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Deceitful Fate por carina_mew12

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Notas del capitulo:

hola a todos!!!

ps ya les traje un capi nuevo d este fic xD tómenlo como un adelanto d su regalo d navidad ¬w¬

bueno, este capi va dedicado a Yui-chan >w< para ti linda!!! espero te guste 

como ya no sé q decir, los dejo con el capi

nos vemos abajo

2. Promesas rotas

- el jefe está tardando demasiado- dijo el pelirrojo al aire mientras se dejaba caer pesadamente en el enorme sofá de aquella oficina, justo al lado de su compañero- vamos Penguin, no tienes por qué molestarte tanto, lo dije sin pensar- le habló al pelinegro, quien permanecía en silencio- no me dirigiste la palabra en todo el camino hasta aquí

- si tanto quieres hablar, ve con Kuroashi. No está tan mal después de todo- replicó molesto el pelinegro mientras cruzaba los brazos sobre su pecho

- ¿a caso estás celoso?- preguntó el de la gorra verde con una sonrisa burlona. El otro no hizo más que apretar sus labios y desviar la mirada, no quería que Shachi notara su sonrojo- qué adorable- se acercó ligeramente al pelinegro y le tomó suavemente del mentón, dispuesto a robarle un beso

- si Law les ve haciendo cosas sobre su sofá favorito, les volará la cabeza- habló de pronto una profunda voz masculina, causándole a la pareja un respingo de espanto. Al girarse hacia la puerta, Penguin y Shachi se encontraron con un hombre alto de traje negro y camisa color vino que iba a juego con su llamativa cabellera rojiza, la cual resaltaba lo blanco de su piel

- tienes suerte que el jefe no haya llegado, Eustass- dijo Shachi, evadiendo el tema, mientras se apartaba del de gorra azul y se acomodaba la corbata- sabes que le molesta la impuntualidad

- tks- el pelirrojo chasqueó la lengua y se acomodó en medio de los otros dos- ¿por qué tarda tanto?

- debe estar ocupado- Penguin se llevó las manos tras la cabeza- aunque no creo que tarde- y como si lo hubiesen invocado, Law apareció en su oficina portando una bata manchada de sangre y un par de maletas blancas en cada una de sus manos

- ¿qué tal su cacería, chicos?- preguntó interesado el moreno, refiriéndose al par que rara vez se separaba

- estuvimos siguiendo a Kuroashi Sanji por varios días, jefe- reportaba Penguin mientras se ponía de pie junto con su compañero y buscaba en el interior de su chaqueta- no se imagina lo que encontramos- el pelinegro le tendió un sobre a su jefe, quien, al tener las manos ocupadas, tuvo que dejar su preciadas maletas en el piso y tomar el sobre. Lo abrió lentamente y de éste sacó varias fotografías

- ¿quién lo diría?- Law pasaba una a una las fotografías mientras su sonrisa se hacía más grande- se metió en el lío con Crocodile por una mujer y terminó enredándose con un hombre… y no uno cualquiera- tomó una de las imágenes y se la mostró al pelirrojo- ¿lo reconoces, Kidd?

- si no recuerdo mal, es un oficial de Whiskey Peak, Bushido Roronoa Zoro

- correcto- alabó el pelinegro- Shachi, Penguin, lleven esto a nuestro cliente, la dirección está en la maleta- señaló las dos cajas junto a sus pies- será mejor que se den prisa, esos órganos son muy delicados- los dos hombres tomaron cada uno una maleta- asegúrense de negociar un buen precio- los dos hicieron una reverencia como afirmación y despedida a su jefe y salieron del lugar

- ¿entonces lo haré como en aquella ocasión?- preguntó el pelirrojo, quien seguía sentado en el sofá, mirando al moreno

- no, esta vez voy a acompañarte- afirmó Law, quitándose la bata

- ¿tú?- era raro que su jefe asistiera a una escena del crimen, sobre todo cuando se trataba de cometerlo

- hay algo que quiero intentar con el cuerpo de Roronoa

- ¿qué cosa?

