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Rain por YuukiPhantomhive

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Notas del capitulo:

Holis, holis!!

 

Recordar (como siempre) que los personajes utilizados en este fan fic pertenecen a sus respectivos autores, osea Hiromu Arakawa, Hiroyuki Takei, Yoshihiro Togashi y otros más que no me acuerdo.... Yo solo los utilizo con fines yaoiescos y perverts x9

#HappyBirthdayKurapika 04/04

 

Gracias por leer!!!

 

 

CAPÍTULO XIV

Stray cat

 

 

Había pasado casi una hora desde que había empezado a buscar a su testarudo amigo. Debía admitir que cuando se proponía algo, en este caso alejarse de todos y estar solo, Kurapika hacía grandes méritos. Anduvo buscándolo por todos lados y la verdad el hecho de que los demás lo vieran como si se tratase de un loquito buscando un ser invisible por todo el lugar estaba empezando a fastidiarle, ya no se le ocurría a dónde ir y dejándose llevar por el cansancio, se sentó al borde de una jardinera que estaba cerca. Tenía que replantear su plan de búsqueda e incluir a sus dos amigas (a las que, para su mala suerte del día, también perdió de vista), no podía contar con Edward ya que este estaba confinado en la enfermería.­–  Mnnnn...y lo peor de todo es que no tuve tiempo de terminar mi almuerzo… qué deprimente…– dijo mientras escuchaba a su estómago quejarse por falta de alimento. Y sin querer, sus ojos se posaron en dos chicas que conversaban unos metros más allá, no es que llamarán su atención por poseer una belleza sobresaliente o algo así, la verdad no eran de su tipo; pero lo que en realidad atrajo su interés es que una de ellas se encontraba notoriamente exaltada mientras su compañera trataba de calmarla. Agudizando el oído pudo escuchar algo de su conversación.

 

– En serio, no creo que ese lugar esté embrujado…

 

– ¡Te digo que sí! ¡Fui atacada!

 

– Fue el viento, eso hizo que las bellotas cayeran del árbol…

 

–  Creería que fue el viento si hubiera caído una o dos, pero fueron más y todas parecían caer con mucha puntería.

 

 –  Mira, volvamos juntas y verás que no hay nada del más allá…

 

–  ¡Ni loca me asomo por ahí otra vez!

 

–  Entonces para que fuiste desde un principio…

 

–  Quería leer un poco y ese lugar cerca al lago tenía una vista muy bonita y parecía que nadie me iba a molestar…

 

¡Bingo! La pista que había estado esperando había aparecido como caída del cielo. Se puso de pie rápidamente y después de desperezarse, se encaminó en dirección al lago. Había mucha gente allí, dos terceras partes de la laguna estaban rodeadas de suave y recién podado gras, lo que permitía a muchos organizar juegos o practicar algún deporte, otros simplemente aprovechaban los rayos del sol y el tiempo libre de la tarde para improvisar una playa y refrescarse en el agua.

 

Al otro lado del pequeño muelle en el que se encontraba, estaba esa tercera parte cubierta de frondosos árboles. ¡Genial, tenía que rodear todo el lago para llegar hasta allá! –  ¡Oye, Makubex, quieres jugar un partido de fútbol con nosotros! – escuchó decir a alguien a lo lejos–  ¡Ahora no! ¡Estoy ocupado! –  contestó sin siquiera mirar a su anónimo interlocutor y se alejó del lugar apresurando el paso.

 

“Debía encontrar bellotas cerca al lago”, buscaba con la mirada en el suelo bajo la sombra de los árboles. –  Espero que esté cerca de la orilla y no más adentro…–  Observó entonces el bosque que crecía ante su vista, en una bajada que parecía empinarse más y más con cada kilómetro. Eran las tres y media de la tarde, bajar no iba a ser el problema, sino subir y el solo pensarlo lo agotaba…“Qué flojera…”. Desvió la mirada de ese lugar y se dedicó a buscar cerca del borde, encontrando finalmente  el rastro que estaba buscando…

 

–  ¿Cómo sabías que estaba aquí? –  le demandó el rubio al verlo llegar.

 

–  No, sino sabía…–  empezó a decir el albino. – Pero escuché que por este lugar ocurren cosas paranormales y tú sabes cómo me gustan las historias de terror ¿a ti no?

 

–  Sabes que no. –  Supo por su voz que su amigo todavía estaba algo molesto. –… ¿Qué clase de historias…? – No, ya no estaba tan molesto como parecía, de lo contrario no hubiera sentido ese ligero temor muy mal camuflado con vano interés en esa última pregunta.

