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Subasta Humana por HakudiNN

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Notas del capitulo:

Hola!!! ya se! me tarde horrores de horrores!!! pero es que por alguna extraña razon el internet de casa no me dejaba entrar a esta pagina u.u!!! entonc tuve que esperar hasta volver a la escuela para ponerme al dia con el fic y por supuesto con las lecturas de otros fics!!!

Pero ya estoy de vuelta, la escuela de algo tenia que servir no es cierto?

En fin, procurare actualizar pronto, cada semana por lo menos, ya que, andare corriendo de un lado a otro entre las clases y el trabajo que empiezo el 17! Desenme suerte, y de nuevo lamento mucho la tardanza!!

Este es el siguiente capitulo, y procurare pasar aunque sea un momento solo para subir capitulo de nuevo esta semana, va?? Gracias por su paciencia!

A leer =D

 

Matt realmente no comprendía bien lo que sucedía, y francamente tenía miedo de descubrirlo.

Mello, por su parte mantuvo la sonrisa autosuficiente, malévola, definitivamente iba a disfrutar aquello, ya que ese pelirrojo se había atrevido a entrometerse en su espectáculo, iba a pagar. Nadie osaba meterse de esa manera en su camino. Ese Matt nunca querría volver a subir con el a la barra.

El ensordecedor público parecía hacer volar las ganas de ver algún show nuevo, algo que saciara sus repentinas ganas.

Las manos de Mello aferraban aun la playera del nervioso muchacho, acto seguido tiro de el para remolcarlo al centro de la placa. Ryouga miro con atención la escena, descuidando los tragos, realmente no confiaba en Mello.

La música cambio esta vez fue un drástico movimiento musical, algo de ¿Rammstein?

Los concurrentes no parecieron molestarse con el cambio.

Matt se dejo arrastrar por el lugar sin resistencia, tropezando con un par de botellas, que Ryouga amablemente aparto del camino.

--Mello—susurro el bartender en tono suplicante. El rubio no lo tomo en cuenta, y aquello solo sirvió para disparar los nervios del pelirrojo.

--Bien, perro—mascullo el rubio, otro cambio mas. Algo más comercial, bailable.

Una de sus manos sujetó con fuerza el cuello de la playera para no dejarlo escapar, la otra bajo exigente por el torso del chico, invadiendo su abdomen por debajo de la ropa. Matt se estremeció ante el contacto.

El rubio sonrió sacándole de golpe la playera al inmóvil pelirrojo, despertando en el un evidente sonrojo, y en el publico gritos complacidos que pronto se convirtieron en suplicas por mas.

Mello arrojo la ropa lejos, enterrando sus dedos entre los mechones rojizos del hacker, atrayéndolo hacia si…Matt sintió el corazón rebotarle con fuerza contra el pecho. Cuando sintió rozar el aliento caliente del rubio en sus labios, se vio bruscamente alejado. Mello, sin miramientos, lo había empujado con fuerza hacia atrás, trastabillo ante la brusquedad cayendo sentado sobre la barra.

Misa entonces supo que la “gran idea” que tuvo, no era tan buena después de todo.

Entonces Mello simplemente se olvido del muchacho, que lo miraba desde su lugar medio aturdido.

En realidad nadie noto a Matt mas, estaban ocupados mirando al rubio desabotonar la camisa negra en la que estaba metido.

--¡Cien mil!—se oyó una voz al fondo.

Y el fuerte torso quedo al descubierto. Matt, aun en su lugar comenzó a sentirse incomodo, avergonzado en su situación. Iba a ponerse en pie, mala idea, Mello noto el movimiento con el rabillo del ojo. Con un pie lo hizo volver a su lugar, dejándolo inmóvil con la suela de su zapato sobre su hombro.

Desde su posición, sometido ante la fuerza del rubio, Matt pudo fijarse con atención en el fuerte y bien definido cuerpo de Mello. La sangre subió a su rostro, descubriendo el cosquilleo que amenazaba su entrepierna.