- el águila sangrienta- Kidd levantó una ceja, claramente confundido. El pelinegro simplemente suspiró, era una molestia tener que explicarles todo a sus hombres- es un tipo de sacrificio mencionado en la antigua literatura escandinava. Se dice que, al vencer al enemigo, y para hacer una humillación final, los vikingos abrían a su víctima con sus propias manos desde la columna vertebral, destrozaban las costillas y sacaban los pulmones del cuerpo sin cortarlos, de tal forma que semejasen un par de alas ensangrentadas

- estás enfermo

- no es enfermedad, es una sana curiosidad por el cuerpo humano- dijo como si fuese lo más normal del mundo- como médico, es algo que no puedo evitar

- ¿y no sientes curiosidad por otra cosa?- sin aviso previo, el pelirrojo tiró del brazo de Law, sentándolo sobre sus caderas y de frente a él. La expresión indiferente del moreno no cambió, simplemente veía a su subordinado, devorándole con la mirada a la vez que sus manos se aferraban fuertemente a su cintura. Pero antes de que las manos de Kidd siguieran paseándose por su cuerpo, el pelinegro hizo un rápido movimiento, sacando un bisturí y descansando su filo en la garganta del otro, obligándole a detenerse- deja de ser tan terco, te gustará…- otro rápido movimiento y Law sacó un revólver, el cual apuntaba directamente a su entrepierna

- será mejor que me sueltes si no quieres que te castre de un tiro- amenazó Law, preparando su arma para disparar

- bien, como digas- sin más remedio, el pelirrojo tuvo que liberar a su jefe. Éste simplemente se puso de pie y guardó sus armas

- prepara el auto- ordenó al pelirrojo- el camino a Whiskey Peak es muy largo, entra más rápido partamos, mejor…

*****************************

Esa misma noche, en Whiskey Peak…

- basta…- ambos cuerpos se removían impacientes bajo las sábanas; uno buscando acortar la distancia entre ambos, el otro manteniendo al primero al margen- Smoker, ya basta- los labios del pelinegro fueron sellados con un apasionado beso que el joven no tardó en responder. Ambas lenguas se encontraron más de una vez, enredándose desesperadamente y mezclando los sabores y calores de ambas cavidades. Las manos del mayor recorrían desesperadas el cuerpo que tenía debajo, delineando cada curvatura de los músculos en su tórax hasta llegar a la ropa interior, la única prenda que tenía puesta el más joven. La impresión hizo que el chico rompiera el beso, concentrándose en detener al mayor- no toques ahí…- las manos del pelinegro bajaron rápidamente hasta su cintura, evitando que el comandante tocara más allá de sus bóxers- tengo que irme, llevo días sin ver a Luffy…- trataba de justificarse

- no es tan pequeño como tú lo ves- alegaba el peliblanco mientras lamía la clavícula del pecoso- puede cuidarse solo…

- pero… pero no conoce la ciudad, podría pasarle algo…- mas su superior era persistente. Su lengua seguía saboreando su piel y sus manos se rehusaban a quedarse quietas

- no te resistas, la pasamos muy bien la última vez, ¿recuerdas?

- la última vez estaba drogado…

- quizá deba drogarte también- dijo como broma, pero a Ace no le había causado nada de gracia. El pecoso apartó sutilmente al mayor y se enderezó sobre la cama, evitando mirar a Smoker

- las cosas están pasando demasiado rápido… aun no estoy listo…- se quitó las sábanas de encima y levantó su ropa del suelo, comenzando a vestirse

- ¿entonces por qué aceptas venir cada noche?- Smoker se escuchaba molesto, y no era para menos; aun cuando era amable con Ace, éste no le había permitido ir más allá de atrevidas caricias. Se moría por probarle completamente una vez más- ¿por qué dejas que te bese si no pretendes llegar más lejos?- sujetó al más joven por el mentón y lo obligó a mirarle- ¿qué es lo que sientes por mí?

- [[¿qué es lo que siento por este hombre?]]- ya se había planteado la pregunta varias veces; le gustaba sentirle, le gustaba besarle, ¿por qué no daba el siguiente paso entonces?- en verdad tengo que irme, lo siento- el pecoso se soltó del agarre de Smoker, terminó de vestirse, y caminó hasta la entrada de la habitación- será diferente la próxima vez, lo prometo- dijo a manera de despedida y salió del lugar

- la próxima vez…- repitió Smoker mientras miraba el techo de la habitación- siempre dices lo mismo… estoy harto de esperar…

******************************

El auto entró silencioso en el estacionamiento del edificio y parqueó en uno de los cajones cerca del ascensor. Ace apagó el motor, recargó sus brazos sobre el volante y dejó caer su cabeza en su antebrazo a la vez que suspiraba profundamente

- estoy hecho un caos- hablaba para sí el pecoso- lo siento, Smoker… realmente quiero enamorarme de ti, pero…

“Estoy harto de verte a lo lejos; desde ahora, quiero que sólo me veas a mí… Ace, déjame sanar tus heridas…”

¿Por qué le costaba tanto quererlo de la misma forma en que Smoker le quería a él? Sabía que usar una persona para reemplazar a otra estaba mal, por lo que se había estado forzando a quererle, pero seguía sin sentirse bien… algo le aterraba por dentro, y no estaba seguro qué era.

