Capítulo 10
< -Uh, hace frío- Digo metiéndome debajo de la manta lo más deprisa que puedo.
-Tampoco tanto, he encendido la chimenea.- Sonrío al ver como le brillan los ojos con el reflejo del fuego.
-Ha sido un gran logro. Por un momento pensé que no lo conseguirías.
Me da un golpe con sus hombros echándose hacia un lado.
-Ese ha sido un ataque muy gratuito. La he encendido perfectamente.
-Si, si no cuentas la media hora en la que el salón se ha llenado de humo. Ahora mismo apestamos.
-A ver- Mete la cabeza debajo de la manta para olisquear partes de mi cuerpo.- A mi me hueles bien.
Suelto risitas mientras me inspecciona.
-Para, me estas haciendo cosquillas.
Asoma de nuevo la cabeza fuera de la manta y me da un beso.
-Tengo algo para ti- Dice con una larga sonrisa.- Dame un segundo.
Sale de la manta haciendo en entre algo de frío por el agujero que deja. Me tapo hasta arriba acompañando el movimiento con un ligero escalofrío.
Me quedo mirando al fuego, es tan bonito. Podría decirse que es hipnotizador.
No tarda en volver con una guitarra en la mano. Se sienta a mi lado, pero esta vez sin meterse dentro de la manta. Creo que va a tocar algo.
-¿Me has comprado una guitarra? -Pregunto con una sonrisa picarona.
-Tuve la tentación, pero no puedo comprar una guitarra y luego regalarla, tengo que quedármelas por defecto. Así que tu regalo es algo menos material.
-Vaale.- Cambio mi posición para mirarla de frente, no quiero perderme ni un detalle.- Dame mi regalo.
Veo como sonríe e incluso se sonroja. Podría decirse que esta nerviosa, nunca la había visto nerviosa.
-Te he compuesto una canción.
-¿De verdad?. ¡Tócala!.
-Vale, pero no seas muy crítica, todavía falta pulirla.
-Seguro que me encanta.
Se toma un segundo para empezar la canción. Respira hondo y cierra los ojos pensando en el tempo del tema. Es la cosa más bonita que he oído en mi vida>
Me despierto llorando . Esto y un poco desorientada, pero tengo lágrimas en los ojos.
Tardo un segundo en recordar el sueño de esta noche. Pero no era un sueño... era un recuerdo.
Maggie me había dicho que tirase todo lo que me recordase a Shage, pero no podía deshacerme de mi cabeza, ¿verdad?.
Seco mi cara y voy a darme una ducha. Hoy es sábado y tengo una cita . No voy a dejar que mis sueños estropeen el día.
No tardo mucho en salir del baño y vestirme. En seguida bajo a la cocina a tomar un desayuno.
Mis padres no están en la casa, habían decidido pasar un fin de semana romántico lejos de la presencia de su amada hija. Por lo tanto la tengo para mi sola.
-Uh, bollos.- Cojo un Bagel del plato y lo unto con queso. Si, va a ser un buen día.
Termino de comer y corro a coger el teléfono. Debo prepararme para la cita de esta tarde y necesito toda el asesoramiento de las mejores expertas .
-¿Kate?
-¿Jill? ¿Qué hora es?. Por dios, que es sábado.
-Kate, son las doce de la mañana.
-¿Ya?- Hay un segundo de silencio. Supongo que estará comprobando la hora.
-¿Saliste anoche?
-Pufff, si. Creo que llegué a las seis o a las siete. No me acuerdo bien. Pero me he levantando con mi ropa puesta y en mi cama. Oye, eso significa que tampoco iba tan borracha.
-Deberías relajar tu vida universitaria. Algún día puedes tener un disgusto.
-Ya...Tienes razón. Además empiezo a cansarme de todo el rollo ese de los tíos. En serio, ¿qué les pasa?. Vas a un par de fiestas y te emborrachas y ya se creen que pueden meterse en tu campo privado. No nene, aquí se necesita pase vip. Luego les rechazas y te llaman puta. En serio, son unos cerdos.
Parece que Kate ha tenido una noche interesante.
-¿Algún problema ayer?.