Mello dejo caer la camisa hasta sus codos mientras tomaba una botella de algún licor dulce y se agachaba para darle un trago descaradamente a centímetros del rostro del muchacho. La respiración de Matt se aceleró sonoramente.

Mello lo oyó, y con una sonrisa satisfecha se inclino hasta el para dejar salir unas gotas de licor sobre los labios del muchacho. Los gritos del bar despegaron a una fuerza imposible.

--¡Doscientos mil por ambos!

Se despojo de la camisa de golpe dejándosela caer sobre el rostro del pelirrojo, y apoyando la bota en su cuerpo se impulso para levantarse. Volteo los peligrosos ojos azules hacia la concurrencia ¿Quién había tenido la estupidez de ponerlos juntos en el “paquete”?

Sin perder el gesto malévolo volcó la botella que tenía en la mano para dejar caer el líquido sobre el otro muchacho, empapándole el rostro bajo la tela de su propia camisa, y el torso.

Matt  hasta ese momento había preferido no moverse, puesto que cuando los labios se acercaron peligrosamente derramándole el caliente liquido sobre su boca, su miembro despertó con una fuerte palpitación. La nueva dosis de licor que sintió sobre el esta vez si lo hizo reaccionar, se apartó la tela del rostro, aturdido, avergonzado. Eso no estaba bien.

Iba a levantarse, incorporándose para quedar sentado con la intención de pararse, mas de nuevo la bota de Mello lo detuvo, esta vez con menos violencia, pero con la suficiente fuerza para hacerlo levantar los ojos. La suela del rubio bajo lentamente por su torso, hasta presionar suavemente cerca de su entrepierna.

Matt se estremeció.

--¡¡Quinientos mil!!—grito alguien por sobre las demás exorbitantes ofertas.

De pronto los orbes azules de abrieron con sorpresa al notar la cierta dureza en la entrepierna de Matt. Pero luego la expresión malvada regreso.

Se saco el cinturón de golpe, azotándolo contra el aire y de inmediato se lo paso por el cuello del muchacho.

El pelirrojo seguía inmóvil, queriendo apartarse, pero sin lograrlo, dejando de oír las ovaciones y los gritos desesperados y ansiosos. El dinero que comenzaba a volar con la esperanza de conseguir la mercancía subastada.

La presión del cinturón al cerrarse entorno a su cuello logro hacer que Matt quisiera, por todos los medios, alejarse de Mello.

El rubio seguía moviéndose incitadoramente, en una clara invitación a algo que no sucedería jamás. Riéndose ampliamente de la situación en la que estaba hundiendo al pelirrojo.

Ryouga salto la barra tratando por todos los medios de llegar hasta el altavoz.

--¡¡Once mil por ambos!!—un par de manos se elevaron por sobre la multitud, ya arremolinada en torno a la barra, apretujada para obtener una mejor visión del espectáculo.

--¡¡Vendidos!!—anuncio el bartender llegando hasta su objetivo, arrebatándole el altavoz a Takada.

Mello volvió los ojos con clara irritación: aun no terminaba con Matt. No ahora que verlo sometido le despertó una fuerte sensación de placentero poder. No luego de ver lo que causo en la entrepierna del pelirrojo.

La venta comenzó a ponerse tensa, la mayoría de los concurrentes buscaban con ansia al o a la compradora, y no era con las mejores intenciones.

El corazón del hacker estaba agitado dentro de su pecho, al borde de un colapso por el acelerado ritmo.

El olor a licor impregnado en su cuerpo se mezclaba con su sudor, estaba nervioso, avergonzado, asustado…miles de sensaciones a las que no sabia dar nombre en ese momento. Por ultimo…molesto, estaba enojado, quizás el publico creyera que aquello era parte del espectáculo, pero los trabajadores sabían la verdad, el sabia la realidad. La humillación nunca había ido bien con el, mucho menos si había disfrutado mientras sucedía.

Sintió un retortijón en el vientre, su miembro le estaba exigiendo atención y peor, satisfacción.

