Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sin colores por blendpekoe

[Reviews - 43]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

No sé cuánto tiempo estuve en mi auto. Mi mente daba vueltas sin parar en miles de cosas, repasando detalle por detalle. Palabras, mensajes, actitudes, miradas, todo. Y todo no hacía más que tener más y más sentido con cada pensamiento. Solté el volante y me abracé a mí mismo tratando de detener el temblor que recorría mi cuerpo, quería controlarme y convencerme de que todo era un error.

Volví a mi departamento sintiéndome muy mal del estómago, con el corazón palpitando con fuerza y los ojos húmedos. Fui a mi cama donde me senté y ahí me quedé por horas, con la cabeza descontrolada y los nervios que me comían vivo. Intenté buscar una explicación que de alguna manera hiciera que todo regresara a la normalidad. Me repetía que era imposible que fuera casado, que la chica del hospital se equivocó, o se trataba de alguna clase de broma. Me sentí como un loco en una realidad que no me pertenecía. Perdí la noción del tiempo, pensando y repensando las mismas cosas una y otra vez, hasta que me rendí. Nada de lo que pudiera idear explicaba la relación que estaba teniendo con Julián, ni justificaba todas las extrañas condiciones, como lo hacía la posibilidad de que estuviera casado. Y lloré de nervios, ansiedad, miedo, confusión, y, de seguro, por muchas cosas más que no podía definir. Siempre volvía a su supuesto miedo que no era más que una mentira y al lujo que se dio al decirme que si lo nuestro no era en secreto entonces no podía ser, abusando de mis sentimientos por él. Todo no fue más que una burla hacia mí.

La noche avanzó sin que me percatara y dormí de a ratos, apenas unas horas. Miraba el techo de mi habitación cansado de llorar y cansado de pensar, sintiendo lástima por mí mismo. Toda la madrugada fue así, sin entender cómo pude ser engañado de esa forma. La mañana me sorprendió con su luz y el ruido de la calle, obligándome a regresar a la realidad. Mi celular sonó haciéndome saltar, agitándome nuevamente, aunque enseguida reconocí la alarma que usaba de despertador. Pero no pude volver a calmarme, los nervios me atacaron una vez más, refrescando los sucesos del día anterior en mi mente. A pesar de mi estado, me aparté de la cama con intenciones de prepararme para ir al trabajo. Después de esa noche horrible me daba miedo quedarme solo, mis pensamientos no paraban de torturarme y no soportaba que me repitieran que fui un idiota. No tenía ánimos para trabajar y cuando pasé por el espejo vi que tampoco tenía el mejor aspecto, pero no tenía otro plan. Me bañé para relajarme un poco, no quería preguntas de mis compañeros, a pesar de que una ducha no iba a ayudar mi presentación. Ni siquiera pude desayunar, bebí un poco de agua y nada más, mi estómago se encontraba cerrado.

En el trabajo sin duda llamé la atención, o yo pensaba que todos me miraban con insistencia. Pero no importaba, la desesperación que sentía hacía que nada importara mientras no me hablaran. Cada tanto revisaba mi celular para corroborar que estuviera encendido o con señal, aunque me asustaba que pudiera sonar con un mensaje o llamada de Julián. Quería que se comunicara conmigo para decirme que todo estaba bien, que era un ridículo error, pero no quería que se comunicara si era para admitir que estaba casado.

En medio del caos interno que sufría, mi jefe apareció mirándome preocupado.

—¿Te sientes bien?

—Sí. Perfecto. —Le sostuve la mirada pensando que eso lo convencería.

No me creyó mucho.

—Si necesitas descansar, ve a tu a casa.

Asentí sabiendo que no lo haría.

La esposa de mi jefe era amiga de mi familia y no dudó en ofrecerme trabajo apenas me recibí. Incluso después de eso mantuve el trato profesional para no arriesgarme a arruinar la confianza que, siendo sincero, le tuvo a mi familia cuando me contrató... a mí no me conocía. Seguí trabajando a pesar del permiso para retirarme pero evitando pacientes, ocupándome de papelerío pendiente. Finalmente el celular sonó con un mensaje de Julián: No me odies, puedo explicar todo.

Mi poca esperanza murió en ese momento. Lo que viví con él fue una mentira y ese mensaje lo confirmaba.

