“Me gustaría conocerte”
“Me gustaría conocerte”
“Me gustaría conocerte”
No podía sacarse esa frase. Tan solo con tres simples palabras aquel rubio había hecho que su mundo se detuviera, que su respiración fuera entrecortada, que su adrenalina subiera, al igual que las pulsaciones de su corazón, en pocas palabras, que sintiera “Mariposas” en el estomago y lo único que pudo pronunciar fueron dos letras “Si” eso le basto al rubio que se fue con una sonrisa de oreja a oreja.
Aquel chico pelirrojo le había caído bien y debía admitir que era hermoso.
Sasori caminaba por la orilla de la acera, mientras esperaba a Arthur, para llevarlo a sus clases al Instituto de Arte Sunagakure, trataba de mantener el equilibrio.
-Hola Sasori-el pelirrojo reconoció la voz, solo le bastó levantar el rostro para confirmar que era su vecino
-Deidara-hablo el chico, era cierto que después de la disculpa ofrecida por el ojiazul, habían tenido otros encuentros igual de cortos, suficiente para Sasori, aun así al pelirrojo aun le costaba hablar con Deidara
La alegría de Sasori había aumentado notoriamente, incluso Leonor lo había notado y también había notado que el vecino rubio lo provocaba
-Oye hace un par de días que no te veía ¿Por qué no sales mucho?-curioseo Deidara
-No me dejan-Sasori le dio pena decirlo, pero quería ser sincero
-Ya veo-el rubio no se reiría-Oye tal vez…bueno unos amigos y yo vamos a ir al cine, tal vez tú quieras acompañarnos-sonrió el rubio
-¿Me estas invitando?-Sasori no se la podía creer, su más grande fantasía lo estaba invitando a salir
-Si…si así es-por alguna razón Deidara se sonrojo, sabia esa razón pero no la admitiría aun
-Suena bien ¿Cuándo?-acepto Sasori
-Pasado mañana
-Lo siento no puedo ir-soltó Sasori y era cierto no podía ir ese día tenía que ir con Tsunade
-¿Por qué?-pregunto Deidara quien ya se estaba ilusionando con la idea de que Sasori fuera al cine
-Tengo una cita…con el medico
-Ya veo…oye me preguntaba ¿si me podrías dar el numero de tú móvil?-sonrió Deidara, con aquellas sonrisas arrebatadoramente encantadoras, de esas sonrisas que a Sasori le fascinaban
-Yo…claro…5951085381-dijo Sasori mientras Deidara lo tecleaba rápidamente en su móvil
-Gracias el mío es…
-¡Sasori!-el grito de Chiyo interrumpió al rubio, el cual hizo un gesto de fastidio al ver que la abuela del pelirrojo venia hacia ellos-Sasori ¿Qué haces aquí?
-Buenas tardes señora-saludo cortésmente Deidara
-Buenas tardes-hablo con fastidio la vieja-Sasori ya vamos, Arthur ya llego
-Nos veremos-se despidió Sasori, se fue con su abuela al automóvil
-Te prohíbo que hables con ese chico-ordeno Chiyo ya arriba del auto
-¿Qué? ¿Pero por qué?-pregunto el menor
-Es mala influencia para ti
-¿Cómo lo sabes? Ni lo conoces
-Porque lo se
-No puedes decirme a quien hablarle y a quien no
-Claro que sí, soy tu abuela
No dijeron más en el camino.
Sasori había hablado con su abuela sobre el sedante que hizo que le inyectaran, la vieja no se había disculpado ni arrepentido, solo habían llegado a discutir, y su abuela había tenido la última palabra como ahora había pasado
En las clases Sasori le conto a Temari sobre su nuevo amigo recibiendo un “Me alegro por ti” sincero
Al día siguiente, siguió la misma rutina, que siempre, la rutina de un día en su aburrida vida
Al siguiente fue con Tsunade, como días anteriores la medico le había indicado
A cada consulta a la que iba regresaba peor, de cómo había entrado al consultorio, decaído y sin fuerzas, y esta no era la acepción, regreso igual de mal que anteriormente.
