarró con fuerza el brazo que le tenía sujetado, enterrándole sus uñas pudo sentir como le traspasaba su piel y así como apareció, la fuerza dejó de someterlo de improviso.
Kouyou se irguió desesperado por la falta de aire, por fin podía respirar, unos minutos más y habría muerto. Apenas se recuperaba de su casi asfixia, respirando apenas, cuando miró hacia al espejo y lo vio, vio una silueta negra, al parecer de una mujer, se giró bruscamente lleno de terror para encontrarse con ella pero no vio nada, no podía creerlo si la había visto, esa mujer era la que lo había prácticamente matado.
—estarás muerto Kouyou
Se sobresaltó al escuchar esa voz terrorífica justo en sus oídos, no parecía la de una mujer, era una voz gruesa, de un hombre, que podía sentir como estaba a su lado pero no veía nada, absolutamente nada, miraba con terror y temblando de miedo como a su lado no había nada, pero podía sentir que había alguien muy cerca de él
—morirás Kouyou
Su cuerpo no le respondía, no podía ni levantarse para salir corriendo despavorido de allí, quería irse, quería huir de ese lugar endemoniado, con quien sabe cuántas presencias estuvieran allí queriendo asesinarlo, pero su cuerpo no le respondía, quería moverse pero no podía. De repente la presencia a su lado desapareció, pero en vez de eso, se dio cuenta que alguien lo tenía agarrado de las piernas, impidiéndole escapar de ese lugar, gritó de terror al ver la silueta de la mujer a sus pies y que poco a poco se acercaba a su rostro
—Kouyou
Gritó de terror y cerró los ojos con fuerzas, al mismo tiempo que sentía como alguien lo tomaba del brazo, mierda…otra vez había vuelto ese ente que quería matarlo. No quería morir, no quería ser asesinado por estos entes que ni siquiera sabíaquiénes eran
—Shima-kun, ¡Shima responde!
Esa voz…él conocía esa vez, no podía creerlo cuando abrió sus ojos, ahí estaba Tora, mirándolo preocupado, Uruha se encontraba sentado temblando de frio y con el cabello todo mojado mirando con ojos de terror.
—Uruha, Uruha ¿qué te sucedió?¿qué pasa?
El castaño no hizo más que abrazar al pelinegro con fuerzas, era Tora, él estaba allí, estaba allí con él, no estaba solo, sentía un gran alivio de que el más alto estuviera aquí con él y que ahuyentara a quienes querían hacerle daño.
—¿Qué sucedió Shima-kun? — le correspondió el abrazo tranquilizándolo, cuando pasó cerca del lugar escuchó el ruido de puertas que había, se sorprendió que la gente del lugar no lo percibiera y siguiera como si nada, así que se aventuró a explorar, pero jamás se imaginó encontrarse ahí a Uruha en ese estado—tranquilo, estoy contigo, ya pasó
Lo abrazó con más fuerza aun notando como el castaño lloraba desesperado, era tanto el miedo que había sentido y tanto el alivio que sintió cuando llegó Tora, que sus emociones explotaron, ya no podía controlarlas
—Tenía tanto miedo Tora, ellos…ellos estaban aquí—decía apenas entre lágrimas, siendo acariciado por el más alto en un intento por calmarlo
—¿ellos? ¿Quiénes Shima-kun?
—¿qué?—se separó de él sobresaltado—¿tú no… viste nada?
—acabo de llegar y te encontré solo aquí sentado muy asustado
—¡¿cómo mierda no los viste Tora?! ellos casi me matan—se levantó molesto, le parecía increíble que Tora no lo viera, no se suponía que era un espíritu también, aunque tampoco tenía la certeza de que cosa lo hubiera atacado
—¿eh? ¿cómo que te matan? no entiendo nada Uruha, a ver si me lo explicas mejor y calmadamente…
—yo...estaba aquí solo en el baño cuando sentí un frío horrible—explicó más calmado, el saber que Tora estaba a su lado lo había tranquilizado mucho— después alguien me agarró del brazo e intentó ahogarme en el lavamanos, me pude zafar pero ahí vi la silueta de una mujer, poco después un hombre se encontraba a mi lado me susurró cosas…
—¿qué cosas?
