Capítulo 11
-¿Qué tal ha ido la semana?- Me pregunta Maggie mientras paso al interior de la consulta.
-La verdad es que bien. Mejor de lo que esperaba.
Tomo asiento y ella me imita. Tiene una gran sonrisa en la cara, parece que su semana fue mejor que la mía.
-¿Cómo llevaste lo que te sugerí en la anterior sesión?.
-Bien... Lo tiré todo... casi todo. -Rebusco en mi bolso y saco los Cds que había guardado.- Tome.
Estiro la mano hacia Maggie. Como me dijo que no conocía el grupo pensé que sería buena idea que se los quedase ella. No me apetecía tirarlos.
-Vaya, gracias.
-Así les escucha. Son buenos de verdad.
Maggie deja los Cds encima de la mesilla y vuelve al tema de conversación.
-Entonces cuéntame. ¿Cómo te sentiste al cortar lazos con tu pasado?
-No voy a negarle que fue duro. Y por mucho que tire todo, los recuerdos más importantes son los momento que pasamos juntas. Y todo eso esta en mi cabeza.
-Lo sé. Eso es difícil, pero te prometo que también quedará atrás.
Me mantengo callada un segundo.
-Tampoco se si quiero eso.
-¿A qué te refieres?
-A ver, no me mal interprete, quiero pasar página. Pero no sé si me apetece olvidarme de todo. Me gusta recordar el sentimiento de plenitud. Esos momentos en los que todo estaba bien y sentía que no necesitaba nada más... a lo mejor piensa que es una tontería y es exactamente eso lo que me hace daño.
-No creo que sea una tontería . Pero si pienso que es dañino.
-A veces, cuando me acuesto imagino estas cosas. Recuerdo los buenos momentos e intento revivirlos. Y me vuelvo a sentir bien. Otras veces rememoro el día que se fue y me imagino otro final. Uno en el que se queda …
-Tienes que evitar eso. Manteen la mente ocupada en otras cosas. Proyectos, trabajos, las clases, amigos... O simplemente lee antes de dormir.
-Eso haré. -Habla como si todo esto fuera super fácil. Puedo asegurar que no lo es.
-¿Qué tal con lo que te comenté de la fotografía?.
-Necesito algo en lo que inspirarme. Motivación más que nada.
-Todo esto es lento. Pero vas en buen camino, Jill. Estás avanzando.
-Eso espero...
Termina la hora y salgo de la consulta. Voy al mostrador para saludar a Lissa.
-¿Mucho trabajo?-Levanta la vista para responderme.
-Tampoco tanto. ¿Qué tal?.
-Bien. Algo cansada.
-¿Vas para casa ahora? - Pregunta cerrando las anillas de una carpeta.
-Si. ¿Por?
-¿Me esperas? Salgo en diez minutos.
No puedo evitar sonreír antes de contestar.
-Claro. Voy a sentarme , avísame cuando hayas terminado.
Tomo asiento en la sala de espera. A mi lado hay una mujer de unos cuarenta y muchos. Lleva puesta una bata de estar por casa y unas zapatillas. Tiene los ojos clavados en el suelo. Inquieta bastante.
-¿Jill? ¿Quieres algo?- Maggie ha salido para atender a la extraña mujer.
-Eh, no no. Estoy esperando a Lissa.
Se queda callada y mira a su secretaria.
-Ah. Señorita Mcclarens, por favor pase.
La mujer se levanta y entra a la consulta sin despegar la vista del suelo.
-Entonces nos vemos la semana que viene, pasadlo bien. -Maggi se despide y cierra la puerta.
A mi me entra un escalofrío al pensar en la señora y continuo esperando a que Liss esté lista,.
-Perdona la tardanza, ya podemos irnos.
Consigo levantarme de un salto y ponerme a su lado.
-Vámonos .
Salimos de la consulta y camino del ascensor Lissa empieza la conversación.
-Oye siento haberte echo tantas preguntas raras el otro día. Lamento incomodarte.
-¿Eh?, no ,no. No me incomodas. No te preocupes.
-¿De verdad?
-Bueno hay temas con los que no me siento cómoda hablando. Como de mi ex. Espero que comprendas eso.
-Claro. No te preguntaré más. Si quieres hablar cuando estés lista yo no volveré a sacar el tema.
-Gracias- Se abre la puerta del ascensor y nos metemos dentro.-De los demás temas no tengo reparos en contestarte.
Pone su sonrisa rara mientras pulsa el botón para bajar.
-¿Piensas que se pueden tener dudas?
-¿Sobre qué?
-Sobre tú sexualidad. Me refiero. ¿Puedes estar toda tu vida con hombres y tener dudas?- Me quedo tiesa como un palo.
-Eh...Claro...Tienes derecho a replantearte las cosas. A pesar de lo que la gente diga, nadie te ha programado para que seas de una manera.
Entrecierra un ojo como meditando mis palabras. Al segundo le da al botón de parar el ascensor y nos deja bloqueadas en alguna planta del edificio.
-¿Qué haces?-Pregunto desconcertada. No me gusta estar encerrada en una lata gigante colgada en medio de la nada.
Simplemente no responde, se acerca a mí, me coge la cara y me besa.
