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De todo corazón por Tavita

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Notas del capitulo:

ay! mil sin actualizar. pero acá está

saludos y ESTOY VIVA!

que lo disfruten

desayuno. Mientras se dedicaba a la cocina, Kaede la escuchaba aun recostado en la cama, sin tener una real noción de si ese aún seguía siendo su departamento, parecía, extrañamente, que los recuerdos de la soledad de su hogar eran parte de un pasado muy muy antiguo. Sin embargo, Hajime sólo llevaba una semana casi exacta con él y parecía demasiado cómodo con su compañía.

-¡Está listo!- dijo desde el living donde los aromas deliciosos de un pescado calentado con arroz recién salido de la arrocera lo llamaba tentadoramente. Kaede se restregó los ojos y se levantó poniéndose sólo sus pantalones de tela delgada y saliendo así a la cocina.

La muchacha llevaba un peto negro y encima una polera suelta que mostraba uno de sus hombros tostados por la práctica en la playa, su cabello estaba recogido en una cola alta y tenía un pantalón de buzo de tela de algodón que le quedaba en la cadera. Hajime se volteó al escucharlo e instantáneamente se sonrojó al ver el torso desnudo de Kaede que reflejaba el sol de la mañana que entraba por los ventanales.

-dios!- Hajime volteó para mirar hacia el living, sus mejillas seguían sonrojadas- no deberías estar así con una mujer en la casa!- dijo escandalizada

Kaede sonrió al verla. Recordaba cuando ella siempre les reclamaba a él y Touya cuando entrenaban en la escuela, con el mismo encantador blush en sus mejillas

-no sabía que aun ahora te molestara…- dijo sentándose a comer el desayuno que estaba servido. Hajime lo miró de reojo sabiendo que el “aun ahora” significaba que lo recordaba perfectamente y luego respiró profundamente mientras intentaba tranquilizarse, cuando lo viera salir sintió los mismos nervios que sentía cuando se encontraban en el instituto cuando aun no entraban a la secundaria, cinco años atrás.

Los primeros partidos del equipo de básquetbol los habían ganado sin problemas, la tríada que hacían entre los Rukawa daba qué hablar en la liga de colegios particulares de Kanagawa. Los tres eran los mejores dentro del equipo y Touya, con su altura y capacidad era el capitán del equipo del instituto Illion. De esa manera, mientras preparaba los entrenamientos para el equipo entero, tanto Kaede como Hajime se la pasaban revoloteando alrededor de él con el balón haciéndose pases.

-algún día- dijo Touya mientras terminaba de repasar el cuaderno que tenía con las anotaciones de los avances del equipo y la calendarización de los entrenamientos futuros- llegaremos al campeonato nacional, y ganaremos- luego sonrió mientras Kaede lo miraba como hipnotizado.

Touya se levantó mientras Hajime sonreía y daba aplausos saltando en su lugar. Cuando el muchacho se levantaba luego de terminar de anotar, comenzaba el entrenamiento especial para los tres, una combinación entre los rápidos movimientos de Kaede, la agilidad de Hajime y la destreza de Touya, la tríada que componía el centro del equipo de básquetbol y que le daría la victoria al Instituto Illion en el campeonato juvenil de primaria. Hajime tomó el balón y se lo pasó en un pase directo a Touya quien, a los 12 años tenía un físico desarrollado y un rostro varonil de fuertes rasgos. Kaede intentó interceptarlo, pero Touya fue capaz de adelantarse para tomar el balón y botear hasta la canasta del otro extremo donde saltó hasta anotar con una clavada.

-te estás luciendo- habló la muchacha mientras hacía un gesto como de puchero mientras levantaba la comisura izquierda de sus labios. Luego miró a Kaede quien se había quedado hipnotizado por los movimientos bien estudiados de Touya, era obvio que el muchacho tenía un nivel que él no podría ni soñar a menos que trabajara arduamente- ¡Kaede!- dijo sonriéndole con aquella luz especial que mostraba cuando lo observaba- debemos entrenar más para llegar a ganarle algún día

-¿Piensan que me podrán ganar?- habló el muchacho mientras se volteaba sonriendo.

-podríamos hacerlo, ¿Cierto, Kaede?- dijo la muchacha mientras se acercaba a su primo sonriéndole

-si entrenamos- dijo asintiéndole. Cuando Hajime le hablaba así, era imposible que le dijera que no- ¿Pero qué ganamos si te derrotamos?

Touya abrió la boca como sorprendido y se acercó tasándolos con la mirada. Al parecer, tanto Hajime como Kaede intentaban abrir un desafío con el cual poder tentarlo. Ahí estaban las dos personas más maravillosas del mundo, quienes hacían que se despertara a mitad de la noche asustado por la presencia de aquellos ojos azules y el anhelo de poder abrazarlos mientras le sonreían como lo estaban haciendo ahora, con la misma complicidad, con la misma capacidad de incentivarlo a pedir un poco más.

-bien- habló finalmente- ustedes deciden qué es lo que quieren a cambio de ganarme, por supuesto que lo haré… ¿Kaede?

El muchacho abrió sus ojos mientras notaba cómo los ojos caramelos de Touya lo apresaban con la necesidad que se hacía espesa como el calor de aquel verano. Instintivamente Kaede negó con la cabeza, confundido y con el calor dando vueltas en su cabeza, con una sola mirada, Touya lo había puesto nervioso.

-YO quiero lo mismo que Kaede-kun quiera- contestó la muchacha sonriéndole coquetamente- luego podemos elegir nuestro premio, cierto primo?

 

-Sólo me demoraré unos cinco minutos, luego nos podemos ir al parque- dijo Kaede trayéndola nuevamente a la actualidad. Hajime sólo asintió sin dar pistas sobre lo que la había mantenido tan silenciosa durante el desayuno. Aun estaba parada en medio del pasillo que separaba la cocina del living con sus ojos perdidos en el reflejo del espejo al lado de la entrada. Miró de reojo a Kaede y le sonrió para luego ir a buscar su bolso, aquel día domingo sería el día deportivo del festival de verano por lo cual le esperaba una larga jornada.

