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El dolor nunca es eterno por yuljiyongie

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Notas del capitulo:

Hola!!

Perdón por demorar, pero aquí les traigo el cap,  a leer…

 

Precipitado  salió de su centro de estudios, fue al estacionamiento, subió a su auto y aceleró.

 

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POV SE7EN

 

No cabía en mi cabeza todo lo que habían dicho.

 

¡¿Violado?!

 

¡¿Lo violaron?!

 

¿Cómo?

 

Sé por fuentes que su casa tiene alta tecnología en seguridad, como la de todos los chicos  que estudian con nosotros, entonces no me explico cómo pudo pasar.

 

-¡Fíjate por donde manejas, imbécil! –aquel gritó de un hombre  me hizo recordar que estaba conduciendo a una gran velocidad, pero no podía bajarla tenía que llegar a la clínica.

 

Debía acompañar a Seung hyun.

 

¿Cómo estará? ¿Cuánto le habrá afectado?

 

Ha de necesitar el apoyo de un amigo, alguien que lo conozca tanto como para ver lo que ni él mismo ve, y notar esos sentimientos que ignora. Ese amigo soy yo.

 

Desde que nos conocimos fuimos inseparables, compartíamos todo. Nos llamaban “Los  Hermanos Choi”, nuestros padres se volvieron amigos gracias a nosotros.

Estuve cuando se enamoró por primera vez, lo ayudé a conquistar a la chica que quería como si fuera un verdadero hermano mayor. Confió tanto en mí como para contarme algo que ocultó de sus amigos de la escuela…  lo que le ocurrió cuando cursaba la escuela elemental pública, por su obesidad sus compañeros se burlaban y lo agredían.

 

¡ESCUELA PÚBLICA!

 

Cualquiera que me conocía sabía perfectamente que yo jamás me juntaba con personas que no fueran de mi mismo nivel socio-económico, pero con él fue distinto, teníamos demasiadas cosas en común, congeniábamos. Por ello no me importó que haya sido de clase media, porque ya no lo era.

También me dijo que cuando ingresó a secundaria un grupo de mocosos se la agarró con él, lo odiaban a muerte, él ya no quería asistir por miedo a ellos, hasta que un día le dieron una golpiza que lo llevó al hospital.  Sus padres decidieron mudarse para que su salud psicológica no se viera afectada. Cambió, entrenó muy duro para quemar toda la grasa en su cuerpo.

 

Cuando  se mudó por la zona ya era delgado y tenía dinero, gracias a los negocios de sus padres. Un día decidimos buscar a quienes lo hirieron,  supimos donde vivían y donde estudiaban, así que como pasatiempo les caíamos de “visita”. Mas él guardaba rencor por un niño en especial,  uno que quizá no lo trató como los  anteriores, pero notaba  en su mirada tanto odio hacia su persona y no sabía porque.  Lo buscamos, pero no dábamos con su paradero, hasta que no fue necesario continuar hurgando, ya que apareció frente a nuestros ojos sin pensarlo.

 

La persona que rondaba  sus pesadillas  se hizo presente en nuestra universidad. Sus ganas de vengarse crecieron como la espuma, no iba a estar satisfecho hasta que lo hiciéramos  sufrir por cada dolor que él sintió. Comenzamos y nuestros amigos nos brindaron su ayuda. Al inició no interferí tanto porque no me quería mezclar con alguien de bajo nivel. Aunque tuviera dinero y se comportara como alguien de la alta sociedad  jamás dejaría de ser un simple habitante de la ciudad, lo llevaba en su sangre.  

 

Unos meses después fui partícipe, no se defendía, dejaba que lo humilláramos.  Veía a Seung feliz, y yo también lo era por él, pero un día todo cambió. Seung parecía  diferente, lo  analizaba como buscando algo que no haya notado. Dejé pasar aquello, sin embargo se fueron acercando más. Aunque él dijera que era otra  forma de vengarse, en el fondo sabía que era mentira.   Amenacé  al mocoso, le advertí que se alejara mas no lo hizo. Las cosas empeoraron, ellos parecían llevarse mejor y a mí me dejó de lado. Me sentía desplazado, siempre fui celoso con las personas que me rodeaban, solo las quería para mí.

 

Cuando llegamos al punto extremo de elegir, lo escogió a él. Fue un golpe muy fuerte.   No entendía porque prefería estar con la persona que más odiaba, y no conmigo que lo apoyé  en  lo que necesitó. Hasta que un día noté en sus ojos, aquella mirada, esa que no había mostrado desde su última relación seria. Tuve miedo por él.  Por el qué dirán.  No podía permitir que cayera tan bajo por ese chiquillo.  No lo merecía.

 

Me enfureció tanto que lo viera de esa forma.  Fue ahí cuando mi odio creció, quería demostrarle a Seung que él no podía sentir aquello por otro hombre,  era aberrante.  Él merecía una chica preciosa no a las tipas que aparecían en las fiestas, esas no.  Y aunque su apariencia femenina  me jugara en contra, hice de todo para mostrarle a mi amigo en la poca cosa que se había fijado. Pero estaba cegado, no quería ver. Lo resguardaba, no quería que lo toquen. Tal vez el mocoso era gay, pero a mí me valía, él no arrastraría a un  verdadero hombre a su grupo de anormales. 

 

Con los días pasando y mis armas extinguiéndose, sus sentimientos se fortalecían, y se notaba. No solo era él, el otro le empezaba a corresponder.  Era asfixiante.  Hoy iba con intenciones de  demostrarle lo estúpidamente “niña” que era, pero… ocurrió esto.