Yo estoy con los ojos abierto como platos sin entender muy bien que está pasando. Pero tampoco es que vaya a quejarme.
Cuando se aparta la miro con extrañeza. Como intentando obtener una respuesta a lo que acaba de suceder.
-Mierda. -Dice ella. No es algo muy motivador.
-Vaya...
-¡Ay!. ¡No!. No era un mierda de que mal. Era uno de me ha gustado.
-Ajám...- Estira la mano y vuelve a poner el ascensor en marcha. -¿Por qué leches lo has parado?
-Me estaba asegurando de que no huyeras. -Arqueo una ceja.
-¿Huir?...¿A qué viene esto?.
Se abre el ascensor y damos a la planta baja.
Lissa sale la primera , yo la sigo esperando una respuesta.
-¿Me vas a explicar algo?- Comento insistente.
-No sé. Es que estoy echa un lio.
-¿Por qué?
-Pues, llevo toda mi vida saliendo con chicos. Con un chico en particular. Y me llamas la atención. ¿Crees que eso es posible?
Suspiro, la verdad es que no estoy preparada para enfrentarme a la indecisión de otra persona.
-Es posible, claro que si. Pero Tendrás que ver si es algo real o simplemente un capricho. Ahora mismo no soy una persona demasiado estable para meterme en movidas raras.
Me mira con indecisión. Parece que está pensando y creo que no le ha gustado demasiado mi respuesta. Pero es lo que hay, no puedo ocuparme de las necesidades especiales de otra persona.
-Pero...¿Me lo puedo pensar mientras quedo contigo?.
-Mientras no juegues conmigo
-¿Y puedo hacer esto?- Se acerca y vuelve a darme un beso. Esta vez más largo y más intenso que el del ascensor.
Después de pasar el rato con Lissa vuelvo a mi casa.
No puedo evitar pensar en ella. ¿Por qué le ha dado esa vena?.¿Le gustaré de verdad?. ¿Me gusta a mí?.
Corro a mi dormitorio y agarro el teléfono para hablar con Kate.
-Me ha besado.- Digo antes de que pueda decir ni hola.
-¿Eh? ¿Quien?.
-¡Lissa!. La ex de tu nuevo novio.
-No es mi novio. Nos estamos conociendo.
-Es igual. ¡Qué me ha besado!
-Te dije que tenía pinta de hetero curiosona. Síguela el rollo.
-De momento hemos quedado para el sábado.
-Genial. Tú diviértete. Que ya va siendo hora.- Me río.
-Claro.
-Pero , Jill.
-¿Qué?.
-No te pilles.
-Ya.
Pasó la semana hasta que llegó mi cita con Lissa. Habíamos quedado en un parque cerca de mi casa.
Me apresuro para evitar llegar tarde. Lissa está sentada en un banco. Lleva un vestido negro, el pelo recogido con una especie de lazo y un bolso a juego.
-¡Perdona el retraso!- Digo tomando el aire cuando consigo ponerme a su altura
-Es igual. -Se levanta del banco y sacude su vestido. -¿Damos una vuelta?.
Afirmo con la cabeza y comenzamos a dar un paseo.
-¿Sabes que tu ex está quedando con una amiga mía?- Vaya manera de empezar conversación tengo... no se me ocurría nada más.
-¿Si? ¿Conoces a mi ex?.
-De vista... En la universidad casi todos los del mismo año saben quien es.
-Dile a tu amiga que tenga cuidado. Kyle es buen tío, pero a veces se le olvida.
-¿Por qué cortasteis?
-Creía que los ex eran tema tabú- Me quedo callada al instante. Mientras miro al suelo continuo andando.-Perdona... a mí tampoco me gusta hablar de eso.
-Lo comprendo.
Lissa se para enfrente de una tetería, parece entusiasmada con la idea de enterar.
-¿Tomamos algo aquí? Me encantan el té, y podemos pedir una cachimba de algo.- A decir verdad no soy muy amante de esa bebida, pero tendré que ceder un poco para compensar la pregunta del ex
-Vaale. Pero habrá algo que no sea té, ¿verdad?.- Liss se ríe mientras abre la puerta del establecimiento.
-Claro, hay de todo.
El sitio parece sacado de marruecos. Los asientos son cojines en el suelo, las mesas son bajitas y todo está llenos de cubertería de plata.
Tomamos asiento esperando a que nos tomen nota.
-Estos sitios me parecen raros, además casi siempre son oscuros . ¿Qué problema tienen con la luz?- La única ventana que podía ver era la que daba a la barra del local.
-A mi me gustan, me hacen sentir como si estuviese en otro lugar.- Ojea la carta-¿De qué sabor te gusta la cachimba?.
-¿Cereza?.
-Vale. ¿Y de beber?
-Pídeme una cerveza. Voy al baño, ¿vale?
-Okis.
Me levanto del cojín poniendo sumo esfuerzo...tengo que ir más al gimnasio. Camino al baño veo que hay una parte donde ponen carteles de eventos. Hay de obras de teatro, manifestaciones, películas y conciertos.
No puedo evitar pararme en un cartel concreto.
Black Box en nueva york... la semana que viene.