El pecoso se quedó en esa posición un largo rato, pensativo, hasta que miró la pantalla de su celular, pasaban de las 3 de la mañana. Estiró sus brazos en el aire y salió del vehículo, activó la alarma de éste y subió por el ascensor hacia el apartamento que compartía con su hermanito. Al detenerse el elevador, Ace caminó por el pasillo hasta llegar a su apartamento, entró silenciosamente y fue hasta la habitación de Luffy, pero éste no estaba ahí.

Con el pánico latiendo en su pecho, el pecoso comenzó a correr de un lado a otro en busca de su adorado hermano, pero no tuvo que buscar por mucho tiempo, pues encontró al menor dormido en su habitación. Una vez calmado su agitado corazón, Ace movió ligeramente a su hermano, tratando de despertarle, mas el pequeño no reaccionaba. El mayor se acostó al lado del otro, abrazándole dulcemente mientras cubría ambos cuerpos con las sábanas.

- perdóname Luffy- susurró el pecoso a oídos de su hermanito, estrechando sus manos entre las suyas- a pesar de que te dije que estaríamos más tiempo juntos, estás solo la mayoría del tiempo… sé que no es suficiente para compensarlo, pero, si quieres, mañana podemos salir juntos, sólo tú y yo…

- ¿en verdad?- habló de pronto Luffy, al parecer no estaba tan dormido como creía el mayor

- en verdad- confirmó su hermano- iremos a donde tú quieras- la risita de su hermanito le dio a entender que ya estaba mejor- durmamos entonces, mañana tenemos muchas cosas que hacer- colocó un pequeño beso en la nuca de Luffy y cerró los ojos, y antes de darse cuenta, ambos hermanos quedaron sumergidos en un profundo sueño.

**************************

Sanji caminaba sonriente por aquella enorme ciudad, cargando una caja de almuerzo en sus manos. Hace mucho que no le daba ese tipo de sorpresas al marimo, y estaba seguro de que, después de comer, quizá podrían hacer algo más… atrevido. Su sonrisa se borró, dejando paso a una avergonzada expresión, ¿desde cuándo pensaba así?

Con la intención de calmar sus nervios, el rubio sacó un cigarrillo de la bolsa de su camisa, lo encendió con el mechero y dejó escapar el humo tras una larga calada. Se entretuvo todo el camino mirando a su alrededor, la ciudad se veía muy calmada, muy normal, y eso le llenaba de alegría; mas su felicidad creció cuando se vio frente a aquel edificio. Con el corazón amenazándole con escapar de su pecho, Sanji apagó su cigarrillo con la suela de sus zapatos y fue hacia el apartamento del peliverde. Conforme se acercaba, sus nervios crecían más, hace mucho que no se sentía tan ansioso por ver a alguien.

Al encontrar la puerta indicada, Sanji suspiró profundo y levantó la mano para llamar a la puerta, mas se sorprendió al notar que ésta se encontraba abierta. Un poco confundido, giró la manija y entró, llamando a gritos al marimo, mas nunca recibió respuesta. Todo se encontraba demasiado silencioso para su gusto, así que fue a su habitación a buscarle, quizá se había quedado dormido.

Con las manos temblorosas, Sanji abrió la habitación del peliverde sólo para encontrarse con su peor pesadilla… Zoro yacía empotrado a la pared de la habitación con sus propias katanas; una atravesándole el cuello, otra su caja torácica, a la altura de su corazón, y la última atravesándole el vientre. La sangre brotaba a raudales de  las mortales heridas, resbalando lentamente por el cuerpo y tiñendo la pared de un oscuro carmesí; y justo al lado del cadáver, había un mensaje escrito con la sangre de su amado…

“Sigues Tú”

*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

- ¡¡¡ZORO!!!- el rubio se levantó violentamente de la cama, completamente asustado. Sus lágrimas empañaban su azulada mirada, por lo que retiró el llanto de sus ojos y se llevó las manos al pecho… un sueño, todo había sido un horrible sueño. El sudor empapaba sus ropas y su respiración era por demás agitada… siempre terminaba al borde de un infarto cada vez que esas imágenes aparecían en sus sueños.