 

En estos meses le desee todo el mal, el peor de los males, no obstante nunca pensé en eso. En comparación con ello, nosotros solo nos recreábamos con él.  Cometer ese delito es de lo más bajo y despiadado. Se me estruja el corazón y me da retorcijones en el estómago  de recordar los casos pasados en los medios de comunicación.  Los niños, adolescentes y mujeres que les ocurre esto quedan rezagados  de la sociedad, son el blanco de atención. Quedan expuestos ante el resto.  Pocos logran continuar, y muchos menos superarlo. 

 

FIN POV SE7EN

 

Al llegar a la clínica Dong Wook  preguntó por su compañero  en informes, y le dieron el número de la habitación.  Con lentitud causada por los nervios se acercó por el pasadizo que llevaba  a la habitación intentando mantenerse sereno, sin embargo unos gritos lo despabilaron de su no muy productiva técnica de serenamiento.

 

-¡permiso! – una mujer vestida de blanco chocó levemente con él  y se metió a la habitación de dónde provino el bullicio. Él siguió caminando y mientras más avanzaba, más se acercaba a la habitación donde la enfermera había ingresado.

 

Habitación 407

 

Se sintió la peor persona del mundo, la escena que vio lo impresionó.

    

-¡NO ME TOQUES! –exclamaba  con una destrozada voz

-¡soy Seung hyun!

-¡DÉJAME! –movía sus brazos queriendo golpearlo.

-¡mantenlo quieto! –exclamó la enfermera con el calmante en su poder.

-cálm…mate Ji – pidió con voz quebrada mientras con una mano lo estrechaba contra su pecho para inmovilizarlo, y con la otra lo tomaba de la mano derecha para permitirle a la mujer inyectarle el medicamento.

-Ya está –dijo ella

-tranquilo –lo abrazó con más suavidad cuando dejo de moverse con brusquedad a causa de lo administrado, y le acarició el cabello.

-¿se…eung? –murmuró, el nombrado lo separó de su cuello

-no te asustes ¿sí?… soy yo –le sonrió  y con su dedo limpio las lágrimas que caían de los ojos café.

-la dosis que le he inyectado no es tan fuerte. El doctor dijo que ya no lo durmamos, así que se va a mantener despierto, pero con tranquilizantes–comentó

-ok

-voy a retirarme

-yo me quedaré con él –dijo a la vez que lo recostaba.

 

-¿usted viene a visitarlo? –preguntó  la mujer a la persona parada en el umbral.  Seung giró su rostro por curiosidad y vio al sujeto.

-sí – respondió

-adelante –le dijo la enfermera, y se fue.

 

El mayor observó al paciente en la camilla, y bajó la mirada apenado. Segundos después ya tenía frente a él a su otro compañero.

 

-¿Qué haces aquí? – la furia en sus palabras era notoria, pero su voz no era alterada.

-vine… vine a… verlo –contestó

-no tienes porque

-Seung… yo… lamento lo… sucedido – le costaba mucho hablar

-vete –ordenó dándole la espalda

-sé que estas molesto… comprendo tu…

-¡tú no entiendes nada! –Alzó la voz, pero se calmó, no quería perturbar a JiYong – estoy siendo amable al pedirte que salgas de acá, sino llamaré a la seguridad para que te saquen como a un perro.

-Está bien, voy a irme… si necesitas a alguien sabes que puedes llamarm…

-tengo a mis padres, o a Young Bae… no te necesito. – Se volteo para quedar cara a cara – debo cerrar la puerta

-adiós – retrocedió los pocos pasos que había dado en el cuarto, y la puerta se cerró en su cara. – Volveré – diciendo esto se retiró.

 

******************

 

MIERCOLES

 

-mamá – la nombró al verla entrar

-hola cariño -Su hijo se paró, fue hasta ella y  le dio un abrazo.

-ven… -  le tomó la mano y la llevó a la silla donde él estaba.

-¡oh!… ¿está consciente? – preguntó sorprendida al ver al menor con los ojos abiertos.

-sí

-¿pero cómo?

-le inyectaron un tranquilizante

-ah… -despacio acercó su mano a la cabellera blanca, cuando la tocó el dueño dio un pequeño salto, pero no hizo nada más y cerró  los ojos para  volver a abrirlos.

-se asusta un poco al inicio, pero después se mantiene relajado.

-ya veo… - le acariciaba sutilmente el cabello, mientras los ojos del joven la veían con tristeza y dolor. – JiYong… pronto saldrás de este lugar, y  vas a estar mejor – el menor solo pestañeaba sin decir palabra alguna.

-¿mamá puedes comprarme comida? – le preguntó el pelinegro

-ve a comer a la cafetería

-no quiero alejarme de JiYong

-tienes que salir – dijo mirándolo –entiendo que quieras cuidarlo, pero necesitas cuidarte tú también, y no puedes estar  encerrado en esta habitación todo el tiempo, te enfermarás. Así que ahora ve a almorzar, y yo me quedo con él.

-ahh… está bien, pero si ocurre algo llámame

-no pasará nada – le sonrió a su hijo, y éste salió.

 

Se acomodó mejor en el asiento y cogió delicadamente la mano del menor. Alrededor de las muñecas tenía vendas debido a las rasgaduras que provocaron las sogas en su piel.   El doctor había dicho que los arañazos, moretones y heridas hechas por los golpes y correazos se curarían con el paso de las semanas. El tratamiento era a base de cremas. Éstas no dejarían rastros en su piel. La curación de su intimidad se estaba dando a través de inyecciones para la relajación muscular y con contenido humectante  e hidratante,  no querían aplicar el tratamiento de  cremas o pomadas, esa debería ser la técnica usada, pero hacerlo podría causarle un trauma mayor.  Quizá un poco más adelante ya podrían emplearlo.  Lo que el doctor y  las enfermeras no notaron en un inicio fue la quemadura que tenía en la espalda baja al lado izquierdo debido que había sido cubierto por la sangre, pero una vez limpio, lo notaron y le aplicaron  ungüentos para quemaduras.  Realmente había sido sodomizado sin piedad ni compasión alguna.