-Nada, lo de siempre. Fui a la fiesta de una fraternidad con unas amigas. Ya sabes como es eso. Total, todas buscaron a alguien que les calentase la hoguera. Ya sabes como son las chicas. Pero yo tuve más que palabras con un cerdo estúpido llamado Marvin. Al principio bien, pero tenía las manos muy larga y oye, no estaba dispuesta a que alguien llamado Marvin se propasase de esa manera.
-Claro. ¿Quién se dejaría tocar por alguien llamado Marvin?
-¡Exacto!- Ambas nos reímos- Bueno, cuando amablemente le dije que apartase sus sucias manos de Marvin de mis pechos. El va y me grita “ Oye nena, si has venido tu calentando” Yo evidentemente me ofendo y me aparato diciéndole “Eh, solo estaba hablando, pajillero salido” Quizás me pasé con lo de pajillero. Entonces el se enfadó y me gritó ; “¡Venga ya! Si te vistes como una puta serás una puta” ¿Te lo puedes creer?
-En serio, tienes que dejar de ir a esas fiestas. Te mueves con gente despreciable.
-¡Error!. Bueno, te daría la razón si eso hubiese sido lo que pasó en toda la noche. Pero en ese momento apareció Kyle.
-¿Kyle? ¿El que juega al baloncesto? ¿Kyle Chease?
-¡El mismo!. Apareció como un caballero y le gritó al gilipollas de Marvin; “ Oye tío, así no se habla a una dama. Y menos a una tan guapa como esta” Me miró y le remató con un “ Y lo de pajillero los sabemos todos los que vivimos en esta fraternidad, por favor no te hagas el ofendido”
-Vaya, no me lo esperaba de alguien como Kyle.
-¿Qué quieres decir?
-Bueno, se le ve como el típico guaperas de instituto pasado a la universidad. Al menos es la impresión que me causa.
-No creo que sea así. Estuve con él el resto de la noche. Y me acompañó a casa... o eso creo.
-Tú ten cuidado.
-Siempre lo tengo. Pero no hablemos más de mis aventuras nocturnas. ¿Para qué me llamas?
-¡Ah!-Ya se me había olvidado con la charla.- Necesito que te pases por mi casa para asesorarme. Tengo una cita esta tarde.
-¿¡Qué!?. Jill Nesbitt saliendo de casa para un acto social. Y encima en una cita. ¿Quien eres tú y que has hecho con mi depresiva amiga?.- La verdad es que la cosa está cambiando... Me siento mejor.
-Vale, basta de burlas. ¿Vendrás? ¿A la hora de comer? Yo cocino.
-¿Cómo perdérmelo? ¿A las dos?.
-Vale. ¿Puedes llamar a Jules y quedar con ella para venir?.
-Oído cocina. Luego nos vemos, Jill Nesbitt.
Cuelgo y me pongo a pensar en que voy a cocinar para hacer tiempo hasta su llegada.
Cuando llegan las dos corro hacia la puerta para abrir a las chicas. Ya están aquí y todavía no he empezado a cocinar nada.
-¡Cuenta!- Dice Kate nada más cruzar la puerta.
Jules la sigue saludando con la mano mientras se entra bostezando. Otra que se ha pasado la mañana durmiendo.
-He quedado con Lissa.
-¿La de la fiesta de halloween?- Pregunta Jules con asombro.
-Si...-La miro con cara de intriga.
-Sabes que esa chica no es gay, ¿no?
-¿A qué te refieres? ¿por qué?
-Porque hace como un par de semanas que cortó con Kyle Chease.
-¿Con mi Kyle?- Se añade Kate a la conversación.
-¿Tu Kyle? ¿Me he perdido algo?- Pregunta Jules.
-A ver...¿Cómo que salió con Kyle?- A la porra la cita. - Yo pensaba que le había gustado. -Que decepción.
Camino hacia la cocina para sentarme y asimilar la situación.
-Pues si. Además eran pareja desde el instituto. Creo que tu cita de esta tarde es más bien una reunión de amigas.
-Que mierda.-No es que estuviese muy ilusionaba, pero aun así me da rabia.
-Oye, no desistas tan fácilmente- Kate toma el rumbo de la conversación- A lo mejor es una hetero curiosona .
Jules la mira arqueando su ceja izquierda.
-¿Hetero curiosona? Me da casi miedo preguntar.
