Capítulo 13
¿Cuantas posibilidades había de que esto pasase?. En un mundo coherente y justo esta circunstancia no sucedería. Si alguien sale de tu vida por una razón no debería tener derecho a irrumpir en ella cuando les plazca. No deberían tener derecho.
Mi mano está recta como un palo, apuntando con las yemas de los dedos hacia el suelo. Permanezco de pie sin moverme . Creo que estoy en estado de shock o algo parecido.
Shage está sentada en mis escaleras. Parece que el tiempo no ha pasado ni por un sólo día.
-Estas muy guapa- Intenta romper el impacto que ha generado su presencia.
-¿Qu-Qué haces aquí?- Sigo sin mover un músculo de mi cuerpo.
Shage se levanta. Tiene las manos metidas en los bolsillos y camina con postura tímida .
-Hemos venido por un concierto. Y tenía que pasarme a verte.- Cuando llega a mi altura se agacha para coger las llaves y ponerlas en mi mano.
Cuando su mano toca la mía me entra un escalofrío por todo el cuerpo. No puedo evitar retirarla.
Me quedo mirándola. Se ha quitado el piercing de la ceja, le quedan los de las orejas, la nariz y el labio. Tiene el pelo un poco más largo y sigue tan imponentemente preciosa.
Agito la cabeza para espantar esos pensamientos. No puedo dejarme embaucar por su preciosa sonrisa. Eso ya no me puede valer. Tengo que recordar lo enfadada que estoy.
-¿Por qué?- Contesto borde. Tengo tantas preguntas.
Shage se muerde el labio inferior. Sabe que tengo muchas cosas que reprocharle y creo que se le está haciendo duro.
-Siento haberme ido de aquella manera.
¿lo siento? ¿eso es todo?. Oye mira, te he amargado la vida durante casi dos años y eh, no pasa nada. Lo siento.
Niego con la cabeza, ahora mismo no me apetece escuchar tonterías. Muevo las llaves entre mis dedos y camino a mi casa dejando a Shage detrás mía.
Antes de subir las escaleras no puedo evitarlo y me doy la vuelta.
-¿Lo sientes?. Sabes que el problema no fue que te fueras . El problema es que me hiciste desaparecer como si lo nuestro jamás...-Tengo que parar un momento o me voy a poner a llorar.
-También siento eso...No sé si te ayudará saber que no fue fácil para mí... pensé que sería lo mejor.
-¿Lo mejor? ¿en serio?.- Cada vez me estoy enfadando más con ella.
-Íbamos a estar mucho tiempo separadas. Si hubiésemos estado hablando todos los días. ¿Piensas que lo habríamos podido superar?.
-Ya. Era mejor hacerme sentir impotente. Intenté contactar contigo tantas veces.- Me siento en los escalones antes de que me fallen las piernas.
-Pensé que era lo mejor- Se vuelve a acercar a mí y se agacha para seguir hablándome.- Nunca he querido hacerte daño. Lo lamento mucho- La cara de Shage está descompuesta, triste.
Miro para otro lado evitando el contacto visual. Estoy incomoda, no quiero tener esta conversación, no quiero pasar por esto más. Ya lo había dejado. Ya no era un problema.
-Para no querer se te ha dado muy bien.
-Ya...perdona.
En ese momento volvemos a cruzar miradas. Nos quedamos como hipnotizadas fijando la vista en los ojos de la otra. Estamos en completo silencio.
-Mierda, Shage.-Digo al darme en cuenta de mi ensimismamiento.- No puedo hacer esto.- Me levanto de las escaleras y le doy la espalda para entrar en mi casa.
-Me quedo en Nueva York.- Dice antes de que pueda meter las manos en la cerradura.-He vuelto.
Me Mantengo quieta un instante. No sé muy bien que hacer.
-¿Qué me quieres decir con eso?
-Queda conmigo mañana. Hablemos a unas horas más civilizadas. Por favor...
Lo más correcto habría sido decir algo como. No puedes esperar abandonarme durante todo este tiempo y luego pretender que esté todo bien. Lo más correcto habría sido mandarla a la mierda.
-A las seis en la cafetería donde trabajaba.
-Allí estaré.
Tomo aire para atreverme a abrir la puerta y desaparecer de su vista.
No pego ojo en toda la noche, no puedo. Tengo tantas cosas en la cabeza. Me vienen todos los momentos que hemos pasado juntas. Todas las respuestas que tenía que haber dicho ...
Suena el despertador antes de llegar a dormirme. En el espejo del baño puedo comprobar las inmensas ojeras que tengo esta mañana.
Miro el teléfono en busca de llamadas. Hay un mensaje de Liss.
“Madre mía que pedo más tonto anoche, jajaja. Me lo pasé genial contigo. ¿Cuándo repetimos? Bss”.
Dejo el móvil en el escritorio sin contestar al mensaje . Ahora mismo no puedo pensar en eso.
Me desplomo sobre la cama mirando al techo.. tendría que haber dormido algo.
Termino durmiéndome un par de horas, cuando me despierto veo en el reloj que son las dos de la tarde .