 

-Ji… -la señora lo llamó, pero la ignoró. –JiYong… - lo nombró no con voz de psicóloga  titulada, sino como una madre llama a su hijo – tienes que ser fuerte – sus ojos se encontraron con los del chico – tengo un cariño especial hacia  ti, mi familia  te aprecia muchísimo. Nosotros  te vamos a acompañar, no estarás solo. No debes preocuparte por eso. – Tomó un poco de aire y continuo – sabes… Seung te quiere bastante. Me sorprendí mucho cuando supe que eran amigos, y que ya no se odiaban. Me hizo sentir contenta. Gracias a ti sé que he criado a un buen chico,  sabía que no era malo, pero sus acciones decían lo contrario hasta que tuvo la oportunidad de borrar ese rencor hacia ti.  Sé que tú también lo quieres, y   aunque no es el momento adecuado quiero pedirte un favor especial… permíteme ayudarte, permítenos brindarte todo nuestro apoyo. –Su mano libre la llevó a la cabeza del peliblanco – no te cierres, cariño. Quisiera que esto no hubiese ocurrido, y evitar que sintieras todo el dolor, el miedo, la cólera  que sientes ahora.  No obstante, este es un reto que tienes que afrontar, no puedes permitir que quienes quisieron lastimarte logren ganar, debes luchar.… Te diré algo muy sabio… - respiró tranquila – Dios nos manda muchas pruebas, no por ser malo, no para dañarnos, sino para poner a prueba nuestra fe. Él no ahorca a sus hijos hasta asfixiarlos, sabe cuál es nuestro límite.  Y aunque todo lo que has vivido parezca demasiado, en la misma cantidad en la que has sufrido, te será gratificado. Cada lágrima que has derramado será compensada con la felicidad.  Tú no eres malo, ni estas siendo castigado debes tenerlo muy en claro, solo eres una criatura que se ha perdido, pero con nuestra ayuda podrás encarrilarte con los demás, pero debes permitirnos ayudarte. ¿Lo harás? ¿Dejarás que te ayude? –preguntó esperanzada, y  el asentimiento del menor fue la mejor respuesta que pudo obtener.  – gracias

 

******************

 

JUEVES

 

-¡¿fue él?!

- sí

-me parece conocido…

-claro que lo conocemos,  recuerdo haberlo visto unas cuantas veces junto a JiYong. Era el único que venía visitarlo. 

-parecía alguien tan centrado, respetuoso…  un caballero en sí. 

-verdaderamente no podemos hacer un prejuicio de nadie. ¿Cómo íbamos a saber que debajo de esa careta de hombre mayor y profesional, se hallaba un depravado?

-uhm… de que sirve darnos cuenta ahora, ya consiguió lo que quería, nada va a cambiar eso.

-no sé ustedes, pero siento una impotencia grandísima por no haber hecho nada por él.

-yo también

-yo igual

-y yo

-¿Dara  no dirás nada?

-¿Qué puedo decir?… él necesita de las personas que lo quieren para recuperarse –suspiró  desanimada – pero si hacemos memoria, todos sabemos perfectamente que perdió a sus padres hace varios años, en el salón nadie más aparte de Seung le ha brindado su apoyo, y si no tiene amigos ni nada pues no sé cómo mejorará.

-tienes razón…. ¡AH! –exclamó cuando algo hizo clic en su cabeza

-¿Qué pasa?

-si hay otra persona que es su amigo además de Seung.

-¿Quién?

-¡Yunho!

-es cierto

-¿Quién tiene su número?

-hay que comunicarnos con él para que venga a verlo

-¡sí!

-le estoy marcando –decía con el teléfono en la mano, y los demás la miraban ansiosos.

-¿y?

-no existe –dijo colgando

-¿qué?

-parece haber cambiado de número, éste ya no funciona

 

-no lo intenten –una voz  masculina sonó en su salón.

 

-¡Changmin!-exclamaron sus compañeros

-¿Por qué dices que no lo intentemos? –preguntó Hyun Joong

-se ha cambiado de número

-aish… si lo sabías debiste decírnoslo antes

-ya hablé con él

-¡¿entonces va a venir?! –preguntó Bom emocionada

-no

-¡¿Qué?! – los rostros se descompusieron ante la respuesta

-¿Por qué? –preguntó Jung Min

-me dijo que su padre tuvo una recaída y debe estar con él.

-¿no les explicaste lo que le ocurrió a JiYong?

-sí, pero… su padre es primero – alzó los hombros

-entonces no podemos hacer nada –dijo Jung Min con la voz triste

-¿no creen que exageran?

-¿exagerar?

-osea, no se está muriendo. ¿No? De seguro con los tratamientos que le den los  psicólogos y los doctores se  va a recuperar. –dijo muy tranquilo.

-¿Qué estás diciendo? –preguntó Sandara  por las frías palabras del menor

-lo más razonable

-Changmin… a JiYong lo violaron, no lo golpearon o lo insultaron. No puedes decir que se eso se arregla así como así con tanta soltura.

-nonna solo estoy siendo realista

-¿te levantaste de malas o qué?

-solo creo que le están dando demasiada importancia  al inútil escuincle.