—él me dijo que…¿eh? —qué diablos, por más que intentara recordarlo no podía hacerlo, era como si esas frases hubieran salido de su mente—él…
—¿qué te dijo Uruha?
—yo..yo…no puedo recordar Tora, no puedo recordar lo que me dijo
Tora lo miró preocupado, podía ver en la expresión de Uruha cuánto se estaba esforzando por recuperar sus recuerdos pero que estos no volvían, decidió dejar el tema de lado para no presionarlo. Según lo dicho por Uruha era obvio que había tenido un encuentro con espíritus, pero no sabía por qué lo habían atacado de esa manera, él nunca en su vida había conocido ni escuchado hablar de espíritus violentos, eso solo se veía en las películas e historias de terror.
—tranquilo Uruha, ya recordarás, me quedaré a tu lado para que no pase nada ahora ¿bien?
—¡no puedo estar tranquiloTora! casi muero ¿que no entiendes? ¡¿cómo puedo estar tranquilo después de que casi me matan?!
—ya losé, pero así de paranoico no vas a solucionar nada—le rebatió serio haciendo recapacitar al menor— hay que ver las causas de ese ataque y averiguar quién lo hizo, yo lo hablare con Shou cuando llegue a casa, tú solo debes ocuparte bien de terminar tu trabajo, dijiste que no decepcionarías a tu amigo ¿no?, no puedes preocuparlo con estas cosas
El castaño lo miró con tristeza, tenía razón, se había olvidado por completo de lo que estaba haciendo, se suponía que era su primer día de trabajo tenía que dar una buena impresión, no podía estar haciendo el loco, esperen un momento…¡claro que si podía! ¡casi era asesinado! cualquier persona normal no podría siquiera actuar tranquilo luego de esto, Tora le pedía demasiado
—sé que te pido demasiado, pero debes llevarlo por ahora Uruha, recuerda que eres alguien especial con un gran don, y todo tiene una razón de ser, yo me ocuparé de todo este asunto ¿bien?Así que lo único que necesito es que te concentres en el trabajo y vivas tu vida normalmente, te prometo que no dejaré que nada de esto te pase nuevo ¿bien?
—¿cómo lo vas hacer Tora, ni siquiera sabes que me atacó? —a pesar de que Tora le inspiraba mucha confianza era imposible dejárselo todo, le estaba pidiendo demasiado
—ya te dije que me ocuparé de ello, no te preocupes, deberías confiar más en mi
Uruha lo miró examinándolo, apenas se conocían y ya sentía que podía confiar completamente en él, era extraño, pero en las situaciones de peligro era cuando más salían los sentimientos de las personas.
—¿y bien? ¿me dejarás a cargo o no?
—de acuerdo, lo haré, pero debes prometerme que harás todo lo posible por solucionar esto rápido, no quiero ser asechado otra vez por esos entes o quién sabe qué cosas
—no lo serás, tranquilo, cuando me propongo algo lo cumplo-le sonrió
—bien…espera..a todo esto…¿cómo es posible que tu estés aquí?
—aaaahh eso pues
Y antes de que Tora le pudiera responder entro un Ruki al baño terriblemente molesto y más aún al ver al administrador con el pelo revuelto y al parecer mojado mirándolo con una cara de imbécil
—te ordeno que me hagas un simple mandado ¡y te demoras una hora en volver! eres un real incompetente—lo regañó tomándolo del brazo para sacarlo del lugar—el jefe ya está aquí
—¿el jefe ya llegó? —preguntó extrañado—no me diga que…—miró a Tora que lo venía siguiendo desde que salió del baño quien le sonrió tímidamente
—pues, ahí tienes la explicación Shima-kun, también trabajo aquí
—¡¡¿¿eeehhh??!!