Apagué mi celular cuando en realidad deseaba tirarlo y estamparlo contra la pared, deseo que pude controlar solo por estar en mi puesto de trabajo. Algo dentro de mí se estaba deformando. Dejé de pensar, cualquier duda que pude tener sobre lo que estaba sucediendo ya había desaparecido. Así que seguí trabajando, casi indolente, pero con una expresión terrible, con ojeras de la mala noche y distraído por la vocecita que insistía en llamarme tonto. A la hora que debía irme todavía estaba limpiando y acomodando papeles de un escritorio que rara vez usaba. Mi jefe volvió a presentarse pasada mi hora de salida para remarcar en silencio que notaba el malestar que yo negaba.

—Yo... ya estoy por irme —dije mirando hacia otro lado.

Cuando volteé hacia la puerta, ya no estaba.

Tuve que regresar a mi casa. Tenía un gran dolor de cabeza y el cansancio me estaba matando. Mi única tranquilidad era saber que podría dormir y no tendría otra noche de desvelo, lo que significaba un descanso de mi mente. Apenas entré a mi departamento fui con apuro a la cocina a buscar aspirinas que me aliviaran el dolor de cabeza. Cuando volví a la sala quedé paralizado al ver a Julián allí parado. "Claro" pensé de inmediato, él tenía una copia de la llave y no lo vi al entrar. Me sentí un iluso por haberle dado esas llaves en un intento de demostrarle que confiaba en él, que creía en la sinceridad de su afecto. Su cara mostraba una gran angustia, sus ojos, miedo.

—No quería que esto pasara —susurró.

Mi corazón se aceleró con una mezcla de emociones sin control haciéndome doler el pecho mientras que las piernas parecían estar a punto de fallarme.

—No pensé... —dijo pero se detuvo sin saber cómo seguir.

Intentó acercarse lo que me llevó a dar un paso atrás de forma instintiva y esa reacción lo sorprendió.

—Nunca creí que llegaría tan lejos contigo. —Bajó los ojos—. Cuando salimos, al principio, pensé que no duraría —suspiró—, no pensé que llegaría a sentir todo lo que siento por ti.

—Estás casado —acusé con una voz llena de decepción.

Se dio el gusto de mostrarse dolido por mis palabras.

—Lo siento.

Quería llorar. Y una parte de mí quería llorar frente a él para que viera cuanto me estaba lastimando y otra parte de mí no quería llorar frente a él porque me sentía muy débil para rechazar cualquier intento por consolarme que quisiera hacer. Froté mis manos contra mi ropa tratando de frenar el temblor. Me sentía cada vez peor del estómago, como si estuviera por vomitar. Julián se acercó una vez más con éxito y me tomó las manos. Las de él también temblaban.

—Sabes que te amo —su susurro fue como un ruego.

Me aparté de él con asco.

—¡Vete! —una gran furia comenzaba a brotar. Quería hacer más que solo gritarle.

—Sé que no tengo excusa, pero no pienses que mantuve esta mentira por diversión. Lo hice porque quiero estar contigo. Me casé muy joven por miedo, no por otro motivo.

De algún modo me lo imaginaba, ese miedo del que hablaba, el miedo al qué dirán, el miedo a que su orientación hiciera un complot contra su futuro, el miedo a no poder ganar respeto. Un miedo que en ese momento pude ver con claridad cuán absurdo era.

—Ella es más como una hermana para mí, nada más.

Odié cada palabra. Odié tener que estar en esa situación, que me mintiera y me usara. Mis ojos ardían y del enojo saqué la fuerza que necesitaba para volver a hablar.

—Quiero que te vayas y no vuelvas a llamarme.

Se quedó mirándome angustiado, desesperado, la voz le falló al querer replicar.

—¡Vete! —grité asustándolo.

Después de titubear, Julián se fue con lágrimas en los ojos y verlo irse me dolió más que toda la verdad que había descubierto. La persona que quería se iba de mi vida haciendo que me sintiera basura sin ningún valor. Él volvía a su casa donde lo esperaba una esposa, yo quedaba atrás sin nada.

Comencé a llorar abrumado, al borde de un ataque de nervios. Afortunadamente el cansancio me venció y terminé durmiendo en el sillón antes del anochecer.

Notas finales:

Puedes visitar mis redes para novedades aquí :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).