En las canchas del parque Yamashita ya se encontraba gente que llegaba para ver los partidos entre las parejas inscritas. En la playa, al mismo tiempo, se hacía la competencia de nado y castillos de arena mientras en otro sector comenzaría en pocos momentos los talleres de globos de aire caliente y cometas de papel.

-parece una gran actividad- comentó la muchacha en un tono más bien sorprendido, no recordaba esta actividad con tanta gente ni tanto interés del público, aunque ahora que lo recordaba eran los juegos para niños con los cuales generalmente competía con Kaede o Touya en grupos de tres o cuatro- no lo recordaba tan grande.

-teníamos menos edad- dijo mientras la observaba con interés. Hajime se sobresaltó y sonrojó, aunque no supo bien la razón. Kaede miró en rededor, obviamente buscando a Sendoh quien, al verlos, los saludó efusivamente.

-crees que llegaremos a la final para competir con él?- preguntó mirándolo, era obvio el cariño que sentía por su primo, aquel rostro prístino de ojos brillantes del jugador de Ryonan se iluminaba aun más cuando miraba a Kaede

-eso es lo que espero… así que no falles…

-I Won`t!- dijo resuelta. Sería un gran partido y disfrutaría participando con ellos, como en los viejos tiempos. Sendoh se acercó para saludarla con una amplia sonrisa a la cual respondió con alegría y pequeños saltos, para ella todo esto era un juego del cual disfrutar y no pensaba perdérselo.

El campeonato había sido organizado como clasificatorias, de esta manera, habían cuatro grupos con cuatro equipos de los cuales cada uno competía con los otros tres. El que juntara más triunfos pasaría a los cuartos de finales. Cada partido era sin límite de tiempo, el que llegara a los 21 puntos, contando canastas de 3 puntos, ganaría.

Además de los equipos formados por los jugadores de Ryonan y Shohoku, aparecieron otros equipos formados por otros jugadores de secundaria, los novatos y algunos otros de Shojo y Kaynan. De esta manera, Sakuragi y Miyagi ganaron los dos partidos contra cuatro muchachos que entrarían a la preparatoria Ryonan y que, de seguro, los verían en el campeonato estatal. El tercer partido fue contra dos chicos de Kainan. En donde estaba el muchacho ruidoso del campeonato estatal.

-no parecen llevarse muy bien- comentó Hajime mientras veía cómo su primo se removía en el lugar donde se habían quedado a observar. Ellos mismos habían ganado los tres partidos contra algunos muchachos de distintas secundarias que, de seguro, entrarían a alguna de las preparatorias que habían llegado al campeonato nacional. Para Hajime era impresionante cómo muchos de los chicos que estaban observando conocían a su primo, a Sakuragi, a Sendoh, Akagi y hasta a Mitsui – pero debo decir que los tratan como si hicieran historia

-lo hicimos- escuchó que le hablaban desde la espalda. Era la voz gruesa de Mitsui quien le sonreía contento por encontrarla- vi que ganaron en su grupo…

-igual que tú- contestó Kaede quien se enojó por la forma tan llena de confianza con la cual Mitsui trataba a su prima- nos tocará jugar con ustedes en la próxima ronda…

-¿Es eso verdad?

-así es, preciosa- contestó el mayor mientras le sonreía. Hajime sonrió notando la indirecta y en su pierna, al mismo tiempo que aquel pequeño flirteo, pudo notar cómo su primo tensaba los músculos.

-entonces tendremos que sacarte del campeonato… no pienso perder- puntualizó mientras le hablaba como si fuera un secreto.

Mitsui asintió y luego se sentó derecho al ver cómo Sakuragi terminaba el partido con una espectacular clavada, como le gustaba hacerlas. Terminado aquel partido, Sendoh se acercó con Koshino a su lado conversando y sacándose el sudor para luego llegar donde Hajime y Kaede conversaban –lo poco que conversaba Kaede- con Mitsui y Akagi.

-me contaron que ustedes pasaron a la siguiente ronda- dijo Sendoh mientras sonreía ante los primos. Kaede lo miró asintiendo levemente, Hajime, por el contrario, parecía fascinada con las historias de Akagi y la atención de Mitsui. A todas luces la muchacha era una rompecorazones, la versión femenina de Kaede pero con un desplante que absorbía como si de un imán se tratase.

-te dije que deberías tener cuidado- contestó el mayor de los Rukawa- te ganaremos.

Hajime sonrió y asintió con sus ojos brillando de alegría.

-pero antes de eso, iremos a comer… muero de hambre!- dijo, mirando a su primo y esperando que acompañaran a comer tanto a Akagi y a Mitsui- si quieres puedes ir con Koshino-san y Sendoh-san…. Mitsui-kun me ha invitado con Akagi-san….

-iremos todos juntos- dijo, sin saber bien por qué lo dijo- no quiero que te saquen información que sea importante para el partido…

Aquel tono, Hajime lo había escuchado una vez en la primaria, y no le gustó lo que podría significar de ahora en adelante.

Aquella ocasión, Los tres Rukawa, como siempre, se encontraban practicando para el campeonato de colegios privados de primaria. Algunos muchachos, que se habían enterado que los tres siempre se quedaban entrenando, los acompañaban puesto que muy pronto sería la inauguración del campeonato, el Instituto Illion había ganado los últimos dos años y nadie quería perder la victoria.

Hajime, en ese momento, había crecido bastante más que sus compañeras de salón llegando a ser más alta que algunos muchachos del salón de Kaede o Touya. No era raro que llamara la atención de los muchachos mayores a pesar de que actuaba como una niña con su risa sonora y su forma de actuar. Terminaron el entrenamiento y, como era la única muchacha que se quedaba, se fue al vestidor sola.

-¿Crees que le esté pasando algo?- preguntó Kaede quien esperaba con Touya cerca de la entrada de los vestidores, en un lugar donde pudieran verificar que la muchacha salía pero que nadie les reclamara que se encontraban ahí espiando- se está demorando mucho

Touya lo miró algo preocupado. No era normal que Hajime se demorara por lo cual era apropiado preocuparse. Cuando volvió a mirar se dio cuenta de los tres muchachos del último año que se paseaban por la parte posterior de los vestidores de mujeres, aquellos muchachos habían estado conversando con Hajime en las últimas semanas y ella, confiada como era, no había hecho caso cuando ambos le dijeron que era peligroso entablar amistades desde la nada, más con aquellos muchachos reconocidos por ser problemáticos. Todos en el Instituto sabían que estaban ahí por las grandes contribuciones que hacían sus familias para la mejora de la infraestructura,  no por su comportamiento ni buenas notas.