 

–  Una que me hizo poner la piel de gallina ¿sabes? Es acerca…– Pero no terminó la frase e hizo un breve silencio. Podía sentir la mirada de Kurapika sobre sí esperando a que hablara. “Bueno, ya basta de juegos. Era hora de ponerse serio”.–...Es acerca de un fantasma muy abusivo que le tira bellotas a personas indefensas.

 

–  Ahm… Eso… –  Pudo notar el desconcierto y la vergüenza del rubio.

 

–  ¡Sí, eso!  Ella no tenía la culpa de que estuvieras de mal humor. –  le reprochó. –  No tenías que hacer eso…

 

–  Ya lo sé, pero no lo hubiera hecho si ella no…si no hubiera…

 

–  ¿Si no hubiera qué? ¿Si no hubiera sido una de las tantas chicas que le estaba coqueteando a Leorio, verdad?

 

–  ¡No! ¡Eso no!

 

– Está bien, está bien… lo que tú digas, pero conversaremos del tema después…–  dijo para no pisar terreno aún peligroso. “Nota mental: Persuadir a Kurapika a que hable…” –  Pero ahora dime… ¿Cómo es que lograste subir allí? –  Y efectivamente, Kurapika estaba a por lo menos tres metros arriba del nivel del suelo, sentado en la rama de un robusto árbol. A simple vista parecía bastante firme o eso esperaba, pues la rama que su amigo había escogido estaba sobre la laguna.

 

–  No lo sé… estaba tan enfadado…argh, cada vez que recuerdo lo que pasó es un fastidio…

 

– Tienes buenas habilidades cuando te enojas, deberías hacerlo en clase de educación física…

 

–  Solo me pareció el mejor lugar para que nadie me moleste…

 

–  Bueno, ya que subiste… ¿Sabes al menos cómo bajar, verdad? –  preguntó el albino esperando una respuesta positiva. En serio, solo quería comer algo y luego tumbarse en su cama hasta el día siguiente, pero para su mala suerte ninguna palabra salió de la boca del rubio. “Es en estas situaciones en que a veces dudo en seguir siendo tu amigo…”, pensó Makubex para sí mismo mientras observaba a Kurapika, pero haciendo un ademán con la mano en el aire borró aquellos pensamientos. –  ¡Quédate ahí y no intentes nada, voy a buscar una escalera…! –  gritó hacia arriba y luego dio media vuelta para rehacer todo el recorrido hasta ese lugar mientras se preguntaba dónde rayos encontraría una escalera en ese momento.

 

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–  En serio, si no es uno, es el otro. –  murmuraba enfadado el pelinegro. –  No se suponía que justamente ustedes dieran este tipo de problemas.

 

–  Como profesor debe estar preparado para enfrentar toda clase de problemas, véalo como una prueba a su vocación. –  Contestaba el albino al profesor Mustang, a quien encontró en la puerta de la enfermería, donde el mayor al parecer  se disponía a entrar. Decidió contarle el problema que tenía con Kurapika (aunque omitiendo ciertos detalles) con el propósito de conseguir su ayuda y acabar con todo esto cuanto antes. Ante su respuesta solo recibió una mirada malhumorada por parte del mayor… incluso podía ver como una pequeña vena en su frente parecía que pronto iba  a estallar.

 

­–  Muy bien, no hay problema…– dijo Roy logrando auto controlarse. – Vayamos por la maldita escalera…el conserje debe saber dónde hay una…

 

– ¿Una escalera? – fueron repentinamente interrumpidos por otra persona. “¡Oh no!” gritó el albino solo en sus pensamientos. – ¿Para qué necesita una escalera, profesor Mustang?

 

– Pues verá, tengo que rescatar a un gato atrapado en un árbol. – contestó Roy con ligero sarcasmo. Makubex ahora sí comenzaba a sudar frío, “¡Kurapika me va a matar!”, se dijo así mismo el albino.

 

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El suave susurro del viento inundaba de paz y quietud todo a su alrededor. Podía escuchar el trinar de algunas aves, y a lo lejos un búho comenzaba a ulular anunciando que la oscuridad de la noche estaba cada vez más cerca. Era realmente tarde y debía admitir que el aire ya se estaba enfriando bastante. Kurapika se cruzó de brazos para ver si así podía mantener un poco el calor corporal, pero era inútil.  Se arrepentía de no haber pensado en traer algo abrigador durante el arrebato que lo llevó a ese lugar. Estaba tan ofuscado y molesto que no se dio el tiempo de prever absolutamente nada. Solo lo hizo y ahora estaba ahí, con gran probabilidad de coger una pulmonía.