-¿acaso no te da pena lo ocurrido? –preguntó Bom

Él sonrió – es increíble –bufó – hace unos días, para ser exactos el viernes, cada uno de nosotros se rió de él, lo usamos para que nos divierta porque estábamos aburridos, y ahora que atacaron a “la princesa”, como todos lo llamamos, ocurre que se vuelven sensibles ante esto. Acaso cuando jugamos con él, no le demostramos que era una “zorra” barata y de alcantarilla que debía complacer a los demás. No se dan cuenta que lo que le hicieron es lo mismo que hicimos nosotros.  

-eso no es cierto

-¡sí lo es!  Cada insulto que le dijimos, cada golpe que recibió o el sinfín de cosas que le hicimos vivir día a día,  ¿No fue para demostrarle que somos mejores? ¿Qué somos superiores? ¿Qué él está debajo de cada uno de nosotros, y siempre será menos? ¿No es eso lo que quisimos que entendiera? –sus compañeros se quedaron callados, atónitos – Pues ahora  de una u otra forma él ya lo sabe. En comparación con todos ustedes ese hombre sí se lo tomó enserio. Porque lo que hizo fue demostrarle quien manda, y aunque para que lo entendiera tuvo que correrse dentro de él, qué más da. –sonrió –ya nos hizo el favor. Ahora sabrá respetarnos como se debe, y no intentará igualarse a ningún hombre  o mujer de este salón.

-¡¿Cómo puedes defender a ese tipo?! –Bom explotó indignada.

-lo… lo que dices… es… horrendo, repulsivo – comentó Sandara

-es mi manera de pensar, solo estoy siendo positivo. Ustedes también deberían serlo – cargó su mochila y les dio la espalda – igual… tú… hyung – recalcó con una sonrisa de lado al ver a un estupefacto  Dong Wook frente a él. – no está muerto, eso… sí sería diferente. –diciendo lo ultimo salió del salón.

 

******************

 

-¿Cómo estás?

-muy bien, y ¿tú?

-bien, ya sabes, estudiando y acompañando a mi padre

-¿Cómo sigue?

-después de la operación se ha recuperado bastante rápido así que espero que el próximo año podamos regresar a Corea.

-¡eso sería genial!

-sí, ya ansío volver

-cuando regreses haré una gran fiesta

-gracias por alegrarte

-de nada hyung

-ehm… Changmin…

-¿sí?

-¿Cómo… cómo está… JiYong?

 

El menor resopló. Estaba hartándose del centralismo que  tenía JiYong en sus conversaciones,  porque sí… ellos habían mantenido la comunicación desde que el mayor se fue.

¿Por qué no podía evitar preguntar por él?

 

-igual

-¿lo estas vigilando?

-aish… ya deja de atormentarte, el no es un niño hyung, déjalo vivir y que aprenda a confrontar al mundo solo. ¡Ah!… y también deja de pedirme que lo vea, porque no lo voy a hacer – contestó molesto.

-sé que no te agrada y no entiendo porque, pero hace mucho no hablo con él. Ya te dije que se me perdió mi celular y  con ello todos mis contactos.

-por algo será-  dijo con sarcasmo

-ya no te molestes ¿sí? No voy a hablar de él

-tengo que colgar

-ok

-adiós hyung

-adiós – colgó

 

 

-lo lamento Yunho hyung- guardó su Smartphone - pero es mejor que no te enteres de  lo ocurrido – en su rostro apareció una sonrisa maliciosa  y satisfecha –estoy seguro que con esto no le quedarán ganas de quedarse ni aquí, ni en el país  y terminará por  largarse  al  fin. – Continuó su camino hacia  un  deportivo – no lo volverás a ver y yo tampoco.

 

******************

 

Cinco días habían transcurrido desde lo acaecido,  las enfermeras iban y venían una y otra vez, las vendas eran cambiadas a diario. Le aplicaban pomadas en todo el cuerpo una vez al día, mientras lo dormían.  Aunque sus llagas parecían continuar iguales, con el tiempo se notarían los logros. Los  psicólogos intentaban hablar con él, pero no les contestaba, la  única  que había conseguido un avance era la señora Choi y  también su hijo. Con ellos intercambiaba una que otra palabra. El doctor a cargo pidió a la señora que sea ella quien interactúe con el menor, obviamente  aceptó con gusto.

 

Lo conseguido era importantísimo. El doctor, la psicóloga y el abogado veían los pros y los contras, si era esencial o no, y lo era. Su declaración era lo necesario para encerrar al acusado por muchísimos años.    

 

-el sábado a las  diez de la mañana vendré con los policías – dijo el abogado

-está bien – afirmaron

-nos vemos  - con eso se despidió y salió de la oficina

-¿entonces JiYong aceptó?

-sí. Le dije que si lo hacía,  ese hombre no volvería a lastimarlo más.

-espero que no se cohíba.

-ahí estaremos para que eso no ocurra

-se va a condicionar una sala especial, para intentar hacerlo lo más cómodo para él.

-bueno, eso sería todo doctor

-mucha gracias por lo que está haciendo

-es el deber de un profesional –sonrió – pero ante todo lo hago porque es alguien especial para mí y mi familia, y buscamos su mejora.

-yo también quiero lo mejor para su recuperación

-qué bueno que concordamos

-sí

 

******************

 

VIERNES

 

12:20

 

-Seung alístate para almorzar –dijo su madre

-ya estoy listo – contestó colocándose una chaqueta azul

-bajemos – salió de la habitación

-ya vuelvo – susurró a su amigo que dormía

 

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CAFETERIA

 

Madre e hijo compartían un almuerzo en la cafetería que se ubicaba en un área separado  de donde atendían a los pacientes de la clínica, pero dentro de la misma.