Mello se agacho a él con irritación, le paso las manos por el cuello para desatarle su cinturón. Se le notaba enojado. A saber si era porque habían detenido la exposición pública de virilidad sobre Matt o si era por ser vendido junto con el pelirrojo.

El roce de su piel contra la del hacker hizo estremecer a este último, el contacto le hizo recorrer una especie de choque eléctrico por el cuerpo, bajando hasta su sexo para despertar el inminente deseo de saciarse por mero instinto.

Mello se puso en pie sujetando su cinturón para pasárselo por los pantalones.

La gente seguía tensa, comenzaba a desatarse una pelea.

--Ya comienza mi subasta—corrió Misa hasta Ryouga para tratar de calmar la situación, si se salía de control seria su culpa por meter en ese embrollo a Matt—Haz algo, Ryouga

--¿Qué hago?—parpadeo confuso.

--Ryouga se subastara ahora—pero ni eso logro calmar las cosas.

Misa tiro del bartender rumbo a la barra, hasta no ver acción el publico seguiría debatiéndose la mercancía recién vendida.

Las luces se apagaron entonces para que tanto Mello como Matt pudieran bajar con calma.

--Oye, perro ¿te vas a quedar ahí?—pregunto Mello con brusquedad, al no recibir respuesta torció la boca y se inclino para recuperar su camisa, convenientemente reposada sobre los muslos del pelirrojo. Al mero contacto, Matt se puso en pie de inmediato, haciendo retroceder a Mello automáticamente. La forma tan inesperada de incorporarse casi hace que el rubio pierda el balance de su cuerpo.

El rostro del pelirrojo quedo a escasos centímetros del de Mello en un segundo, su respiración choco contra la del rubio en medio de la oscuridad, este ultimo se pasmo de pronto, no esperaba que el pelirrojo reaccionara de esa manera, mucho menos que le sujetara la cintura. La distancia entre ambos comenzaba a acortarse. A punto de que sus labios se tocaran, Mello fue jalado hacia abajo. Matt seguía aturdido.

--Matt, baja de allí—le ordeno Takada—Tienes un comprador también.

El muchacho tomo lo que la mujer le ofrecía: su playera. Se la enredó entorno a la cadera para disimular su estado y bajo con cuidado de la barra.

Siguió a la morena dejando de oír a Misa subastarse a si misma. Lo condujo por el pasillo hasta la puerta trasera, allí le indico la salida. Matt, aun aturdido e incomodo, luchando con alejar su erección, salió, quizás el aire frio le ayudara.

Pero no fue así, lo primero que vio fue a un alto muchacho de oscuros cabellos negros acercándose peligrosamente a Mello, quien tenia la espalda fija en el muro.

De pronto los azules ojos se enfocaron en el nuevo llegado, y con ellos, también los del moreno. Este le dedico una sonrisa juguetona…antes de caer ebrio al suelo.

Mello suspiro entonces dejando la botella de licor vacía sobre el contenedor.

“Buena táctica” pensó Matt. Entonces Mello se echo a andar hasta el, Matt tembló automáticamente.

--Es tuyo, perro—gruño el rubio estampándole un montón de dinero en el pecho. El pelirrojo los tomo al instante sin fijarse en que también sujeto la mano del hosco muchacho.

Mello lo miro molesto ¿Por qué lo estaba tocando?

Matt, resintiendo su miembro exigirle, dejo de pensar. Se volvió hacia el rubio clavando sus labios en los de él. Fue apenas un segundo, pues de inmediato de aparto esperando un buen golpe.

Para su sorpresa, no fue así. Mello le devolvió el gesto con violencia, estampando su espalda contra la fría pared. Invadiendo su boca con exigencia, recorriendo con su lengua todo el interior de la cavidad de Matt. Su mano enguantada bajo hasta la entrepierna del muchacho rozándola con fuerza, el pelirrojo se encogió ante el contacto. Iba a colgarle los brazos, pero Mello no se lo permitió, es mas, lo dejo inmóvil con una mano, mientras que con la otra seguía atacando contra el miembro duro del muchacho.