 

Aunque la hermosa vista del atardecer aún se reflejaba en sus ojos, el mejor paisaje que había visto en su vida a su parecer, no dejaba  de inquietarle el hecho de que si Makubex no regresaba, iba a quedarse atrapado hasta que alguien más lo encuentre. Solo con mirar hacia abajo sentía una horrible ola de vértigo, era la segunda cosa de la que se arrepentía en el día. Sacó su celular del bolsillo y lo miró con ojos suspicaces recordando que ya no tenía saldo – Maldita pobreza –se reprochó observando la pantalla del artefacto con desanimo…Hasta que se acordó de la señal Wi-Fi. Intentó buscar al menor una conexión mínima  pero tuvo éxito. –¡Genial! La señal no llega hasta aquí…– murmuró algo exasperado, pero entonces otra idea se le ocurrió, era un tanto peligrosa pero su situación exigía medidas desesperadas.

 

Poniéndose de pie sobre la, al parecer, firme rama que lo estuvo cobijando toda la tarde, empezó a moverse lentamente  hacía el borde en dirección a los bugalows con la esperanza de ponerse en contacto con la civilización nuevamente. La mitad de su concentración estuvo en mantener el equilibrio, la otra parte estaba fija en la pantalla de su smartphone, la cual sostenía con su mano derecha. De pronto una “rayita” apareció y fue feliz los segundos siguientes, hasta que un ruidoso crujido seguido por el grito de una persona, lo sacara de equilibrio. Era irónico, acababa de escuchar “¡Kurapika, ten cuidado!”, de hecho un par de palabras más de otras personas, pero la voz que dijo esa frase en particular fue la que retumbó una y otra vez en su mente, aún mientras caía y los objetos a su alrededor se desvanecían en color negro.

 

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Tenía 6 años cuando aquello ocurrió o eso le habían contado. Era una de  esas historias que los padres suelen contar cuando no tienen tema de conversación en reuniones familiares, de las cuales tú no recuerdas estar ni enterado y sin embargo siempre terminan siendo vergonzosas.

 

Había sido verano. Eran los últimos días de vacaciones y toda su familia había decidido ir a un centro recreacional equipado con piscinas y toboganes. Durante su viaje en auto, su padre había dicho algo como que cuando llegaran se iban a divertir mucho y que además le enseñaría a Liserg y a él a nadar, además que se sentía orgulloso como padre al pasar tiempo de calidad con sus hijos. No podía negar que él también estaba feliz y emocionado…aunque…ahí estaba la mirada de Ranmaru otra vez…ese gesto que decía “¿por qué no regresas por dónde viniste?” y “devuélveme lo que es mío”, en resumen todos sentimientos negativos hacia su persona. Lo odiaba, lo sabía, y eso no era nuevo en su corta vida. Para colmo venía de colado la segunda persona que ponía su vida de cuadritos, Leorio, la mano derecha de su hermano…par de criminales…si su madre supiera todo el daño a la propiedad privada que han causado esos dos con sus travesuras…pero por petición de Kazuki había prometido no delatarlos para que no los castiguen. ¡¿De todos modos, por qué él pudo venir y Makubex no?!....¡Ah, sí! Makubex tenía que guardar reposo ya que estaba enfermo con varicela, de hecho hace días que no podían jugar juntos por eso.

 

Ehm…el día no podía ir de mal en peor…su padre se había tomado la molestia de darle clases de natación…¡pero vamos! Decirle que lo imite y que así aprenderá porque es “fácil”, no lo hace para nada fácil en realidad. Lo intentaba pero sentía que no poseía el “don”. Era frustrante ver que incluso Liserg tenía mejores avances que él, y era molesto ver a los demás niños jugar a su alrededor sin temor a hundirse en el agua. Cansado de hacer el ridículo, le dijo a su padre que tenía sed y que se iba a buscar a su madre. Sí, claro, como si no hubiera ya tragado suficiente cloro en la piscina… Al final los tres decidieron tomar un receso y después de reunirse todos, sus padres se fueron a comprar unos helados dejando a Ranmaru al mando…

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– Leorio, ahora que mis padres no están, tenemos que aprovechar para subirnos al tobogán más grande…­­

 

– No creo que sea buena idea, tus papas te dejaron para que cuides a tus hermanos. – Contestó el moreno.

 

– Solo tienen que quedarse sentados en el mismo sitio hasta que regresemos, será rápido…– animaba Ranmaru a su amigo. – Kazuki los puede cuidar, es muy fácil… ¡No seas aguafiestas!