No alcanzaron a avanzar cuando uno de los tres muchachos abrió el ventanal y se inclinó para mirar en el interior del vestidor de niñas. Touya reaccionó primero abalanzándose a uno de los muchachos que aun se mantenía en el suelo, Kaede, entre preocupado por su prima y consternado por la reacción de Touya, lo siguió para ir en contra del segundo muchacho que esperaba en el suelo y que se disponía a arrancar cuando viera al muchacho abalanzarse contra su compañero.

Nunca había visto a su primo tan enojado, con una dosis de frenesí y locura en su rostro golpeaba a uno de los muchachos en el suelo sin darle posibilidad ni de respirar. No fue sino hasta que el sonido del silbato de uno de los entrenadores del equipo de gimnasia rítmica lo sacara de aquel trance que se dio cuenta de toda la sangre que tenía el rostro del muchacho y que, a su lado, Kaede había golpeado al segundo de los muchachos y ahora esperaba a que bajara el que se encontraba mirando por la ventana, tan asustado como Kaede ante la reacción de Touya.

Al mismo tiempo que aparecieron el director del colegio y dos profesores más, Hajime se acercaba corriendo con sus grandes ojos azules abiertos sin dar crédito a lo que había hecho su hermano. Reconoció a los muchachos y entonces, entendió qué era lo que había sucedido.

-estaban mirando por la ventana- dijo Kaede cuando uno de los profesores le preguntó qué había pasado

-debieron habernos llamado- dijo el director. Touya levantó la vista que, si bien estaba avergonzado por lo que había hecho, una llama de odio se había avivado

-estaban mirando a mi hermana, señor- dijo con cada sílaba marcada.- que es aun una niña.

El director y los profesores miraron a Hajime quien se encontraba consternada. Kaede la miró con aquella mirada gélida y aun respirando con dificultad.

-Nunca pensé que hicieran esto, señores- dijo la muchacha inclinándose ante los mayores- pero es verdad, me estaban espiando por la ventana del baño. Por eso no salía de los vesitdores.

-¿Son amigos tuyos?

-¡Qué intenta decir!- reclamó Touya, como si aquella relación fuera una ofensa para su hermana menor

-creí que sí lo eran- contestó la muchacha algo confundida por cómo Touya se estaba comportando- al menos, eso me decían…

-Rukawa-Hajime- habló el entrenador del equipo de Basquet- se ve como una muchacha pero sigue siendo una niña. Su altura hace pensar que tiene más que sus 11 años. Es obvio que estos muchachos se quisieron pasar de listos… sin embargo, no podemos dejar de penalizarte, Rukawa-Touya. Esta no es la forma de actuar de un capitán…

-…pero, señor!- Hajime gritó, ahora sí sabiendo bien el lío en el cual se había metido y había arrastrado a su hermano y su primo- todo esto ha sido culpa mía…

-no te preocupes- dijo el entrenador mientras terminaba de revisar a uno de los chicos golpeados- estos muchachos nos han dado demasiados problemas y esto sobrepasó incluso su cuota. Tú, Touya, dejarás de ser el capitán del equipo de Básket. En cambio asumirá Kaede. ¿Está bien?

Los tres se miraron, Kaede intentando pedir disculpas por lo que sucedía. Touya, algo más calmado, asintió sabiendo de su error al tiempo que suspiraba. Desde ahora en adelante su primo era el capitán del equipo, no todo estaría perdido.

-pueden irse a sus casas.

Los tres se quedaron un momento a solas. La muchacha no sabía qué decir, sin embargo caminó tras de los dos muchachos sin decir palabras. Touya suspiraba de vez en cuando, aun caminando sin poner atención a dónde iba.

-¡Lo siento!- habló la muchacha haciendo que tanto Kaede como Touya se detuvieran. Ninguno de los dos se volteó de manera que no pudieron ver las pequeñas lágrimas que corrían por las mejillas de Hajime-… realmente lo lamento… Kaede-kun… Touya

-te dijimos que no hablaras con ellos- habló Kaede. Por alguna razón ahora se sentía mucho más enojado ahora que cuando viera a los muchachos. Sin embargo, poder pensar lo que había sucedido y luego ver lo descompuesta que se encontraba Hajime, hizo que la rabia que tenía guardada aumentara y se fuera contra ella. De esa manera apareció el tono seco y cortante… pero también posesivo- debes aprender a escuchar, Hajime- habló nombrándola por su nombre completo. Touya lo miró notando que algo había cambiado en el muchacho quien le devolvió la mirada con dureza. Finalmente el mayor sonrió con pesar, una pena que no pudo identificar y que no fue sino mucho tiempo después que le explicara la razón de ella, luego miró a su hermana pequeña y no pudo evitar aquel sentimiento que tenía cada vez que la veía… la pequeña Hajime ahora estaba creciendo y era obvio que sucesos como estos serían más seguidos.

-no te preocupes- dijo mientras se le acercaba para, finalmente, abrazarla- como dijo Kaede, si aprendes a escuchar no te pasará nunca más esto. Yo estoy bien y tú también, Haji-chan- dijo mientras miraba a su primo quien demostraba más rabia en aquellos ojos vivaces de un azul intenso- nunca me hubiese perdonado que te pasara algo…

-pero ya no eres nuestro capitán, Touya!- dijo lamentándose

-jamás me hubiese perdonado que esos malditos te tocaran…- le habló mientras le miraba los ojos abiertos y brillantes- despreocúpate. Ahora Kaede es nuestro capitán, y puede que juntos finalmente me ganen.