Llamo a Kate de nuevo. Como en cada crisis que tengo.
- Dime.-Contesta la llamada.
-Ha vuelto...Shage ha vuelto.
-¡Qué me dices!- Suena escandalizada.
-Ayer estaba esperándome en la puerta de mi casa.
-Ostia, ¿y que te dijo?.
-Quería que hablásemos tan normal. Y me pidió disculpas por todo. Hoy hemos quedado para hablar.
-¿Y vas a ir?. Jill... no se si es buena idea.
-Ya... pero tengo que ir...
-Ten mucho cuidado. No quiero volver a verte metida en otro foso de depresión. No se lo permitas.
-Luego te llamo.
-Ánimo.
Repito la misma llamada con Jules. Ella me dice que no debería ir, que ya he pasado suficiente y que no se ha portado bien conmigo. Que ha perdido el derecho a que la escuche.
Se que tienen razón...
Tomo asiento en la cafetería. Saludo a mi antiguo jefe que me trae un chocolate con leche gratis. Me tiemblan las manos al tomar sorbos de la taza.
He llegado antes de tiempo. Necesito mentalizarme para no perder el norte cuando la vea. El corazón se me va a salir del pecho.
-¿Llevas mucho esperando?- Shage se sienta en la silla de enfrente. Va con un abrigo negro de paño y unas gafas de sol.
-No.-Contesto tímidamente. Me da pánico estar tan cerca .
Se quita las gafas y las guarda en un bolsillo. La veo casi tan incómoda como lo estoy yo.
-Te veo bien- Me dice ojeando la carta.
-Procuro-Si sigo así de escueta no me arrepentiré de decir nada que no deba.
-Y...¿cómo te va la vida? . ¿Sigues haciendo fotos?- Se que no le estoy poniendo fácil entablar ninguna conversación...aunque, si he venido aquí era para hablar.
-Estoy estudiando la carrera de fotografía.
-¿Si? ¿A que universidad vas?.
-NYU.
-Genial. Yo siempre quise ir a Berklee... pero me temo que nunca seré tan buena como para entrar en un sitio así- Suelta una risa y se acaricia el pelo.
Mantengo la vista en mi taza de chocolate. Me fijo en el pequeño humo que sale desprendiendo calor hacia mi cara.
-¿Para qué querías que hablásemos?- Mi pregunta le llega a Shage en forma de bofetada.
-Te echo de menos.-Sonríe tímidamente antes de seguir- Te llevo echando de menos cada día desde que me fui. Se que no entiendes como lleve la situación de nuestra separación... pero no era lo suficiente fuerte para afrontarlo de otra manera.
-No, no lo entiendo.
-Siento tanto haberte echo daño. -Pone su mano encima de la mía y yo me aparto.- Perdona.
Vuelve el silencio incómodo. A lo mejor ha sido una tontería quedar esta tarde.
-¿Y qué pretendes ahora? Es que no te entiendo. ¿A que viene esto?.
-Supongo...Que quiero tenerte en mi vida. No me mal interpretes, no espero nada. Pero me gustaría que pudiéramos ser amigas.
Suelto una risa sarcástica.
-¿Amigas?...No sé, Shage. Necesito pensarlo.
-Entiendo.
-Quiero decir. No puedes aparecer aquí de repente. Con una sonrisa y pedirme que seamos amigas. Nunca hemos sido amigas.
-A lo mejor podemos empezar a serlo.
Me levanto de la silla. Todavía me tiemblan las piernas
-Lo siento...Tengo que irme.
Salgo corriendo de allí. El corazón me va a mil por hora. Sigo corriendo hasta que me he alejado lo suficiente de la cafetería.
Me siento en un banco de la calle. No paro de darle vueltas a todo.
¿Amigas? Yo no se si puedo ser amiga suya.
Le doy mil vueltas más y llego a la conclusión que es mejor que no esté sola.
Sacó el teléfono y marco el número de Lissa.
-¿Liss?
-¡Dime!
-¿Podemos vernos?
-¿Ahora?
-Sí. Si no tienes mucho lio.
-¿Te pasa algo? . Tienes la voz rara.- Me tomo un segundo.
-¿Puedes quedar?.
-Claro. ¿Dónde?
-¿Estas en casa?... Voy a buscarte.
Voy de nuevo al bloque de apartamentos donde vive Liss. Me siento en un banco y la doy una perdida para que baje.
Se abre la puerta del portal y corre a mi lado. Parece que la he pillado desprevenida. Va con el pelo recogido en un moño, gafas, el abrigo y los vaqueros.
-¿Estás bien?-Me pregunta algo preocupada.
Mi cara lo debe decir todo. Aun sigo temblando y me muero frío... No es normal.
Hago una señal golpeando el asiento de mi lado para que Liss lo ocupe.
-Siéntate conmigo.
Lissa toma asiento y se me pega
-¿Qué pasa?.
Me apoyo en su hombro.
-Dios, estás tiritando.
En el momento en el que me abraza siento como si me apagase. Simplemente nos quedamos así. Sentadas en silencio viendo pasar gente de un lado a otro