Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El dolor nunca es eterno por yuljiyongie

[Reviews - 557]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

A QUIENES RECIEN VEN LA ACTU DESDE HACE DOS SEMANAS… VAYAN AL CAPITULO ANTERIOR QUE ACTUALICÉ EL DOMINGO.  Quienes no, prosigan.

 

Espero que puedan oír las canciones que están en el fic, ahí están los enlaces, para que escuchen mientras leen… Y ojala no me haya equivocado al escribir, si lo hice, disculpen a leer

 

 

Ah… una cosa más----------->>> chibi-gtop, aquí están tus 37 caps, you understand :P 

 

Ahora si a leer...

 

 

-Ji… JiYong… eres un ingrato – dijo el pelinegro.

 

Seung estaba en la habitación del menor sentado  a un lado de él. Como lo había dicho por teléfono, a primera hora del lunes llegó a  la residencia encontrándose con el familiar del castaño. No hablaron mucho, el ambiente entre ellos se volvía muy cargado con solo mirarse. Fue autorizado de subir a dicha habitación, pero halló a su amigo aun durmiendo.

 

Al no notar ni una ligera esperanza de que despierte se recostó en el espacio vacío. Casi no  durmió por estar pensando en su compañero así que apenas su  espalda tocó las sabanas, ya sin  preocupaciones, se durmió.  Tras despertar después de dos horas una agradable vista tuvieron sus ojos al abrirse.

 

Mientras pernoctaba JiYong sintió un calorcito cerca suyo, con el frío del invierno afectándolo buscó arrimarse a esa fuente de tibieza.  Por esa razón ahora abrazaba con casi todo el cuerpo a Seung hyun, aunque no lo sabía.

 

POV SEUNG

 

Contigo  constantemente encuentro algo que me sorprende. Eres lo más hermoso que puedo apreciar a diario, y me felicito por haberte hallado. Aunque al inicio no era esto lo que sentía, me alegra poseerlo, porque no se qué sería de mí sin un ángel tan precioso como tú. 

 

A veces creo que intuyes mis sentimientos, pero te callas, y en otras ocasiones, sólo no sabes nada. ¿Por qué es tan difícil para ti ver mi amor? ¿Por qué no dejas que tu magnífico cerebro te explique mi mirada, mis palabras, mis actos?

 

Pero me rió de mí mismo. Porque esa actitud tuya tan… desinteresada en mí,  alimenta éste terco corazón. Provocas que quiera hacer miles de cosas más para que TÚ me descubras. Es como auto secuestrarse, como un autogol, como una guerra avisada. Y aun así… no me ves más que como un amigo.

 

-mgh… - ronronea sobre mi pecho, suspira y se acomoda mucho mejor. 

 

Me es imposible no rodear su cuerpo con mis brazos, no le molesta, le agrada y a mí más. Empujo su cerquillo fuera de sus ojos para ver su rostro apacible con claridad. Me niego a creer que soy yo el culpable de que empiece a despertar, justo cuando todo era ideal.   

 

Aprieta los ojos y despereza su cuerpo estirándolo sobre el mío. Que ligero, sólo sonrió. Dejó que repose sus brazos a ambos lados de mi cabeza y que respire sobre la piel de mi cuello.

 

-ah… - exhala para luego inhalar. Adosa sus manos a mis hombros, afirmándose. Se relaja y finalmente eleva su faz. Pestañea despacio, pareciera desorientado.  Diminutas lagañas  bordean sus ojos, es gracioso y río un poco. Me encuentra, ladea su rostro y me mira. Adoro cuando pone esa expresión de sorpresa.

 

-¿Se…eu…ung? – sus labios tiemblan tanto como su voz.

-buenos días JiYong – sonrió sin dejar de ver su semblante.

-Yo… mm… -observa el lugar con temor e intenta alejarse, pero lo ciño a mí. -¿Qué… qu…? – tan nerviosito

-¿olvidaste que me pediste que viniera hoy a primera hora? – Me hago el resentido – vengo  y tu tío me dice que se quedaron hasta la madrugada viendo películas y por eso seguías dormido. ¿Qué tipo de anfitrión eres que tu invitado, yo, debe despertarte? – balbucea sin voz. - ¿eres mi JiYong? – juego. Pego mi frente a la suya mirando directamente a sus ojos sin pestañear. También me mira, pero sus pupilas tiemblan tanto como su cuerpo. Aparte de lo rojo que está. Ya es suficiente castigo. -¡sí eres mi JiYong! – sonrío y lo abrazo, oculto su rostro en mi cuello para que no se apene. A mí me toca reír.   Cuando los minutos pasan y ya no siento caliente su cara aflojo mis brazos. –ya estás despierto ¿verdad? – pregunto sereno  y él asiente en el mismo lugar. Ya que no se mueve tomo la iniciativa de sentarme. Se encoje de hombros sobre mí. –Estás libre – susurro y separo mis manos de él. 

-¿e…eh? – cuestiona luego de apartarse de mi cuello  y mirarme.  A mí, que tengo “tanta”  experiencia en ese ‘tema rosa’, como lo llamo o amor, no me puedes engañar como lo hago yo contigo.  Porque es tan claro como el agua que en ti… hay algo que es para mí.

-¿Quieres que nos quedemos así por la eternidad?

-¿ah? – es como si fuera a llorar

-Ji… no te estoy reteniendo. ¿No me quieres dejar ir? – es preferible que crea que me burlo a que se complique con sus emociones. Alzo mis manos  a la altura de su rostro sacudiendo cada uno de mis dedos, para que reaccione. Por fortuna despabila. Esconde su mirada y mordiéndose el labio va retirándose. – Nuestro JiYong es un dormilón, casi y te despierto como en los cuentos de príncipes y princesas, con un beso. – digo levantándome de la cama.  Presiona la sabana entre sus manos. – pero despertaste a tiempo.