 

-¿mañana vendrán a tomarle el atestado?  

-sí - dio un sorbo a su bebida

-déjame entrar con él – pidió el pelinegro

-hijo no puedo. Solo habrá unas cuantas personas, el resto estará en la otra habitación. Eso es lo más favorable. Si hay más gente de la debida, él ya no querrá decir nada

-está bien – dijo resentido

-Ah… se me olvidaba –su hijo la miró desinteresado – a partir de la próxima semana volverás a la universidad.

-¡¿Qué?! –eso no se lo esperaba

-has dejado de asistir una semana, los profesores  necesitan que te presentes para que puedas dar los exámenes  de sus respectivos cursos.

-pero tengo que cuidar de JiYong

-lo cuidarán las enfermeras y yo vendré apenas pueda. Si quieres después de clases vienes, pero ya no puedes faltar más.

-¿y JiYong? Él también está faltando

-su situación es especial y lo sabes mejor que nadie

-¿y si me necesita?

-ahh… - suspiró cansada ante la negativa de su hijo – estoy segura que si él supiera que no estás asistiendo a clases se molestaría mucho. Hazlo por él… estudia para que después logres enseñarle. –le habló con tanto amor  que su descendiente no pudo negarse.

-lo haré… no voy hacer que se frustre por sus bajas notas –sonrió para reconfortarse, y porque en su mente ya se veía en una biblioteca llena de libros, con una mesa  marrón, dos sillas, la cálida luz del sol entrando por un ventanal brindando iluminación,  y obvio él y JiYong estudiando, pero con un gran cambio… él enseñándole al estudioso y sumiso  peliblanco.

-qué bueno que lo entiendas, ahora si almuerza corazón.

 

******************

 

Volvía su mirada al delgado chico. Éste tenía  los ojos cerrados, con su pecho subiendo y bajando monótonamente, y  la bolsa de suero goteando sin parar a un ritmo continuo.

 

La semana entera se había dedicado a  observar a Seung hyung por lo que ahora sabía a qué hora entraba, su hora de salida, de almuerzo, las visitas de la madre del pelinegro, hasta la hora promedio de visita de Young Bae, con quien ya no mantenía contacto.  En el lapso de tiempo de las doce y treinta a una de la tarde el menor paraba solo, por lo que ni bien salió Seung hyun con su madre, él aprovecho para adentrarse a la clínica y ver  con sus propios ojos cuál era el  estado en que se hallaba.

 

Sin duda alguna, a pesar de lo sucedido y del actual aspecto del yacido, aun le causaba  amargura  tener que  ver el  refinado y  apacible rostro, que ya no tenía aquellas vendas, mas aun mantenía una ligera hinchazón con un tenue color rosa en los pómulos y  una herida en proceso de curación en el labio. 

 

Uno que otro recuerdo de Seung hyun con el peliblanco aparecieron en su mente, y era fastidioso. Quizá JiYong no sabía lo que provocaba en Seung, porque para que negar… a clara vista el menor era bastante ingenuo ante el tema y además la amistad que tenían era reciente por lo que no lo “conocía” por así decirlo, no obstante él sí, y  era más que obvio que sentía una fuerte atracción por el delgado chico. Y  es ahí  donde radicaba  toda su antipatía a JiYong.

 

No quería que Seung se enamorara de JiYong, aunque probablemente era demasiado tarde. Estaba seguro que su “ex amigo” no era gay, pero no entendía que es lo que podría haber hecho el chiquillo para traer al pelinegro babeando de esa manera. Tal vez fue su  etéreo rostro, su frágil cuerpo, o aquella pasividad y subordinación que llamaba a la protección, todo lo contrario a aquel niño endemoniado que le había descrito años antes.

 

No sabía que pensar o que hacer.  A lo mejor debía darle una oportunidad.   Una en la demostrara…… ¿Qué?…… era tan difícil esta situación. Valoraba mucho su amistad con Seung hyun, y estaba consciente que las cosas que dijo cuando éste lo golpeo en el rostro y fue detrás del menor era un grave error  extrañaba salir con él, hacer una que otra estupidez,  ir a su casa y cenar con sus “tíos” o que él fuera a la suya.   Tanto estuvo pensando que se olvido de la hora. Alzó la manga de su casaca y faltaba menos de siete minutos para la una, ya tenía que irse.

 

Antes entró al baño que había en la habitación, y se lavó las manos y el rostro. Cuando se secaba con la toalla comenzó a oír unos murmullos, su corazón se aceleró creyendo que Seung ya había llegado y lo encontraría ahí, pero no… no era el pelinegro. Lo supo cuando esto murmullos se convirtieron en lastimeros gritos de auxilio.  Asustado abrió la puerta del baño, y vio al peliblanco  sentado en la camilla quitándose con brusquedad la ajuga del suero, llorando, intentando zafarse de la sabana que lo cubría, pero que sus pies se enredaban en ella,  y clamando porque no lo toquen más.

 

-¡AYÚDENME! – Su deteriorada voz resonaba en la habitación entera - ¡SUÉLTAME! –su gargantita  debía de estar muy lastimada por los horrendos chillidos  que emitía.

 

Sin pensarlo tanto corrió a la camilla y encerró el demacrado cuerpo entre sus brazos para que no continuara lastimándose.  A pesar de saber que su fuerza era superior,  el cuerpo lo empujaba con ahínco sin detenerse.

 

-¡NO QUI…IERO HA…ACERL…LO! – gritó  con la voz entrecortada por el llanto.