-¿quieres algo más para comer?- escuchó la voz de Mitsui que la devolvía al presente. Estaban en los puestos de comida esperando por los pescados asados y la salsa agria. A su espalda, Koshino y Sendoh conversaban animadamente con Akagi. A su lado, Kaede observaba sin poner mucha atención

-ella no come muchas cosas saladas… le gustan los dulces- comentó mientras tomaba su porción de comida mientras le entregaba a Sendoh otra porción. Koshino lo miró extrañado, Akagi no tomó atención pues recibía de las manos de Mitsui su propia mega porción de arroz, verduras y algas

-eso es verdad- comentó sonriendo, aun cuando en sus ojos seguían los recuerdos. Rukawa la miró y luego desvió su vista a la bahía que reflejaba los bellos colores del día haciendo contraste con los cometas de papel.

-¿Y hace cuánto llegaste de Inglaterra?- preguntó Akagi quien había dejado de conversar con Sendoh para ponerle atención a la muchacha

-unas semanas- dijo mientras asentía al jugo que Mitsui le entregaba- estaré acá por un tiempo…

-¿Vienes por algo en específico?

-se podría decir. – contestó con evasivas. Kaede asintió a lo que Koshino le había mencionado y la miró notando la respuesta de la pregunta de Akagi. La verdad era que no le había preguntado la razón de por qué había vuelto a Japón… aun cuando la carta decía en específico que sus padres le explicarían- pero estaré el primer semestre por estos lados. Ya me anoté en la preparatoria Shohoku…

-no podrás entrenar basquetball ahí- le respondió Akagi

-yo ya le había dicho eso- comentó Mitsui sonriéndole- pero supongo que no es importante para ti

-ya me inscribí en un equipo femenino, Hisashi-kun- contestó sonriéndoles- no dejaré de practicar… pero puedes ver cómo juego luego del almuerzo

Finalmente terminar de comer. Sendoh y Koshino se fueron antes puesto que tenían el partido contra Hanamishi y Miyagi. Mitsui y Akagi se fueron conversando seguidos de Rukawa y Hajime quienes, en silencio, se comunicaban como lo hacían desde niños.

El partido comenzó con ventaja para el equipo de Akagi y Mitsui. Mientras sacaban, con sólo una mirada de Kaede, Hajime entendió que  era el momento preciso para adelantarse y robarle el balón a Akagi. Según lo que le había contado su primo, era un hombre grande pero no por eso tenía menos flexibilidad y agilidad para el basquetbol. Ella tenía la ventaja de ser más baja que él y tener la fuerza y agilidad suficiente como para saltar alto, tanto como el ex capitán de Shohoku. No fue difícil, entonces, acercarse a la línea de tiro e interceptar la pelota, rápidamente se la entregó a Kaede quien corría para encestarla con un tiro siemple, la muchacha no lo pensó dos veces y la lanzó junto al aro, a la altura suficiente como para que el muchacho saltara y la encestara. Había sido una muy buena pelota colgada.

-veo que te he subestimado- dijo Akagi mientras tomaba el balón- pero será la última vez.

Hajime sonrió coquetamente mientras se acercaba a Mitsui, apenas con una mirada Kaede le había avisado que le tocaba bloquearlo por lo cual rápidamente se fue a su lado, el tiro que iba a ser directo tuvo que cambiar de curso con un bote en el suelo entre medio. De tal forma, Rukawa se adelantó para pelear el balón, pero Mitsui tenía la experiencia suficiente como para cambiar el curso, darle un golpe al balón y devolvérsela a Akagi quien la tomó al extremo izquierdo de la cancha. Rukawa volvió a cambiar de dirección para marcar a Akagi, por mientras, Hajime marcaba a Mitsui quien, al verla tan cerca, no pudo evitar sonreír

-esta es más que marca personal- dijo mientras corría a recibir el balón de Akagi el cual tomó y encestó para darle tres puntos- te acusaré por acoso

Hajime sonrió al recibir el balón de las manos de Akagi. Se fue al área de saque y tiró para un pase directo a su primo. La muchacha salió corriendo rápidamente dejando atrás a Mitsui, Kaede la miró mostrando el lado derecho de la cancha, se abrió camino, nuevamente recibió el pase de su primo y antes de que Mitsui la bloqueara saltó para hacer tres puntos.

A esa altura, mucha gente se había reunido para ver el espectáculo. Desde fuera parecían dos equipos con un nivel de sincronización increíble. Era obvio que los cuatro se conocían desde hacía mucho tiempo. Sin embargo, en la cancha se podía notar la gran diferencia, mientras Akagi y Mitsui muchas veces debían hablarse en voz alta o hacerse señas perdiendo algunos segundos de juego, Hajime y Kaede no necesitaban más que miradas, inclinaciones de cabeza y señales de asentimiento. El lenguaje de los primos era corporal, una sincronización única que hacía un juego fluido y casi sin errores.

Al final, el juego terminaba con una canasta de Rukawa que les daba la ventaja y les daba el triunfo con 21 puntos contra 18.

-no sé cómo lo hacen- comentó Akagi sonriendo mientras le daba la mano a Rukawa- es obvio que llevan siglos jugando entre ustedes

-es solo una buena práctica- comentó Hajime mientras sonreía y se inclinaba para saludar-

-ha sido un muy buen juego- dijo Mitsui sonriéndole a la muchacha e inclinándose lo suficientemente cerca como para hablarle en voz baja- me quedé con tu aroma en mi mente de lo cerca que te tuve…

Kaede lo miró al notar la cercanía. Mitsui se inclinó ante él y se fue por el premio de consuelo para quienes no llegaban a la final. Al parecer, habría un pequeño descanso antes del siguiente partido contra el equipo de Sendoh y Koshino quienes le habían ganado a Hanamishi y Miyagi.

-¿Crees que les ganemos?- preguntó Hajime mientras caminaba junto a su primo. Alrededor algunos niños los saludaban y otros jóvenes los animaban

-tenemos que- contestó mientras la miraba con signos de interrogación- no has perdido la condición

-tú tampoco- contestó la muchacha mientras tomaba agua y guardaba la toalla en su bolso- No he olvidado el juego, Kaede-kun

-Siempre te ha gustado el juego- dijo con un tono algo más enigmático.

 

Tetsuo esperó hasta que la cancha estuviera vacía. Era obvio, por como conocía al muchacho, que sería el último en irse, incluso después de Akagi, seguramente, porque también lo estaría esperando.