-estaba cansado – murmura

-lo dejaré pasar por esta vez, pero a la próxima no compadeceré.  Te esperaré abajo, no tardes. – termino de hablar y salgo de la habitación.

 

FIN POV SEUNG

 

Cuando el mayor se retiró el castaño se desplomó sobre su cama. Estaba completamente abochornado por las acciones de su compañero y las mismas.  Cuando dormía y estaba entre sus brazos, sin saber, se sentía tan bien.   No quería despertar y hubiese continuado durmiendo si no fuese por la risilla que oyó. 

 

-no quiero sentirme así -  tapó su cara con una almohada. Recordaba como esos ojos escudriñaban  dentro de él. La cercanía entre ellos era tan corta. Y su tonto corazón continuaba latiendo presuroso. Esa sensación de no saber qué hacer  o que sentir le daban ganas de tirarse a llorar. Requería una respuesta  a todas esas conmociones en su cuerpo por culpa del mayor. - ¿Qué voy hacer? – suspiró. Únicamente quedaba seguir con eso hasta comprenderlo, no tenía otra salida.

 

--------------------------------

 

-¡buenos días joven! – saludaron las mucamas al verlo bajar las escaleras, él asintió.

-¿tanto tardaste para ponerte eso? – habló Seung hyun que lo esperaba en el primer piso.

-¿e…está mal? – preguntó mirándose. Vestía una chompa roja, encima una camisa crema manga larga a cuadros de tonalidades rojas y plomas, con un jean blanco pitillo y botas  color camel claro con estilo desgastado.

-es broma, vámonos – tomó su mano jalándolo.

-¿A dónde?  - lo siguió hasta el estacionamiento.

-es sorpresa – abrió la puerta del auto – entra. – el castaño ingresó. – Ponte el cinturón – le dijo por la ventana. Rodeó su auto y subió.

-no le he dicho nada  a mi tío.

-yo se lo dije – sonrió.

 

Las calles tenían restos de nieve y aun seguían con los adornos navideños. En distintos pero cercanos puntos había muñecos de nieve, unos sumamente milimetrados y otros hechos simplemente por diversión.  La gente había vuelto a sus labores con normalidad. Luego de la fiesta todos deben volver al trabajo, excepto los niños. Ellos jugaban con sus juguetes nuevos y también con la nieve regada.

 

El pelinegro detuvo  su auto frente a un gran establecimiento que era bordeado por varias personas en una larguísima cola. El menor no sabía dónde estaban, pero al parecer todos querían entrar, aunque hacer esa cola lo desanimaba. Frunció los labios al imaginarse horas esperando en la calle, con todo el frío que hacía.

 

-vayamos – dijo Seung saliendo del carro. JiYong lo imitó.

-¿En donde iniciará la cola? – preguntó desesperanzado

-no haremos cola – Ji lo miró confundido – te contaré un secreto. – Se acercó al oído del mas bajo – mis padres son los dueños. – susurró alegre.

-¿Lo…os dueños? – eso lo había sorprendido.

-sí, ven conmigo.

 

Ingresaron por una puerta especial luego que Seung pasará una tarjeta de membrecía.  En el primer piso vieron a  muchas personas ir de un lado a otro, pero ellos fueron a un ascensor.   Subieron al último piso. Las luces estaban apagadas, pero conforme avanzaban los sensores se activaban y encendían las luces.  

 

-es…

-una pista de patinaje… sólo para nosotros.  – dijo el pelinegro. – les pedí a mis padres que me dieran el honor de inaugurarlo contigo.

-¿les pediste eso a tus padres por mí? – se preocupó.

-ellos están de acuerdo. Así que quita esa cara o me molestaré. – bromeó. Guió al menor hasta una cabina con los implementos que necesitarían. – Puedes cambiarte allá – apuntó un probador – yo estaré en el otro.

 

El lugar tenía adornos navideños como era propio por la época, pinos blancos con sus respectivas estrellas, papa noeles, muñecos y muñequitos de nieve repartidos, luces de colores y un amplio domo  cristalino cubierto de nieve.

 

-Seung, yo no sé patinar – comentó  caminando al lado del pelinegro con los patines en la mano.

-es fácil – dijo confiado – aprenderás rápido. Así como yo. – se adentró a la pista moviéndose alrededor de ella, lucía como todo un profesional. Regresó al punto de partida y estiró su mano.

-¿no crees que debería calentar antes de entrar?… he… oído algo así 

-¡oh!… es cierto – llevó una palma a su frente, recordándolo. – solo has uno cuantos estiramientos de brazos y piernas, mueve el cuello, los tobillos, las muñecas, las rodillas… sí, así está bien – asintió viendo como Ji obedecía sus indicaciones. -¡Ya estás listo!

-¿Enserio? – no se sentía “listo” aún.

-anda ponte los patines – insistió. El castaño tomó asiento, se quitó las botas y colocó los patines. – dame las manos. – estiró las suyas. Ji se puso los guantes y cogió las manos cubiertas. – la única recomendación es mantener el equilibrio.

 

Poco a poco llegaron al centro de la pista. Las piernas del más bajo se mantenían tiesas por el temor de caerse, y la mirada estaba en sus pies, no al frente.

 

-voy a soltarte – advirtió Seung

-no, no, no, me caeré – se desesperó por los nervios que lo atacaron al ser soltado.

-vamos Ji solo debes de fingir  que te deslizas sobre un piso encerado, es lo mismo – hablaba a la vez que daba vueltas alrededor.

-¿un piso encerado?

-no me digas que no lo has hecho porque no te creo

-sí lo he hecho, pero si resbalo me golpearé

-entonces evitaré que te golpees – frenó en su delante. – Iremos despacio -  volvió a tomar sus manos entre las suyas. -   deslizas un pie, luego el otro, uno y después el otro.

-ok – inhaló. Ejerció más fuerza en las manos que lo sostenían, y con muchísimo cuidado dio un paso. El mayor asintió. Dio otro paso. Repitió la misma acción un par de veces más cogiendo algo de confianza.