-ji…i…yong  cál… mate – él tampoco lograba decir algo contundente, no sabía que serviría.

-¡Ayud…! –sus gritos se ahogaron con sus lágrimas y su propia saliva – cofgh… cofgh…hip…cofgh…hip… cofgh… -tocía  e hipaba a la vez   -dé…eja…ame… mmhhh… if… cofgh… -ya no gritó, sino suplicó gimoteando.

-no te lastimaré –argumentó consiguiendo calmar  un poco al chico  - no me tengas miedo… no te haré daño – le susurró sobre el cabello. Aflojó un poco su agarre y dejó que el menor se desahogará contra su hombro y cuello.

-mmm…if…mm… –lloriqueaba  aferrando sus manos  a la casaca de quien lo abrazaba –if…mm… no…no… de…ejes que… if…que… me… cofgh… tooqu…ueee… if… mmm… - su cuerpo entero temblaba desmesuradamente.

 

El mayor lo acercó más a él para que sintiera su resguardo,  de casualidad su mano jaló una tira del espaldar de la bata y ésta se abrió dejando ver las vendas alrededor del pequeño cuerpo.  El agarre de las manos ajenas se ajustaron y sintió la tensión habitarse en el otro  ser.  Con sosiego volvió a unir las tiras, cerrando nuevamente la prenda.

 

-tranquilo –suspiró – no volverá a suceder – le acarició la melena.  En ese instante la puerta se abrió  dejando ver a una mujer con un inyectable en la mano.  Al verla,  posó un dedo sobre su boca pidiéndole silencio, ella asintió y se quedó parada observando como el muchacho de cabellos negros aquietaba a su conocido paciente.

 

-¡JiYong! –un gritó se oyó por los pasillos, rápidamente llegó a los  oídos del visitante.  Intentó alejar al menor de su regazo, pero solo consiguió que se aferrara con más fuerza.

 

-tengo que irm… -iba a excusarse, mas no lo hizo  a tiempo.

 

-¡¿tú?! ¡¿Qué haces aquí?! – cuando escuchó la conocida voz dirigió su vista al dueño de ésta. Sin embargo éste desvió rápidamente su mirada a la persona que tenía entre sus brazos  -¡¿Qué le hiciste?!  - ni siquiera tuvo tiempo de decir algo cuando fue alejado del peliblanco, cambiando de  lugar.

-Ji… ya estoy aquí… nadie volverá a tocarte… está todo bien… – le murmuró aquellas cosas esperando que con eso el menor se calmara.

-seu…seuung – musitó  despacio

-sí, Ji… soy yo, ya pasó… - se alegró al sentirse reconocido.  

 

-Seung – la voz femenina llenó la habitación -¡oh! Dong Wook –dijo asombrada la mujer cuando vio al visitante a un lado de su hijo y de JiYong. Ya estaba al tanto de lo que había hecho y se sentía decepcionada.

 

-Dong Wook, vete de esta habitación ¿no  ves lo que causas? – escupió Seung hyun

-ya me voy – contestó. Tomó su mochila del sillón, la había llevado  porque luego iría a casa de un compañero a ponerse al día, y se encaminó a la puerta. Miró a la mujer que estaba parada en el umbral y bajo la mirada, apenado.  Ella se hizo a un lado y él continuó, pero antes de retirarse completamente, volteó y observó al menor, éste lo miraba con sus ojos rojos y unos segundos  después volvió a recostar su cabeza sobre el hombro de Seung,  sin más se retiró.

 

******************

 

POV SE7EN

 

Me habían atrapado, tanto que calculé para no encontrármelos, y al final los vuelvo a ver.  Es complicado decir cómo me siento en estos momentos. Lo  de minutos atrás  fue una experiencia jamás vivida.  Nunca presencié a alguien con una necesidad tan inmensa de protección. Sentir como se aferraba con tanto fervor a mí, me hizo comprender mínimamente su miedo, su susto, el temor de ser tocado.  Y esa mirada en sus ojos cuando me iba era indescifrable… parecía triste, sorprendido, asustado, acorralado,  o ¿calmado?, no lo sé.

 

-informales a los que participaran que la declaración se retraso para las diez y media – escuché decir a un doctor que pasaba por mi  lado – sí, la psicóloga Choi también va a formar parte, ella acompañará al demandante en la habitación.  Yo le informaré. Adiós – colgó y desapareció en una de las habitaciones.

 

-la psicóloga Choi – repetí lo que oí. - ¡la mamá de Seung! – exclamé un poco alto. Ahora entendía porque venía tan seguido por acá. Eso quería decir que JiYong declararía mañana a las 10:30. Tengo que estar aquí, a esa hora.

 

FIN POV SE7EN

 

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SABADO

 

-ya llegaron

-solo dos de ellos estarán con él, al igual que la psicóloga, el doctor y yo –dijo el letrado – el resto irá a la otra habitación.

-bien, dile a la psicóloga Choi  y a los enfermeros que lo trasladen – informó el docto a su asistente, ésta asintió y se retiró de la oficina.

 

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-Ji… ya es hora – le dijo con una pequeña sonrisa -¿estás listo?

-sí – habló en voz baja. Con esfuerzo movió su cuerpo, el cual le pesaba debido a todo el  tiempo que se mantuvo en reposo. Minutos antes  se había negado a la ayuda de los enfermeros, prefería hacerlo solo.

 

Se sentó en una silla de ruedas, y una tela se colocó sobre sus piernas. No sentía mucho dolor en su cuerpo, más bien adormecimiento. La mujer que iba a su lado empujó la movilidad por los pasadizos.