—ya deja de gritar como loco—le reclamó Ruki cuando llegaron al primer piso a la entrada del despacho del gerente—más te vale que no hagas ninguna tontería… Shinji-san—llamó y abrió la puerta— ya lo traje aquí conmigo
Ahora sí que se sorprendió…así que su jefe era nada más ni nada menos que ¡¿Shinji Amano?!
Miro a Tora con cara de reclamo mientras el otro desviaba su mirada
—yo no tengo la culpa, te iba a preguntar a qué banco ibas a trabajar pero te quedaste dormido
—“genial”—ahora sí que se mataba, trabajar para el hombre que al mismo tiempo tenía que conquistar y ayudar sería una larga tarea.
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—Puedes retirarte Matsumoto— le ordenó el hombre que estaba frente al escritorio leyendo unos papeles, sin alzar la vista aun, cuando Kouyou se dio cuenta que estaba solo en la oficina se empezó a poner nervioso, ese tipo seguía sin dirigirle la mirada y él estaba parado como idiota sin ocurrírsele nada coherente que decir, al parecer el gran susto que había tenido hace unos momentos atrás lo había dejado sin cerebro también.
—“a todo esto ¿dónde está el?” —se sentiría más tranquilo si Tora estuviera a su lado, así podría aconsejarlo en como relacionarse con Shinji, después de todo, no era un jefe cualquiera, sino que solo un cuerpo que tenía la autoridad máxima en todo el banco, ¿cómo hablar con una persona así? maldita sea la hora en que Tora decidió quedarse afuera y no acompañarlo
—Así que Takashima Kouyou—al escuchar su nombre de repente, proveniente del pelinegro se sobresaltó
—eh, si, desde hoy trabajare aquí señor Amano—hizo una leve reverencia, pero se arrepintió al ver que Shinji aún no lo observaba, maldito sea, ¡¿qué tanto miraba en esos papeles?!
—aquí dice que trabajó para una industria automotriz y después para una universidad, vaya…a pesar de su edad, ha hecho mucho
—….gracias señor— se supone que eso era un cumplido ¿no? Bueno, no era por ser egocéntrico pero de lo más orgulloso que estaba era de su perfecto curriculum
—Matsumoto me dijo que ya le dejó a cargo de los presupuestos y…—detuvo su hablar, por fin se dedicaba a mirarlo y por la manera en que lo miraba…sería que lo había reconocido por fin— vaya…es usted muy guapo Takashima-san
El más bajo casi se cae de la impresión, el muy maldito no lo recordaba, claro, era solo un cuerpo, no podía tener recuerdos, ni menos si lo había visto en un rato solamente, era un tonto al pensar que lo recordaría como su vecino: estaba tan sumido en sus pensamientos que ni cuenta se dio que el pelinegro parado frente a él con sus caras a pocos centímetros de separación, ¡¿en qué momento había llegado ahí?!
—seré directo con usted, Takashima, me atrae y mucho— le dijo tomándolo del mentón para examinar mejor su cara, sí que se había conseguido un buen empleado para satisfacer sus necesidades
—¿yo...le atraigo? —tartamudeó apenas, estaba demasiado nervioso, es mas ¿desde cuándo se ponía así? parecía nenita, pero ver el rostro frío de Shinji analizándolo centímetro por centímetro y ese agarre fuerte que tenía con su mentón no lo dejaba pensar correctamente.
—Bien, vamos entonces—y así como de repente se acercó a él, de la misma manera se alejó, sentándose en su escritorio y mirando al castaño de manera sensual— a ganarte tu sueldo Takashima
—¿eh? —¿qué ahora también lo tuteaba? Uruha seguía mirándolo sin comprender a qué se refería con eso, hasta que por fin lo entendió cuando el pelinegro le señaló el suelo y poco después su entrepierna…él quería que…—¡¿qué?! ¿está loco?! lo acabo de conocer y usted que quiere que
—Que me lamas la polla, sí, es correcto—le respondió como si nada ante la atónita mirada de Uruha, el castaño no podía creerlo apenas lo conocía y ya se le insinuaba de esa manera, nadie podría…
Es solo un cuerpo Shima solo eso-recordó
Tora tenía razón, era imposible que Shinji actuara como una persona normal, pero ofrecerse a él, de inmediato, como si fuera una cualquiera, no podía, ¡no podía hacerlo! Si bien antes había tenido sexo sin compromiso, siempre podría echarle la culpa a las borracheras que se traía encima, pero ahora estaba perfectamente sobrio y lúcido para aceptar algo como eso.