-bueno, lo que estás haciendo es caminar, ahora deslízalo. Sé que puedes.

-bien – dejó que su pie avanzara por el hielo sin despegarse, repitió lo mismo con el otro, y así progresivamente hasta que ya podía realizar pequeños recorridos, con ayuda. – No es tan difícil – comentó

-es muy fácil, será hasta que cojas costumbre. Pero hay algo importante… debes mirar adelante, no abajo – con sus dedos levantó el mentón del más chico. – tienes que fijarte por dónde vas a ir. – le sonrió

-entiendo.

-sigamos practicando.

 

Pasaron horas girando y girando sobre la pista con algunas caídas y tropezones. Insistieron en proseguir, no siempre iban a encontrar una pista de patinaje sin gente, menos en Seúl. 

 

-¡alcánzame! – exclamó el mayor alejándose. Ji lo escuchó y fue deslizándose despacio.  – Así no me alcanzaras –se burló.

-verás que sí – con entusiasmo, aumentó sus movimientos manteniendo los ojos observando por donde iba a Seung.  – ya te alcanzo – musitó para sí  y aceleró. Había logrado mantenerse estable solo, podía patinar en tramos medianos, pero… aun no aprendía a detenerse.  -¡No puedo parar! – gritó asustado al faltar pocos metros para que  terminara la pista.   Cerró los ojos imaginándose todo magullado por los golpes que tendría tras chocar contra la pared  que delimitaba  dicha pista, pero grande fue su sorpresa al sentir como unos brazos lo rodearon y alzaron. Separó los párpados logrando ver como su compañero patinaba cargándolo.   Dieron una vuelta completa hasta detenerse, ahí fue soltado.

-eres gracioso, jamás había visto que alguien no hiciera nada para evitar estrellarse. – comentó riéndose. El menor enrojeció por lo torpe que debió verse.  – por hoy ha sido suficiente. Te parece si vamos por un poco de comida.

-sí

 

Luego de comer y visitar distintos parques temáticos, de navidad, volvieron al hogar del menor. Donde la calefacción cumplió la labor de entibiecer sus helados cuerpos. Se mantuvieron en la habitación del más chico platicando de lo que hicieron durante el día hasta que habló el mayor.

 

-¿quieres que venga por ti el miércoles?

-¿para qué?

-va a ser la entrega de diplomas en la universidad, estamos invitados.

-¿yo… también?

-¡claro!

-pero ellos no… no me querían ahí.

-¿De qué hablas?

-¿recuerdas cuando volví a la universidad? – él asintió – cuando pu…u…blicaron eso, al día siguiente se hizo una reunión. Yo fui.

-¿Qué? – abrió los ojos desmesuradamente

-oí como los padres pedían que me echaran, que… me expulsaran por no ser… digno… de estudiar ahí con sus hijos.  – sopló al recordarlo.  – fue por eso que ya no soporté más.

-no debiste ir. Cuando me llamaste me sentí tan agobiado conmigo mismo por no cuidarte.

-no fuiste el responsable de mis acciones, sólo sentí que esa era la solución.

-nunca más pienses que algo así puede solucionar tus problemas ¿sí? – Ji asintió, y recibió el caluroso abrazo del pelinegro -  ese día ocurrió algo que me descuadró. Nuestros compañeros… te defendieron.  – el menor se tensó. – seguro fue luego  de que te fueras. Ellos irrumpieron en la reunión y no detuvieron sus voces hasta que decidieron que no te expulsarían. Lo hicieron por ti.

-no lo sabía

-ahora lo sabes y espero aceptes que ellos también quieren cuidarte y ser tus amigos, porque en todo este tiempo que estuve con el niño de once años que eras tú, no dejaron de regañarme cada vez que te molestabas. – sonrió

-¿estuve yendo a la universidad? – preguntó al separarse de los brazos impropios.

-sí – Seung notó el asombro en el rostro del castaño -   ya que no recuerdas, creo que debes saber algo.

-¿Qué cosa?

-tú… reprobaste todos los cursos. – percibió como la tristeza dominó en el menor – pero dije que te ayudaría. Ahora que has vuelto será mucho más fácil que rindas los exámenes que te tomarán. Estudiaremos juntos para que apruebes y continúes el otro ciclo  con el salón. No debes preocuparte yo sé que lo lograrás.

-¿Tanto confías en mí? – murmuró cabizbajo

-no imaginas cuanto – respondió. 

 

******************

 

MARTES

 

-¿Han visto a Seung hyun?  -preguntó a los empleados

-salió hace unos minutos – respondió uno de ellos.

-ah… gracias

-joven, su tío dijo que fuera a la terraza

-está bien, iré.

 

--------------------------------

 

-qué bueno que ya estás aquí – dijo el hombre apoyado en  el muro. – siéntate, quiero decirte algo importante. – habló mientras tomaba asiento y era imitado por el menor.

-¿Qué me tiene que decir?

-ayer estuve averiguando sobre tu rendimiento en la universidad – el castaño se asombró – comprendo los motivos de tu baja académica y quiero ayudarte. -  de un sobre amarillo sacó varias hojas. –en estos lugares tienen grandes profesionales enseñando, hay mucha tecnología y estoy seguro que tendrás grandes compañeros de estudio.

-¿son universidades?

-sí

-pero no están en Seúl.

-sé que quizá esta decisión te parecerá  apresurada, pero a veces pensar rápido es lo mejor. Te propongo que empieces una vida alejado de éste lugar, de ésta casa, de éste país.  Anhelo para ti un nuevo inicio al lado de tu familia, ellos te esperan con los brazos abiertos.  Yo también tuve que dejar mucho aquí, pero fue para bien.  Soy feliz, y lo sería más si aceptaras  irte conmigo a China, a empezar como una nueva persona, dejando atrás todos los malos recuerdos para crear unos nuevos. – su sobrino lo miraba desconcertado por tal  propuesta.  – dejaré que lo pienses. Yo viajaré mañana a la medianoche, tienes hasta entonces para decidir.  – de su saco sacó un boleto de avión. – piénsalo bien.  No desperdicies la oportunidad que te doy de empezar de nuevo, eres un chico inteligente, espero sepas decidir. 