Matt necesito aire para respirar, se separo un poco para tomar el necesario, mas Mello le atrapo el labio inferior con los dientes para evitar que se separara. Aparto la mano de su trabajo, dejando que ambas caderas se tocaran, mas bien frotándose una contra la otra. El pelirrojo, a pesar de la doble tela que le cubría, pudo sentir la dureza en la entrepierna del rubio. Aquello hizo recorrer un estremecimiento de urgencia por su cuerpo.

La respiración del hacker se aceleró cuando sintió el final acercarse, tembló contra el cuerpo de Mello y todo…simplemente se detuvo.

Dada la nada conveniente posición en la que se apoyaba literalmente en el cuerpo del rubio, Matt se tambaleo al frente cuando se vio sin apoyo.

--Nadie sabrá de esto ¿entiendes, perro?—ordeno Mello con voz agitada, renuente a mirarlo.

Acto seguido Mello desapareció por la puerta de empleados dando un portazo. Matt se quedo quieto mientras trataba en vano de recuperar el ritmo cardiaco, y su respiración. Se encogió incomodo cuando su miembro tiro de su abdomen exigiéndole el fin, Matt resoplo, no iba a hacer nada detrás de un bar, en un oscuro callejero a un lado de un ebrio vestido de traje.

--Matt… ¿estas bien?—la preocupada voz de Ryouga le lleno los oídos.

--Eh…si—balbuceo inseguro.

--Tomate la noche, Takada no te despedirá—le sonrió—Conseguiste mucho hoy—le dijo apenado.

“Yo no conseguí nada” corrigió Matt en su mente.

--Yo…--no sabia que decir.

Ryouga se acercó hasta el hacker sujetando con cuidado su mentón.

--Misa se disculpara mañana, lamento no haberlo detenido.

--No te preocupes. No fue tan…malo—evito la mirada.

Ryouga le sonrió y se acercó para besarle la comisura de los labios. Matt se quedo inmóvil por el acto, su compañero le sonrió y regreso al trabajo.

Que noche más loca.

El rechinido de llantas al acelerar llamo su atención, una motocicleta negra se alejaba del bar llevando consigo a un rubio conductor sin casco de protección. Matt bajo los ojos. Lo mejor era volver a casa.

El camino fue algo monótono y…doloroso. Aquella erección no quería ceder a sus distracciones mal elaboradas.

Por fin cuando bajo del auto y se dirigió con rapidez hasta el elevador, descubrió que estaba apagado, así que, con todo y su molestia se echo a andar por las escaleras.

La puerta parecía no querer dejarle entras, mas al final logro ganarle la partida y entrar a su piso. Todo estaba oscuro.

Estaba agitado, aturdido…la cabeza le daba vueltas, a saber como logro conducir sin estrellarse.

Solo tenía algo en la cabeza: Mello.

Sacudió los cabellos y se alejó rumbo a la cocina, echarse un par de hielos en el pantalón podría ser de ayuda, una acción desesperada si, pero necesaria.

Al llegar se encontró con su nuevo compañero de piso, Near. Miraba con atención el ordenador en medio de la oscuridad.

De inmediato se llevo las manos a su entrepierna para cubrir la evidencia. El muchachito alzo los ojos con indiferencia.

--¿Por qué no estas dormido?—intentó charlar.

--No duermo mucho—respondió con simpleza bajando la mirada hacia las manos de Matt. Este se movió incomodo.

--Necesitas una ducha fría—hizo notar lacónicamente.

El hacker se dirigió hacia el refrigerador con rapidez. Se encogió ante el dolor en su miembro.

--Aquí tienes—le dijo Near extendiéndole un par de hielos. Matt fijo su verde mirada en la gris del muchachito. El infantil rostro de pálida piel, los labios inexpresivos…inocentes, quizás vírgenes.

Sin pensarlo se acercó demasiado, guiado quizás por el instinto corporal que lo guiaba en ese momento. Near no retrocedió, se dejo hacer mientras el mayor clavaba sus labios, con sabor a licor, en los de él.