 

-cuando no quieras continuar, házmelo saber y pararemos ¿sí? -  señaló cuando estaban frente a la habitación indicada.

-está bien – respiro profundamente – entremos.

 

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-entren aquí, por favor – dijo la asistente del doctor.

 

Dos policías, el equipo de soporte psicológico, Seung hyun, y el señor Choi quien fue para cuidar de su hijo  ingresaron en la habitación.  La ayudante cerró la puerta.  La estancia que ocupaban tenía un vidrio de amplio tamaño incrustado en una de las paredes, que permitía ver la habitación contraria.  Parecía esas salas que se mostraban en los casos policiales  por Tv.

 

-deberán permanecer aquí en silencio mientras la declaración se lleva a cabo.  – continuó informando la señorita. – con su permiso voy a retirarme. –Los  presentes asintieron y ella salió.

-¡disculpe!

-¿necesita algo, joven? – preguntó

-yo… tengo que entrar – señaló la puerta  que había cerrado.

-um… usted no puede ingresar

-es… es mi amigo… debo estar con él. – se excusó.

 

Ella analizó al muchacho que tenia al frente, y lo vio un poco agitado quizá había corrido, su rostro parecía preocupado, se veía sincero.

 

-está bien, pase – abrió la puerta

-gra…acias – se inclinó un poco y pasó.

 

Al entrar notó una fuerte mirada sobre él, sabía  a quién pertenecía, así que con valentía lo enfrentó. Vio al padre de éste cogerlo del brazo y negarle con la cabeza. El pelinegro bufó, y se fue hasta la esquina más distante.

 

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En ambas habitaciones la tensión aumentaba conforme pasaban los minutos. Oían al oficial plantear preguntas una tras otra. Las respuestas dadas eran cortas, pero concisas. No era necesario hondar en detalles que solo perjudicarían al interrogado.

 Los oyentes  externos se indignaban y aterraban ante cada confesión hecha,  las duras palabras dichas   enardecían cada una de sus neuronas.  Ira y tristeza se entremezclaban, una subía la otra bajaba y se mantenían en aquel sube y baja sin fin.

 

-cuando dejo de golpearme… se echó a mi lado -  decía con la mirada puesta  en las losetas del piso.

-¿te dijo algo? ¿Te amenazó? - preguntó el policía.

-él… - mordió su labio que había empezado a temblar por los recuerdos que se recreaban en su cabeza -… dijo que…mm… - tragó y resopló. Sentía sus ojos humedecerse, pero no quería llorar delante de ellos -  dijo...mm... que...if.. la próxima vez... iríamos de...viaje,  …en.. un hot..tel, que cen..ari..amos. ..if.. que..que lo ...se..e..ent..tiria cada ..noche .. en mi cu..erpo...if...if mmm..if...if… – empezó a sollozar interrumpiendo su relato.

 

La psicóloga Choi al notarlo quiso detener la declaración, pero el policía  le negó gestualmente. Era preferible que lo recordara una vez  y explicara lo sucedido.

 

-¿Qué más?

-if..if.. des…spués  util…izó… uno… de sus …  sus…puros … para apa..garl..lo en mi… cuerpo…if…mmh… dijo que… estaba marc…cado y… sella…ado por … él. – una lágrima incontenible se desbordó de sus ojos.

-¿ya no recuerdas nada mas?

-n…no –suspiró. La cabeza le empezaba a doler.

-necesito hacerte unas preguntas más y con eso acabaremos –le informó -¿Habías tenido relaciones sexuales antes de lo ocurrido? – preguntó el policía mayor.

-…if…no

-¿Cuándo él trabajaba para ti, no notaste  que le gustabas?

-no…

-¿jamás se te insinuó?

-…no,  yo… confiaba… mucho en… él

-¿y tú?

-¿yo… qué? – cuestionó al no entender la  pregunta

-¿no hiciste nada para provocarlo?

-¿eh?… - no sabía qué respuesta dar. ¿Acaso había hecho cosas para que él se fijara en su persona?  

-¿lo hiciste?

-no creo…

-¿no estás seguro? –volvió a preguntar rápidamente

Tragó –fui amable… nada más -  se sentía inquieto por la mirada del oficial. Parecía escudriñarle completamente.

-¿amable? –Levantó una ceja -¿Qué tipo de amabilidad?

-aceptar… las invitaciones… para comer – de a pocos fue elevando su mirada -  acompa…añarlo a las… reuniones… de empre…esarios… - su palabras se cortaban debido al nerviosismo que le causaba  la mirada del policía.  –…  ir a su… casa…  o saludarl…

-¿para que ibas a su casa?

-a…visitarlo… y com…mer… juntos.

-¿no pensaste que… quizá esos detalles y actitudes “amables”  le hacían creer que le correspondías? – lo miraba fijamente.

Ante la nueva pregunta sus ojos volvieron a cristalizarse con más fuerza – if… yo…yo… fui… ama…able  if…if… quise … ser… me…ejor  if… mmgh… un… bu…uen hi…ijo  if…mgh…- sus mejillas se vieron invadidas por riachuelos  nacientes de sus orbes  -  lo… prom…metí… if…mgh… a … mis… padr… if…dres… ellos… querían… qu…u…ue  fue…era … am…mable… if…mgh…  querían… qu…u…ue  fue…era … bu…ueno… if…mgh…  con… todos, …no …quis…se if…  lla…mar su ate…enci…ion… no quise… if… yo…no qu..ui…ise… if… mmmhh… if…mgh…   ahmm… if… - emprendió a llorar. Se sentía culpable. Lo que le ocurrió fue consecuencia de sus actos, era culpable. Tenía la culpa. Él, nadie más que él.

