A diferencia de los días anteriores el clima era agradable, el sol resplandecía lo suficiente para bañar con sombras gráciles los arboles del jardín trasero del instituto, la brisa fresca traía con ella un dejo del aroma de los cerezos blancos que crecían en la entrada y el agua de la piscina estaba realmente agradable y fresca. La natación era uno de sus fuertes, al igual que todo lo que se proponía hacer, lo hacia bien o simplemente no lo hacia, en su colegio anterior había pertenecido al equipo de natación, su figura delgada era perfecta para tomar rápidamente la velocidad necesaria para ganarle a sus competidores, sin embargo, antes de llegar a las nacionales lo dejó por ordenes de su padre, ahora, solo era un hobby, su habilidad en los deportes debía ser solo una distracción pasajera en esos ajetreado día de oficina que le esperaban por el resto de su vida, por que así le había impuesto su progenitor y a diferencia de su desobligado hermano, el así lo había aceptado.
Era la vigesimoquinta piscina que hacia, el haberlo abandonado no le había costado su excelente estado físico, iba a dar solo un par de vueltas mas, no por que estuviese cansado, sino por que debía buscar a su compañero de habitación, necesitaba hablarle.
Salió con pesadez de la piscina semi-olimpica que rompía con el patrón del piso crema del patio de deportes, caminó rápidamente por las baldosas del borde y tomando la toalla azul cielo, se dispuso a secarse cabello azabache de forma meticulosa, era molesto ir con el cabello demasiado mojando humedeciéndole la camiseta y dejando cargantes rastros de agua por donde fuera que pasase, deslizó una camiseta azul oscura por encima de su cabeza para luego alisarla con las manos acomodándola en su sitio. En el mismo instante en que tomó sus cosas para dirigirse a los vestidores se percató de una melena rubia que caminaba hacia la sala de música, esa era su oportunidad de abordarlo y encararlo preguntándole la razón de estarlo ignorando en los últimos días.
Corrió sin siquiera ponerse el calzado, era imprescindiblemente importante saber el porqué de la actitud de aquel latoso chico, debía conocer aquella razón por la cual buscaba permanecer el menor tiempo posible a solas con el, por qué ya no le sonreía y lo mas importante, por que ya no le dejaba ver aquellos ojos azules que tanto le agradaban.
-oe dove detente necesito hablar contigo- le gritó al alcanzarlo cerca del auditorio- hey dove no me escuchas?, he dicho que te detengas- le volvió a gritar aun mas fuerte al ver que no detenía su andar- MIERDA, HE DICHO QUE PARES NARUTO!
-acaso me hablas a mi?- respondió aquel chico girando solo una parte de su cuerpo lo suficiente para poder verle – por que no veo a nadie mas
Cualquiera podría haber dicho que aquel era Naruto, la misma estatura, el mismo tono canela de piel, la misma contextura muscular, incluso las mismas graciosas marcas en las mejillas que simulaban ser bigotes, pero para Sasuke no, los ojos no eran los mismos, aunque el azul de los iris era exactamente igual, la expresión en ellos era diferente, la ternura, alegría y altanería dulcemente empalagosa característica de Naruto no se hallaba allí, por el contrario, allí había una mirada feroz y solitaria, bañada con una bestialidad seductora, aunque tenían el mismo efecto que la de su compañero.
-disculpa pensé que eras otra persona- dijo Sasuke moviendo su rostro un poco a la izquierda, la intensidad de aquella mirada era mas de lo que podía soportar
-no hay problema- respondió el rubio con una sonrisa llena de saña- no podría enfadarme con un gatito como tu
-con un que? Como me llamaste?- antes de darse cuenta, aquel chico le había recostado en contra la pared del edificio, inmovilizándole con fuerza mientras deslizaba la rodilla en medio de sus piernas y se acercaba amenazadoramente su rostro
-viniste en busca de caricias pasajeras o de un amo complaciente?- ronroneó tan cerca del rostro del moreno que podía sentir el rose aun inexistente de la piel
-pero que demo…-exclamó el Uchiha apartando al extraño de un solo empujón perdiendo el equilibrio en el proceso y cayendo de lleno en el piso sobre su trasero
-jajajaja que divertido eres, esa cara vale oro jajajjaja, hace tanto que no reía de esta forma- se mofaba el chico secándose las lagrimas que se habían asomado por sus añiles cuencas –dime algo gatito, me llamaste Naruto, acaso le conoces?
-eso debería preguntar yo – espetó con rabia aun en el piso -que eres de el?
-pensé que eras mas listo- se mofó mirándole despectivamente -que no se nota el parentesco? Soy su hermano baaaaka
-no sabia que tuviera hermanos
-él tampoco sabe que estoy aquí así que te agradecería que no se lo dijeras ya sabes como es, se exaltaría demasiado y no habría quien le aguantara
-entonces vas a ir a verle?
-no, por el momento no, solo me pasearé por aquí para conocer un poco mas de esta escuela todas estas, como se llama este lugar?
-viniste y no sabes el nombre?- realmente la estupidez era una marca familiar
- me trajeron no es mi culpa no fijarme en el nombre – respondió subiendo un poco los hombros con una actitud despreocupada
-es la secundaria Konoha
-haaa ya veo, Tsunade tiene todo muy ordenado por aquí
El cuerpo se giró sobre sus pies, dejándole a la visa la espalda cubierta por una camiseta roja estampada con un espiral blanco en el punto exacto en donde comenzaba las paletas, desde el piso, aquel chico se veía imponentemente peligroso, tenia aquel aire a gañan mal habido al cual cualquier padre detestaría por tratar de corromper a su hijo
- Oye cual es tu nombre- no pudo evitar preguntárselo al ver como reanudaba el paso firme hacia el aula de música
- Jejeje, todo a su debido tiempo gatito, todo a su debido tiempo – le dijo sin voltear a mirarlo ni detenerse.
No podría decir cuanto tiempo había pasado sentado allí en el piso, no era que estuviera meditando o siquiera pensando en algo, solo estaba mirando la espalda de aquel chico mientras desaparecía de su campo de visión, un cosquilleo agradable se había apoderado de su vientre y se sentía extrañamente mareado y cálidamente feliz acaso se había enamorado de aquel sujeto? No, eso no podía ser cierto, él era un Uchiha y los Uchiha solo se enamoraban de aquellos q merecían su amor, no tenia relevancia si esa persona era hombre o mujer, pero debían ser lo suficientemente valiosos para merecerles y leales para corresponderles y se notaba a leguas q ese sujeto no era ni lo uno ni lo otro.