—¿vas a estar ahí parado todo el día? —se levantó algo cansado por la actitud lenta que tenía su nuevo empleado— es un orden Takashima, la obedeces al pie de la letra—se acercó para tomarlo de ambos brazos y acercarse nuevamente a su rostro, Uruha se había puesto pálido por la mirada fría que le estaba dando—sino te gusta, te largas, es simple
Claro que no podía hacer eso, ya estaba pensando en demandarlo por acoso sexual en el trabajo pero sabía que no serviría de nada, tampoco quería que el cuerpo de Tora se quedara sin trabajo, no se lo perdonaría pero qué podía hacer en esta situación ¿seguía los consejos de Tora?
—ya me cansó esa cara idiota que pones— suspiró cansado para cortar de una vez la separación que lo unía a ambos con un beso demandante, Uruha apenas pudo reaccionar por como prácticamente el más alto se le abalanzó, casi se cae si no fuera porque llego a la pared para poder apoyarse, el pelinegro lo besaba con voracidad, mordiendo y succionando sus labios en el proceso, al principio Uruha siguió sus instintos de seguirle la corriente, pero apenas lo intentó, el mayor apretó con fuerza su entrepierna, soltando un gemido de dolor por lo brusco que había sido, pero Shinji no perdió el tiempo para recorrer con su lengua la cavidad del castaño a su gusto, sin importarle lo mucho que estaba golpeando contra la pared la cabeza y la espalda del castaño.
Uruha sentía que se moría por la falta de aire, trataba como podía de responderle a Shinji con la misma ferocidad que lo besaba, enredando su lengua con él, recorriendo con sus manos su pecho y gimiendo dentro del beso al ver que Shinji no paraba de masajear su miembro por sobre la ropa, estaba cediendo a ese placer salvaje que le daba…no, no era solo eso, su cara, su hermosa cara, era la viva imagen de Tora, lo admitía, desde que vio al pelinegro le pareció atractivo y lo único que quería era sacarse las ganas y Shinji se lo estaba dando en bandeja de plata, viendo como ambos se estaban excitando, el más alto comenzó a masajear con brusquedad y posesivamente las nalgas del menor, para luego separarse y volcarse a su cuello a marcarlo y besarlo como si fuera un animal, porque eso es lo que era, un animal movido únicamente por sus instintos de satisfacción y eso lo haría con el cuerpo esbelto del castaño.
—aahhh—gimió por la mordida que le daba Shinji en su curvatura cuello, estaba desesperado, nunca se había sentido tan excitado en toda su vida, claro excepto cuando…—“Tora” —a pesar de todo, de tener la misma cara, el mismo cuerpo, no era lo mismo, no era Tora, ese hombre que lo manoseaba a su antojo y lo trataba como tal prostituta no era una persona, no era nadie.
El pelinegro ni se dio por aludido cuando el castaño detuvo sus caricias a su cabello al igual que sus gemidos, no le importaba nada más que poseer al más bajo, solo ese objetivo tenía en mente, cuando de pronto fue apartado por un fuerte empujón que le dio su subordinado que lo miraba con rabia
—basta, no puedo seguir con esto, lo siento señor— Uruha vio como en los ojos de ese hombre ningún sentimiento había ni siquiera de sorpresa por lo ocurrido, lo miraba sin tener emoción alguna, ahora sí que se daba cuenta, no podía entregarse a la primera con alguien como él, tenía que hacer todo lo posible para hacer volver a Tora a su cuerpo.
