Abrió los ojos lentamente, no sabía lo que había pasado, lo último que recordaba eran los gritos de su abuela, lamento despertar, ya que en cuanto recupero la conciencia comenzó a sentir las punzadas en la cabeza, un dolor horrible. No sabía dónde estaba, sabía que estaba en una cama, volteo a la derecha y vio su escritorio, estaba en su habitación.
Cuando trato de incorporarse una voz lo detuvo
-Sasori, acuéstate, no puedes esforzarte-le dijo su abuela
-¿Qué paso?
-Esos cabrones te golpearon
-¿Me golpearon? No lo recuerdo…
-Bueno te lanzaron la pelota
-A ya veo…así…-quedo en silencio al recordar como el chico rubio corría hacia él, Sasori quería preguntarle sobre él, pero no quería que su abuela supiera que sentía agrado por su vecino y mas que fuera un chico. Él sabía que no era homófona pero…no se arriesgaría-Ammm…supongo que no se disculparon…
-No para nada, hay Sasori tú sigues creyendo que todos tienen la suficiente conciencia para disculparse
-Ya sé que no todos la tiene, yo solo dije…Oye ¿Hace cuanto quede inconsciente?-había luz de día, luz de mañana
-Desde ayer
-¡Tanto!-fue tanta su sorpresa que se levanto de la cama en un salto
-¡Sasori!
-¡Que!
-Vuelve a acostarte
-¿Tanto tiempo?-se acerco a su espejo del baño, tenía una herida en la frente, seguramente se había abierto, pues le habían cosido justo en la herida, el nunca se consideraba una persona atractiva y ahora con esa herida ¡Menos! No era grande la herida, apenas si de 2 cm.
-Tuvieron que coserte la herida
-Si ya vi…Mmmm, pero aun así no puedo creer que haya quedado inconsciente tanto tiempo
-Pues ya ves. Me tome la libertad de decirle al maestro Richard que no viniera
-Pues deja de tomarte tanta libertad
-¡Sasori!
Ignoro a su abuela, odiaba que tomara esas “libertades” él las consideraba como manejar su vida. Pero si es que había quedado inconsciente tanto tiempo, había sido buena idea que Richard no viniera
-El doctor vendrá hoy-informo Chiyo
-¿Para qué?
-Para revisarte
-Pero ya me reviso ¿No hasta me cosió?
-No, puedes tener una contusión, va a venir apara asegurarse de que estarás bien, yo tengo que ir al banco para sacar dinero
-Si está bien
-Así que Leonor y tú recibirán a la doctora Tsunade
-Si
Sasori no tenía ganas de ver a un médico, no lo creía necesario. Pero si había pasado parte del día y toda la noche inconsciente, no era un golpecito cualquiera.
En cuanto oyó como Arthur arranco el auto, con su abuela adentro, y salió de la casa. Volvió a acostarse, aun sentía el cuerpo adormilado y torpe, cerró los ojos, de nuevo quedo dormido.
El despertador, Sasori se levanto de inmediato, seguro y Leonor había puesto la alarma, eran las 11 en punto, se metió a la ducha, una larga lucha…al salir del baño su cama ya estaba tendida, gracias a Leonor y su ropa para cambiarse ya estaba lista.
Tocaron levemente la puerta de su habitación
-¿Quién?-sabía quien era, nadie mas estaba en la casa, incluso sospechaba porque venía, pero por puro impulso esa pregunta
-Joven Sasori, soy Leonor, la doctora Tsunade ha llegado ¿Quiere que suba a su habitación?
Tardo en contestar, no quería ver a esa doctora, pero Chiyo no confiaba en nadie más, por lo tanto no permitía que nadie más lo tocara
-Sí que suba-al terminar de decir esto se levanto y trato de acomodar las cosas que estaban fuera de lugar, que eran muy poas ya que sus hábitos siempre habían sido de orden y ya que no tenía nada más que hacer y que Leonor estaba a su servicio, su cuarto estaba presentable-Adelante-ordeno al oír que de nuevo tocaban su puerta
-Buenos días-saludo la muchacha rubia
-Hola-contesto el chico con pocos ánimos
-Bien, ayer vine a coserte la frente, hoy solo vine por…
-La insistencia de mi abuela-interrumpió Sasori
-Exacto, Chiyo no dejo de fregar hasta que accedí a venir-Tsunade soplo para alejarse un mechón de cabello que tenía cerca de la boca, tomo asiento en un sillón que había cerca de la ventana
-Ya veo, bueno la entiendo, después de todo quede inconsciente toda una noche, eso preocupa a cualquiera
-Si…-susurro, estaba dudosa de decirle la verdad, se la diría cuando ya se fuera-Dime Sasori ¿Cómo has estado?