Sanji volvió a acostarse, repitiéndose que nada de eso podría pasar… Zoro estaba a salvo. No, ya no podía lidiar con la misma pesadilla cada noche, no quería ver al marimo morir, ni siquiera en sus sueños, tenía que contárselo a Zoro, tenía que escuchar de su boca que todo estaría bien. El rubio miró hacia la ventana, aun era de noche; lo mejor era dormir un poco más hasta que amaneciera, pero con aquel sueño aun fresco en su mente, lo más probable era que no dormiría por el resto de la noche.

******************************

A la mañana siguiente…

El sonido de su celular lo obligó a despertarse. Con un gruñido, Zoro estiró un brazo fuera de la cama hasta el mueble donde estaba el teléfono y, sin abrir los ojos, contestó

- ¿hola?- dijo perezosamente mientras bostezaba

- hola Zoro. Soy Ace- respondió el pecoso- quería saber si puedes cubrirme hoy, le prometí a Luffy que estaría con él todo el día

- por mí está bien, pero ¿ya se lo mencionaste a Smoker?

- no te preocupes. Ya me arreglaré después con él- aunque su tono no sonaba muy convincente- entonces ¿podrás?

- claro- se sentó sobre el colchón y estiró sus brazos, bostezando una vez más- intentaré comentarle el asunto a Smoker cuando lo vea, así no será tan duro contigo

- gracias. Ah, por cierto, Zoro- el peliverde abrió un ojo y esperó a que continuara- procura no perderte…

- cállate- al escuchar las risas del pecoso, colgó el teléfono, ¿por qué nadie entendía que Roronoa Zoro no se perdía? Si no lograba llegar a tiempo a su destino era porque las calles de esa ciudad se divertían burlándose de él, cambiando de lugares cuando no las estaba mirando.

Zoro bostezó por tercera vez y salió de la cama, luchando por mantener sus párpados abiertos. Se metió al baño a tomar una ducha, se arregló, se vistió y se lavó los dientes antes de ir a la cocina. Dio un vistazo en su refrigerador, no había más que un cartón de leche y una manzana a medio comer. Miró el reloj del microondas, quizá tenía un poco de tiempo para ir a casa de Sanji y desayunar ahí… no, ya era muy tarde, tendría que conformarse con esa manzana. Justo estaba por darle una mordida a la fruta cuando alguien llamó desesperadamente a su puerta

- ¿Sanji?- cerró el refrigerador y dejó la manzana sobre la mesa para ir a atender a su inquieta visita- ¡joder cocinero, ya voy!- mascullaba el peliverde caminando hacia la puerta principal. Sin embargo, al abrir, se dio cuenta que su visita no era tan grata como esperaba…

*******************************

En otra parte de Whiskey Peak

- llegas tarde mocoso- reprendió Zeff al rubio- es un poco extraño en ti, ¿ocurrió algo?

- nada en especial- trató de sonar calmado, pero la preocupación reflejada en su rostro lo delataba- simplemente no fue mi noche

- parece como si quisieras ir a otro lugar- analizó el anciano, mirando a Sanji de pies a cabeza

- en verdad estoy bien- fue hasta el estante donde se encontraban las ollas y se paró en la punta de los pies, intentando alcanzar una cacerola. La yema de sus dedos hizo tambalear la pila de utensilios y pronto el rubio quedó sepultado en una avalancha de trastos- mierda- maldijo al ponerse de pie- eso dolió

- eres un inútil. Largo de mi cocina

- ¡¿qué dices maldito viejo?!- gritó furioso- ¡soy el cocinero, así que…!

- tengo más personal que lo puede hacer igual de bien que tu, incluyéndome. Ahora largo, no quiero que entres a mi cocina hasta que estés más calmado

- viejo…- la sutil sonrisa del mayor le hizo entender todo; le estaba dejando marchar- ¡gracias!- con una reverencia, Sanji salió corriendo del Baratie hacia la estación de policía de Whiskey Peak; tenía un extraño presentimiento, y no estaría feliz hasta asegurarse que el marimo estaba bien.

Jamás el camino se le había hecho tan largo, pero finalmente consiguió llegar a la estación de policía.