 

– Esta bien, vamos rápido…

 

– ¡Bien! ¡Kazu, te quedas a cargo…! – dijo el mayor en tono victorioso y luego junto con el pelinegro se perdieron entre la gente.

 

– ¿Por qué lo dejas hacer eso? – le pregunto Kurapika al castaño.

 

– ¿Hacer qué?

 

– Que te deje todo su trabajo…

 

– Bueno, somos hermanos y debemos apoyarnos entre nosotros. – Contestó Kazuki con mucha tranquilidad y luego se quedaron callados admirando como las demás personas se divertían.

 

– ¿Kazuki?

 

– Dime…

 

– ¿Mamá se llevó a Liserg con ellos…?

 

– ¿Qué?... – Respondió al percatarse del sitio vacío que había a su costado – ¡No puede ser! ¿A dónde se fue? – Kazuki se encontraba muy exaltado por la repentina desaparición del más pequeño. – Si estaba aquí cuando Ranmaru…de seguro los siguió… ¡Kurapika, quédate aquí! ¡Voy a buscar a Liserg, tal vez se fue con Ranmaru y Leorio! – y después de decir esto, el castaño se fue.

 

Permaneciendo en su lugar, trató de calmarse…en lugares con tanta gente era fácil extraviarse, pero un niño de apenas 3 años no podía haber ido muy lejos ¿no?... Y lo vio, la inconfundible cabellera verde de Liserg apareció entre la marea de personas que se encontraba en el lugar. Con una mirada rápida trató de ubicar a Kazuki o alguien que pueda ir por el pequeño, pero se encontraba absolutamente solo. Al regresar la mirada sobre el menor, observó que este se asomaba peligrosamente a la piscina tratando de alcanzar algo que estaba en el agua y sin más perdió el equilibrio y se cayó… Su primera reacción fue instintiva, corrió hacia él lo más rápido que pudo y llegando al borde de la alberca su cuerpo se detuvo…¿Cómo iba entrar al agua si no sabía nadar?...mientras Liserg chapoteaba en la superficie para mantenerse a flote, lo único que podía hacer en ese momento era tratar de alcanzarlo desde su lugar. Arrodillándose al borde, estiró uno de sus brazos lo más que pudo. – ¡Liserg, dame la mano! – Gritó al menor, quién de inmediato trató de alcanzar su mano sin mucho éxito. Faltaban unos cuantos centímetros y, sin pensarlo, se inclinó más haciendo que sus dedos finalmente rocen los de su hermanito…pero a su vez fue vencido por su peso y la gravedad, su cuerpo se hundió como si estuviera hecho de plomo, no había forma de llegar arriba, todos sus esfuerzos eran en vano, estaba cansado y entonces decidió relajarse y dejarse llevar.

 

El corazón de Ranmaru palpitaba a mil veces por minuto, el susto que se acababa de llevar no era para menos. Apenas divisó a Liserg luchando por su vida, fue hacia él a rescatarlo, el pequeño se encontraba muy agitado y cuando salieron del agua se puso a llorar. –  Ya cálmate…es tu culpa, ¿cómo se te ocurre meterte a la piscina para adultos?

 

–  Ranmaru, él tiene tres años, obviamente no sabe diferenciar…–  le dijo Kazuki, mientras secaba con mucho cuidado al menor con una toalla.

 

–  ¡¡Ranmaru!! ¿Por qué no nos esperaron donde los dejamos?...Tu papá y yo nos asustamos mucho. –  Su madre se dirigía hacia ellos muy preocupada, y su padre, quién venía atrás, lucía casi furioso. Liserg se soltó  rápidamente de los brazos de Kazuki y corrió hacia su madre. –  Pobrecito, ¿estás bien?…Ya pasó todo…

 

–  Me vas a tener que explicar todo esto, jovencito… –  Le dijo su padre muy molesto. –  Solo te pedí que cuidaras de tus hermanos unos minutos...y cuando regreso ya no había nadie…No te imaginas cuántas cosas horribles pasaron por mi mente.

 

–  ¡Lo sentimos mucho, señor! –  Respondió Leorio  –  ¡Yo también tengo la culpa!

 

–  No…tú…se supone que eres el invitado… – El mayor no podía mantenerse mucho tiempo enfadado, sobre todo al ver el sincero arrepentimiento en el rostro de los niños  –  No importa…regresemos a la mesa… ¿Y dónde está Kurapika?

 

–  ¿No estaba en la mesa esperándolos? –  preguntó Kazuki con poca seguridad.