—…—el pelinegro no le dijo nada, solo fue a sentarse tranquilamente en su escritorio y continuó revisando el curriculum de Takashima, sin dirigirle la mirada, asustando al castaño, mierda…sino hacia algo lo iban a despedir estaba seguro y lo confirmó al ver cómo dejaba su curriculum al lado de su mesa y lo miraba fijamente
—espere, yo…necesito tiempo, yo quiero que usted sea mi pareja
—¿pareja? —lo miró seriamente ante lo nervioso que estaba el menor
—sii, yo quiero que usted sea mi novio y—¡¿qué mierda estaba diciendo?! es que no tenía vergüenza, acababa de conocer al tipo y ya le pedía ser su pareja, pero era lo único que se le ocurría para atrasar las cosas y no perder el contacto con Shinji, además de que tanto tenía que avergonzarse, era solo un cuerpo—yo, esta noche, lo invitaré a cenar, ¿quiere?
—cenar eh…está bien, como sea
—acepta entonces?
—con tal de tenerte en mi cama gimiendo acepto cualquier cosa que me pidas Kouyou- le dijo haciendo sonrojar al castaño, ese maldito ahora se atrevía a llamarlo por su nombre, pero poco le duraría su actitud, ya pronto ayudaría a regresar a Tora a su cuerpo y todo esto terminaría—nos vemos en la noche entonces, ahora puedes retirarte que necesito arreglar lo que provocaste
—¿lo que provoque?
—Matsumoto, lo necesito en mi oficina ya—hablo por el altavoz mientras Kouyou seguía pensando a que se refería Shinji con esas palabras hasta que vio entrar a Takanori que miró toda la situación y suspiró cansado
—mierda, ni para hacer este trabajo sirves
—¿eh? ¿a qué te refieres con eso? —le preguntó molesto mientras veía a Matsumoto…arrodillarse frente a Shinji y…no, no, eso no podía ser, ¿qué mierda era lo que pasaba en esta oficina? Es que estaban todos locos, de Shinji lo aceptaba pero ¿de ese enano?¿ Tan poca decencia tenía?
—ya no necesito de tus servicios ahora Kouyou, en la noche te veo, puedes retirarte
—pero…—estaba a punto de decirle que desde ahora que era su pareja no podía hacer esas cosas con otro hombre pero oír el gemido ahogado de Takanori ante una embestida repentina en su cavidad y como se la seguía chupando con gusto ante la demandante brusquedad de Shinji, hizo que saliera a toda prisa de la oficina. —mierda y ahora yo tengo el problema—susurró deprimido al ver su tremenda erección, odiaba admitirlo pero daría lo que fuera por estar en lugar de Takanori, ¡¿por qué el maldito de Shinji tenía que ser tan sensual?!
—¿Uruha?
Bravo y hablando del rey de roma ahí aparecía Tora tras sus espaldas, todo este lío era por su culpa, pero a pesar de todo, no se arrepentía de nada, haría lo posible por ayudarlo y de paso si lo ayudaba tal vez podía darse después el mejor revolcón de su existencia.
—Solo apresúrate a volver a tu cuerpo Tora—habló mientras se dirigía rápidamente a su puesto de trabajo y comenzar a teclear la computadora, suerte que sus demás compañeros estaban muy concentrados en su tarea que no lo veían hablar solo —por cierto, me hice pareja de Shinji
—¿eh?¡¿ pareja?! Pero Shima-kun te dije que lo mejor era salir de todo esto enseguida
—no me voy a encamar el primer día con él, Tora—lo interrumpió molesto—algo se me ocurrirá en el camino para hacerte volver a tu cuerpo
—Uruha, no es bueno que seas la pareja de él, me preocupara que puedas
—¿enamorarme? —adivinó al ver que Tora asentía con tristeza— eso ni un millón de años ni de tí ni de Shinji, no te preocupes por eso
—¿eh? ¿de mí tampoco? —preguntó extrañado, el ya creía que Uruha gustaba de él hace rato, sí, este Tora era un egocéntrico
—ja, apenas te conozco y ya crees que me tienes todo baboso, te pasas de egocéntrico Tora— mintió, porque si estaba baboso por hacerlo con Tora, lo de no enamorarse era verdad, ni mucho menos le gustaba Tora, pero de atraerle…eso era otro cuento, el pelinegro le atraía mucho y no hallaba la hora en darse un revolcón con él y quitarse esas ganas cuando recuperara su cuerpo—ahora quédate tranquilo que tengo que terminar esto, antes que el enano termine su trabajo de puta personal—le pidió haciendo sonrojar a Tora, quien odiaba que Shinji fuera tan suelto y se acostara con prácticamente todos sus empleados, el que quedaba de puta era él.