 

--------------------------------

 

-¿Él  te lo dio?  - preguntó mirando el billete.

-sí

-¿Quieres irte?

-…

-es tentador. Sin embargo, ¿piensas que lo mejor es huir, olvidar, hacer como que nada  sucedió?   - cuestionó. – te he visto luchar contra todos los abismos  que se han presentado, has superado muchos de ellos, solo, sin ayuda.

-pero deseo no estar solo – dijo cabizbajo

-no lo estás. Yo estoy contigo, y seguiré, no me importa cuánto tiempo deba pasar para que lo superes. Me mantendré al lado tuyo, te lo aseguro JiYong. – Suspiró y caminó hasta la cama del menor – dijiste que confiabas en mí. – tomó su mano entre las suyas. – confía en mí así como yo en ti. – Se miraron a los ojos – prométeme que no te irás, que te quedarás aquí… prométemelo. – le pidió.

-mh… - tragó. Era algo muy difícil, muchas cosas en juego, pero no quería preocupar al mayor, en su mirada podía notar el temor de que se alejara, y cierta parte suya tampoco quería irse a un lugar donde no estuviera. – sí… lo prometo.

-gracias. Escucharlo de ti me tranquiliza. – lo abrazó.

-aham- permitió ser abrazado. Seung ya no estaba tenso y eso le alegraba, pero en su interior era una caja llena de dudas y más dudas. 

 

 ******************

 

MIERCOLES

 

NOCHE DE ENTREGA DE DIPLOMAS, Hanyang University School of Business

 

 

Se había instalado en medio del campo grandes toldos donde se realizaría la ceremonia. Los asientos y mesas estaban ordenados a la perfección. El estrado estaba cubierto por un telón. Los meseros iban y venían con los pedidos. Nadie descansaba, todos los coordinadores estaban atentos a cualquier inconveniente que ocurriese. En los exteriores del campo cientos de autos aparcaban en el gran estacionamiento.  Las luces iluminaban el lugar dando una grata bienvenida a los estudiantes y algunos padres. Algunos vestían formales y otros no tanto, pero siempre al nivel.

 

Entre los que recién llegaban estaban Seung hyun y JiYong. El pelinegro vestía un terno y el castaño un traje elegante, informal. El mayor llamó a Dong Wook para que les indicara en donde estaba el grupo, éste les indicó y se dirigieron ahí.

 

-¿estás seguro que ya no le caigo mal? – preguntó JiYong

-te repito que no, en serio. Todos están arrepentidos. – respondió. Comprendía la angustia del castaño. No era tan fácil creer que después de tanto maltrato de la noche a la mañana ahora si se llevaban bien. –Mira, allá están. ¡Se7en!

 

A  unos metros vieron como Wook caminaba hacia ellos junto algunos chicos más, hyun  Joong, Young Bae y Jung min.

 

-¡hey! – se saludaron. Unos abrazos y buenos deseos por la navidad pasada.  – ya dudaba en que vendrías. – dijo se7en

-es que “alguien” no estaba muy convencido de venir – comentó Seung señalando con la mirada al castaño sonrojado, que estaba a unos pasos atrás, escondiéndose.

-oh… ¡Ji!… no te había visto – avanzó hacia él, pasó un brazo sobre sus hombros y lo acercó al grupo. - ¿Por qué te alejas de tus hyungs?  

-no lo molestes. – Rió Seung – ¡mejor felicitemos a nuestro primer lugar!  - y como si fueran robots se avalancharon sobre Young Bae.

-¡ya, ya! Me van a desarmar y aun no recibo mi diploma – se escurrió de ellos para esconderse tras Ji que estaba un poco apartado.

-no uses a JiYong. Aun me falta “felicitarte” un rato más – habló hyun Joong con las manos en alto.

 

-¡chicos! – las voces de Sandara y Bom  los hizo girarse a verlas. – Los estábamos buscando – comentó la rubia.

-que lindos vestidos. ¿Dónde es la boda? – se burló Min.

-no arruines el momento Jung

-perdón noona  - rió

-ustedes están muy bien – dijo Bom observando a cada uno.

-¿somos comida o qué? -  cuestionó en son de broma Wook

-¡JiYong! – exclamó Sandara. Caminó hacia él y lo abrazó. – Dara noona ya está aquí para que nos divirtamos.  – sonrió ampliamente. Él la miró sumamente enmarañado, esa actitud… lo espantaba. - ¿Qué pasa? – sus labios formaron un pequeño puchero.

-¡no pasa nada! – Seung apareció apartándolo de ella. – vayamos adentro, ya va a empezar la ceremonia. – sin esperar respuesta de nadie se llevó a JiYong. Los demás se miraron las caras confundidos por esa acción.

-¿Por qué me abrazó? – preguntó con una cara pálida el castaño.

-ellos piensan que aun no recuerdas nada. No se los dije porque quería que te dieras cuenta que ya no son como antes, aunque siguen igual de locos, pero no tanto. – explicó.  

 

Ingresaron al toldo y se sentaron en una de las mesas que estaban más atrás de la mitad.  Los demás llegaron minutos después. Casi todos hablaban de cómo habían pasado la navidad, que habían hecho, o donde habían estado, pero entre esas risas había tres personas que no estaban muy relajadas. El primero era JiYong, que se sentía como un bicho raro entre ese grupo; segundo estaba Seung, su mirada a veces chocaba con la de Bom recordándole el beso que le dio y por último Bom, que observaba de reojo al pelinegro. En fin, la ceremonia dio inicio. El director Yang fue el rimero en hablar dando un discurso por las fiestas y también felicitando a los jóvenes que ocuparon los primeros lugares en general. Luego otras autoridades lo imitaron, expusieron las novedades que traería el nuevo año para la institución y después dieron inicio a la ceremonia principal, la entrega de las diplomas.