 

–  No, no estaba…no se les habrá ocurrido dejarlo solo ¿verdad?...

 

–  Estaba conmigo. –  respondió Liserg a su padre.

 

–  ¿Estaba contigo, amor? ¿Dónde? –  le preguntó su madre con cierta preocupación, a lo que el menor contestó con una seña de su mano hacia la piscina. ­ Ranmaru y Leorio se sumergieron inmediatamente en busca del rubio, Kazuki también iba a hacerlo, pero su padre lo detuvo. A los pocos segundos, Leorio salió a la superficie sujetando fuertemente a Kurapika con un brazo mientras que con el otro se ayudaba para acercarse a la orilla. Luego Ranmaru lo alcanzó para ayudarle, y después que su padre llevara al menor al tópico y saber que su hermano todavía seguía con vida; sintió tanta culpa que terminó contando lo que en verdad había pasado. Como castigo recibió dos semanas sin ver la televisión y un mes sin salir a jugar con sus amigos ni jugar videojuegos.

 

Según su madre, ese día Ranmaru juró nunca más desear que Kurapika desapareciera…Eso era un progreso…

 

Abrió los ojos de golpe y la intensa luz blanca de las lámparas nubló su visión al principio. –  Ya despertó. –  escuchó decir a alguien, y una serie de sombras apareció frente a él, aunque luego todo se hizo más nítido y los logró reconocer. –  ¿Dónde estoy? –  preguntó tratando de levantarse pero le fue imposible, su cabeza pesaba mucho y sintió horribles punzadas en ella.

 

–  Recuéstate, ¿estás loco? –  le dijo Edward mientras que con una toalla secaba el sudor de su frente con delicadeza. –  Te caíste y te diste tremendo golpe en la cabeza…hace cuatro horas que esperábamos que despiertes.

 

–  No recuerdo…

 

–  En realidad te caíste al lago pero para tu mala suerte había una piedrota… –  dijo Ishisse. –  Himiko y Makubex están recogiendo tus cosas...

 

–  ¿Por qué?

 

–  Porque el profesor Mustang llamó a tu hermano, y él dijo que te recogería para hacerte chequear en un hospital. –  respondió el ojidorado. –  El doctor dice que vas a estar bien y que solo tendrás un chinchón, pero siempre hay que asegurarse…  –  La puerta se abrió y Leorio apareció con el semblante serio y en silencio, parecía que trataba de evitar mirarlo directamente.

 

–  Es bueno que hayas despertado. –  comenzó a hablar el estudiante de medicina. –  Te daré un calmante para el dolor de cabeza que debes tener, es un poco fuerte así que también te dará mucho sueño, lo que es bueno porque necesitas descansar. –  dijo mientras preparaba una jeringa.

 

–  No…

 

–  Sé que no te gustan las agujas pero el efecto es más rápido y es por tu bien. –  Las punzadas en su cabeza eran mucho más fuertes que el piquete en su brazo producido por la inyección, por lo que su desagrado por las agujas no tuvo fundamento en ese instante. Apenas hubo terminado, Leorio se retiró de la habitación.

 

–  Tu hermano y el doctor discutieron muy fuerte por teléfono… –  le comentó Ed a Kurapika. –   No pude escuchar todo, pero creo que Ranmaru le echaba la culpa de algo...Pero si son amigos, todo se va a arreglar ¿no crees? –  Kurapika no le contestó, solo se sumió en sus propios pensamientos mientras sentía que sus sentidos se adormilaban poco a poco.

 

No podía imaginarse una pelea de Ranmaru y Leorio, los mejores amigos por años que compartieron las cosas buenas y malas; algo así como la amistad que tenía con Makubex y Edward. Años anteriores había estado rogando al cielo porque una oportunidad como esa se presentase, en serio, hubiera estado más que feliz porque  ambos idiotas rompieran su relación amical…pero ahora todo se sentía un poco diferente, no quería que Ranmaru se alejase de Leorio porque eso significaría que él también tendría que hacerlo…y en verdad le daba ansiedad esa confusa situación…No quería que una cosa así pasara, no ahora, justo en el momento en que había aceptado que estaba irremediablemente enamorado de su “enemigo”.

 

 

>> Continuará >>

 

 

Notas finales:

 

^^ Hello!! thanks for reading this fic...

 

Sincerly...a que carajos, hablemos español xD...me fui a un hiatus bien feo...espero encontrar la inspiración para seguir escribiendo o en todo caso a una persona que ponga presión xD...xq sola me voy de vacas indefinidas jajajaja....


Muchas gracias por leer!!! =B

 

See you!!!!

 

 


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