El sol aun brillaba maravilloso sobre la mitad del cielo, el calor era sofocante pero la brisa marina hacía del día un increíble día de verano. En días como aquellos era cuando más lo extrañaba, sus salidas, sus conversaciones y sus palabras.

-ha sido un increíble juego- habló cuando vio como Mitsui terminaba de guardas sus cosas en el bolso- por poco le ganaron al equipo de los mellizos…

-no son mellizos- habló con una mueca en la boca- pensé que no estarías más en la ciudad

-decidí quedarme un poco antes de volver al campo. Me están esperando

-como debe ser- dijo Mitsui mientras asentía y cerraba el bolso de ropa. Tetsuo suspiró hondo y luego sonrió algo triste

-nunca me lo perdonarás- dijo mientras negaba con la cabeza- sólo vine para decirte que te extraño.

Mitsui sonrió y negó casi sin creer las palabras que escuchaban sus oídos. Aquella despedida, aquella maldita conversación la habían tenido una y mil veces, siempre con el mismo final, siempre con Tetsuo escapando de lo que sentían, él dejado a la deriva y ambos desechos por un amor que eran incapaces de cuidar.

-esto ya lo hemos conversado… ahora, quiero ir a ver la final del pequeño campeonato…

-…me caso, Mitsui- habló, finalmente- a mitad de semestre, me caso

El que fuera su amigo se detuvo en seco. Ya no lo quería, lo primero que creyó escuchar en su pecho, con el dolor agudo de un golpe certero en la mitad de su estómago, fue que ya no lo quería. Levantó la vista y notó que aun estaba de pie, pero que le costaba respirar y algo en sus ojos reclamaba por ser derramado

-vienes a decirme que quieres ser mi amigo mientras me avisas que te casas… Maldito, cabrón… HIJO DE PUTA!- gritó sin consideración a la gente que pudiera rondar por el lugar. Tiró el bolso al suelo y se abalanzó para golpearlo certeramente en el rostro. Tetsuo no contestó, de alguna manera aquella golpiza le daba a entender que aun tenía ese espacio en el corazón que le pertenecía a él… que la muchacha nueva aun no calaba tan profundo. Pero también entendía lo injusto que era, lo egoísta que era el tener que darle esa noticia porque nunca se atrevió a hacer lo que Mitsui tantas veces le propuso…

Cuando los golpes cesaron, Mitsui se dio cuenta que Tetsuo sangraba y que su dolor, por más que siguiera golpeándolo, no disminuía. Negó con la cabeza, tomó su polera y se secó el sudor de la frente.

-No quiero saber más de ti… déjame en paz…

-Mitsui- habló, nuevamente, Tetsuo

-…En paz, dije- y el muchacho se marchó aun con el dolor en medio de su estómago y avanzando por todo su cuerpo como si de veneno se tratase.

 

Sendoh entró a la cancha sonriendo y seguido de Koshino. Kaede, como era su costumbre, ni siquiera habló, por el contrario, su prima sonrió alegre y saludó inclinando su cabeza. Ante ellos, el árbitro tiró la moneda que le dio la ventaja a Sendoh.

-supongo que nos está dando ventaja la fortuna…

-que así sea por el momento- contestó Kaede- mirándolo de soslayo. Sendoh sonrió y tiró el balón con un pase de pecho a Koshino quien, instintivamente corrió rápidamente hacia el centro de la cancha. Detrás de él estaba Hajime con el mismo gesto concentrado que Kaede ponía cuando jugaba. Al parecer, un rasgo de familia

El bloqueo de la muchacha era tan bueno como el del “super loki” por lo cual se le hizo complicado a Koshino el poder pasarla para dar un buen pase. Rukawa, que vio en la mirada de Hajime que Koshino iba a lanzar, se adelantó para interceptarla. Sendoh, sin embargo, había aprendido del juego de Kaede en sus entrenamientos personales, también se adelantó haciendo más estrecha la competencia por el balón, Koshino se dio cuenta demasiado tarde de que Rukawa venía a su acecho. Sendoh logró tomar el balón, Rukawa lo bloqueó, Koshino pasó hacia la derecha de la cancha seguido por Hajime, Rukawa forzó el pase hasta que, finalmente, Sendoh tiró sin poder controlar mucho y Hajime interceptó, fintió para acercarse a la canasta para marcar los primeros dos puntos del partido.

Sendoh asintió mientras sonreía. Al parecer, había subvalorado el cómo jugaba la muchacha.

-sólo la fortuna- repitió Kaede mientras le pasaba el balón. El árbitro pitó para dar inicio al partido.

La siguiente canasta no podría ser de ellos. De esta manera, Sendoh sacó con un pase directo a Koshino quien corrió al centro de la cancha por el lado izquierdo. Por el lado derecho seguía camino Sendoh quien fue marcado por Hajime. Kaede la miró indicándole que harían un pase cruzado, el muchacho se adelantó para marcar a Koshino mientras Hajime se adelantaba para tapar el pase que Sendoh iba a enviar, aumentó el ritmo de trote hasta desmarcarse de la muchacha tirando un pase a Koshino, éste se lo devolvió para que, finalmente, Sendoh marcara una canasta de dos puntos.

-un partido interesante- comentó Akagi al notar que llegaba Mitsui- juegan como si fueran gemelos

-la técnica de Hajime es bastante buena- dijo con la voz algo rasposa. Aun dolía en la boca del estómago

-¿Hajime?- preguntó Akagi, sin notar el tono de la voz- tienes confianza con ella, no?

Mitsui sonrió, la verdad es que el pensamiento de Hajime lo calmaba.

-algo de confianza- contestó sonriendo enigmático-  ¿Quién crees que gane?- habló cuando la tercera canasta entraba por el aro dándole la ventaja a Sendoh y Koshino por dos puntos.

-estarán parejos… pero es seguro que esos dos juegan mejor básquetbol que cualquier equipo de Kanagawa…

 

El entrenamiento había terminado hacía unos cuantos minutos. Hajime, como siempre, se paseaba dándoles botes a la pelota. En un extremo de la cancha, Kaede miraba el itinerario de entrenamiento y por otro lado Touya hablaba con algunos muchachos del equipo mientras algunas chicas lo miraban desde el otro extremo. Un grupo de niñas se acercaron sonriendo efusivamente, una le entregó un trozo de papel y las tres salieron corriendo.