**

Mello seguía conduciendo, recriminándose a si mismo la forma en que se había dejado guiar por su impulsividad, irritado con haber besado a Matt. El plan no era ese, simplemente iba a humillarlo, hacerle ver quien era el numero uno ahí. Nunca creyó que el pelirrojo causara una explosión de pasión en el último momento.

Al llegar a su edificio, entro casi con furia, dejando botado su vehículo, andando con seguridad e irritación rumbo a su casa. Fue gracias a su furia que no vio venir al enorme tipo que lo acorralo contra un muro. El rubio de inmediato se debatió, mas tuvo que quedarse quieto cuando el cañón del arma se pego a su costado.

--Es la ultima vez que el jefe te lo pedirá amablemente—le dijo el tipo.

--Ládrale a Dwhite que ya le dije lo que tenia que decirle.

--Descuida, Mihael—le dijo el otro—Cuando el jefe se canse de este jueguito estúpido, podre hacer contigo lo que quiera antes de enviarte al infierno—sonrió con burla soltándolo.

El rubio se acomodó la ropa con brusquedad.

**

La frágil espalda se empotro a la mesa cuando Matt lo levanto para poder manejar mejor la situación. Sus manos se aferraron a la delgada ropa blanca del pijama mientras se lo quitaba con ansia.

Near sintió sobre si el cálido cuerpo del hacker, su torso ya desnudo chocando contra el suyo. Sus labios saborear su boca con rapidez al ritmo de sus manos. Elevo las pálidas manos hasta la espalda del mayor para enterrar los deditos en ella.

Matt lucho para quitarle los pantalones, cuando lo logro Near encogió las piernas con timidez. Entonces el hacker se detuvo para mirar al muchachito, este evitaba su mirada pero no le soltaba el cuerpo. Creyó que no seria mala idea tranquilizarlo, ya que, estaba decidido a olvidar los hielos. Bajo los labios hasta el tierno pero erecto miembro del muchachito, nunca había hecho “eso” antes. Con temor a ser un total fracaso, acerco la lengua a la punta para luego meter de lleno la extensión. El sabor era extraño, pero nada mal.

Siguió su instinto, dejo entrar y salir el miembro de su boca, oyendo los complacidos gemidos silenciosos y tímidos del chico.

--De…tente—le rogo, Matt obedeció poniendo de pie de nuevo, en medio de sus piernas.

Lentamente las piernas del muchachito rodearon su cintura como dándole permiso. El pelirrojo dio un largo suspiro mientras se bajaba los pantalones y con ellos la ropa interior. Acomodo sobre la mesa a Near, trepándose también, sin aplastarlo hizo presión contra su cuerpo, recorriendo con los dedos su delicado costado. Acariciando los rosados pezones con la lengua, sintiéndolo estremecer bajo el tacto, dejando escapar un  gemido.

Y sin mas, Matt comenzó la odisea de penetrar al chiquillo, este se tenso cerrando los ojos con fuerza, paso un minuto mientras el hacker esperaba a que se acostumbrara su cuerpo, entonces, cuando su miembro le exigió, tuvo que comenzar a moverse, olvidándose de si Near estaba listo o no.

El calor le subió por la espalda mientras embestía a Near aumentando la frecuencia y la fuerza con cada nuevo golpeteo. El oji-gris se agito debajo de él. La respiración del hacker rozo la oreja del otro, para luego morder el tierno lóbulo mientras trataba de ahogar los gemidos que amenazaban con salir de su garganta. Apoyo las manos a los costados de la cabeza del muchachito para tener un fuerte apoyo. La mesa chirrió en protesta ante los constantes movimientos, por milagro resistió en pie.

Por fin, con un último golpeteo, Matt se enterró en la entrada del chiquillo, mientras el líquido blanquecino le bañaba el abdomen. No pudo contener el gemido que salió desde su pecho cuando el éxtasis llego a su cuerpo.

 

Notas finales:

Muchas gracias por leer y por dejar comentarios, prometo que cada vez que suba capitulo, los contestare, asi que espero que alguien se de el tiempo de comentar y no esten tan molest@s por la inmensa tardanza!

Gracias =)


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