 

-ya fue suficiente.  – intervino la profesional.

-no habrán más preguntas, es todo –confirmó  el doctor, y los policías  no tuvieron más que acatar.

 

-tranquilo… ya acabó – le habló ella, pero no logró nada – JiYong… ya no llores… - pidió

-ten…go la cu…u…ulpa… if…mm… fue mi… cu…ulpa

-corazón no fue así

-¡sí, fue así! – Alzó la voz – ¡yo me…e lo bu…usqué!  ¡Soy…culpable!

-cálmate – posó sus manos en el rostro del menor

-¡suélteme! – La empujó - ¡estoy sucio!  If…if… ¡Soy una… escoria!   

-¡sédenlo! – ordenó el doctor a un par de enfermeros

 

-¡no quiero dormir! – Gritaba mientras forcejeaba con los  hombres que querían inyectarle el medicamento - ¡¿Por qué  lo hacen?!  ¡¡¡No valgo nada!!! ¡¡¡Debería morir!!!  - sus emociones presas de la presión causada, le impedían pensar con claridad,  no se daba cuenta de lo que decía, era como si estuviera fuera de sí. – ¡¡ahh!!  -sintió un pinchazo en el brazo -… dej…jen…me – todo a su alrededor empezó a moverse, giraba de un lado a otro mareándolo, hasta que llegó a un punto donde ya no sintió nada, y sus ojos se cerraron.

 

******************

 

-¡tranquilícese!

-¡quítense!

-no va a salir

-eso lo veremos – sin más se arrojó a los dos hombres que le impedían continuar – ¡salgan de mi camino! – exclamaba

 

-¡Seung hyun para! – Exclamó el hombre de más edad -¡Dong Wook ayúdame!

-sí – afirmó el  nombrado.

 

Entre los dos tomaron de los brazos al pelinegro alejándolo de los policías.  Entendían su molestia, pero no podían interferir. 

 

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-llévenlo a su habitación

-sí, doctor

 

Un enfermero mantuvo la silla de ruedas quieta, mientras  el otro tomaba en brazos el cuerpo del menor.

 

-yo iré con ustedes – dijo la única mujer; ella abrió la puerta de la habitación permitiendo de los enfermeros  y del paciente.

 

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-¡te soltaré si te calmas!

-¡ya me calmé! – gruñó dejando de moverse. Tal como se dijo fue soltado, pero ni bien se sintió libre cogió del cuello de la casaca a su “ex amigo” - ¡¿Quién te crees para detenerme?! –lo empotró  en la pared

-¡hice lo que tu padre me pidió!

-¡en primer lugar, tú no tienes nada que hacer aquí!

-¡Seung hyun! – llamó molesto su padre

-¡aparte tú ya no eres mi amigo! – lo soltó con rabia

 

El ruido que provocó la puerta al abrirse llamó la atención de los presentes – ya pueden salir – anunció la asistente desde afuera. Seung al escucharlo salió a paso firme seguido por los demás.

 

-¡usted! – Apuntó al oficial que conversaba con el doctor -¡¿de lado de quien está?! – le increpó

-joven por favor cálmese

-¿calmarme? –Bufó – ¡usted prácticamente culpó a mi amigo por la violación!

-eran preguntas obligatorias para descartar la declaración del acusado –dijo con calma el oficial

-¿ya declaró? –preguntó Dong Wook

-sí. Él dijo que  el chico le mandaba indirectas, que cada vez que se veían lo seducía, y por eso lo hizo.  

-¡ja! ¿Y ustedes le creyeron?… JiYong nunca ha estado con nadie en su vida, a él solo le importa estudiar día y noche para  graduarse con honores y cumplir la promesa que les hizo a sus padres cuando fallecieron.

-no podemos descartar ninguna declaración hasta comprobarlo, por eso hicimos lo que hicimos.

-¿No podían investigar de otra manera? ¿Por qué no revisaron sus pertenecías, su casa, o yo que sé?

-claro que lo hicimos.  Por eso cuando su amigo dijo que había ido a la casa de ese hombre quise hondar, porque entre las pertenecías revisadas  habían fotos y videos del chico en diferentes secciones de  la casa de éste.  Así como también  fotos en la calle, en su residencia, en la universidad, y algunas de hace unos años cuando estaba en la escuela secundaria.

-entonces ya no hay duda de que el muy maldito lo quería en su cama desde hace años – sintetizó con mucha más amargura al saber que el contador prácticamente acosaba a JiYong.

-así es. – Afirmó – nosotros debemos retirarnos – anunció – me despido de ustedes.

-yo lo acompaño – dijo el abogado y junto al cuerpo policial se retiró.

 

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POV JIYONG

 

Me siento extraño. Es como si mi alma estuviera fuera de mi cuerpo.  Me pierdo en la oscuridad, varios años atrás  me sentía así, pero ahora parece no tener un fin, continúa avanzando y yo caigo con más profundidad.

Aunque haya personas rodeándome las noto lejanas. No quiero lastimar a nadie. No quiero que me lastimen. No seré capaz de resistir más…o… Quizá… sí.

Quisiera tener las respuestas a mis dudas, pero no sé cómo obtenerlas.

 

¿Qué debo hacer?

 

¿Qué merezco?

 

¿Vivir? … ó… ¿Morir?

 

FIN POV JIYONG

 

CONTINÚA…

Notas finales:

Los veo en los reviews… ^u^

 

“La juventud sabe lo que no  quiere, antes de saber lo que quiere”

 

Jean Cocteau.


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