 

-voy a ir al servicio – susurró JiYong a Seung.

-no demores. En un rato más llamarán a Young Bae – respondió.

-sí – retiró su silla y caminó fuera del  toldo.

 

Observó detenidamente el cielo oscuro iluminado de unas cuantas estrellas. Ese brillo que tenían era tan bonito y suave como él quería sentir. Dio unos cuantos pasos más y se detuvo. Parpadeó varias veces y absorbió todo el aire que pudo para luego expulsarlo. No queriendo volteó su rostro hacia ese toldo claro iluminado. Tantos recuerdos, tantas vivencias, tantas palabras. Sacó el teléfono del bolsillo de su abrigo. 11:30. Era hora.   

 

Deslizó su dedo sobre la pantalla presionando sobre el último registro de llamadas, y se lo llevó a la oreja. La melodía siguió sonando hasta que fue cortada por la voz de un hombre al contestar.  “Sí”, fue lo único que pronunció. Volvió a guardar su móvil, apagado, pero al hacerlo también rozó ese pedazo de papel que era su pase a un nuevo inicio.  Dio un último vistazo al lugar donde estaban reunidas tantas personas, una pequeña curvatura surcó sus labios más una lagrimilla. 

 

******************

 

Minutos antes en otro lugar Changmin deambulaba por los salones, únicamente caminaba, no quería estar en la ceremonia porque estaba aburrido de tan largo discurso que daban los estudiantes.  Cuando revisó la hora en su reloj vio que ya era un poco tarde, prefería volver a su casa que estar dando vueltas, total ninguno de sus compañeros lo habían saludado siquiera.  Caminó por medio del campo llegando ver en la lejanía como el supervisor Lee embarcaba a alguien en un taxi.  Le resultó un tanto extraño esa escena pero no le tomó mucha importancia. Se dirigió a donde estaba éste, como no trajo su auto también debía conseguir alguna movilidad.

 

-buenas noches supervisor – lo saludó

-oh… Changmin – respondió al voltear - ¿Qué haces por aquí?

-pues ya me iba a mi casa

-¿Cómo que irte? Aun no acaba la entrega de diplomas.

-mm… sí, pero… mm… - se rascó la nuca  sin saber cómo contestar

-anda, regresemos. – insistimos

-bueno… - tomaron el camino de regreso– cuando lo vi estaba despidiendo a alguien ¿Quién era? – preguntó por simple curiosidad.

-ah, me viste – sonrió – era JiYong

-¿se fue?

-sí, tenía algunos asuntos personales. Ve a sentarte con el resto de tus compañeros, debo ir con los profesores. –  se retiró.

-qué extraño, estoy seguro que lo vi llegar con Seung hyun. – frunció el entrecejo. 

 

--------------------------------

 

-pedimos ahora que pase adelante el alumno de segundo ciclo, Dong Young Bae, que ocupó el primer lugar con una excelente puntuación.

 

Los compañeros del mohicano soltaron alaridos y aplausos cuando subió al estrado. Rieron por lo tímido que se puso por la bulla que hacían.

 

-¿Dónde estás? – se preguntó a sí mismo.

-¿Qué ocurre?

-JiYong no ha vuelto desde que fue  al baño – el “Gracias” de parte de Bae hizo que aplaudiera mientras conversaba con su amigo.

-de seguro está volviendo – decía aplaudiendo

-¿debería buscarlo?

-no te desesperes Seung, JiYong seguro ya vuelve. – lo retuvo

 

-chicos…

 

-¿Qué quieres Changmin? – cuestionó Wook al joven alto  que estaba en la mesa contigua.

-mejor iré a buscarlo – acotó Seung parándose.

-no lo busques – apresuró a contestar.

-¿Cómo?

-de casualidad escuché que hablaban de JiYong – habló y los otros dos bufaron – la cuestión es que hace rato lo vi irse.

-Changmin estoy harto de tus mentiras, así que deja de inventar – respondió con desprecio.

-pregúntale a Tablo, él me lo dijo.

-no, voy a llamar  a JiYong mientras veo como tu engaño se cae. – rápidamente marcó el número del menor. Lo mandaban directo al buzón de voz. Estaba apagado.   

-te dije que se fue.

-cállate – expresó molesto. – solamente está apagado.

-pregúntale al supervisor, ahí viene

-jóvenes, manténganse sentados. Ya falta poco para culminar.  – les dijo con seriedad.

-supervisor, ¿usted vio a JiYong irse? – preguntó Wook

-¿ah?… - miró al estudiante – ah sí

-no te estaba mintiendo – dijo Changmin

-¿pero porque? – preguntó Seung

-si él no se los comentó, yo tampoco puedo hacerlo. – no explicó más. Sin embargo la mente del pelinegro comenzó a maquinar.

-no sería capaz. – tragó.      

 

******************

 

En un taxi con dirección al aeropuerto de Seúl un joven de cabellos castaños no dejaba de grabar en su memoria cada momento de alegría que vivió.  Miraba a través de la ventana  la poca cantidad de gente caminando, solos o acompañados. Jadeó. No paraba de sentir que era él mismo quien causaba el dolor que sentía su corazón, no sabía que dolería así.  Pero era la decisión que había tomado, no se echaría para atrás. Quizá lloraría un tiempo, pero después todo estaría mejor.

 

-ja…más te… if… olvi…i…daré – sollozó –Ad…i…iós

 

******************

 

Está bien, vamos a ser amigos 
Fue lo que prometiste, el día en que nos conocimos 
Ok, no estaba convencido 
Mas tuve que aceptarlo, por culpa del destino. 

 

 

No escuchó a nadie. Corrió a su auto y arrancó lo más veloz que pudo. Con una mano en el volante y otra en el teléfono marcaba compulsivamente cada vez que era enviado al buzón.