-otra carta de una muchacha- habló Hajime acercándosele a Kaede- Mi hermano tiene muchas admiradoras

-así es…

-¿Crees que es porque es guapo?- preguntó la muchacha mientras se sentaba frente a su primo para mirarlo directo a la cara

-…no sabría decirlo- contestó escuetamente. Era obvio que le complicaba la forma en la cual Hajime hacía sus preguntas

-hasta yo sé que es guapo, Kaede… es mi hermano- contestó sonriendo y acercándosele más- aunque no tan guapo como tú

-¿Quién no es tan guapo como Kaede-kun?- se escuchó la voz de Touya, los amigos con los que estaba conversando no se encontraban y al parecer, como siempre, se quedaban los tres muchachos para entrenar

-tú- contestó Hajime con una gran sonrisa. Durante el año la muchacha se había vuelto hermosa que incomodaba incluso, a Touya- vimos que te entregaron otra carta…

-¿Estás celosa?- preguntó mostrándola por los aires…

-no tengo por qué estarlo- contestó algo molesta. Luego miró a Kaede sonriéndole- pero supongo que podrías estar con cualquier muchacha de la escuela si quisieras… incluso robarles un beso, Sabes Kaede-kun? Anoche le preguntaba a mi hermano si había besado a alguna de las chicas que le entregan cartas. Y me contestó que no. ¿Le creerías?

-…por qué no he de hacerlo- contestó el muchacho mirando de reojo a su primo. Touya le sonrió agradecido. Pero conocía demasiado bien a su hermana como para creer que el tema quedaría así- si Touya lo dice, es porque así es

-si van a estar con alguna de las chicas que los persiguen, me gustaría saberlo por ustedes… no quiero llevarme sorpresas…

-¿Llevarte sorpresas o sentir que no eres nuestra chica?- preguntó Touya con ánimo.

Hajime sonrió con picardía y levantó los hombros. Era obvio que disfrutaba ser el centro de atención de los dos muchachos.

-¿Lo soy?... ¿Qué dices tú, Kaede-kun?

-para mi sí lo eres- contestó con una seguridad envidiable. Touya lo observó tasándolo, intentando ver más allá de las palabras que decía y vio la sinceridad de lo que implicaba aquello- siempre serás nuestra chica

-¿Y para ti, hermano?

-también lo serás- dijo mientras le quitaba el balón que mantenía en la mano- pero eso no implicará que me ganen esta vez… Kaede, ¿Decidiste qué quieres para cuando ganen?

Kaede Rukawa sonrió observando cómo Touya salía corriendo con el balón boteando y Hajime le seguía con esa risa cantarina. Al mismo tiempo contestaba negando con la cabeza

-si no lo haces, nunca ganarán!

Rukawa recibió el balón de manos de la muchacha. Con la mirada le indicó que corriera en sentido contrario a donde estaba. El partido había sido correr de un lado a otro, casi no habían tenido descanso entre ambos equipos por lo cual mostraban indicios de cansancio. Aun así, la muchacha corrió seguida de Koshino quien, intentando llevarle el ritmo, se estaba agotando más de lo debido.

Hajime recibió el balón, fintió ante Sendoh cruzándose con Rukawa para, finalmente, colgar el balón mientras su primo saltaba para encestar. Nuevamente sacaba el equipo de Sendoh estando a 16-14 en el marcador.

-con ese ritmo, dudo que puedan seguir jugando- habló Mitsui mientras veía cómo Koshino comenzaba a agotarse.- Después de todo han pasado todo el día jugando, y el sol aun no se va como para mejorar el ambiente. Quedan un par de horas de calor.

Akagi asintió sin quitarle la vista al equipo de los Rukawa. Al parecer, la muchacha estaba cansada, pero no mostraba forma de sentirse peor, por el contrario, se veía como si pudiese jugar unos cuantos minutos más. Por el contrario los hombres habían aumentado la intensidad del juego, pero poco podrían durar si seguían a ese ritmo

-las mujeres no son más rápidas que los hombres-  habló el excapitán- pero tienen mejor resistencia. Es posible que la muchacha dé de qué hablar, si tiene un nivel tan bueno como Rukawa, es posible que tenga mejor resistencia que los otros tres- Akagi terminó de hablar cuando el balón entraba en la canasta para dejar el marcador empatados a 16 puntos.

Rukawa pidió tiempo fuera para descansar. Era reacomodar la estrategia para poder seguir compitiendo. Cuando saslieron de la cancha, la muchacha se mostraba cansada. Tomó un poco de agua y miró a Rukawa quien la evaluaba con ojo técnico. Por un momento la muchacha lo imaginó en los partidos de la primaria, cuando comandaba el equipo y evaluaba a cada uno de los muchachos que eran sus compañeros y luego la miraba a ella, pequeña y todo, como queriendo saber si podría pedirle más

-no es necesario que lo digas- dijo mientras respiraba a grandes bocanadas de aire- no te dejaré perder este encuentre, Kaede-kun- habló antes de que le dijera algo

-estás cansada…

-no más que tú- contestó con firmeza. El básquet, al igual que para él, era una pasión y no se dejaría perder sin haber dado lo máximo- puedo resistir. No fallaré, Kaede-kun

-si es así, entonces demos prioridad a los tres puntos… si puedes hacer el tiro hacia atrás, yo puedo protegerte para evitar que lo bloqueen

Hajime asintió y bebió algo más de agua. Su cuerpo estaba empapado y desde la camiseta suelta podía verse uno de sus hombros muy bronceado, luego sonrió haciendo iluminar su rostro

-apostaste algo?- dijo mirando a Sendoh quien, disimuladamente, los observaba desde el otro extremo de la cancha

-si perdíamos, cocinabas tú

-espero que Sendoh sepa cocinar muy bien… porque esta cena no la haré yo.

 

-¿Estás cansado?- preguntó Sendoh mientras Koshino bebía de su botella de agua. Al parecer el esfuerzo comenzaba a pasarle la cuenta

-no quiero fallarte ahora, Akira-San- habló mirando a los primos Rukawa al otro extremo- ya nos ganaron en el campeonato del año pasado, tendremos que pasar por esto nuevamente?