- ¡Sanji!- le recibió Franky con su habitual entusiasmo- ¡hoy es un SUPER día, ¿no te parece?!

- ¡Zoro!- dijo de pronto el rubio- ¡¿dónde está Zoro?!

- ahora que lo mencionas, no ha llegado- el peliazul meditó unos momentos- ¿se habrá perdido?

-¿y Ace? Seguramente él…

- el vice comandante tampoco ha llegado- le interrumpió Franky

- ¿tampoco ha…?- su preocupación se vio rápidamente reemplazada por la furia, ¿a caso esos dos estaban…?- ese bastardo…- y sin decir nada más, el rubio salió justo de la misma manera en que había entrado

- ¿qué fue ese escándalo?- preguntó Smoker haciendo acto de presencia

- fue Sanji- explicó el peliazul mientras destapaba una botella de cola- vino buscando a Zoro y Ace, pero ninguno de los dos ha llegado todavía…

- ¿Zoro y Ace?- al comandante no le agradaba escuchar esos dos nombres juntos. Aun cuando el pecoso le había jurado que ya no sentía nada por el peliverde, Smoker sabía que olvidar a alguien no era tan fácil. Sacó rápidamente su móvil y marcó el teléfono del espadachín, mas no recibió respuesta. Una venita saltó en su frente, sus sospechas se hacían más grandes. Probó tres veces más con el teléfono de Zoro, y al obtener el mismo resultado en todas, decidió llamar a Ace…

***************************

En un pequeño restaurante en el centro comercial, Ace y su hermanito estaban sentados frente a una mesa, esperando a que la mesera les llevara su desayuno

- ¿aun falta mucho?- preguntó impaciente el más joven de los hermanos D. con un puchero en su rostro- tengo hambre

- espera un poco más- el pecoso se asomó por la ventana; a esa hora no había mucha gente, por lo que podía ver con claridad la tienda frente al restaurante- mira Luffy, una tienda de mascotas- dijo señalando hacia afuera, atrayendo la atención de su hermano en menos de medio segundo. El rostro del pequeño Luffy se iluminó al ver las vitrinas frontales de la tienda llenas de perritos jugando y corriendo de un lado a otro, al igual que los gatitos que estaban en la jaula contigua- [[quizá si le compro una mascota no se sentirá tan solo en casa]]- se decía mentalmente el mayor mientras contemplaba a su hermanito

- su desayuno- la mesera apenas y podía cargar la charola. Con sumo cuidado, dejó todos los platos sobre la mesa de los dos hermanos hasta que no hubo espacio ni para el salero- si necesitan algo más no duden en llamarme. Provecho- dijo amable la linda muchacha y se retiró

- ¡que aproveche!- con tenedor y cuchillo en mano, Luffy comenzó a devorar la comida al igual que su hermano. Un rato más tarde, cuando los dos hermanos se peleaban por el último hot cake, el celular del mayor comenzó a sonar. Al ver en el identificador de llamadas que era Smoker, suspiró pesadamente y dejó que su hermanito se comiera el hot cake para que él pudiera atender la llamada

- ¿en dónde estás?- inquirió el comandante apenas el pecoso contestó

- en el centro comercial con Luffy. Escucha, lamento no haberte avisado que me tomaría el día, pero Zoro estuvo de acuerdo en cubrirme hoy, así que…

- ¿Roronoa?

- sí. Ya debió habértelo mencionado, ¿no?

- Roronoa no ha llegado- Ace sintió una punzada en el pecho al escucharle- incluso le llamé, pero no responde… ¿se habrá perdido?

­- aun cuando se hubiera perdido, ya debería estar ahí. Además, es extraño que no responda el teléfono…

- enviaré a alguien a revisar su departamento

- yo también iré a ver- el pecoso guardó el teléfono y en su lugar sacó su billetera- lo siento Luffy, tengo que irme

- ¡pero dijiste que hoy estarías todo el día conmigo!- alegó el pequeño

- ha surgido una emergencia, Zoro desapareció y…

- Smoker dijo que se haría cargo, ¿por qué tienes que ir tú también?- no era como si no le importara Zoro, solamente quería pasar más tiempo con su hermano- después de desayunar iríamos al parque acuático, ¿recuerdas?

- será en otra ocasión, lo prometo- dejó el dinero del desayuno sobre la mesa y salió del restaurante, dejando a Luffy solo.