 

 

Pero pasaba el tiempo y la verdad te fui queriendo 
Y comencé a encontrarte en cada sueño, en mis deseos 
Poco después cuenta me di que odiaba ser tu amigo 
Y ya no sé si alejar mi amor o te lo digo.
 

 

-por favor contéstame – insistía.  –no puedes irte ¡NO PUEDES!Lo sentía, se estaba alejando. Se iba de su lado. Recordaba la hora del vuelo, ji se lo había mostrado. Ignoró las voces  que lo llamaban espantados por la velocidad con la que conducía. No le importaba, si él se iba ya no había razón para luchar. En todos sus años jamás amó a nadie como a ese chico. Por él estaba dispuesto a todo. 

-¡¡Seung hyun te vas  matar!! – Dong Wook no paraba de gritar.  Notaba la desesperación en su  mejor amigo, estaba fuera de sí. Manejaba como poseído. Quería detenerlo, pero en medio de la carretera era imposible, más aun cuando volvió a acelerar.

 

 

Como fui a enamorarme así de ti 
Yo siempre supe que no eras para mi 
Yo juraba poder controlar mis sentimientos 

 

 

Pronto llegó al aeropuerto. Frenó en una, asombrando a los vigilantes y personas.  Bajó apresurado y entró corriendo como alma que lleva el diablo. El gran tamaño del lugar lo amilanó.  A sus espaldas oía las voces de sus amigos llamándolo.  Se fijó en la hora de su reloj. 12:07. Se acercó a una de las ventanillas, preguntando por los vuelos internacionales a China. “Ya han abordado”. Estuvo a punto de desmoronarse, sino fuera porque le dijo que había unos retrasos con el vuelo.  Aquello fue su esperanza.

 

 

Como fui a enamorarme así de ti 
Yo juraba que nada me lastimaba 
Pero ahora, muero por ti 

 

 

Sus compañeros lo vieron correr hacia  la puerta de abordaje y fueron tras él. 

 

-¡hey! ¡No puedes pasar! – gritaron los guardias cuando el pelinegro burló la seguridad. Iban a  detenerlo pero la aparición de un grupo de jóvenes lo detuvieron. - ¡salgan del camino!

-¡¡No!! – elevaron la voz. Amarraron sus brazos, logrando un fuerte muro humano.

 

******************

 

Les pedimos un poco paciencia a todos los pasajeros. Sólo estamos esperando que nos den la orden para empezar el vuelo. Muchas gracias.”

 

-en pocas horas estaremos en mi casa. Podrás ver a tu tía y primos. – comentó con una amplia sonrisa el hombre.

-sí – respondió. Sus ojos estaban rojos. No apartaba la mirada de la pista. Posó una mano en la ventanilla, debía dejar de atormentase, estuvo por taparla cuando apareció. Su corazón volvió a latir, y sus ojos no creían lo que veían.  Acercó su rostro al cristal borrando con su mano el vaho que salía de su boca y nublaba el vidrio.

-¿sucede algo? –le preguntó la persona  a su lado.

-Se…e…ung – tartamudeó.    

 

******************

 

Está bien, ya no te digo nada 
Solo te pido ahora que no cruces la mirada 
Ok, dijiste preocupada 
Que nunca ibas hacer algo que a mí me lastimara.

 

 

-¡¡¡JIYONG!!! ¡¡¡JIYONG!!! – lo llamaba a gritos.   Había muchos aviones, no sabía en cual buscar. Con cada exclamación sentía que perdía fuerzas. Aun así no se cansaba de correr de un lado a otro. -¡¡¡JIYONG!!!

 

 

-¡Déjenme bajar! – oyó una voz que reconocería hasta en el fin del mundo. – ¡sí no lo hacen me tiraré!

 

Escudriñó de donde provenía.  Y ahí lo vio. Arriba, en una de las puertas de los aviones más alejados. Parecía discutir con las aeromozas. 

 

 

Pero pasaba el tiempo y la verdad seguí sintiendo 
Y te volví a encontrar en cada sueño en mis deceso 
Hoy nuevamente veo que no soporto ser tu amigo 
Y otra vez no sé si alejarme o te lo digo.

 

 

-Ji… - susurró sin voz.

 

Volvió a la carrera, mientras lo hacía unos trabajadores transportaban una escalera hacia ese avión. Ni bien estuvo pegada el castaño bajó corriendo sin medir el peligro de descender así.  Cuando tocó tierra fue al encuentro del pelinegro que al igual que él corría sin medida.  El impulso dominaba sobre su ser que  no dudó en tirarse sobre Seung cuando estuvieron a pocos metros. Éste lo atrapó; dieron varias vueltas por la velocidad con la que llegaron; se abrazaron tan fuerte porque lo necesitaban, que hasta el respirar pasó a un segundo plano. 

 

 

Como fui a enamorarme así de ti 
Yo siempre supe que no eras para mi 
Yo juraba poder controlar mis sentimientos.

 

 

-¿Po…or qué? …if… ¿ah? …if… me… ment…tiste… -  sollozó con todo el dolor que lo carcomía. – me lo pro…metiste…

-pe…erd…on… - lloró sin poder soltarlo.

-dijiste que confiarías en mí…if… lo dij…if…iste. – lo envolvió con todas sus fuerzas.

-tuve… mie…edo

 

Como fui a enamorarme así de ti 
Yo juraba que nada me lastimaba 
Pero ahora, muero por ti 

 

-no quiero…if…if… que te vayas–miró su rostro bañado en lágrimas.

-no me qui…ie…ero ir… if…   

 

******************

 

 

31 DE DICIEMBRE

 

FIN DE AÑO

 

 

-¡todas la chicas hasta abajo! ¡¡WHOAA!!

 

 

En definitiva, ésta sería una fiesta donde todos  bailarían hasta morir. Echar al tacho el año viejo y dar inicio al nuevo. Moviendo sus cuerpos de un lado a otro, sin parar. Bebiendo únicamente para celebrar. Con los distintos colores en la ropa y decoración, creando un sinfín de tonalidades. Con la música explotando en vibraciones por todo el recinto, y elevando cada vez la emoción de la esperada medianoche.