Sendoh rió de buena gana

-podemos ganarles. Ellos no están menos cansados que nosotros, Koshino. Vamos a jugar ahora.

Nuevamente sacaba Rukawa. Ahora que habían descansado y con el toque eléctrico del balón en las manos una nueva ola de energía lo invadió. Le lanzó el balón a Hajime quien corrió boteando hacia el centro, tanto Sendoh como Koshino se le acercaron para bloquearla. Miró a su primo quien asintió, le lanzó el balón mientras éste corría al centro de la cancha, la muchacha siguió la trayectoria en semicírculo se volteó para recibir el pase que ya había lanzado Rukawa saltó fuera del área y lanzó una canasta de tres puntos. Koshino no alcanzó a marcarla y el marcador quedaba 19-16. Sendoh miró a Kaede y sonrió. Ahora entendía lo que se traían entre manos

-¡Koshino!- habló mientras trotaba a su encuentro- yo marcaré a la muchacha. Anda a marcar a Rukawa.

Sendoh tomó la pelota para tirar desde bajo el aro. Koshino corrió hacia el centro de la cancha donde la tomó sin problemas. Rápidamente Sendoh se adelantó mientras lo seguía Hajime de cerca. Era obvio que estaba atenta a cualquier error por parte del otro equipo, el otro jugador de Ryonan lanzó el balón para que Sendoh lo tomara antes de que Rukawa se le adelantara, dio un bote en el piso y lo tomó mientras Hajime se le apegaba para defender la posición. Koshino corrió para el otro extremo de la cancha seguido por Kaede, Sendoh lanzó el balón para una canasta de tres puntos, sin embargo la muchacha saltó y logró rozar el balón que pegó en el marco del aro. Era un rebote.

Tanto Rukawa como Koshino se centraron debajo del aro peleando la posición. Hajime salió corriendo al otro extremo de la cancha, era obvio que Rukawa ganaría ese rebote, sin embargo Koshino había saltado antes y logró tomar el balón para encestar dos puntos quedando el marcador 19-18.

Esta vez sacó Hajime, miró a su primo quien se adelantó por la izquierda para llegar hasta el centro de la cancha. Sendoh se le cruzó “no te lo haré tan fácil” alcanzó a escuchar mientras finteaba para poder agarrar el balón justo entre Koshino y Sendoh. La muchacha salió corriendo por el otro lado, Sendoh la siguió hasta el centro de tiro en medio de la cancha, Rukawa no pudo pasarle el balón, Sendoh la bloqueó más haciéndola irse al otro extremo hasta que finalmente pudo salir de la marca de Sendoh. Recibió el balón y salió a la zona de tres puntos, saltó para tirar y se encontró con la defensa de Sendoh, sin embargo, la muchacha se echó para atrás elevándose con una zona de tiro más amplia que sólo saltando hacia arriba. Lo último que vio fue el balón sobrepasar la mano de Sendoh quien, segundos más tarde, estaba sobre ella ambos tendidos en el suelo.

El silbato sonó y Rukawa y Hajime ganaban el campeonato del Festival de verano por cuatro puntos sobre el equipo de Koshino y Sendoh. Este último se levantó y sonrió a la muchacha quien, adolorida, también sonreía por el triunfo.

-supongo que tendré que pagar la cena?- habló mientras se inclinaba para ayudarla a levantarse. La muchacha asintió mientras intentaba apoyar su pierna derecha, la que había recibido el peso de Sendoh. Además, parte de su abdomen había recibido el impacto, realmente estaba algo golpeada.

-más que eso, tendrás que pagar el alcohol que me hará no sentir los golpes… ouch!- gritó cuando Kaede se acercara sonriéndole con aquella extraña mueca y la tomaba por los hombros. Si más significativa muestra de cariño, luego miró a Sendoh quien le respondió la sonrisa

-tendremos que celebrar en la fogata de esta noche. Ahora llévatela para que pueda descansar…

-no es gracioso, Sendoh-kun- dijo la muchacha con sus ojos brillando de alegría. Luego miró a su primo y sonrió aun más- al fin le has ganado, no?

-¿Cómo lo sabes?- preguntó Sendoh, intrigado

-por ese brillo de satisfacción… le has ganado y nunca lo habías hecho… esto será grandioso!- Hajime se rió de buena gana… el mismo brillo que le viera cuando ambos derrotaron a Touya.

Estaban en la casa de los padres de Rukawa. Nuevamente, por temas del negocio familiar, los primos se quedarían juntos en la casa principal de la familia, esta vez a cargo de Oma Sakura quien viajaría desde el campo para cuidarlos. Ese fin de semana había comenzado antes, por uno de los feriados que conmemoraban los soldados caídos en batalla el día viernes y sábado había quedado para ir al festival o quedarse en la casa.

-No entiendo cómo te llegan tantas cartas, Touya- Hajime terminó de leer la última que aun le quedaba- me parecen niñas algo superficiales, ninguna te conoce!

-son admiradoras- dijo Kaede, para molestar

-algún día- respondió el mayor- tendrás admiradoras y será lo peor para ti… Kaede es más guapo que yo, ¿Lo recuerdas?- dijo mirando a Hajime

-jajaja… ¿Aun no lo olvidas?- miró a su hermano con picardía- sería un desperdicio que des tu primer beso a cualquiera de esas niñas. No me parecen ser buenas chicas

-¿Tiene que ser una buena chica?

-¡El primer beso es especial! Por supuesto que debe ser una muy buena chica!- Hajime se paró del Tatami que bordeaba la mesa con los deberes de la escuela para sentarse al lado de su hermano. El muchacho sonreía encantado con la lógica de su hermana- no me gustaría que cualquiera se lleve el mío, Touya.

-nadie se lo lleva… eso es forzarte. El primer beso lo eliges…

-¿Podría elegir a cualquiera?- nuevamente la conversación era llevada a una zona peligrosa para los tres- porque si es así, creo que cuando te ganemos en un partido, me gustaría de premio un beso tuyo.

Kaede levantó la vista y se quedó mirando directamente a Touya. Aun recordaba que la misma muchacha había dicho que querría el mismo premio de él, aun cuando este lo estaba escogiendo ella.