- Ace idiota, siempre diciendo “lo prometo, lo prometo”- con las lágrimas amenazando con escapar de su entristecida mirada, Luffy también abandonó el restaurante- mentiroso…

************************

Al no encontrar a nadie en el apartamento de los hermanos D., Sanji se dirigió hacia la llamada Base 3, no le importaba si tenía que cruzar media ciudad para llegar ahí. Su mente iba tan enfrascada en imaginar las cosas más raras posibles que ni siquiera era consciente del tiempo que había transcurrido o el lugar en el que estaba. Antes de siquiera notarlo, ya estaba dentro del ascensor rumbo al apartamento del peliverde. Mientras subía cada vez más, el rubio iba pensando en su amplio repertorio de insultos, preparándose para decirles a esos dos traidores hasta de qué iban a morir.

El ascensor llegó al piso indicado y las puertas se abrieron, mas al poner el primer pie fuera de éste, un tremendo escalofrío recorrió el cuerpo del cocinero, acelerando su pulso y haciéndole palidecer… algo dentro de sí le advertía que np debía seguir avanzando. El pasillo estaba mortalmente silencioso e incluso lucía más oscuro de lo habitual, aumentando el nerviosismo de Sanji. Avanzó lentamente por el corredor hasta que llegó al apartamento de Zoro. Con un nudo en la garganta y un notable temblor en sus manos, giró pausadamente la manija de la puerta… estaba abierto… definitivamente algo no estaba para nada bien.

Silencioso cual ladrón, Sanji entró al apartamento; el lugar estaba hecho un desorden, con objetos desperdigados por todo el piso, sin mencionar las manchas oscuras que se dibujaban en el piso. El rubio siguió avanzando hasta llegar a la sala; para su desgracia, su recurrente pesadilla no estaba muy lejos de la cruda realidad… junto a la chimenea de la sala, Zoro yacía bocabajo sobre un charco de sangre y con otro hombre sobre él, sometiéndole con su propio peso. Reconocía a ese hombre, era uno de los criminales que fue capturado en el puerto de Loguetown y sospecho de ser Mr. 0; ¿por qué estaba en Whiskey Peak?

- ¡Sanji, cuidado!- justo cuando volteaba para ver de dónde provenía la voz, se percató de otro sujeto pelirrojo que justo salía de una habitación contigua, dirigiendo uno de sus puños en su contra. El rubio apenas y logró esquivar el golpe agachándose, y aprovechando su posición, lanzó una patada a su atacante, mas éste la detuvo sin mayor dificultad con una de sus manos.

- [[es ridículamente fuerte]]- pensaba Sanji al sentir cómo la presión en su pierna se hacía más fuerte hasta el punto de lastimarlo- [[va a romperla…]]- pero antes de que eso sucediera, alguien disparó hacia aquel pelirrojo, logrando que lo soltase- Ace…- susurró al ver al pecoso justo en la entrada, apuntando al par de intrusos con sus revólver

- así que es cierto- habló el hombre que sometía al peliverde- estás ciego del ojo izquierdo…- el rubio se llevó la mano hacia el lado izquierdo  de su rostro, recordando por unos instantes el cómo había perdido la vista

- ¡no se muevan!- sin bajar su par de armas, Ace se aproximó hacia ellos

- también Portgas D. Ace- el moreno hizo una mueca de fastidio- me molesta que interrumpan mi trabajo- sacó el pequeño bisturí que siempre llevaba consigo y lo encajó en la espalda del peliverde, quien enseguida soltó un grito de dolor al sentir aquel objeto traspasándole la carne. La sangre comenzó a expandirse por su ropa conforme el bisturí bajaba por su espalda, dejando un caminito carmesí que pronto alcanzó el piso.

- ¡maldito!- antes de que Ace pudiera apretar el gatillo, Kidd lo sujetó por las muñecas, levantando sus brazos para que las balas impactaran contra el techo. Con una patada, el pelirrojo arrojó al pecoso hacia la cocina, desapareciendo de la vista de Sanji, quien miraba de un lado a otro sin saber exactamente qué hacer.

Otro desgarrador grito atrajo la atención del rubio hacia Zoro y a su atacante. Law había encajado su par de pulgares en la herida del peliverde, haciéndola más grande para que otro par de dedos entraran en su carne, desgarrando poco a poco su espalda.

- déjalo…- habló Sanji en un murmullo- déjalo… están buscándome a mí, ¿cierto?... ¡mátame entonces!