No quería cenar, aunque la rubia le había ordenado que ingiriera alimentos para recuperar las fuerzas que perdía en cada transfusión
Oyó un pequeño timbre cuando descansaba ya en su cama, era un mensaje en su móvil
“Te he visto llegar ¿Estás bien? Deidara”
Volvió a sentir ese mariposeo, a pesar de que su vecino no estuviera cerca, no sabía que contestar, borro varias veces lo escrito hasta que se decidió
“Buena noche Deidara Me encuentro bien, con dolor de cabeza, pero estable”
No era cierto que estaba bien, sentía todo su cuerpo adolorido, pero no preocuparía al rubio
Lo envió, era demasiado formal, se lamento mentalmente, sentía que su amigo se tardaba en contestar
“Me alegro Sasori, este domingo iré al cine, la verdad es que hoy no lo hice, después a un parque de diversiones que hay cerca ¿Iras? Esta vez no aceptare un No”
Sasori lo releyó varias veces ¿Por qué no abra ido? ¿Por él?
“Me encantaría, pero no me dejan”
Aun recordaba la plática del día anterior con su abuela
“No me digas eso, por favor vamos”
“Está bien”
“Excelente te veré a las doce en la acera”
No sabía como lo haría, pero estaría con el aquel domingo.
-Abuela el domingo iré a casa de Temari para unas clases
-Está bien
Sabía que si se trataba de salir con Temari, su abuela no pondría peros. Ahora solo faltaba avisarle a su maestra, sabía que ella aceptaría
-Temari, necesito que me cubras- “A hola Sasori, dime”- Deidara me ha invitado a salir el domingo, pero mi abuela no me dejara, así que para ella yo saldré para tu casa- “Claro a mi casa, nos veremos el domingo, dile a tu abuela que yo misma iré por ti y te llevare”- Gracias
Todo estaba en orden, nadie podría hacerlo fallar
Media semana nunca había sido tan larga para el pelirrojo, contaba las horas, los minutos, los segundos para que el anhelado día llegara, sentía que el tiempo iba más lento solo para burlarse de él
Al fin ese día llego, justo al diez para las doce, Temari llego a la casa de Sasori, subieron al auto de la maestra, justo cuando salían, se encontraron con Deidara, que tuvo rostro de confusión al ver que Sasori se retiraba, el pelirrojo le señalo la esquina más lejana de la casa, el ojiazul entendió, comenzó a correr hacia el final de la calle encontrándose a un Sasori, ahí parado, solo, aquella rubia chica ya no estaba
-Lo siento mi abuela no me dejaría
-No importa, ya estás aquí, vamos
Como cualquier chico adolescente, tomaron un autobús que los llevo a la plaza comercial.
Todo ese tipo de viaje era nuevo para Sasori, nunca había viajado en transporte público, lo cual noto Deidara, pero prefirió guardar silencio
Incluso aquella plaza era nueva para el menor, solo seguía a Deidara, observaba aquellas tiendas que vendían de todo.