 

-¡amo esa canción! – exclamaron en grupo.

 

Amarte como te amo es complicado 
Pensar como te pienso es un pecado 
Mirar cómo te miro está prohibido 
Tocarte como quiero es un delito 

 

 

Las señoritas sacaron a bailar a sus compañeros.  Riendo mientras cantaban las letras. Compartiendo miradas frente a frente u ocultándolas. Desplazándose por el espacio que era para ellos. 

 

-¡vamos a bailar! – la hermosa rubia llegó al vergonzoso castaño tomando su mano y llevándolo hasta el centro.

-yo no sé bailar

-que importa. – sonrió ampliamente. Cogió sus manos y comenzó a menearse. - ¡sólo diviértete ji!

 

 

Ya no sé qué hacer para que estés bien 
si apagara el sol para encender tu amanecer 
Falar en portugués. 
Aprender a hablar francés 
O bajar la luna hasta tus pies.

 

 

-al parecer no lo está pasando tan mal. – comentó el Choi mayor riendo. -  tiene tanta suerte que Dara baile tan fresca frente a él, pero ni se inmuta.

-es porque solo la ve como una noona. – explicó el menor sin quitar los ojos del castaño que se movía torpemente, pero aun así no dejaba de brillar ante él.

-pero esa noona no está nada mal jajaja…– rieron por su comentario. 

 

 

Yo solo quiero darte un beso 
Y regalarte mis mañanas 
Cantar para calmar tus miedos 
Quiero que no te falte nada 
Yo solo quiero darte un beso 
Llenarte con mi amor el alma 
Llevarte a conocer el cielo 
Quiero que no te falta nada.

 

 

- quizá esa persona está presente… pero ¿Dónde? – pensó mientras disfrutaba de una copa de champagne. Su mirada no dejaba de recorrer el lugar tratando de hallar alguien que fuera extraño a su círculo, pero sólo unas cuantas aparecieron y cuando les cuestionó sobre el pelinegro éstas negaron conocerlo. –piensa Bom, piensa.

 

 

Si el mundo fuera mío te lo daría 
Hasta mi religión la cambiaria 
Por ti hay tantas cosas que yo haría 
Pero tú no me das ni las noticias.

 

 

-ya ves que no es tan malo. 

-jajaja… - rió a la vez que hacía girar a la  delgada chica. Luego él dio la vuelta, en la duración de esa acción, sus ojos marrones se encontraron con aquellos orbes negros que lo miraban sin discreción. Sonrió bobamente y terminó de girar.

 

 

Y ya no se qué hacer para que estés bien 
Si apagara el sol para encender tu amanecer 
Falar en  portugués. 
Aprender a hablar francés 
O bajar la luna hasta tus pies 

 

 

-es hora de la espectacular sorpresa – dijo Wook – vamos,  JiYong va a ver lo que pidió – dijo riendo y Seung también. El mayor indicó a unos cuantos  amigos que hacer para luego detener la música y oír los reclamos. -¡cálmense! – exclamó e inundó el silencio. Tomó un micrófono. – verán hoy es un día especial ya que es el primer fin de año que celebramos todos juntos. Hemos pasado muchas cosas y como un grupo  lo hemos sobrellevado.

-¡no te pongas a llorar!- se oyó un grito desconocido logrando hacer reír a todos.

-¡no voy a llorar! – gritó. – como decía somos un grupo, y pues uno de los integrantes de éste grupo pidió un requerimiento para asistir – sonrió de lado– todos vamos a recordar cómo nos divertíamos de niños. Y el primero en mostrarnos como hacerlo va a ser… ¡nuestro dongsaeng! – las luces iluminaron un lugar en la pista.

 

-¿Ji? – preguntó la rubia a su lado. El nombrado miró confundido a todos, ¿Qué cosa era esto?  ¿Por qué ahora lo estaban mirando?

-te dije que cumpliría. – escuchó una voz detrás. Volteó y vio a Seung sonriéndole.

-¿Qué sucede?

-dijiste que para venir  debía cumplirte un capricho, y así lo hice. – alzó las manos. En una tenía un bate marrón y en la otra una cinta de tela.

-¿Yo? – preguntó extrañado.

-sí

 

-¡miren! – las voces de los jóvenes los obligó a hacerlo. - ¡¡¡PIÑATAS!!! – chillaron todos, volviéndose locos de risa. Por la barras de metal  que estaban en el techo empezaron a circular muchas piñatas de diferentes formas, colores y tamaños.

 

-¡JiYong empezará! – se escuchó la voz de Wook.

 

-no… no voy hacerlo -  murmuró sonrojado.

-tú querías Ji, no arrugues ahora

-pero… - hizo un puchero

-te divertirás.  – Sin más, ató la cinta sobre los ojos del menor cubriéndole toda la visión – así no los verás – le dijo. Lo ayudó a caminar hasta donde estaba el objeto colgante y colocó en sus manos el bate.

 

-¡música! – pidió Wook. Ésta inundó el lugar. - ¡comienza! – exclamó. Los demás soltaban gritos para que el castaño golpeara al muñeco.

 

-sólo pégale fuerte. – lo animó el pelinegro.  - ¡tú puedes ji!   - retrocedió. Y con una sonrisa vio como JiYong comenzaba a tirar de golpes al colgado, poco después los demás estaban  acompañando al menor, a una distancia moderada para no pegarse entre ellos. Uno tras otro fue cayendo, y como si de niños se tratase se lanzaron al suelo para conseguir los caramelos y pequeños juguetes, luchando, empujándose. Las picapicas y serpentinas  de colores los cubrieron y por el calor de sus cuerpos se pegaban a sus pieles.

No olvidarían ese día por el resto de sus vidas.

 

--------------------------------

 

11:52 PM

 

-falta unos minutos para acabar el año, salgamos para ver los fuegos artificiales.