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Al fin su día laboral había terminado y qué mierda de día había tenido, esperaba que los demás no fueran así de agitados como este, fue a buscar a Aoi y éste le dijo que tenía que hablar unas cosas con Nao y en seguida bajaba con él, por ahora le dijo que se adelantara y lo esperara en su auto, por lo que le paso sus llaves. Por otra parte Tora no podía moverse del lugar, el turno de Shinji seguía hasta más tarde, así que Uruha se despidió de él prometiéndole que se encontrarían después en el departamento y antes de la cena que tendría con Shinji, para recibir algunos consejos.
Suspiró cansado, no le gustaba nada la idea de quedarse solo esperando en el auto después de lo ocurrido pero vio que exageraba, qué posibilidad había que le pasaran dos eventos de esa clase en un día, prácticamente ninguna…
Abrió la puerta del copiloto y echo el asiento para atrás, tomaría una pequeña siesta hasta que Aoi llegara, aún estaba agotado por el trabajo anterior, pero de pronto sintió como alguien acariciaba su rostro, se despertó sobresaltado mirando a su alrededor, no había nadie ¿era su imaginación entonces? Pero en eso, descubrió que alguien lo miraba del espejo retrovisor, no podía distinguirlo bien, pero era la silueta de un hombre, estaba seguro, su cuerpo comenzó a temblar nuevamente, no podía estarle pasando esto de nuevo, cerró sus ojos con fuerzas, haciendo oídos sordos a lo que ahora le susurraba el hombre en una lengua extraña que no podía entender, quería llorar, quería que se fuera pero ya!no soportaba estar un minuto más en ese auto, tenía que salir de allí, pero otra vez su cuerpo no respondió, trató de mover su cabeza y se dio cuenta que el hombre lo tenía agarrado del pelo nuevamente, era tan fuerte su agarre que estaba seguro que si salía corriendo se arrancaría toda la cabellera por la fuerza con que lo tenía agarrado. Sus ojos eran de puro terror, gritaba de desesperación y rogaba para que ese hombre lo soltara, no sabía qué hacer en estos momentos, debió quedarse con Aoi o haberle insistido a Tora a que lo acompañara o quedarse haciendo trabajo extra. Cualquier cosa era mejor que estar en esta situación aterradora de nuevo.
Pero de pronto, la fuerza del agarre cesó, ¿qué había pasado? un sonido de un golpeteo en la ventanilla hizo que prácticamente saltara de su asiento y abriera sus ojos para encontrarse con la mirada confusa de Takanori.
—desde afuera se escuchan tus gritos—el más alto lo veía como poseído, como si estuviera viendo realmente a Takanori o era un producto de su imaginación, se dio cuenta que era real cuando vio su sonrisa burlona—¿tan traumado te dejó el encuentro con el jefe? será mejor que te acostumbres—rió para alejarse del vehículo y dirigirse al suyo, ante la temerosa mirada del castaño—porque no solo el jefe querrá jugar contigo, niño bonito—susurro para sí, mientras se relamía sus labios y veía de reojo como Takashima dejaba de mirarlo para luego mirar a su compañero Aoi aliviado, que había llegado al auto y se marchaban del lugar—esta presa no será nada fácil
Pero a Ruki lo que más le gustaban eran los retos y Takashima Kouyou se convertiría en uno de sus más preciados juguetes costara lo que costara.