Sasori se sentía libre, como aquel animal que lo aprisionaban por tanto tiempo, 18 años, y al fin lo liberaban
-¡Deidara!-grito alguien, eso llamo la atención del pelirrojo, busco con la mirada de quien era la voz-Deidara al fin llegaste-si era aquel chico azabache que hace algunos días acompañaba a Deidara
-Hola Itiachi-saludo Deidara, el moreno se acerco al rubio dándole un beso en los labios, lo cual dejo al pelirrojo más que sorprendido
Que estúpido había sido al creer que solo serian ellos dos, que estúpido fue al ilusionarse, que estúpido enamorado
-¿Quién es él?-pregunto el moreno al ver el rostro cabizbajo del pequeño
-El es Sasori, el chico que golpee con el balón-dijo Deidara
Estaba apenado por la escena que presencio Sasori, no quería que supiera que Itiachi fuera su novio, no se avergonzaba del azabache, solo quería que Sasori no pensara que no estaba libre
-Idiota te tomaste mi refresco-reclamo un rubio que se acercaba a donde los otros se encontraban
-¿Y? Tenía sed
-Idiota…nunca respetas nada
-No te pongas así Naruto-dijo un azabache muy parecido a Itiachi
-Es la verdad-se defendió Naruto
-Ellos son novios-susurro Deidara a Sasori, lo cual lo sorprendió, se había perdido en la discusión de los otros, se había olvidado de que Deidara estaba ahí abrazado de Itiachi, pero la cruel realidad lo abofeteo de nuevo
-Pero si se ve que no se soportan-aseguro Sasori
-Larga historia-aclaro Deidara
-Lo…lo…-Sasuke no pudo terminar su frase solo paso un brazo por los hombros de Naruto, al parecer esa era su forma de decir “Lo siento”
Los cinco chicos entraron al cine, dispuestos al ver el último estreno de películas de acción
-Oye amigo ¿Qué te paso en la frente?-pregunto Naruto
Aun no se quitaba el pequeño adhesivo que cubría los puntos
-Una herida, Deidara me golpeo con un balón-confeso Sasori
-Ya veo, yo soy Naruto y el idiota de acá es Sasuke
-Mucho gusto yo soy Sasori
La película fue interesante, buena en los afectos especiales, lo único que no fue bueno es que Sasori, había quedado en medio de ambas parejas
Como Deidara lo prometió, se dirigieron al parque de diversiones, que no estaba a más de un kilometro de la plaza comercial
Sasori se sentía incomodo, un estorbo y excluido, aunque Deidara no se separaba de él y para fastidio del rubio tampoco Itiachi se alejaba mucho, era cierto que eran novios y eso era normal, pero él quería estar con el pelirrojo a solas, pero eso debió pensar antes
Al llegar al parque, compraron boletos, para subirse a la mayoría de los juegos, para Sasori era algo nuevo, así que a pesar de que su corazón se estaba desmoronando trato de divertirse.
En el trayecto de juego en juego, se encontraron aun chico demasiado fino y angelical, tan inocente, tan guapo, su piel era blanca, inteligente
Ambos chicos se sintieron incómodos alrededor de las parejas, caminaron por su cuenta. En el poco tiempo juntos, Sasori había quedado encantado con aquel tierno chico
-He de admitir que eres muy lindo Sasori-confeso el angelical chico, ambos habían quedado a solas, pero Deidara los miraba de lejos, como vigilándolos
-Lo mismo digo Haku
-Oh gracias-Haku se sonrojaba aun más fácilmente que Sasori
El pelirrojo no supo cuando Haku se había acercado tanto, ni mucho menos cuando invadió sus labios.
El nunca había besado, nunca…
Se dejo llevar por el beso, cerró los ojos para disfrutar de esta nueva experiencia, era un beso inocente y tierno, solo con labios,
-¡Aléjate de él!-grito alguien, abrió sus ojos, vio como Deidara jalaba por la espalda a Haku-No lo beses-le ordeno-Vámonos-tomo a Sasori del brazo y se lo llevo
El pelirrojo llamo a Temari avisándole que ya iban para la casa del menor
No dijeron nada, hasta llegar a la calle donde ambos vivían, donde Temari ya esperaba a Sasori
-Deidara…-Sasori fue interrumpido por los labios del rubio, lo estaba besando, de nuevo cerró los ojos para disfrutar de aquella experiencia, fue un beso demasiado inocente, apenas si juntaron sus labios
Cuando ambos se separaron, Deidara se fue corriendo, literalmente, Sasori solo llego a su casa en la compañía de Temari, quien le insistía que le contara que había pasado
Ni él lo sabía. Tenía la cabeza llena de confusiones, oyó de nuevo aquel timbre tan familiar, un mensaje
“Necesitamos hablar”