-Calla, Jules . Mira-Agarra una silla y la coloca enfrente mía para estar cara a cara. - Si hay algo que aprendes en la universidad son dos cosas , la primera es que no hace falta ser mayor de edad para beber. Y la segunda y no menos importante, que la sexualidad es relativa sobre todo en mujeres.
-¿Hablas por experiencia personal?-Le pregunta Jules dándole codazos.
-Todavía no ha llegado el momento. Pero no descarto tener alguna aventura pasajera que pueda contar a mis nietos.
Miro a Kate y suelto una risa.
-Vale, dejando atrás las fantasías de tu vida. ¿De qué me sirve que sea una hetero curiosona?.
-¿Te lo tengo que explicar? Vale que lleves mucho sin ligar, pero esas cosas no se olvidan.
-¡De eso me acuerdo! O eso creo. Digo, que no sé. Digamos que tienes razón y tiene curiosidad, puedo conseguir ¿qué? ¿Una noche?
-Pues una noche, debes vivir un poco. - Kate estira los brazos a los lados para enfatizar su consejo.
-Ahí tengo que darle la razón.- Apoya Jules.
-Bueno, por lo que sabemos solo quiere una amiga.
Pasamos el rato hablando de tonterías. Ya no tenía que preparar ninguna cita, así que dedicamos esas horas a otros asuntos.
Cuando llegó el momento de irme las chicas se marcharon.
Cojo mis cosas y salgo de la casa.
Había quedado con Jill en la puerta del edificio donde trabaja. Ella tenía que ir los sábados también. Así que paso a recogerla.
Todavía es pronto, me siento en el escalón de la entrada y espero a que Liss aparezca.
-¡Perdona! He tenido que terminar de pasar unos informes . ¿Te he hecho esperar mucho?.
Me doy la vuelta para ver a Lissa. Ahora me arrepiento de no haberme arreglado nada. Ella está espectacular.
-No, no. Acabo de llegar.- Salto para ponerme de pie.- ¿Qué hacemos?
-Pues... Déjame que piense.-Mira a ambos lados de la calle como si la respuesta estuviese a la vuelta de la esquina.- ¿Te gustan los bolos?
-Claro. Se me dan de pena, pero gustarme me gustan.
-Genial. Hay una bolera a un par de manzanas de aquí. ¿Echamos unas partidas?.
-Perfecto.
Caminamos a la bolera, hablamos de la universidad, de algunos profesores que tenemos en común, del campus y demás trivialidades. Es divertida y muy agradable. La verdad es que se te hace cómodo estar con ella.
Llegamos a la bolera. Es un edificio de aspecto mugriento con un cartel gigante y descolorido de unos bolos .
-Vaya. Espero que los zapatos estén más cuidados. - Digo mientras cruzamos la puerta.
-¿Aprecias mucho tus calcetines?-Me pregunta riéndose.
-Bueno, llevamos algún tiempo juntos.
-Me temo que tendrás que tirarlos después de esto.
Pedimos una pista para jugar y nos dan un par de zapatos a los cuales el dependiente les había echado un srpay de algún producto desconocido... Asqueroso.
-Dios, esto huele como como la jaula del hamster que teníamos en el colegio.
Lissa responde bien a mis bromas, se ríe y parece divertirse, eso me gusta.
Echamos un par de partidas en las que pierdo colosalmente.
-¿Cómo es posible que haya perdido de forma tan descarada? ¿Vienes todos los fines de semana?- Pregunto mientras salimos del establecimiento.
-Eres muy mala. Es la única razón.
Sonrío con su respuesta y saco el móvil para mirar la hora.
-Vaya, si que ha pasado rápido el tiempo.
-¿Tienes prisa?
-No, para nada. Pero creo que deberíamos comer algo.
-Me parece buena idea. ¿Alguna sugerencia?.
-Yo tengo mi casa libre, podemos hacer unas pizzas o algo y ver una peli. ¿Te apetece?.
Veo como Lissa me mira y saca una sonrisa de medio lado. Se me viene a la cabeza lo de Kate “ Hetero curiosona” y resuena en mi cabeza una y otra vez hasta que me sonrojo.
-Me parece genial. Vamos.
Caminamos hasta llegar a mi casa. Cuando llegamos lo primero que hago es enseñarle el baño de la planta de abajo.