La misma pregunta de siempre no entendía ¿Por qué todos los doctores empezaban con esa pregunta cuando estaban informados de tu enfermedad?
El tiempo que vino se paso rápido, conversaron de cosas triviales, era cierto que Tsunade era de las pocas personas con las que hablaba, y por muy fastidiosa y entrometida que a veces era, Sasori no la iba a correr, ni hacer nada estúpido para que su doctora ya no le dirigiera la palabra.
Al dar la una en punto Tsunade salió de la casa, por la puerta principal, acompañada de un chico pelirrojo de estatura media
-Sasori
-Dime-el mencionado volteo a verla, después de estar mirando cómo se movían sus pies al caminar
-Tienes que ir en dos semanas al hospital
-Eso ya lo se
-Muy bien
-Disculpa Tsunade
-¿Si?
-¿Cómo es que estuve tanto tiempo inconsciente si según tu solo fue un pequeño golpe?
-Porque te sede
-¡¿Cómo?!
-Te inyecte un sedante
-¿Pero porque?-estaba sorprendido, pero antes de demostrar su inconformidad sabría el porque
-Tu abuela me lo pidió
-¡Mi abuela! Si será…ahhg no lo puedo creer
-Si fue ella, así que si hoy al despertar sentías adormilado el cuerpo fue normal
-Ya veo, hablare con mi abuela sobre esto
-Tranquilo, quiso y creyó que era por tu bien
-Sí, supongo…
-Nos vemos
Tsunade beso la frente del menor y en seguida abordo el taxi que minutos antes había llamado. Sasori quedo en la acera viendo como el taxi se alejaba y se perdía al dar la vuelta.
Hablaría con su abuela, no podía creer que lo sedara
-¡Hey tu!-gritaron, pero Sasori no volteo, era imposible que le hablaran a él-¡El de cabello rojo!-al oír eso Sasori volteo
Quedo petrificado al ver quien era: ese chico rubio cruzaba la calle
-Hola-saludo cuando ya estaba frente Sasori-¿Hola?-Sasori no contesto, no porque no quisiera si no porque no podía-No nos conocemos…veras yo vivo enfrente a tu casa-sonrió
Si Sasori hubiera apostado por el color de sus ojos, el hubiera ganado, eran azules, azul cielo, transmitían una felicidad y tranquilidad embriagadora, el pelirrojo se perdió en la profundidad de ese par de ojos
-Ahhh…-Sasori no podía articular palabra
-Me llamo Deidara-le extendió la mano, Sasori paso su mirada de los ojos a la mano extendida, justo cuando el rubio la retiraba se la estrecho
-Sasori, me llamo Sasori
-Mucho gusto Sasori, veras… ¡Oh por Dios! Pero si te abrí la frente-se le oía preocupado
-Esto…-Sasori se toco la frente-¿Tu lanzaste la pelota?
-Si así es, a eso venia…Discúlpame, no era mi intención golpearte-Deidara llevo su mano a la herida de Sasori, agacho su rostro a el de él, ya que el rubio era más lato, sin saber lo que provocaba en el pelirrojo-Vine ayer y hoy por la mañana pero una señora, me dijo que tu no querías verme, que estabas muy enojado
-No es cierto-aseguro Sasori de inmediato
-Pues una vieja me dijo que no podía verte
-Es mi abuela
-Oh…lo siento no sabía que era tu abuela-sus blancas mejillas tomaron un color rojizo, se alejo de Sasori
-No te preocupes
-Si claro
-¡Sasori, tu abuela ya viene!-grito Leonor desde adentro de la casa, más que un aviso era una advertencia
-Hasta luego-se despidió Sasori, no quería irse, pero tampoco quería oír reclamar a su abuela, comenzó a caminar hacia la puerta
-Si adiós-dijo Deidara mientras veía como caminaba el menor-Se que no eres nuevo en el vecindario, supongo que no sales mucho
-Así es
-Me gustaría conocerte