-no puedo darte un beso como los que pides, Hajime- contestó, pacientemente, Touya

-pero puedes dárselo a KAede, hermano- dijo mirando a su primo a los ojos azules, brillantes- además, si me das un beso, sería de hermanos ¿no lo crees así, Kaede-kun?.... a mí me parece un trato justo. Si te ganamos, nos tendrás que dar un beso a ambos…

-Si Kaede-kun no se opone- contestó, finalmente, el mayor con un tono serio. En este caso le dejaba la decisión a Kaede de tomar o no esa oferta. El muchacho no contestó, pero tampoco bajó la vista indicando que, en el fondo estaba de acuerdo.

-entonces está decidido. Ahora que tenemos nuestro premio ¡podremos ganar, Kaede-kun!

Kaede cerró la puerta del departamento. El sol aun no anunciaba la noche, quedaban al menos un par de horas más de iluminación antes de que se iniciara la fogata, Hajime se posó en la pared mientras miraba cómo se iba el día por la ventana que daba al balcón, cuando Kaede se le acercó, para saber cómo se sentía, no pudo evitar sonreír.

-fue como en los viejos tiempos- habló sin mucho más que decir

Kaede asintió y la miró directo a los ojos. Había mejorado extraordinariamente, y, como siempre lo había hecho, no le falló.

-te luciste- le dijo mientras iba a la cocina a sacar un poco de agua

-tú siempre lo haces- contestó ella. Cojeó un poco antes de sentarse frente al mesón, nuevamente miró al espejo y se perdió en sus pensamientos- ha sido bueno volver a casa?- preguntó sin saber bien por qué lo hacía

-¿Qué quieres decir?- preguntó el muchacho mientras le servía un vaso

-nada en realidad. Todo es como lo recordaba… pero al mismo tiempo todo es distinto- Hajime miró a Kaede a los ojos y suspiró- tú eres lo único que no ha cambiado para mí, Kaede-kun

Rukawa tomó su vaso y miró hacia el ventanal desviando su mirada. Era obvio que se había sonrojado pero no podía evitar sentirse así ante las insinuaciones de la muchacha… ¿Qué demonios debía pensar ante aquellas palabras?

-no te preocupes- dijo bajándose de la silla- entiendo que estés con Sendoh. De hecho, él me gusta para ti. Te cuidará bien, creo.

-siempre has sido buena para evaluar a las personas- dijo el muchacho quien se quedó mirándola mientras se iba-

-eso dicen… entraré a la ducha, te aviso cuando salga.

Kaede caminó hasta el espacio vacío entre la cocina y el comedor y que daba frente al espejo, su reflejo mostraba a un chico normal con las mejillas aun sonrojadas “tú eres lo único que no ha cambiado para mí” resonaron las palabras en su mente y recordó aquel partido que también habían ganado ambos. Como dos partes de una misma persona.

El entrenamiento había terminado y los tres se quedaron compitiendo. Sin embargo, aquella tarde el último punto marcado con esa canasta les dio otro tipo de sensación. Hajime había lanzado y ganado para ambos el beso de Touya, instintivamente, la muchacha había corrido a los brazos de su primo para saltar de felicidad, por el contrario, Kaede se había quedado mirando a Touya con el corazón a mil por horas.

-tendrás que pagar, hermano!- dijo la muchacha tomándolo del brazo. A su lado, Kaede caminaba aun con el corazón bombeando, sin embargo no sabía si de alegría o de ansiedad- esperaré mi beso pronto!

Ambos se fueron a los camerinos dejando a Hajime en el de mujeres. No hablaron sino hasta estar seguros de que estaban solos.

Kaede no sabía qué hacer, menos qué decir. El nerviosismo y el latir de su corazón que lo delataban no lograban dejarlo concentrarse, entonces fue Touya quien, luego de sacarse la polera sudada y entrar en la ducha logró tranquilizarlo dejándole un espacio para que pensara. Kaede decidió hacer lo mismo, se sacó la ropa sacó sus cosas de baño y se fue a las duchas para poder irse, finalmente, a su casa.

Pero cuando llegó, el cuerpo esculpido de Touya lo esperaba bajo la regadera, el muchacho había cambiado de lugar para quedar justo en la que daba frente a la entrada, se había asegurado de que lo primero que viera Kaede era a él mismo.

-¿No cobrarás tu premio?- dijo mientras se sacaba el jabón y tomaba el shampú, dándole la espalda. Finalmente se volteó con los brazos sobre su cabeza dejando que la espuma escurriera lentamente por sus trabajados abdominales

-¿Crees que este es el mejor lugar?- fue lo único que logró decir. Touya sonrió y asintió. Luego se volteó dándole nuevamente la espalda

-no te forzaré si no quieres, Kaede-kun- dijo mientras cerraba la ducha y se volteaba para salir. Pero cuando se cruzaron en el pasillo central de las duchas, Kaede lo interceptó bloqueándole el paso pegando su hombro izquierdo a la muralla y levantando su mano derecha.

-no lo estás haciendo- y Kaede se abalanzó ante aquellos labios que lo devoraron y le brindaron el primer beso. Touya, mojado como estaba, lo abrazó por la cadera y lo acercó a sí mismo con su mano tras la nuca del muchacho. Por ese instante el mundo se detuvo y la chispa que sentían ambos cuando estaban solos, simplemente, explotó.

Cuando terminaran de besarse, parecían exhaustos, les faltaba el aliento y las fuerzas en sus piernas. No hablaron, no dijeron nada. Touya tomó sus cosas y se marchó a vestir, después de todo Hajime aun los estaría buscando.

Sonó el teléfono del departamento que lo hizo volver a aquella tarde de verano. Cuando levantó el auricular la voz de Sendoh le indicó dónde estaba y qué debía hacer,

-los pasaré a buscar en una hora más- dijo desde el otro lado- debo invitarlos a comer, para pagar la deuda

-te estaré esperando- dijo con la garganta seca. El recuerdo de Touya lo había desestabilizado- estaremos- corrigió- Hajime supongo que irá con nosotros…

-no tengo problemas- dijo Sendoh y luego se escuchó una leve sonrisa- pero te advierto que esta noche te raptaré, Kaede Rukawa.

Notas finales:

Espero comentarios!

bye bye


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