 

Uno tras otro salieron a la parte abierta del lugar siendo recibidos por el aire fresco y frío de la noche. Todos ellos tenían una espectacular vista  de la ciudad  ya que estaban en una zona alta. Sobre el suelo habían cajas de pirotécnicos acomodados estratégicamente y a su lado personas encargadas de activarlos. Miraban ansiosos como el tiempo se hacía de rogar para avanzar un segundo.

 

Sin embargo no todos estaban muy al pendiente de la hora. Bom era una de ellas.  La idea de que la persona que le gustaba a Seung estaba ahí la mantenía inquieta, por eso, cuando el pelinegro se escabulló entre sus compañeros lo siguió.  Entró de nuevo al local y subió por una de las escaleras al segundo piso. Se escondió tras un bloque viendo como éste abría una de las puertas e ingresaba a la gran balaustrada y se apoyaba en el antepecho. Él se volteó y sacó su teléfono, la luz de la pantalla alumbró su rostro, escribió, y sonrió. Mordió su labio inferior guardando el aparato en su bolsillo para volver a quedar de espaldas a ella.

 

******************

 

 

Te he buscado tanto,

 y hoy que te he encontrado, se, 
que no hay nadie más,

 nunca he sido un santo,

debo confesarlo, ya, con honestidad

                                                                                                        

 

Elevó su mirada al cielo. Estaba nervioso. Mucho. Su cuerpo no dejaba de temblar no sólo por el frío, pero lo había decidido. No había arrepentimiento. Era el momento, su momento. El lugar, el ambiente, los ánimos. Todo estaba mejor que nunca. El crujir de la puerta lo estremeció. El chocar de las suelas también.

 

 

Fueron tantas horas

 tan solo y triste

 hasta que te vi 
tú llenas mi vida,

 tú llenas mi alma

por eso siempre quédate aquí, 
solo déjate amar

 

 

-Seung – oyó su voz y por un segundo quiso no haberlo llamado, pero duró tan solo un segundo. – Tu mensaje decía que querías verme para darme un regalo – comentó alegre acercándose.

 

 

Un océano entero,

 no me ha impedido llegar,

 hasta donde estas, 
todo lo que hago

 te lo quiero entregar

 y cada día más, 

 

 

-sí. Te daré un regalo Ji. – giró. Miró como esos luceros brillaban más que las mismas estrellas.  Su madre acertó. Él era dueño de una luz tan limpia y pura, la más bella entre todas.

 

 

Fueron tantas horas,

 tan solo y triste, hasta que te vi, 
tú llenas mi vida

 tú llenas mi alma

 por eso siempre quédate aquí, 

 

 

-solo faltan un par de minutos para el año nuevo. Hay que apresurarnos para bajar y estar con los demás.  – comentó sonriéndole.

-sólo un pedido antes

-¿Cuál?

 

 

Ámame y déjate amar

 puedes en mi confiar, 
dime que estas sintiéndome

 y puedes al fin verte en mi,

 verme en ti. 

 

 

-cierra los ojos – el más bajo frunció el entrecejo. Suspiró, y asintió.

 

 

Siempre quédate aquí,

tú llenas mi vida,

tú llenas mi alma, 
por eso siempre déjate amar

 

 

-si así quieres, está bien.  – sus párpados bajaron. Cubriendo como un telón a esas estrellas.

 

 

porque no puedo si te vas, 
respirar, dime que estas sintiéndome,

déjate amar, que no ves, 
que este amor es mi luz. 

 

 

Exhaló. Levantó ligeramente la manga de su saco. 11:59:03. Se paró frente al joven de cabellos castaños.  Una ligera sonrisa adornaba su rostro volviéndolo más angelical. Cada llanto, cada recuerdo, los curaría. Cada sonrisa, cada risa, él las provocaría.

 

Te he buscado tanto

 y hoy que te encontrado, sé 

que no hay nadie más.

 

 

Como sombras en la noche se mostró como la figura más alta fue inclinándose.

 

 

12:00

 

 

“… es imp…osible” Un murmuro de sorpresa.

 

“¡flash!”  Una imagen retratada.

 

 

 

Pero ninguna de aquellas interrumpió. Ni las brillantes explosiones de colores en el cielo. Nada.

 

 

Sólo un par de corazones.

 

Corazones bombardeando  con sus propios pirotécnicos dentro de sus cuerpos.

 

Con unas manos sosteniendo un pequeño rostro.

 

Con  unas manos inmovilizadas por su propio dueño.

 

Con unos ojos cerrados entregándose.

 

Con unos ojos abiertos en su mayor amplitud.

 

 

Sólo unos labios.

 

Rozándose por primera vez.

 

Sin profundizar.

 

Sin alejarse, pero al hacerlo… sólo dos palabras que expresar.

 

 

 

 

 

 

“Te amo”

 

 

 

 

 

Notas finales:

 


 


¡¡¡¡FINAL DE TEMPORADA!!!!


 


 


¡OH SÍ!


 


De antemano agradezco todos los comentarios que dejaron y dejaran :P, me hicieron muy feliz ya que me embarqué con mucho miedo en este proyecto, pero aquí lo puse para ustedes. Me llenó de felicidad que sea muy leído, amé cada palabra, los consejos que me dieron para mejorar y espero que les haya gustado como se llevó, ya que como sabrán, amo el drama, y lo hubiese hecho más largo, pero ya me parecía mucho.


 


Ven que es como final de telenovela coreana???(no me refiero a las actuales) Despues de  50 capitulos los protagonistas se besan y ni quiera es uno fogoso y todo, sino uno bastante... suave, como éste.


 


 


Quisiera saber que opinan, pleaseeeeeeee....  


la segunda temporada ya viene.. creo que lo seguiré en el mismo fic.. más facil :P ... ya tengo la portada  en unos dias lo subo, y luego subiere el cap. que aun no hago jaja. You know me.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).