-Pasa a este si quieres, yo voy al de arriba... espero que se quite el olor a bolo sudado..
Vuelvo enseguida con Lissa, que me espera en la cocina.
Hacemos las pizzas cogemos unas cervezas de la nevera y subimos a mi cuarto para ver una película.
-¿Qué te apetece ver? ¿ Terror, acción, drama, comedia, intriga...?
-No sé.
Nos sentamos encima de la cama y pongo el portátil en medio de las dos para que podamos ver el listado de películas.
-Anda, no he visto Black Swan , dicen que está bien.- Señala el cartel de la película con la mano libre que le queda de la pizza.
-¿No la has visto? A mi me gustó mucho.
-No. Quería haberla visto. Pero el estúpido de mi ex me daba largas para acompañarme a verla al cine y al final jamás fui.
-¿Tu ex se perdió la oportunidad de ver Natalie Portman ?
-Eso pensé yo. Pero nada.
-¿Sabía que hay una escena lesbica entre Mila Kunis y Portman? A los hombres les suelen gustar esas cosas.
Veo como Lissa abre de nuevo su sonrisa. Tiene hasta un aire malicioso.
-No sólo a los hombres.
No puedo evitarlo pero me pongo nerviosa.
-Bueno... no sólo a los hombres, no.
Lissa se muerde el labio inferior y apoya el trozo de pizza en uno de los platos.
-¿Puedo hacerte una pregunta personal?- Odio mucho cuando la gente te hace esa pregunta.
-Bueno...Supongo que si.
-Eres lesbiana, ¿verdad?.
No puedo evitar mirarla con desconfianza.
-Si...¿A qué viene la pregunta?.
-Nada, curiosidad.- Vuelve a apoderarse del trozo de pizza y le da un trago a una de las cervezas.- Venga pon la peli. -Esta chica me desconcierta un poco.
Hago lo que dice y me dispongo yo también a cenar y a beber cerveza.
Van pasando escenas de la peli hasta que llegamos a las subiditas de tono . No puedo evitar mirarla de reojo y la pillo mirándome a mi. En esta escena se están liando la protagonista con otra en una discoteca.
-Vaya.-Comenta Lissa.
Al poco la cosa empieza a subir de tono y Liss no aparta la vista de la pantalla, parece que le llama la atención.
El resto de la peli pasa sin más escenas de ese tipo hasta que termina.
-Vaya, es muy buena.- Dice recogiendo los restos de comida.
-Si, a mi me encanta.
Se sienta delante mía mirándome raro.
-¿Cómo es?.- No la sigo.
-¿El qué?
-Enrollarse con una chica.- Nunca estoy preparada para esta clase de preguntas.
-Para mí genial. No sabría decirte. Supongo que como para ti con un chico.
Entrecierra los ojos para mirarme.
-Pero no creo que sea igual. Hay muchas diferencias...
-No lo sé, nunca he hecho nada con un hombre. Ni tampoco tengo intención.
-¿No? ¿Siempre has sabido que te gustaban las mujeres?
-Bueno, no siempre. Pero lo supe en el momento justo– Me rio aunque me siento un poco incómoda.
-¿Y cómo lo supiste? ¿En serio no tuviste dudas?. Yo estaría echa un lio en tu lugar.
- No es tan complicado. Cuando alguien te gusta o te atrae lo sabes. No hay nada que meditar. Es lo que hay.
-¿Quién fue tu primera chica?.
Ahora si que era incómodo.
-No me apetece hablar de eso.
Veo como Lissa abre los ojos
-Ay, perdona...Te estoy haciendo un interrogatorio sin venir a cuento...perdóname.
-No pasa nada, es que ese es un tema del que no me gusta hablar.
-No, no. No tienes que explicarte. Me estoy pasando... Es que tenía curiosidad.
-Es igual.
Lissa mira el reloj y se levanta de la cama.
-De todas formas ya va siendo hora de irme.
-¿Ya?
-Si, mañana debería estudiar. Pero me lo he pasado muy bien contigo. ¿Quedamos la semana que viene?.
-Vale.- Contesto demasiado deprisa. Pero la verdad es que me apetece quedar con ella.
-Genial.- Vuelve a poner esa sonrisa que me desconcierta.-Nos vemos.
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