- no digas estupideces, cocinerucho- con las pocas fuerzas que aún conservaba, Zoro colocó sus manos sobre el piso y se levantó lo suficiente para girarse hacia el rubio- no te salvé la vida para que se la entregues a este tipo…- estiró uno de sus brazos, alcanzando una de sus katanas y girándose sobre su cadera para atacar al pelinegro que tenía encima, quien enseguida se apartó de él al ver sus intenciones. El peliverde se levantó lentamente, dejando a la vista su verdadera condición… su brazo izquierdo parecía roto y tenía una profunda herida cerca del estómago; sin mencionar la lesión en su espalda y los cientos de cortes por todo su cuerpo. Jadeante, Zoro blandió su katana contra aquel hombre, pero éste esquivaba sus ataques fácilmente.

- será mejor que te estés quieto o te desangrarás hasta la muerte- Law dio un ligero golpe en el pecho del espadachín que a simple vista no parecía gran cosa, pero había causado mucho daño en él, tirándolo nuevamente al suelo. El pelinegro llevó uno de sus pies al pecho del otro y presionó justo en la zona que acababa de golpear, dejando a Zoro inconsciente en cuestión de segundos. Una vez que sometió a ese estorbo, Law caminó sin prisas hacia el rubio, el cual no pudo hacer más que pegarse a la pared, estaba totalmente acorralado. Law se puso a su altura y posó una de sus manos ensangrentadas sobre el rostro del rubio, manchando su nívea piel con la sangre de Zoro. El pelinegro se inclinó hacia Sanji, susurrándole al oído por un largo rato antes de ponerse de pie y alejarse de él.

Unos instantes más tarde, las sirenas de la policía se escucharon, por lo que Law y el pelirrojo se vieron forzados a huir, dejando a los dos policías heridos y a Sanji temblando en el suelo, con sus ojos abiertos cual grandes eran, en un profundo estado de shock…

**************************

- separémonos- sugirió Law, pues estaban siendo rápidamente acorralados por  la policía- será más fácil perderlos- los dos doblaron en una esquina, escondiéndose dentro de un estrecho callejón

- es buena idea- al escuchar una patrulla acercándose, ambos se ocultaron tras un bote de basura y esperaron- pero ¿estarás bien?

- no me subestimes, Kidd, sé cuidarme solo- el moreno se quitó la chaqueta que llevaba puesta y con ella se limpió la sangre de sus manos para luego tirarla en el contenedor de basura. Cuando el sonido de las sirenas se alejó, Law y el pelirrojo se pusieron de pie- ¿dónde dejaste el auto?

- a las afueras de la ciudad

- bien, úsalo para escapar. Nos vemos en el Spider Cafe en  diez días

- promete que tendrás cuidado- después de dejar una sutil caricia en el rostro de su jefe, Kidd huyó del sitio. Law lo vio alejarse antes de salir del callejón también, escondiéndose entre la multitud de gente en busca de un lugar más seguro.

Hubiese sido más fácil para él escapar de no ser porque la policía conocía su nombre y rostro. Entró a varios edificios y tiendas, dejando varios oficiales atrás, mas había uno que, de alguna manera, lograba seguirle los pasos. Optando por el camino fácil, Law lo condujo hacia una angosta calle entre dos edificios para asesinarle sin ser visto. Se llevó una mano a la bolsa del pantalón, buscando su inseparable bisturí y arma preferida, pero el sonido de las sirenas se acercó nuevamente, ¡lo estaban rodeando!

Se vio en la necesidad de correr mientras maldecía por lo bajo, perdiéndose entre aquel laberinto de angostas y oscuras callejuelas del conjunto de edificios. Apenas dejó de escuchar los pasos y las sirenas detrás de sí, buscó la luz que indicaba la salida de ese sitio; cruzando la calle principal estaba la entrada al subterráneo, si lograba llegar estaría a salvo. Sin embargo, era tanta su prisa por escapar que no vio el auto que transitaba por la calle en esos momentos. El conductor del vehículo intentó esquivarle, pero el golpe seco en el frente del auto le indicó que no lo había logrado…

Continued…

Notas finales:

qué aprendimos hoy??? siempre fijarse a ambos lados antes d cruzar la calle, ok??

espero q hayan disfrutado el capi

no s olviden de los reviews o no hay regalo d navidad, eh?? ¬3¬

hasta la próxima!!!

chau!!


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